Desafío social

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Esta época exige personas que sean sencillas en toda su manera de vivir. De otro modo no pueden ustedes esperar tender puentes hacia el pueblo sencillo. La gran crisis del tiempo actual no es, en último término, una crisis de fe, sino una crisis de la confianza. El pueblo ya no tiene confianza en sus dirigentes. Pero no quiero decir que no haya muchas crisis de fe: pero no es esto lo último ni lo más profundo. Lo que muchas veces mantiene al pueblo apartado de nosotros es la falta de confianza. De allí viene esa expresión tan importante: crisis de confianza.

Radicalismo de la humildad: Creo que debemos detenernos aquí un momento. Quien conozca al pueblo de hoy, quien conozca las penurias del pueblo de hoy, no tiene verdaderamente motivos para darse tono. Sobre todo, no debe presumir en modo alguno por ser jefe. Todos tendríamos que preguntarnos: ¿soy siquiera digno de hacer el papel de dirigente en un pueblo que sufre tanto espiritualmente y por motivos económicos, como nuestro pueblo de hoy? Quien hoy quiera ser dirigente debe destacarse por una humildad, disposición a servir y espíritu de servicio muy grandes.

Tres tipos de personalidades dirigentes femeninas.

Se ha discutido muchas veces en estos últimos tiempos en forma científica sobre el ideal del dirigente moderno. Les aplicaré a ustedes mismas estas ideas. Se han destacado tres tipos. El primero es el tipo de la mujer maternal; el segundo, el tipo de la dirigente que es una amiga maternal. ¿Cuál tipo puede ser hoy el único válido y con vigencia? ¿La que ejerce su autoridad en forma maternal? ¡No! Aún cuando el hecho de estar en una posición de autoridad conlleva algo del carácter maternal. Han pasado los tiempos en que el pueblo nos reconocía fácilmente como sus superiores.

¿Cuál ha de ser nuestro tipo? ¿La dirigente con un don? Eso es un carisma, que puede no darse. Tampoco se puede educar para adquirirlo. Hay personas que tienen una particularidad: en todas partes, donde quiera vayan o estén, mana de ellos un fluido. Arrebatan y arrastran a las personas consigo hacia lo alto. Eso es un carisma. Esto no puede hacerlo el tipo corriente.

¿Qué queda entonces? Sólo un tipo: el de la amiga maternal. Este tipo incluye en sí la humildad. No puedo colocarme sobre los demás. Tengo, ciertamente, el derecho, el deber de anunciar las leyes de Dios y censurar las transgresiones. Pero cuando todo eso fluye desde una actitud humilde, de un ánimo de servir, toma un color muy distinto. Entonces uno no se siente reprendido como un escolar y se siente unido al otro por una vinculación muy misteriosa. Y esto es, justamente, lo que desea tener el hombre de los tiempos actuales, tiempos en que todo se ha disuelto, en que todos los lazos interiores se han roto. Debemos atarlos nuevamente, por medio de una profunda humildad de corazón.

En verdad, quien haya visto más profundamente la miseria del pueblo tiene que decirse a sí mismo: ‘¡No tengo razones para erigirme en juez! Si me hubiese criado en las mismas circunstancias, tal vez sería aún peor, estaría en una situación peor, habría cometido mucho más faltas’. Pero esto no deben decírselo a sí mismas como una frase huera, sino que deben estar convencidas de ello en lo más profundo de su interior. De allí surge el recto espíritu de humildad, que también tiene fuerzas para causar dolor. Tal es la amiga maternal, que en todas partes atrae hacia sí los corazones, que se coloca en el mismo plano y puede acercarse a los demás, pero también sabe guardar la debida distancia.

Tal vez sean suficientes estas pocas ideas para poner nuevamente nuestros espíritus en contacto con los grandes temas últimos y sus conexiones: la revolución mundial en su sentido demoníaco y su relación con la revolución en el sentido que le damos nosotros, en relación con nuestra propia autoeducación.

1.5.2 LA EDUCACIÓN DE LOS DEMÁS A LA LUZ DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL

Ahora viene el segundo pensamiento: nuestra propia educación y la educación que impartimos a los demás, a la luz de la revolución mundial.

Fíjense ustedes en que esta vez yo no trato de dirigirme a los corazones. Tal como hoy en la tarde, seguiremos a través de todo el curso de manera muy esquemática y en el terreno de las ideas. Debo, pues, contraponer aquí esquemáticamente dos cosas: por un lado, el ideal de la educación bolchevique y por el otro, nuestro ideal de la educación schoenstattiana. Ya lo enuncié en forma de una ley general que nos orienta: la revolución mundial en el sentido demoníaco debe finalmente despertarnos para que pongamos en escena la revolución mundial con un sentido divino.

Sólo puedo hacerlo aquí en pocos rasgos. Estos rasgos adquirirán algo más de vida a lo largo del día, sobre todo, mañana, cuando desde el ideal de la educación bolchevique me extienda al socialista. Después tocaremos la realidad vital del niño, pues la labor educacional moderna gira esencialmente alrededor del niño. Vean ustedes los tipos en uno y otro caso.

Caracterización de las ideas educacionales contrapuestas.

¿Cuál es el ideal de hombre bolchevique? Lo resumo brevemente: el hombre masa radicalizado, que niega todas las vinculaciones queridas por Dios. Está, por otra parte, nuestro ideal educacional: el hombre radicalizado, sobrenatural, que acepta interiormente todas las vinculaciones queridas por Dios y se integra en una comunidad.

Ustedes se fijan bien cómo el ideal fluye de la época de la anarquía. Por una parte, negación de todas las vinculaciones que dicen relación con Dios y son queridas por Dios. Esa es la época de la disolución. Por otra parte, nosotros tratamos de preparar la nueva época, el orden que se acepta interiormente o la aceptación interior de todas las vinculaciones queridas por Dios.

¿Pero cuál es en uno y otro caso, en último término, el ideal? El hombre masa radicalizado y el hombre radicalizado, sobrenatural, integrado en una comunidad. ¿Qué es lo que entendemos por hombre masa y qué por hombre integrado en una comunidad? Agreguen ustedes, por favor, una tercera expresión y entonces tendremos una escala completa: hombre masa, hombre social, hombre integrado en una comunidad. ¿Cuándo hablamos de un hombre integrado en una comunidad? Estas explicaciones filosóficas tienen la mayor importancia, porque de otro modo ustedes no comprenderán lo que vamos a explicar mañana.

El hombre comunitario - El hombre social - El hombre masa

¿Qué entendemos por comunidad? Es crecer juntos y crear lazos entre las personas. En nosotros tenemos dos grandes instintos. Somos individuos y somos seres sociales. El hombre comunitario toma en cuenta ambas cosas: la individualidad de la personalidad y el instinto social. Ambas se equilibran con armonía de manera perfecta en el hombre comunitario. Vemos su imagen ideal en el seno de la Santísima Trinidad. Allí tenemos a las tres personas como personalidades pronunciadas y, sin embargo, la comunidad es muy íntima: es una sola Divinidad. La verdadera comunidad supone, pues, que las personas estén entrelazadas. Aquí se toman en cuenta ambas cosas: la personalidad y la comunidad.

¿Qué entendemos por el hombre social? Los hombres sociales están exteriormente unos junto a otros; pueden ser en sí mismos personalidades vigorosas, pero no han crecido juntos, no hay lazos entre ellos. La mayoría de los grupos que conocemos generalmente no son comunidades, sino asociaciones. También los grupos que hay en nuestros conventos son, desgraciadamente, demasiado a menudo asociaciones, no comunidades. Nuestros clubes son también asociaciones, no comunidades. Un grado más abajo que la sociedad, que el ser social, que el hombre social, está el hombre masa.

Mientras que el hombre integrado en una comunidad toma en cuenta igualmente ambas cosas, la personalidad y la comunidad y el hombre social puede, al menos, ser personalidad; el hombre masa no puede ser persona, ni un ser integrado en una comunidad. Allá todo está nivelado, todas las cosas están unas al lado de las otras. ¡Y ay de aquel que sobresale por el largo de su cabeza respecto de los otros! Inmediatamente se la cortan a sablazos.

Tal es el hombre colectivizado y así ustedes lo han visto, leído y oído. Y tanto la educación bolchevique como la socialista se encaminan hacia la creación de esos hombres masificados, que no tienen vínculos, que se dejan llevar de un lado a otro por sus jefes, como una masa ciega. No deben olvidar ustedes que esta es la actitud espiritual moderna y también la tendencia de nuestra juventud: volcarse más vigorosamente aun hacia este movimiento de masas.

Hace pocas semanas hubo en Marburg una reunión de todos los dirigentes juveniles. ¿Y saben ustedes cuál fue el resultado? La juventud actual es esencialmente distinta de la juventud de unos años atrás. El Movimiento Juvenil ha sido enterrado. Hoy todo impulsa también a la juventud hacia la masa. Por eso hoy debe revisarse el concepto de dirigente. Hoy el dirigente ya no es tal, sino un funcionario. Por eso también en la juventud masculina de hoy existe, como ustedes tal vez lo habrán notado, un fuerte vuelco desde las conductas independientes hacia el scoutismo, donde se dan órdenes y hay obediencia y disciplina. ¿Ven ustedes el peligro que existe aquí? El bolchevismo y el socialismo sacan provecho de ese peligro para gestar al hombre masificado15.

Nuestra actividad en el Movimiento debe tener un acento distinto. En una época en que todo se removía, tuvimos que demostrar cómo se podía ser sano, independiente y, sin embargo, estar unido a los demás. En una época en que se hacen esfuerzos, consciente e inconscientemente, en todos los ámbitos por gestar un hombre masificado, deberíamos insistir para que en la educación se proclame la necesidad de una sana independencia y de motivaciones internas. Así crecen las corrientes en nuestra generación. Verán ustedes aún otras corrientes.

 

Por eso debemos ver siempre con toda claridad y comprensión de la época las corrientes y el conjunto de las causas últimas y de las relaciones de las cosas, para que sepamos qué es lo que se acentúa. De no ser así, nos hallaremos un día con que nuestro saber es una cosa, pero son otros los objetivos esenciales de la educación. El hombre masa: ese es el ideal de la educación bolchevique, el hombre masa radicalizado. Hombre masa, y por tanto, ruptura radical de todas las vinculaciones, también de la vinculación con Dios. Por lo tanto, no sólo la negación de Dios, no sólo el ateísmo, sino directamente el odio a Dios. El hombre no debe estar vinculado a Dios, pues de otro modo el Demonio con sus cómplices no puede hacer lo que quiere. El hombre no debe estar vinculado tampoco a la familia, menos que nada a la mujer. Tampoco debe estar vinculado a su terruño, pues todas estas vinculaciones conforme a las leyes naturales hacen que el hombre se abra a Dios y lo divino. Por eso, todo debe ser arrasado. Hay que crear una nueva época, el Estado sin clases del futuro. Los hombres deben convertirse en hombres masificados, deben romper sus vinculaciones, romperlas radicalmente. Entonces podrán dejarse llevar a la muerte por algunos jefes. Vean ustedes, ese es el ideal de unos. ¿Y qué debemos contraponer nosotros a ese ideal? Los hombres integrados en una comunidad, radicalizados, y que aceptan interiormente todas las vinculaciones queridas por Dios.

Tres puntos del programa educacional Schoenstattiano.

Ya he dicho lo que nosotros entendemos por el hombre integrado en una comunidad.

Para analizarlo en detalle debemos buscar conscientemente para nosotros y los demás:

Primero: La comunidad con Dios en Cristo a través de la Madre de Dios. Con esto hemos trazado el programa de la educación religiosa. Comunidad con Dios. Mientras más quieran lo contrario las corrientes de la época, tanto más hemos de conducir a nuestros niños hacia una vinculación con Dios en Cristo, como miembros del cuerpo místico de Cristo, a través de la Madre de Dios. Este es nuestro programa de educación religiosa.

Segundo: Lazos y vínculos con la familia. Hablaremos detalladamente de esto más adelante.

Tercero: También vínculos y lazos con el terruño.

Estos son los tres puntos del programa que una y otra vez debemos considerar para nuestra educación, la educación de los demás y también para la educación recíproca. Debemos tratar, pues, de ganarnos a los niños en la escuela con mucha paciencia.

Lo que acabo de decir respecto de todo el Movimiento, de las grandes ideas que van iluminando nuestro camino, debería ser válido también para nuestros conocimientos sobre educación, nuestra teoría y nuestra práctica educacionales. Quien hoy no quiera perder su optimismo, debe tener una paciencia sin límites, una fe sin límites en lo natural y sobrenaturalmente bueno que hay en el hombre, también en lo sobrenaturalmente bueno. Viene nuevamente una época —visto esto desde un punto de vista histórico y filosófico-cultural— una época de aceptación interior de los vínculos: vínculos con el terruño, vínculos con la familia, vínculos con Dios.

Apliquemos también rápidamente a nuestro Movimiento estos pensamientos trazados fugazmente. No pienso en los niños que tenemos que educar: pienso en nosotros mismos. ustedes ven cómo queremos lograr en nuestros círculos la vinculación con Dios, la vinculación con nuestra Familia. Esa es la Familia de nuestro Movimiento, nuestra Familia de Schoenstatt.

Debemos, pues, proponérnoslo y tratar de crear entre nosotros una verdadera comunidad. ¡Qué felicidad es que el Movimiento tenga muchas personas, muchos miembros que estén construyendo una comunidad! Los grupos deben ser familias, la sección debe ser una familia, el distrito, todo el Movimiento debe ser una familia. Mientras más imposible se torne la formación de familias en el otro campo, con mayor vigor nosotros debemos afirmarla y luchar por ella.

Finalmente, la vinculación al terruño. Nosotros en el Movimiento también tenemos un hogar en un lugar concreto: Schoenstatt.

Ustedes ven, pues, que así he trazado un programa en líneas generales. Sólo he querido preparar el terreno para las próximas explicaciones.

1.6 UN VISTAZO A LA JORNADA

Dijimos que la Jornada sería una “Jornada pedagógica sobre la industria”. Debe, por tanto, explorar el alma del hombre moderno, a fin de poder señalar los medios y los caminos que puedan conducirnos a crear en este pobre pueblo el tipo de hombre que hemos presentado. Y con ese fin quise preparar el terreno comparando la educación de nuestra Familia con la manera socialista y bolchevique de educar. Lo que hay que decir respecto de la educación bolchevique, lo he resumido brevemente. Sobre las nuevas corrientes que hay en el socialismo hablaré mañana. En la tercera conferencia pasaré al tema que es propiamente el nuestro.

Quisiera decirles nuevamente que, tal como lo esperaban ustedes, notarán que toda la Jornada está enfocada en forma sumamente filosófica, en el terreno de las ideas. Tal vez esto sea cansador, pero ustedes deben estudiar después el desarrollo de las ideas. No podemos captarlas de una vez. Ellas deben señalarles a ustedes una dirección y servirles como estrella guía para la comprensión del tiempo actual y para nuestro saber en materia de educación. Por eso ustedes deben preocuparse de descansar, de dormir y distraerse.

8 Título de una revista publicada por el Padre Kentenich desde 1916.

9 La floreciente y vigorosa Congregación Mariana en Ingolstadt, al sur de Alemania, fue decisiva para que esa vasta región permaneciera católica durante la expansión del protestantismo a fines del siglo XVI. Mirando ese ejemplo, los Primeros Congregantes junto al Padre Fundador, querían hacer de Schoenstatt un lugar mariano de gracias que fuera decisivo para la vitalidad de la iglesia en Alemania en el siglo XX.

El ejemplo de lo ocurrido en Ingolstadt en el siglo XVI los impulsaba a ofrecer abundantes oraciones y sacrificios para que la Santísima Virgen actuara desde Schoenstatt. Schoenstatt debería ser un segundo Ingolstadt.

10 Divinizado

11 Lucie Christine, mística francesa que vivió entre 1844 y 1908, madre de cinco hijos.

12 Éxodo 4, 10; Jeremías 1, 6,

13 Jeremías 1, 18.

14 Alusión a los que han hecho la correspondiente consagración. El Padre Kentenich usa como sinónimos los conceptos de consagración y alianza de amor.

15 El movimiento de los “Scouts” tuvo su origen en Inglaterra hacia 1908. En Berlín fue fundado en 1909. Después de la Primera Guerra Mundial, el Movimiento Juvenil adquirió gran influencia. Casi todas las asociaciones alemanas de los “scouts” ingresaron en 1933 a la Juventud Hitlerista.


Nuestro curso pedagógico está enfocado en primer lugar formalmente hacia la clarificación de los conceptos y, por lo tanto, se dirige a la razón, de manera que será muy cansador. Detrás de todo, empero, hay en último término un gran amor a los que nos están confiados. Nuestra situación es entonces parecida a la del pequeño Don Bosco en su época.

2.1 EL SUEÑO DE DON BOSCO Y EL CONCEPTO DE MISIÓN

Sabemos de Don Bosco que ya en su juventud, movido por una gran idea y una fuerte conciencia de su misión, se preocupaba constantemente de los compañeros de su misma edad. A los nueve años tuvo un sueño de profundo significado.

En el patio de su casa paterna veía jugar a una cantidad de muchachos: reñían y lanzaban imprecaciones a diestra y siniestra. El se metía en medio de los jóvenes y a empujones y golpes trataba de imponer orden. Surgió de repente ante él un señor venerable y que inspiraba gran respeto. Lo reprendió bondadosamente por su manera de proceder y le dijo: “Así no debes hacerlo. Debes obrar por medio de la afabilidad, la bondad y el amor; entonces conseguirás algo”.

El niño no comprendió esto. Al contrario, se consideró a sí mismo inútil, demasiado joven e incapaz para proceder en esa forma. Rechazó entonces lo que le había dicho ese señor. Repentinamente, una señora de aspecto majestuoso irrumpía en la sala, lo miraba también bondadosamente y le dijo: “Voy a mostrarte lo que te espera”. Y de súbito los muchachos se transformaban en animales salvajes, en perros y lobos. La imponente señora le dijo entonces: “Debes ser fuerte, bondadoso y afable y así vas a experimentaren tu vida lo que ahora te muestro”. Y de repente los animales salvajes se habían transformado en corderos.

El pequeño Don Bosco les contó después el sueño a los suyos. Algunos creyeron que se trataba de una fantasía de niño, como tantos sueños infantiles. Pero su madre dijo: “Tal vez algún día mi pequeño Juan va a ser sacerdote”. El propio Don Bosco adquirió a partir de ese sueño una fuerte conciencia de que alguna vez tendría que hacer algo por la juventud.

Por eso lo vemos desde entonces dedicado siempre a los niños, acomodándose por medio de la afabilidad y la bondad a los de su misma edad, jugando con ellos, trepando cerros, haciendo pruebas de prestidigitación, nada más que para ganárselos por medio de la bondad.

Yo pienso, pues, que detrás de todos nuestros análisis eruditos y teóricos, debe haber un pensamiento, una meta: tenemos que obrar, en nuestro ambiente bárbaro y alejado de Dios, por medio de la bondad, de la afabilidad y, por cierto, también con energía.

Quien entre nosotros tenga una fuerte conciencia de misión para los tiempos actuales, para la juventud proletaria, para el pueblo proletario, no se dejará disuadir por los fracasos. No lo disuadirán tampoco de su gran meta, de su concepto de tener una gran misión, ni el dolor ni los sufrimientos que experimente en su interior. Ustedes deben tener desde un principio ante sus ojos esta meta hermosa y digna, a fin de que reciban fuerzas para abrirse paso a través de las expresiones y los análisis eruditos.

2.2 NUESTRO MOVIMIENTO EDUCACIONAL Y EL SOCIALISTA: DOS OBSERVACIONES PREVIAS

Nuestro curso pretende ser un curso de pedagogía para la industria. Debe mostrarnos, por tanto, la estructura anímica del pueblo que trabaja en la industria, la estructura anímica de la juventud pobre que trabaja en la industria, de los hijos pobres de los obreros industriales. Pero debe mostrarnos el camino para que podamos llenar de nuevo esa estructura anímica con pensamientos de Dios, religiosos, cristianos. Y para presentar un cuadro de conjunto de los últimos nexos entre estas cosas, ayer en la tarde recordamos que nosotros, orientados por Schoenstatt, somos un movimiento de educación.

Lo fuimos desde un principio. Relacionamos entonces este movimiento de educación con los grandes movimientos educacionales modernos bolcheviques. Hoy en la mañana, partiendo de la misma idea, voy a relacionar nuestro movimiento de educación con los movimientos educacionales socialistas del tiempo actual. Para hablar con claridad y dar ocasión de tener firmemente los hijos en la mano, voy a hacer primero algunas observaciones previas.

Primera observación previa: la encíclica sobre educación de Pío XI

Primera observación. Seguramente ustedes han oído hablar de la encíclica del Santo padre sobre educación, que data del mes de diciembre de 192916, o quizás la han leído. Si no lo han hecho todavía ustedes deberían aprovechar la oportunidad de analizar este profundo documento. Tal vez podríamos hacerlo más adelante, reunidos en una jornada.

El Santo Padre explica las diversas razones que lo movieron a publicar la encíclica: entre otras, la siguiente: nunca se han planteado tantos debates sobre problemas educacionales como hoy. Surgen continuamente nuevos profesores, nuevas teorías pedagógicas, que ya no facilitan la educación, sino que crean una nueva manera de educar dotada de infalible eficacia. Muchos de ellos pretenden, sin embargo, desarrollar el autoperfeccionamiento a partir de la naturaleza humana misma y realizarlo sólo con sus propias fuerzas. Por eso caen fácilmente en el error en cuanto a los problemas educacionales.

 

¿Qué orientación pedagógica se señala y censura aquí? Es el naturalismo pedagógico. Este rechaza el pecado original, rechaza lo sobrenatural, la gracia, y enseña que el niño, el ser humano, en suma, con sus propias fuerzas y estando dotado de una libertad inagotable, puede educarse a sí mismo hacia la meta que avizora la noble humanidad. ¿Saben ustedes quién se ha convertido en los tiempos actuales en el principal exponente de este naturalismo pedagógico? El socialismo. Esta sería, por lo tanto, la primera observación previa: el socialismo como comunidad educacional o, si ustedes prefieren otra manera de expresarlo, la educación socialista ha sido caracterizada y censurada en la nueva encíclica de Pío XI y, de ese modo, rechazada.

Segunda observación previa: La educación socialista es la rama más nueva y viva del árbol socialista.

¿Qué pretende esa rama que es la educación socialista? El teórico socialista de la educación Félix Kanitz, en su pequeño libro “La lucha del futuro: una exposición sistemática de los principios educacionales socialistas”, entre otras cosas, ha escrito lo siguiente: “Tenemos la dicha de vivir en una época que está llena de las últimas y grandes luchas por el orden socialista de la sociedad. Todas las derrotas transitorias de las ideas socialistas no son capaces de borrar el hecho de que prosigue la configuración socialista de la sociedad. Están dados los supuestos científicos para la realización del orden socialista de la sociedad. En el campo político, el movimiento de los trabajadores socialistas se acerca a su meta final. Si a pesar de todo, la ideología burguesa tiene todavía una gran ventaja frente a la ideología proletaria, ello debe atribuirse a que la burguesía, la iglesia, la escuela y la educación tienen una influencia sobre las personas cuando son de corta edad. En unos cinco años, ella, la educación socialista, ha conquistado la amplia y amplísima opinión pública socialista. Esto puede ser suficiente para confirmar que en este momento la educación socialista es la rama más viva en el árbol del socialismo”.

Yo agrego otra afirmación: es también la rama más joven del árbol socialista. Según lo veremos y oiremos más detalladamente a lo largo del curso, podemos distinguir en el socialismo una triple imagen, una corriente triple. Podemos ver en el socialismo un partido político; podemos considerarlo como sistema económico; y podemos considerarlo como un movimiento de formación, como un movimiento cultural.

1. Si lo vemos como partido político, las noticias más recientes nos permiten saber que el socialismo constituye el partido político más poderoso de Alemania. He traído algunas cifras que tal vez les interesen. Según ellas, pertenecen al socialismo como partido político, en primer lugar, lo que denominamos propiamente Partido Socialdemócrata. En seguida, el Movimiento de Mujeres Socialistas y, finalmente, la Juventud Obrera Socialista. El Partido Socialdemócrata tiene, fuera de 53 diputados en la Dieta, 529 en los parlamentos regionales. A comienzos de 1929 tenía 949.306 miembros inscritos en 8.960 agrupaciones locales y disponía de 196 diarios del partido, con una cifra de 1.253.247 suscriptores. El Movimiento de Mujeres Socialistas tiene 198.771 miembros inscritos. A ello se agregan 679.000 miembros femeninos de los Sindicatos Libres, de manera que podemos decir que el socialismo, como partido político, marcha a la cabeza.

2. Distinguimos, pues, en el socialismo, el partido político y el sistema económico y a éste pertenecen los sindicatos socialistas. A ello pertenece también todo lo que el socialismo ha creado como previsión social, cuyo exponente es la Mutual de Trabajadores, la Mutual de Trabajadores unidos.

3. Finalmente, el socialismo como movimiento cultural. Este, a su vez, incluye distintas ramas. Aquí debemos considerarlo ante todo como movimiento cultural, en cuanto formula una cosmovisión que actualmente cristaliza, está organizada, como los Librepensadores Socialistas. A ello se agregan otras corrientes de índole similar, todo lo que el socialismo ha creado en la cultura actual para influir en los profesores y profesoras según criterios socialistas. Pienso en las Comunidades de Trabajo de los profesores y profesoras socialdemócratas. Todo esto palpita, hace ya largo tiempo, en el socialismo, aún antes de la guerra. Después de la guerra, el socialismo como movimiento cultural ha sido estimulado y enriquecido de manera extraordinaria por la así llamada educación socialista.

¿Qué pretende esencialmente esta educación socialista, al contrario, o a diferencia de los esfuerzos anteriores del socialismo en el campo de la educación? Antes también el socialismo trataba de imponerse en las escuelas laicas, sobre todo a través de las Comunidades de Trabajo, a través de los profesores y profesoras socialdemócratas. Ellos se proponen y procuran hacer libres a los niños, liberarlos de la influencia de lo religioso, de lo sobrenatural, de lo divino. El socialismo siempre se ocupó de esto. La educación socialista da ahora un buen paso más. En lugar de los antiguos elementos educacionales quiere poner otros; quiere quitar de en medio los antiguos elementos educacionales —la escuela. la familia— y crear y formar elementos nuevos. Cómo intenta hacerlo, puedo explicárselos más detalladamente, pues el exponente de la educación socialista en los tiempos más recientes se ha convertido en el así denominado Movimiento de los Niños, el Movimiento Socialista de los Niños.

2.3 EL MOVIMIENTO DE LOS AMIGOS DE LOS NIÑOS COMO EXPONENTE DE LA EDUCACIÓN SOCIALISTA

Para exponer las cosas con más claridad, les presento antes que nada el plan: en la medida en que comprendamos a los “Amigos Socialistas de los Niños”, comprenderemos también la educación socialista17.

Les explicaré entonces brevemente:

1. Sentido y finalidad de los Amigos Socialistas de los Niños.

2. Los fundamentos de la educación socialista.

3. Los elementos educacionales del socialismo.

Fluye finalmente de esto una rápida crítica de ambos aspectos. Aquello pueden considerarlo ustedes, como la primera parte de la conferencia.

La conferencia debe tener como título: nuestra comunidad para la educación, o nuestro movimiento de educación, a la luz del movimiento de educación socialista.

La segunda parte de la conferencia podrá mostrar entonces cómo nuestro movimiento de educación puede tomar como referencia el movimiento socialista de educación y entonces recibir nuevas fuerzas y nuevos impulsos.

2.4 FINALIDAD DE LOS AMIGOS DE LOS NIÑOS (ETAPAS)

Sentido y finalidad de los Amigos de los Niños. Contesto el conjunto de preguntas que corresponden a esta parte desarrollando en forma breve, pero desde un punto de vista histórico-filosófico, la historia de los Amigos de los Niños y señalo, ante todo, que el Movimiento de los Amigos de los Niños a lo largo de sus veinte años de existencia ha experimentado una fuerte transformación interna. Puedo distinguir tres etapas, o tres grandes etapas: la primera, desde 1908 hasta 1918; la segunda, desde 1918 a 1925 y la tercera desde 1925 hasta ahora, o sea, 1930.

Características de las distintas etapas:

La primera etapa puede ser caracterizada así: el Movimiento de los Amigos de los Niños es esencialmente una institución para promover el bienestar de los niños. La segunda etapa, desde 1918 a 1925, se caracteriza así: el movimiento para el bienestar se convierte en un movimiento de educación. La tercera etapa, desde 1925 hasta hoy, se caracteriza por las comunidades para la autoeducación de los niños.

Con esto tienen ustedes las grandes líneas. A partir de la institución para promover el bienestar, pasamos a la comunidad para la educación; de la comunidad socialista de educadores, a la comunidad para la autoeducación de los niños. Quisiera agregar un par de palabras sobre cada etapa, en forma más detallada para que estas ideas esquemáticas se graben mejor en la memoria.

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