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PREFACIO

Dicen que esta vida es simplemente un fotograma de toda una película que no logramos visionar del todo. Mostrar algunos planos de ella es parte de este libro. A veces las emociones nublan nuestros sentidos al ponerles pensamientos que mantienen el sufrimiento de forma constante.

A través de los dibujos y las reflexiones se comparte un sentir que es parte de la vida. Una forma de ver el mundo que todos vivimos o nos toca vivir.

Leyendo entre líneas nos hacemos conscientes de la dificultad y al mismo tiempo de la sencillez que conlleva simplemente vivir cuando dejamos de sobrevivir.

El verdadero amor no consiste en amar, sino en aceptar al otro tal y como es. Y amarnos a nosotros mismos nos permite construir desde lo que somos, sin las máscaras del ego y la personalidad confundida del SER.

PRÓLOGO

Aprendizaje interior. Aprendizaje armónico. Creo que ahí radica la esencia de la obra. La autora, a través de sus composiciones, nos muestra un camino de superación y aprendizaje que finaliza en la libertad, en la libertad del Ser. No es algo fácil, al contrario. Nos encontramos ante todo un camino de preguntas, respuestas, crecimiento, superación… En definitiva, ante todo un camino de introspección. Pero… ¿verdad que no hay nada más bonito que eso?

Cuando se consigue, nos encontramos con la mejor recompensa posible: el amor. El amor en todas sus vertientes. Y dentro de estas, me gustaría destacar la más importante: el amor por uno mismo, que como bien dice la autora: «nos permite construir desde lo que somos, sin las máscaras del ego y la personalidad confundida del Ser».

Así, como decía al comienzo, la enseñanza más fuerte se encuentra en el aprendizaje. En el aprendizaje: de la persona, del mundo y de la esencia misma. Ese aprendizaje nos lleva al crecimiento, al entendimiento de todo lo que nos rodea. De la vida. Y si entendemos eso, lo tenemos todo.

Con un lenguaje cargado de metáforas y musicalidad, la autora nos dibuja un paisaje a través de sus líneas que nos sumerge en esa atmósfera que ha creado, que nos sumerge en una ambientación donde conceptos como el mar, la luz, la brisa o el aire serán constantes claves a lo largo de los escritos.

La combinación entre ilustración y texto hace que la lectura sea amena, que el lector pueda ver esos sentimientos que la autora quiere reflejar, quiere transmitir. Unión perfecta que refleja un todo donde la sensibilidad ejerce el papel protagonista creando un mundo propio donde el lector puede conectar con él mismo.

Obra breve, pero intensa. Que condensa en sus páginas el sentido de la vida, el sentido de nuestros pensamientos, de nuestras acciones… de nosotros. Obra que si lees, te permitirá conocerte. Conocerte sin ataduras, sin lazos, sin prejuicios… Te hará libre. Te hará sentir. Te hará conectarte con tu alma. Ya en su título nos da la clave de todo. Cada palabra guarda un mensaje, guarda una enseñanza. Así que, querido lector, mantén tus sentidos bien agudizados. Estos serán los protagonistas de tu lectura.

Ana Castañeda González

OÍDO DENTRO, OÍDO FUERA

Me muevo en tierra de nadie.

Todo es un sueño...

¿De verdad sueño?

Me siento con-sentido.

Estallando en mí dejo que me lleven de la mano,

como un adulto.

Permito que otros me miren y me midan,

pero no veo que ESA medida sea

yo mismo.

Esa DIMENSIÓN no es lo que todos consensuamos y asentimos.

No es lo que permitimos,

sino lo que sentimos...

Lo que «todos» quieren YA no es lo válido para mí.

Porque lo «verdadero» … no existe como tal en esta dimensión.

NO hay equivocaciones,

sólo APRENDIZAJE.

Necesito entender que: lo que ES, lo que CREO que es, no es lo que intuyo que debe SER.

Millones de capas lo cubren. Y millones de veces intento descubrirlos... y, aun así, no llego a identificar la FORMA que me coloca en la posición de PODER ver.

Sentir no me da la opción de saber.

Sólo de IMAGINAR.

Imagino lo que hay al otro lado, pero no consigo entender lo que existe

detrás del VELO…

OÍDO DENTRO, OÍDO FUERA

BAJO LA MANTA

Como de niño, bajo la manta alimento mi miedo con tintes de seguridad.

Recupero el aliento mientras continúo en la oscuridad del momento.

De siempre...

De «nunca» ...

Echo de menos a mi madre. A su seguridad y su alimento.

Todo se arregla si estoy allí el suficiente tiempo. Ese tiempo que se agota mientras sigo escondido. ¡Solicito a La Luz que me presente a Cronos!, para que de la mano me lleve hasta el fin de los días en sólo un momento.

Quiero volverme tiempo para descubrir mi cara de cien siglos. Para encontrarme de nuevo cuando aún yo no existía. Busco el presente, el pasado y el futuro en un cuadro superpuesto.

Unidos... Entremezclados... enredados... en el árbol de la vida.

Para entender mi día a día.

Mi completa existencia.

BAJO LA MANTA

A CORAZÓN ABIERTO

Tengo un dolor en el alma que me impide ser yo mismo. Una espina doliente con tintes de desarraigo. De ruptura con el infinito. Se me ha roto el cordón que me une a mi nacimiento. Se me perdió la llave que me dio mi Padre. No puedo entrar en casa. Se me acaban las fuerzas y el velo que me envuelve me está ahogando. No tengo cuchillo que corte esa tela ni tijera que me arranque las vendas. Ojos ciegos. Manos vacías. Pies descalzos que se desgarran al caminar. Siento intenso el viento que me azota desde generaciones y ancestros. Repitiendo el mismo pecado. Sin entender el porqué ni el para qué. A corazón abierto... ¿No es hora ya de aprender?

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Lecturas del alma

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