Europa a tu aire. 80 rutas sobre ruedas

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En la zona central destacan los palacios nazaríes. Inicialmente había seis y dos torres de la muralla, con una ornamentación tan rica como la de los palacios, pero, desafortunadamente, solo han sobrevivido tres. Entre ellos, el gran palacio de Comares, construido entre 1314 y 1370, tiene como centro el patio de los Arrayanes, en cuyo estanque se reflejan los arcos decorados de la mole cuadrada de la torre de Comares. En el interior de este torreón estaban las habitaciones de invierno del sultán. Se dice que desde una de sus ventanas, la madre de Boabdil el Chico, cuando este empezaba a negociar la rendición, le dijo a su hijo: «Mira lo que entregas y acuérdate de que todos tus antepasados murieron reyes de Granada y el reino muere en ti». En la parte baja se halla el Salón de los Embajadores, la parte más suntuosa del palacio y el lugar en el que se encontraba el trono. Esta es la sala más decorada, con una profusión de ornamentos y estructuras típicas del arte nazarí, como tacas, nichos, atauriques, arcos, camarines, inscripciones de alabanza a Alá o al sultán, textos del Corán, artesonados de lazo, yeserías de mocárabes y zócalos vidriados que nos demostrarán el ingenio y habilidad de los arquitectos y artesanos nazaríes. En esta sala deberemos situarnos en el centro y levantar la vista al techo: así veremos su gran joya, el techo abovedado de artesonado de madera de cedro pintada, que representa los Siete Cielos del Paraíso Islámico, con el trono de Alá en el centro rodeado de los cuatro árboles de la vida y una infinidad de estrellas que nos harán sentir realmente en el cielo.


Granada. Vista de la Alhambra, con las montañas de Sierra Nevada al fondo. © BOTOND HORVATH - shutterstock

Pero de todas las salas y palacios de la Alhambra, seguramente la más bonita, reconocida y simbólica sea el patio de los Leones, la gran obra de Mohamed V. Construido entre 1377 y 1390, el ancho patio con la fuente de los leones central está rodeado por una esbelta y preciosa galería de arcos de filigrana sostenidos por 124 columnas de mármol blanco y que resumen en un solo espacio lo mejor del arte nazarí. No es de extrañar que su arquitectura embelesara al escritor y diplomático estadounidense Washington Irving, que en 1832 publicó el libro Cuentos de la Alhambra después de realizar un histórico viaje en 1829 de Sevilla a Granada. Los restos de la civilización hispanoárabe, aún presentes, fascinaron a Irving de tal manera que el cuaderno de viajes que escribió durante el itinerario es la base para la Ruta de Washington Irving, otro de los caminos del legado Andalusí, que conecta Granada con Sevilla a lo largo de los pueblos que recorrió el americano.

Al ver la magnificencia de la Alhambra y de Granada en general, no nos extrañará recordar que, cuando Boabdil se rindió y entregó la ciudad a los Reyes Católicos, el 2 de enero de 1492, dice la leyenda que lloró amargamente y que su madre le recriminó con duras palabras: «¡Llora como una débil mujer la pérdida del reino que no has sabido defender como hombre!».

Moclín: atalayas en el horizonte

En la frontera con el reino de Granada había todo un sistema defensivo para contener tanto a musulmanes rebeldes como a cristianos. Es el caso de Moclín (a 33 km de Granada), cuya muralla se eleva hacia el cerro en el que se alojaba la alcazaba. Desde aquí era posible ver las señales de alarma provenientes de varias atalayas distribuidas en montañas y cerros a lo largo del camino, como las torres de Mingoandrés, Porqueriza o de la Mesa, entre otras, que formaban un sistema de torres vigía que llegaba hasta Granada.

Loja: la puerta de Granada

Desde Granada, la autopista A-92 nos permitirá cruzar los campos de la Vega y, tras 54 kilómetros, llegaremos a la ciudad de Loja, encajada entre montañas. Como antesala de la ciudad de Granada, en el siglo IX Loja ya era una ciudad importante, protegida por su castillo en lo alto del risco que se levanta en el centro de la urbe, justo donde las montañas que la rodean parecen querer unirse formando un estrecho desfiladero. Aquí nació Ibn Al-Jatib en 1313 , uno de los poetas más grandes de al-Ándalus, que describió su ciudad con este verso: «Mi ciudad tiene rostro risueño, un aspecto fascinador y mujeres que curan los males del corazón». La antigua alcazaba árabe del siglo IX aún mantiene sus murallas en buen estado, y su puerta de acceso tiene trazas de puerta de herradura típicamente musulmana. Desde lo alto de los muros tendremos una muy buena vista de la ciudad y el desfiladero, y podremos imaginarnos el ejército del rey Fernando de Aragón avanzando hacia aquí en 1485 consiguiendo capturar la fortaleza al siguiente año. El fin del reino de Granada estaba ya próximo.

Baños árabes de Cogollos de la Vega

A los pies del peñón de la Mata, y a 15 kilómetros de Granada, un cono pétreo de roca caliza que se levanta hasta los 1668 metros de altura, se extiende Cogollos de la Vega, un conjunto de casas blancas que destacan en el seco pedregal por encima de los campos de olivos. En la época musulmana, aquí había unos lujosos baños árabes. Se construyeron en el siglo XII, pero con la reconquista y la expulsión de los moriscos en 1572, se dejaron de usar. Sus nuevos pobladores cristianos aprovecharon las instalaciones como vivienda, ya que no veían utilidad a los baños y gracias a ello nos han llegado casi intactos. El techo de la vivienda actual oculta las tres bóvedas de cañón que conformaban el baño y sus partes: una primera era la recepción y las siguientes eran más grandes y con bóveda alta llena de lucernarios para iluminar el interior: el tepidarium y el caldarium. Este último era el lugar más caliente del baño, con acceso a una gran tina con agua caliente en la que relajarse.

Info práctica

Parking del Arenal

C/ de la Guitarra

14010 Córdoba

N 37° 52’ 29’’, W 4° 46’ 0’’

Abierto todo el año.

Se trata de un aparcamiento gratuito junto al campo de fútbol del Córdoba, cerca del centro de la ciudad y de un centro comercial y gasolinera. No tiene servicios. Suele aparecer un falso guarda al que no hay que hacer caso.

Parking Alambra

C/ Tramo de Unión

18009 Granada

N 37° 10′ 18″, W 3° 34′ 48″

) +34 958 226 474

Abierto todo el año.

La principal ventaja de este aparcamiento es la cercanía de la Alhambra, a menos de 100 metros. Está iluminado y cuenta con vídeo vigilancia, pero nada más. Además, es un poco caro.

Península Ibérica

Caminos de pasión

Esta ruta, que transcurre por el interior de las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaén, se detiene en algunos de sus pueblos más bellos: Alcalá la Real, Priego de Córdoba, Baena, Lucena, Puente Genil, Écija, Carmona, Osuna y Utrera, y nos permite descubrir parte del rico patrimonio arquitectónico, cultural y gastronómico del corazón de Andalucía, y así poder conocer y sentir el fervor con el que sus gentes viven la intensidad de su tierra y el ancestral pulso de sus auténticas pasiones. La Semana Santa, que imprime carácter y tiñe de encanto esta ruta, se vive aquí con fervor y una gran sensibilidad.

Esta ruta por los Caminos de Pasión de Andalucía nos conducirá por diez enclaves imprescindibles del interior andaluz en los que se guarda una parte importante de la historia de la península Ibérica, un impresionante legado patrimonial, una gastronomía con sabor a historia, tradiciones únicas, bellos paisajes, singulares, fiestas, y arte, mucho arte, que se esconde tras el carácter alegre y acogedor que caracteriza al sur de España.

Aunque la ruta deja al lado las grandes capitales andaluzas, nos adentra en la Andalucía más auténtica, la que ha sabido mantener las tradiciones y una cultura propia. La Pasión solo es un punto de partida y un nexo para acercarse a estos pueblos con historia, verdaderas joyas culturales.


• Distancia: 323 kilómetros hasta Alcalá la Real

• Puntos de la ruta: Utrera - Carmona - Écija - Osuna - Puente Genil - Lucena - Cabra - Baena - Priego de Córdoba - Alcalá la Real

Utrera: ¿cuna del flamenco?

Alzándose sobre los fértiles campos de las tierras bajas del Guadalquivir, entre cultivos y plantaciones de olivos, se levanta como un faro el alto campanario de la iglesia de Santa María de la Mesa, la más grande de Utrera. Su imagen nos avanzará la riqueza patrimonial de Andalucía que veremos a lo largo de la ruta y, en especial, en el municipio de Utrera, repleto de otras iglesias y capillas (como la de Santiago el Mayor), un par de conventos e incluso un hospital (el de la Santa Resurrección). En lo alto de un pequeño cerro natural se levanta un castillo, desde el cual obtendremos una hermosa vista de la ciudad. La torre principal es una remodelación del siglo XIV sobre una construcción árabe. Un corto paseo por la fortaleza, entre frescas plazas arboladas, nos adentrará en calles históricas en las que destacan varios palacios y casas solariegas de anchas ventanas y grandes portales de piedra esculpida. Uno de los más bonitos es el palacio de los condes de Vistahermosa, ocupado por el ayuntamiento desde 1939, y cuya construcción se inició en el siglo XVII. Seguimos nuestro recorrido por los barrios de Santiago y Santa María, donde es posible que oigamos el rasgar de las guitarras y el lamento del flamenco, ya que se dice que aquí se halla el origen de esta música.

Un lugar de visita obligada, en las afueras de Utrera, es el santuario de Nuestra Señora de la Consolación, erigido en el siglo XVII en una mezcla de estilos barroco (visible en su fachada y en el altar mayor) y mudéjar tradicional andaluz (se distingue en el artesonado). En su interior también hallaremos una preciosa imagen de la patrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Consolación.

 

En esta ruta es posible conocer la riqueza del pasado judío de la región. En Lucena, por ejemplo, vivió en el siglo IX el sabio erudito Eleazar ibn Samuel Hurga. Córdoba floreció en el siglo X gracias al talento de Hasday ibn Saprut. En Carmona, que disfruta de una de las juderías mejor conservadas, aún podremos recordar los tiempos en que judíos y musulmanes vivían en armonía en Sefarad. Durante la Semana Santa de Baena, por ejemplo, las figuras más destacadas son los llamados judíos, que recorren las calles en grupo tocando un tambor y vestidos con ropas coloridas, pañuelos y cascos con plumas y crines de caballo.

Carmona: pasteles y puertas


Carmona. Vista panoránica de la ciudad desde la fortaleza de la puerta de Sevilla. © Caminos de Pasión

La carretera A-8100 nos llevará, a través de la fértil vega sevillana y durante 39 kilómetros, hasta Carmona, que posee uno de los patrimonios más ricos de Andalucía, que se remonta hasta el reino de los tartesios. El impresionante alcázar de la Puerta de Sevilla, por ejemplo, tiene algunas partes que corresponden a las épocas cartaginesa y romana. También es posible admirar la torre fortificada que protegía uno de los accesos al recinto amurallado de la ciudad, y la gran puerta de herradura que construyeron los almohades y aún se mantiene en pie. Otra de las construcciones interesantes de la ciudad es la Casa Palacio del Marqués de las Torres, una casa señorial del siglo XVIII que alberga el Museo de la Ciudad, y la iglesia prioral de Santa María, más conocida como la catedral. Su origen gótico (se empezó a construir en el siglo XV, cuando se derribó una antigua mezquita) se puede entrever en la bóveda de crucería estrellada del cimborrio, una obra maestra arquitectónica que es, junto al retablo mayor del siglo XVI, uno de los iconos de la iglesia.

El convento de Santa Clara de Carmona, del siglo XV, es famoso por elaborar la célebre torta inglesa, un hojaldre relleno de cabello de ángel que tomó el nombre del arqueólogo británico que trabajó en la ciudad y quien la compraba cada día.

Écija: la ciudad de las torres

Continuamos por la autopista A4 durante 54 kilómetros de campo llano, hasta la Ciudad de las Torres, la espléndida Écija. De origen romano y ampliada por los árabes, también es conocida como la Ciudad de los Caballos por la media docena de yeguadas dedicadas a la cría de pura raza andaluces (podremos visitar alguna de ellas para saber cómo se logra mantener una de las razas más reconocidas del mundo). En las caballerizas del palacio de Benamejí, una de las obras civiles más importantes del siglo XVIII en Andalucía, hallaremos también un centro de interpretación que nos mostrará un bello espectáculo sobre el mundo del caballo. Su fachada principal está ornamentada con una puerta barroca que combina varios mármoles de colores para crear uno de los portales más bonitos de la ciudad. Otros monumentos interesantes son el Casa-Museo Palacio de Palma y las iglesias de los Descalzos y de San Juan Bautista.

Osuna: belleza renacentista

Solo 35 kilómetros de campos labrados separan Écija de Osuna, nuestro siguiente destino. Su gran cantidad y calidad de monumentos proviene, sobre todo, de los esfuerzos de un hombre: Juan Téllez Girón, cuarto conde de Ureña, quien transformó la población en el siglo XVI con la construcción del conjunto monumental más impresionante del Renacimiento. Podremos apreciarlo al pasear por el centro histórico: trece iglesias y conventos, un hospital, la Universidad, la colegiata o el panteón ducal. Uno de los edificios más conocidos es la antigua Universidad, activa desde 1548 hasta 1824 y en la actualidad. Su sombreado patio, su planta cuadrangular y las cuatro torres que se levantan en sus esquinas, esbeltas y con chapiteles cubiertos de cerámica vidriada, conforman una de las imágenes más conocidas de Osuna. Frente a la Universidad encontraremos la iglesia Colegial de Nuestra Señora de la Asunción, un soberbio templo que cuenta con un gran y ostentoso retablo barroco del siglo XVIII en el altar mayor. En los sótanos se encuentra el panteón ducal, cuya capilla tiene el bajo techo abovedado y decorado con florituras doradas que lo convierten en uno de los monumentos más singulares de Osuna.

En la plaza de toros de Osuna se rodaron varias escenas de la serie Juego de tronos. El Museo de Osuna cuenta con una sala temática en la que se explica el rodaje.

Puente Genil: ecos de manantas

Después de recorrer 44 kilómetros por la carretera A-92, entre campos de olivos y cruzando la frontera provincial con Córdoba, llegaremos a Puente Genil (www.puentegenil.es). La principal construcción de esta población es el santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del siglo XVI. En su interior se guarda una escultura, de 1622, de Jesús Nazareno, el patrón de la localidad. Cada año, por Semana Santa, esta imagen es sacada en procesión por el pueblo en una de las fiestas más importantes de Andalucía, la Mananta, en la que participan varias hermandades y cofradías, en cuyos cuarteles se entonan las tradicionales saetas cuarteleras. Igual de tradicionales son los dulces de membrillo, típicos de la región, o el vino (con denominación de origen Montilla-Moriles), que podremos probar en las Bodegas Delgado, una de las grandes industrias de la localidad desde 1874.

Lucena: la huella judía de Andalucía

27 kilómetros al este de Puente Genil encontraremos Lucena, conocida como la Perla de Sefarad. Entre los siglos IX y XII, Lucena fue habitada por judíos, que le dieron el nombre original de Eli Ossana (Dios nos salve), que derivó en el topónimo actual. De esa época se conserva la necrópolis judía excavada más grande de la península Ibérica y el entramado de pequeñas calles de la judería que se concentran alrededor de la antigua sinagoga. Muchos de los judíos marcharon a Toledo en 1148, cuando los almohades atacaron la ciudad. En el cercano castillo del Moral, una fortaleza que los musulmanes levantaron en el siglo IX, estuvo preso el último rey de Granada, Boabdil, que perdió la batalla de Lucena en 1483.

En nuestro paseo por el centro de la ciudad encontraremos varias obras maestras del barroco cordobés, como el palacio de los condes de Santa Ana y la casa solariega que los Mora Saavedra construyeron entre 1730 y 1750. Hoy el edificio acoge varias exposiciones artísticas, pero si lo que queremos ver es barroco religioso, tenemos que visitar la iglesia de San Mateo, cuya capilla del Sagrario, de planta octogonal, es una de las obras cumbre del barroco andaluz. La construyó el maestro Leonardo Antonio de Castro Hurtado entre 1740 y 1772. Es un entramado fascinante de yeserías blancas con fondo azul y pintura de oro de una belleza hechizante.

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Lucena. Capilla del Sagrario, en la iglesia de San Mateo. © Caminos de Pasión

Cabra: el centro de Andalucía

Doce kilómetros separan Lucena de Cabra, enclavada entre los dos arroyos que forman el río del mismo nombre, entre sierras, manantiales, parajes naturales y campos de olivos.

La importancia de Cabra es simbólica —ocupa el centro geográfico exacto de Andalucía—, pero también real (su primera mención como Aigagros es griega). Fue una importante ciudad amurallada en época de los romanos, de los godos y de los almohades. En la iglesia de San Juan Bautista se conserva la pila bautismal en la que, según la leyenda, fue bautizado el rey Enrique II de Castilla, conde de Cabra. Está en el barrio del Cerro, el más pintoresco de la población, con calles de casas encaladas y balcones cargados de flores que llenan con su aroma el aire durante las tardes de verano. Otro de los edificios interesantes es el Real Colegio de la Purísima Concepción, hoy Museo Aguilar y Eslava, erigido en 1679 con los fondos aportados por Luis de Aguilar y Eslava, un presbítero que legó su fortuna a la iglesia.

En el casco histórico del barrio de la Villa, el más antiguo de Cabra, veremos una fortaleza de origen árabe que data del siglo XI. En ella vivió Leonor de Guzmán, amante de Alfonso XI y madre de Enrique II.

También debemos visitar la iglesia de la Asunción y Ángeles, un edificio iniciado en el siglo XIII sobre la base de una anterior mezquita. Remodelado en los siglos XVII y XVIII, muestra una preciosa portalada flanqueada por columnas salomónicas. Su interior, con losas y columnas de mármol rojo, es de los más bonitos de la ciudad.

También podremos contemplar el elegante mausoleo de la vizcondesa de Termens, esculpido por el artista valenciano Mariano Benlliure, considerado el último gran maestro del realismo decimonónico.

Museos de la Pasión

Al llegar la Semana Santa, gran parte del patrimonio artístico y etnográfico de los pueblos y ciudades de Andalucía se reúne en las calles. El rico patrimonio que pisamos cada día se transforma con las diferentes creaciones humanas: luces, flores, artesanía y, por supuesto, las imágenes que procesionan por las calles. El arte deja de ser inmaterial para convertirse en sentimiento y pasión. ¿Pero dónde está todo esto a partir del Lunes de Pascua?

La Red de Espacios de Interpretación de la Semana Santa agrupa diferentes espacios museísticos que muestran formas distintas de entender la pasión, de adentrarse en la riqueza artística e histórica de los pueblos del interior de Andalucía.

Baena: ciudad con historia

La carretera A-318 nos dirigirá hacia el norte, dejando a nuestra derecha el salvaje paisaje de las sierras Subbéticas, para llevarnos hasta la monumental Baena. Su importancia histórica queda atestiguada por la gran cantidad de yacimientos arqueológicos, como el que se muestra en el Parque Arqueológico de Torreparedones, donde se han encontrado obras religioso-funerarias de la cultura íbera tan valiosas como la famosa Leona de Baena, expuesta en el Museo Arqueológico Nacional. Los romanos, los árabes y los castellanos pasaron por la ciudad y legaron varios de sus principales monumentos, entre los que destaca un castillo del siglo IX, muy rehabilitado. Cuando fue atacado, a finales del siglo XIII, por el ejército del reino de Granada, se decidió resolver la contienda con una lucha entre cinco caballeros cristianos y cinco mahometanos. Estos últimos perdieron y, desde entonces, figuran cinco cabezas moras en el escudo de la ciudad. Paseando por su casco antiguo, con sus tortuosas y estrechas calles de la medina árabe, llegaremos hasta el Museo Histórico y Arqueológico de la Tercia, un edificio de finales del siglo XVIII que guarda la mayor parte de los tesoros arqueológicos de la ciudad. Antes, este museo fue un almacén de grano y aceite y, de hecho, la ciudad tiene la Denominación de Origen de aceite de oliva virgen extra más antigua de España, pues eligieron el olivo que mejor se adaptaba al suelo y al clima de esta zona. Por último, en la Casa de la Condesa podremos conocer algunos detalles sobre la celebración de la Semana Santa local, una de las fiestas más singulares de Andalucía por su colorido.

El toque de tambor de las turbas de judíos de la Semana Santa de Baena ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Priego de Córdoba: tierra de presidentes

Regresamos hacia el sur por la A-333 para recorrer 32 kilómetros hasta Priego de Córdoba, una población que conserva toda la esencia andaluza: calles estrechas, casas blancas y balcones llenos de flores. El barrio de la Villa, de origen árabe, nos llevará hasta el balcón del Adarve, un mirador con preciosas vistas de los cultivos de olivo que se pierden entre las montañas del este. Muy cerca se alza el castillo de origen árabe reformado tras la reconquista, del que todavía destaca la torre Gorda o del Homenaje, que alcanza los treinta metros de altura. Desde aquí arranca la calle de la Ribera. La seguiremos hasta la plaza de Andalucía y bajaremos por la calle del Río, por donde circulaba un antiguo curso de agua. Aquí veremos algunos ejemplos del abundante legado barroco de la ciudad, como la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, con su puerta esculpida. En el número 33 de la calle del Río se halla la Casa natal de don Niceto Alcalá-Zamora, quien fuera presidente de la Segunda República entre 1931 y 1936. Esta es una gran oportunidad para conocer cómo era una residencia señorial andaluza en el siglo XIX.

 

Priego de Córdoba. Barrio de la Villa. © Caminos de Pasión

Alcalá la Real: castillos y escultores

El último tramo de nuestro recorrido nos adentrará por las ricas extensiones de olivos que marcan la frontera entre Córdoba y Jaén para llevarnos, en solo 30 kilómetros, hasta los pies de las antiguas murallas de la fortaleza de la Mota, que domina Alcalá la Real. Una de nuestras primeras visitas puede ser el palacio Abacial del siglo XVIII, en el centro de la ciudad. En su museo podremos ver una recreación de como era la vida en Alcalá durante la Edad Media, cuando se encontraba en el límite fronterizo entre la Andalucía cristiana y musulmana. Comparte el edificio con el Conservatorio Elemental de Música Pep Ventura, que lleva el nombre del compositor de ascendencia catalana que nació en la ciudad en 1817 y que, al volver a Cataluña, se convirtió en el padre de la sardana moderna. Otros hijos ilustres de Alcalá la Real son el escultor renacentista Pablo de Rojas y su discípulo barroco Juan Martínez Montañés.

Vale la pena pasear por el barrio de Las Cruces que, desde la ermita del Ecce-Homo, nos conduce al mirador de San Judas Tadeo por un barrio típico andaluz. Pero, sin duda, nuestra vista se centrará en la fortaleza de la Mota, yacimiento medieval donde finaliza este camino de pasión. Su perímetro amurallado es de los más extensos de Andalucía, y las tres torres de la alcazaba forman un conjunto que no parece haber cambiado desde la época en que los árabes la construyeron. Ellos estuvieron aquí desde el año 713 y llamaron a la ciudad Qal’at Banu Said. En 1341 los musulmanes fueron expulsados por el rey Alfonso XI, quien rebautizó a la ciudad como Alcalá la Real y la convirtió en un importante puesto de frontera durante 150 años, entre los reinos de Castilla y Granada. Terminaremos nuestra visita en la torre del Homenaje. Más allá de las almenas y de la iglesia abacial, se extiende el rompecabezas de muros caídos de la antigua medina árabe y del casco histórico de la ciudad. Y a lo lejos, tras los montes recubiertos de olivos, quizá lleguemos a distinguir el blanco brillo de la nieve de Sierra Nevada. Esta vista quizá sea el mejor resumen de Andalucía: una tierra rica en historia, cultura, gastronomía y naturaleza.

Info práctica

Camping Dehesa Nueva

Carretera Aznalcázar, Km. 3,200

41849 Isla Mayor

N 37° 16’ 38.5’’, W 6° 14’ 02.8’’

) +34 955 750 981

www.campingdehesanueva.es

info@campingdehesanueva.es

A 54 minutos de Utrera y cerca de la ciudad de Sevilla, este camping cuenta con una zona de acampada al aire libre que está inmersa en un pinar centenario, lo que hace que todas las parcelas estén sombreadas. Las parcelas no disponen de toma de electricidad en la propia parcela, por lo que, se recomienda llevar un alargador.

Aparcamiento autocaravanas Osuna

A-378, Osuna

N 37° 13’ 55’’, W 5° 5’ 50’’

Gratuito

La zona de estacionamiento se halla en las inmediaciones del supermercado Eroski, por lo que se pueden aprovechar sus servicios, y próximo a Osuna. Permite la descarga de aguas residuales e inodoros, y cuenta con agua corriente y seguridad. Hay otro aparcamiento en la C/ Diseminado Extrarradio (N 37° 14’ 32’’, W 5° 6’ 49’’), también gratuito.

Camping Fuente de Piedra

Calle Campillos, 88-90

29520 Fuente de Piedra

N 37° 07’ 44.4’’, W 4°44’ 00.2’’

) +34 952 735 294 y 670 201 920

www.campingfuentedepiedra.com

info@campingfuentedepiedra.com

A 40 minutos de Osuna, este camping cuenta con habitaciones y cabañas además de parcelas para caravanas y autocaravanas. Las parcelas son de unos 49 m² y pueden estar hasta seis personas. Cuenta con 600 MB de Internet y servicio de restaurante. Asimismo, se puede disfrutar de piscina y actividades como golf, tiro con arco y pádel.

Área de auto-caravanas Priego de Córdoba

Recinto Ferial Niceto Alcalá-Zamora

14800 Priego de Córdoba

N 37° 26’ 36.3’’, W 4° 12’ 43’’

) +34 957 700 625

www. turismodepriego.com

informacion@turismodepriego.com

Gratuita. La estancia máxima es de 48 h.

Este lugar cuenta con 10 plazas y zona abierta junto al área. Dispone de servicio de suministro de agua limpia y sirve de punto de recogida de aguas grises y negras. Es una zona tranquila junto a un bonito parque. En el área urbana de la ciudad encontrará bares y restaurantes.

Área de Cabra

C/ Juanita la Larga

14940 Cabra

N 37° 27’ 58’’, W 4° 25’ 26’’

) +34 957 520 110

cabra@cabra.net

Gratuito.

Bonito aparcamiento en una zona tranquila, cercano a la fuente del río. Cuenta con un patio de recreo, descarga de aguas residuales e inodoros y agua potable. En la avenida Pedro Iglesias (N 37° 28’ 36’’, W 4° 26’ 27’’), está el Área de Cabra II, también gratuito y con menos servicios, pero igual de tranquilo.

Península Ibérica

Cabo de Gata-Níjar

El Parque Natural Marítimo-Terrestre del Cabo de Gata-Níjar, antaño refugio de piratas y hoy Reserva de la Biosfera, es un paisaje de roca volcánica, playas vírgenes bañadas por aguas color turquesa y desiertos de cactus y lomas áridas. Escenario único de desembarcos de antiguos bucaneros y auténticos duelos de Western en poblados de cartón-piedra. Se trata del primer parque marítimo-terrestre de Andalucía. Es un parque de origen volcánico y el espacio protegido marítimo-terrestre de mayor superficie y relevancia ecológica de todo el mar Mediterráneo occidental europeo. Con una de las franjas costeras de mayor belleza y riqueza ecológica del Mediterráneo y una extensión de 38000 hectáreas, a las que hay que sumar una franja marina de una milla de anchura (12000 hectáreas), el parque natural se ha convertido en una de las joyas naturales para el turismo de Almería.

La piedra desnuda, de formas surrealistas, y el agua del mar Mediterráneo, azul y cálida, se mezclan a la perfección en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Esta ruta, que comienza en la playa del Algarrobico, en Carboneras, recorre el parque buscando sus rincones más espectaculares y simbólicos y finaliza en el cercano desierto de Tabernas, una de las sorpresas del recorrido, famoso como escenario de múltiples películas.


• Distancia: 138 kilómetros de ruta

• Puntos de la ruta: Carboneras - Las Negras - La isleta del Moro - Los Escuellos - El Pozo de los Frailes - San José - Tabernas

Las playas escondidas de Carboneras

Esta ruta por el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar empieza en Carboneras, que se encuentra justo en la frontera con el parque y cuyos alrededores ya avanzan algunas de las características de su paisaje: sus casi quinientos kilómetros cuadrados protegen tanto la tierra como un ancho tramo de mar a lo largo de 63 kilómetros de costa que, a pesar de la aridez del entorno, posee una de las mayores diversidades de fauna y flora del Mediterráneo y representa el mayor espacio marino protegido en Europa continental. Aquí ya se empieza a ver el paisaje desértico que nos acompañará durante toda la ruta. Su parecido con el desierto de Arabia hizo que la vecina playa del Algarrobico, a solo cuatro kilómetros al norte, fuera utilizada en la película Lawrence de Arabia como set de rodaje para la ciudad de Aqaba, en el mar Rojo.

Carboneras tiene mucho que agradecerle a la película ya que, a pesar del polémico hotel construido en la costa en 2003 que le quita ahora encanto a la playa, esta sigue siendo una de las más visitadas por los turistas. Esta conexión con el film se puede apreciar junto a la Oficina de Turismo del ayuntamiento, donde se encuentra, desde 2013, una estatua en honor del actor Peter O’Toole, que aparece vestido como el protagonista principal.

Al sur de Carboneras se halla otra célebre playa (considerada en 2007 la mejor de España a pesar de su macabro nombre): la playa de los Muertos, de 1200 metros de largo y que debe su apelativo a los cadáveres que solían llegar flotando cuando naufragaba alguna embarcación en las cercanías. La carretera AL-5106 nos deja cerca, aunque el último tramo hay que hacerlo a pie por empinados senderos. Los dos caminos posibles (uno que parte del punto de información y otro desde el final de la zona de estacionamiento) son de unos setecientos metros de longitud y bastante desnivel, lo que los hace desaconsejables para niños y personas mayores. Pero merece el esfuerzo, pues a pesar de su belleza reconocida, la playa, enorme, solitaria y tranquila, no está masificada y ofrece al visitante el agua más cristalina y azul de la zona. Además, aún guarda un par de secretos para quien quiera caminar un poco: en el extremo sur, un par de grandes rocas se levantan en medio de la arena y dividen la playa de la Punta de los Muertos. La pequeña franja de arena de noventa metros de longitud que queda entre las rocas y la punta, más abrigada de los vientos que el resto, es la cala del Peñón Cortado, excelente para familias. Y en el extremo norte, la cala de las Salinicas es una playa parecida, de doscientos metros, accesible solo desde el mar o por un sendero escarpado que sale a la izquierda del aparcamiento en dirección al mirador. El camino no es fácil, lo que significa que, posiblemente, estaremos solos para disfrutar de su magnífica arena.

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