Pisagua, 1948. Anticomunismo y militarización política en Chile

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En ese sentido, la reclusión en el Campo de Pisagua no provocó la deserción política de sus militantes, como había ocurrido en 1927, sino se mantuvieron dentro de su colectividad y unidos en la lucha contra los estados de excepción constitucionales de Gabriel González. Por eso, una de sus batallas fue la demanda por el cierre de Pisagua, calificado como campo de concentración, como lo explicitó el manifiesto lanzado por el Comité de Relegados de Pisagua: «Pedimos solidaridad a todos los hombres y mujeres demócratas del país: que se termine la vergüenza de los campos de concentración. Defendemos elementales principios humanos y derechos atropellados. Las Naciones Unidas han condenado estos bárbaros métodos y procedimientos. Llamamos a todos los chilenos conscientes a luchar por la defensa de nuestro régimen democrático. Por la libertad de los presos políticos y por la derogación de las leyes represivas [...] Que Chile no sea una mancha tenebrosa en un mundo que marcha hacia una democracia más alta […] Reclamamos […] se liquide este maldito campo de concentración y vuelva la seguridad y el honor a nuestra patria»169.

La posibilidad de este tipo de resistencia se relacionó con la subsistencia del Congreso y los partidos, que permitieron acceso al campo y comunicación con los allí recluidos, de modo que las resistencias actuaban coordinadamente. Por ello, la fuerza de la demanda por cerrar Pisagua, deslegitimar las leyes represivas y la urgencia de su derogación provenían de ese carácter del régimen contra el cual se luchaba. Este manifiesto al pueblo de Chile formaba parte de la resistencia que oponía relatos alternativos a los del gobierno, desmintiendo sus afirmaciones e impidiendo su monopolio informativo y el manejo de la opinión pública que ello le posibilitaba.

Parte de esa contienda fue la decisión de los recluidos de declararse en huelga de hambre, tal como lo anunció el Gobernador de Pisagua al Intendente: «Doy cuenta a US. que ayer siete horas ciudadanos trasladados a esta localidad declaráronse (sic) en huelga de hambre. Prácticamente no reviste tal carácter, sino han resuelto no recibir rancho fiscal […] Se sabe extraoficialmente que esta determinación tiene carácter indefinido»170. Esta decisión respondió a la aprobación parlamentaria de las cuartas facultades extraordinarias solicitadas por el Presidente de la República, las cuales le permitían seguir manteniendo el Campo de Pisagua, las prisiones y la suspensión de los derechos constitucionales: «Estos y otros hechos que denunciamos a la opinión pública del país, han determinado que hayamos adoptado la gravísima resolución de ir a una HUELGA DE HAMBRE (sic) a contar del 21 de noviembre de este año, como única arma de que disponemos para defender la poca vida que nos queda […] y protestar por el nuevo período de opresión que vivirá nuestra patria. Con ello ponemos en peligro nuestras vidas, pero lo hacemos con firmeza y decisión, teniendo conciencia de que es preferible la muerte de una vez a la muerte lenta y dolorosa a que estamos sometidos y porque, al mismo tiempo, sabemos que luchamos por la restauración de la democracia chilena»171. Estas expresiones aludían no solo al tema de la alimentación, el agua y las malas condiciones existentes en el lugar, sino a los muchos enfermos en Pisagua y los muertos: Félix Morales, Ángel Veas, Isaías Fuentes, exgobernador de Coronel, José Bello Oliva, exgobernador de San Vicente, sacado agónico del Campo y fallecido en Rancagua. Según el teniente Coronel de Carabineros, Octavio Allende, solo siete de los 312 recluidos en Pisagua, en noviembre de 1948, no se sumaron a la huelga de hambre. Tras una semana, la huelga fue depuesta momentáneamente, cuando recibieron una comunicación telegráfica de los parlamentarios comunistas en Santiago, en la cual también se les señalaba que se gestionaba su libertad.

En el contexto de la huelga de hambre, algunos recluidos en Pisagua decidieron emprender la fuga. Así fue informado por la Prefectura de Tarapacá a la Jefatura de Zona en la misma comunicación que se daba cuenta de la huelga de hambre: «A la lista faltaron los trasladados Salvador Araya Araya, Amador Cortés Araya y Luis Droguet Rodríguez, quienes se presume se hayan fugado por mar». Meses antes, en julio de 1948, ya se había observado la ausencia en la lista de seis recluidos, situación que se repitió en enero del año siguiente, cuando el Prefecto comunicó la falta de otros seis172. Poco después se fugó desde el Hospital Regional de Iquique «el trasladado Julio de la Jara, que se encontraba hospitalizado en la cama No. 36, sala 5, del 2º piso. Al parecer se había fugado por no encontrarse en las diversas dependencias del establecimiento». Según lo averiguado, se escapó en medio de tratamientos en distintos pabellones del recinto, del cual sería devuelto al Campo de Pisagua, una vez dado de alta, mientras otros cinco fugados a mediados de diciembre de 1949, fueron capturados en Caleta Buena. Uno de los fugados fue Gavino Baltasar Supanta, 38 años, casado, carnet N.00997879, de Iquique, agricultor, quien había abandonado el puerto de Pisagua, por lo que de inmediato se impartieron las instrucciones consiguientes con el fin de ubicar su paradero, pero «hasta la fecha no se han obtenido resultados favorables»173. Como mencionamos antes, la esposa de Gavino Baltasar Supanta solicitó reunirse con él, lo cual le fue negado por el Jefe de Zona.

A esta resistencia interna se sumó la internacional, la que perseguía rebatir las noticias que circulaban acerca de la situación de Chile, enviada por agencias norteamericanas. Pablo Neruda fue la voz de la resistencia comunista en el exterior. Apenas organizados los campos de detenidos y la expulsión en masa de obreros y sus familias a lo largo del territorio nacional, el poeta-senador comunista escribió una Carta íntima para millones de hombres, publicada en el diario venezolano El Nacional, de Caracas174. Así lo explicaba: «Quiero informar a todos mis amigos del continente sobre los desdichados acontecimientos ocurridos en Chile. Comprendo que gran parte de la opinión se sentirá desorientada y sorprendida […] esta tradición democrática, patrimonio central de los chilenos y orgullo del continente, está siendo hoy aplastada y deshecha por la obra conjugada de la presión extranjera y la traición política de un Presidente elegido por el pueblo»175. La carta daba cuenta de los atropellos que estaban ocurriendo en el país, detallando sus motivaciones y describiendo sus distintas facetas. Neruda delató lo que entendía como un contubernio entre el Presidente «traidor» y el imperialismo norteamericano, aliados para abortar el programa de gobierno, aprobado en una convención democrática, denunciando la injerencia de «la Guggenheim, la Chile Exploration Corp., la Anaconda Cooper, la Anglo Chilean Nitrate, la Braden Cooper Co., la Bethlehem Steel […] organizaciones tentaculares que poseen todos los depósitos minerales de Chile, se movían cercando al Presidente recién elegido»176, además de grandes banqueros. A ello se habrían sumado las gestiones diplomáticas del Embajador de Chile en Washington, Félix Nieto del Río, y del General Barrios Tirado, a quienes acusó de colaborar en la entrega, por parte de Gabriel González, de información acerca del territorio costero nacional, «secretos militares de las defensas al Estado Mayor norteamericano; y nuevas y numerosas misiones militares y policiales de esa nación actúan, sin ningún control del gobierno chileno, dentro del territorio nacional». Neruda describió a sus lectores la vida y el trabajo en subterra177, bajo el mar hasta ocho kilómetros, invadidos por el polvo grisú, con salarios inferiores a US$00.50 diarios, en jornadas de doce horas y viviendo en piezas junto a seis personas o más, condiciones que hacían comprensible la existencia de movimientos obreros fuertes y combativos: «Sin embargo, ahora y por primera vez, un Presidente elegido precisamente por esos obreros –para que alguna vez se escuchara el clamor que sube desde su infierno– ha declarado en público que el movimiento huelguístico no se debe a las espantosas condiciones existentes en la zona del carbón, sino a complots internacionales»178.

El poeta-senador quiso desmitificar el calificativo de democrático que se aplicaba a Chile en el concierto continental, en un momento en que todas las libertades eran conculcadas y la represión arreciaba. Voceó al mundo la militarización de la región carbonífera, así como la utilización de aviones y de tribunales militares en tiempo de guerra. Y la apertura de «dos campos de concentración se han habilitado permanentemente en esta guerra contra el pueblo chileno […] El terror, la intimidación, la censura de prensa y de radio, y la delación instigada por el gobierno reina en este momento. No hay garantías individuales, ninguna libertad es respetada por el estado policial de González Videla»179.

El gobierno interpuso una querella judicial contra Neruda por injurias y calumnias contra el Presidente de la República, delito contemplado en la Ley 6026, sobre Seguridad Interior del Estado, poniéndolo a disposición de los tribunales, para lo cual fue, poco después, desaforado. El vate, como es sabido, huyó del país y continuó su lucha en el extranjero, desde el mundo de la cultura.

La Guerra Fría no fue solo militar, sino además cultural, siendo una confrontación por las mentes de la población, para la que se utilizaron métodos de guerra psicológica, es decir, la persuasión, toda vez que la pugna entre distintos modelos de sociedad se jugó en los estudios universitarios, el cine, la literatura, las historietas y en las distintas expresiones sociales. En esta Guerra Fría cultural, los intelectuales desempeñaron un importante papel, al igual que la propaganda, dirigida a influir en el pensamiento, las opiniones, actitudes, emociones y comportamientos de las personas180. Los Estados Unidos utilizaron este tipo de guerra para destruir la atracción que ejercía el marxismo y la Unión Soviética entre la intelectualidad europea tras la Segunda Guerra Mundial y atraerla hacia su política exterior, tarea en la que la CIA tuvo un protagonismo clave, desarrollando acciones encubiertas. La Unión Soviética tenía una mayor experiencia en el uso de la cultura como herramienta de persuasión, desarrollada durante la Revolución Bolchevique, la guerra civil-internacional que le siguió y la consolidación del estado soviético. Parte de esta naciente Guerra Fría cultural fue el Congreso Mundial por la Paz, cuyo origen estuvo en el Congreso de Escritores en Berlín del Este, en 1947, y que tomó forma definitiva en París, en 1949, en el Comité Mundial de Partidarios de la Paz y finalmente en 1950, en el Consejo Mundial de la Paz, tras el llamado de Estocolmo. Acusándola de fachada para sus planes de conquista mundial, Estados Unidos contrapuso el Congreso por la Libertad de la Cultura, organizado por la CIA.

 

El Consejo Mundial por la Paz promovía el antiimperialismo, el desarme nuclear, la coexistencia pacífica y la independencia de los pueblos181. El Partido Comunista de Chile se hizo parte de ese movimiento mundial: «El PC fue parte fundamental de la organización del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento de los Partidarios de la Paz, contrario a la guerra en países lejanos geográficamente de Chile y América Latina –como Corea– que no habían amenazado su “interés nacional”», condenando cualquier agresión armada en su contra y la presión sobre Chile para enviar tropas. Todos los esfuerzos debían estar, contrariamente, en la lucha contra la pobreza del pueblo chileno: «El Movimiento Nacional de los Partidarios de la Paz manifiesta que los preparativos para enviar un contingente militar chileno al extranjero serán gravemente atentatorios en contra de los intereses nacionales, en contra de su desarrollo y progreso»182.

Pablo Neruda, poeta chileno comunista, fue uno de los escritores que, junto a artistas e intelectuales de todo el mundo, participaron en el Comité Mundial de Partidarios de la Paz, en París en 1949, ciudad donde llegó tras su huida de Chile, siendo incorporado a las sesiones en su última jornada y aclamado183. La participación de Neruda en este consejo permitió la llegada de su voz y las denuncias contra el régimen de Gabriel González en Chile y una resistencia internacional-cultural. En el comité, Neruda acusó al Presidente estadounidense Harry Truman de ser el mayor responsable de la Guerra Fría, denunciando su ofensiva contra América Latina, subcontinente al que buscaba someter mediante presiones económicas y amenazas a la libertad, como había ocurrido en Puerto Rico y Guatemala. En ese contexto cabía Chile, donde bajo el gobierno de Gabriel González se había lanzado al Partido Comunista a la ilegalidad, rompiendo relaciones con la órbita soviética y persiguiendo a sus militantes y a él mismo184.

El movimiento realizó numerosas actividades en distintos países, para relevar los valores promovidos, aprobando una serie de resoluciones. En la primavera de 1949, Chile fue sede de la Semana Internacional de la Paz, en la cual participaron obreros, empleados, estudiantes e intelectuales, con actos en sindicatos, radios, el local de la FECH y del MEMCH. En México se celebró el Congreso Americano pro Paz, donde se condenó los regímenes «supervivientes del fascismo», las responsabilidades del «capital monopolista» y la absorción de las economías latinoamericanas, acciones que, en lugar de buscar la paz, impulsaban la guerra y violaban las libertades185.

La participación del Partido Comunista chileno en ese movimiento internacional colocó su resistencia en el contexto mundial de la Guerra Fría.

La causa de los recluidos en Pisagua, la Ley de Defensa de la Democracia y el efecto del alineamiento latinoamericano respecto de Estados Unidos pusieron al gobierno de González Videla en un lugar en la historia nacional, regional y mundial del momento, en tanto no se trató de un evento aislado, sino conectado a múltiples procesos de la época. En ese sentido, el Campo de Pisagua sintetizó una variedad de procesos internos e internacionales, con proyecciones a futuro.

22 Testimonio de Carmen Vivanco, esposa de Óscar Ramos Garrido, encargado de la Juventud Regional de Antofagasta, ambos militantes comunistas, en José Miguel Varas, Los Tenaces, Santiago, LOM, 2010, p. 77.

23 Testimonio de Samuel Riquelme, militante comunista, en José Miguel Varas, op. cit., pp. 109-110. El senador socialista Marmaduque Grove denunció en el Congreso la brutalidad con que los carboníferos y sus familias fueron tratadas y expulsadas.

24 La Nación, 21 de agosto de 1947, p. 1.

25 Gabriel González. Memorias. Santiago, Editora Nacional Gabriela Mistral, 1975, vol. I, p. 734.

26 El Rancagüino, 8 de octubre de 1947, p. 3.

27 La Nación, 21 de agosto de 1947, p. 1.

28 Archivo Nacional. Fondo Gabriel González Videla (en adelante AGGV), vol. 99 Discursos, p. 70.

29 Las partes de las Memorias del General Barrios Tirado que se citan, están contenidas en las Memorias de Gabriel González, quien asegura que la viuda del General, señora Elena Merino, se las facilitó y lo autorizó para reproducir algunos capítulos del Tomo V.

30 Gabriel González. Memorias, op. cit., p. 655.

31 Ibid., p. 656.

32 El Sur (Concepción), 5 de octubre de 1947, p. 1.

33 Gabriel González Videla. Memorias, p. 661.

34 El Sur (Concepción), 6 de octubre de 1947, p. 1

35 Boletín de Sesiones del Senado (en adelante BSS), 14 de octubre de 1947, p. 94.

36 El Sur (Concepción), 6 y 8 de octubre de 1947, p. 1; Gabriel González V. Memorias, op. cit., p. 656. El Jefe de Zona en la provincia de O’Higgins fue el teniente Coronel Rafael Ordóñez Pumarino, Comandante del grupo Membrillar. Siguieron las detenciones de dirigentes comunistas en el mineral El Teniente y a quienes no volvieran al trabajo se amenazó con el desalojo de sus familias. El Rancagüino, 23, 24 y 27 de octubre de 1947, pp. 2 y 3, respectivamente.

37 Lira y Loveman. Poder Judicial, op. cit., p. 457. Jody Pavilack también afirma el uso de gran violencia.

38 Barco chato de proa y popa.

39 El Sur (Concepción), 7 de octubre de 1947.

40 «Concepción, 7 de enero de 1948», FGGV, vol. 111 (1942-1948).

41 Gabriel González V. Memorias, pp. 656-657.

42 Reunión de Barrios Tirado con autoridades de la zona, el 14 de octubre, en el cuartel general de la III División en Concepción. Gabriel González. Memorias, p. 658.

43 AGGV, vol. 99. Discursos, p. 88.

44 Gabriel González V. Memorias, op. cit., p. 659

45 BSS, 14 de octubre de 1947, p. 82.

46 Solidaridad (Santiago), agosto de 1948, Año 2, No. 2, p. 2; Gabriel González V. Memorias, op. cit., p. 691. El decreto designando Jefe de Zona en Tarapacá: «Telegrama del Subsecretario del Interior a Intendente (urgente), 23 de octubre, 1947: Decreto del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaría Guerra, Nº 2284, de fecha 23 del actual, dispone en su parte resolutiva lo siguiente: Declárase Zona de Emergencia la Provincia de Tarapacá y nómbrase Jefe Militar de dicha Zona al General de División Don Guillermo Aldana S. [...] Firmado por Gabriel González Videla, Guillermo Tirado y Manuel Holger». Se ordenaba comunicarlo a gobernadores y demás autoridades de la provincia. Fondo Intendencia de Tarapacá (ITAR), vol. 1853, Ministerio del Interior, 1947-1948.

47 El Siglo, 3 de julio de 1963.

48 El Despertar (Iquique), 2 noviembre de 1947. Entre los 20 relegados consignados en el artículo estaban el abogado Mario Rojas Díaz, Augusto Fernández, el exdiputado Reinaldo Núñez Álvarez, el regidor Mario Hermosilla Venegas, Humberto Arce Aránguiz y Enrique Kirberg (para el 11 de septiembre de 1973, rector de la Universidad Técnica del Estado). Según el diario radical El Tarapacá, del 2 de noviembre de 1947, en el Araucano llegaron 144 militantes comunistas.

La fuente de donde extractamos esta información, El despertar de los trabajadores, comenzó a reeditarse en Santiago en agosto de 1940, como lo informó el Intendente de Santiago al Director de Investigaciones. En Iquique se publicó entre diciembre de 1946 y febrero de 1948. Archivo Intendencia de Santiago (AIS), 30 de agosto de 1940, vol. 1073, Prefectos, 1940.

49 El Despertar, 4 noviembre de 1947.

50 Hemos destacado en negrillas –y lo seguiremos haciendo– los distintos términos (trasladados, relegados, concentrados, detenidos) que las autoridades utilizaban para referirse a la orden de reclusión en Pisagua, para denotar la imprecisión legal que inundaba el proceso.

51 Boletín de Sesiones de la Cámara de Diputados (en adelante BSCD), 4 de noviembre de 1947.

52 Ibid.

53 El Despertar (Iquique), 4 de noviembre de 1947.

54 El Despertar (Iquique), 15 de noviembre de 1947.

55 José Miguel Varas. Los tenaces, op. cit., pp. 107-108; El Despertar (Iquique), 25 de noviembre de 1947. La narración de los relegados a Melinka en Solidaridad, junio de 1948, p. 4. Otros estaban en lugares tan apartados como era el caso del comunista Eugenio Vallejos, relegado en Chilcaya, o de Isaías Pardo en Guallatiri, ambos en la actual comuna de Putre, a más de 4 mil metros de altura; otros en Cosapilla, Subdelegación de General Lagos, Departamento de Arica en la provincia de Tarapacá.

56 El Tarapacá (Iquique), 29 de octubre de 1947, p. 5; también 23 y 25 de octubre, pp. 2 y 5; Documento No. 1, Solidaridad (Santiago), agosto de 1948, Año 2, No. 2, p. 2. Aparecen muchos nombres; El Rancagüino, 20 de noviembre de 1947, p. 3.

57 El Siglo (Santiago), 3-4 de julio de 1963, p. 5. Según Levensberg, en octubre de 1947 era Jefe de Plaza de la oficina “Alianza”, en Tarapacá.

58 Augusto Pinochet. El día decisivo. Santiago, Andrés Bello, 1979, pp. 23 y 72-77.

59 Prefectura de Tarapacá, Reservado No. 20, ITAR, vol. 1839. Oficios Enviados desde Carabineros e Investigaciones (1946-1948).

60 El Despertar (Iquique), 16 de diciembre de 1947; El Norte (Coquimbo), 25 de octubre de 1947, p. 1.

61 El Despertar (Iquique), 11, 16, 22, 25 y 27 noviembre de 1947. Según el teniente (r) Levensberg, los apresados en Humberstone llegaron a Pisagua en la barcaza Bolados. El Siglo, 4 de julio de 1963, p. 5.

62 «Telegrama del Ministerio del Interior a Intendencia de Tarapacá, 29 de noviembre de 1947». ITAR, vol. 1853, Ministerio del Interior (1947-1948). La experiencia de relegación en lugares distintos de Pisagua en Salgado, op. cit., cap. 3.

63 El Despertar (Iquique), 1 de enero de 1948. Era el caso del alcalde y del regidor de Pisagua, Domingo Espinoza y Gabino Baltazar, dirigentes sindicales de la oficina Aguada y del encargado del diario El Despertar.

64 «Ministerio del Interior a Intendente, 11 de agosto de 1948». ITAR, vol. 1853, Ministerio del Interior (1947-1948).

65 ITAR, vol. 1853, Ministerio del Interior (1947-1948).

66 «Prefecto a Jefe de Zona», 10 y 28 de noviembre de 1949, ITAR, vol. 1865. Carabineros e Investigaciones (1949). Doris tenía 18 años al momento de su detención. Es posible encontrar los decretos del Ejecutivo ordenando el «traslado» a Pisagua de numerosas personas, firmados por el Presidente y sus ministros del Interior y Defensa en mayo de 1948, en ITAR, vol. 1853, Ministerio del Interior (1947-1948).

 

67 Alberto Carrasco García, General de Brigada, VI División de Ejército, Of. Confidencial No. 15, 8 de febrero de 1949, ITAR, vol. 1809, Reparticiones Militares (1943-1950).

68 «Inspector Jefe provincial de Investigaciones a Jefatura de Zona de Emergencia», No. 227 y parte de novedades No. 4, Iquique, 14 de septiembre y 29 de agosto de 1949, ITAR, vol. 1865. Carabineros e Investigaciones (1949). En noviembre llegó personal del diario comunista El Popular, de Antofagasta, acusado de «imprimir panfletos subversivos en contra del gobierno». El Tarapacá, 1 de noviembre 1947, p. 1.

69 Ministerio del Interior, Circular Confidencial No. 1936, 10 de mayo de 1949, ITAR, vol. 1851, circulares de los ministerios (1947-1953)

70 General Alberto Carrasco García, 2 de septiembre de 1949, ITAR, vol. 1809, Reparticiones Militares (1943-1950). El caso de Tristán Barrera puede seguirse en el vol. 1854, Oficios Generales (1948-1949). Epifanio Flores parece haber sido liberado en septiembre de 1949, considerando el informe a su favor enviado por el General Carrasco.

71 Intendente Justo Pastor Rivera a Jefe de Zona de Emergencia, 29 de agosto de 1949, ITAR, vol. 1854, Oficios Generales (1948-1949).

72 Intendencia a Jefe de Zona de Emergencia, decreto No. 398, 30 de agosto de 1949, ITAR, vol. 1854, Oficios Generales (1948-1949).

73 La Prensa Austral (Punta Arenas), 5 de diciembre de 1947, p. 8. Las Zonas de Emergencia terminaron, momentáneamente, en los primeros meses de 1950.

74 Gabriel González. Memorias, op. cit., p. 692.

75 «Gobernador de Pisagua a Intendente, Oficio No. 122, 28 de febrero de 1946» (Memoria correspondiente al año 1945), ITAR, vol. 1838, Gobernaciones (1946-1948).

76 Tomás Rivera Muñoz «Gobernador a Intendente, Oficio No. 65», 23 de mayo de 1946 y «Prefecto de Carabineros a Intendente, Oficio No. 198, 10 de febrero de 1947», ambos documentos en ITAR, vol. 1838, Gobernaciones (1946-1948); La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1. Las autoridades regionales denunciaron la decadencia del puerto ya en 1943, reiterándose en 1945 al extremo que se propuso el traslado del Departamento de Pisagua a Zapiga. Consultar: ITAR, vols. 1802, 1828 y 1832, Ministerio del interior, 1943 y Oficios a los Ministerios (1945-1947), Ministerio del Interior, 1946, respectivamente.

77 La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1.

78 Gabriel González V., Memorias, op. cit., p. 692 y 695. Asegura que esa información coincidía con la del periodista Mario Planet y del diputado José Avilés (2ª agrupación departamental de Antofagasta, Tocopilla, El Loa y Tal Tal; radical), quienes habrían visitado Pisagua. Según la información comunista, las barracas se comenzaron a construir en diciembre. El Despertar, 1 de diciembre de 1947. Según la declaración del detenido en Pisagua, Carlos Luis Jorquera, Planet envió un reportaje a la revista Time, donde calificaba al Campo de Pisagua como un «country club». El Siglo, 20 de julio de 1963, p. 2.

79 Solidaridad, agosto de 1948, Año 1, No. 2, p. 2.

80 General Guillermo Aldana en La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1.

81 Testimonio del teniente (r) Levensberg, El Siglo, 4 de julio de 1963, p. 5.

82 Las cifras de detenidos provienen del informe del General Aldana en Gabriel González, Memorias, op. cit., pp. 693-694. En la entrevista del General Aldana, de enero de 1948, él aseveró que en Pisagua había 487 trasladados y 113 familias, de los cuales cien eran de Tarapacá. La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1. Un análisis del tipo de militante que fue perseguido y confinado en Pisagua y otros puntos en relación al género y la edad, en Alfonso Salgado, op. cit., pp. 135 y ss.

83 El Tarapacá (Iquique), 11 de noviembre de 1947, p. 5.

84 El Tarapacá (Iquique), 4 de noviembre de 1947, p. 5.

85 Reservado No. 20, 1 de septiembre de 1948, ITAR, vol. 1839, Oficios Enviados desde Carabineros e Investigaciones (1946-1948).

86 Solidaridad, agosto de 1948, Año 1, No. 2, pp. 1 y 3. La descripción que haremos de la vida en el Campo proviene de esta misma fuente.

87 El Siglo, 4 de julio de 1963, p. 5.

88 El Despertar, 1 de diciembre de 1947.

89 El Despertar, 21 y 27 de enero de 1948.

90 El Despertar, 4 de febrero de 1948.

91 Solidaridad, Año 1, No. 2, agosto de 1948, p. 2.

92 Ibid., El Tarapacá (Iquique), 26 de noviembre de 1947, p. 5; el General Aldana en entrevista con La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1. En el caso de los «confinados de Más Afuera» de 1927-1929, ellos mismos debían cocinar, pues era parte de la distribución de tareas ordenada por los carabineros a cargo.

93 Solidaridad, agosto de 1948, Año. I, No. 2, p. 1; El Tarapacá (Iquique), 26 de noviembre y 12 de diciembre. de 1947, pp. 5 y 7, respectivamente.

94 La Nación, 24 de enero de 1948, p. 1.

95 Alfredo Muñoz Eyzaguirre, Teniente Coronel de Carabineros y Prefecto a Intendencia de la Provincia, 29 de septiembre de 1947, ITAR, vol. 1839, Oficios Enviados desde Carabineros e investigaciones (1946-1948).

96 El Siglo, 22 de julio de 1963, p. 2. Según el testimonio de Jorquera, una comisión investigadora de la Cámara viajó a Pisagua en enero de 1949, entregándosele un resumen de las atenciones médicas, las que, a su juicio, reflejaban el mal estado de salud de los reclusos en Pisagua.

97 El Despertar, 20 de noviembre de 1947. Ese fue, también, el caso de Reinaldo Núñez y de la regidora y directora de la Escuela de Lota, Blanca Sánchez, 16 de diciembre de 1947.

98 Alfredo Muñoz Eyzaguirre, Teniente Coronel de Carabineros y Prefecto a Intendente, 3 de octubre de 1947, ITAR, vol. 1839, Oficios Enviados desde Carabineros e Investigaciones (1946-1948).

99 «Prefecto de Carabineros a Jefe de Zona de Emergencia», Memorándum 45, 15 de noviembre de 1947, ITAR, vol. 1865, Carabineros e Investigaciones (1949).

100 El Despertar, 24 de enero de 1948. Félix Morales Cortés fue militante de la JJCC desde 1930 y Secretario Regional de la Juventud Comunista en 1934; el Presidente Pedro Aguirre Cerda lo nombró en 1940 Secretario de la Gobernación de Arica, cargo en el que permaneció hasta 1944, para luego trabajar como pintor en la oficina Victoria. Era escritor y poeta. En 1946 comenzó a colaborar en El Despertar. Su historia es relatada por Volodia Teitelboim en Pisagua.

101 Félix Morales envió un telegrama al Ministerio del Interior, reclamando por su detención y demandando que se le liberara. Sin embargo, el Ministerio confirmó la orden de detención, solicitada por el Jefe de la Zona de Emergencia. «Ministerio del Interior a Intendente (urgente)», 7 de enero de 1948, ITAR, vol. 1853 Ministerio del Interior (1947-1948). Según la prensa fue llevado grave al Hospital de Iquique, pero falleció. El Despertar, 9 de diciembre de 1947.

102 «Intendente a Secretario General de Gobierno», Oficio No. 125, 20 de noviembre de 1948, ITAR, vol. 1853, Ministerio del Interior (1947-1948).

103 Confidencial No. 15214, 15 diciembre de 1948, ITAR, vol. 1853 Ministerio del Interior (1947-1948)

104 El Despertar (Iquique), 4 de noviembre de 1947.

105 El Despertar (Iquique), 11, 15 y 20 de noviembre de 1947.

106 Solidaridad (Santiago), junio de 1948, Año I, No. I.

107 El Despertar (Iquique), 15 y 13 noviembre de 1947.

108 El Despertar (Iquique), 22, 26 y 27 de noviembre de 1947; 4 y 5 de diciembre de 1947.

109 El Despertar (Iquique), 9 de diciembre de 1947; 1 y 16 de enero de 1948.

110 El Despertar, 28 de enero de 1948. Entre las donaciones llegadas desde Santiago estaban las del senador Elías Lafertte y del diputado falangista Radomiro Tomic.

111 Solidaridad, junio de 1948, Año I, No. I.

112 El Despertar (Iquique), 25 de diciembre de 1947; también 20 y 21.

113 El Despertar (Iquique), 21 y 28 de noviembre de 1947.

114 Solidaridad (Santiago), Año 2, No. 2, octubre de 1949, p. 8. El comité fue informado al Congreso por el senador Guillermo Guevara, BSS, 4 de noviembre de 1947.

115 Comité de Solidaridad y Defensa de las Libertades Públicas. El Estado Policial o la Ley de Defensa de la Democracia Santiago, 1951, pp. 83; Rolando Álvarez «Frente Popular. Democratización y represión en Chile (1938-1952)» en Rolando Álvarez Forjando la vía chilena al socialismo. El Partido Comunista de Chile en la disputa por la democracia y los movimientos sociales (1931-1970), Valparaíso, América en Movimiento, 2020, p.89 ; la incorporación de la FECH fue rememorada en Democracia (Santiago), 13 de marzo de 1950.