Ecumenismo

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Decíamos más arriba que entre la Iglesia católica en la Argentina, como en el mundo, la relación con las iglesias históricas ha sufrido por la comprensión distinta y hasta opuesta en temas sensibles en torno a la vida y la familia. Inversamente, la similar concepción de las iglesias evangélicas bautistas, libres y pentecostales ha contribuido al acercamiento con ellas26. Así ocurrió con el “Compromiso por la vida” firmado el 15 de septiembre de 2011 por los representantes católicos, bautistas, pentecostales, iglesias libres, menonitas, presbiterianos, en una de sus ramas, y ortodoxos y orientales. Otros adhirieron posteriormente, entre ellos Aciera, la importante federación de iglesias evangélicas congregacionales27. Cuando en 2018 el Congreso debatió un proyecto de ley de aborto, las iglesias evangélicas libres, congregacionales y pentecostales, organizaron un acto en torno al Obelisco, en la Ciudad de Buenos Aires. Fue multitudinario, con nutrida participación de católicos.

Al concluir este trabajo surge el interrogante sobre cuál es el camino mismo del ecumenismo a más de medio siglo del Decreto Unitatis redintegratio hacia donde nos guiará el Espíritu Santo. El diálogo teológico continúa, aunque no en la Argentina, pero su importancia para el ecumenismo es relativizada en comparación con el pasado28. Caben algunas preguntas: ¿La unidad plena se entiende hoy como cuando estos diálogos comenzaron, o más bien la misma expresión aparece con menor frecuencia? ¿Hubo demasiados diálogos que quedaron en vía muerta? Los nuevos interlocutores tienen una eclesiología que en muchos aspectos se diferencia de la católica y de la ortodoxa. Lo vivencial, la experiencia, la unidad ya existente a partir de la fe en Cristo surge de muchas expresiones, incluso católicas, como una suerte de unidad ya realizada, en donde las diferencias, que sin negarse que existan, son más productos circunstanciales que de fondo. En el interés público y, aun, en medios religiosos, atrae más hoy el diálogo interreligioso que el ecumenismo, quizás porque en el medio siglo transcurrido se ha hecho camino al andar y es menos noticia que la relación entre las tres grandes religiones monoteístas.

En esta reseña de más de cincuenta años de ecumenismo en la Argentina, inserta en el contexto universal, se percibe la continuidad y crecimiento del compromiso en la oración, el diálogo, el testimonio y la misión. Confiados en el Espíritu Santo, seguimos comprometidos en la búsqueda de lograr lo que Jesús pidió al Padre en la última cena: “Que todos sean uno para que el mundo crea” (Jn 17,21).

Notas:

1 Abogado, profesor emérito de la Universidad Católica Argentina y Presidente del Consorcio Latinoamericano de Libertad Religiosa. Se trata de una publicación póstuma. Producto de una enfermedad, el profesor Padilla falleció en junio de 2020.

2 Il Vangelo e la Chiesa. “Rapporto di Malta” 1972, en J. Voicu - G. Cereti (eds.), en Enchiridion Oecumenicum. 1. Dialoghi Internazionali 1931-1984, Edizione Dehoniane Bologna, 1986, 555.

3 F. Ballarini, “El camino ecuménico en la Argentina”, en Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en la Argentina. Desafíos y esperanzas para el Tercer Milenio, G. Garlatti [et al.], Buenos Aires, San Pablo 2000, 29-45. Cf. E. Costemalle - C. Dubois - M. Uriburu, Caminos de unidad - Para entender y vivir el ecumenismo, Claretiana, Buenos Aires, 2003.

4 http://www. christianunity.va/content/unitacristiani/it/settimana-di-preghiera-per-l-unita.html. Ver: 1979: Al servizio gli uni degli altri, per la gloria di Dio (1 Pietro 4, 7-11).

5 El boletín periódico que se distribuía como anexo al boletín de noticias de la Agencia de Información Católica Argentina (AICA) se prepara juntamente con la Comisión de Ecumenismo de Buenos Aires. Dejó de hacerse en papel y se envía por Internet a un amplio y variado espectro de cerca de mil personas e instituciones. Pueden consultarse en la colección de AICA y, en línea, a partir del nº 50 (en 2005) http://www. ceerjircea. org. ar/Boletines. htm, y, desde 2015, con el nombre de Ecudiálogo, que dirige la Lic. Gloria Williams de Padilla, secretaria adjunta de Ceerjir http://www. ceerjircea. org. ar/Ecudialogo. htm.

6 En sus exequias escuché por primera vez una expresión que ha tomado dimensión universal: el arzobispo Bergoglio, de quien fue vicario general, lo definió como “un pastor con olor a oveja”, ya que estuvo “inmerso en el rebaño, que acoge en brazos a la oveja cansada, herida o extraviada y conoce a todas por su nombre”. Ver N. Padilla, “El ecumenismo del corazón. Homenaje a Mons. Mario J. Serra”, en Criterio 2307 (2005) 446-447.

7 “Declaraciones por el Conflicto Austral 1 Telegrama” en Boletín del Secretariado de Ecumenismo N° 15, 1982, 4.

8 En esa oportunidad, y luego a través de la amistad con el pbro. Mejía, el pastor Juan Carlos Ortiz fue un precursor de la relación católico-pentecostal, para lo que buscaba formar una asociación “Juan, 17,11”. Partió a los EE. UU. donde levantó la Catedral de Cristal, en Garden Grove, California, de la que es pastor principal emérito. http://www. sigueme. net/autores/59-juan-carlos-orti/

9 N. Padilla, “Impresiones de un viaje a Rusia”, en Criterio 1869 (1981) 603-606. En años posteriores traté en esta revista aspectos de la ortodoxia rusa y de la relación con la Iglesia católica.

10 Nacido en 1929, es obispo emérito de Christchurch, en Nueva Zelanda.

11 Ricardo Pietrantonio fue decano de Isedet y obtuvo el doctorado por la Pontificia Universidad Católica Argentina, en cuya Facultad de Teología fue profesor invitado.

12 Ambos documentos publicados en http://www. ceerjircea. org. ar/Docdialecum-argentina. htm Ver también Ceerjir, “El Sacramento del Bautismo en la relación de la Iglesia católica con las demás iglesias y comunidades eclesiales”, Buenos Aires, 3-2008 http://www. ceerjircea. org. ar/Bautismo. htm

13 N. Padilla, “Luteranos y Católicos – El Presidente de la Federación Luterana Mundial en Buenos Aires”, en Criterio 2216 (1998) 207-208.

14 N. Padilla, “El ecumenismo en la Argentina. Un nuevo punto de partida”, en Criterio 1896 (1987) 244-245.

15 Juan Pablo II. Encuentro Ecuménico en la Nunciatura (Buenos Aires, 12 de abril de 1987). http://www. vatican. va/content/john-paul-ii/es/travels/1987/travels/documents/trav_uruguay-cile-argentina. html.

16 Este Consejo Consultivo estaba integrado entonces por representantes de las iglesias de la Reforma.

17 M. López, “Argentina: 25 años de ecumenismo”, en https://periodistas-es. com/argentina-25-anos-de-ecumenismo-16123.

18 David Leake nació en 1935 en la Provincia de Formosa, de padres misioneros, por lo que su primer idioma fue el toba. Fue obispo de la diócesis del norte argentino, donde la comunidad es de mayoría aborigen, y luego de la diócesis con sede en Buenos Aires. Tras el conflicto de Malvinas fue invitado a un acto de oración en la Catedral de San Pablo, Londres, por los caídos de ambas partes. Eligió, traducido al inglés, el poema alusivo de Jorge Luis Borges “Juan López y John Ward”. Condecorado por la reina Isabel II, vive retirado en Inglaterra.

19 F. Ballarini, “El camino ecuménico en la Argentina. Recuerdo de Mons. Juan José Iriarte”, en G. Garlatti [et al.], Ecumenismo y Diálogo Interreligioso en la Argentina, Editorial San Pablo, Buenos Aires, 2000, 85-88.

20 En 2018, el Encuentro Nacional se desarrolló en Reconquista, Provincia de Santa Fe, de la que mons. Iriarte fue el primer obispo. En 2019, fue en El Solaz de María, Movimiento de Schönstatt, en Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires. En esa oportunidad se celebró una misa y oración ante la tumba del primer obispo de Quilmes, mons. Jorge Novak, firme defensor de los derechos humanos durante el período militar de 1976-1983, con una impronta ecuménica. Su causa de beatificación está en marcha.

21 Declaración “Dominus Iesus sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia” (6-8-2000) n.º 17. Disponible en: http://www. vatican. va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_ 20000806_dominus-iesus_sp. html [acceso el 11 de mayo de 2020].

22 Washington Uranga, “Un pasito importante para la causa ecuménica”, en Diario Página 12 (octubre 2000) 24. Disponible en: https://www. pagina12. com. ar/2000/00-10/00-10-29/pag24. htm.

 

23 J. Rouillon, “Diálogo entre católicos y bautistas”, en La Nación 11. 12. 2000. Disponible en: https://www. lanacion. com. ar/cultura/dialogo-entre-catolicos-y-bautistas-nid358375. “Participación de los bautistas venezolanos en el ecumenismo con la Iglesia católica romana”, en El Aguijón Bautista I, donde se encuentra la lista completa de los participantes. Disponible en: http://lalenguadehacha. blogspot. com/2015/04/participacion-de-los-bautistas. html Uno de los participantes argentinos, el pastor Tomás Mackey, fue elegido en 2019 presidente de la Alianza Mundial Bautista.

24 El cardenal W. Kasper estuvo en el año 2004 para la reunión del “International Council for Christians and Jews”. A su término, participó del encuentro de delegados de diálogo ecuménico e interreligioso, con invalorables disertaciones e intercambios, juntamente con mons. Michael Fitzgerald, actualmente cardenal, entonces presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.

25 Disponible en: https://www. youtube. com/watch?v=NnMsXm9DMK8.

26 Cuando se discutió en la Cámara de Diputados en el año 2010 el proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, fue relevante la intervención adversa de la diputada Cinthia Hotton, bautista.

27 Disponible en: http://www. ceerjircea. org. ar/COMPROMISOPORLAVIDA. pdf La repercusión en la prensa de este compromiso fue mayor que la del documento previo del propio Episcopado.

28 W. Kasper, Cosechar los frutos. Aspectos básicos de la fe en el diálogo ecuménico. Presencia Teológica, Sal Terrae, Santander, 2010.

IV

Apuntes para una historia del ecumenismo en el Paraguay


Diana Durán1

En este texto se describe la historia del ecumenismo en el Paraguay como una cronología. Introduce el tema con el proceso de apertura de la libertad religiosa desde la Colonia, a través de los diversos ordenamientos jurídicos, hasta el actual ordenamiento constitucional. Luego, a partir de la década de 1960, se describe la articulación del movimiento ecuménico, las formas organizativas y las acciones de ecumenismo-prácticas. Indica, además, que las tensiones históricas que afectaron al movimiento ecuménico en Paraguay están relacionadas con las diversas posturas eclesiales frente a la dictadura, y luego a la realidad económica del país. Finalmente, describe los esfuerzos por volver a construir una unidad de acción a partir de la resistencia a los cambios legislativos en torno a cuestiones de carácter ético.


Libertad religiosa y ecumenismo en el Paraguay

Antes de entrar de lleno en la historia del ecumenismo en el Paraguay, a modo de escenario que permita entender mejor el acontecer de los procesos previos que posibilitaron todo el quehacer ecuménico, señalaremos algunos que han servido de punto de partida en ese camino.

Partiendo de la etapa colonial (1537-1811), cabe recordar que en 1521 el Edicto de Worms colocó a Lutero fuera de la Ley, marcando la división religiosa en Europa. La Iglesia católica invita a Carlos V a tomar precauciones para evitar el viaje a las Indias de todo pasajero no católico2.

Además, en el caso del Paraguay, la distancia existente entre Lima y Asunción fue un impedimento considerable para la investigación del Tribunal Inquisitorial. A pesar de ello, hay documentos que revelan que había sospechas en relación con posibles creencias ajenas a la fe católica, lo que evidencia que a pesar del control para evitar la presencia de no católicos en el nuevo continente, llegaron al Paraguay personas de otros credos. Ya hacia fines del período colonial, el Virrey Marqués de Sobremonte remitió un auto a Lázaro de Rivera — Gobernador del Paraguay— para la presentación de los extranjeros en un plazo determinado para declarar —entre otros datos— su origen y religión. Todos declararon haberse bautizado en la religión católica. Es claro, entonces, que el control ejercido era un formidable obstáculo para todo movimiento religioso no católico3.

En mayo de 1811, vino la independencia del Paraguay y, entre 1814 y 1840, estuvo a cargo del gobierno el Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, que era amante de las ideas de la Ilustración. En 1815, emitió un decreto prohibiendo la inquisición.

El documento que oficializó la libertad religiosa en el Paraguay es del 8 de agosto de 1820, y declaraba: “Para poder alistarse en cofradías, hermandades u otras congregaciones de cualquier denominación… deben acreditar previamente un verdadero patriotismo… dependiendo solo del Dios universal”. Y a continuación: “Promulgo la libertad de creencias, suprimo el Tribunal de la Inquisición”, oponiéndose a la intolerancia religiosa propia de aquel tiempo4.

Con la muerte del doctor Francia, en 1841 don Carlos Antonio López asumió el gobierno del Paraguay (junto con Mariano Roque Alonso). En un decreto del 20 de mayo de 1845, afirmará que todo extranjero podía llegar sin restricción alguna al Paraguay: “Ningún extranjero será molestado por causa de religión”5. Es el primer documento que enfatiza la libertad de culto, al ofrecer garantía y posibilidad de disponer de propiedades y protección a personas de cultos no católicos; si bien nunca se autorizó un culto libre para los mismos. Por ello, se celebraban de manera particular.

En la posguerra de la Triple Alianza —en un ambiente de total destrucción— fue promulgada la Constitución de 1870, en la que se estableció la libertad de culto. Si bien los gobiernos mencionados anteriormente habían abierto el camino a la tolerancia religiosa, a partir de 1870 la Carta Magna la introdujo plenamente en el artículo 70 del quinto capítulo6. A partir de entonces se puede hablar de una etapa inicial del protestantismo en el Paraguay, pues los gobiernos de posguerra levantaron las restricciones con el anhelo de contar con la contribución de inmigrantes para la reconstrucción del país. Ese fue el origen del pluralismo en materia de cristianismo no católico y, por lo tanto, de un posterior ecumenismo.

Los pioneros de la evangelización cristiana no católica fueron misioneros de la Iglesia metodista, quienes, invitados por el gobierno paraguayo para una tarea educativa, no se negaron a la misma. En 1886, llegaron a Asunción los pastores Juan Villanueva y Thomas Wood, quienes dieron apertura a escuelas para varones y mujeres, entregando así un valioso aporte a la ciudad. Pero los metodistas concluyeron su misión en 1918 y se retiraron al Uruguay y la Argentina, prosiguiendo con sus obras los Discípulos de Cristo. Luego, a fines del siglo XIX, se establecieron la Iglesia anglicana y la Iglesia evangélica alemana luterana7. Pero dado que no llegaron invitadas por las autoridades, fueron perseguidas con amenazas de distinto tipo. Poco a poco fueron llegando también miembros de las otras iglesias.

Dos constituciones de la República del Paraguay reconocieron como religión del Estado a la religión católica, apostólica, romana, poniendo así en condición de desigualdad a otras iglesias, favoreciendo con ello tanto la intolerancia como la legitimación de una desigualdad, la de 1940 y la de 1967, a pesar de que la primera habla de tolerancia a otros cultos y la segunda habla de libertad religiosa. La Constitución vigente, promulgada en 1992, en el artículo 24 afirma en cambio que: “Se garantizan la independencia y autonomía de las iglesias y confesiones religiosas, sin más limitación que las impuestas en esta Constitución y las leyes. Nadie puede ser molestado, indagado u obligado a declarar por causa de sus creencias o de su ideología”8. El Estado paraguayo se declaró laico, pasando del Patronato Real al patronato local y corta así el nexo con la Iglesia católica, originado en la Colonia y preservado por los gobiernos independientes.

Inicios del movimiento ecuménico en el Paraguay

Durante la Semana Santa de 1967, bajo el influjo del Concilio Vaticano II, se llevaron a cabo jornadas de oración ecuménicas, las que suscitaron el deseo de hallar un espacio institucionalizado para estos encuentros fraternales. Una muestra de ese espíritu fue el manifiesto del 5 de agosto del mismo año, con el cual arranca el movimiento ecuménico en el Paraguay. Estos son los primeros pasos a favor de la unidad de los cristianos, cuyo título definitivo fue Declaración del Movimiento Ecuménico en Paraguay. Los que la redactaron fueron sacerdotes, pastores y laicos de diferentes iglesias, quienes encantados con los lineamientos del Concilio se reunían para lecturas bíblicas, oraciones comunitarias y para dar testimonio de amor recíproco. Participaron las iglesias católica, luterana, metodista, Discípulos de Cristo y el Ejército de Salvación.

En el encabezado el manifiesto expresa entre otras cosas: “Todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para que constituyamos un solo cuerpo, y que hay que buscar no amar de palabras ni de lengua, sino en obras y en verdad… solícitos pues, en conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de paz, hemos decidido constituir el movimiento ecuménico en nuestro país”9. Entre sus fines se señalan varios puntos: 1. Promover la unidad entre los cristianos, aunar esfuerzos cuando los valores cristianos se vean amenazados y establecer vínculos con agrupaciones similares de otros países. 2. Cada miembro actúa en nombre propio. 3. Cada uno permanecerá fiel a la doctrina de su propia iglesia, ya que el movimiento nada hará que pueda debilitar la fe de ninguno. 4. Cada miembro puede anunciar el evangelio, pero evitando juicios negativos hacia otras iglesias, acentuando lo que nos une y no lo que nos divide; y respetará la fe de todo cristiano en comunión con su iglesia. Expresaron, además, que eran conscientes de que el camino sería arduo, pero se mostraron “dispuestos a soportar injurias de propios y extraños… y a no resistir al Espíritu, que nos ha llamado a una misma esperanza”10.

En ese contexto, la Conferencia General de Episcopado Latinoamericano en Medellín llega también al movimiento ecuménico en Paraguay. Desde allí el tema social pasó a ser el centro de atención del equipo, pero aquello mismo divide el movimiento, pues algunos pasan a una pedagogía liberadora y otros siguen con retiros de tipo tradicional11.

Primera oficialización y crisis

En un contexto de represiones a la sociedad civil y a miembros de la Iglesia católica por parte de la dictadura stronista de 1954 a 1989, el 21 de agosto de 1970 mons. Ismael Rolón, de Asunción, nombra al Padre Mario Cleva como Director de la Acción Ecuménica de la Arquidiócesis. Este reanudó los encuentros ecuménicos y durante 3 días llevó a cabo un estudio sobre eclesiología comparada dedicando 4 días para abordar el cristianismo y el compromiso social. En un informe de 1972, habla del alejamiento de algunos evangélicos con respecto a la parte católica, y los dividió en 3 grupos: el primero se desarticuló por problemas internos y por roces que no pudieron ser superados; el segundo se trató de alejamiento de pastores y misioneros pentecostales por falta de acuerdo, ya que no todos aprobaban la apertura ecuménica; y el tercero trataba la disminución en número de los que seguían trabajando con ese enfoque socioreligioso, aunque la línea del grupo era “perfectamente aceptable”12.

Por otro lado, se señala que algunos grupos evangélicos contaban con el apoyo del Gobierno, que apreciaba la predicación de un cristianismo sin política. Allí asistían las autoridades locales y los apoyaban económicamente. Se afirma que esos grupos actuaban sobre todo en la franja fronteriza del Río Paraná y en el Chaco, a orillas del Río Paraguay. Se habla de una contrapredicación en el campo social13.

 

En el archivo de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) hay documentos que revelan “la campaña de algunos protestantes en el país y la reticencia de estos con respecto al movimiento ecuménico”, y a continuación, se recomienda la formación de agentes pastorales en cuanto a la “recta inteligencia de los documentos conciliares sobre el tema”. Además, se encuentra una investigación sobre sectas en el Paraguay con una síntesis de cada doctrina y se sugiere trabajar coordinadamente con los departamentos de comunicación y catequesis para programar actividades comunes14.

Luego de 2 años de silencio —porque no se publican documentos en 1975 y 1976— la Jornada Mundial por la Paz del año 1977 impulsó a la iglesia —e incluso al Estado— en el camino ecuménico. Se llevó a cabo del 6 al 9 de enero de 1977, y en el mensaje navideño de 1976, el presidente de la república había anunciado la realización de la Jornada, dándole así un carácter nacional.

Dos años más tarde, la secretaría de la Acción Ecuménica estuvo a cargo de una laica, la señora Serafina Ferreira,, y el obispo responsable era mons. Claudio Silvero. El equipo encargado de la tarea ecuménica estaba compuesto por 8 personas, de las cuales tres eran laicas. El plan de trabajo era amplio y ambicioso, pues contemplaba la formación en ecumenismo, estudios sobre iglesias cristianas y no cristianas, el fomento del diálogo ecuménico, madurar la fe del pueblo cristiano para evitar supersticiones, realizar estudios sobre sociedades secretas y sobre no creyentes, organización de un archivo con documentos locales y publicaciones foráneas, organización de una biblioteca, vínculos con otros centros ecuménicos nacionales y extranjeros, entre otras actividades15. Pero en esos mismos años 70, en un clima de fuertes represiones, con campesinos presos, algunos muertos y otros desaparecidos, con torturas y el establecimiento de la Cárcel de Emboscada como campo de concentración, aparece también una acción ecuménica diferente. En paralelo al equipo nacional de ecumenismo en franca recesión por lo ya expuesto, en 1976 surge el Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia (Cipae), en el que la defensa de los derechos humanos se torna fundamental. Lo forman la Iglesia católica y dos iglesias cristianas no católicas16.

Red ecuménica de comercialización

Entre 1979 y 1981, las actividades ecuménicas siguieron en la misma línea. En cambio, entre 1982 y 1984, con mons. Juan Bockwinkel como responsable del ecumenismo, el equipo entra en relación con el Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia. Se nombra secretario al Padre Roberto Howood, de nacionalidad estadounidense, quien inicia contactos con la Unión de Cristianos para la Evangelización en América Latina (Ucelam)17.

En el plano de actividades concretas, son dos las más relevantes: la programación anual de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en el ambiente católico, la que fue difundida por la prensa asuncena diariamente; y la creación de la Fundación para Ayuda de Artesanos Paraguayos a través del Mercado (Fapam). Mediante esta red ecuménica, una importante cantidad de artesanía paraguaya pasó al mercado exterior (y también interior) para beneficio de pequeños productores del país18.

Hubo también otros aspectos resaltantes en los años 80, como los que a continuación mencionamos. Contactos regionales con el Celam y con otros organismos para encuentros ecuménicos sobre sectas tanto en Salta, Argentina, en 1985 y en Ecuador en 1987. Oraciones ecuménicas en la Iglesia Luterana del Río de la Plata, en la Catedral de Asunción y en la Asociación Cristiana de Jóvenes (ASO)19. Por otra parte, la Iglesia católica, debido a ciertos desacuerdos con los demás representantes evangélicos del Cipae, abandona la institución en 198520. Con todo, se estrecharon lazos entre varios pastores de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y obispos católicos para concretar el proyecto denominado Diálogo Nacional. Este fue propiciado por la misma Iglesia católica ante la creciente tensión en los últimos años de la dictadura stronista como medio para analizar la situación y hallar soluciones, apelando al diálogo entre diversos sectores. Se trabajó en forma conjunta sobre un cuestionario matriz para tal diálogo21. Igualmente, se tomó contacto con las Sociedades Bíblicas y con los monjes de Taizè para la realización de un taller ecuménico y con la Misión de Intercesión del Espíritu Santo para la realización de encuentros y oración en común. Digno de ser resaltado en lo social fue que la Fapam organizó a fines de 1986 dos grandes ferias, con buenas ganancias para los artesanos paraguayos, en la Parroquia Perpetuo Socorro y en el Colegio Americano22.

Monseñor Mario Melanio Medina, quien asumió la responsabilidad del equipo, afirmaba que el proyecto principal era “realizar actividades pastorales y sobre todo de compromiso social, por ejemplo, con los pobres, obras sociales, etc. ”; que en segundo lugar estaba la reflexión teológica y, por último, la celebración litúrgica. También informa de contactos regulares con los Discípulos de Cristo y con la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Al referirse a las dificultades externas, señala que para la venida del papa al Paraguay (mayo 1988), de 28 iglesias (la mayoría muy pequeñas), se invitó a 8, pero solo acudió la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

Al cierre del año 1988, y no obstante su visión un tanto pesimista, el padre Valpuesta habla de relaciones cordiales con el Comité de Iglesias, con las ya mencionadas iglesias regulares, la Asociación Cristiana de Jóvenes, las Sociedades Bíblicas y la Iglesia anglicana23.

En 1989, mons. Agustín van Aaken —responsable ahora del ecumenismo— informa las siguientes actividades: experiencias de oraciones ecuménicas, encuentros de formación sobre sectas, encuentros bíblicos en las Sociedades Bíblicas del Paraguay y encuentros sobre inserción social y laboral de desplazados con participación de ecumenistas de Argentina, Chile, Uruguay en la Asociación Cristiana de Jóvenes en Asunción. En cuanto a la difusión, se publicaron entrevistas en la Revista Acción y en el semanario Sendero (1987) y hubo algunas entrevistas en Radio Cáritas sobre el tema ecuménico (1989). La Fapam continuó con sus contactos ecuménicos, exposiciones y ventas para promocionar a humildes artesanos24.

Años 90

Inaugurando la denominada “etapa de transición democrática”, el nuevo gobierno planteó la elaboración de una nueva Carta Magna para el país y la convocación de una Asamblea Nacional Constituyente. Por ese motivo se conformó una comisión intereclesial para recibir propuestas concretas para la nueva Constitución. Las iglesias que la integraron fueron la Anglicana, Discípulos de Cristo, Asambleas de Dios, Adventista, Cristianos Unidos, Menonita, Bautista, Hermanos Libres, Evangélica del Río de la Plata y la Católica25. En esos años prosiguen los encuentros de oración en común con algunas iglesias y los encuentros formativos tanto en locales católicos como evangélicos de modo alterno.

En el año 1992, lo más relevante fue la participación de modo intereclesial en la Asamblea Nacional Constituyente. A cargo del ecumenismo estuvo mons. Carlos Milciades Villalba. El secretario Valpuesta pide ese año ser relevado para dar lugar a otras personas. Entre los nueve miembros del equipo hay cuatro laicos y cinco entre clero y religiosas. El 20 de noviembre de ese año se convocó a una conferencia de prensa para resaltar los principios que había que tener en cuenta para la nueva Constitución. Se habló del perfil del constituyente que sería portavoz del grupo. En los meses posteriores, ante la redacción confusa sobre la defensa de la vida, se realizan reuniones para clarificar la postura de las iglesias frente al aborto. Dichas gestiones tuvieron un resultado positivo, pues la nueva Carta Magna incluyó la defensa de la vida desde la concepción en su artículo cuarto. Finalmente, continúan las actividades en colaboración con algunas iglesias y con el Cipae, tanto en programas ecológicos como en grupos juveniles26. Y una novedad de relevancia en esa década fue que la diócesis católica de Benjamín Aceval se une al Cipae en 1994, luego de varios años de ausencia de representación de dicha iglesia en el comité27.

Probablemente por la renuncia del Padre Valpuesta, al año siguiente se resolvió encargar la tarea ecuménica a la Secretaría General de la CEP, no habiendo un equipo encargado hasta 1998, es decir, durante cinco años. Ahí se rearma el equipo católico para el trabajo ecuménico, con el Padre Bernardino Cáceres como secretario. Ese año hay dos cuestiones de relevancia: la conformación de una comisión ecuménica e interreligiosa, en unidad con Sociedades Bíblicas, para la traducción de la Biblia en guaraní y los encuentros ecuménicos para estudiar la objeción de conciencia para el cumplimiento del servicio militar28.

El nuevo milenio

Entre los años 2000 y 2005 se estrecharon los lazos con la Iglesia luterana, al punto de una celebración conjunta sobre la justificación el año 2000. Lamentablemente según el responsable, el Padre Bernardino Cáceres, a partir de ese año no hubo equipo a cargo de ecumenismo. En cambio, dos diócesis de la Iglesia católica (Concepción y Misiones) se incorporan al Cipae. Además, se realizaron celebraciones ecuménicas, programas radiales y oraciones conjuntas para las Fiestas Patrias. Asimismo, se organizaron encuentros para elaborar un documento, para ser presentado en el Parlamento, sobre la defensa de la vida, la familia y otros semejantes. Todo ello condujo a una oración ecuménica para la promulgación de leyes favorables a la familia29. Otro tema que reunió a católicos y no católicos fue la elaboración de una propuesta conjunta sobre la ley de adecuación fiscal ante el gobierno y una oración ecuménica por el éxito de tal propuesta.