Plantas medicinales para toda la familia

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2. Cuela y vierte el licor en una botella. La dosis recomendada es entre media y una cucharadita de tintura, diluida en un cuarto de taza de agua tibia, zumo o infusión, tres veces al día durante dos o tres meses.

ELIXIR DE LA LONGEVIDAD

Un elixir de plantas tónicas para aumentar la resistencia y la vitalidad. Pueden tomarlo tanto hombres como mujeres, pero es predominantemente yang (masculino) y ha sido formulado de forma específica para el hombre.

Esta receta invita a la creatividad; de hecho, la pide a gritos; puedes utilizar diferentes plantas medicinales en distintas proporciones y añadir ingredientes que le den sabor. Yo nunca he seguido la receta exacta dos veces, pero el resultado siempre es similar. Por cada litro de tintura, utiliza dos raíces grandes de ginseng de calidad, o lo que puedas permitirte económicamente. Este potente tónico tiene un consistente sabor a licor y te sentará de maravilla. Sírvelo en una copa y tómalo a sorbos como aperitivo.

2 partes de hojas de damiana

2 partes de fo-ti

2 partes de jengibre

2 partes de regaliz

2 partes de corteza de raíz de sasafrás

1 parte de astrágalo

1 parte de anís estrellado

¼ parte de bayas de sabal (también llamado «palmito americano»)

Raíces de ginseng asiático (2 por cada litro de elixir)

Brandy

Concentrado de cereza negra (disponible en la mayoría de los herbolarios)

El astrágalo y la energía

El astrágalo es una de las plantas tónicas más populares de China, donde también recibe el nombre de «ginseng de los jóvenes», pues se considera una planta energética especialmente indicada para ellos. La medicina china afirma que actúa sobre la energía externa, mientras que el ginseng actúa sobre la interna. El astrágalo es una de las plantas más importantes de la terapia Fu Zheng, una escuela de fitoterapia que trata las enfermedades potenciando el organismo y normalizando el chi o energía central del cuerpo.

1. Mete las plantas en un tarro de vidrio de boca ancha y cúbrelas con un brandy de calidad. Ciérralo herméticamente y déjalo macerar entre seis y ocho semanas; cuanto más tiempo, mejor.

2. Cuela el brandy y desecha las plantas. Por cada taza de líquido, añade media taza de concentrado de cereza negra. Asegúrate de utilizar concentrado, no zumo, y no añadas más cantidad de la indicada. Agita bien y vierte el elixir en una botella. Normalmente vuelvo a poner el ginseng entero en la tintura, pero también puede laminarse. La dosis diaria estándar es un octavo de taza.

LICOR DE LA LONGEVIDAD

Este maravilloso licor es una manera ideal de disfrutar de los beneficios de la damiana y el ginseng. Sé creativo: puedes añadir otras plantas medicinales, como el astrágalo y el fo-ti. Prepara el licor con antelación y sírvelo al inicio de una cita romántica. Está peligrosamente delicioso y es increíblemente fácil de preparar.

30 g de hojas secas de damiana

30 g de ginseng fresco (la raíz seca también sirve)

2 tazas de vodka o brandy

1½ tazas de agua de manantial

1 taza de miel

Extracto de vainilla

Agua de rosas

1. Macera las hojas de damiana y la raíz de ginseng en el vodka o el brandy durante cinco días. Cuela y reserva el líquido. Vuelve a sumergir el ginseng en el alcohol.

2. Remoja las hojas de damiana empapadas de alcohol en el agua de manantial, durante tres días. Cuela y reserva el líquido.

3. Calienta ligeramente el extracto acuoso, a fuego lento, y disuelve la miel en él. Mezcla ambos extractos (agua y alcohol) y remueve bien. Vierte el líquido en una botella limpia y añádele un chorrito de vainilla y otro de agua de rosas, para darle sabor. Déjalo reposar durante al menos un mes; con el tiempo se vuelve más suave.

Miel de ginseng

A menudo conservo en miel mis plantas medicinales. En ocasiones, cuando utilizo raíces de ginseng frescas, que contienen mucha agua, la miel fermenta y acabo obteniendo un hidromiel de ginseng. Si no te gusta el hidromiel (tiene un sabor un poco fuerte), seca parcialmente las raíces antes de utilizarlas.

Por supuesto, en tu miel de ginseng puedes añadir otras plantas. Prueba con la ashwagandha, el astrágalo, el fo-ti o cualquier combinación de especias, como cardamomo, canela y jengibre (una de mis mezclas favoritas).

Todo lo que necesitas para elaborar miel de ginseng es:

• Raíces de ginseng

• Miel

Corta las raíces en rodajas, como una zanahoria, y viértelas en un tarro de boca ancha. Si utilizas raíces secas, probablemente necesites remojarlas en agua antes de cortarlas. Cubre completamente las raíces con miel tibia y deja macerar la mezcla dos o tres semanas. La miel absorberá las propiedades del ginseng y podrás utilizarla en infusiones o para cocinar.

* Hemos optado por traducir el término inglés whole foods por «alimentos en su estado natural», ya que este término se utiliza para designar aquellos alimentos que no han sido transformados mediante procesos industriales. [N. de la T.].

* Cuando la autora habla de la avena se refiere sobretodo a la planta fresca, cuando la semilla está inmadura y suelta una leche, en su defecto también se puede utilizar paja de avena que es la planta seca. [N. de la E.].

* También llamada fatiga suprarenal [N. de la E.].

* Esta medida se refiere a coger la planta y llenar un recipiente de 1 litro hasta su capacidad máxima tres veces [N. de la E.].


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Controlar el estrés y la ansiedad

La conexión cuerpo-mente está rodeada de controversia y misterio. ¿Cómo afectan a la mente las experiencias físicas y qué influjo ejercen sobre el cuerpo las experiencias psíquicas? Nadie lo sabe todavía con certeza; lo que sí sabemos, no obstante, es que dicha conexión existe.

Hasta hace poco la mayoría de los científicos occidentales se resistían a reconocer la conexión entre estas dos fuerzas aparentemente independientes. En la actualidad el auge de los trastornos depresivos lleva a personas de todo el mundo a recurrir a la medicina natural para sanar desde dentro hacia fuera.

Sea como sea tu filosofía de vida, el único medio de conectar y relacionarte con el mundo que te rodea es tu sistema nervioso. Si lo tratas como el instrumento sensible que es, tocará para ti una música dulce y enriquecedora. Mantenlo afinado y sano, nútrelo y trátalo bien. La recompensa será una extraordinaria calidad de vida. Incluso ante los acontecimientos más estresantes, te sentirás centrado y fuerte. Por el contrario, si lo maltratas, la música se convertirá en una cacofonía, los colores se apagarán y la pasión y las ganas de vivir se disiparán y se convertirán en indiferencia.

Este capítulo contiene remedios para los trastornos más comunes del sistema nervioso y, aún más importante, consejos para fortalecerlo y cuidarlo. Esta parte de ti que no puede medirse ni cuantificarse, que entiende lo que en estos momentos estás leyendo y lo asocia con conocimientos previos, esta parte capaz de trascender los límites físicos a través del pensamiento creativo se encuentra alojada dentro del sistema nervioso. Es tu instrumento musical: solo tú puedes decidir qué música quieres tocar y qué danza deseas bailar.

Comprender el sistema nervioso

El sistema nervioso nos vincula al entorno ejerciendo tres funciones básicas: recibir, interpretar y responder. Desde el punto de vista del limitado paradigma de la ciencia occidental moderna, esto implica solo a nuestro ser físico y al mundo material en el que vivimos. Tenemos cinco sentidos básicos para percibir el mundo exterior, e incontables neuronas sensoriales para gestionar nuestro mundo interior. Además, el cerebro está constituido por 12.000 millones de células: nuestro sistema operativo o cuartel general.

Este hecho por sí solo convierte el sistema nervioso en el más importante del organismo. Es lo que integra y coordina nuestra vida. Nos permite ver, sentir, tocar, actuar y reaccionar. Sin esta respuesta física básica, no habría vida. La calidad, el brillo y la riqueza de nuestra experiencia vital disminuirán en proporción al daño que sufra nuestro sistema nervioso.

Pero el sistema nervioso es mucho más que el director de orquesta del organismo. Es el lugar donde la vida misma, la conciencia consciente de uno mismo se acopla al vehículo físico y convierte al títere en titiritero. Es la interfaz que nos permite soñar, pensar en abstracto, crear e intuir. Es nuestra conexión principal con la Conciencia Universal, o lo que hay de divino en cada uno de nosotros.

«El estrés puede presentarse ante cualquier situación, desde un latigazo hasta un beso apasionado».

— Hans Selye, cofundador del Canadian Institute of Stress

¿La última frontera?

La cultura científica occidental y las técnicas experimentales han arrojado luz sobre el funcionamiento del organismo humano y los procesos de las enfermedades que lo afectan; sin embargo, las limitaciones de la medicina siguen desconcertando incluso a los mejores investigadores. A medida que encontramos respuestas, surgen preguntas aún más complejas.

 

Las incesantes investigaciones en el campo de las ciencias biológicas nos proporcionan un conocimiento general sobre el cuerpo humano y su interacción con el entorno. Estos avances nos han llevado a explorar aspectos cada vez más sutiles de nuestro metabolismo. Para ampliar los límites del conocimiento en estas áreas más etéreas, es necesaria la colaboración entre distintos ámbitos de la ciencia, como la psicología, la física, la microbiología, la fisiología, la bioquímica y otras. En la actualidad los físicos más importantes del mundo incorporan también en sus equipos de expertos a místicos y metafísicos, porque la física de partículas ha revelado que no importa cuánto se diseccione o se reduzca algo: es imposible comprender el todo, estudiando únicamente sus partes físicas y tangibles.

Interpretar las señales

En parte, este es el motivo por el cual el sistema nervioso es tan fascinante. No podemos comprender la conciencia ni la interpretación de los impulsos eléctricos mediante la disección anatómica del cerebro; desconocemos cómo se crea el pensamiento lógico y racional o, lo que resulta aún más desconcertante, cómo surge de forma espontánea el pensamiento creativo en nuestra mente.

Sabemos qué nervios autónomos controlan las funciones corporales involuntarias, cuáles son los transmisores neuroquímicos y sus receptores, y qué parte del cerebro controla todos estos procesos. Pero no sabemos dónde se encuentra la conciencia primigenia que, antes de que ocurra nada, percibe la necesidad de enviar estos mensajes. ¿Cómo transmite esta al cerebro físico su deseo o necesidad de enviar dichos impulsos?

Ni siquiera sabemos realmente qué es el dolor, ni por qué determinados impulsos similares entre sí pueden interpretarse de forma distinta, como sufrimiento o como placer. ¿Qué hipótesis barajamos para definir y explicar las emociones y los sentimientos? ¿Dónde se originan y qué efectos tienen sobre los sistemas de nuestro organismo?

¿Por qué respiramos y por qué late nuestro corazón sin una intervención consciente por nuestra parte? ¿Y por qué todo ello se detiene llegado el final, aparentemente también sin nuestra intervención consciente?


Las preguntas adecuadas

Hemos descubierto mucho sobre el sistema nervioso, pero es mucho más lo que nos queda por saber. Llega un momento en que el análisis y el razonamiento deductivo e inductivo se encuentran en un callejón sin salida. Excluyendo de los constructos teóricos la existencia de una conciencia o un orden universal superiores, ni siquiera los científicos más creativos logran responder a lo que muchos consideramos las cuestiones fundamentales sobre la vida: cómo se crea y cuál es su propósito.

Por todo ello, es importante abordar la salud y la enfermedad desde una perspectiva amplia, no limitada a los síntomas y los tratamientos físicos; sobre todo, en el caso del sistema nervioso. La medicina alopática, aunque apropiada para determinadas circunstancias, trata las enfermedades mentales con fármacos que interfieren o bloquean la transmisión y la interpretación de los impulsos nerviosos, o incluso extirpando los tejidos dañados. Teniendo en cuenta cuán limitado es nuestro conocimiento en este campo, la cirugía, por su carácter irreversible, debería ser siempre el último recurso, practicado solo tras explorar todas las demás opciones.

Tratar el sistema nervioso

El sistema propioceptivo, formado por receptores sensoriales que responden a los estímulos, transmite al cerebro y a la conciencia información fundamental sobre el organismo. Las sensaciones de dolor o angustia nos advierten de un peligro o desequilibrio. Estas advertencias solo son los síntomas del problema, no las causas que lo originan. Si se dispara el detector de humos de tu casa, ¿acaso la solución sería silenciarlo a martillazos? ¿No es mejor comprobar si hay fuego en alguna parte?


MILENRAMA

Siguiendo esta analogía, mientras buscamos el origen del fuego, puede ser bueno silenciar la alarma para que cese el ruido. La medicina alopática suele ser muy efectiva aliviando dolores agudos. Desafortunadamente, cuando el dolor desaparece, muchas personas dejan de buscar el «origen del fuego».

¿Son efectivas las plantas medicinales?

Uno de los objetivos de este libro es ofrecer métodos naturales, comprobados y efectivos, para fortalecer la salud del sistema nervioso. Los tratamientos naturistas pueden combinarse con los alopáticos (o convencionales) para sanar a todos los niveles: físico, emocional, mental y espiritual. El gran círculo de la medicina naturista integra todos los sistemas, que deben utilizarse siempre que sean apropiados.

Cuanto más sano esté el sistema nervioso, más recursos tendrá para aportar información sensorial y respuestas motoras que favorezcan una calidad de vida óptima. Las plantas medicinales y las terapias naturales desempeñan una función esencial en la salud y el bienestar del sistema nervioso. Además, no solo son importantes a nivel nutricional y medicinal, sino que estimulan la intuición y la inteligencia.

Más allá de ofrecer un método natural, las plantas medicinales poseen la capacidad inherente de canalizar la energía vital y conectar con aquellas partes de nuestro ser que están desconectadas y requieren sanación. Estas plantas contienen sustancias químicas aparentemente innecesarias para sus propios procesos vitales, pero con efectos directos y positivos sobre el organismo humano. ¿Acaso es obra de un plan divino? Quizá sea cierto que el sistema de sanación más antiguo del mundo trasciende lo físico y nos conecta directamente con una consciencia superior.

Existen muchos procesos físicos a través de los cuales las plantas medicinales benefician al sistema nervioso. Al mismo tiempo que cuidan de él, llenan de energía y vitalidad el conjunto del organismo. Sin duda, el simple hecho de tomarse una taza de manzanilla después de una larga jornada de trabajo resulta muy relajante. También darse un baño aromático caliente en épocas de estrés. La toma prolongada de plantas medicinales para aliviar el estrés crónico puede ofrecer beneficios a largo plazo. La fitoterapia dispone de un sinfín de remedios para tratar este y otros problemas, como la ansiedad y la tensión nerviosa.

Aunque la fitoterapia no sea tan efectiva como la medicina convencional a la hora de tratar dolores agudos, puede ayudar a calmarlos y aliviarlos tonificando y nutriendo las zonas afectadas. La toma regular de plantas medicinales es una magnífica forma de mantener el sistema nervioso sano y fuerte. En este sentido, funcionan como una medicina preventiva; en definitiva, la mejor de todas.

Las sabias palabras de un médico de la Antigüedad, pronunciadas en el año 1200 a. C., aún están vigentes: «Primero, la palabra; luego, la planta; por último, el cuchillo».

Botiquín de plantas medicinales

Existen muchas plantas medicinales con notables propiedades para el sistema nervioso, el estrés y la ansiedad. Son los llamados «nervinos». Mientras que los medicamentos convencionales tratan los desórdenes del sistema nervioso atenuando o anulando las respuestas neuronales, las plantas nervinas lo nutren y ejercen un efecto tonificante y/o adaptógeno (ayudan al organismo a adaptarse al estrés). Reconectan las vías neuronales, estimulándolas o despertándolas, y fortalecen el sistema para que responda mejor al malestar físico o emocional. En resumen, la fitoterapia con nervinos incrementa nuestra capacidad de lidiar con el estrés de la vida diaria.

Las siguientes categorías definen la acción que ejercen las plantas medicinales sobre el sistema nervioso. Aunque muchas puedan incluirse en más de un grupo, el hecho de clasificarlas por categorías permite definir mejor cómo actúan en el organismo y qué efectos tienen. La mayoría de las plantas nervinas no alteran la energía vital, sino que trabajan en armonía con ella. Las empresas farmacéuticas sintetizan las sustancias químicas de las plantas más potentes, capaces de modificar los patrones energéticos en la mayoría de estos casos, no obstante, estas sustancias solo se venden con receta médica.


MELISA

Tónicos para el sistema nervioso

Estas plantas nutren, restauran y fortalecen el sistema nervioso. Refuerzan directamente el tejido nervioso y suelen ser ricas en calcio, magnesio, vitamina B y proteínas. Su acción es suave pero efectiva, y pueden tomarse de forma prolongada. Se incluyen siempre en las fórmulas para tratar desórdenes del sistema nervioso.

Entre ellas encontramos la avena, la escutelaria, la betónica, la manzanilla, la valeriana, el lúpulo y la melisa.

Sedantes

Estas plantas relajan el sistema nervioso, calmando el dolor, reduciendo la tensión y facilitando el descanso. A diferencia de los medicamentos alopáticos, no insensibilizan las terminaciones nerviosas, sino que poseen una acción más suave que calma y nutre los nervios periféricos y el tejido muscular.

Entre las plantas sedantes encontramos la amapola de California, la pasiflora, el hipérico, la hierba gatera, la valeriana, la melisa, el lúpulo, la lobelia, la escutelaria y el mundillo o bola de nieve (Viburnum opulus). También se incluyen en esta categoría las plantas antiespasmódicas, que ayudan a aliviar los calambres y espasmos musculares.

Nervinos demulcentes

Estas plantas poseen una consistencia gelatinosa que recubre y protege las terminaciones nerviosas, calmándolas en caso de irritación o inflamación. Actúan de forma general y no específica sobre el sistema nervioso, pero se incluyen en casi todas las fórmulas nervinas por sus propiedades calmantes, curativas y nutricionales.

Entre ellas encontramos la corteza de olmo rojo, la avena, la cebada, la linaza y la raíz de malvavisco.

Nervinos estimulantes

Los estimulantes, tal y como los entendemos, no suelen recomendarse para tratar el sistema nervioso. Cuando uno está estresado, deprimido o exhausto, lo último que necesita es activar su sistema nervioso con alimentos ricos en cafeína, azúcar o medicamentos, todos ellos considerados habitualmente como remedios contra el decaimiento. Por el contrario, determinadas plantas medicinales suaves nutren y activan el sistema nervioso de forma segura y adecuada. Estimulan las terminaciones nerviosas aumentando el flujo sanguíneo, aportando nutrientes e incrementando la vitalidad y el entusiasmo. Su acción no altera ni agita el sistema de forma agresiva.


Si necesitas un estimulante, prueba la melisa, la menta, el ginkgo, la centella asiática, la hierbabuena, la gaulteria, la pimienta de Cayena, el jengibre, el polen de abeja, el ginseng, el eleuterococo o ginseng siberiano, la espirulina, el romero y la salvia.