Psicoterapia Integrativa EIS

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Delimitando el Paradigma Biológico

Sobre la base de su fisiología, de su desarrollo evolutivo y de su función, el cerebro humano ha sido dividido en tres regiones fundamentales:cerebro reptiliano, sistema límbico y neocórtex.

La primera región, es decir,, elcerebro reptiliano, es el responsable de las funciones básicas de supervivencia tales como comer, respirar, tasa cardíaca; también de versiones primitivas de emociones de miedo y agresión capaces de activar nuestros impulsos de "pelear o arrancar". Todas las criaturas vertebradas – pájaros, peces, mamíferos – poseen estructuras cerebrales reptilianas.

La segunda región, es decir, elsistema límbico, es más sofisticado y se relaciona muy directamente con las respuestas afectivas; el sistema límbico amplifica las emociones reflejas reptilianas y es importante en la génesis de conductas sociales.

La tercera región, es decir,, elneocórtex, se sitúa por encima de gran parte del sistema límbico. Es el neocórtex el que hace posible las cogniciones más sofisticadas, más propias de los seres humanos. Es así como lenguaje, escritura, lectura, capacidad de abstracción, etc., no serían posibles sin un significativo desarrollo del neocórtex.

Las especies "homo", de la cual elHomo sapienses la única que sobrevive, evolucionaron hace ya unos dos millones de años. Anatómicamente, la especie homo sapiens alcanzó su forma actual hará unos 200 mil años. Sin embargo, los seres humanos adquirimos nuestra estatura "más humana" hará unos 50 mil años atrás, con el surgimiento del lenguaje.

En el período que va entre las originales especies homo y nuestras características actuales, el cerebro dobló su tamaño. "Una desproporcionada distribución de este crecimiento se produjo en el lóbulo frontal y esto fundamenta la afirmación de que el lóbulo frontal es la localización de algunas de las características que hacen humanos a los humanos" (Mlodinow, 2012, p. 102). Y, más específicamente, el córtex prefrontal es el que nos permite ir orquestando nuestros pensamientos y conductas de acuerdo con nuestras metas integrando percepciones, cogniciones y emociones. Incluso se tiende a asumir queel córtex prefrontal es el asiento de nuestro conscienciar(Kolb y Whishaw,2000).

Labiologíaes el estudio de los seres vivientes y de sus procesos vitales; se relaciona con todos los aspectos fisicoquímicos de la vida. Así, la biología es la ciencia que estudia la vida, su organización y sus leyes. En un sentido estricto, todo hecho psíquico tiene su correlato biológico; no existe pensamiento, sentimiento, dinámica inconsciente, etc., que no involucre algún cambio a nivel biológico. Sin embargo, aunque todos los procesos psíquicos tienen un fundamento biológico,existen procesos que son exclusivamente biológicos, no psico-biológicos.Cuando estos hechosbiológicos influyen en etiologías y cambios psíquicos, pasamos a situarnos en lo que denominamosparadigma biológico.

Cada persona procede de un único óvulo fertilizado. Este se divide en dos, después en cuatro células, etc. Solo se necesitan 47 divisiones para crear los 100 mil billones de células que forman un ser humano adulto. Cada célula contiene una cadena filamentosa de moléculas de adn de unos dos metros de largo pero cuyo grosor es de apenas dos millonésimas partes de milímetro. Esto supone, por cada persona, unos 20 millones de kilómetros de información genética muy concentrada. Nuestro adn consta de unos 3.100 millones de pares básicos. Las combinaciones posibles son de 103.480.000.000; una garantía de que cada persona es única. Unas mil de esas combinaciones corresponden a un gen, de los cuales los humanos tienen entre 28 mil y 35 mil. Sin embargo, los genes suponen apenas el 1,5% del adn humano.

En nuestro cerebro, existen uno en 100 mil millones de neuronas, con entre 10 y 100 mil conexiones sinápticas cada una, todo lo cual crea posibilidades ilimitadas para el establecimiento de redes.

En los territorios del paradigma biológico, el cerebro humano ocupa un "espacio" preferencial:

Según la Sociedad Max Planck (2009), el cerebro humano es una de las estructuras más complejas del universo. Contiene aproximadamente 100 mil millones de células nerviosas las que a su vez cuentan con miles de conexiones con otras neuronas. Esta interacción controla todas y cada una de las funciones del cuerpo y nos hace posible las sensaciones, las percepciones, los pensamientos, los recuerdos e incluso los movimientos y la comunicación. Cada impulso neuronal se transmite a unos 354 kilómetros por hora, y el cerebro realiza alrededor de 10 mil billones de cálculos por segundo. El grosor de la corteza cerebral es de alrededor de cuatro milímetros. Puestos en línea, los axones del cerebro alcanzan unos 160.034 kilómetros, lo que equivale a cuatro vueltas a la tierra. Aproximadamente el 20% del oxígeno del cuerpo es consumido por el cerebro. Actualmente, se parte del hecho que entre un 30 y un 50% de los genes humanos ejercitan su función principalmente en el cerebro. La mitad de las enfermedades genéticas afecta al sistema nervioso. El genoma es el completo código genético de un organismo. Somos, por supuesto, mucho más que la suma de nuestros genes. El cerebro solo puede ir logrando su capacidad total por medio de la interacción con el entorno; a su vez los genes se activan o desactivan en función de la interacción con el ambiente.

Enlos niveles neurales, las cifras suelen ser siderales.Leer las cifras es una cosa; aquilatar lo que implican es otra. "Nuevas sinapsis son creadas muy tempranamente en el desarrollo de un niño y continúan expandiéndose a través de la vida. Algunas estimaciones sugieren que los seres humanos activamos entre un millón y un millón ochocientas mil nuevas conexiones en cada segundo de nuestras vidas" (Kinderman, 2014, p. 8).

En la actualidad, el neurocientífico Steven Hyman (2001) llama al cerebroel gran integrador,aproximación que nos resulta bastante significativa. Con esto, quiere decir que el cerebro hace un espléndido trabajo para reunir la información: sonidos, vista, tacto, genes, ambiente… La actividad cerebral es integrada a través de diferentes niveles y muchas partes diferentes por medio de incontables interconexiones de células cerebrales y vías extensas. Cada célula nerviosa se comunica, en promedio, con otras mil, formando millares de conexiones (Bloom, Nelson y Lazerson, 2001; Johnson, 2003). Haces de células nerviosas interconectadas transmiten información a través del sistema nervioso de una manera muy ordenada hasta el nivel superior del cerebro (Blair, 2002). "La pintura de Brandi Binder no ocurre debido a lo que está sucediendo en una sola célula del cerebro o en una sola parte de su cerebro, sino más bien debido al esfuerzo coordinado e integrado de muchas células nerviosas diferentes, y del esfuerzo coordinado e integrado de diferentes partes de su cerebro" (Santrock, 2004, p. 51). De este modo, cualquier influencia causal que involucre al sistema nervioso debe tener en consideración este complejo trasfondo neurológico, el cual no suele ser consciente, pero que se encuentra activa y permanentemente vigente.

Los antiguos griegos creían que una enfermedad mental era el resultado de una malformación física del cerebro. De acuerdo con Hipócrates, consideraban que tal malformación tenía que haber generado un desbalance entre los fluidos básicos del cuerpo: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Desde entonces, las cosas han evolucionado mucho en el ámbito de las etiologías biológicas.

El paradigma biológico propone que ciertas características, disposiciones, alteraciones o cambios – cuantitativos y/o cualitativos – a nivel anatomofisiológico del organismo, pueden influir en la génesis y/o en la modificación de desajustes en el plano psicológico.Sería el caso de características o cambios genéticos, endocrinos, neuroanatómicos, neurofisiológicos, y de la ingesta de sustancias; todo lo cual puede influir en la génesis o en el cambio de específicas cogniciones, afectos o conductas.

En la génesis de un hecho psicológico, la influencia biológica puede ser total o parcial. Rara vez, sin embargo, una influencia biológica "sola" basta para desencadenar un desajuste psicológico.

Un traumatismo encéfalo-craneano, puede ser causa suficiente para desencadenar múltiples desajustes psicológicos. Sin embargo, esta no es la forma más frecuente del operar del paradigma biológico. Lo frecuente es que se requiera de una facilitación biológica y de "algo más". Por ejemplo, es frecuente que disposiciones genéticas contribuyan pero no determinen ciertos desajustes psicológicos. O bien, es frecuente que se requiera de tiempo para que una disposición genética se manifieste. O para que la acumulación de experiencias "sub desencadenantes" logren por fin desencadenar un desajuste que viene facilitado desde la biología.

Para que un entrenamiento rinda sus frutos, para que un aprendizaje se consolide, se requiere necesariamente que la persona posea un potencial biológico capaz de respaldar esos progresos; no es muy útil sembrar en la arena. Con las precisiones del caso, en el plano de los desajustes psicológicos ocurriría algo análogo: rara vez surgiría un desajuste sin facilitación biológica alguna.

El más frecuente "facilitador" biológico de los desajustes psicológicos son las disposiciones genéticas. Los genes, primariamente, guían nuestra conducta a través de motivaciones (Tomasello et al., 2005). Y esta influencia no pareciera ser menor: "Aun cuando los genes no son ‘todo-poderosos’ en relación a la conducta, la evidencia muestra que son ‘todo-pervasivos’, en el sentido que parecen influenciar, en un grado que puede ser grande o pequeño, cada pensamiento o acción" (William Wright, 1999, p. 15).

 

"El organismo no se desarrolla de manera normal a menos que esté expuesto a determinadas experiencias" (Álvarez y Trápaga, 2005, p. 74). Si consideramos que el 75% de nuestro cerebro se forma en interacción con nuestro entorno, la influencia de este entorno pasa a resultar sustancial. Baste recordar que el cerebro de un niño al nacer pesa alrededor de 359 gramos, y que, completado su desarrollo, pesará alrededor de 1400 gramos.Son más de mil los gramos que se van adquiriendo en la interacción con el ambiente. De este modo el cerebro no se desarrolla de manera normal, a menos que esté expuesto a determinadas experiencias; y cuando la interacción con el ambiente es muy pobre, las consecuencias negativas pueden llegar a ser impactantes.

Los hallazgos de la genética conductual moderna "revelan que, el efecto de los genes, es interactivo más que directo" (Alford et al., 2005, p. 154). El así llamadomodelo diátesis-estréspuede ayudarnos a comprender el rol de las disposiciones genéticas en la etiología de los desajustes psicológicos:

La idea de que los genes, la biología, predispone pero rara vez dispone, se sintetiza bien en el así llamado "modelo diátesis-estrés"; este modelo se ha venido desarrollando en el tiempo, no reconoce autores específicos y está siendo aceptado de un manera creciente. En suma, plantea que los desajustes psicológicos se desarrollan a partir de una predisposición genética o biológica (vulnerabilidad o diátesis) combinada con condiciones ambientales estresantes, que desempeñan un rol precipitador o desencadenante. De este modo, la predisposición biológica solo se activa "cuando se presenta el tipo "correcto" de suceso de vida, por ejemplo, cierto tipo de estresor" (Durand y Barlow, 2007, p. 40). Todo lo cual enfatiza el rol del paradigma biológico pero no lo presenta como una influencia "fatalista".

A su vez laepigenética, contribuye a comprender aquella influencia "no lineal" de la genética. En suma, la epigenética es la teoría que sostiene que las características de un organismo – tanto físicas como conductuales – surgen de unainteracciónentre influencias genéticas y ambientales más que de uno o del otro. La epigénesis describe la transformación de células desde su estado original indiferenciado durante el desarrollo embrionario a un tipo específico de célula. De este modo, la epigenética es el estudio de cómo nuestro genotipo es orquestado hacia nuestro fenotipo. Este tercer factor – que se agrega a genes y ambiente – también interviene en el juego. Y serviría como puente, precisamente entre nuestro ambiente y nuestros genes; y, en otros casos, operaría por su cuenta para definir lo que somos. Los procesos epigenéticos son reacciones químicas, no asociadas ni a la naturaleza ni a la crianza, pero que representan lo que los investigadores han llamado "tercer componente". "Durante el embarazo, deben ocurrir muchos cambios cuando las células se van especializando y convirtiendo progresivamente en tejidos específicos, y sabemos que ese proceso implica una cascada de programas epigenéticos" (Miller, 2012, p. 28). En un sentido genérico, se asume que lo determinado por la epigenética esmás modificableque lo determinado por la genética.

En el paradigma biológico, la idea de fondo, es que la biología fundamenta la dinámica psicológica; y que algún grado de facilitación biológica estaría a la base de múltiples desajustes psicológicos. El Recuadro 10 grafica el accionar del paradigma biológico.

Decantando el Paradigma Biológico

RECUADRO 10: LA INFLUENCIA CAUSAL DEL PARADIGMA BIOLÓGICO


Cada influencia biológica abre múltiples avenidas de análisis. Solo podremos explorar algunas, intentando apuntar a lo más esencial.

Paradigma Biológico: evidencias
Evidencias en predicción

En algunas ocasiones – muy contadas por supuesto – he hecho la siguiente broma en plena sesión:

T: – Creo estar encontrando la solución a tus problemas. Primero, necesitarías que te hagan un trasplante de cuerpo. A continuación, lo que necesitarías sería un trasplante de cabeza.

Lo probable es que con esto mejorarías bastante…

P: (Respuesta típica, risas y un): – Yo creo que por ahí debería ir la cosa…

Paradójicamente, la línea de "terapia biológica radical" que proponía, pareciera estar haciéndose cada vez más accesible...

Es así que el neurocirujano italiano Sergio Canavero anunció que, para fines del año 2016, estaría en condiciones de realizar trasplantes de cabeza. Sus fundamentos y procedimientos fueron explicitados en un artículo en la revista "Surgical Neurology International" de febrero de 2015. El procedimiento está pensado para personas tetrapléjicas, o con enfermedades graves como cáncer, etc.

El procedimiento incluye el uso de polietilenglicol, sustancia que facilita la conexión de la médula espinal evitando el rechazo. Adicionalmente, se requiere de donantes en estado vegetal… lo cual es éticamente conflictivo.

En cuanto a los resultados esperables, supuestamente el paciente sería capaz de hablar y caminar… después de un año de realizada la operación.

Para los intereses de la terapia psicológica, sin embargo, lo anterior aporta poco. Por lo pronto, no pareciera muy fácil el encontrar donantes de "cabezas sanas". Y, a nuestro propio paciente, puede resultarle poco seductor el adquirir una cabeza nueva… por muy "sana" que esta pudiera ser. Y el problema se va a mantener así… mientras nuestros pacientes insistan en querer mantener su propia identidad. ¡Complicado!

Es así que los posibles aportes del paradigma biológico, al cambio en psicoterapia, tendremos que buscarlos por otros lados…

Dicho lo cual, nos abocaremos a revisar otras evidencias biológicas relacionadas con predicción y cambio.

Tradicionalmente, el estudio de las variables biológicas ha involucrado una variedad de complementaciones metodológicas: exámenes de sangre, test genéticos, exámenes hormonales, exámenes electroencefalográficos, rayos x, etc.

Al revisar la temática de la epistemología, hacíamos referencia al rol de la resonancia funcional magnética (fmri); esta técnica está aportando nuevas opciones muy relevantes. Más aun; esta nueva "lectura" de los procesos cerebrales está siendo considerada como una especie de revolución metodológica en el ámbito de las neurociencias. "Para obtener una idea de lo que la fmri puede aportar, baste señalar que los científicos pueden utilizar ahora datos recogidos desde su cerebro para reconstruir una imagen de lo que usted está mirando" (Mlodinow, 2012, p. 6).

Por lo tanto, el rol causal de la biología hoy en día puede ser estudiado a través de metodologías cada vez más precisas.

El rol causal de la biología lo podemos constatar frecuentemente: síndrome de Down, secuelas de un accidente vascular, secuencias de un accidente automovilístico, secuelas de una enfermedad física, etc. Hace algún tiempo, citábamos un caso publicado en la revista alemanaDer Spiegel; en este caso, un paciente se había recuperado de un toc luego de intentar suicidarse con un balazo en la sien. Al parecer la bala le habría desconectado circuitos cerebrales… con la consiguiente mejoría del toc. Más recientemente y en una dirección diferente, Chris Birch – un rugbista inglés – informa que se volvió homosexual tras un golpe en la nuca que lo mandó al hospital. Las consecuencias del golpe: dejó el rugby, le empezaron a atraer los hombres, rompió con su novia, se puso aros y se vistió diferente, inició un noviazgo con otro muchacho, comenzó a trabajar como peluquero… En 2011, en una entrevista en el diario británicoTelegraph, Chris señala: "De repente odiaba todo sobre mi vida anterior. No me llevaba bien con mis amigos, odiaba los deportes y encontraba aburrido mi trabajo".

Hemos visto que predicción y cambio son los parámetros que nos permiten evaluar la estatura del conocimiento. En ciencia, predecir involucra anticipar la producción de un hecho, sobre la base de las evidencias existentes. En psicopatología y en psicoterapia, se trata de establecer cómo, cuándo, y por qué, surgirá un desajuste psicológico. Y se trata de establecer cómo, cuándo, y por qué, un desajuste psicológico puede ser modificado. Ambas predicciones resultan de una importancia medular. Nuestro desafío ahora, es aterrizar esto al estudio del paradigma biológico.

En los territorios de la investigación biológica, son muchos los progresos técnicos y metodológicos que se han venido desarrollando y aplicando. Particularmente el desarrollo de las neuroimágenes, la utilización de contrastes y de marcadores biológicos, los progresos en los escáner, los progresos en los análisis químicos de sangre, de orina, etc., están permitiendo acceder a territorios antes vedados.

Es así que los hallazgos relevantes se multiplican exponencialmente. Sin embargo, no resulta pertinente – y tampoco posible – pretender ser exhaustivo en el plano de las evidencias Es así como procuraremos centrarnos en lo medular. Primeramente, explicitaré evidencias en el ámbito de lapredicciónde la génesis de algunos desajustes psicológicos, es decir, evidencias a nivel de la etiología;seguidamente, me centraré en el ámbito delcambioy de la predicción del cambio, es decir, de la terapia.

Aristóteles señalaba que no hay cambio en la mente ni en el alma que no se refleje en el cuerpo, y que no hay cambio en el cuerpo que no se refleje en el alma. Todo un "himno" a la causalidad circular.

De hecho, los cambios "en el alma" repercuten en el cuerpo y son muchas las evidencias que avalan esto. Es así como, por ejemplo, cambios psicológicos estables, alcanzados por vía psicoterapia, se traducen en cambios estables a nivel biológico. Baxter et al. (1992) compararon los "ecos biológicos" de la psicoterapia cognitivo-conductual en pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo; encontraron que los pacientes tratados con psicoterapia alcanzaban una reducción en la activación del núcleo caudado rostral equivalente a la reducción alcanzada por los pacientes obsesivo-compulsivos tratados con imipramina. Por su parte Aldenhoff (2000) pudo mostrar que la psicoterapia modificaba el estado inmunológico en pacientes con vih.

A su vez muchos "cambios en el cuerpo" pasan a traducirse en "cambios en el alma". En el lenguaje de la psicología actual, diríamos que los cambios biológicos pasan a traducirse en cambios psicológicos.

En nuestra evolución como especie, hay parámetros pauteados por la biología que nos ayudan a sobrevivir mejor. "Esos parámetros están claramente presentes a la hora de la ‘supervivencia de los más aptos’. Es así como todos buscamos el placer y sentirnos bien, y evitamos el dolor y sentirnos mal. Sin estas tendencias los seres humanos nos habríamos extinguido hace mucho. Y lo que nos hace sentirnos bien – sexo, comida, amistad, etc. – por lo general es también aquello que es bueno para nuestra supervivencia. Y lo que nos causa dolor, es malo para nuestra supervivencia: el fuego, la deshidratación, el veneno, el mecanismo que ha preservado y multiplicado la especie humana" (Layard, 2005, p. 24).

El sistema biológico de cada persona comparte las características de la especie; y todo el funcionamiento psicológico se realiza sobre la base de un trasfondo biológico que lo hace posible. Sin embargo, el sistema biológico aporta también un perfil específico diferencial, idiosincrásico y único para cada persona. En cada uno de nosotros habría, por lo tanto, unabiología "nomotética"y unabiología "idiosincrásica".

Veremos primeramente algunas evidencias relacionadas con el rol de la biología en la dinámica psicológica, para luego revisar algunos ejemplos predictivosen el ámbito de laetiología biológica;primero al nivel de la dinámica psicológica, y luego al nivel de los desajustes. Posteriormente, nos detendremos en la temática del cambio terapéutico.

 

El tema de lasnecesidadesejemplifica el rol de la biología en la dinámica psicológica. Sin necesidades, no requeriríamos satisfacciones; no habría motivaciones, no habría pulsiones, no haríamos nada.Todas las personas compartimos las necesidades propias de la especie, generadas desde la biología;estas necesidades se muestran en todas las culturas y a través de todos los períodos históricos. Es el caso de las necesidades básicas, de la necesidad de convivencia social, de la necesidad de afecto, de la necesidad de saber, de las necesidades de trascendencia, etc. Pero cada sociedad favorece ciertas formas de satisfacción de las necesidades humanas. Y, al interior de cada sociedad, cada persona es movilizada por necesidades de intensidades diferentes, a partir de un perfil biológico individual con acentuaciones diferentes. De este modo,cada persona prioriza sus necesidades a su manera.Desde esta perspectiva, podría decirse que existe un perfil nomotético de necesidades humanas… las necesidades propias de la especie; y existiría también un perfil idiosincrásico de las necesidades de cada cual… con los énfasis y las formas que las necesidades adquieren en cada cual.

Aun cuando la "naturaleza humana" se muestra como flexible y adaptable a medios muy diferentes, estamos lejos de la conclusión "la naturaleza humana no existe". Cuando las mismas necesidades se presentan en culturas muy diferentes, es porquedisposiciones básicas comunes se están manifestando.Cuando las mismas necesidades se presentan en épocas históricas muy diferentes,disposiciones básicas comunes se están manifestando.Se puede inferir entonces, queexiste una naturaleza humana, obviamente de raíz biológica, obviamente común a la especie humana, que explica el que los seres humanos manifiesten motivaciones similares en hábitats históricos, sociales y culturales muy diferentes.

Sorprendentes disposiciones biológicas se manifiestan, por ejemplo, en ratas. Es así como Bartal, Decety y Mason (2011) constataron la presencia deempatíaen roedores. Para establecer esto, se colocó a una rata libre en un campo de arena; en este lugar se encontraba también otra rata atrapada en una jaula. Después de varias sesiones, la rata libre aprendió a liberar a la otra. Cuando la rata "experimental" fue enfrentada a dos jaulas, una conteniendo a una rata y otra conteniendo una barra de chocolate, optó por abrir ambas jaulas y compartir el chocolate con la rata recién liberada.

Adicionalmente, las disposiciones biológicas se pueden manifestar en otros territorios muy relevantes y muy insospechados:

Quienes han adoptado la perspectiva evolucionaria para estudiar el tema de la moral, han comenzado a encontrar evidencia que muestra que nuestro sentido de la justicia y nuestras calificaciones morales, surgen de algunos mecanismos mentales evolucionariamente adquiridos. Investigaciones en monos y en humanos vienen avalando estas conclusiones.

El conocido primatólogo Frans de Waal (2007), trabajó con monos capuchinos, una especie más alejada de los humanos que los chimpancés. Les "pidió" a los monos que le entregaran trozos de tubería plástica que se encontraban en el suelo. Como recompensa por cada tarea, les fue entregando trozos de pepino o gajos de uva; espontáneamente, los monos prefieren la uva a los pepinos. Al comienzo los fue recompensando a todos con pepino. Luego recompensó a un mono con uva; al ver esto, los monos siguientes no aceptaron el pepino o lo tiraron lejos. Una reacción que se puede interpretar como que no consideraron "justo" recibir un pepino si otros recibían uva por hacer lo mismo. "Estos experimentos sugieren que sistemas nerviosos centrales anteriores a los humanos, como el de los monos capuchinos, exhiben rasgos que insinúan la existencia de reacciones ‘morales’, de un cierto sentido de justicia" (Fischer, 2009, p. 245). Según Fischer, "los mecanismos mentales que dan lugar a los juicios morales, otorgan a quienes los poseen claras ventajas adaptativas en sus esfuerzos por ganarse la vida y dejar descendencia" (p. 245).

A su vez experimentos con humanos muestran una cierta consistencia con lo anterior. En el ámbito de lo humano, filósofos "racionalistas" como Platón y Kant concibieron el juicio moral maduro como una empresa racional. Plantearon que los juicios morales son el resultado de un razonamiento, un asunto de apreciación de razones abstractas que, en sí mismas, aportan dirección y motivación. De acuerdo con la hipótesis de la "voluntad", enfatizaron el rol del razonamiento y del autocontrol. La conducta honesta sería la resultante da una resistencia activa a la "tentación", comparable al control que se ejerce sobre los procesos cognitivos que posibilitan la demora de la recompensa.

Por su parte David Hume y Adam Smith, argumentaron que las emociones son el fundamento primario del juicio moral. En esta perspectiva, la hipótesis de la "gracia" enfatiza el rol de la emoción en los juicios morales; plantea que la conducta honesta está configurada por procesos automáticos "viscerales". La conducta honesta sería la resultante de ausencia de tentación, lo cual es consistente con aquella investigación que enfatiza la determinación de la conducta por la presencia o ausencia de procesos automáticos. Se asume aquí que la conducta honesta involucra un autocontrol activo muy pequeño; y que la conducta deshonesta involucra el compromiso adicional de procesos cognitivos controlados.

Teniendo como trasfondo las opciones mencionadas, el psicólogo de Harvard Joshua Greene (Greene y Paxton (2009) ha venido realizando diversos experimentos. En algunos plantea dilemas morales a los sujetos, a los que adicionalmente somete a mediciones con resonancia magnética funcional (fmri) para observar las zonas cerebrales que se activan. En un experimento, 35 sujetos monitoreados vía fmri fueron llevados a realizar actividades que involucraban algunas opciones de "honestidad/deshonestidad". Los hallazgos apoyaron la hipótesis de la "gracia". Los sujetos que se comportaron honestamente no mostraron una actividad de control relacionable con esa conducta. Y, por el contrario, quienes se comportaron deshonestamente exhibieron una actividad incrementada en regiones del córtex prefrontal, es decir, en regiones relacionadas con el control. Los niveles de actividad en estas regiones correlacionaron con la frecuencia de deshonestidad en los individuos (Greene y Pastón, 2009).

Greene propone que los juicios morales estarían controlados por un sistema dual. Los juicios "deontológicos", que dicen relación con "derechos" o "deberes" estarían dirigidos por mecanismos emocionales, de respuesta más automática; y los juicios "utilitarios" o de naturaleza consecuencial estarían controlados por mecanismos cognitivos.

Lo anterior deja abiertas algunas interrogantes. Paradójicamente, el desarrollo límbico-subcortical facilitaría una honestidad adaptativa; y el desarrollo cortical –posterior en términos evolutivos– facilitaría una deshonestidad desadaptativa. En este contexto, la evolución del neocórtex involucraría una especie de "retroceso ético-evolutivo"; se facilitaría la génesis de "tentaciones" que tornarían menos reflejas, más meritorias, y más "libres", las respuestas honestas. El tema es relevante y complejo, y estimula reflexiones en las más diversas direcciones.

Kagan (2010), señala que hay que abandonar la idea según la cual el "principio del placer" está en el origen de nuestra moral y de nuestra conducta en sociedad. Según Kagan, la evolución de las especies nos ha dotado de la facultad de distinguir precozmente el "bien" del "mal", y de sentir cierto malestar al realizar actos que sabemos o presentimos que están prohibidos o incluso que son inmorales. "Así, pues, desde muy temprano manifestamos una capacidad para no actuar mal: según Kagan, de manera muy clara a partir de los dos años" (Routier, 2010, p. 303).