Za darmo

Enfoques para el análisis de políticas públicas

Tekst
0
Recenzje
Oznacz jako przeczytane
Czcionka:Mniejsze АаWiększe Aa

En este caso, el procedimiento para la construcción fue establecer una pregunta de partida: ¿Cuáles son los problemas y causas relacionales identificados en cada entrevista (nivel individual) y en los grupos participantes (nivel grupal)? El resultado de este análisis muestra excepcionales patrones de causa lineal en el nivel intergrupal y en la emergencia de redes circulares (no historias) sin causa inicial y final exclusiva. El reconocimiento de una circularidad múltiple en la controversia es importante por dos razones: a) estas redes son desestabilizadoras y contienen una retroalimentación positiva que tiende a empeorar los problemas por su naturaleza de mutuo refuerzo. b) Indica la dirección hacia la cual el análisis narrativo ha de proceder, dado que el analista puede comparar estas narrativas con las narrativas de la controversia política para ver si su comparación arroja otra historia más útil. En síntesis, si una metanarrativa puede ser generada desde la comparación entre no historia e historia, es el analista el que determina entonces de qué forma esta redefine el problema.

Posteriormente, el análisis se centró en 18 entrevistas para establecer las principales redes circulares. Las entrevistas involucraron a la comunidad agrícola y a los planificadores, esta unión se llamó La burocracia de irrigación en California. Finalmente, se identificaron tres redes circulares interconectadas (inicial, transferencia, final) (Roe, 1994).

En conclusión, el análisis develó que los objetivos que buscan mejorar el drenaje y asegurar la producción irrigada son irreconciliables, también permitió ver que el grado del conflicto burocrático internalizado es reforzado por la inhabilidad de las agencias para decidir qué tipo de irrigación manejar y por el rechazo de las nociones sobre las cuales la elección puede ser hecha. El análisis de redes permitió resignificar el problema y plantear la separación del drenaje de irrigación, creando agencias autónomas bajo una sola planta institucional de administración, responsabilidad y costo. Los beneficios potenciales de esta propuesta son: a) reducir el estrés sobre la burocracia de irrigación, mediante la disminución de las tensiones inherentes al conflicto interno. b) La nueva agencia de drenaje podría soportar lo peor del drenaje político clasificando las propuestas. c) El desenganche incrementa el prospecto de los estudios sobre problemas primarios como la toxicidad y salinidad. d) La credibilidad de la agencia a cargo podría incrementarse si esta se dedicara exclusivamente a los gastos administrativos. Finalmente, no se considera que este desenganche pueda reducir la polarización y la incertidumbre, pero esta separación de funciones podría clarificar los términos del debate y proveer vías para la implementación de otros métodos de APP (Roe, 1994).

La intertextualidad como un método alternativo del análisis de narrativas

El segundo camino para la identificación de la controversia está basado en el modelo desarrollado por Riffaterre para el análisis literario: la ingramaticalidad textual. Esta es entendida como una desviación de la palabra o el término en un texto, lo que se traduce en el hecho físico según el cual una frase ha sido generada por una palabra que podría estar excluida (Roe, 1994). La incorporación de la ingramaticalidad en el análisis narrativo de política busca, en casos complejos y altamente polarizados, identificar la controversia, la cual se nutre de la misma polarización y posibilita el aprendizaje en la formulación de la política pública.

En el modelo de Riffaterre, la metanarrativa es el intertexto que explica cómo dos políticas narrativas (cada una opuesta a la otra) pueden constituir un caso al mismo tiempo. Roe afirma que una vez que la metanarrativa ha sido generada, el último paso del analista es determinar cómo esta reasigna el problema, de forma que lo hace más susceptible de ser leído por las herramientas de análisis de política convencional de la microeconomía, el análisis legal, la estadística, la teoría de la organización y la administración pública.

Según Roe (1994), la relevancia de la metanarrativa en la política puede ser especificada dependiendo del rango en el cual el análisis de las narrativas ayuda al analista en el direccionamiento de siete elementos comunes en un análisis de política convencional, a saber:

• Definición del problema de intereses en la política.

• Identificación de datos e información necesaria para analizar el problema.

• Selección de criterios para evaluar diferentes alternativas que permitan la orientación del manejo del problema.

• Formulación de dichas alternativas.

• Proyección de las consecuencias asociadas con cada alternativa.

• Evaluación de las consecuencias entre esas alternativas.

• Y decisión entre esas alternativas.

En todos los casos, el objetivo es generar una metanarrativa que funcione como una política narrativa capaz de asegurar (establezca o certifique) y de estabilizar los supuestos para la toma de decisiones de cara la ampliación de la incertidumbre, la complejidad y la polarización. De este modo, la metanarrativa logra visualizar un set de supuestos comunes que posibilitan la concertación y la acción de los oponentes (Roe, 1994).

Dos casos son presentados por el autor para desarrollar la alternativa del análisis narrativo; el primero centra la atención en la controversia del calentamiento global y el segundo, en la disputa por los restos nativos americanos (Roe, 1994).

Escenario en crisis y la ingramaticalidad en el APP

En algunos casos, el analista se enfrenta a controversias marcadas por el desacuerdo y la incertidumbre, como en la controversia sobre el tema del calentamiento global, los gases de invernadero, las emisiones de CO2 y las partículas de los vehículos, donde las analogías del pasado para predecir el calentamiento global y sus consecuencias aún son ampliamente discutidas. Es en estos casos en los que la identificación del escenario en crisis son el insumo inicial que le permite al analista desarrollar el análisis de la ingramaticalidad.

El calentamiento global es definido por Roe como una tragedia de los comunes (Roe, 1994, p. 109), y el escenario en crisis (incertidumbre) y sus implicaciones políticas están caracterizados a través de cinco pasos: a) el escenario en crisis está basado en un dato, en este caso las leyes de la física. En este nivel, lo más importante para un análisis narrativo es que las leyes se asumen como datos, esto es, “que son el tema de un consenso acerca de la naturaleza de la realidad y de esta manera imparte a un escenario basado en ellas el sentido de certitud proveniente de un consenso ya codificado en el discurso científico” (Roe, 1994, p. 112). b) La construcción narrativa del escenario de crisis fluctúa entre los datos genéricos, las descripciones específicas del calentamiento global y los que frecuentemente se toman como sus equivalentes operacionales (calentamiento global y efecto invernadero). c) El sentido narrativo de certitud es tomado como un paso que va más allá cuando la incertidumbre se introduce para transformar el calentamiento atmosférico y sus sinónimos en dos políticas narrativas separadas: el calentamiento como un problema científico y como un escenario de crisis. Por un lado, la incorporación de la incertidumbre a las descripciones del calentamiento atmosférico incrementa su exactitud representacional y, por otro, la incorporación tiene características narrativas separadas de cualquier precisión lograda; por ello, introducir incertidumbre en la descripción incrementa el sentido de certeza narrativa que se va a reasignar dentro de la historia, con el formato convencional de principio, punto medio y fin. El escenario de crisis comienza dando los hechos sobre las emisiones de gas de invernadero y los cambios de temperatura producidos, y termina señalando la calamidad. d) Un gran número de discursos científicos y no científicos refuerzan en el público el sentido de que la ciencia es incierta. Lo menos notorio ha sido la creación de certezas sobre el metalenguaje y las formas de discurso que hallan diferencias entre los modelos, comparación que crea certezas narrativas como reglas preexistentes gobernadas por procedimientos del discurso científico. Identificar estas diferencias requiere definir qué establece qué, para reducir la incertidumbre. e) Esta controversia opera dentro de una amplia estructura narrativa, pero, además de eso, se posa sobre las controversias de la ciencia; para ello, se hace necesario diferenciar el término global del término atmosférico. Atmosférico es un concepto descriptivo, mientras que global representa la tragedia de los comunes que requiere de la acción internacional. Global es prescriptivo, no descriptivo, y es privilegiado en el nivel supranacional sobre todos los otros; sin embargo, en términos del calentamiento, global o atmosférico son iguales. Comprender esta narrativa del escenario en crisis muestra qué tan vulnerable es ese escenario, pues cada falta de sinonimia entre el calentamiento global y el atmosférico lo desnarrativiza. Esto quiere decir que, teniendo los números correctos, podríamos conocer la historia real sobre lo que es el calentamiento global; por ejemplo, las medidas del cambio de temperatura como una precondición para la acción.

Roe plantea que para entender cómo y por qué el calentamiento global es otro escenario de crisis que genera otra crisis narrativa, aun cuando el fenómeno físico del calentamiento atmosférico toma lugar como si no pasara nada, es necesario aclarar que en este modelo lo global constituye un eje analítico que tiende hacia el globalismo, y provee una guía especifica de cómo responder al tema del cambio climático (Roe, 1994). El eje analítico es usado aquí como un eje lingüístico de analogía, donde el lenguaje, demográficamente estable a través de generaciones (el eje), cambia bajo la presión demográfica por otro lenguaje. En este sentido, todos apelan al tratamiento del calentamiento atmosférico, pero el análisis global trabaja en contra de la mejora del control de las emisiones de gases; por eso, todos los que intervienen tratan el calentamiento atmosférico como una tragedia del común. Sin embargo, lo que hagan en un país no tiene mucho efecto si esto no se hace en otro, por eso es que se considera como un problema global. La conclusión del autor es paradójica: “entre más creemos en el calentamiento atmosférico más razones tenemos para no suscribirnos al escenario del calentamiento global” (Roe, 1994, p. 122). Finalmente, la ingramaticalidad se evidencia en las contradicciones que existen entre los conceptos global y atmosférico; por ello, se puede afirmar que una vez que se ha separado conceptualmente el calentamiento global como escenario del calentamiento atmosférico como problema, la intervención por parte de los gobiernos llegará a ser más evidente (Roe, 1994).

 

Intertextualidad y el Intertexto: otra lectura de un problema político

Es posible que el analista se enfrente a debates a nivel político con un componente ético importante como, por ejemplo, poner fin a la vida de alguien cuando se encuentra en una situación vegetativa o en estado de coma, o la realización de investigaciones en animales, donde la polarización se convierte en el mejor mecanismo de aprendizaje. Es en estos casos en los que Roe retoma a Rifaterre, autor del modelo del intertexto y la intertextualidad, el cual retoma las nociones provenientes de la teoría de Pierce. Estas ideas pueden ser “extendidas” al proceso de lectura de un problema político y, para tal fin, vale la pena aclarar las categorías que se van a utilizar según su esquema: el signo corresponde al texto, el objeto al intertexto, el interpretante (elemento nuclear y definidor de su propuesta) se entenderá como “un tercer texto que el autor habrá utilizado como equivalente parcial del sistema de signos que él construía para volver a decir o para volver a escribir el intertexto” (De González B, 1998). Es en esta noción de intertexto, como fundamento de la interpretación, en la que se encuentra una propuesta central del planteamiento de Riffaterre, ya que permite abrir el corpus intertextual posible desde la recepción y, asimismo, posibilita una interpretación más amplia del proceso de lectura.

El modelo de Riffaterre tiene cuatro elementos: el sociolecto, el idiolecto, el intérprete y el intertexto o la intertextualidad, los cuales se pueden aplicar en la evaluación de políticas que presentan problemas de múltiples criterios. El sociolecto es el que provee las estructuras sobre las cuales el idiolecto del texto y el metalenguaje del intérprete se fundan. Es como si este concepto representara una plataforma intermediaria preliteraria entre el lenguaje y el discurso literario; mientras que el intertexto, es definido por Riffatere como “el conjunto de los textos que podemos asociar a aquel que tenemos ante los ojos, el conjunto de los textos que hallamos en nuestra memoria al leer un pasaje dado. El intertexto es, pues, un corpus indefinido”. Asimismo, redefine la intertextualidad como “un fenómeno que orienta la lectura del texto, que rige eventualmente la interpretación del mismo y que es lo contrario de la lectura lineal” (Riffaterre, 2004). El sociolecto y el intertexto descifran completamente lo que el texto dice solo de forma incompleta y expresan de un modo claro lo que el texto expresa oscuramente, o proveen el contexto dentro del cual este puede adquirir sentido.

Por lo tanto, el sociolecto o el intertexto ofrecen un marco de pensamiento frame of thgought), o un sistema de significación que le dice al lector cómo o dónde buscar una solución, o desde qué ángulo el texto puede ser asumido como descifrable. Este marco, sistema o ángulo de visión es lo que Riffaterre llama un modelo hermenéutico (Riffaterre, 2004). El idiolecto sigue al sociolecto, pero no es igual a él y las diferencias entre los dos conducen a la respuesta del lector. Este hecho se ilustra fácilmente en un primer caso sobre el distrito de reclamos, donde la implementación representa el préstamo idioléctico de un documento político que refleja el contexto cultural y político. La descentralización significa algo diferente en Kenia que en Tanzania. En este último lugar, el concepto mencionado asume un carácter de menor participación y mayor jerarquización de arriba hacia abajo. El intérprete diferencia entre lo dicho en la política (sociolecto) y lo realizado en la implementación. Es decir, se fija en aquello en lo que ambas partes estuvieron en desacuerdo, referidas al criterio apropiado para la evaluación de la política y el paso del papel a la práctica.

La controversia sobre los restos de los nativos americanos es analizada por el autor a partir del informe realizado en 1990 por el comité de evaluación encargado por la Universidad de California, para evaluar las políticas y prácticas de la universidad, con respecto a la colección de esqueletos humanos y los artefactos asociados (Roe, 1994). La evaluación del comité le recomendó a la universidad el desarrollo de dos políticas: a) la transferencia de esqueletos humanos y los artefactos asociados a una colección arqueológica y b) un proceso para responder a las solicitudes y resolver las disputas. El Instituto Smithsoniano y la Universidad de Stanford, entre otros, acordaron entregar los restos óseos a los grupos indígenas americanos, una transferencia que encontró fuertes opositores dentro y fuera de las universidades en los Estados Unidos. Las legislaciones estatal y federal de California fueron introducidas en 1990, para asegurar que tales restos humanos regresaran a los grupos apropiados bajo condiciones específicas.

El autor realiza la identificación del idiolecto (argumentos usados por los nativos norteamericanos para que les devuelvan los restos de sus ancestros) y el sociolecto (argumentos usados por la ciencia según los cuales los restos pertenecen a la ciencia, a la humanidad). El comité hace la observación de que la experiencia de otros museos ilustra que el diálogo respetuoso entre todas las partes interesadas ha sido una efectiva forma de aproximación para la resolución de las diferencias respecto a la disposición de los esqueletos humanos, y recomiendan el establecimiento de un proceso de concertación (deaccession) que le permita a la universidad iniciar un diálogo entre las partes interesadas con el fin de lograr el entendimiento de las actitudes, creencias y objetivos, clarificando las opciones de concertación, para así llegar a una resolución mutuamente aceptable del asunto.

Para Roe, la ingramaticalidad consiste en saber qué tan cerca está la persona que tiene la última palabra sobre el destino de los restos de resolver el problema. Esta consiste en ver que tanto los proponentes como los oponentes podrían tener primero la palabra y estar en una posición no absoluta, y que podrían expresar lo que piensan (Roe, 1994). El problema de determinar la administración como la guardia y la custodia también genera un fuerte debate, especialmente cuando en dicho conflicto se presentan reclamos que no están limitados a los restos de los nativos americanos. Finalmente, la evaluación intertextual toma un curso diame-tralmente opuesto a la búsqueda de “consenso”; en el fondo, la idea de la evaluación intertextual consiste en no encontrar la forma de deshacerse de la polarización que conduce a una controversia, sino, más bien, en encontrar un estado de cosas cuyo éxito depende de que la polarización tenga lugar (Roe, 1994).

Conclusión en perspectiva crítica

El análisis narrativo de política pública se desarrolla para el microanálisis y se inscribe dentro de la corriente del giro argumentativo, el cual se caracteriza por la crítica que realiza a la perspectiva tradicional del APP y a la validez de las pruebas empíricas, que esta última toma como referencia. Para el análisis narrativo, las políticas públicas son construcciones discursivas creadas a partir de argumentos y elementos retóricos que se expresan en historias; por lo tanto, toman en consideración los aspectos cognitivos, retóricos y subjetivos, minimizando el papel utilitarista o racionalista en la formación de la política pública.

El enfoque argumentativo, según Fischer y Forester (1993), resalta la subjetividad y la forma como los profesionales formulan y construyen problemas en la práctica; reconociendo que la construcción de la agenda política es un ejercicio complejo. Esto permite comprender los problemas que se presentan en diversos lenguajes, discursos y marcos, teniendo en cuenta que los cambios en el poder político implican modificaciones en las élites y en el lenguaje con que se presentan los temas y las opciones de las políticas públicas. Por último, estos dos autores dirigen la atención hacia el papel que desempeña el conocimiento, para entender la naturaleza del poder en la sociedad moderna y posmoderna.

Aportes al APP

Los principales aportes identificados a partir de la propuesta de Roe son, en primer lugar, el fortalecimiento de la planeación de la política pública a partir de una mejor conceptualización del problema, permitiendo la profundización y aclaración de los argumentos desde una mirada deconstructiva de la narrativa, y no desde una visión causa-efecto. Lo anterior favorece la implementación y los resultados de la evaluación de la política pública. En segundo lugar, la metanarrativa toma en cuenta las construcciones dominantes, al tiempo que devela la asimetría en las fuerzas discursivas, permitiendo que emerjan las historias ocultas. En tercer lugar, la propuesta de Roe es diferente al análisis tradicional y permite el reconocimiento del carácter ideológico de las disputas políticas; no obstante, se podría señalar que el analista debe tener conocimiento sobre el problema a tratar, así como del establecimiento burocrático en el cual se da el proceso de toma de decisiones.

Alcances y limitaciones

El análisis narrativo de política pública profundiza en los argumentos ocultos de cada una de las posiciones identificadas en la controversia, de manera que los grupos minoritarios tengan voz y su argumento se refleje en la metanarrativa. Lo anterior amplía la visión del que toma las decisiones, dado que el analista aporta nuevos elementos de la problemática relacionados con la discusión de valores y creencias en torno a la misma. Para el caso específico del autor, la propuesta se centra en las problemáticas de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente.

Si bien para las corrientes hegemónicas la demostración es fundamental para la validez de sus tesis, para el análisis narrativo lo fundamental es la argumentación, ya que esta se centra en lo interpretativo del discurso; la persuasión, a través de la metanarrativa en la toma de decisiones; y el papel activo que asume el analista en la construcción de esta. En cuanto al aspecto metodológico, el autor desarrolla una aproximación de la mano de la teoría literaria para identificar la ambigüedad y la incertidumbre en las historias y contrahistorias de la controversia. En este mismo sentido, Fischer (2003), citando a Stone, señala que esta metodología permite el aprendizaje de la política pública a partir de la aceptación y el aprendizaje sobre la ambigüedad. Esta metodología también permite llevar a la agenda política controversias que se encontraban ocultas, y propicia la construcción participativa de la problemática y la solución como parte del ejercicio que legitima la práctica política.

Algunas limitaciones señaladas por Sabatier (1995) a las propuestas que se ubican en el giro argumentativo son la falta de evidencia y la posición subjetiva del analista político; es necesario anotar que estas críticas se plantean desde un enfoque positivista. Para los defensores del giro argumentativo los ciudadanos tienen un interés político y existe un ámbito de tolerancia y diálogo de las personas con valores opuestos; aspecto criticable, según Sabatier, ya que los ciudadanos no tienen disposición para participar en los foros políticos.

Por otro lado, es posible señalar que el análisis de narrativas propuesto por Roe solo posibilita resaltar los diferentes argumentos sin resolver la controversia, lo cual puede generar que no se contribuya de forma específica a la toma de decisiones. A nivel operativo, podría cuestionarse la dificultad de encontrar contribuciones discursivas que representen las no-historias, específicamente en el caso de poblaciones grandes o dispersas. Aunque Roe identifica que una contranarrativa débil no tiene poder persuasivo, no indaga en las razones por las cuales tiene esa condición, y las acciones que propone pueden caer en una mirada tec-nócrata del problema, aspecto que él cuestiona al análisis convencional.

 

Finalmente, el autor se propone aportar una metodología que permita analizar las relaciones de poder en temas altamente polarizados y caracterizados por la incertidumbre; sin embargo, su análisis se sitúa solo en el nivel de las ideas, olvidando grandes relaciones materiales que influyen en la misma estructura política. En este sentido, valdría la pena interrogarse acerca de cómo se constituyen las narrativas en contextos de democracias débiles y si para estos contextos tendría cabida la propuesta de Roe.

Contraste con otros modelos de APP

El Institutional Analysis Development (IAD) de Ostrom y el Advocay Coalitions Framework (ACF) de Sabatier proponen una metodología y unos conceptos generales con carácter explicativo universalista que incluyen variables interactuantes que buscan la explicación. En ambos casos, se trata de construcciones teóricas y conceptuales que intentan ser herramientas de análisis científico de la realidad con pretensión de neutralidad y objetividad, aspecto poco observado en la propuesta de Roe.

Por otra parte, para Roe las creencias son importantes en tanto permiten la construcción de argumentos, los cuales constituyen el núcleo de su propuesta metodológica; mientras que para Sabatier las creencias son relevantes en la medida en que constituyen el pegamento de las coaliciones, siendo estas últimas quienes tienen el papel preponderante del ACF. Asimismo, a diferencia de Sabatier, Roe retoma el concepto de Habermas de la ciencia como construcción social y encuentra que el análisis experto es solo uno de los argumentos de la metanarrativa. En cambio, para Sabatier la ciencia es instrumentalizada por la política, la cual se apoya en la mirada del experto para la toma de decisión. En cuanto al tema del aprendizaje en el análisis de política, Sabatier refiere que este se da en el debate que se genera al interior y entre las coaliciones; mientras que Roe plantea que el aprendizaje se genera a partir de la aceptación de la ambigüedad y la polarización.

Autores como Roe y Fischer se ubican dentro de los posestructuralistas representantes del giro argumentativo en la política pública, ambos ubicados desde la visión socioconstruccionista. Sin embargo, se identifica una variante a nivel metodológico, dado que en el caso de Fischer el énfasis está en el análisis del discurso, donde es central el papel del poder ejercido a través de este; en tantoque, en Roe, el punto de atención está en el análisis literario, que permite otorgar una mayor relevancia a la asimetría de los argumentos con el objetivo de rescatar el discurso marginado. Por otra parte, Fischer (2003) en su capítulo “Citizens and Experts: Democratizing Policy Deliberation” establece el papel que debe desempeñar el profesional experto como facilitador del aprendizaje público y el empoderamiento de los ciudadanos, con el fin de “capacitarlos” desde el poder comunicativo para la toma de decisiones. Aspecto que se citó como una limitante en la propuesta de Roe.

Retos por desarrollar

Se hace evidente que el análisis microsocial no es suficiente para explicar las relaciones de poder que se tejen en la política; por lo tanto, este debe articularse con el análisis macrosocial en pro de develar grandes relaciones.

Para el caso colombiano

Con el ánimo de realizar un ejercicio práctico, se revisó el trabajo de Juan Camilo Gonzáles-Galvis, Diana Esperanza Rivera-Rodríguez, María Andrea García-Ruiz y Raúl Murillo, titulado Naturaleza de un debate: la regulación del tabaquismo. Preliminares para un cambio social (2007). A partir de este insumo, se identificó la controversia, las narrativas y las contranarrativas presentadas durante la formulación de la política sobre el control del tabaco en Colombia (tabla 1). Según García-Ruiz, Rivera-Rodríguez, Marín-Valencia, González-Galvis y Murillo (2009), desde el año de 1993 el Congreso de la República ha recibido 19 proyectos legislativos relacionados con el control del tabaco. Durante el periodo 2004-2006, posterior a la firma del convenio marco para el control de tabaco, promovido en el año 2006 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se intensificó en Colombia el debate sobre los aspectos que debería contemplar la regulación para el control de tabaco (proyecto Ley 235 de 2004).

Los actores que son presentados por Gonzáles et al. (2007) se resumen así: el legislativo tiene la Cámara y el Congreso; el ejecutivo está en cabeza del Ministerio de la Protección Social y el Ministerio de Agricultura; los representantes de las instituciones de salud están en cabeza del Instituto Nacional de Cancerología-Empresa Social del Estado (ESE)5, la Liga contra el Cáncer6 y los representantes de la industria tabacalera nacional e internacional. La controversia se resume en la necesidad de regular el control del tabaco, los defensores de este planteamiento sostienen que las medidas regulatorias son acciones de prevención de las enfermedades asociadas al consumo del mismo y los opositores argumentan que las medidas regulatorias van en contravía de uno de los principales renglones de la economía colombiana.

Tal y como lo identifica Gonzáles et al. (2007), alrededor de la controversia central se generan dos controversias adicionales: por una parte, sobre los contenidos del proyecto 235 de 2004, donde, al parecer, hay un acuerdo entre las instituciones de salud sobre la importancia de las medidas más restrictivas para el control del tabaco (tabla 2); sin embargo, algunos ponentes del proyecto de ley afirman que es importante tener así sea un acuerdo con mínimas restricciones, en vez de no tener nada; y, por otra parte, la segunda controversia refleja el favorecimiento del proyecto de ley a la industria trasnacional sobre la industria nacional (tabla 3).

TABLA 1. LAS PRINCIPALES NARRATIVAS FRENTE A LA NECESIDAD DE REGULACIÓN


ActorNarrativaContranarrativa
Senado“Nadie defiende el consumo de cigarrillo. Pero hay una verdad mayor (más importante): la oferta y la demanda. Senador Álvaro González”
Ministerio de AgriculturaEl tabaco es el segundo cultivo en generación de empleos, después de las flores. El tabaco representa 200 jornales por hectárea, lo que equivale a un empleo por hectárea (…) el tabaco es un gran generador de empleo, para las familias campesinas del sector rural deprimido (…). El precio en Estados Unidos es el doble que el nuestro (…) por eso estamos pidiendo cupo de 25 000 toneladas.
Liga contra el CáncerEl tabaco como generador de muerte, el tabaco pone en Colombia tantos muertos como Armero.El Ministerio de Agricultura presenta unas cifras parciales, presenta inclusive una serie de promedios y no datos agregados acerca de cuál es el volumen y las ganancias del tabaco.
Instituto Nacional de Cancerología. ESENo se puede aumentar el cultivo de tabaco a costa de la vida de la gente. El tabaco se convirtió en un problema de Salud Pública.
Ministerio de la Protección SocialNo es cierta la puesta en balanza donde el Congreso y el Gobierno están impelidos a escoger entre la salud (20 000 muertes causadas por enfermedades asociadas al tabaco), o la economía (20 000 familias cultivadoras de tabaco). No se puede en esos términos, pues así saldría mal librada cualquier decisión que tome el Gobierno.

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA.