Un mejor pacto

Tekst
0
Recenzje
Przeczytaj fragment
Oznacz jako przeczytane
Czcionka:Mniejsze АаWiększe Aa

PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS

Los Bautistas, calmadamente, junto con los puritanos separatistas del siglo XVI y el siglo XVII en Inglaterra, rechazaron el Presbiterianismo directamente heredado de la Reforma Ginebrina conforme a las enseñanzas de Juan Calvino. Sin embargo, estos mismos Bautistas se llamaban a sí mismos Calvinistas ¿Qué es lo que distinguió a un Calvinista Presbiteriano de un Calvinista Bautista? Usted comprenderá que ésta es una cuestión crucial para alguien que nombró a sus hijos Calvin y Baptiste, respectivamente. La respuesta corta a esta pregunta es el bautismo. La respuesta larga es la teología que implica el bautismo: la teología del pacto. En este documento de posición, vamos a estudiar la respuesta larga a través de la comparación de dos maneras muy diferentes de entender la teología del pacto en el siglo XVII: el entendimiento de la corriente principal de los Presbiterianos que eran paidobautistas y la comprensión no convencional de los Bautistas, quienes se negaron a bautizar niños y practicaron el bautismo para creyentes.

El desarrollo de esta tesis no habría sido posible sin el apoyo invaluable y la ayuda de varias personas a las que quiero dar gracias. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mis queridos hermanos y hermanas de la Église Évangélique de St-Jérôme quienes pagaron un alto precio por la teología que será presentada en estas páginas, al convertirse en una iglesia Bautista Reformada. Yo iba a comenzar este trabajo de investigación en el 2007 para obtener el grado de maestría en teología. Tenía planeado que fuera un proyecto rápido y fácil. Para el invierno de 2009, todavía no tenía nada hecho por estar demasiado ocupado con mis otras obligaciones. Fue en ese punto, que mi iglesia decidió liberarme de mis deberes pastorales durante cuatro meses para que yo pudiera dedicarme por completo a este proyecto. Pasé semanas en comunión con los teólogos del siglo XVII a través de sus escritos; a veces leyéndolos con una lupa cuando sólo existía la edición original. Al final de los cuatro meses, aún no había comenzado a escribir; pero ya sabía lo que iba a decir. Me tomó un poco más de otro año para terminar. Durante todo ese tiempo, la iglesia me apoyó incondicionalmente a través de oraciones y a menudo a través de ayuda en nuestro hogar, lo que me permitió trabajar con mayor tranquilidad. Hoy me siento conmovido y sinceramente agradecido cuando pienso en el amor que me han mostrado. Estar unido con ustedes en el Nuevo Pacto es una inmensa alegría, y servirles, un honor.

Quiero dar las gracias a Caroline, mi esposa, con quien estoy descubriendo las promesas y obligaciones de una vida de pacto. Tu perseverancia conmigo en este esfuerzo ha sido de gran consuelo para mí y una manifestación concreta de tu amor por mí, por nuestro hogar y sobre todo por Aquel que nos amó primero.

Un agradecimiento especial se debe también al Dr. Raymond Perron, que ha sido no sólo un tutor de tesis, sino un verdadero pastor. Gracias por su constante aliento el cual fue una verdadera fuente de motivación para seguir adelante. Gracias por su intercesión para con los hombres y con Dios.

Gracias también al Dr. James M. Renihan, que no sólo me enseñó acerca de la teología y la historia Bautista, sino que también me ayudó mucho con la bibliografía, al permitirme encontrar las obras más esenciales para esta tesis. Gracias por la rapidez de sus respuestas a mis numerosos correos electrónicos y preguntas, sobre todo mientras estaba escribiendo la introducción de este trabajo. Gracias al Dr. Richard C. Barcellos, que abrió mi entendimiento a los escritos de John Owen y que hizo muchas sugerencias útiles para mejorar esta obra. También me gustaría dar las gracias a otros profesores que me ayudaron a entender mejor la teología del Pacto y la teología Bautista: el Dr. Fred A. Malone, el Dr. Samuel E. Waldron y el Dr. Thomas J. Nettles. Gracias al Dr. Meine Veldman y el Dr. Michael A.G. Haykin por sus comentarios que ayudaron a remodelar algunas áreas de esta tesis. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a la Faculté de Théologie Evangélique de Montreal, donde me preparé en teología, en especial al decano, el Dr. Amar Djaballah, uno de los hombres de Dios que ha influido mucho en mi pensamiento. Asimismo, quiero agradecer al hermano Brandon Adams, quien me ayudó a refinar y afilar mis pensamientos respecto a la teología del pacto desde la publicación original de esta obra en el 2013.

Gracias al hermano Guy Leroux, por el diseño de la portada. Gracias al hermano Steve Cyr, quien aceptó con prontitud el reemplazarme como capellán de la prisión. Gracias a todos los que predicaron durante mi ausencia: Antoine Robillard, Réal Cyr y los pastores de la Asociación de Iglesias Bautistas Reformadas de Quebec. Gracias a François Comeault, que me permitió beneficiarme de su acceso por computadora a obras esenciales del siglo XVII, a las que no hubiera podido acceder de otra manera. Gracias a su esposa Linda Cyr quien tradujo todas las citas en Inglés para la publicación de esta obra en Francés. Gracias a Mac Wigfield y su hija Elizabeth por la preparación de la versión en Inglés de este libro.

Por encima de todas estas personas, le doy gracias a Él, quien es el único digno de toda gloria, honor y alabanza; nuestro Dios, que dio a su unigénito Hijo para ser el mediador eterno de un pacto tan seguro y permanente como Su propia vida, que es la garantía. Señor, he sido abrumado y transformado mientras contemplaba develado la gloria del Pacto de Tu gracia ¡Que toda la alabanza sea para Ti!

Me gustaría dedicar este trabajo, a mis queridos colegas que son fieles ministros de Cristo y con quienes orgullosamente llevo el nombre de Bautista Reformado. Me dirigí a ustedes al escribir estas líneas. Los veo como campeones de gracia y de verdad. No me gustaría servir a nuestro Maestro bajo ningún otro pacto más que el que nos une y que todos apreciamos mucho.

Pascal Denault,

St-Jérôme, Qc

www.unherautdansle.net

PRÓLOGO A LA EDICIÓN REVISADA

Esta edición revisada de Un Mejor Pacto, no se trata solamente de corregir errores tipográficos encontrados en la edición del 2013. Este prólogo explicará brevemente los cambios que han sido efectuados.

Los cambios menores (pero no menos importantes), consisten en una actualización pequeña de la bibliografía con nuevas obras sobre la teología del pacto, que han llegado a estar disponibles, partir de la primera publicación de Un Mejor Pacto. También Revisamos y mejoramos la traducción del Francés al Inglés, para una mejor legibilidad y comprensión. Asimismo también quiero agradecer, a las observaciones provechosas del Pastor Samuel Renihan. He corregido algunas exageraciones que hice, concernientes a las posturas sostenidas por los Bautistas Particulares, como si éstas fueran una única postura respecto al pacto de gracia y su relación con el antiguo y el nuevo pacto. No modifiqué el libro al grado de presentar estas otras posturas sostenidas por algunos Bautistas Particulares, sino que he matizado algunas afirmaciones para al menos reconocerlas. En cuanto a este asunto, los lectores ciertamente podrán beneficiarse de la tesis doctoral del Pastor Renihan, que esperamos sea publicada en un futuro cercano.

Fui grandemente beneficiado de fructíferos intercambios con pastores Presbiterianos y hermanos quienes provechosamente criticaron los argumentos que presenté. Esto me llevó a un entendimiento más refinado de la distinción de la iglesia visible/ invisible, lo cual me llevó a escribir de nuevo algunas áreas del libro. Sin aprobar el paradigma completo normal de la iglesia mixta, visible, paidobautista, llegué a una eclesiología más robusta, y creo que a un entendimiento más bíblico y Bautista de esta importante distinción. Asimismo he modificado algunos comentarios respecto al paidobautismo, que fueron percibidos un poco duros o innecesariamente provocativos. Todavía quiero presentar una crítica de la postura Presbiteriana pero en el espíritu conciliador de nuestros antepasados. Los lectores encontrarán cerca del final de esta edición revisada, un nuevo cuadro comparativo que resume las diferencias entre la perspectiva Presbiteriana y la Bautista Particular acerca de los pactos.

Finalmente, fui afilado por varias discusiones entre la comunidad Bautista Reformada, que me forzaron a articular una teología del pacto más precisa y consistente en algunos puntos específicos. En el proceso, he rechazado la idea de que el pacto Mosaico ofreció vida eterna como una absoluta recapitulación del pacto de obras. He llegado a entender, que el pacto Mosaico estaba estrictamente limitado a la vida en Canaán y solamente vinculado tipológicamente a las realidades celestiales traídas por el nuevo pacto. Anteriormente, yo había aprobado la postura de Samuel Petto, que entiende el pacto Mosaico como un pacto de obras terrenal para Israel en Canaán y como un pacto de obras absoluto para Cristo, a fin de obtener vida eterna. Todavía creo lo primero (respecto a Israel), pero lo último (respecto a Cristo) es solamente tipológicamente verdadero. En otras palabras, Cristo no guardó el antiguo pacto, sino mas bien el nuevo pacto que fue puesto como un pacto de obras entre Él y el Padre (el Pacto de Redención) cuyos términos fueron prefigurados pero no propiamente estipulados en el antiguo pacto.

El problema principal, en mi opinión, era que yo solía mezclar el tipo con el antitipo o la sombra con la realidad en el mismo pacto al atribuir la vida eterna como una promesa propia al pacto Mosaico. Creo que este enfoque mixto de la teología del pacto es la esencia del paidobautismo, con su distinción interna/externa que mezcla el reino terrenal, con el reino celestial, el antiguo pacto, con el nuevo pacto, etc. Por otro lado, el Federalismo de 1689 descansa en las distinciones fundamentales de antiguo y nuevo, tipo y antitipo, sombra y realidad, y por lo tanto, distingue, entre la recapitulación tipológica y el establecimiento del nuevo pacto (tipológicamente relacionado, pero esencialmente distinto) por parte de Cristo.

 

Esta edición revisada de Un Mejor Pacto, muestra esta postura, la cual creo que era la postura de Coxe y Owen. Muchos hermanos, estuvieron involucrados en discusiones importantes que me llevaron a esta aclaración. Especialmente quiero agradecer al hermano Bandon Adams, quien fue de gran utilidad en tal consideración. Y quiero elogiarle por toda su labor por la causa del evangelio mediante su defensa del Federalismo de 1689. Los lectores podrán encontrar muchos recursos útiles al visitar su sitio: 1689federalism.com.

Pascal Denault,

St-Jérôme, Qc

Noviembre 2016

INTRODUCCIÓN

No hay duda que los Bautistas y los Presbiterianos paidobautistas del siglo XVII estaban teológicamente cerca. La naturaleza casi idéntica de la Confesión de Fe de Westminster y la Segunda Confesión de Fe de Londres dan testimonio de este hecho innegable. En esta obra, nosotros sin embargo, no investigaremos lo que unía a los Bautistas y Paidobautistas1, sino lo que los distinguía.

1. Hipótesis

La distinción más obvia entre los Bautistas y Presbiterianos es, por supuesto, el bautismo. Sin embargo, el bautismo no es el distintivo fundamental entre estos dos grupos. Proponemos que la Teología del Pacto es el distintivo entre los Bautistas y paidobautistas, y que todas las divergencias que existen entre ellos, tanto teológicas como prácticas, incluyendo el bautismo, provienen de sus diferentes formas de entender los pactos bíblicos. El Bautismo es, por lo tanto, no el punto de origen, sino el resultado de las diferencias entre los paidobautistas y credobautistas. Ligon Duncan escribe: “El mayor punto de conflicto en cuanto al bautismo, entre la posición Bautista y la posición Presbiteriana o Paidobautista, no es en nuestra doctrina de los sacramentos, sino nuestra doctrina de la iglesia.”2

No era el bautismo en sí mismo, el punto de la disidencia; sino el bautismo abordado desde la doctrina de la Iglesia (que no tenía otra estructura sino la teología del pacto). Antes de hacer la pregunta “¿Quién puede ser bautizado?”, hubo una pregunta más fundamental, es decir “¿Quién está en el pacto?” Esta es la consideración más importante en la definición de la identidad de los Bautistas. Al punto que, a pesar de la gran proximidad entre la eclesiología Congregacionalista y Bautista, esta pregunta constituyó el punto de división entre los dos grupos (a pesar de lo que los unió). James Renihan escribe: “Esto no quiere decir que sus opiniones eran mutuamente excluyentes, simplemente quiere decir que la eclesiología fue la fuerza impulsora detrás del movimiento Bautista, y le ha dado una identidad propia distinta de la de los Independientes.”3

Los Bautistas no consideraron la cuestión del bautismo como un tema apartado; para ellos, esta pregunta estaba intrínsecamente ligada a su teología como un todo, y a su entendimiento general de las Escrituras. Ellos rechazaron el Paidobautismo basados en más que en un análisis de la práctica del bautismo en el Nuevo Testamento, y en el hecho de que allí no se encuentra ningún ejemplo de bautismo infantil. Este tipo de argumento (el principio regulador, la definición del bautismo en el Nuevo Testamento, etc.), era de importancia secundaria en la apologética Bautista. El debate en torno al bautismo, involucraba un asunto mucho mayor que el de una práctica sacramental. Fue un debate sobre la estructura de las Escrituras; el significado y la naturaleza de los diferentes pactos que Dios hizo con el hombre; continuidad y discontinuidad en la revelación y la realización del plan de Dios. La naturaleza misma del Evangelio y de la Iglesia estaban en el centro de este debate.4 Los Bautistas no estaban solamente refutando una práctica que parecía equivocada, sino que establecieron un sistema teológico global que subyacente a esta práctica, desafiando así los fundamentos del federalismo Presbiteriano.5

Los Bautistas, por tanto, no estaban buscando definir en primer lugar la doctrina del bautismo, con el fin de adaptar a ella la doctrina de la Iglesia. Su doctrina del bautismo fue el resultado de un enfoque teológico similar en muchos aspectos, pero al mismo tiempo claramente diferente de la de la mayoría de los paidobautistas de su época. La cuestión que les preocupaba, no era simplemente saber quién podría ser bautizado con el fin de tener una práctica bíblica del bautismo. La cuestión que los hizo Bautistas, era saber quiénes conforman el pueblo de Dios. Este dilema planteó una serie de otras preguntas, que dieron a luz a una teología del pacto diferente de la heredada de la Reforma. Evidentemente, los Bautistas y paidobautistas no tenían la misma opinión sobre quién forma parte de la Iglesia. Cuando debatieron esta cuestión y sus implicaciones, el bautismo se convirtió en la manifestación concreta de sus respectivas convicciones. De acuerdo con David Benedict, el debate en torno al bautismo que se inició a mediados del siglo XVII provocó un enfoque innovador para la teología federal.6 La contemplación teológica, estaba floreciendo durante esta era y tenía la teología federal como su estructura. Los Bautistas nacieron en este contexto de progreso teológico; su repentina aparición es en sí misma una ramificación del pensamiento reformado. En el espacio de unas pocas décadas, los Bautistas articularon una teología que les era propia. El objetivo de nuestra obra será sacar a la luz la naturaleza específica de esta teología, especialmente su comprensión distinta de los pactos bíblicos.

2. Metodología y Fuentes Originales

Una de las dificultades de nuestra obra, proviene de la falta de consenso en la interpretación de la Teología del Pacto, tanto entre paidobautistas7 como entre Bautistas. Cuando tratemos de definir el enfoque paidobautista, no seremos capaces de presentar una definición que abarque todas las piezas. Del mismo modo, hay varios aspectos discordantes en el lado Bautista8. Haremos lo posible por lo menos, para circunscribir los principios teológicos generales que caracterizan a las dos partes que serán comparadas. Nuestro método consistirá en definir la diferencia fundamental entre los Presbiterianos del siglo XVII y los Bautistas, basados en sus diálogos conservados a través de sus escritos. Vamos a utilizar las fuentes originales directamente. Estas fuentes se componen de las confesiones de fe y diversos tratados escritos por paidobautistas y teólogos Bautistas.9

Aunque nuestra obra se relaciona con la teología histórica, vamos a abordarla desde el punto de vista de la teología bíblica y sistemática. Nosotros, por lo tanto, no seguiremos de manera lineal el desarrollo de la forma de pensar Bautista, sino que presentaremos esta perspectiva, siguiendo el orden bíblico de los pactos. Este método nos permitirá sistematizar aún más la teología Bautista para compararla con la teología paidobautista.

2.1. Confesiones de Fe y Catecismos

Dos documentos son particularmente pertinentes para nuestra investigación: la Confesión de fe de Westminster y la Segunda Confesión de fe de Londres, conocida como la de 1689. Estos documentos son importantes, ya que no representan la opinión de un teólogo aislado, sino las posiciones oficiales adoptadas respectivamente por paidobautistas y Bautistas. La Confesión de 1689 es, de hecho, una versión Bautista de la Confesión de fe de Westminster. Es, por lo tanto, esencial ver cómo los Bautistas modificaron esta confesión de fe: lo que mantuvieron, lo que omitieron, re-formularon o añadieron.10

La Primera Confesión de Fe de Londres (1644-1646) se muestra igualmente como una fuente importante. A pesar de que no presenta una Teología del Pacto sustancialmente, nos permite comprobar que, desde sus inicios, los Bautistas se adhirieron al enfoque reformado para la comprensión de las Escrituras y la salvación en una estructura de pactos.11 Más aún, como veremos adelante, ya en 1644 los Bautistas tenían una comprensión única del Pacto de Gracia y del Nuevo Pacto.

A las confesiones de fe, es necesario añadir los catecismos: los Catecismos Mayor y Menor de Westminster, así como el Catecismo Bautista.12 Otro catecismo muy importante en el estudio de la teología Bautista en el siglo XVII es el Catecismo Ortodoxo escrito por Hercules Collins, pastor de la Iglesia Bautista Old Gravel Lane, publicado en 1680. El Pastor Collins siguió el Catecismo de Heidelberg al escribir el suyo; las particularidades de él son, por tanto, muy significativas. James Renihan ha escrito sobre esto de la siguiente manera:

Este importante ministro Bautista Particular, entendió que la teología articulada por los teólogos de Heidelberg estaba en concordancia con la suya, y con el movimiento más amplio del que formaba parte. La elección por parte de Collins del título “Un Catecismo Ortodoxo”, es digna de mención, ya que tiene un doble sentido. A pesar de que, obviamente, se refiere al verdadero carácter de las doctrinas que promueve, también identifica la fuente de esas doctrinas, con los llamados teólogos protestantes ortodoxos de Europa. Collins estaba haciendo una declaración enfática: tal como ellos son ortodoxos, así también lo somos nosotros.13

2.2. Teólogos Paidobautistas y Bautistas

Aquí hay algunas fuentes que no pueden ser ignoradas al entrar en el debate del siglo XVII, en relación con la teología del pacto. Esta lista no es exhaustiva pero si representativa; no contiene todos los documentos que hemos consultado y mucho menos todos los que existen, sino se limita a aquellos que fueron los más útiles. Vamos a presentar en orden las fuentes paidobautistas, seguidas por las fuentes Bautistas, empezando desde la más antigua hasta la más reciente.

2.2.1. Los Paidobautistas

William Ames (1576-1633) se refugió en Holanda en 1610, debido al clima hostil hacia los puritanos en Inglaterra. Fue miembro del Sínodo de Dordrecht que condenó el Arminianismo, y más tarde se convirtió en el rector de la Universidad de Franekeradeel. Bajo su tutela estaban dos estudiantes que se convertirían en teólogos importantes en el desarrollo del federalismo reformado: Johannes Cocceius y Gisbertus Voetius. El federalismo de Ames siguió la continuidad del desarrollo de la teología paidobautista, sus principales énfasis se pueden encontrar en su obra: Medullatheologiae (The Marrow of Theology [La Médula de la Teología], 1629). Este libro fue el principal vector en la difusión de la influencia de Ames, especialmente en Nueva Inglaterra.14 Sus escritos también se distribuyeron en Inglaterra, sobre todo entre los puritanos. Cerca del final de su vida, Ames era el pastor de una iglesia de refugiados, quienes buscaban una membresía constituida totalmente por creyentes regenerados. Como resultado de ello, no es sorprendente que los Congregacionalistas y los Bautistas se inspiraron en gran medida por su teología.15

John Ball (1585-1640) era un Puritano Presbiteriano cuya teología corresponde en gran medida a la de la Asamblea de Westminster. Murió poco antes de que esta importante asamblea se llevara a cabo, pero su obra, A Treatise of the Covenant of Grace [Un Tratado sobre el Pacto de Gracia], publicada en 1645, le permitió tener una influencia sobre el resultado (de la asamblea). La Teología del Pacto presentada por Ball representaba el Federalismo Presbiteriano típico que los Bautistas adoptaron. Ball fue a veces citado, como una autoridad en el Federalismo reformado por otros autores Presbiterianos. Disponible como un facsímil de la edición original, esta fuente se considera como una lectura esencial, sobre todo porque Ball criticó la eclesiología separatista con la que los Bautistas tienen mucho en común.

Peter Bulkeley (1583-1659) fue un teólogo Puritano quien era el rector de la parroquia de Odell en Bedfordshire.16 Él se puso del lado de los no-conformistas antes de la Primera Guerra Civil Inglesa y se exilió en Nueva-Inglaterra para disfrutar de una mayor libertad. Escribió un tratado dedicado a la teología del pacto que fue publicado en Londres en 1646: The Gospel Covenant; or the Covenant of Grace Opened [El Pacto Evangélico; o el Pacto de Gracia Explicado].

 

Thomas Blake (1597-1657) también era un Puritano con convicciones Presbiterianas. Los tratados de Blake sobre la teología del pacto son importantes ya que parten de un diálogo con los opositores del bautismo infantil, en particular con John Tombes.17 No pudimos consultar todas las obras de Blake, pero la siguiente fue de gran utilidad en nuestra investigación: Vindiciae Foederis; or A Treatise of the Covenant of God Entered With ManKinde, In the Several Kindes and Degrees of it [Vindiciae Foederis; o Un Tratado sobre el Pacto que Dios hizo con el Hombre, sus varias Partes y Categorías], publicada en Londres en 1653.

Herman Witsius (1636-1708) a pesar de que era un teólogo continental, impulsó una influencia determinante en la teología federal en Inglaterra. Su federalismo es, en cierto modo, el punto de inflexión entre el federalismo de los teólogos continentales, incluyendo Zwingli, Bullinger, Calvino, Ursinus, Olevianus y Cocceius y el de la reforma en Inglaterra.18 Su obra autorizada, publicada en cuatro volúmenes, The Economy of the Covenants Between God and Man [La Economía de los Pactos entre Dios y el Hombre] (1677), es considerada por muchos como la expresión definitiva de la ortodoxia paidobautista Reformada.

Samuel Petto (1642-1711) es la figura desconocida en la teología Inglesa.19 Sin embargo, Petto fue uno de los más fuertes defensores del Paidobautismo basado en la teología del pacto y fue un crítico importante de los Bautistas en la segunda mitad del siglo XVII.20 Su obra más importante es The Great Mystery of the Covenant of Grace [El Gran Misterio del Pacto de Gracia] que fue reeditada en 2007. Esta pieza es particularmente importante para el tema que estamos estudiando, ya que toma en cuenta las debilidades con las cuales los Bautistas acusaban a la teología federal Presbiteriana, y trata de defenderlas. Otro de sus tratados es una respuesta directa a una publicación Bautista: Infant-Baptism Vindicated from the Exceptions of Mr. Thomas Grantham [El Bautismo Infantil Vindicado de las Objeciones del Señor Thomas Grantham], publicado en 1691. Una tercera obra de Petto, Infant Baptism of Christ’s Appointment [El Bautismo Infantil mandado por Cristo] aborda el Paidobautismo desde el ángulo de la Teología del Pacto.21

Francis Turretin (1623-1687) no fue, por supuesto, un teólogo Inglés. Es, sin embargo, interesante notar las similitudes entre la Academia de Ginebra y la teología de Westminster durante el siglo XVII. Turretin tuvo una influencia en los Puritanos. Su Institutio Theologiae Elencticae [Institución de la Teología Refutatoria] inmediatamente representó la teología estándar de la escuela del pensamiento reformado. En ella, la Teología del Pacto de Turretin se presenta en el tema XII, titulado: The Covenant of Grace and Its Twofold Economy in the Old and New Testaments [El Pacto de Gracia y su doble Economía en el Antiguo y Nuevo Testamento].22 El título de esta sección de su obra, por sí solo nos permite ver que el modelo Presbiteriano del Pacto de Gracia (un pacto bajo dos administraciones) fue generalizado.

2.2.2. Los Bautistas

John Spilsbury (1598-1668) pertenece a la primera generación de los Bautistas Calvinistas y es el primer pastor de la primera iglesia Calvinista Bautista fundada en 1638.23 Él es uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres de 1644 y de su versión revisada dos años más tarde.24 Un año antes de la publicación de esta confesión de fe, Spilsbury publicó un tratado sobre el bautismo titulado A Treatise Concerning the Lawfull Subject of Baptisme [Un Tratado Respecto al Tema Legítimo del Bautismo], en el que se presenta una comprensión de la teología del pacto que es radicalmente diferente de la de sus contemporáneos paidobautistas. Es muy significativo, que uno de los tratados más antiguos de los Bautistas Particulares,25 que defiende el credobautismo, lo hace basado en la teología del pacto. Esto demuestra que la identidad Bautista mantenía, desde sus inicios, un Federalismo distinto; y que el bautismo de creyentes fue el resultado de una comprensión diferente de los pactos bíblicos.

Henry Lawrence (1600-1664) era un Puritano y un hombre de estado estrechamente asociado con Oliver Cromwell. De acuerdo con el resumen biográfico en la Encyclopædia Britannica: Dictionary of National Biography [Diccionario de Biografía Nacional], Lawrence se dedicó a funciones políticas y no eclesiásticas.26 No sabemos si Lawrence se unió oficialmente a las filas de los Bautistas, pero el tratado que publicó anónimamente, titulado Of Baptism [Sobre el Bautismo] (1646) no deja dudas en cuanto a su teología. Lawrence criticó rotundamente la Teología Paidobautista y defendió un federalismo coherente con el credobautismo.

Thomas Patient (? -1666) fue el asistente pastoral de William Kiffin en Londres. Él estaba en el corazón del efervescente crecimiento del movimiento Bautista durante los años 40 y 5027 y fue uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres. Enviado como misionero a Irlanda por el gobierno de Cromwell, Patient estableció la primera comunidad de convicción Bautista allí: Waterford Baptist Church [Iglesia Bautista de Waterford].28 Durante su tiempo en Irlanda, escribió un tratado: The Doctrine of Baptism, And the Distinction of the Covenants [La Doctrina del Bautismo, y la Distinción de los Pactos](1654). En ella, Patient denuncia claramente la teología paidobautista como una comprensión incorrecta de los pactos bíblicos, particularmente atacando el paradigma Presbiteriano: un pacto bajo dos administraciones.

John Bunyan (1628-1688) es sin duda uno (quizá el más conocido) de los Puritanos. A menudo se le considera como parte de la tradición Bautista, aunque la iglesia de la que él era pastor no era una iglesia Bautista como tal. No obstante, es cierto que la teología de Bunyan era muy similar a la de los Bautistas y a la de los Congregacionalistas y que fue también bautizado en Bedford Church [Iglesia de Bedford] por inmersión. Las obras de Bunyan son considerables en número y consisten principalmente de sermones. Bunyan también escribió un tratado sobre la Teología del Pacto que se encuentra en la colección de sus obras publicadas en tres volúmenes por The Banner of Truth Trust [Estandarte de la Verdad] titulado: The Doctrine of the Law and Grace Unfolded [Las Doctrinas de la Ley y la Gracia Explicadas].

Edward Hutchinson era un bautista calvinista que defendió el credobautismo, oponiéndose al federalismo Presbiteriano. Sabemos muy poco acerca de su vida, sólo que él era el pastor de una congregación Bautista en Irlanda.29 Publicó un importante tratado en 1676 en el que abordó directamente la relación entre el Pacto y el Bautismo: A Treatise Concerning the Covenant and Baptism [Un Tratado sobre el Pacto y el Bautismo].30 Para este mismo tratado, añadió dos apéndices: Some Short Questions and Answers for the Younger Sort [Algunas Preguntas y Respuestas Breves para los Jóvenes], así como una respuesta a un tratado Paidobautista: Animadversions Upon a Late Book, Entitled, Infant Baptism From Heaven and not of Men, In Answer to Mr. Henry Danvers his Treatise of Baptism [Críticas sobre un Libro Reciente, Titulado: El Bautismo Infantil del Cielo y no de los Hombres, En Respuesta al Sr. Henry Danvers y su Tratado sobre el Bautismo].

Nehemiah Coxe (? -1688) es en nuestra humilde opinión, el teólogo Bautista más importante cuando se trata de la Teología del Pacto. Él era hijo de Benjamin Coxe, uno de los firmantes de la Primera Confesión de Fe de Londres.31 Su tratado, A Discourse of the Covenants that God made with men before the Law [Un Discurso sobre los Pactos que Dios hizo con el hombre antes de la Ley] (1681)32 describe las diferencias fundamentales entre los Presbiterianos y los Bautistas en función de su respectiva comprensión del Pacto Abrahámico. Coxe resume la distinción Bautista de la siguiente manera: “El Antiguo Pacto y el Nuevo difieren en cuanto su substancia y no sólo en la forma de la administración”33 El resto de su obra está dedicada a mostrar que el Antiguo y el Nuevo Pacto no son dos administraciones de uno y el mismo pacto, sino dos pactos distintos.