El sendero de la meditación

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¿Qué significa purificar el cuerpo? El primer significado es que no debe haber alteraciones, bloqueos, complicaciones en el cuerpo, en el sistema del cuerpo; entonces, el cuerpo está puro.

Trata de entender cómo estás complicaciones y bloqueos entran en el cuerpo. Si el cuerpo no tiene bloqueos, si no hay ninguna alteración y si no hay problemas, interferencias, entonces, el cuerpo está puro y te ayudará a ir al interior. Pero si estás muy enojado, si sientes enojo y no lo estás expresando, el calor que esto crea se acumulará en alguna parte de tu cuerpo y se convertirá en un bloqueo. Debes ver cómo el enojo puede llevarte a la histeria, puede llevarte a la locura. Recientes experimentos realizados en el cuerpo humano muestran que de cien enfermedades, cincuenta no estaban en el cuerpo; sino en la mente. Pero la locura mental trae alteraciones en el cuerpo, si el cuerpo no es saludable, entonces todo el sistema del cuerpo se vuelve rígido e impuro.

Las diferentes escuelas de disciplina espiritual y de las diferentes religiones han intentado, con increíbles y revolucionarios experimentos, purificar el cuerpo, y sería bueno entender estos experimentos. Si intentas estos experimentos, en unos cuantos días descubrirás lo misterioso que es tu cuerpo. Tu cuerpo no se presentará como un enemigo, sino como el templo donde reside la divinidad. Entonces, no será un enemigo, sino un amigo, y tú te sentirás agradecido con él. El cuerpo no es tuyo. Está hecho de materia. Tú y tu cuerpo son diferentes uno del otro. Aun así, puedes hacer un extraordinario uso de él, y entonces sentirás gratitud hacia él, te sentirás endeudado con él, porque es un gran apoyo.

Mantener el cuerpo libre de bloqueos es el primer paso hacia su purificación. Y hay muchos bloqueos en el cuerpo. Por ejemplo, hace unos días un hombre vino y me dijo:

—Desde hace unos días he estado haciendo algunas meditaciones de una determinada religión, y la mente se ha vuelto muy tranquila.

Le dije:

—No creo que tu mente esté tranquila.

Él dijo:

—¿Cómo puedes decir eso?

Y le respondí:

—Desde que llegaste, has estado sacudiendo tus piernas —él se había sentado y sacudía sus piernas. Le dije—: No es posible para la mente estar en silencio cuando las piernas se están moviendo tanto.

La agitación del cuerpo viene de la agitación de la mente. Cuando el movimiento de la mente se calma, el cuerpo también se calma. Los cuerpos de Buda y de Mahavira parecían la piedra de la que están hechas sus estatuas, parecían de piedra. No es coincidencia que sus estatuas estén hechas de piedra. La razón de ello es que ellos comenzaron a verse como piedras, todo el movimiento interno se había detenido. Esto significa que se movían sólo cuando era necesario; de otra manera, permanecían completamente inmóviles.

Cuando sacudes tus piernas, es la energía creada por tu insatisfacción, que no está encontrando salida, y tú la disipas moviendo tus piernas. Cuando un hombre está enojado, rechina sus dientes y aprieta sus puños. ¿Por qué? Sus ojos se ponen rojos. ¿Por qué? ¿Por qué los puños? Aun si estás solo y enojado con alguien, apretarás tu puño. No hay nadie a quien golpear, pero la energía que ha sido creada por el enojo necesita ser liberada de alguna manera. Los músculos en tus manos se ponen tensos y entonces la energía es liberada.

Estas dificultades han sido creadas por el condicionamiento social. Un hombre sin condicionamiento tiene un cuerpo más puro que el tuyo. El cuerpo de un hombre silvestre es más puro que tu cuerpo; no tiene bloqueos, porque donde tú reprimes tus emociones, él las expresa fácil y espontáneamente.

Imagina que estás en el trabajo y tu jefe te dice algo que te hace enojar, pero tú no puedes apretar tus puños. ¿Qué pasará con toda esa energía que acaba de crearse en ti? Y recuerda esto: la energía no simplemente se evapora. La energía nunca se destruye, la energía nunca se acaba. Si me dices algo que me haga enojar, no podré expresar mi enojo enfrente de toda esta gente. No podré rechinar mis dientes o apretar mi puño; no puedo insultarte o saltar de ira o tomar una piedra. ¿Qué le pasa a la energía creada dentro de mí? Esta energía paralizará una parte de mi cuerpo. Será usada para crear un bloqueo en alguna parte de mi cuerpo; se desarmonizará. Es por eso que digo que la mayoría de las discrepancias surgen en el cuerpo.

Podrías sorprenderte y decir que no ves ningún bloqueo. Pero voy a pedirte que intentes un experimento; entonces descubrirás cuántos bloqueos hay en tu cuerpo. ¿Habías notado que si estás solo en un cuarto puedes rechinar tus dientes, o cuando te miras en un espejo puedes enseñarte la lengua, o que tus ojos salten de enojo? Tú puedes reírte de ti mismo haciendo esto. A veces puede pasar que mientras te bañas, de repente saltes y te preguntes: “¿Por qué salté? ¿Por qué rechiné mis dientes ante mi reflejo en el espejo? ¿Por qué me siento así tarareando una canción?”.

Mi sugerencia es que, una vez a la semana, durante media hora, te encierres en un cuarto y dejes que tu cuerpo haga lo que tiene ganas de hacer. ¡Te sorprenderás! Tu cuerpo puede empezar a bailar. Deja que haga todo lo que le plazca, no lo detengas. Puede bailar, saltar o, incluso, gritar. O puede saltar sobre un enemigo imaginario; esto es posible. Entonces te preguntarás: “¿Qué está pasando?”. Todas éstas son discrepancias o desarmonías en tu cuerpo que están reprimidas, pero que todavía están muy presentes y quieren ser expresadas, sólo que tu condicionamiento social no se lo permite. Tú tampoco les permites expresarse, así que de esta forma, muchas desarmonías han encontrado un hogar en tu cuerpo. Y si el cuerpo está lleno de bloqueos, no está saludable y no puedes ir a tu interior.

Así que el primer paso de la meditación es purificar el cuerpo, y el primer paso para purificar el cuerpo es poner un alto a todos los trastornos en el cuerpo. De este modo, debes dejar de acumular nuevos trastornos en el cuerpo y encontrar una manera de liberar los antiguos. Una solución es que una o dos veces al mes te encierres en un cuarto y dejes a tu cuerpo hacer lo que le plazca. Si sientes que quieres quitarte toda la ropa y bailar desnudo, entonces hazlo, quítate toda tu ropa. Te sorprenderá que, después de media hora de todos esos brincos, te sentirás muy relajado, tranquilo y fresco. Puede parecerte extraño, pero te sentirás muy silencioso y te preguntarás de dónde ha venido ese silencio. Cuando te ejercitas o haces una caminata, te sientes ligero. ¿Por qué? Porque muchos de los bloqueos del cuerpo se liberaron.

¿Sabes por qué algunas veces sólo estás buscando con quién pelear? ¿Por qué estás tan listo para pelear que saltas sobre la primera persona que se te aparece? Esto es porque has acumulado muchos bloqueos de energía y todos ellos quieren ser liberados. Donde hay una guerra... y ha habido dos guerras mundiales; durante estas guerras mundiales, la gente realmente quería comenzar la mañana leyendo su periódico. Y muchas cosas curiosas pasaron durante el tiempo de la guerra. Es probable que no sepas que durante estas guerras dos cosas realmente extrañas pasaron: una fue que hubo un descenso en el número de suicidios en todo el mundo.

Durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales se sorprendieron con este fenómeno. Durante todo el tiempo de la guerra hubo pocos suicidios, y los psicólogos estaban desconcertados. Durante este periodo también hubo pocos asesinatos. Y otra cosa extraña: hubo un descenso en las enfermedades mentales durante el tiempo de guerra. Después se dieron cuenta de que todas las noticias acerca de la guerra y la intensidad de ellas habían ayudado a liberar algunos bloqueos en la gente.

De alguna manera, cuando oyes las noticias sobre la guerra, te involucras con ellas. Por ejemplo, tu enojo... Ahora, imagina que estás enojado con Hitler, así que construyes su efigie y la quemas, vociferas consignas y le gritas. Puedes sentarte en tu sala y abusar de él. Hitler no está frente a ti, es un enemigo ilusorio. Pero, de esta manera, muchos de tus bloqueos han sido liberados y esto traerá como resultado una mejor salud psicológica. Te sorprenderás: conscientemente no quieres que haya guerra, pero en el fondo quieres que suceda. Durante la guerra la gente se ve de muy buen humor; a pesar de que el peligro está muy cerca, la gente se ve de buen humor.

Hace algún tiempo, India fue atacada por China; en ese momento hubo un repentino estallido de energía en todos ustedes. ¿Saben por qué? La razón fue que muchos bloqueos en sus cuerpos fueron liberados a través de su enojo y eso los hizo sentirse más ligeros. Las guerras siempre serán una lucha; habrá guerras mientras haya gente con cuerpos enfermos. Las guerras no terminarán hasta que cada uno de nuestros cuerpos haya llegado a estar tan sano que no tenga bloqueos que necesiten una guerra para ser disueltos. Lo que te estoy diciendo ahora puede sonar muy extraño, pero habrá guerras en el mundo hasta en tanto los cuerpos de las personas estén enfermos. No importan los esfuerzos que se hagan por detener la guerra, tú siempre obtendrás cierto placer de ella.

Y también sientes placer al pelear. Piensa en ello, ¿no obtienes un tipo de placer al pelear? La pelea puede ser a cualquier nivel, puede ser entre una religión y otra, entre un hindú y un mahometano, y te sorprenderás de que no tiene base. Sólo observa, cuando nace una religión, se divide en otras veinte subsectas, y luego, cada una de ellas se divide en otras subfiliales. ¿Por qué? Porque el cuerpo del hombre está tan insano, está tan lleno de desarmonía, que sólo está buscando una excusa. La gente toma la más pequeña excusa para pelear, porque pelear le permite liberarse y sentirse más relajada.

 

El primer paso que nos lleva a la meditación es la purificación del cuerpo.

Me gustaría agregar dos cosas más. Un método para liberar todos los viejos trastornos es que te dejes ser totalmente salvaje en un cuarto cerrado, dejando ir todas las ideas que guardas a la fuerza en ti mismo. ¡Déjalas ir! Luego, deja que todo pase y observa tu cuerpo y ve qué hace. Danza, salta, se deja caer en el suelo y permanece ahí. Golpea a un imaginario enemigo. Simula apuñalar a alguien, dispararle a alguien. Observa todo lo que hace y deja que pase. Después de un mes o dos de llevar a cabo este experimento y estarás sorprendido con los resultados. Verás que tu cuerpo se ha relajado, está saludable y puro. Ha encontrado la liberación; los viejos bloqueos han encontrado una salida.

En días más lejanos, los buscadores acostumbraban internarse en el bosque. Disfrutaban estar en soledad y no querían estar entre la multitud. Una de las razones de ello era la purificación. No tienes idea de lo que Buda o Mahoma hicieron cuando estuvieron solos; no hay un solo libro que te diga qué hicieron mientras permanecieron en el bosque. Así que, ¿qué supones que estuvieron haciendo? Yo te digo sin duda que ellos estuvieron purificando sus cuerpos. La palabra mahavira significa “alguien cuyos bloqueos han sido destruidos”, y el primer paso para destruir esos bloqueos está en el cuerpo.

Así que, primero, esos bloqueos que has acumulado en el cuerpo deben ser liberados. Al principio te sentirás extraño, y si quieres reírte de ti mismo por estar comportándote como una mujer, saltando alrededor, entonces, deja que la risa salga. Si quieres llorar, llora. Si te dijera ahora mismo que te dejaras ir, entonces alguno de ustedes comenzaría a reírse. Ahí hay dolor que no ha podido ser expresado, que ha sido reprimido, y que ahora saldrá. O hay risa que quiere salir y ha sido detenida; se ha atascado en tu cuerpo como un bloqueo. Ahora saldrá. Sentirás que lo que está pasando es absurdo, pero deja que suceda. Prueba este método para purificarte por ti mismo, y la capa superior de tus bloqueos será eliminada y te sentirás más ligero.

La segunda cosa: debes cuidar que no se desarrollen nuevos bloqueos. He hablado sobre cómo liberar los viejos bloqueos, pero vas acumulando nuevos bloqueos todos los días. Puedo decir algo que te haga enojar mucho, pero no lo demostrarás ahora, debido a tu condicionamiento y a la etiqueta social. Una bola de fuego se instalará en tu cuerpo. ¿A dónde irá? Creará estrés en algunos nervios, los afectará, se atascará ahí. Por eso hay diferencia entre los ojos y el rostro de alguien que está enojado y el de alguien que está en paz. El cuerpo florece en esta bella verdad sólo cuando no hay desarmonía en él. En ese sentido, un cuerpo hermoso es simplemente el indicativo de que no hay desarmonía. Es entonces cuando los ojos se ven hermosos, y aun el cuerpo más horrible se ve hermoso.

El cuerpo de Gandhi era muy feo cuando él era joven, pero, mientras iba envejeciendo, comenzaba a mirarse más bello. Era muy extraño. La belleza no era del cuerpo, era el resultado de que había disuelto todos los bloqueos del cuerpo. Muy poca gente entiende cuando ve esto. No hay duda de que Gandhi era feo, si lo medimos por cualquier criterio de belleza, no sería considerado bello. Si ves fotografías de cuando él era niño y luego joven, verás que era feo, pero, en la medida en que fue creciendo, comenzó a verse más y más bello. Si has llevado tu vida bellamente, entonces tu juventud no es tan hermosa como tu vejez. Porque en la juventud hay muchas fuerzas obrando en ti; en la vejez toda la febrilidad desaparece. Si has vivido tu vida extraordinariamente, entonces la vejez es la parte más hermosa de la vida, porque entonces toda la febrilidad se ha ido. Todos los trastornos han desaparecido si te has desarrollado correctamente y has vivido tu vida con plenitud.

¿Te has preguntado cómo todos estos bloqueos se acumulan en tu cuerpo? Si te insulto y te enojas, esto crea una sobrecarga de energía en ti. Y la energía no puede ser destruida; la energía nunca se destruye. La energía debe ser usada, y si no es usada, se convertirá en algo pervertido y autodestructivo. Tienes que usarla. Pero, ¿cómo usar esta energía?

Imagina que estás en el trabajo y estás enojado; hay un fuerte sentimiento de enojo en ti y no puedes expresarlo. Te sugiero que intentes esto: transforma esa energía creativamente. Contrae los músculos de tus piernas —nadie puede ver tus piernas— tanto como puedas. Ponlos rígidos, ponlos tan tensos como puedas. Cuando sientas que ya no puedes más, relájalos súbitamente. Te sorprenderá darte cuenta de que el enojo se ha ido, y además estarás ejercitando tus músculos y tonificándolos. Y ese impulso rabioso que pudo haberse convertido en algo destructivo se ha liberado, y en el trámite, tus piernas se han tonificado. Puedes tonificar y mejorar cualquier parte del cuerpo que ha sido bloqueada por el enojo, y la energía que ha sido creada puede ser usada de una forma creativa. Si tus manos están bloqueadas, aprieta los músculos de ambas manos y toda la energía del enojo será usada. Si tu estómago está bloqueado, jala para sumir todos los músculos de tu estómago e imagina que toda la energía de tu enojo está siendo usada para contraer esos músculos. Verás en un minuto o dos que todo el enojo ha desaparecido y toda la energía habrá sido usada creativamente.

La energía siempre es neutral. La energía que es creada por el enojo no es destructiva por sí misma; es destructiva sólo porque se usa en la forma de enojo. Haz un mejor uso de ella. Y si no es usada de una mejor manera, continuará existiendo en una forma destructiva. No puede desaparecer a menos que hagas algo. Si puedes aprender a hacer uso de esto, puedes revolucionar tu vida.

Así que para purificar tu cuerpo tienes que purificar tu cuerpo de los viejos bloqueos y nuevos bloqueos deben ser transformados creativamente. Hay dos pasos preliminares y son muy importantes. La mayoría de las posturas del yoga, las asanas, han sido creadas para usar el cuerpo creativamente. El ejercicio físico hace un uso creativo del cuerpo. Si no usas tu cuerpo creativamente, entonces toda esa energía que podría haber sido una bendición se convertirá en una maldición. Todos ustedes están sufriendo por su propia energía; en otras palabras, tener energía se ha convertido en un problema, en una carga.

* * *

Hubo un acontecimiento en la vida de Jesús. Se marchaba de una villa cuando vio a un hombre en un techo gritando y vociferando obscenidades. Jesús subió la escalera y le preguntó:

—Amigo, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué estás desperdiciando tu vida de esta fea forma? Parece que estás borracho.

El hombre abrió sus ojos y reconoció a Jesús. Se levantó, hizo una reverencia a Jesús y dijo:

—Mi señor, estuve muy enfermo, muy cerca de morir. Me bendijiste y me curaste. ¿Lo has olvidado? Ahora estoy perfectamente bien; pero, ¿qué puedo hacer con toda esta buena salud? Es por esto que bebo.

Jesús se sorprendió. El hombre dijo:

—Ahora estoy saludable, ¿qué se supone que haga con esta buena salud? Por eso bebo y de alguna forma me las arreglaré.

Al escuchar esto, Jesús sintió una gran tristeza y bajó de la escalera.

Entonces regresó a la villa y vio a un hombre persiguiendo a una prostituta. Detuvo al hombre y le preguntó:

—Amigo, ¿por qué estás haciendo mal uso de tus ojos de esta manera?

El hombre reconoció a Jesús y dijo:

—¿Me has olvidado? Era ciego y tú me tocaste, entonces, pude ver otra vez. Ahora, ¿qué debo hacer con mis ojos?

Jesús iba muy triste mientras abandonaba la aldea. Fuera de la villa, un hombre golpeaba su pecho y lloraba. Jesús lo tocó en la cabeza y le preguntó:

—¿Por qué estás llorando? Hay mucha belleza en el mundo. La vida no es para llorar.

El hombre reconoció a Jesús y dijo:

—¡Has olvidado! Había muerto y estaban a punto de enterrarme, y entonces, con tu milagro, me trajiste de nuevo a la vida. Ahora, ¿qué debo hacer con mi vida?

*

Esta historia parece ficción, falsa; pero, ¿qué estás haciendo? ¿Qué estás haciendo con tu vida? Cualquiera que sea la energía que has recolectado en tu vida, la has usado sólo para destruirte a ti mismo. La vida tiene sólo dos senderos: si la energía que tenemos disponible para nosotros en nuestra mente y cuerpo es usada destructivamente, entonces estás en el sendero hacia el Infierno; si la misma energía puede ser usada creativamente, éste es el sendero hacia el Cielo.

La creatividad es el Cielo y lo destructivo es el Infierno. Si haces un uso creativo de tu energía, comenzarás a moverte cerca del Cielo, y si haces un uso destructivo, irás hacia el Infierno; no hay otro significado de Cielo e Infierno.

Considera lo que estás haciendo. ¿Sabes cuánta energía se dispara en alguien cuando se enoja? ¿Sabes que en una rabieta aun un hombre débil puede levantar una roca que ni en sueños hubiera podido levantar cuando estaba calmado? Un enojo puede dominar en un momento a un hombre fuerte, pero tranquilo.

* * *

Sucedió una vez en Japón: había un grupo de gente llamada samurai: los guerreros de ese país, que hacían su vida por la espada. La vida y la muerte era un juego para ellos. Había uno que era un gran guerrero y el jefe de las tropas. Su esposa se enamoró de uno de los sirvientes de su casa. Era una costumbre que cuando la esposa se enamoraba de otro hombre, éste era retado a duelo, lo que significaba que uno de ellos sería muerto, y quien fuera el ganador del duelo podría quedarse también con la esposa.

El sirviente también estaba enamorado de la esposa del gran samurai, y el guerrero le dijo:

—Eres un tonto, ahora no hay otra opción que pelear en un duelo hasta la muerte. Ahora tenemos que pelear. Mañana en la mañana, ven con una espada.

El sirviente estaba asustado. Su amo era un hombre muy fuerte y él era sólo un sirviente que barría y quitaba el polvo. ¿Cómo podría luchar con una espada? Él nunca había tocado una espada. Decía:

—¿Cómo puedo levantar una espada?

El samurai contestaba:

—Ahora no puede ser de otra manera. Mañana tendrás que pelear con una espada.

El sirviente se fue a su casa y pensó en ello durante toda la noche. No había escapatoria. A la mañana siguiente tomó la espada —nunca había tocado una espada— y salió de su casa. La gente estaba sorprendida de verlo, porque, cuando llegó al lugar del duelo, se veía como un fuego ardiente. El samurai se puso nervioso cuando lo vio y le preguntó:

—¿Aprendiste cómo usar una espada? —el sirviente no había tomado la espada de la manera correcta.

El sirviente dijo:

—No hay duda ahora, mi muerte es segura. Y desde que estoy seguro de que moriré, entonces trataré de ganar. La muerte es segura, así que trataré de matarte.

Y fue un duelo inusual: ¡el guerrero fue muerto y el sirviente ganó! Cuando el sirviente fue consciente de que su muerte era segura y de que no había escapatoria, esto creó una extraordinaria energía en él. No sabía cómo pelear con una espada e hizo justo lo opuesto de lo que se esperaba, lo que lo puso en un peligro mayor. Pero cuando vio la fuerza de su ataque, su enojo, su presencia, el guerrero se retiró. Toda su experiencia fue inútil, porque él estaba peleando con verdadera calma. Para él esto no era nada, para él era una pelea ordinaria. Se mantuvo moviéndose hacia atrás hasta que fue muerto por la pura fuerza de la energía del sirviente. Él murió, y el hombre que era un completo ignorante, quien no tenía absoluto conocimiento de esta arte, ganó.

*

El enojo o cualquier otra emoción te da mucha energía. Cada célula viva de tu cuerpo genera energía, y hay muchas de energía almacenada en el cuerpo. Ésta es para emergencias, como una medida de seguridad, y ésta no es usada todo los días.

Si te pidiera que participaras en una carrera, no importa lo mucho que lo intentes, no correrás tan rápido como si alguien te estuviera persiguiendo con una pistola. Lo importante es que, en esos momentos, la energía que está almacenada para una emergencia sea liberada en el torrente sanguíneo. En esos momentos, el cuerpo es bañado con energía. Si esta energía no es usada creativamente, entonces te dañará, te destruirá.

 

En este mundo no son los débiles quienes cometen crímenes, son los fuertes; ellos son forzados, porque tienen mucha energía. La verdad es que los débiles no pueden hacer mucho daño, pero quienes son fuertes pueden hacer mucho daño, porque no saben cómo usar su energía creativamente. Así que todos los criminales pueden ser considerados como una fuente de mucha energía. Si ellos estuvieran dándole soporte a su energía, ésta podría ser transformada en una forma sorprendente. Debes ser consciente de que en la historia ha habido muchos casos donde el pecador se transformó repentinamente en un santo. Simplemente había mucha energía que necesitaba una transformación y entonces todo cambiaría.

* * *

Angulimal había cometido muchos asesinatos. Había hecho el juramento de que mataría a mil personas. Había matado alrededor de novecientas noventa y nueve personas y llevaba puesto un collar hecho con sus dedos. Necesitaba sólo un hombre más. Donde quiera que la gente oía que Angulimal estaba cerca, abandonaba el lugar, porque ninguno quería estar cerca de él. Él no veía a la persona, ni siquiera pensaba por un momento; simplemente mataba a quien fuera que encontrara. Incluso, el rey Prasanjit de Bihar le temía; temblaba sólo al ser mencionado su nombre. El Rey envió muchos soldados tras Angulimal, pero no pudo ser capturado.

Un día, atravesaba la región montañosa. La gente de la aldea le dijo:

—¡No vayas ahí! Tú eres un monje pacífico y Angulimal te matará.

Buda dijo:

—He escogido mi camino, y no lo cambiaré por ninguna razón. Si Angulimal está ahí, entonces, hay aún una mayor necesidad en mí de ir ahí. Queda por ver si Angulimal me matará o yo lo mataré a él.

Pero la gente dijo:

—¡Es una completa locura! Ni siquiera tienes un arma. ¿Cómo vas a meter a Angulimal?

Buda no era un hombre violento, y Angulimal era enorme, casi como un hombre demonio. Pero Buda dijo:

—Ahora tenemos que ver si Angulimal mata a Buda o Buda mata a Angulimal. Y yo sólo caminaré en mi sendero escogido. Una vez que he escogido un camino, no lo cambio. Y esto es del todo afortunado, porque tendré la oportunidad de conocer a Angulimal. Ésta es una inesperada oportunidad.

Así que Buda llegó al lugar donde Angulimal observaba desde su escondite secreto: un inofensivo monje caminaba lentamente por el sendero. Desde su escondite, Angulimal gritó:

—¡Escucha, no vengas aquí! Sólo porque eres un sannyasin es que te estoy advirtiendo. ¡Regresa! Siento pena por ti, viendo que caminas tan tranquilamente, tan lentamente. Regresa, no te acerques más, porque no acostumbro sentir pena por nadie. Te mataré.

Buda le respondió:

—Tampoco acostumbro sentir pena por nadie. Y cuando se presenta un desafío como éste, ¿cómo puede un sannyasin dar vuelta atrás? Así que estoy llegando y tú deberías salir de donde te escondes.

Angulimal estaba realmente sorprendido:

—¡Este hombre debe estar loco! —tomó su hacha y bajó. Cuando estuvo cerca de Buda, le dijo—: Estás invitando a la muerte sin necesidad.

Buda respondió:

—Antes de que me mates, sólo haz una pequeña cosa. ¿Ves aquel árbol? Arranca cuatro hojas de él.

Angulimal tomó su hacha y cortó una rama del árbol. Entonces dijo:

—Aquí están cuatro mil hojas en vez de cuatro.

Buda le dijo:

—Haz una cosa más. Antes de matarme, vuelve a unir esa rama al árbol.

Y Angulimal replicó:

—Eso será difícil.

Buda le contestó:

—Incluso un niño puede destruir algo; pero sólo quien puede hacer que algo vuelva a la vida es realmente un hombre, un hombre poderoso. Tú eres un debilucho, ¡tú sólo destruyes! Deja de considerar que eres un hombre fuerte: ni siquiera puedes volver a unir una pequeña hoja a la rama.

Angulimal lo pensó seriamente por un momento y dijo:

—Eso es verdad. ¿Hay realmente alguna manera de volver a unir la rama?

Buda le respondió:

—¡Sí! Se trata del camino en el que estoy.

Angulimal lo pensó, y su mente egoísta logró darse cuenta por primera vez de que no hay fortaleza en matar; incluso, un hombre débil puede matar. Así que dijo:

—No soy débil, pero, ¿qué puedo hacer?

Buda le respondió:

—Sígueme.

¡Angulimal se convirtió en monje! Fue a la aldea a pedir limosna, pero todos se asustaron. Su subieron a los techos de sus casas y empezaron a lanzarle piedras. Él cayó sangrando, golpeado por piedras que venían de todos lados. Y Buda fue a su lado y dijo:

—¡Angulimal, brahmin Angulimal, levántate! Hoy has probado tu coraje. Cuando sus piedras te golpeaban, tu corazón no se llenó de ira. Y aun cuando tu cuerpo comenzó a sangrar y estabas herido, tu corazón estuvo lleno de amor por ellos. Has probado que eres un hombre. Te has convertido en un brahmin, alguien que ha llegado a conocer la divinidad.

Cuando Prasanjit escuchó del cambio de Angulimal, fue a ver a Buda. Se sentó y dijo:

—He oído que Angulimal se ha convertido en un monje. ¿Puedo verlo?

Buda respondió:

—El monje que está sentado a mi lado es Angulimal.

Al escuchar esto, las manos y las piernas de Prasanjit comenzaron a temblar. Este monje todavía era llamado con el mismo nombre, y el miedo que él sentía tampoco había cambiado.

Pero Angulimal dijo:

—No temas. ¡El hombre se ha ido! La energía que tenía se ha transformado. Ahora estoy en un diferente camino. Ahora, incluso si me matas, no pensaría mal de ti.

La gente le preguntó a Buda cómo tal hombre cruel podía estar tan transformdo. Buda les dijo:

—No es cuestión de bien o de mal; es sólo cuestión de transformar la energía.

*

Nadie en el mundo es un pecador ni nadie es un santo. Sólo hay senderos para la energía. Hay mucha energía almacenada dentro de nuestros cuerpos y esta energía debe ser usada creativamente.

Así que, primero, cuando una emoción llegue, libérala a través de tu cuerpo haciendo cualquier tipo de ejercicio. Segundo: aprende a ser creativo. Todos ustedes no tienen creatividad.

Anoche estaba hablando acerca de cómo en los viejos tiempos cada aldea tenía un zapatero, y cuando cualquiera se ponía sus zapatos, el zapatero decía con orgullo: “Yo los hice”. Era orgullo de artista. Otro hombre podía haber hecho ruedas para las carretas, y con orgullo él también diría: “Ellas han sido hechas por mí”.

En estos tiempos has perdido el placer de crear; no hay mucho que sea hecho por las manos del hombre. No creas nada.

La forma en que el mundo se mueve ahora pronto no dejará nada que pueda ser hecho por las manos del hombre. Y el deleite que alguien acostumbraba sentir por crear algo ha desaparecido. Si esto es destruido, ¿qué pasará con toda esta energía? Se volverá destructiva. Naturalmente, la energía se ha movido en una dirección, ya sea hacia la destrucción o hacia la creatividad.

Aprende a llevar una vida creativa. Creatividad significa que hagas algo solamente por el deleite que ello te da. Puedes esculpir, escribir una canción, cantar una canción, tocar la cítara; no importa qué hagas, pero haz algo sólo por placer y no como una profesión. Haz algo en la vida que sea sólo por placer, algo que no tenga que ver con tu profesión. Entonces toda la energía destructiva se transformará y se convertirá en creativa.

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