Los desafíos del jazz en Jalisco

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Los músicos se esfuerzan de manera constante en clubes y estudios de grabación para provocar, experimentar, competir con respeto hacia sus colegas, que son los que otorgan la verdadera notoriedad. La supuesta lucha entre los predecesores y los “modernos” es más un asunto de periodistas.

Entre otros, los grandes del bebop son Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonius Monk, Bud Powell, Kenny Clarke, Max Roach, Dexter Gordon, Charlie Mingus, Oscar Pettiford, Milt Jackson, Jay Jay Johnson, Fats Navarro, Clifford Brown, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald.

Al principio el público neófito está desconcertado porque no reconoce las melodías originales de las piezas, en cambio los intelectuales y mecenas lo reciben bien. Con el tiempo, el movimiento es más comprendido y, de hecho, se extiende mucho más allá de los años cuarenta.

Después del bebop, el jazz no será igual.

Cool y hard bop. Oeste vs. este

Estas dos corrientes del jazz, cool y hard bop, son opuestas, parecen reflejar el periodo histórico atormentado de la Guerra Fría.

El cool jazz es un jazz introspectivo, distante, desilusionado, de los años cincuenta. Este nuevo estilo aterciopelado se produce mayormente en la costa oeste del país, o por lo menos este eslogan fue lanzado por la industria disquera para estimular la competencia entre ambas franjas del país. Muchos jazzistas van a aprovechar la ola de la música para cine y se irán a vivir a la costa oeste, donde pueden ganar bien grabando para las películas en el día y tocando jazz en la noche.

Es un sonido considerado como más “blanco”30 pero, sobre todo, —como, por ejemplo, la colaboración del dúo Gil Evans-Miles Davis—31 es un jazz “americano”, en el sentido de la mezcla de razas y estilos.

A la mitad de los años cincuenta, el hardbop es una reacción a la evanescencia del sonido y las melodías lánguidas: los músicos negros de la costa este dan otro brinco, tocando un jazz incisivo, nervioso, que reivindica como raíces el blues y el gospel. Algunos grandes saxofonistas del movimiento son John Coltrane, Cannonball Aderley y Sonny Rollins.

Esta época ve también la emergencia de otra corriente: The Third Stream, representada por John Lewis y Gunther Schuller. En esta se insiste mucho en la escritura musical, en un contenido sustancioso (que reacciona a las composiciones basadas en motivos repetitivos del hardbop), en el cual se experimenta con los elementos clásicos europeos (de la fuga al dodecafonismo) o con ensambles instrumentales inusuales como un cuarteto de cuerdas. ¿Utopía cultural? El movimiento anuncia los eclecticismos y estallidos del jazz de los años siguientes.

Free jazz. La percepción del instante

En efecto, el mundo del jazz se transforma en los años sesenta a la par de las tensiones sociales: ocupaciones silenciosas (sit in), marchas, discursos del pastor Martin Luther King, lucha armada de los Black Panthers, la idea de una república negra separada de los Black Muslims (musulmanes negros), difundida en los ghettos y los centros urbanos del norte y oeste del país. Poco a poco, con estas presiones, las leyes evolucionan para prohibir la segregación en todos los lugares públicos y para otorgar a los afroamericanos el derecho a votar. Si la cohabitación social y económica tiene ya un marco legal, la situación no está resuelta. En el jazz los músicos buscan la manera de liberarse de las ataduras del pasado, de modo que se reapropian los elementos de la cultura negra: blues, gospel y marchas en una música que aspira a la libertad.32

Se define el free jazz por muchas negaciones: desaparecen la necesidad de swing, la estructura armónica de un tema y un tiempo preciso y regular, en fin, todo lo que podría sonar comercial; la noción de “bonito” que entonces les hace recuperar todos los sonidos de efectos como gruñidos (growls) y slaps, ruidos y los elementos musicales que recuerdan al mundo urbano, África y otros continentes. Logran armar una música con melodías y figuras rítmicas que se entrelazan, con una gran energía e intensidad colectiva de llamadas, respuestas y reacciones que implican una gran escucha entre los participantes, de modo el estilo se acerca al estilo pictórico de Jackson Pollock, maestro del expresionismo abstracto.

El free jazz enfureció a los críticos blancos que avivaron las oposiciones entre los músicos de swing con los nuevos, pero los intelectuales y místicos apreciaron esta música del instante, cargada de tantas emociones. Se ha dicho que esta música es rara, difícil de escuchar, pero —por lo menos en aquellos años—, una multitud de aficionados asistieron a conciertos y festivales, y vendió muchos discos. Este movimiento, tan ligado a la agitación sociopolítica, la guerra de Vietnam, a las luchas anticolonialistas, las protestas de 1968 y el uso de drogas, marca también una apertura al mundo, y más que una ruptura, busca cómo incorporar todos estos nuevos elementos a la cultura negra.

Fusión. El jazz se hermana

En esta nueva etapa los jazzistas norteamericanos están más en relación con el exterior y fusionan las raíces musicales: se acercan a la cultura de Oriente Medio con las conversiones al islamismo, al mundo asiático por la guerra de Vietnam, a la música de la India, de América Latina, particularmente de Brasil, entre otras.

Se habían conocido varias fusiones anteriormente: la afrocubana del experimento del saxofonista Charlie Parker y el director de orquesta cubano Machito (1912-1984) y luego de Dizzie Gillespie con el gran conguero cubano Chano Pozo; Stan Kenton intenta fusionar el jazz y música clásica europea; Stan Getz y Charlie Byrd unen el jazz y la bossa nova brasileña. Las fusiones con la música antillana, cubana y la bossa nova tienen buenos resultados ya que comparten las raíces de las polirritmias africanas.

Pero hay una nueva fusión que viene a fascinar a los músicos que ven cómo los conciertos de rock juntan un enorme público de jóvenes que tienen poder económico y compran discos. Consideran que el rock de los años setenta es más interesante en sus melodías que el rock blanco de los cincuenta y sesenta, que para ellos resulta simplón. Entre tanto los grupos ingleses The Beatles y The Rolling Stones inspirados por Chuck Berry, Muddy Waters y John Lee Hooker, escriben sus propias melodías y/o tienen ritmos energéticos, rudos, y gracias a ellos, algo cambia en el rock: se comienza a usar para la protesta y la política. Los instrumentos se electrifican, aparecen los primeros aparatos electrónicos (sintetizadores) así como innovaciones en las técnicas de grabación, creando un sonido psicodélico, un ambiente alucinógeno y el acid rock.

Del rhythm’n blues, del soul y del funk toman el potencial rítmico, el lado festivo del blues y del gospel para la danza; los rockeros blancos van poco a poco a descubrir o redescubrir los grandes bluesmen negros.

La terminología del rhythm’n blues viene a remplazar la de los race records que aparecieron con el blues, término ya demasiado peyorativo y limitante para un mercado de consumidores muy fuerte. El rythym’n blues es el resultado del swing y del blues, con temas densos, melodías sencillas, rítmicas hostigadoras; el resultado: una música eficiente, seductora, aliada a las presentaciones energéticas, cargadas de erotismo y sensualidad. Este género evoluciona al margen del jazz. Louis Jordan, Dinah Washington, Chuck Berry, Fats Domino, Little Richard y el famoso Ray Charles son los héroes de este estilo musical en su primera etapa.

Los años setenta están marcados por las generaciones siguientes, en particular por James Brown; se hace una música más dura, electrificada, repetitiva, con secciones de metales que cincelan las frases, sin olvidar las características ya mencionadas del juego escénico. Aparte de James Brown, los representantes de estas generaciones son Otis Redding, Rufus Thomas, Aretha Franklin, Stevie Wonder, Dionne Warwick, Jackson 5 y Nina Simone.

El funk, al margen de la música disco, mucho más comercial y sencilla, es la ola siguiente de esta corriente representada por Kool and the Gang, Cameo, Earth Wind and Fire, hasta el Sound Systems de Herbie Hancock, Headhunters o Parliament, Funkedelic o algunas experiencias de Ornette Coleman o Miles Davis.

Al final la etiqueta rythm’n blues encapsula tantas cosas que uno se pierde un poco, y la etiqueta sirve más a la disquera que a los músicos. El tiempo ayudará a categorizar los grupos y solistas. Una vez más en la historia musical de Estados Unidos, los beneficios y la explotación financiera de este estilo benefician mucho más a los músicos blancos que a sus colegas negros.33

Después de la etapa del free jazz muchos jazzistas quieren relacionarse también con grandes multitudes y obtener el reconocimiento popular. Probablemente se encuentran confrontados con el business de la música, el concepto de la rentabilidad absoluta, la invasión de los medios audiovisuales, el star system, la restructuración de las disqueras, el marketing y una cierta estandarización de los productos, de modo que para mantenerse en este mercado de la música (el show business) deciden hacer una simbiosis entre un rock simple y un jazz sofisticado, tomando elementos de cada uno. Electrifican sus instrumentos también para ganar en poder de comunicación y enganchar a la audiencia cercana al rock blanco o a la música popular afroamericana.

Una vez más encontramos al trompetista Miles Davis, viento en popa, impulsando un nuevo dinamismo y una nueva línea estética a este género del jazz rock, pronto llamado jazz fusión, arte de absorción, asimilación, que revela a grandes solistas como los guitarristas John McLaughlin, Pat Metheny, Mike Stern, Larry Coryell; los pianistas Herbie Hancock, Chick Corea, Joe Zawinul, Keith Jarrett; los trompetistas Freddie Hubbard, Randy Brecker; los saxofonistas Wayne Shorter, Gary Thomas, Kenny Garrett, Bob Mintzer, Michael Brecker, Dave Liebman, Jan Garbarek; los bajistas Marcus Miller, Felton Crews, Darryl Jones, Ron Carter, Jaco Pastorius, Dave Holland; los vibrafonistas Gary Burton y Mike Maineri; y los bateristas Tony Williams, Peter Erskine y Jack DeJohnette. Algunos grupos tales como Weather Report, VSOP, Oregon, Spyro Gyra, Yellowjackets, Steps Ahead, Blood, Sweat & Tears y Chicago llegan a tener una reputación mundial.

 

Los músicos de esta época manejan un jazz eléctrico, binario, tratando de mezclar las influencias caribeñas, latinas, africanas, orientales y roqueras según sus humores, personalidades, curiosidad y convicciones.

¿Cuál ha sido y será el nuevo camino del jazz? Para muchos oyentes neófitos el jazz es una música del pasado, del tiempo de la Prohibición, de las películas de blanco y negro, de los bailes del swing. Para otros, más conocedores, el jazz terminó su vida hace años: entre los solos larguísimos del postbop, las experiencias introspectivas de Coltrane y sus discípulos o las andanzas del free jazz, estas etapas del jazz perdieron aficionados. Para los que nacieron con el rock, el jazz es este color particular que se da en el jazz fusión, el funk o a veces el rap: muchos son los que en los noventa compraron remixes de piezas clásicas de jazz, sin conocer la pieza original. El aficionado de jazz se identifica con sus ídolos, una cierta generación y tiene una escucha parcial, seccionada del jazz, música que sufre mucho de estas oposiciones entre tradicionales y modernos, conflictos generacionales o de gustos, lealtades o experiencias nuevas.

Sin embargo, a pesar de las diferencias y abundancia de corrientes, no deja de sorprender la expansión del jazz por todo el planeta: en América Latina con la fuerza del jazz argentino y chileno, o en Brasil, que ha aportado la bossa nova y el samba; en Europa con las corrientes alemanas, francesas y de los países nórdicos, así como la fenomenal aportación al jazz de los músicos de Europa del Este, que se pudo apreciar más una vez que cayó el muro de Berlín (1989), la introducción y fusión del jazz y del blues con las músicas africanas. En Asia, particularmente en Japón, la afición se nota por la importación de muchas formaciones de jazz a conciertos y giras y la emergencia de muchos músicos de jazz destacados desde los setenta hasta la fecha.

La afirmación que se escuchaba en los noventa, jazz is dead, “el jazz ha muerto”, no es una realidad. Al tratarse de un género camaleón y fénix a la vez, posee fuerzas de adaptación que la hacen siempre viva, siempre nueva, siempre diferente, capaz de incorporar con una completa libertad elementos nuevos, desde la parte técnica y sonora de instrumentos nuevos, de sonidos creados por la electrónica, hasta elementos de otros géneros musicales.

Así que como los elementos característicos del jazz del siglo XX, con su fuerte tinte estadounidense por el swing y el funk, son conocidos y absorbidos por los jazzistas, las preocupaciones de los creadores actuales en el mundo se centran en la mezcla del jazz con sus propias raíces, las particularidades sonoras de sus geografías regionales (que, por ejemplo, reivindicaban los europeos en pro de las músicas improvisadas para distinguirse del free jazz en los años ochenta, con la idea de recuperar un floclor imaginario o real). Parece que México está tomando en esta década el camino de la necesidad de incluir sones veracruzanos, huastecos, jaliscienses, música oaxaqueña o chiapaneca en un lenguaje composicional que se entiende como jazz.

Larga vida al jazz y sus innovaciones.

4 Para toda esta sección sobre la historia del jazz en Estados Unidos consulté el libro muy completo y apasionante de Noël Balen, L’odyssée du jazz, Liana Levi, 1993. Me parece particularmente interesante el enfoque social y racial de una historia musical que tiene tanto que ver con estos aspectos.

5 ¡Caliente!: Una historia del jazz latino, Fondo de Cultura Económica, 2001, p. 27.

6 La guerra hispano-estadounidense es un conflicto bélico que enfrentó a España y a Estados Unidos en 1898, resultado de la intervención estadounidense en la guerra de Independencia cubana.

7 Se encuentra la clave cubana en Memphis Blues (1912) y Saint Louis Blues de W. C. Handy (1914), así como en Tiger Rag (Original Dixieland Jass Band/Louis Amstrong), New Orleans Joy de Jelly Roll Morton (1923).

8 “En el siglo XIX, había un camino, un pasaje entre La Habana y Nueva Orleans, una ruta marítima que unía los dos puertos. En aquella época, se oía jazz en La Habana y rumba en Nueva Orleans”. Chucho Valdés, en Luc Delannoy, op. cit., pp. 43-44.

9 El ancestro africano del banjo se llamaba bania o banjar. En Noël Balen, op. cit., p. 43.

10 Forty acres and a mule se refiere a un concepto de reforma agraria en Estados Unidos para los agricultores afroamericanos liberados de la esclavitud, justo después de la guerra civil (16 de enero de 1865). Muchos creyeron —porque varios políticos lo afirmaron­— que tenían el derecho a esa tierra, que tanto habían trabajado como esclavos.

11 En el ámbito musical, y sin entrar en detalles, podemos decir que es la blue note la que produce este clima emocional particular, melancólico. La escala, que parece dudar entre ser mayor o menor, se aproxima a las escalas pentatónicas de origen africano.

12 James Reese Europe nació en Mobile, Alabama en 1880. En 1904 se va a Nueva York para continuar con sus estudios musicales. Pronto consigue trabajo de dirección orquestal y de compositor para unos espectáculos de musicales negros importantes y se convierte en una figura destacada del Chef Club, una organización social y profesional para los músicos negros de Nueva York. Este esfuerzo incluye una orquesta sinfónica de más de cien músicos. En 1913 se convierte en el director musical de la compañía de danza de Vernon & Irene Castle, quienes estaban tan impresionados con la proeza rítmica de la Europe’s Society Orchestra que impusieron en sus contratos que solamente esa orquesta los acompañara. De esta asociación nacieron ocho álbumes de la disquera Victor (1913-1914), probablemente las primeras grabaciones de un ensamble instrumental afroamericano, tocando música original suya y de otros compositores afroamericanos. En 1916 se forma en Harlem el 15th National Guard Regiment, compuesto de afroamericanos. James Europe es comisionado como teniente para organizar una banda militar. Su unidad llega a Francia el 1 de enero de 1918 y no solamente su orquesta toca por todo Francia difundiendo su música, especie de pre-jazz, que tuvo una influencia sobre la pasión del jazz de los franceses, también el regimiento, cuyo nombre cambió a The Hell Fighters, dirigido por oficiales franceses, se distinguió por sus actos heroicos y fueron condecorados por el gobierno francés. De regreso en Nueva York son recibidos por una multitud entusiasta (pero sin presencia del ejército estadounidense) y desfilan sobre la Quinta Avenida. En 1919 un músico ataca y mata a James Reese Europe, quien a la fecha tenía treinta y nueve años.

13 Eubie Blake, Willie Smith y Fats Waller son los grandes maestros del estilo.

14 El ostinato es una de las expresiones musicales más antiguas que se conocen y prevalece en muchas músicas populares del mundo. Cualquier ritmo reconocible es en realidad un ostinato. Un ejemplo interesante es plantear una base rítmica o melódica sobre la que se va improvisando o variando, algo presente en casi todas las tradiciones musicales del mundo.

15 Jelly Roll Morton, pianista y compositor de Nueva Orleans. Después de viajar por todo Estados Unidos entre 1912 y 1922, regresa a la ciudad de Chicago, forma una banda y graba sus primeros registros en solitario o junto a King Oliver. Será entre 1926 y 1930 cuando alcance el cénit de su éxito, junto a sus Red Hot Peppers, que incluían a Kid Ory, Johnny Dodds, John Saint-Cyr, Red Allen, Babby Dodds y otros músicos muy vinculados al estilo Nueva Orleans.

16 Manu Grooveman, “La capital mundial del jazz”, 13 de febrero de 2012.

17 A pesar de ser metálicos los saxofones se incluyen dentro de la familia de las maderas en la orquesta.

18 Algunos grandes compositores de Tin Pan Alley son los hermanos George e Ira Gerschwin, Cole Porter, Jerome Kern, Irving Berlin, Richard Rodgers, Harold Arlen, Vernon Duke, Hoagy Carmichael.

19 Los clubes en una zona en la 133º entre Lenox y la Séptima Avenida, llamada Beale Street, son: el Banville Club, el Exclusive Club, el Clam House, el Plantation, el Lafayette, el Connie’s Inn, el Small Paradise, pero particularmente el Cotton Club, el Savoy Ballroom y el Apollo Theater, en Noël Balen, op. cit., p. 150.

20 Harlem Renaissance fue el renacer del arte negro en la comunidad afroamericana viviendo en Harlem, Nueva York en los años veinte. El jazz en la música, la literatura y la pintura son las tres artes principales de este movimiento artístico.

21 La era del swing ve la aparición de grandes solistas, cantantes (Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Ethel Waters, Mildred Bailey); pianistas (Mary Lou Williams, Earl Hines, Art Tatum, Nat King Cole, Teddy Wilson, Erroll Garner); saxofonistas (Coleman Hawkins, Lester Young, Johnny Dodges, Benny Carter, Ben Webster); el trompetista Roy Eldridge, el vibrafonista Lionel Hampton, el baterista Gene Krupa y el guitarrista Charlie Christian.

22 The International Sweethearts of Rhythm, compuesta de diecisiete adolescentes negras y mulatas pertenecientes a un orfanato, entusiasmaron al público en todas sus giras, lejos de su Misisipi natal. Iniciado en 1937, el ensamble se aprovecha del espacio dejado por los hombres cuando se van a la guerra. En 1945 las mandan a Europa para dar conciertos a los soldados estadounidenses. Se separan en 1947.

23 A la edad de dieciocho años Ina Ray Hutton ya es una bailarina y cantante profesional de alto nivel, y en 1934 su agente de conciertos le pide formar una orquesta de mujeres, The Melodears, con la que hace giras, conciertos y que llega a ser filmada por Paramount. El grupo se desintegra en 1939, pero en los años cincuenta Ina rearma una orquesta femenil para unos shows de televisión.

24 Como el Monroe’s Uptown House o el Minton’s Play House. La 52th Street en el sur de Harlem, pronto llamada The Street, “la calle que nunca duerme” decía Miles Davis, se convierte en un laboratorio musical, y los clubes se hacen más importantes que los de Harlem: Three Deuces, Onyx, Downbeat Club, Kelly’s Stable, entre otros.

25 La síncopa es un efecto rítmico que tiene lugar cuando el sonido de una nota empieza dentro de un tiempo débil y se prolonga hasta uno fuerte.

26 Como consecuencia de la aparición del amplificador en 1920, muchos instrumentos sufrieron modificaciones en su diseño acústico para evolucionar al diseño eléctrico. La guitarra fue uno de los primeros en adaptarse. Muchos fueron los pioneros que aportaron en este desarrollo, pero la primera guitarra eléctrica se le puede atribuir a la marca Rickenbacker. Los músicos de jazz fueron los primeros instrumentistas en adoptar la guitarra eléctrica ya que notaron que no tenían suficiente volumen con su instrumento para aportar a la banda.

 

27 La superestructura de un acorde es un término de jazz: a un acorde de séptima, por ejemplo Do maj⁷ (Do-Mi-Sol-Si), se agrega la novena (Re), la onceava (Fa) y treceava (La). Improvisar sobre esta parte del acorde da un color menos consonante y previsible a la improvisación así como una tensión entre mayor y menor (se improvisa en Re menor sobre un acorde de Do mayor). Charlie Parker fue el primero en experimentar esta posibilidad.

28 En la teoría del jazz la sustitución de acordes es la técnica avanzada de la utilización de un acorde en el lugar del otro, a menudo relacionado, siendo aplicable en una progresión de acordes. Los músicos de jazz suelen sustituir los acordes de la progresión original para conseguir una variedad armónica y así añadir interés a una pieza musical.

29 “De repente los virtuosos destacan y entonces todo el mundo estudia con asiduidad para mejorar su técnica, porque no había lugar para los principiantes” traducción del autor, Max Roach, citado en Noël Baden, op. cit., p. 268.

30 Tres grandes representantes son directores de orquesta blancos: Claude Thornhill, Woody Herman y Stan Kenton. La orquesta de Woody Herman queda en la memoria por tener una sección de cuatro saxofonistas tenor extraordinarios: Herbie Steward, Zoot Sims, Jimmy Giuffre y Stan Getz. Ellos se hacen llamar The Brothers.

31 Birth of the Cool es el nombre dado a las grabaciones históricas de 1949 y 1950 realizadas por Miles Davis y el arreglista Gil Evans para Capitol. La instrumentación es muy particular: trompeta, corno, tuba, trombón, saxofones alto y barítono, piano, bajo y batería para tejer una orquestación de claroscuros suaves, aterciopelados, que arropan las intervenciones de la trompeta de Miles Davis.

32 La expresión free jazz viene de un disco-manifiesto homónimo del saxofonista Ornette Coleman. El también saxofonista John Coltrane había experimentado con la explosión del tema y una exacerbación sonora. El pianista Lennie Tristano había hecho sus free forms in jazz, el trío de Jimmy Giuffre, experimentado con improvisaciones libres y Charlie Mingus con su taller de deconstrucción para tocar una música comprometida.

33 “El rock en los Estados Unidos se podría describir como un espectáculo de ministriles blancos. Para entender esto bien, hay que considerar la historia. Cuando en los años 20 King Oliver llega a Chicago, los músicos blancos quisieron apartarlo, a él y a Louis Armstrong de su sindicato […] Obligaron así a los músicos negros a formar su propio sindicato. Luego vino la era swing y el rey del swing no fue Ellington o Count Basie, sino Goodman. Hubo luego lo que se llamó el bebop y los honores no fueron a Charlie Parker sino a Stan Getz, Gerry Mulligan, la era cool.” Archie Shepp en Noël Baden, op. cit., pp. 496-497.