Mayo del 68 - Volumen II

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OGUMA, Eiji (2015). «Japan’s 1968: A Collective Reaction to Rapid Economic Growth in an Age of Turmoil 日本の 1968 混乱期の高度成長への共同体的反応». The Asia-Pacific Journal, Japan Focus, vol. 13, n.º 12.1. https://apjjf.org/2015/13/11/Oguma-Eiji/4300.html

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SCHULZ-FORBERG, Hagen (2009). «Claiming Democracy: The Paris 1968 May Revolts in the Mass Media and Their European Dimensions». Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. 31, pp. 27-53.

LA MÚSICA DE MAYO DEL 68

Alfredo Arense

DESARROLLO

Mayo del 68 supuso para la cultura musical el referente definitivo que dio rienda suelta a los aires de libertad y contracultura que ya venían soplando fuerte desde 1967 con el festival de Monterrey, que reunió a buena parte de los músicos y artistas que se convertirían en abanderados y en iconos de una juventud galopante hacia un cambio en la sociedad. Este festival, que reunió en California a algo más de 50 000 personas, fue el precedente del festival Woodstock dos años después, y que congregaría a cerca de 500 000 personas.

Para muchos, Woodstock es el referente de lo que hoy día son los festivales de música. La diferencia radica en que en 1967 se planteaba esta reunión de músicos y fans como un lugar de encuentro para el intercambio de ideas musicales, culturales y de reivindicación política. El sueño romántico de este tipo de encuentros se vio desbordado cuando, en el año 1969, tanto organizadores como músicos se vieron incapaces de gestionar un festival de tanta afluencia de público y con unas dimensiones desbordantes.

Mayo del 68 fue la demostración de que desde el movimiento, el inconformismo y la movilización de los más jóvenes se podrían derrumbar barreras sociales, morales, prejuicios sexuales e incluso estructuras políticas. En este sentido, la música generó un vehículo de transmisión de ideas y de la creación de referentes icónicos de la época.

En 1968, la influencia de la música en la juventud arrasaba como una apisonadora con bandas como The Mamas and the Papas, The Beach Boys o The Beatles. Estos últimos, nunca se habían significado políticamente hasta la muerte de su productor, Brian Epstein, en agosto de 1967, principal censor de The Beatles a la hora de integrar proclamas políticas en sus letras.

California, y concretamente San Francisco, fue la cuna de la contracultura, un estilo de vida que abrazaba las drogas, la paz y el amor. En el festival de Monterrey se pudo ver a figuras musicales que luego pasarían a formar trágicamente el llamado «Club del 27», con artistas que murieron antes de cumplir esa edad. Jimmy Hendrix o Janis Joplin se convirtieron rápidamente en referentes de la cultura musical y de una nueva forma de entender la relación con una sociedad que hasta ahora les había marcado unos patrones convencionales de comportamiento moral en áreas de la vida como el amor, el sexo o el consumo de drogas.

Al otro lado del charco, en Europa, concretamente en la ciudad de París, autores más cerca del género de la canción protesta comenzaban a sembrar la semilla de lo que poco después se convertiría en un repertorio de himnos coreados en las manifestaciones de Mayo del 68.

Artistas como Léo Ferré (que cantó la canción Les anarchistes como homenaje a los exiliados del franquismo y al compromiso de los jóvenes en la movilización) o Jacques Dutronc fueron responsables de los principales himnos que se coreaban en las calles de París, llamando al despertar de una conciencia que reclamaba el cambio de las estructuras sociales y de los patrones hasta ahora establecidos, con una apelación especial al movimiento en las calles para pedir un cambio político. Uno de los himnos de Mayo del 68 fue Il est cinq heures, Paris S’éveille, interpretado por Dutronc y compuesto por Jacques Lanzmann.

Proclamas como «Prohibido prohibir» (que más tarde cantaría Caetano Veloso) o «París despierta» fueron integradas en letras y estribillos de algunas de las canciones más importantes de los autores franceses y de otros países del mundo, que usaban su música para proclamar sus ideas políticas y hacer un llamamiento al cambio.

Domique Grange fue otra de las artistas que se convirtió en icono de las luchas en Mayo del 68. Ella fue una de las primeras artistas en corear canciones protesta en las barricadas junto con su guitarra.

Jacqueline Taieb, con tan solo 20 años, cantaba a la libertad con mención en sus letras a The Who. Brigitte Fontaine, hizo popular su rebeldía con canciones como Il pleut («Llueve»).

Claude Nougaro fue uno de los artistas que recogió en sus canciones el movimiento de París en Mayo del 68, con la canción Paris mai («París mayo»).

Evidentemente, podríamos llenar esta lista con artistas franceses que son los que más canciones han compuesto movidos por lo que aconteció entonces en su país. Entre ellos, Georges Brassens, Jacques Dutronc, Renaud, Claude Nougaro, Dominique Grange, Hubert-Félix Thiéfaine, Philippe Clay, Jean-Michel Caradec, Maxime Leforestier, Jean-Roger Caussimon, Georges Moustaki, Colette Magny, Jean Ferrat, Dominique Grange o Évariste.1

En España, por el contrario, la dictadura franquista no permitía la libertad explícita en letras que llamaran a la revolución o al cambio social establecido. Los mensajes que escondían las canciones no llevaban la profundidad de las canciones de los autores franceses de Mayo del 68. Artistas como Serrat («Poco antes de que den las diez», 1969), o Sabina («El inventario», 1978) incluían en sus canciones letras con historias que dejaban entrever un trasfondo de llamada al cambio y a la libertad.

Entonces la música era un elemento más cercano a la cultura que al divertimento como lo es ahora, que está más cercano a lo que es el McDonald’s un Burger King que lo que era en el año 68. En el año 68 era un elemento cultural, pasaba por él lo que estaba pasando en el mundo. Fue un elemento muy importante para transmitir mensajes dentro, para acercarse con esos mensajes a la gente joven, que se aglutinaba en festivales y conciertos. En España, durante aquellos años, estábamos bajo el régimen de Franco, bajo una dictadura y, por consiguiente, era prácticamente imposible que esto se llevase a la música. Aquí vivíamos el happy happy de Los Brincos, de Los Bravos, de aquel movimiento «yeyé» que acompañaba. Nadie se atrevía a lanzar mensajes, y si se atrevían lo tenían que hacer de una forma soslayada dentro de las canciones; parecía que dijesen otra cosa, pero dentro de círculos un poco clandestinos. El Mayo del 68 se vivió muy diferente, pero sin duda era el elemento vehicular fundamental para la gente joven y para transmitir los mensajes de aquellos años.2

Para muchos, Mayo del 68 significó en el mundo de la música pasar del entretenimiento a la conciencia social a través de las canciones y de sus letras. Su reflejo traspasó fronteras, y sirvió para que naciera una nueva generación de músicos con un nuevo género musical basado en estructuras musicales sencillas (guitarra y voz) pero con un gran trasfondo en sus letras, que recogían poemas y proclamas políticas como principal mensaje.

En España nacería una generación de cantautores que vieron en las revueltas de Mayo del 68 un referente motivador para generar cambios y luchar desde las calles con sus guitarras por el fin de la dictadura. Autores como Serrat, Luis Eduardo Aute, Paco Ibáñez, Cecilia, Lluís Llach, Labordeta, Raimon, Jarcha o Sabina entendieron que su música era un instrumento para llamar a la movilización, despertar conciencias adormecidas y defender las ideas de libertad y apertura hacia una nueva realidad cultural, moral y social.

En el año 1968, España ganaba el festival de Eurovisión con la canción La, La, La interpretada por Massiel, que escondía un mensaje de apertura a la modernidad. La canción, aunque estaba compuesta por el Dúo Dinámico (Manuel de la Calva y Ramón Arcusa), iba a ser interpretada en un primer momento por Serrat, pero al prohibirle que lo hiciera en catalán, este se negó a acudir al festival.

En 1968 se publicaba el disco blanco de The Beatles, del que también se cumplen 50 años, con Revolution y letra de John Lennon. Todo el mundo queremos cambiar el mundo. Parece que se estaba notando que iba pasar algo en el Mayo del 68, no solo en la Primavera de Praga3 sino también lo que estaba sucediendo en Estados Unidos, se acercaba el año del amor libre contra la guerra de Vietnam y Woodstock. En Inglaterra estaban The Beatles, pero en Francia estaban Gilbert Bécaud, y Jean Ferrar, que cantaba Mi Francia […]. En España estaba La canción del pueblo, un colectivo creado en 1967 por diferentes cantautores, como Elisa Serna (que por cierto falleció el pasado 4 de septiembre de 2018), Hilario Camacho, Aute, Serrat, Ricardo Cantalapiedra, un gran cantautor que luego se convirtió en Richi Bolero… Grandes cantautores que iban contracorriente con una guitarra y una voz tocando en universidades y en lugares cercanos a las iglesias. Ahí estaba también Luis Pastor… Estaban creciendo los contraculturales, los grandes cantautores que iban a luchar contra el sistema capitalista con el canto de la Internacional por medio en muchos de los casos.4

Al otro lado del charco, el mundo se preparaba para la revolución hippy liderada por artistas que un año antes de Mayo del 68, en San Francisco, ya sembraron el comienzo de una forma de vida desinhibida, sin límites y alejada de convencionalismos.

 

Aunque las reivindicaciones políticas eran diferentes en cada uno de los puntos del planeta, su voluntad de cambio y de rebeldía ante lo convencional y lo estructuralmente aceptado, era la misma. Les unía la voluntad del cambio, y a través de la música generaban estados de opinión y aprovechaban sus icónicas y magnéticas influencias en la gente joven para hacer tambalear las estructuras políticas.

Ha pasado medio siglo y todavía retumban los ecos de Mayo de 1968, un movimiento político, filosófico y estudiantil que tuvo lugar en un año que resultó muy convulsionado en el mundo entero: Vietnam, Memphis, Praga, Los Angeles, Chicago, Ciudad de México y, por supuesto, París. Por esa razón, en la banda sonora de aquel movimiento se mezclan canciones inspiradas en los sucesos que marcaron ese año. Las que provienen del universo del rock y del pop, el de más alcance entre la juventud del mundo; pero también en las canciones del Mayo francés, mucho menos conocidas y divulgadas, que se oyeron en aquellos dos meses en que París estuvo paralizada por las protestas. Varias de ellas fueron himnos que se cantaron durante las jornadas de Mayo de 1968.5

En Estados Unidos, la libertad sexual (motivada por un acto de rebeldía ante la sociedad puritana de Norteamérica), el acceso libre y desinhibido ante las drogas, y la impopular guerra de Vietnam que estaba matando a tantos jóvenes norteamericanos, fue el principal vehículo de protesta en canciones de artistas como Eric Burdon and The Animals (Sky pilot, 1968), entre otros.

Películas como El graduado (1967) contenían himnos de libertad sexual contrarios a lo comúnmente conocido como convencional en las relaciones de pareja. La canción de Paul Simon y Art Garfunkel Mrs. Robinson, tema central de la película, fue reflejo de ello.

Artistas como The Beatles aprovechaban la muerte del productor que les hizo famosos (Brian Epstain) y que les prohibió incorporar mensajes políticos en sus canciones, para introducir letras pacifistas y de contenido político (Revolution, 1968).

The Rolling Stones publicaban Beggar’s banquet, (1968), con claros mensajes de llamamiento a la lucha callejera y a la «simpatía por el diablo» en un claro ejercicio de provocación a la clase social conservadora y tradicional.

Por otro lado, artistas del soul como Aretha Franklin vieron cómo canciones como Respect (1967) se convertían en himnos feministas que revindicaban el respeto a la mujer en una sociedad de hombres.

CONCLUSIONES

Mayo del 68 fue la materialización real de los deseos de cambio. Confirmó que la llamada de los artistas a la contracultura y a la modernidad, generada por la juventud que en distintos puntos del mundo decidió salir a la calle y acabar con las estructuras políticas y sociales establecidas, había tenido éxito.

En este sentido, la música cobró un papel fundamental, ya que se convirtió en el principal transmisor de las diferentes proclamas políticas y de su invitación al movimiento y despertar de las conciencias.

Está apertura hacia la libertad a través de la música, fue posible gracias a la convergencia entre diferentes focos musicales de reivindicación (festival de Monterrey 1967, Mayo del 68 y Woodstock 1969).

Un año antes de la famosa revuelta parisina ya comenzó en San Francisco un movimiento de apertura y modernidad que se hizo presente en el festival de Monterrey con artistas que se convertirían en icono del movimiento hippy como Janis Joplin, Jimmy Hendrix o The Who.

En España, en plena dictadura franquista, la generación de artistas protesta miraba a los autores de los himnos que se coreaban en las calles en Mayo del 68 como el modelo y el referente para liderar un llamamiento a la libertad con sus canciones como principal vehículo transformador de conciencias y conductas.

No existe un listado único con el que identificar las canciones más influyentes de esos años (antes, durante y después de Mayo del 68), pero sí existe una confirmación de que ellas y los artistas que las defendieron fueron un vehículo comunicativo y referencial para la protesta, la concienciación, el cambio y azote político y social.

Algunas de ellas, dada su popularidad y trascendencia, pueden considerarse las más representativas de esos años.

Jacques Dutronc – «Il est cinq heures, Paris s’éveille» («Son las cinco, París despierta»)

Esta es para muchos la canción de referencia de Mayo del 68 como himno en sus manifestaciones que servía de llamada a una sociedad que se consideraba adormecida. Sus manifestantes gritaron su estribillo «¡París despierta!» en sus movilizaciones, llamando a la insurgencia, el inconformismo y la ruptura de las normas sociales y morales establecidas.

The Rolling Stones – «Street fighting man» (Beggar’s banquet, 1968)

«Street fighting man» (‘Luchador callejero’) es una canción compuesta por Mick Jagger sobre una base musical que ya tenían compuesta con un texto diferente. En esta adaptación, la letra se centró en los acontecimientos de Mayo del 68, con una visión crítica hacia la poca reacción hacia el cambio en los jóvenes londinenses. Forma parte de su disco Beggar’s banquet de ese mismo año y que abre con (curiosamente) «Sympathy For The Devil».

Su frase más coreada fue: «El verano llegó y es el momento perfecto para pelear en la calle, chico».

Buffalo Springfield – «For What It’s worth»

Uno de los desencadenantes de los movimientos de Mayo del 68 fue la impopular guerra de Vietnam. Esta canción del grupo norteamericano Buffalo Springfield en el que empezó a darse a conocer Neil Young, llamó a la movilización en todo el mundo para pedir cambios políticos, con especial referencia a las manifestaciones en Estados Unidos por el fin de la guerra.

The Beatles – «Revolution»

John Lennon siempre fue el valedor de la lucha por los derechos civiles, la paz, la igualdad y la libertad en The Beatles, algo que se hizo más explícito con su carrera en solitario y con sus acciones públicas por la paz junto a Yoko Ono. Pero en «Revolution», publicada en 1968 como cara B del Hey Jude, el cuarteto de Liverpool habló por primera vez de manera abierta de política y concretamente de los movimientos de Mayo del 68. Hasta entonces su mánager Brian Epstein no les permitió hacerlo, pero había fallecido un año antes. Curiosamente, esta canción se terminó al mismo tiempo que se disolvía la Asamblea Nacional francesa.

Janis Joplin – «Piece of my heart»

Janis Joplin significó el cambio, la revolución, la rebeldía y la encarnación viva del espíritu hippy. Se convirtió en un referente para muchos jóvenes que vivieron desde el inconformismo con las raíces del 68 y que tuvo su máxima expresión en el festival de Woodstock del 69 y que reunió a cerca de medio millón de personas entorno a la libertad, las drogas, el sexo libre y la música. Artistas como Jimmy Hendrix o Janis Joplin pasarían poco tiempo después a formar parte del llamado «Club del 27», con artistas fallecidos con esa edad. Woodstock fue la explosión del festival de Monterrey en California celebrado en el 67, cuna de la «contracultura», la psicodelia y el consumo libre de las drogas como vía para encontrar «nuevas realidades».

Bob Dylan – «I’ll be your baby tonight»

Con el regreso de Bob Dylan tras unos años de inactividad por un accidente de tráfico, el músico regresaba con su disco John Wesley Harding. El cantautor americano estuvo siempre comprometido en sus letras con la defensa de los derechos civiles y sociales, y en esta canción invitaba a la reflexión del verdadero destino, de las esperanzas y de la importancia de la movilización en la búsqueda del cambio. Estos versos son el reflejo de la llamada a cambios y movilizaciones.

Jefferson Airplane – «Volunteers»

El movimiento de Mayo del 68 tuvo su eco posterior en el mundo de la música, que siguió llamando a la insurgencia y las movilizaciones por el cambio de los patrones sociales. En 1969, Jefferson Airplane, una las bandas de referencia en el movimiento hippy desarrollado en San Francisco, publica Volunteers.

Joan Manuel Serrat – «Poco antes de que den las diez»

Las extensiones del movimiento de Mayo del 68 llegan a todos los rincones del mundo, con la música como uno de los vehículos más eficaces para llamar a la movilización. América Latina o España deben sortear la censura, y con la dictadura franquista el movimiento de los cantautores cobró especial importancia por su carácter político e insurgente.

La paloma de 1969, es un álbum compuesto por Joan Manuel Serrat que contiene el tema «Poco antes de que den las diez», con una descripción de las sensibilidades que están naciendo en la sociedad española frente a los «convencionalismos» familiares.

Neil Young – «Ohio»

Artistas de marcado carácter político y crítico como Neil Young (en esos momentos en Crosby, Stills, Nash and Young) publica en 1970 la canción «Ohio», en la que condena la muerte de cuatro estudiantes muertos en una manifestación antibélica en la universidad Kent State.

Galt Mac Dermot – «Aquarius»

El musical Hair, de mayo de 1968, fue revolucionario y altamente magnético para que los que habían escuchado la «llamada» a la revolución, al amor libre y a la ruptura de los patrones sociales y culturales de la época. Este musical se hace eco de los valores del movimiento hippy, el antibelicismo y la movilización al cambio que había explotado en Mayo del 68.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS, VIDEOGRÁFICAS Y SONORAS

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1 VALIÑO, Xavier (10 de mayo de 2018). Diez canciones sobre mayo de 1968. [Artículo de revista digital]. Recuperado de https://www.efeeme.com/diez-canciones-sobre-mayo-de-1968/

2 Entrevista realizada a Joaquín Guzmán, periodista musical. Director y presentador de «La rotonda» en RTCM.

3 La Primavera de Praga fue un movimiento pacífico de liberación política en Checoslovaquia que tuvo lugar el 5 de enero de 1968.

4 Entrevista realizada a Santiago Alcanda, periodista musical. Director y presentador de «Como lo oyes» en Radio 3 (RTVE).

5 ARIAS, Eduardo (13 de mayo de 2018). Así sonó Mayo del 68 [artículo de revista digital]. Recuperado de https://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/la-musica-que-acompano-a-mayo-de-68-216704