Fotografía infantil

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Situándose a la misma distancia del sujeto pero con objetivos de diferente distancia focal, transformará por completo los retratos que fotografíe. Aquí puede comparar una imagen tomada con un objetivo de 35 mm de distancia focal (izquierda) y otra con un 85 mm (derecha). En la tomada con el 35 mm destaca el entorno, mientras que en la del 85 mm la niña se convierte en la protagonista indiscutible.

Canon 5D Mark II, Canon 35 mm f/1,4, ISO 400, f/2,8, 1/160 s.

Canon 5D Mark II, Canon 85 mm f/1,2, ISO 400, f/2,8, 1/160 s.

Zoom versus focal fija

Un buen objetivo de distancia focal fija con una excelente calidad de imagen y pocas distorsiones y aberraciones resulta mucho más fácil de diseñar y más barato de fabricar que un objetivo de distancia focal variable (zoom). La mayoría de las fotografías en este libro están tomadas con objetivos de distancia focal fija, principalmente 35 mm, 50 mm y 85 mm con aperturas máximas de f/1,4 o f/1,2. Para Alba Soler “hace años que descubrí la gran diferencia entre ópticas zoom y ópticas fijas, y decidí que nunca más compraría un zoom. Cierto es que siempre trabajo en entornos controlados en los que puedo tomarme el tiempo de cambiar de una óptica a otra. Mi fotografía es muy pausada y controlada, por lo que casi nunca sucede algo que no supiera que fuese a suceder. No ocurre lo mismo en la fotografía de bodas por ejemplo, donde hay veces que no hay tiempo para cambiar de objetivo y está más justificado el uso de zooms”.

Considere que hay excelentes objetivos de focal fija (35 o 50 mm) que le costarán menos de la cuarta parte de un objetivo zoom de calidad. Algunos objetivos de distancia focal fija ofrecen una relación entre calidad y precio increíblemente alta, podríamos mencionar entre ellos: Nikkor 35 mm f/1,8 G-ED (sobre 530 euros), Canon o Nikkor 50 mm f/1,4 (sobre 380 euros), Canon 100 mm f/2,8 macro (sobre 490 euros) y Canon 200 mm f/2,8 (sobre 690 euros). Estos objetivos de precio ajustado no suelen llevar un sellado contra inclemencias del tiempo, pero por su coste más reducido no le dolerá reemplazarlos si se estropearan algún día.

Otro problema de los objetivos zoom es su mayor peso, Pepa Valero resume sus pros y contras: “tengo un zoom 70-200 mm f/2,8, maravilloso en cuanto a calidad de imagen pero muy pesado, por lo que lo uso poco. También un 24-70 mm que utilizo cuando hay niños que son muy movidos o se cansan y enfadan rápido. No quiero perder ningún gesto ni cansarlos mucho; con esta tipología de niños hay que ser muy rápido y aprovechar el tiempo y el cambio de objetivo me hace perder tiempo y comunicación con el niño”.


Pepa Valero incluye un zoom Nikkor 24-70 mm f/2,8 en su conjunto de objetivos habituales para su cámara Nikon. Montado en la cámara se encuentra el Sigma Art 50 mm f/1,4 y de izquierda a derecha: Nikkor 24-70 mm f/2,8, Sigma Art 35 mm f/1,4, Nikkor 85 mm f/1,8 y el objetivo de tipo macro Micro Nikkor 60 mm f/2,8.

Por tanto, si se encuentra con un presupuesto ajustado, quizás debería considerar comprar dos objetivos fijos de calidad que cubran la gama aconsejada (24-200 mm), por ejemplo un 35 mm o un 50 mm y un 135 mm, y su coste estará todavía por debajo del importe de dos objetivos zoom de gama profesional. Ahora bien, tenga en cuenta que elegir distancias focales fijas implica no poder cambiar rápidamente de ángulo de cobertura, lo que le obligará en algunos momentos a cargar con dos cuerpos de cámara, cada uno con un objetivo fijo diferente para poder realizar tomas más amplias o de detalle desde el mismo punto. Si prefiere un equipo más ligero cuando su sesión transcurre en exteriores, le resultará más cómodo un único cuerpo con un objetivo zoom adecuado a su método de trabajo.

Respecto al coste total del equipo deberá considerar si la mayor parte de sus reportajes son en estudio o exteriores, pues en este último caso tendrá la necesidad de duplicar al menos el cuerpo de cámara, por si uno de ellos se estropeara fuera del estudio. Evidentemente, si usted es el fotógrafo de sus hijos puede optar por no duplicar el equipo, dado que siempre podrá volver con ellos a realizar otra sesión similar. Por tanto, si piensa dedicarse profesionalmente a la fotografía de niños, en sus consideraciones económicas debería comparar el coste de dos configuraciones mínimas de equipo:

• Dos cámaras con dos objetivos zoom que cubran la gama de distancias focales aconsejadas (24 a 200 mm), por ejemplo: un objetivo 24-70 mm y otro 70-200 mm.

• Dos cámaras combinadas con un conjunto de dos o tres objetivos fijos, por ejemplo: un 35 mm, un 50 mm, y otro en la gama de 85 a 200 mm.

Apertura máxima

La apertura máxima aparece junto a la distancia focal en las especificaciones de los objetivos e indica el diafragma más abierto que puede usarse. Al principio todos los fotógrafos hemos tenido problemas con la escala de diafragmas, porque un número más pequeño no indica una diafragma más pequeño sino al revés, uno más grande. De modo que un objetivo 35 mm f/1,4 será capaz de recoger más luz que un objetivo 35 mm f/2. Para empezar a fotografiar niños no es imprescindible un objetivo con una apertura máxima muy elevada (o sea número/f pequeño) pues la mayor parte de sus imágenes serán tomadas de día en exteriores e interiores suficientemente iluminados, o directamente en un estudio dotado de flashes.

No obstante, debería considerar otro factor importante: la menor profundidad de campo que ofrece el objetivo si su apertura máxima es bastante pequeña. Por ejemplo, conseguirá unos fondos mucho más desenfocados si usa un objetivo 50 mm f/1,4 que si usa un zoom 24-100 mm que únicamente llega a una apertura máxima de f/4. Además, los desenfoques de puntos luminosos (denomidados bokeh) son mucho más definidos y atractivos cuando se usan aperturas máximas por debajo de f/2,8 (fíjese por ejemplo en la fotografía de Alba Soler de la página 33.

Si usted como padre o madre aficionada prevé que muchas de sus fotografías de niños transcurrirán en interiores de su casa, en escenarios con iluminación reducida, o como profesional le gusta usar la iluminación ambiental en las localizaciones exteriores o simplemente de unas velas o luces de navidad, por ejemplo, entonces debería considerar adquirir un objetivo con apertura máxima elevada que haga posible captar el máximo de luz. Piense que un objetivo de apertura máxima f/2,8 le permitirá captar 4 veces más luz que uno de apertura máxima f/5,6 o sea ganar dos pasos EV, y poder usar velocidades más elevadas que capturen a los niños nítidamente. Por ejemplo, si su fotómetro le midiera f/5,6 a 1/30 s, con su objetivo de apertura máxima f/5,6 tendría muchas posibilidades de que su fotografía saliera movida, mientras que si usara un objetivo de apertura máxima f/2,8 podría fijar ese diafragma con una velocidad de 1/125 s, de forma que la fotografía no resultara con trepidación o con los sujetos movidos.

Los objetivos zoom de calidad alcanzan aperturas máximas de f/2,8 en todo el recorrido de distancias focales. Compruebe que la apertura máxima de su objetivo sea constante en todas las distancias focales, pues en caso contrario puede encontrarse con que su zoom en distancias focales elevadas tenga una apertura máxima muy reducida que dificulte su uso con baja iluminación.

Autofoco

Debería probar el sistema de autoenfoque de su cámara con cada objetivo que compre buscando dos características fundamentales: rapidez y precisión de enfoque. No todos los sistemas de autoenfoque de los objetivos funcionan del mismo modo, pudiendo haber notables diferencias de rapidez y precisión entre objetivos de gama media y gama alta. Compruebe también si en autoenfoque con disparo foto a foto puede reenfocar manualmente sobre el enfoque ofrecido por la cámara sin tener que activar el enfoque manual; pues esta opción puede serle útil en condiciones de baja iluminación o bajo contraste, donde la cámara no sea capaz de enfocar con precisión.

Estabilizador y sellado

Para adquirir un buen objetivo orientado a fotografía de niños no es necesario que considere muchos más factores que los anteriormente mencionados. Algunos objetivos de gama media o media alta cubren perfectamente las necesidades de este tipo de fotografía. Si se decide por algunos de gama alta puede pagar bastante más por dos características no fundamentales para este tipo de fotografía: estabilizador y sellado.

Los objetivos con estabilizador incorporan un conjunto de sensores que detectan pequeñas vibraciones y activan un motor conectado a un conjunto de lentes que se mueven en sentido inverso al de la vibración para corregir la proyección de la imagen y evitar que la fotografía resulte con trepidación. Usándolo podrá fotografiar con la cámara en la mano al menos 2 pasos de obturador por debajo de lo habitual para la distancia focal que use (por ejemplo: podrá usar una velocidad de 1/30 s con un objetivo 100 mm a pulso cuando lo habitual hubiera sido poner una velocidad de 1/125 s.). Ahora bien, los objetivos dotados con estabilizador incrementan su peso ligeramente y su precio de manera notable. Además, no siempre son la solución, pues hay que contar no solo con la trepidación de la cámara sino también con el movimiento de los niños en la escena. Esos movimientos no hay estabilizador que los detenga si usa velocidades bajas por debajo de 1/125 s.

Respecto al sellado, los fabricantes incorporan varios métodos para lograr el aislamiento contra agentes externos en objetivos de altas prestaciones, mediante sistemas de gomas y otras barreras en botones y juntas que logran impedir el paso de partículas de polvo y de lluvia. Como no será habitual que continúe una sesión en exteriores con niños si empieza a llover, puede prescindir de dichas características. Sin embargo, considere la protección adicional que supone el sellado si suele realizar sesiones en playas u otros lugares con arena fina y humedad.

 

Macro y otros objetivos especiales

Los fotógrafos de este libro incluyen en su equipo algún objetivo del tipo macro, que les permita realizar fotografías de detalles pequeños, sobre todo con bebés. Entre los más habituales en fotografía de niños se encuentran el 60 mm f/2,8 macro y el 100 mm f/2,8 macro. Los objetivos macro permiten fotografiar a muy poca distancia del sujeto y conseguir, incluso, tomas donde el objeto se reproduzca a escala 1:1 sobre el sensor de la cámara. Alba Soler destaca su importancia pues “en estas sesiones el reto es conseguir la mayor cantidad de imágenes sin despertar al bebé. Has estado durmiéndolo, te has pasado un buen rato colocándolo para que todo esté perfecto y haces la foto en dos segundos… ¿Tantísimo tiempo para una sola foto?… Una vez lograda esa foto, que será un plano general del bebé en el que se aprecie toda la escena, debes considerar qué posibilidades tenemos evitando mover al bebé inmediatamente. Lo primero que hago es obtener varios retratos muy cerquita sin cambiar de lente desde diferentes perspectivas. Y después, tomo mi antigua cámara Canon 5D Mark II en la que ya está montado el objetivo macro e incluso están ya preparados los ajustes de la cámara y tomo detallitos de las pestañas, las orejas, los deditos de las manos y los pies, así como cualquier cosa que esté bien iluminada y pueda quedar atractiva”.


Al fotografiar a pequeñas distancias, como permiten los objetivos macros, podrá enfatizar sutiles detalles de los bebés, que al ampliarlos después a gran tamaño adquieren una inusitada belleza: las delicadas curvas de sus labios, sus dedos diminutos, las pestañas incipientes… Al acercarse mucho obtendrá una pequeña profundidad de campo, que le vendrá bien para concentrar la atención sobre esos detalles pero hace más difícil enfocar correctamente. Por ello, le recomiendo que use diafragmas no excesivamente abiertos y compruebe bien que la zona enfocada es la que desea destacar. Si desea usar diafragmas bastante abiertos, como en esta imagen de Alba Soler, asegúrese de situar su cámara paralela al plano del bebé que desea mantener a foco, para que todos los detalles de dicho plano se encuentren a la misma distancia de enfoque. Otro aspecto clave en la fotografía macro de bebés es el tratamiento del color de su piel en la postproducción digital, como le explicaré en los capítulos 8 y 9.

Canon 5D Mark II, Canon 100 mm f/2,8, ISO 200, f/2,8, 1/125 s.

CONSEJO
CONVERTIR UN OBJETIVO NORMAL EN MACRO

Si su presupuesto no le alcanza para un objetivo macro específico para fotografiar a corta distancia, puede optar por usar lentes de aproximación o anillos de extensión acoplados a su objetivo normal. Las lentes de aproximación se enroscan en la parte exterior del objetivo y consiguen que éste enfoque a menores distancias. Sus precios oscilan entre 10 y 50 euros, muy por debajo de los más de 500 euros para un buen objetivo macro. Los anillos de extensión permiten aumentar la distancia entre el objetivo y el sensor de la cámara, consiguiendo que su objetivo enfoque a distancias mucho menores. Habitualmente se venden en conjuntos de tres anillos de 10, 20 y 30 mm, por precios entre 50 y 180 euros. Como puede apreciar, los anillos son algo más caros que las lentes de aproximación pero tienen la ventaja de que le valdrán para todos sus objetivos; mientras que si se decide por las lentes de aproximación tendrá que comprar varias diferentes con las roscas específicas del diámetro de los objetivos con los que vaya a usarlas.

Los anillos de extensión y lentes de aproximación son un poco más incómodos y lentos de usar, porque primero tendrá que elegir el adecuado para el rango de aproximación que desee o probar con varios diferentes hasta encontrar el rango de ampliación deseado. Obviamente, también la calidad de imagen conseguida con las lentes de aproximación es inferior a la de un buen objetivo macro. No obstante suele ser más que suficiente considerando que lo que prima en este tipo de fotografías no es la resolución y nitidez, sino la capacidad del fotógrafo de elegir detalles atractivos y sugerentes que emocionen a los padres al volver a verlos en el futuro.


Con su objetivo 105 mm macro Manuel González se acerca a detalles diminutos de los recién nacidos que, a ser posible, puedan ser muy característicos. Después, en el procesado, convierte sus fotografías a blanco y negro para acentuar las líneas y detalles, así como evitar que sean muy visibles los cambios de color en la piel por las marcas y roces de los primeros días.

Izquierda: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/3,5, 1/160 s.

Derecha: Canon 5D Mark III, Sigma 105 mm Macro, ISO 400, f/2,8, 1/250 s.

Hay fabricantes que producen algunos tipos de objetivos especiales que son usados ocasionalmente en fotografía de niños. Entre los más habituales se encuentran los objetivos de la marca Lensbaby que permiten obtener desenfoques más acusados que con objetivos tradicionales, ofreciendo un aire más mágico a sus fotografías. Además, con ellos se logran desenfoques en planos paralelos a la cámara, al bascular el objetivo hacia los lados, un efecto imposible de realizar en cámaras convencionales digitales pero muy habitual entre los usuarios de las cámaras técnicas de gran formato. En cualquier caso, asegúrese siempre de haber realizado sus tomas fundamentales en una sesión con niños antes de lanzarse a experimentar con este tipo de objetivos.


Pepa Valero controla todo el proceso y factores que intervienen en la creación de sus fotografías, desde el diseño de la escena y estilismo, hasta el más pequeño detalle para lograr el resultado deseado. Para esta imagen buscaba una imagen en clave alta y ajustó la iluminación para que fuera suave y dominaran los tonos claros. Incentivando el juego de la niña con su reflejo, dedicó unos minutos a buscar esa expresión de sorpresa que había imaginado para la imagen. En el postprocesado digital presta mucha atención al color buscando esquemas específicos para cada campaña, e incluso para cada niño si es muy especial, como esta curiosa pelirrojilla.

Nikon D800, Nikkor 24-70 mm f/2,8, ISO 1600, f/2,8, 1/160 s.

Iluminación

LUZ NATURAL Y CONTINUA

Muchos fotógrafos especializados en niños optan por la luz natural o continua en sus estudios. La luz continua tiene la ventaja de poder disparar secuencias de varias fotografías con lo que es más fácil que no se escape algún gesto o mohín divertido. Pepa Valero trabaja habitualmente en su estudio con luz natural que entra por una ventana de unos 4 por 2,70 metros. “No obstante también tengo dos flashes D1 de Profoto y un B1, un B10 y un Multiblitz antiguo, pero que utilizo a veces como luz continua, aunque también disparo con él. También construí dos paneles de 1 x 2 metros con dos cajas en aluminio blanco forradas de papel plata con tubos fluorescentes y filtradas con un panel de PVC blanco, que me dan una luz muy interesante”. Las utilizo con niños más mayores y gente joven porque dan un aspecto muy de publicidad. Y por supuesto un reflector con una cara dorada y otra blanca de 1 x 2 metros, imprescindible. En localizaciones cerradas suelo apoyarme en el B1 y el B10, al ser portátiles son muy cómodos, aunque últimamente coqueteo con el B2, me gusta mucho. ¡Y por supuesto el reflector!, eso no falla. Cuando hago exteriores no utilizó nada, hace tiempo salía con flashes de mano, antorchas o el B1, pero últimamente no los uso. Me gusta trabajar ‘a pelo’, ni siquiera llevo reflector”.

En gran parte de sus sesiones Alba Soler trabaja en localizaciones en exteriores, donde busca usar la luz existente como base y complementarla con una unidad de flash portátil Profoto B1 o B2 si es necesario. Alba considera que “no siempre la solución es tan sencilla como usar exclusivamente la luz existente o encender el flash. Conviene evaluar la luz disponible en la escena y considerar si puede mejorarse con luz de flash u otro tipo. Usar la luz natural permite concentrarse más en el niño y la escena, sin tener demasiado aparataje técnico que puede abrumar o distraer al niño. Además, la luz natural tiene muchos matices en función del lugar. No hay que limitarse a la luz dorada de atardecer o a la luz suave bajo la sombra de unos árboles, hay también luces muy atractivas en otros lugares. A mí me gustan especialmente los grandes ventanales de edificios antiguos, como casinos, bibliotecas u hoteles. También, simplemente, la luz sin sombras que hay bajo los toldos de una terraza o kiosko, una luz que ilumina casi desde todas direcciones pero con una mínima direccionalidad para que el rostro no quede excesivamente plano”. Puede ver algunos ejemplos de fotografías que ilustran estas ideas de Alba Soler en el capítulo sobre Preadolescentes.


Esquema de iluminación usada por Manuel González en gran parte de sus fotografías de estudio. Se basa en un flash de estudio situado a 45º del eje sujeto y cámara, montado con un accesorio de ventana rectangular de gran tamaño para conseguir una luz difusa.

Manuel González nos explica que, a pesar de dominar la técnica y conocer numerosos esquemas de iluminación, utiliza una sola fuente de luz principal, porque según nos dice Sol solamente hay uno; por esa razón tan sencilla utiliza una única fuente de luz, por regla general siempre situada a la derecha. Además, es de la opinión de que un punto de luz = un problema, dos puntos de luz = dos problemas, tres puntos de luz = tres problemas. Esto sumado al atrezo que se desee utilizar supone tener en cuenta demasiados factores; por eso prefiere simplificar todo a una sola fuente, como el Sol, y mínimo atrezo, consiguiendo prestar atención a lo que realmente le interesa que es el propio niño y conseguir de ese modo las instantáneas tiernas a las que nos tiene acostumbrado. Habitualmente el esquema de luz que más utiliza es el indicado junto a estas líneas.

FLASHES DE ESTUDIO: TIPOS

Una gran parte de las fotografías que realizará un especialista en niños se harán en estudio. Para estas sesiones no hay mejor alternativa que un equipo de flashes de estudio, pues ofrecen potencia suficiente para fotografías individuales o de grupos; así como tiempos de recarga rápidos, lo que es fundamental al trabajar con niños para poder tener la cámara y el flash listo para cualquier gesto divertido o interesante.

Aunque puede optar por equipos de flash basados en un generador que alimenta varios cabezales, no considero que sea lo más barato y cómodo cuando se trabaja con niños. Primero, los generadores suelen ser equipos más potentes y costosos, sin embargo no va a requerir de tanta potencia como entregan y por tanto ¿por qué pagar más? Además, ofrecen menos comodidad para poder trabajar con niños, porque obligan a tener cables de conexión largos desde cada cabezal al generador, con la posibilidad de que un niño se enrede en alguno de ellos y ¡arrastre una cabeza de flash al suelo! Resulta mucho más rápido y seguro trabajar con los cabezales autónomos, al solo requerir unos pocos enchufes distribuidos por las paredes del estudio y cables más cortos desde cada cabezal a dichos enchufes.

 

La opción más interesante son los flashes de estudio basados en cabezas autónomas que incluyen su propio generador de alta tensión para las lámparas de disparo del flash. Estos flashes suelen indicar su potencia en watios por segundo o W/s. Dado que en la mayoría de sus fotografías no tendrá que iluminar más que una zona de unos 3 metros de ancho por 2 metros de altura, o incluso menos si la fotografía es solo de un niño de corta edad, los cabezales con potencia entre 300 y 500 W/s son los más apropiados. Le permitirán usarlos a una distancia de unos 2 metros del sujeto, con accesorios difusores como una ventana o paraguas, y poder disparar a diafragmas entre f/2,8 y f/8 usando únicamente fracciones de la potencia de carga. De esa forma se consigue un tiempo de recarga más rápido y que el flash pueda disparar inmediatamente; de hecho unidades modernas como el flash Profoto B2 permiten llegar hasta 20 disparos por segundo.


Aquí puede observar a Alba Soler trabajando con los flashes Profoto B1, que mediante sus baterías le permiten trabajar en exteriores casi con la misma comodidad que lo haría en su estudio. Para realizar la fotografía a la derecha situó sobre una jirafa un accesorio Beauty Dish portátil, también de Profoto, a la izquierda de la niña y un poco elevado para que la luz iluminara el lado de ella que miraba a la cámara, al objeto de conseguir expandir visualmente su cara que era muy delgada, usando un esquema de iluminación ancho tal como se explica en el capítulo 4.

Canon 5D Mark III, Canon 85 mm f/1,2, ISO 400, f/2,8, 1/200 s.

Después de probar varias marcas y soluciones de iluminación, tanto basadas en flash como en luz continua, nuestros tres fotógrafos usan actualmente cabezas de flash con generador de la marca Profoto. Manuel González trabaja con las cabezas de flash para estudio Profoto D2 conectado a la red, porque le permiten fotografiar con diafragmas muy abiertos y el tiempo de carga es extremadamente rápido consiguiendo que no se escape ningún disparo. Pepa Valero usa las cabezas Profoto D1, B1 y B10; mientras que Alba Soler eligió las Profoto B1 y B2 porque pueden usarse tanto en estudio como en localizaciones mediante baterías.

FLASHES PORTÁTILES COMPACTOS: TIPOS Y SUS ACCESORIOS (PAQUETES DE BATERÍA EXTERNOS)

Muchos fotógrafos de niños se especializan en escenarios fuera del estudio. Ello suele implicar disponer de iluminación adicional por si fuera necesario complementar la disponible en dichas localizaciones. Actualmente los equipos de flash de pequeño tamaño concebidos para ser controlados por cámaras SLR constituyen la opción más cómoda para el fotógrafo de niños en exteriores. Ciertos equipos profesionales de flash, como los indicados anteriormente de Profoto B2, admiten alimentación con baterías específicas y podríamos decir que se sitúan a medio camino entre los flashes específicos de estudio y los portátiles, aunque por su elevado precio van a ser de uso casi exclusivo para profesionales. Evidentemente el menor precio de las unidades portátiles compactas –también denominadas Speedlight– combinado con su potencia razonable y facilidad de uso hacen de ellas la mejor opción para los padres o madres aficionadas.

La potencia de un flash portátil viene indicada por el Número Guía que ofrece el fabricante en sus características. Con el Número Guía y la distancia entre flash y sujeto puede calcular fácilmente el diafragma que debe ajustar en la cámara, dividiendo el Número Guía por esa distancia. El Número Guía se indica para una sensibilidad dada, normalmente 100 ISO. Si incrementa la sensibilidad tendrá que buscarlo para esa sensibilidad o calcularlo, simplemente, multiplicando por la raíz cuadrada de 2 (aproximadamente 1,4).

Adquiera flashes que tengan un Número Guía elevado, pues muchas fotografías de grupo requieren situar los flashes a bastante distancia del sujeto para iluminar a éste y la escena en conjunto. Si tiene uno de 40 y sitúa el flash a una distancia de 6 metros, la fórmula anterior le indica un diafragma de 6,6, suficiente para obtener una buena profundidad de campo a esa distancia con un objetivo angular moderado. Pero si el flash tuviera un Número Guía inferior tendría que situar un diafragma demasiado abierto y correr el riesgo de una profundidad de campo pequeña o recurrir a incrementar la sensibilidad en su cámara lo que le provocará más ruido y peor calidad de color. Elija flashes con N.G. de 40 como mínimo.

Modos de flash

La mayoría de los flashes modernos incorporan tres modos de funcionamiento:

• Manual: El fotógrafo ajusta el flash para que entregue toda o parte de su potencia y también es responsable de situar el diafragma para que la exposición sea correcta.

• Automático: La célula fotoeléctrica de la propia unidad de flash mide la luz del flash que rebota en el sujeto y corta el destello cuando considera que la exposición es correcta.

• TTL (siglas de Through The Lens): La cámara capta la luz emitida por el flash y corta el destello cuando considera que la exposición es correcta. Este modo requiere de un flash que sea capaz de comunicarse con la cámara para intercambiar parámetros y órdenes de activación/desactivación.

Modo Manual

En fotografía social los dos modos más usados son el Manual y el TTL, así que veamos cómo sacar el máximo partido de ellos. En el modo Manual deberá conocer el Número Guía para la sensibilidad que esté usando en ese momento y la distancia del flash al sujeto, después aplique la fórmula:

Diafragma o nº f = Número Guía / distancia

por ejemplo, para un flash de Número Guía 60, si la distancia flash al sujeto es de 6 metros:

f/ = 60/6 = 10

Consulte el Número Guía que indique el fabricante de su flash si necesita usar otra sensibilidad ISO. Si no cuenta con dicha tabla puede calcularlo aproximadamente, considerando que cada vez que duplica la sensibilidad ISO el Número Guía se multiplica por la raíz cuadrada de 2 (aproximadamente 1,4). También puede calcularlo fácilmente sabiendo que cada vez que incrementa su sensibilidad dos pasos (por ejemplo de 100 a 200 y de 200 a 400), el Número Guía se duplica. O sea que si tiene uno de 60 para 100 ISO, si incrementa su ISO a 400 el Número Guía aproximado será de 120.

Considere que si su flash cuenta con una antorcha motorizada con zoom, el flash abrirá más o menos el cono de luz para adaptarse al ángulo de cobertura de su objetivo. Eso significa que el flujo luminoso para una posición de flash adaptada a un objetivo de 24 mm será menos concentrado que para una posición de 100 mm, porque se dispersará sobre una zona más grande. Suele ser habitual que el fabricante del flash le indique su potencia máxima para la mayor distancia focal, tenga en cuenta que el Número Guía si usa una distancia focal menor puede ser bastante más reducido, por ejemplo un Metz 58AF tiene uno de 58 para la posición de antorcha adecuada a un objetivo de 105mm pero el Número Guía baja a 29 cuando se ajusta para un objetivo de 24mm.


Un flash colocado a 1 metro de una pared blanca proyecta una luz con mayor o menor cobertura en función de la posición zoom. La primera imagen (1) está realizada con la pestaña difusora del flash (14 mm); en la segunda (2), el zoom se encuentra en una posición de 24mm; en la tercera (3), de 50mm; en la cuarta (4), de 200mm. En todos los casos, el encuadre corresponde a una porción de pared de unos 4 metros de ancho por algo más de 1,5 metros de alto

El Número Guía dependerá también de los accesorios que coloque entre el flash y el sujeto. Si decide usar la pestaña difusora que tienen muchos flashes para ampliar el ángulo de cobertura del flash su Número Guía bajará aún más.

Los Número Guía suministrados por los fabricantes suelen ser indicativos y más bien ¡generosos! (la mayoría suelen ser superiores a lo que las pruebas demuestran). Para usar su flash en modo Manual de forma profesional debería realizar unas fotografías de prueba que le permitan conocer los Número Guía más exactos para las configuraciones más habituales en sus reportajes. Para cada distancia focal habitual que use pruebe a situar su flash a varias distancias y en cada una pruebe varios diafragmas hasta encontrar el adecuado para esa distancia. Al final de su prueba debería tener una tabla similar a la siguiente.


FLASH “X” PARA OBJETIVO DE DISTANCIA FOCAL 35 MM A ISO 200
Distancia Diafragma para exposición correcta
2 metros f/16
3 metros f/11
4 metros f/8
6 metros f/5,6
8 metros f/4

Si suele usar el flash para complementar la iluminación en exteriores de grupos, considere que puede haber una distribución no homogénea de la luz. Si se sitúa con un objetivo angular de 35 mm y un flash para fotografiar a una pareja de hermanos, podrá iluminar correctamente a ambos, porque la luz del flash llegará de forma muy similar a los dos. Pero si decide realizar allí alguna fotografía de toda la familia con el mismo objetivo, las circunstancias serán muy diferentes. Piense que los miembros del grupo situados más alejados recibirán mucha menos luz del flash que los situados en primer plano. En este caso la mejor solución es alejar el flash del grupo. Al alejarlo disminuyen las diferencias de distancias respecto al flash entre los miembros del grupo más alejados y los sujetos más cercanos, por lo que la exposición de todos ellos resultará más uniforme. Necesitará también alejarse del grupo para que su sombra no se proyecte sobre ellos, lo que le obligará a cambiar a un objetivo de mayor distancia focal si desea un encuadre similar.