Fotografía de boda

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EQUIPO

No es fortuito que haya crecido espectacularmente el número de seguidores de este estilo con el avance de la fotografía digital en el campo profesional. Gracias a su menor peso y tamaño, las cámaras digitales réflex y las modernas híbridas son especialmente apropiadas para los fotógrafos que desean moverse más libremente a la hora de construir el relato de una boda. Su método de trabajo requiere adaptarse a las condiciones de iluminación de la escena, por lo que buscan cámaras que les garanticen poder usar índices ISO elevados (1600 o superiores) con buena calidad de imagen. Suelen preferir objetivos luminosos con aperturas máximas entre f/1,4 y f/2,0, para poder realizar tomas a pulso incluso en condiciones de iluminación muy escasas.

El estilo fotoperiodístico intenta captar la iluminación propia de la escena, sacando el máximo partido a la iluminación natural o artificial ya presente. Su meta es reflejar la atmósfera de luz preexistente y, en caso de necesitar mejorarla, buscan que en el conjunto siga predominando la luz principal de la escena original. Si fotografían al novio ajustándose la corbata en un espejo cerca de una ventana y el resto de la habitación se encuentra demasiado oscuro, puede que enciendan alguna lámpara situada en la habitación para añadir un toque de luz en esa zona o quizás rellenen un poco esas sombras reflejando algo de luz mediante un panel reflector. En su equipo habitual suelen incluir algún panel reflector plegable y también un pequeño flash portátil, que les proporcione una fuente de luz suplementaria en caso de una escena que requiera destacar alguna zona o completar una iluminación excesivamente reducida.

MÉTODO DE TRABAJO

Los primeros reporteros gráficos que lograron captar fotografías de los políticos y famosos en actitudes no posadas, como el celebrado Erich Salomon en la década de 1930, las denominaban fotografías cándidas queriendo remarcar con ese término su carácter de fotografía tomada sin que lo advirtieran sus protagonistas. El estilo fotoperiodístico aplicado a la fotografía de boda supone continuar ese método de trabajo común a todo buen reportero fotográfico, que se caracteriza por tres cualidades: discreción, intuición y rapidez.

La discreción supone no intervenir dirigiendo las escenas y lograr pasar desapercibido por las personas que fotografía; ello implica una cierta mimetización con el entorno para lograr que los sujetos realicen sus movimientos sin estar pendientes del fotógrafo. Y para conseguirlo es mejor no empezar a fotografiar inmediatamente, por ejemplo cuando entre en la habitación donde se vista la novia. Inicialmente puede hablar con ella y su familia, empezar midiendo la luz y realizando alguna fotografía a detalles para que se vayan acostumbrando a su presencia, para sólo, tras un cierto tiempo, comenzar a fotografiar todo lo que le interese de lo que va ocurriendo.

Por supuesto, este método de trabajo requiere de buenas dosis de paciencia por parte del fotógrafo, combinadas con mucha intuición sobre lo que va a ocurrir. Considerando que no pedirá una sonrisa a la novia, tendrá que prever cuando puede suceder un gesto simpático de atrapar con su cámara, por ejemplo, si se gira hacia el padre que acaba de entrar en la habitación. Un buen fotoperiodista debe tener su mente y su visión concentrada en lo que está ocurriendo; pero no sólo alerta a lo que está frente a su cámara sino también detrás o a los lados de la escena principal, pues muchas veces es allí donde se desarrollará el instante más mágico. Esta intuición es el resultado de un conocimiento preciso de la secuencia de eventos de una ceremonia, ya sea una boda civil o religiosa, combinado con una larga experiencia fotografiando en situaciones muy diferentes.

Y, por último, debe ser capaz de disparar su cámara rápidamente para no perder ese instante mágico. De nada le servirá su intuición si en ese momento se detiene a ajustar la exposición en su cámara o su sistema de enfoque no es lo suficientemente rápido. Acostúmbrese a cambiar de posición y encuadre, a la vez que sigue disparando continuamente sin separar el ojo de su visor y, por supuesto, sin consultar la pantalla de su cámara. Previamente asegúrese de que los parámetros de su cámara estén correctamente ajustados y después concéntrese por completo en lo que va sucediendo.


En esta fotografía Víctor Martí y Antonio Trigo, de El Marco Rojo, iban buscando el encuadre adecuado cuando se dieron cuenta de ese niño curioso que no perdía detalle y, rápidamente, decidieron incluirlo en el encuadre. Como puede apreciar, muchas veces la mejor fotografía se encuentra si observa siempre con una mirada amplia lo que ocurre alrededor, en vez de focalizarse únicamente en el sujeto principal de su imagen.

Nikon D750, Nikkor 35 mm f/1,4, ISO 250, f/4,5, 1/2000 segundos.

Uso de modos automáticos y semiautomáticos para estilo fotoperiodístico

Hay fotógrafos muy reconocidos en este estilo, como Joe Buissink, que prefieren usar su cámara en modos automáticos o semiautomáticos, al objeto de estar siempre preparados para una situación emocionante que, de repente, suceda fuera de la escena principal. Su truco es el siguiente: mientras fotografía la escena principal, usa la memoria de medición de la cámara que le permite bloquear la exposición en un modo automático o semiautomático, siempre que mantenga el botón de bloqueo pulsado una vez que ha medido en el lugar correcto. Después si algo ocurre fuera de la escena principal —por ejemplo, una amiga que entra con el ramo en la habitación— puede girar la cámara rápidamente hacia ella y al soltar el dedo del botón de bloqueo, su cámara ajustará la exposición a la nueva situación permitiéndole disparar muy rápidamente.

Le aconsejo que consulte el magnífico vídeo de Buissink (https://youtu.be/00K7pBWOInk) donde explica esta técnica y muchas otras que le permiten conseguir la clave de sus reportajes de boda: registrar instantes únicos cargados de emociones.

El fotógrafo de estilo fotoperiodístico busca narrar una historia completa de la boda, por lo que empezará con el proceso de vestirse de los novios, continuará en la ceremonia y seguirá disparando en la fiesta y el baile. Al cobrar una cantidad fija por todo el reportaje puede dedicar su atención a pequeños detalles y gestos entre los participantes que aportan fotografías importantes para la narración, pero que en una boda tradicional no estarían entre las fotografías escogidas para incluir en el álbum o para pedir copias por los familiares.

Todo puede ser importante para la narración. Documente exhaustivamente los detalles, como los zapatos, la tiara o los anillos, que contribuyen con sus primeros planos a dar variedad al relato. Siga a los participantes continuamente, capte la interacción entre ellos, incluso si son pequeños gestos o movimientos. Un niño acercándole el ramo a una novia, una mano posándose sobre otra o el beso de una amiga a la novia en la siguiente fotografía transmiten sentimientos al espectador, haciéndole que se sumerja más en la historia que desee narrarle. El fotógrafo de este estilo no sugiere ni dirige las poses, sino que recurre a provocar sentimientos en la pareja —por ejemplo, sugiriéndoles que comenten el momento en que se conocieron o qué sintieron cuando hablaron por primera vez de casarse— para que ellos se olviden de la cámara, se miren o se rían… ¡y entonces disparar su cámara! mientras están distraídos y ensimismados en su diálogo.


En el día de la boda se suceden muchos momentos fugaces de una gran intensidad emocional, por lo que el fotógrafo de estilo fotoperiodístico debe estar muy concentrado en todo lo que ocurre para poder atraparlos. Esta imagen, tomada mientras se maquillaba a la novia, logra captar muchas de las emociones de sus personajes, entre ellas alegría, ternura, amistad, ilusión y esperanza. A los fotógrafos de El Marco Rojo les gusta mucho asistir al proceso de vestirse de los novios, pues el entorno más íntimo de una habitación propicia que la familia y amigos expresen más fácilmente sus emociones.

Nikon D-750, 35 mm, ISO 800, f/3,5, 1/80 segundos.


Un retrato de grupo no tiene porqué ser aburrido. Para evitarlo no hay nada mejor que buscar una acción sencilla y pedir a los participantes que la realicen simultáneamente, ya sea dar un paso al frente o saltar desde una silla. Mida la exposición y ajuste su cámara para disparar en modo ráfaga a la máxima velocidad que le permita su cámara. Después elija la mejor toma en la edición y cree una historia divertida en vez de un retrato de grupo convencional. El Marco Rojo.

Nikon D4, 85 mm f/1,4, ISO 320, f/5,6, 1/250 segundos.

No se preocupe por el número de fotografías que tome, sino por buscar la esencia de este estilo: transmitir emociones. Al realizar una boda con este estilo es normal que vuelva a su estudio con tres o cuatro mil fotografías. No se agobie por esas cantidades, ya le indicaré en capítulos posteriores cómo seleccionarlas rápidamente y construir una historia.

 

Aunque algunos fotógrafos de este estilo se niegan a realizar imágenes de grupos, suelen hacer algunas concesiones, sobre todo por la insistencia de los propios participantes en tener las fotografías que tradicionalmente han visto en todos los álbumes de bodas. Aquí el fotoperiodista puede aportar su toque personal de frescura y humor para distanciarse de la fotografía de grupo habitual. En vez de pedirles que se coloquen ordenadamente mirando a la cámara y sonriendo, indíqueles que realicen alguna acción: desde situarse en círculo alrededor de la novia a que den un paso de baile. Víctor Martí insiste en “la importancia de realizar estos grupos durante el cóctel porque dejarlo para más adelante supone un riesgo importante, ya que no es tan fácil reunir a las personas y, en general, están ya más en otra dinámica. Sugiérales a los novios que limiten el número de grupos para que no se convierta en una sesión interminable y puedan disfrutar del cóctel y de la celebración de la boda”.

Suele ocurrir que algunos de los invitados desean también tomar fotografías de los grupos. Además de que no podrá hacer mucho por impedírselo, considere que usted facturará por el reportaje y no por las copias vendidas, por lo que realmente no le supondrá ningún perjuicio a su facturación. Quizás hasta beneficiarse de dicha situación porque animen a la acción a los que están en el grupo y contribuyan a un ambiente más distendido. Ahora bien, insístales en que siempre se mantengan a una cierta distancia para no interferir en su trabajo y disparen simultáneamente sus tomas para que todo el proceso no se retrase.

Estilo retrato creativo: crear sobre el evento

El estilo de retrato creativo está inspirado por las sesiones fotográficas para revistas de moda y por mucha de la fotografía creativa contemporánea. La cobertura de la boda suele incluir algunas fotografías de la ceremonia en un estilo más fotoperiodístico o tradicional; sin embargo, en otros momentos no está limitada al seguimiento de los personajes que implica el estilo fotoperiodístico, sino que el fotógrafo interviene para dirigir la atmósfera general que desea ofrecer en cada escena.


Los reportajes de Xpression International pertenecen al estilo de retrato creativo, pues la mayoría de sus fotografías, como ésta, tomada en el interior de la Alhambra de Granada, no se diferencian de las mejores imágenes en la historia de la fotografía de moda. En esta imagen se condensan las claves de su estilo: una cuidada composición y atención al color, acentuando el contraste con los colores pasteles de la fotografía mediante los velos rojos, una iluminación que destaca las formas y texturas de los tejidos y una exposición perfecta para captar todos los detalles de un entorno espectacular.

15 mm f/2,8, ISO 800, f/3.2, 1/80 segundos.

El fotógrafo selecciona escenarios interesantes o sorprendentes, donde busca o añade iluminaciones que provoquen una atmósfera, ya sea de ensoñación o dramática. Sugiere acciones, movimientos y poses a la pareja, tal como si estuviera dirigiendo una película. Busca puntos de vista y encuadres inusuales, que le permitan destacar las formas de los edificios de alrededor o concentren la mirada sobre la pareja. También este estilo suele incorporar mucha postproducción digital, desde añadir una atmósfera determinada de luz a la escena a retocar bastante la piel y los cuerpos de los participantes.

En la mayoría de las imágenes de este estilo puede decirse que se combinan la creatividad del fotógrafo y la personalidad de la pareja que se casa para concebir imágenes de gran belleza. Muchos personajes famosos contratan a estos fotógrafos porque desean que expresen sus bodas con su estilo característico, incluso sabiendo que los elevados gastos de producción de este tipo de fotografías les costarán varios miles de euros. De hecho, su demanda es cada vez mayor, entre otras cosas porque la difusión de cobertura de bodas de personajes populares en las revistas está provocando que muchas otras parejas, incluso de menor capacidad económica, deseen lo mismo para sus propias bodas.

Dentro de este estilo general pueden identificarse numerosos subestilos. Entre los más habituales y demandados se encuentran los siguientes:

•Estilo de vida (Lifestyle): El fotógrafo desea añadir un tono más desenfadado a la documentación de las aficiones y actividades de la pareja. La parte del reportaje más centrada en los protagonistas suele realizarse en una sesión preboda o postboda en algún entorno apropiado. Por ejemplo, si a la pareja les gustan los caballos y la vida rural, se podría efectuar en un club hípico; mientras que si prefieren el surf, ¿por qué no situarlos en una playa con otros deportistas?

•Dramático: En este estilo el fotógrafo busca crear atmósferas de luz únicas, mediante la aplicación abundante de flashes portátiles, accesorios de iluminación y gelatinas de colores. Muchos de estos trabajos se ejecutan de noche para poder usar solamente luz artificial y crear efectos aún más impactantes.

•Ensoñación: La intención es trasladar al espectador a mundos imaginarios seleccionando escenarios que puedan alejarle de la realidad más inmediata, incluso usando técnicas de montaje fotográfico, y también por medio de recursos técnicos como dejar fuera de foco grandes áreas de la imagen, usar tonos pasteles o, al contrario, muy saturados, zonas muy sobreexpuestas, etc.

Vintage: Cuando los escenarios y elementos de atrezo de las fotografías en el reportaje buscan reflejar una atmósfera de tiempos pasados. Preste mucha atención a los detalles y el estilismo para no caer en reproducir fotografías demasiado antiguas. Si busca recrear décadas anteriores (de 1960 a 1980), sitúe a la pareja en un bar de aquellos años o en un Volkswagen escarabajo de entonces, no en un coche antiguo de época. Habitualmente los fotógrafos de este estilo se apoyan mucho en cámaras antiguas de película o en un procesado digital que recrea los efectos de desvanecimiento y pérdida de algunos colores en los positivos fotográficos antiguos y las películas instantáneas tipo Polaroid.

EQUIPO

El equipo del fotógrafo de retrato creativo incluirá dos o más cámaras digitales con objetivos muy similares a las usadas en el estilo fotoperiodístico, es decir ópticas luminosas, habitualmente de distancia focal fija y con aperturas máximas entre f/1,4 y f/2,8. También suelen añadir alguna óptica especial (lentes de foco variable o lentes de efectos tipo LensBaby) y filtros para varios efectos (filtros difusores, degradados, polarizadores, etc.).

Aunque muchos de estos fotógrafos usan bastante la luz natural, les gusta tener el control del color y del balance de luces y sombras en todo momento. Por ello no dudan en llevar varios flashes portátiles o incluso flashes de estudio con sus generadores, además de sus trípodes y accesorios, para lograr controlar al máximo la iluminación en todo tipo de circunstancias y permitirles crear atmósferas de luz únicas para cada imagen.

MÉTODO DE TRABAJO

Durante la mayor parte del día de la boda, el fotógrafo de retrato creativo trabajará de forma muy parecida al fotoperiodista. En la preparación del novio y la novia buscará lograr una narración coherente y variada. Efectuará tomas de los detalles que le interesen, modificando su posición o iluminación si es necesario; así como algunas fotografías que recojan las acciones que van transcurriendo. También buscará un par de lugares especiales donde su ayudante irá preparando la iluminación, para después situar a los novios por separado y captar los retratos con poses sugeridas por el propio fotógrafo.

Mientras se celebra la ceremonia no hay lugar para excentricidades creativas, ya que la mayoría de las parejas desean que estas fotografías sean percibidas como naturales, por lo que es mejor volver a un estilo fotoperiodístico que colisione lo mínimo posible con los rituales del enlace. Después de la ceremonia y antes de la celebración, el fotógrafo y la pareja se ausentarán a los sitios escogidos para la sesión de fotografías más elaboradas y creativas. Si las localizaciones se encuentran demasiado lejos, la logística para llegar y realizar con un mínimo de tiempo las fotografías puede ser compleja. En ese caso, o también si se desea tener una boda menos interrumpida por la sesión de retrato creativo, debería hablar con los novios durante la fase de planificación y contratar una sesión de preboda o postboda para esas fotografías especiales.

Debido a la mayor complejidad técnica de las iluminaciones usadas en este estilo, suele ser habitual requerir de otro fotógrafo o de un ayudante, que vaya preparando la iluminación de la siguiente escena mientras el fotógrafo se encuentra realizando las tomas de la anterior. Este es un asunto importante que debe hablarse previamente con la pareja y realizar el presupuesto de forma acorde.

Desarrolle su propio estilo

Si usted desea establecerse como fotógrafo de bodas, es muy probable que ahora se encuentre pensando qué estilo de los anteriores se adapta más a su personalidad, conocimientos y experiencia. Tanto si es autodidacta como si ha estudiado fotografía en una escuela, posiblemente la mejor forma de iniciarse en este campo profesional es trabajar como ayudante de un fotógrafo de bodas ya establecido. En este caso, el estilo de dicho fotógrafo marcará seguramente una primera senda para comenzar su propia investigación, pues le dará las bases técnicas y prácticas necesarias para posteriormente evolucionar hacia su propio estilo más personal.

Si no ha trabajado con ningún fotógrafo de este campo, pero sí cuenta con alguna experiencia en otros tipos de fotografía, pregúntese si puede adaptar lo aprendido en su trayectoria profesional al campo de la fotografía de boda. Víctor Martí y Antonio Trigo (El Marco Rojo) decidieron plantear la cobertura de sus bodas de una forma similar a cómo realizaban sus reportajes con la cámara de vídeo en mano para la televisión. También profundice en otros fotógrafos clave para usted, aunque sean de otras especialidades. Víctor Martí considera que “han sido claves para su evolución los fotoperiodistas desde los más clásicos hasta los actuales: Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Robert Frank, William Klein, Mary Ellen Mark, Sebastiao Salgado, Steve McCurry o James Nachtwey, así como los españoles Ramón Masats o Cristina García Rodero. También en nuestros comienzos —continúa Víctor Martí— nos fijábamos mucho en los mejores estudios norteamericanos de fotografía de boda que eran un referente para nosotros. Hemos aprendido mucho de los estudios canadienses Davina+Daniel y Two Mann, así como del mejicano Fer Juaristi, por su forma de considerar las bodas y cómo editan sus trabajos”.


Desde sus comienzos, la fotografía de arquitectura ha sido una de las preferencias de los fotógrafos de Xpression International y les han encargado muchos trabajos en ese campo; por ello, fue una consecuencia lógica aplicar todos sus conocimientos y experiencia en esa especialidad a sus reportajes de boda. En esta fotografía han capturado la emoción de la entrada de la novia con el padre pero también han recogido la impresionante bóveda de la basílica de San Juan de Dios en Granada.

15 mm f/2,8, ISO 3200, f/3,2, 1/80 segundos.

Revise sus mejores fotografías realizadas hasta la fecha, busque identificar en ellas algunas pistas que le puedan guiar en el desarrollo de su propio estilo. Si posee gran cantidad de imágenes donde se acerca mucho a sus personajes, recogiendo sus gestos y expresiones, probablemente se sentirá cómodo aplicando el estilo fotoperiodístico a sus reportajes de boda. En caso de tener un buen conjunto de trabajos con modelos y empresas de moda, busque aplicar esa experiencia a sus reportajes de boda con una forma más cercana al retrato creativo. Si en cambio se encuentra con imágenes de arquitectura y paisajes muy elaborados, posiblemente un estilo más tradicional y pausado, donde todo está más controlado, se adapte mejor a usted. Una vez escogido su punto de partida, a medida que realice más bodas, su estilo se irá definiendo cada vez con mayor claridad.

 

No les diga a sus clientes que puede ofrecerles cualquier tipo de reportaje de boda. En primer lugar porque no podrá cumplirlo, les creará frustración a ellos y a usted, haciendo que en poco tiempo su reputación pueda caer por los suelos. Cualquier estilo exige realizar un buen número de bodas para dominarlo, por lo que será mejor que concentre todo su esfuerzo en mejorar su técnica y lograr que, con la práctica, sus reportajes sean cada vez fluidos. Además, si logra dominar un estilo y añadirle su sello personal, habrá logrado posicionarse de forma diferente frente a los competidores, lo que redundará en una mayor facilidad para promocionarse y hacer que sean las propias parejas las que lo busquen.

Sobre todo piense que no hay un estilo mejor que otro a la hora de realizar el reportaje de una boda. Hay parejas para todo tipos de estilos fotográficos. Lo importante para ellos es que usted, como profesional, pueda garantizarles que el reportaje de ese día único será similar en calidad a los que pueda haberles mostrado en su porfolio.

Atención a las prioridades de las parejas

Aunque le contraten a usted por su estilo creativo y original, asegúrese de hablar con la pareja sobre todas las fotografías que ellos consideran importantes para que pueda garantizarles su cobertura. En algunas ocasiones los novios pueden dar por asumido que, además de sus fotografías con un estilo más personal y artístico, usted realizará la cobertura de toda la ceremonia y de los grupos. Especifique claramente todos esos puntos en el contrato y pídales a la pareja que lo revise con atención, anotando explícitamente las ceremonias y los grupos que desean incluir en el reportaje.

Además, solicíteles que mencionen a aquellos familiares y amigos especiales para los novios. Piense que si usted no concreta que la mejor amiga de la novia es aquella chica extranjera, tímida, que fue su compañera de curso en Inglaterra, resultará muy probable que no aparezca en ninguna imagen con la consecuente frustración de la novia.

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