Y los archivos guardaron sus voces

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Ambos documentos dan luz sobre situaciones sumamente complejas: por una parte, evidentemente Abraham Ortega apoya el trabajo de Ramón Briones Luco para ayudar a los ciudadanos que han perdido justamente eso: su ciudadanía. En segundo lugar, dado que todo ello es oficioso, el lenguaje es más cuidadoso aún. Además, se expresa otra preocupación del embajador: ¿Qué pasa con los ciudadanos polacos que en este momento en realidad vienen o vinieron de los territorios que ha ocupado la URSS? Dilema no menor en el contexto de una guerra.

El 29 de noviembre de 1940 el embajador Briones Luco ya tiene más clara la situación que debe enfrentar más allá de lo diplomático, la ayuda financiera.

“Señor Ministro: Desde que el subscrito, a pedido del exembajador de Polonia ante el Quirinal y con la autorización de ese Ministerio, se hizo cargo de los Intereses Polacos en Italia, esta embajada se ha preocupado diariamente y con el mayor interés de solucionar las numerosas dificultades que se han presentado a los ciudadanos de esa nacionalidad.

La prolongación del conflicto europeo agrava cada día más el problema, ya que, de los dos mil polacos, más o menos, que residen en el Reino, por lo menos una cuarta parte tiene urgente necesidad de ayuda pecuniaria, ya sea para subsistir aquí, ya para salir del territorio. Además, varios centenares de individuos se encuentran en campos de concentración, sometidos a un régimen de privaciones y dificultades. Todas esas personas se han dirigido a la embajada y hasta ahora, en materia de auxilio en dinero no ha podido hacer otra cosa que recomendar a los más necesitados al Vaticano, a la Nunciatura Apostólica en Roma, a la Cruz Roja Polaca, al American Friends Committee, etc., que algunas veces han proporcionado fondos directamente a los interesados.

El embajador de Polonia ante el Quirinal, cuando partió de esta capital, manifestó por medio de su consejero, que en poder del embajador de Polonia ante la Santa Sede quedaría una importante suma de dinero, que podría emplearse en la protección de los ciudadanos polacos más necesitados; pero en realidad, según se me ha informado, esos fondos han sido destinados a otras finalidades, entre las que figura la mantención de la propia Embajada ante la Santa Sede.

Los fondos de que disponían algunas de las instituciones a que antes aludo se van agotando y llegará el momento que ninguna pueda prestar ayuda a los ciudadanos polacos.

Ante las insistentes demandas de dinero que recibe esta Embajada, me ha parecido oportuno poner los hechos en conocimiento de US., para que si lo cree necesario se informe sobre ellos al Gobierno de Polonia, que tiene actualmente su sede en Londres, por medio de nuestra Embajada en Gran Bretaña o la Legación de Polonia en Santiago, en vista que esta embajada no tiene comunicación directa con el Gobierno polaco.

Para prestar un auxilio eficaz a los ciudadanos polacos que se encuentran en Italia, esta embajada debería contar por ahora, con una suma de ٣٠.٠00 liras mensuales aproximadamente, que se emplearía en proporcionar medicinas, alimentos, vestido y alojamiento a los que no puedan salir del Reino; pequeñas sumas de dinero a los que están en campos de concentración y pasajes a los que puedan obtener visados para dirigirse a otra nación. La inversión de esos fondos se haría de acuerdo con el embajador de Polonia ante la Santa Sede y el Presidente de la Cruz Roja Polaca en Italia. Dios guarde a US. Ramón Briones Luco” (firma manuscrita)32.

Una síntesis del año 1940 y que ratifica el informe anterior, lo constituye la memoria de la embajada correspondiente al año 1940 en lo que respecta a los Intereses Polacos, confidencial, escrita por Briones Luco en primera persona, señala que se hizo cargo de los Intereses Polacos el 12 de junio de 194033. Destaca lo delicado de la misión, puesto que el Gobierno de Italia no reconocía al Gobierno nominal polaco establecido después de la ocupación de Polonia por los alemanes. La fórmula era,

“...con la Embajada de Chile, en lo que se refería a la protección de asuntos polacos, los funcionarios de la Cancillería, a título humanitario, no tendrían inconvenientes en atender los casos que oficiosamente se le señalaran”. Briones Luco opera en base a esa ambigüedad, destacando los buenos resultados que obtuvo. Nombra “una secretaria para los asuntos polacos, la señora Natalia Plotnikoff, la que se dedicó durante todo el año con inteligencia, constancia y verdadera abnegación a atender lo relacionado con esas cuestiones…” Señala que “en el momento de abandonar el país el embajador de Polonia ante el Quirinal manifestó que estimaba en unos 350 individuos los ciudadanos polacos que quedaban en Italia… según su opinión esos ciudadanos no tendrían necesidad de ayuda pecuniaria, principalmente porque entre los que quedaban había muchos ciudadanos de raza judía que contaban con protección de sus respectivas sociedades”. Añade: “Sin embargo, desde el primer momento nos pudimos dar cuenta que el número de ciudadanos polacos residentes en el Reino era muy superior a los ٣٥٠ que nos fueron señalados y, al terminar el año ١٩٤٠, a pesar de los que han ido saliendo del país podemos calcular en unos ٢.٠٠٠ los que quedan aquí”.

Constata que se recibieron 250 visitas de polacos al mes y que los documentos otorgados y las comunicaciones alcanzaron a 939.

Respecto a los campos de concentración y prisiones donde han sido internados o recluidos ciudadanos polacos Briones enumera: Ferramonti (300); Vinchiaturo (20); Campagna cerca de Salerno (10 aprox); Treia (Spada); Montechiarugoli (Parma); Acquependente; Notaresco; Vterbo; Isola del Gran Sasso; Civitella del Tronto y Norcia. No tienen los números de internados, pero han recibido pedidos de ayuda. Describe como “penosa” la situación de las personas en esos campos.

“…Contrariamente a lo que nos fue informado por la exembajada de Polonia en Italia, las necesidades de los polacos que quedaron en el Reino son considerables y éstas han ido aumentando a medida que se prolonga el conflicto europeo... En realidad, existe gran miseria entre los polacos refugiados en el Reino…” Respecto a los recursos que ha podido obtener hasta la fecha, señala los de la Cruz Roja Polaca (mínimos), los de la Embajada de Polonia ante la Santa Sede solamente los financian a ellos mismos.Han buscado ayuda con el American Friends Committee y otras sociedades americanas, sin resultados. Hizo además gestiones ante el Departamento para lograr apoyo a través de la Legación polaca en Santiago con el Gobierno polaco en Londres, pero no han tenido aún respuesta.

En cuanto a la emigración polaca de Italia, explica que,

“…las autoridades italianas solo han permitido a los ciudadanos polacos que abandonen los campos de concentración si pueden salir del país y en muchos casos hemos podido evitar a tiempo su internación por medio de certificados en los que se deja constancia que están haciendo los trámites necesarios para obtener la visación de sus pasaportes para dirigirse a otra nación” … “las autoridades italianas nos manifestaron que se tenía la intención de ir llevando a campos de concentración a la gran mayoría de ciudadanos polacos, especialmente los de raza judía.Estimamos que la mejor manera de protegerlos era ayudarlos a que emigraran...“

De acuerdo con las cifras presentadas por Briones, se ayudó a salir a unas 100 personas, otorgando 1 pasaporte en Génova, 5 en Roma, revalidando 4 en Génova y prorrogando 136 en Milán y 111 en Roma. Es interesante destacar que en esta situación algunos pedidos vienen de las autoridades italianas. Pese a no poder otorgar documentos válidos, se aceptan legalizaciones certificadas por Leonard Kociemski. Finalmente, la embajada consigue que 10 estudiantes polacos internados puedan continuar sus estudios34.

LAS ACTUACIONES

En esta parte se ilustra con ejemplos el otorgamiento de visas, pasaportes y certificados. A veces aparecen contradicciones dado que a lo largo de ese período varían las políticas de migración de los países, cambian las alianzas políticas frente a la guerra, y muchas actuaciones no son exactamente lo que parecen –acciones burocráticas–, sino directamente operaciones de salvataje. La selección de los casos procura mostrar con la mayor amplitud posible el abanico de situaciones a las que se enfrentan los migrantes.

En cuanto al otorgamiento de visas, el trabajo normal de una embajada no lo es en este contexto. No atiende a personas que desean viajar. Atiende personas que necesitan irse. Que deben irse. Es el temor a la guerra, pero no solamente eso. En el caso de los polacos, es la pérdida de su país y de su ciudadanía, prohibición de circular, internamiento en Campos de Concentración. Para los polacos judíos es aún no imaginando la magnitud de la Shoah (¿quién hubiera podido imaginar eso?), las leyes raciales, el temor de las persecuciones y el recuerdo de otras masacres ya vividas.

Conseguir visa en aquel contexto era sumamente complejo, el dinero es muy importante, pero no asegura por sí solo la visa. En este período hay, en el mejor de los casos, ambigüedad de la reglamentación de los países, incluyendo los latinoamericanos, para recibir refugiados de cualquier nacionalidad, aunque sean arios, lo que se vuelve mucho más complejo explícitamente para los judíos, sean o no polacos. Muchas gestiones se amparan en la legalidad de una política migratoria cuando se trata de otorgar asilo a personas que vienen huyendo de la muerte. Las puertas se abren, se cierran, al vaivén de negociaciones diferentes, consideraciones ideológicas, racistas, intereses políticos, contactos personales y dinero.

 

La situación del embajador Ramón Briones Luco es compleja. Lo que se le pide es visa para diferentes países, no necesaria ni primordialmente a Chile35. Además de negociar las visas de entrada a algún país, debe conseguir permiso de salida de Italia, permisos de tránsito de la Comisión de Armisticio, como es el caso de pasar a través de Francia, permisos de tránsito en países desde donde se pueda embarcar, primordialmente España o Portugal. Por otra parte, Ramón Briones Luco debe realizar gestiones que, dado que Italia no reconoce a Polonia, son oficiosas y complejas.

Hay muchas investigaciones realizadas sobre el tráfico de visas y el enriquecimiento consiguiente. Sin entrar en el tema, sumamente documentado, acá solamente se deja constancia que muchos de los que en aquella época fueron señalados como estafadores y delincuentes por lo cual fueron despedidos, expulsados, degradados y abandonados, solamente hace poco, en la mayoría de los casos demasiado tarde, fueron reivindicados como los Justos ante las Naciones. Un caso chileno reciente es el de Samuel del Campo, embajador de Chile en Rumania y también encargado de los Intereses Polacos durante los años de la guerra, recientemente reivindicado gracias a un largo trabajo del estudioso israelí Efraím Zadoff36. Otro caso latinoamericano famoso es el de Luis Martinis de Souza Dantas (1876-1954), casado con judía, en una instancia que se llamó en algún momento “Visas brasileñas por amor”. En su época se consideró uno de los supuestos negociados de visas entre 1940 y 1942. Hoy es Justo entre las Naciones (2003)37. No se quiere decir con eso que no hubo gente que se enriqueció con las visas y pasaportes. Siempre los ha habido y los seguirá habiendo. Solamente que en aquellos oscuros años se jugaba la vida de la gente. Es por ello que acá se insiste reiteradamente sobre algo muy sabido, pero que vale la pena destacar cada vez que sea necesario: lo legal no es siempre necesariamente lo justo ni lo correcto”38.

El primer pedido de visa que se encuentra es del 20 de junio de 1940, siendo que la Embajada de Chile se hizo cargo de los Intereses Polacos solamente una semana antes, y está dirigida al cónsul de Chile en Milán:

“El súbdito polaco, Señor Henri Sunderland, residente en Milán, Hotel Pensión Garda, se ha dirigido al suscrito pidiendo su intervención ante las autoridades correspondientes del Reino para que se le conceda visación de los pasaportes para salir de Italia: Víctor Goldber y Señora, Alphonse Gantz, Julián Gantz, Henryk Sunderland, Stanislao Pffeffe, Víctor Lubicz, señora e hijo, Henryk Wachs”39.

De ese grupo sabemos que no pudieron irse Víctor Lubicz, su esposa Helena y su hijo, Stanislaw. La ficha del Museo Sikorski señala:

“Domiciliado en la Vía della Balduina 38, abogado, nacido en Varsovia en 1906, portador de pasaporte Nº 49680/729/4/40 emitido por el Consulado General de Polonia en Roma y debidamente extendido (prorrogado) por la Sección Consular de la Legación de Polonia en Berna hasta el 1 de mayo de 1944. Ayudado por la Nunciatura Apostólica y por la Legación Suiza, a través de un subsidio de 400 liras al mes, aumentado a 1.000 liras en febrero de 1944 y por un subsidio extraordinario de 1.000 liras en noviembre de 1943. Tiene consigo a su suegra, Señora Perec Gabriele, y a su esposa, Señora Helena, nacida en 1909 y en posesión del pasaporte Nº 49580/729/ 4/40 emitido en 1940 por el Consulado General de Polonia y debidamente prorrogado por la Sección Consular de la legación de Polonia en Berna hasta el 1 de mayo de 1944. En su documento figura su hijo, LUBICZ Stanisław (nacido el 9-5-1940 en Milán)”40.

Otra actuación de procura de visa y que dura varios meses, comienza el 30 de septiembre del mismo año ١٩٤٠. La Embajada de Chile le escribe a Chaja Barer, carta que se transcribe en extenso porque contiene la primera mención a personas internadas en campos de concentración italianos y la información base para la obtención de visas para dichas personas. Muestra también que, ya desde el inicio, pese a los problemas, ambivalencias y confusiones, la Embajada de Chile se preocupa por contestar las cartas y por mantener contacto con los internados, lo cual de por sí debe haber tenido mucha importancia para los mismos. Chaja Barer se encuentra internada en el campo de concentración de Lanciano, Provincia de Chieti, y además de visa pide ayuda financiera. La embajada expone que,

“...lamentablemente en ese momento no dispone de fondos para darle alguna ayuda, pero si más adelante hay la posibilidad lo harán gustosamente. En cuanto a su viaje, en los momentos actuales es muy difícil ir a cualquier país; en todo caso si quisiera obtener para Usted la visa de Brasil debe contar con los siguientes documentos: ١. pasaporte; 2. antecedentes penales; 3. certificado de buena conducta; 4. certificado de salud (en un formulario proporcionado por el consulado y otorgado por médico de confianza de la autoridad consular); ٥. certificado de vacuna antivariólica; ٦. prueba de profesión legal, dispensado en casos de mujeres que viajan en compañía del marido, de menores de ١٨ años, que viajan acompañados de sus padres o responsables; ٧. prueba de filiación, constituida de la fe de nacimiento o documento equivalente a criterio de la autoridad consular; ٨. prueba de estado civil, comprobada con documento oficial o declaración escrita del interesado a criterio de la autoridad consular; y ٩. cuatro fotografías de formato ٧x٥, fondo blanco, medio cuerpo. Con distinguidos saludos”41.

Se puede observar que, entre otros requisitos, aparece desde el inicio, al menos en el caso de Brasil, la necesidad de un certificado de filiación de fe. El 8 de octubre de 1940 la embajada intenta una gestión ante Brasil42 que no da resultado, de lo que le informan el 28 de enero de 194143 y finalmente le restituyen el pasaporte el 13 de febrero de 1941 al mismo campo de concentración de Lanciano44. El mismo 8 de octubre, la Embajada de Chile en una nota verbal a la Embajada de Brasil en Roma pide visas, además de Chaja Barer, para María Ernestina Bronowska y María Ludovica Moldaver, internadas en el mismo campo de concentración45. El 30 de octubre hay otra comunicación de la embajada a María R. Bronowska (dottoresa) y Baran-Zborowska (signora) de que la Nunciatura tiene fondos, que informe si su salud es precaria, a través del “Podestá” de Lanciano, Provincia de Chieti, de lo cual se deduce que si piden ayuda financiera, es que no ha resultado hasta esa fecha la gestión de viaje46. No queda claro por qué sin certificado ario la embajada hace de todas maneras la gestión para Chaja Barer o si le hacen un certificado de filiación. En todo caso, Chaja Barer no logra irse, pero hasta las fechas posibles de rastrear, no es deportada. Nacida en Jeziema, Polonia, el 5-11-1902, llegada a Génova, Italia, en 1940, la última información que se tiene de ella después de su liberación, es de Sassocorvaro, el 31-5-194347.

Las dificultades crecientes se reflejan en un memorándum recibido de la Legación de Suiza el 18 de octubre de 1940, en que informan que,

“autoridades policiales suizas no creen posible autorizar a la Legación en Roma para otorgar visaciones de tránsito de pasaportes pertenecientes a ciudadanos polacos sin que previamente cada caso les sea sometido… tránsito por Francia debe ser presentado a Vichy por un consulado francés en Suiza… corre el rumor en Suiza que no es imposible que las autoridades militares alemanas controlen próximamente toda la frontera franco-suiza”48.

Otras dificultades se refieren a la edad, como se refleja en la carta de Ramón Briones Luco, embajador de Chile en Italia, al embajador de Polonia en Madrid, en la cual pide ayuda para Janusz Zaporski y Señora y Stanislaw Kozlowsky. Van a Brasil, con visas y en Barcelona no los autorizaron por ser menores de 41 años49, edad hasta la cual podían ser llamados como reservistas. Y el 24 de diciembre Andrzej Jalbrzykowski pide visa para pasar por Francia para llegar a Lisboa50.

A partir de enero de 1941 se comienza a registrar un mayor número de peticiones de visas, principalmente de tránsito para pasar por Lisboa, Madrid o atravesar Francia. Los destinos finales –tomando en cuenta solamente las actuaciones revisadas–, suelen ser Brasil, Honduras, Argentina y EE. UU. Un ejemplo de perseverancia sin éxito para salir de Italia, es el de Rapila Anastazja, internada en el campo de concentración de Vinchiaturo, Campobasso, sobre la cual la primera carta que se encontró data del 14 de enero de 1941:

“Tenemos el placer de acusar el recibo de la vuestra del 6 del corriente, como asimismo de los documentos adjuntos, y de informarle lo siguiente: No es posible iniciar la gestión ante el Consulado de Brasil antes que tengáis…” Además de los requisitos ya señalados en el caso de Chaja Barer, acá se agrega que: “Dado que los documentos antes mencionados implican una cantidad de gastos no indiferente, y por otra parte usted estaría arrepentida de hacerlos inútilmente, debemos advertirle que para emitir una visa el Consulado de Brasil exige una prueba documentada que usted pertenece a la raza aria. Dado que en vuestro certificado de nacimiento no aparece la religión que profesaban vuestros padres, creemos que será necesario que sea emitido por la Nunciatura Apostólica en Italia (Vía Nomentana Roma). Con distinguidos saludos”51.

Rapila Anastazja insiste: El 23 de enero, la embajada le escribe nuevamente, en respuesta a otra carta de ella, que no le pueden dar el certificado penal, que debe buscarlo en el Ministerio de Justicia de su jurisdicción52. El 25 de febrero la embajada le informa que la inmigración a Brasil está completamente suspendida y le devuelven los documentos que ya había recopilado53. Probablemente ante la insistencia de Rapila Anastazja, el 3 de marzo la embajada le informa que todos los países están cerrados a la inmigración54.

“En respuesta a la vuestra del 27 de febrero sentimos comunicarle que por el momento todos los países están prácticamente cerrados a la inmigración, pero si esta situación hubiera de cambiar no demoraremos de avisarle al respecto. Con distinguidos saludos”.

El 5 de julio, hay una devolución de todos los documentos.

“En respuesta a la vuestra del 29 del corriente tenemos el placer de informarle de haber transmitido vuestra solicitud con el certificado adjunto a las autoridades competentes y de restituirle vuestros documentos que habíamos hecho en su momento para vuestra práctica de emigración. Con distinguidos saludos”55.

Finalmente, otra comunicación del 9 de agosto de la embajada dice56:

“En respuesta a la vuestra del 6 del corriente, sentimos deber comunicarle que, a pesar de nuestro interés y la gestión realizada por nosotros a vuestro favor ante las Reales Autoridades competentes, no podemos insistir más dado que usted está sometida a un procedimiento adoptado en líneas generales y que es aplicable a vuestro caso. Con distinguidos saludos”.

Las puertas se han cerrado para Rapila. Hay una carta del 15 de mayo de 1942 que informa que Rapila Anastazja comienza a recibir una ayuda de 100 liras mensuales en el campo de concentración en el cual está internada57. Sabemos sí, que Rapila sobrevive, al menos hasta 1944. Aparece en la lista de polacos domiciliados en Roma en el invierno de 1943-1944, en un listado con membrete de la Embajada de la República Polaca (R.P.) en la Capital Apostólica, del 28 de junio de 194458, como sigue:

 

“Artista de music-hall. En posesión de un pasaporte regular polaco. Internada primero en el Campo de Campobasso en la localidad de Baranello, donde estaba recibiendo de la Embajada de Chile y después de la Legación de Suiza un subsidio de 100 liras por mes. Fue evacuada de Baranello por las autoridades alemanas, luego detenida en la prisión de Roma por dos días y después liberada. Ella se encuentra actualmente en Roma y trabaja como bailarina de tiempo en tiempo y recibe de la Legación de Suiza un subsidio de 150 liras por mes que se elevó a 300 liras en enero de 1944”.

No se necesita mucha imaginación para tener una visión del infierno que debe haber pasado esos años Rapila Anastazja. Acá se deja el registro de ella por su persistencia en buscar ayuda y la imposibilidad de conseguir apoyo.

Un caso exitoso está reflejado en una carta del 30 de diciembre, en la cual la embajada solicita a la Comisión de Armisticio visa de tránsito para el Reverendo Józef Stecura59:

“La Embajada de Chile en el Quirinale en su calidad de encargada de los Intereses Polacos en Italia, a pedido del interesado, tiene el honor de presentar a la Honorable Comisión de Armisticio en Turín al ciudadano polaco el Reverendo Józef STECURA (pasaporte emitido en Stryj, Polonia, el 15-12-1938, BB. I/144/38 Ser.I. Nº 95), el cual desea obtener una visa francesa para poder llegar a Lisboa. La Embajada de Chile aprovecha la ocasión para hacerle llegar a la Honorable Comisión de Armisticio de los sentidos de su alta consideración”.

Hay otras peticiones, algunas a través de las llamadas notas verbales. Destaca entre otros un pedido que hace la embajada el 25 de junio de 1941. Hay matices diferentes de lenguaje, del “tono”, que se sale de lo estrictamente diplomático y/o burocrático60.

“NOTA VERBAL. La Embajada de Chile en Italia, en su calidad de encargada de los Intereses Polacos en el Reino, tiene el honor de dirigirse a la Honorable Embajada de España para exponerle cuanto sigue:

Actualmente se encuentra en Génova, en Albergo Nuovo Piamonte, el joven polaco Bruno Bronislaw Cuminski, acompañado de su señora madre.

Esta familia debe dirigirse a la República Argentina, para lo cual cuenta ya con las visaciones necesarias de ese país, pero no le ha sido posible hasta ahora obtener el visado en tránsito por España.

La Legación de Polonia en Suiza ha recomendado especialmente este caso.

La Embajada de Chile ruega a la Embajada de España, que si no hay inconveniente para ello tenga a bien autorizar al Consulado General de España en Génova para que conceda la visación de tránsito para los ciudadanos antes mencionados.

La Embajada de Chile en Italia agradece desde ya la buena acogida que la Embajada de España se sirva a dar a esta petición y aprovecha la oportunidad para reiterarle las seguridades de su más alta y distinguida consideración”.

Otro pedido especial, es el del 26 de julio de 1941 con nota verbal61 enviada también a las embajadas de Cuba y de Venezuela el 23 del mismo mes. No se encontraron más referencias a la Señora Jankowska-Jeannopoulus, lo cual sugeriría que también en este caso la gestión fue exitosa:

“La Embajada de Chile en Italia Encargada de los Intereses Polacos en el Reino, a pedido de la interesada, señora Jankowska-Jeannopoulos portadora del pasaporte polaco N.º 729/II/39 Ser. II N.º 274470, tiene el honor de dirigirse a la Honorable Embajada de Brasil para rogarle tenga a bien concederle a la mencionada señora una ´visto de tránsito´.

La interesada es esposa del ciudadano estadounidense señor Jeannopoulos; pero como ella no ha recibido aún la ciudadanía de su marido necesitaría una visación para los Estados Unidos, donde desea dirigirse; como los consulados de dicho país han sido cerrados en Italia, pide encarecidamente que se le conceda un visto de tránsito brasilero...”

Una gestión diferente, indirecta, es la realizada para Federico Topel. El 22 de mayo de 1942 Leonardo Kociemski, Presidente de la Cruz Roja Polaca, Delegación en Italia, en tono amistoso y coloquial, pide ayuda a Jorge Barriga Errázuriz62. Si bien en este libro no se ha buscado información específica sobre el antisemitismo, porque no es esa la línea de trabajo principal, dadas las diferencias que desde el principio existen en la situación de ambos grupos, tomando en cuenta que las leyes raciales de Mussolini datan ya del 1938, es imposible evitar mencionar este asunto y en algunas ocasiones la actitud de los diplomáticos que aparecen en el texto63:

“Querido Consejero y Amigo,

He de pedirle un gran favor. El marido de mi hijastra portador de la presente, ciudadano polaco Federico Topel, debe ir a España y Portugal. Ahora la autoridad consular portuguesa pide una referencia y una recomendación de parte de la autoridad de Chile que protege los Intereses Polacos.

Os seré cordialmente agradecido si una tal referencia y recomendación fuera emitida al dicho señor Topel de parte de la Embajada de Chile. Naturalmente puedo dar la más amplia garantía personal de la honorabilidad y moralidad de mi recomendado, no solamente como persona sino también como dirigente de las instituciones polacas en Italia.

Espero resulten de su agrado mis agradecimientos anticipados por todo aquello que queráis y podáis hacer en este caso.

Acoged los sentimientos de mi cordial estima y aquellos de la sincera y profunda amistad.

Vuestro Afectuosísimo, Leonardo Kociemski”.

Las ambivalencias personales existen. Pese a tener en la familia un judío al cual debe sacar de Italia, el 31 de julio de 1942, Leonard Kociemski, que es imposible que desconozca la labor de DELASEM en aquel momento, escribe una carta a Jorge Barriga Errázuriz, que dice esencialmente dos cosas: los judíos son todos iguales y los judíos se aprovechan. El lenguaje diplomático no disfraza el hecho64.

“Ilustre Consejero e Insigne y Querido Amigo,

Tengo el placer de remitiros unido a esta mía, la lista de subsidios en dinero y en medicinas entregados por la Institución que tengo el honor de dirigir.

Estoy encantado que nuestra colaboración puede daros una orientación necesaria, pero lamentablemente no es así para aquello que concierne, por ejemplo, al Comité hebreo, del cual espero hace meses una lista de los subsidios entregados por ellos. Y estoy convencido que varios usufructúan de dos o tres fuentes al mismo tiempo. Conclusión: los hebreos de todo el mundo y de todos los tiempos son inmutables e inmutantes.

Os agradezco por la carta concerniente a la solicitud de Szteleman, idéntica solicitud me ha dirigido a mí. Por lo tanto, le responderé que por vuestro interés le mandamos los medicamentos. Gracias por todo, ilustre consejero y querido amigo, y os ruego querer acoger los sentimientos de mi cordial estima y la expresión de viva amistad de vuestro Leonardo Kociemski”.

En cuanto a Federico Topel, gracias al libro de Valeria Campersi65 nos enteramos que llega a España con Ladislao Vajda66. Dice que en los documentos y la censura previa para la primera película que este (Vajda) iba a dirigir en España se encuentra un informe, fechado el 26 de noviembre de 1942, que revela la “organización de un trust judío de producción cinematográfica en España liderado por Federico Topel, descrito como judío de origen polaco que llegó a España acompañado por el señor Vajda, judío de origen húngaro”. Vajda muere en Barcelona en 1963 y sigue haciendo cine en la España de Franco.

Un caso aun más recomendado es el del 3 de agosto de 1941, referido a los hermanos Wyrwalski. En este caso el tono es apremiante y la internación es considerada una emergencia. Se insiste en su pertenencia a la raza aria, su religión católica y su vínculo con la princesa Radziwill:

“La Embajada de Chile… a petición de los interesados, tiene el honor de exponer a la Honorable Legación de Venezuela, el caso del ciudadano polaco Antonio Wyrwalski, Doctor en Leyes y ex Juez en Polonia, y de su hermana señorita María Wyrwalski, ambos de raza aria y de religión católica. Deseando emigrar a Venezuela, donde los parientes de la princesa Beatriz Radziwill (de acuerdo con su declaración) tomarán a su cargo la subsistencia de los interesados en ese país, mientras los pasajes serán pagados por la Secretaría de S. Santidad, han iniciado las gestiones necesarias en el mes de junio del corriente año, y han sido presentados a los representantes diplomáticos de Venezuela por la Embajada de Polonia ante el Vaticano. Los interesados, que durante más de un año han vivido en un convento de esta capital, han sido ahora internados en Grotta di Castro (Viterbo). Dada la situación apremiante de los hermanos Wyrwalski, la Embajada de Chile tiene el honor de solicitar de la Honorable Legación de Venezuela, que tenga a bien, si es posible, resolver este caso favorablemente, en el menor plazo que se pueda …”67

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