Hispanotropía y el efecto Von Bismarck

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Fuimos el primer lugardonde se dejó deperseguir y de promoverlas matanzas de mujeres,hombres y hasta deniños que en tan grannúmero llevaron a caboen Alemania, Suiza oInglaterra.

—¡Y os habéis dejado la lista de los pinceles, primo! Zurbarán, Murillo, Velázquez, Goya, Sorolla, Picasso, Miró, Dalí…

—Y ya puestos —quitándose uno al otro la palabra con entusiasmo—, por qué no volver a los inventores, ya que citamos a Ayanz. Blasco de Garay, con sus ingenios para la Armada del emperador y de su hijo; Juanelo Turriano, con sus artefactos, que volverían loco a un tal Da Vinci; el canario Agustín de Betancourt y Molina, precursor de la radio, la telegrafía y la termodinámica, en la segunda mitad del XVIII; Narciso Monturiol e Isaac Peral, ambos luchando por los primeros submarinos que se pudieran considerar así; el autogiro de Juan de la Cierva; la leonesa Ángela Ruiz Robles, maestra rural en Galicia, que será la precursora del libro electrónico y de las tabletas interactivas en la primera mitad del siglo XX, o el logroñés Manuel Jalón, que, aparte de la fregona, inventaría nada menos que las jeringuillas y agujas desechables. ¡Cuánto talento!

—La verdad, querido primo —dijo Carlos acabando ya la segunda jícara de chocolate—, es que creo que hemos tenido mejores súbditos que gobiernos les hemos dado.

—Cazzo, caro Carlo! —exclamó saliéndole del alma Amadeo—. No digo que no, pero como pueblo, es el más orgulloso, anárquico y pícaro que en el mundo haya. Y bastante ingobernable. Cuna de soldados que tantos fueron poetas. Soldados que tuvieron fama de fieros, pero que cuando hubo que demostrar su solidaridad en el ejercicio de su labor, han dado todo un ejemplo. Desde las acciones realizadas por los médicos militares en la guerra del Vietnam a la impagable labor en misiones internacionales de estos tiempos más cercanos. Desde los Balcanes a Afganistán; desde el Índico al Mediterráneo; desde Iraq a Malí; de Líbano a Somalia. Ya dijo aquel rapsoda que «no hay un puñado de tierra en el mundo / sin una tumba española». Y lo que es más increíble: con el reconocimiento por su labor como pocas otras Fuerzas Armadas han tenido.

—La verdad —cabeceó algo apesadumbrado mientras se dirigían fuera del refectorio hacia la basílica— es que no es creíble lo de nuestro pueblo. No sé si es que no vemos o es que no queremos ver todo lo bueno de nuestro legado histórico. No me entra en la cabeza. ¡Eso sí que me deja hechizado y patidifuso! —rieron ambos la broma.


No sé si es que novemos o es que noqueremos ver todolo bueno de nuestrolegado histórico.

—Tal vez tenga yo una idea más cercana a la posible razón, habiendo tenido la posibilidad de estudiar tras mi marcha y en la distancia a este pueblo tan grande, terco, solidario y hedonista. De hecho, voy a utilizar una analogía aprovechando el lugar donde estamos. Este palacio monasterio que desde el primer momento fue considerado una maravilla propia de la Antigüedad Clásica. Un lugar en honor a una batalla. A la guerra. Donde lo político y lo religioso se funden. Que aúna arte, conocimiento, ciencia, literatura, esculturas, pinturas, y fue todo un referente de la modernidad del momento. Tan vasto lugar es casi inasumible desde un solo ángulo. Es demasiado grande. ¡Es bestial! De lejos, tal vez podamos admirar la mole, pero desconocer su contenido. Contenido que se escapa a un análisis sencillo. Contenido inabarcable a un solo paseo. A una sola mirada. A un simple juicio.

»La historia de España es un poco como este lugar. Inabarcable, compleja, llena de arte y conocimiento; de literatura y de batallas; de la cruz y la espada; sin duda, inasumible. Bestial. Que hay quien la adora, y a quien le supera. La desprecia. Muy posiblemente porque conocerla a fondo es casi una tarea homérica. Solo poder conocerla bien haría que se pueda, al menos, mirar con otros ojos. Por eso en lugares como este hacen falta buenos guías que conduzcan a los que lo visitan, para explicarles apasionadamente, pero de manera rigurosa, el qué y el porqué de cada parte. De este modo, estoy seguro de que se enamorará del todo.

Carlos II llegó hasta la puerta de la Cripta Real, desde donde se escuchaban las risas y juegos del panteón de Infantes, y volviéndose a su primo y colega Amadeo, masticó las frases que había dicho y, sonriéndole con sus finos labios, el que todos creyeron falto de seso, le dijo:


Creo que es tiempo deenfocar nuestra mirada aesas luces, y de una vez verla historia de España no yacomo una historia de éxito,sino como una historia dela que estar, con motivo,muy orgullosos.

—¿Sabéis? ¡Creo que hubierais sido un gran rey para España!

—¿Sabéis? Todos los que aquí moran por la eternidad fueron hombres y mujeres antes que reyes y reinas. Y como los hombres y mujeres que gobernaron, tuvieron sus luces y sus sombras. Pero creo que es tiempo de enfocar nuestra mirada a esas luces, y de una vez ver la historia de España no ya como una historia de éxito, sino como una historia de la que estar, con motivo, muy orgullosos.

Y fue acabar esa frase cuando el carillón del monasterio volteó sus campanas llamando a ánimas, las cuales fueron difuminándose como las velas de los buques que en tiempos rigieron el imperio de los mares haciendo de España una nación eterna.


Javier Santamarta del PozoPolitólogo, periodista, escritor y entusiasta de la historia de España. Ha trabajado en Ayuda Humanitaria en varios conflictos, y sigue como experto publicando artículos y dando formación para expatriados civiles y militares. Es colaborador habitual en varios programas de radio y medios como ABC o El Liberal. Ha escrito durante años sobre costumbrismo, arte, libros… y, sobre todo, acerca de la historia de España. Autor de Siempre tuvimos héroes, Siempre estuvieron ellas y Fake news del Imperio Español.

2.3.

¿ES ESPAÑA UN PAÍS FALLIDO Y OSCURO?

ELVIRA ROCA

Para completar este paseo por la historia de España y su destructiva leyenda negra, hemos querido compartir unas preguntas con Elvira Roca, la autora del «histórico» libro Imperiofobia y leyenda negra. Estas son sus interesantísimas repuestas.

¿ES ESPAÑA UN PAÍS FALLIDO, OSCURO, DE INQUISIDORES, TAL Y COMO ES PERCIBIDO POR MUCHOS ESPAÑOLES?

En absoluto, pero es difícil superar ese punto de vista cuando una parte importante de nuestras élites intelectuales, que son los formadores de opinión pública, lo cultiva con pasión, lo promociona y hace de este argumentario el motivo de su «prestigio intelectual». En el siglo XVIII, se transformó en el discurso oficial de la nueva monarquía, que venía a arreglar España con reformas y que nunca lo conseguía porque el país no tenía apaño. En las últimas semanas, y hoy es 10 de noviembre de 2020, he leído en prensa titulares como este: «Nuestra verdadera leyenda negra es la desidia, la envidia y una cierta pereza», eso es el 10 de octubre en El País. El 29 de octubre, otro titular en El Norte de Castilla y otras cabeceras de Vocento: «Este país se vuelve más miserable conforme se niega el diálogo al adversario». El 7 de noviembre, en El Mundo leemos: «España no se ha caracterizado por ser un país tolerante y respetuoso». Da igual quiénes sean los que dicen estas cosas. Lo que importa es que las dicen y obtienen titulares. Y ningún reproche social, sino más bien al contrario. Decir estas cosas en España es de buen tono. Significa que perteneces a la estirpe de los «reformistas» y eres un incomprendido en un país cerril. Así se compra en España ser un rebelde premiado. Es un buen ramillete y podría seguir. Intente encontrar algo parecido en la prensa inglesa o francesa y no lo hallará, pero en España tienen prestigio y premios. Y crean opinión pública. Necesitan un país acomplejado y débil, y así ellos son estupendos y magníficos, honestos, modernos y europeos… Y nada, que han tenido la desgracia de nacer aquí, como nos decía un profesor mío en la universidad. ¿A dónde no hubiera llegado él de haber nacido en un país como Dios manda y no en España? Era un inútil integral, pero escuchábamos aquello y nos parecía tan normal. A los veinte años, un español medio se ha habituado ya a ese discurso y lo ha interiorizado. En realidad, es una inmensa fortuna porque en ningún lugar habrían llegado a ocupar la posición que ocupan aquí. Y luego son grandes patriotas, claro. Es como el amor de los maltratadores: «Pero qué tonta eres, querida, qué fea y qué torpe, no sé cómo te aguanto, anda, anda, dame premios y honores para reivindicarte un poco, que si no vas a demostrar que eres todavía más miserable y más inculta de lo que ya pareces…». Es patético pero funciona.


Lo que está claro esque afecta a nuestraautoestima y setransforma en un cepoen cuanto aparecendificultades.

Y esto le hace un daño inmenso al país. Como no son capaces de criticar de manera concreta y razonada, con hechos y nombres, no sea que alguien se moleste y, claro, pase factura, entonces es España la perezosa, la intolerante, la miserable, la envidiosa… O sea, lo somos todos, pero ellos no. Así no se molesta a nadie en concreto (te colocas en la zona de confort en la que no hay ningún peligro) ni se hace crítica constructiva ni se proponen reformas que sirvan para algo. La culpa es de España (no de él), pero esto nos perjudica a todos por igual, sin que aquel que perjudica a la colectividad sufra reproche por ello. Envuelto en el manto del denunciador de España, como el don Periquito de Larra en el artículo «En este país», el don Periquito sigue existiendo porque se ve muy beneficiado con esta actitud en un país cargado de complejos, falto de confianza en sí mismo y que lleva más tres siglos viviendo de la opinión ajena. Fíjese en que Larra escribió esto en 1833, pero podría publicarse mañana en cualquier periódico y sería de plena actualidad. Estas continuidades en el tiempo, cuando son tan rotundas y tan evidentes que nadie puede negarlas, necesitan que se las estudie y se intente comprender el origen y el motivo. Quizás se pueda (o no) corregir este trastorno social. Lo que está claro es que afecta a nuestra autoestima y se transforma en un cepo en cuanto aparecen dificultades. Ciega para afrontar los problemas del presente porque inmediatamente aparece el argumentario de la leyenda negra plenamente conservado en el formol de nuestros don Periquitos y se hace imposible un análisis realista del problema presente. Cualquier botarate incapaz de poner los puntos sobre las íes, ni siquiera por aproximación, aparece esgrimiendo argumentos hispanófobos como esos titulares y, como decía Larra, un país ávido de palabras los recibe y queda convencido de su maldad trascendental, de su intrínseca incapacidad para nada bueno o civilizado.

 

¿País fallido? No conozco otro capaz de sobrevivir con semejante llaga perpetuamente cultivada en su anterior.

Todos los países son fallidos en la medida en que todos pasan por problemas graves, de distinta naturaleza, cada cierto tiempo. ¿Es Alemania un país fallido tras haber ocasionado y perdido dos guerras mundiales? Esto del país fallido va camino de convertirse en una de esas fórmulas lingüísticas que tienen éxito en los medios en un momento determinado (ya lo decía Larra) y que terminan calando a fuerza de repetirse sin que nadie sepa muy bien lo que significa.

¿ES ESPAÑA UN PAÍS PERIFÉRICO EN LA HISTORIA?

Ahora sí, sin duda. Y eso no es malo. En otros tiempos no lo fue, y no haber sabido hacer el duelo por la pérdida de esa hegemonía es parte del problema presente. Una de las contracturas musculares que eso ha provocado es no saber qué hacer con la historia del Imperio español, que ha sido imposible objetivarla. Unos, que se creen que la España de hoy es de algún modo aquella España que mandaba en el mundo (un disparate) y viven en una realidad ilusoria, y otros combaten con argumentos hispanófobos contra ese imperio, como si todavía existiera. Es lo mismo, si se fija usted. Se habita mentalmente en el imperio, a favor o en contra, como si fuese una realidad viva. Esta fantasmagoría parte de la base de no haberse enterado de que ese imperio se acabó hace dos siglos. Y ambos puntos de vista demuestran lo mismo, a saber, que no se han enterado de que el imperio no existe. Pero nada es inocente. De esta supervivencia anómala son responsables en gran medida los nacionalismos o indigenismos balcanizantes que hicieron su aparición en el siglo XIX y que construyeron su argumentario contra la España conquistadora. Pasando por alto el hecho muy evidente de que ellos, vascos, catalanes, gallegos o valencianos, eran también la España conquistadora.


Esas tendenciascentrífugas buscanla fragmentación através de la exaltacióndel hecho diferencial yel indigenismo político.

De esta fantasmagoría irracional participan españoles e hispanos por igual. Como por ejemplo López Obrador, que demuestra la misma convicción fantasmal. En realidad, López Obrador y otros tantos son la demostración de que este no es un problema de España, sino un trastorno bipolar que afecta a toda la comunidad hispana. Como decía en una entrevista el historiador mexicano Martín Ríos Saloma, «lo que ocurre en Hispanoamérica y en España es que en lugar de asumir el pasado, lo cargamos, y esa carga sí que va condicionando las respuestas que damos a los problemas del presente». Y lo mismo decía María Zambrano hace ya bastantes décadas.

No pasa nada por ser un país periférico. Se puede tener un confortable acomodo en el mundo sin ir en cabeza, ni siquiera en tu vecindario. Pero para esto hemos de solucionar los problemas que hemos heredado, y de ellos el más grave es la falta de solidez del Estado, a un lado y otro del Atlántico. No hemos sabido consolidar el Estado moderno por la actividad incesante de tendencias feudales minoritarias que nacieron con el big bang del Imperio español, durante el estallido o más bien implosión de aquel enorme cuerpo político. Esas tendencias centrífugas buscan la fragmentación a través de la exaltación del hecho diferencial y el indigenismo político. Por este procedimiento se triunfa y se obtiene apoyo desde el exterior. Mire el caso vasco y mire su bandera, hecha a semejanza de la británica. Mire México y mire las intervenciones estadounidenses para acabar con el gobierno de Porfirio Díaz, por ejemplo. Porque la razón de Estado existe, y a todo país le interesa tener vecinos más débiles que fuertes. Estas oligarquías feudales pretenden lograr el control del terruño y la aldea con redes clientelares de proximidad. Con estas tendencias, la democracia y el Estado que la sostiene —o la debería sostener— no puede pactar, pero se pacta, y ese pacto, esa búsqueda constante de apaciguamiento con cesiones de soberanía y presupuesto (dinero, siempre dinero para repartir) debilita al Estado. Y a partir de ese momento el Estado va hacia la quiebra y tenemos una gran crisis y vuelta a empezar. No se aprende de lo ocurrido con el cantonalismo, con las crisis territoriales de la II República… Y cuando iniciamos la Transición, otra vez se vuelve a construir un Estado asimétrico y foral, o sea, entramos de nuevo en una construcción estatal que falla por la base, reconociendo distintas clases de territorios. Herrero de Miñón, o sea, la derecha, es la que incrusta en la Constitución del 78 la Disposición Adicional I, que sanciona en nuestra Carta Magna que en España hay distintas clases de regiones. A partir de ahí, no había más que esperar para que pasara lo que está pasando. Y mucho ha tardado.

¿PODEMOS ESTAR ORGULLOSOS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA?


La historia quese enseña desdeque comenzó laconstrucción del hechodiferencial en cadaterritorio autonómicoes la historia queenseña a los españolesa avergonzarse de ella.Es decir, a rechazar lahistoria común.

Por supuesto. Pero la pregunta que usted hace tiene un interés mayor en su análisis. Estar orgulloso implica su contrario: estar avergonzado. Ese es el origen de su pregunta. La historia (póngalo en minúscula, por favor) que se enseña desde que comenzó la construcción del hecho diferencial en cada territorio autonómico es la historia que enseña a los españoles a avergonzarse de ella. Es decir, a rechazar la historia común, lo que nos une, nuestra koiné histórica y también lingüística. De otra manera, los indigenismos separatistas no pueden educar a la gente para que rechace el vínculo que les une a las otras partes de España. Este rechazo se fabrica encontrando formas de legitimidad en la historia, en los argumentos de la leyenda negra que llevan fabricados siglos y que están ahí tan a mano que no cuesta trabajo acudir a ellos. El otro día leía en un texto de Mikel Azurmendi una referencia al «negocio puro y duro que ofrece la génesis de etnicidad en unos departamentos más autonómicos que académicos». Vamos a morir de tanta autoctonía y tanto localismo. Abonar los egos diminutos es siempre muy rentable, pero tiene como contrapartida que a esta hoguera acuden a calentarse las cabezas más cerriles y más catetas, los que son incapaces de tener un planteamiento político que vaya más allá del alcalde de aldea. La política española se ha llenado más y más de estos alcaldes de aldea peleándose por un olivo. En realidad, hace mucho tiempo que no tenemos una clase dirigente realmente ambiciosa, ni aquí ni en Hispanoamérica. Es una huida constante hacia el interior, hacia la patria chica donde viven los primos, los conocidos, lo que me resulta familiar, con sus redes clientelares que ofrecen seguridad… El problema de esto es que nos arrastra a todos a su cortoplacismo y su localismo enfermizo. Todos los esfuerzos que hagamos para elevar un poco la visión localista se ven perpetuamente aplastados por estos cultivadores del etnicismo nacionalista. Y esto está así desde hace mucho tiempo. Fíjese en lo que escribió José Martí en Nuestra América: «Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal de que él quede de alcalde o mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar». Esto es tan válido para América como para España.

¿POR QUÉ ESTAMOS A VUELTAS CON EL ORGULLO O LA VERGÜENZA SOBRE LA HISTORIA DE ESPAÑA?

Por el sencillo motivo de que España es el nombre de la casa grande, de la koiné que hace comunidad con gentes muy diversas. Si usted ataca ese nombre —y ese nombre tiene una leyenda negra tremenda y por lo tanto no es difícil—, debilita el vínculo, aquello que liga la diversidad y produce un efecto inmediato de confrontación y balcanización política. Así triunfan los alcaldes de aldea que con tal de mantener a salvo su cortijillo son capaces de comprometer el futuro de todos, incluidos sus hijos.


La historia de España quese enseña hoy en la mayorparte de las autonomíascantonales es un disparate.

La historia de España que se enseña hoy en la mayor parte de las autonomías cantonales es un disparate. Me contaba Pedro Insúa con humor que a él en su instituto gallego le habían enseñado que los Reyes Católicos eran poco menos que el demonio. ¿Y eso a qué se debe? ¿Por qué los Reyes Católicos y no, por ejemplo, Felipe IV? Pues por la sencilla razón de que esos reyes representan la unificación de los reinos y tienen un valor simbólico muy fuerte en lo que se refiere a la unidad. De ahí la necesidad de atacar el símbolo, de cubrirlo de oprobio, de convertirlo en la manifestación de la intolerancia, de la ocupación, de la destrucción del paraíso étnico. Todo esto se traduce en debilidad política y fragilidad económica, y le puedo asegurar que los gigantes de siete suelas de que hablaba Martí existen. Detrás de la balcanización viene la debilidad y con ella vienen el empobrecimiento, la deuda perpetua y la conversión de la Administración pública en una máquina de recaudar… Ese es un futuro posible y aún probable si no luchamos contra él, no por amor a España, que también, sino por amor a nuestros hijos. Pero hay otros futuros posibles. Hay que tener presente que toda gran crisis genera modos nuevos de oportunidad, ventanas hacia el futuro que hace diez o veinte años no podíamos imaginar. Como Boadella, yo creo que siempre terminan por ganar los buenos. De lo contrario, el mundo se habría autodestruido.


Elvira Roca BareaDoctora en Filología Clásica y licenciada en Filología Hispánica. Ha trabajado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha impartido clases en la Universidad de Harvard. Conferenciante, articulista en diarios como El Mundo o El País y escritora. En 2016, publica su obra Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español, una obra de gran éxito con gran repercusión mediática, académica y social.

MOTIVOS RELACIONADOS CON ESTE CAPÍTULO

A continuación presentamos algunos motivos incluidos en nuestra primera obra 1785 motivos por los que hasta un noruego querría ser español, que refuerzan las reflexiones incluidas por los autores en este capítulo. Se reproducen con el mismo número con que son referidos en la obra original.

130 I ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO (AÑO 1150). Inicialmente dedicada a la traducción de textos filosóficos clásicos, tuvo su mayor impulso durante el reinado de Alfonso X El Sabio, cuando se amplía su trabajo a campos como la astronomía, la medicina o la ciencia en general. La convivencia armónica entre musulmanes, cristianos y judíos hizo que la actividad de la escuela fuera de provecho para toda Europa, contribuyendo a la difusión de las ideas aristotélicas y de las obras de Avicena y otros sabios árabes.

132 I FUNDACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA (AÑO 1218). Aunque la Universidad de Palencia se fundó diez años antes, fue clausurada a los pocos años, por lo que la salmantina es la universidad más antigua de España y, además, la tercera en activo más antigua de toda Europa. Su papel en el mundo del Derecho ha sido muy importante a lo largo de la historia, y por sus aulas pasaron ilustres figuras como Fray Luis de León, Góngora, Calderón o Unamuno.

 

133 I REINADO DE ALFONSO X (AÑOS 12521285). Nacido en 1221, en Toledo, no solo fue un reformador de la economía y un guerrero destacable, sino que fomentó el arte y la cultura, con el impulso dado a Toledo como ciudad de convivencia en torno a la Escuela de Traductores, fundamental para el desarrollo de la cultura europea. Es conocido como El Sabio.

139 I COMIENZA EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS (AÑO 1474)

Isabel de Castilla y Fernando de Aragón marcaron la transición de la Edad Media a la Edad Moderna para España en su reinado hasta 1516. Unificaron los reinos de España, descubrieron América, conquistaron Granada e iniciaron una aventura europea que tendría su culminación en la política matrimonial que siguió con sus hijos.

1769 I LA PRIMERA NACIÓN MODERNA

En 1474, y gracias a la unión en matrimonio de los Reyes Católicos, España se conformó como la primera nación, en el sentido moderno de la palabra, al crear una nueva forma de comunidad humana y de estructura política aún hoy vigente.

146 I DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA (AÑO 1492)

El 12 de octubre de 1492, las naves comandadas por Cristóbal Colón llegan a tierras americanas, en lo que es uno de los momentos cumbres de la historia de la humanidad. Lo que quedaba por delante es una de las mayores gestas de la historia: el descubrimiento de un continente 85 veces más grande que España (que contaba, en esa época, con tan sólo ocho millones de habitantes). Este hecho supuso un antes y un después no solo para España, sino para todo el mundo, a nivel político, económico, social y cultural, ya que motivó el encuentro de dos mundos que habían evolucionado de manera independiente; supuso el descubrimiento de un nuevo continente y motivó el nacimiento de nuevas culturas y Estados que aún permanecen hoy en día.

153 I DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO PACÍFICO (AÑO 1513). El extremeño Vasco Núñez de Balboa descubrió en 1513 el Océano Pacífico, lo bautizó como «Mar del Sur» y así se siguió llamando hasta el siglo XIX aunque el resto de países lo llamaban «El Lago español» por el dominio que España realizaba en aquellas aguas que ocupaban más de un tercio de la superficie terrestre. Después del descubrimiento de América, este fue, sin duda, uno de los descubrimientos geográficos más importantes y de mayores consecuencias para la historia. Así comenzaron los descubrimientos españoles en Asia y Pacífico que siguieron hasta el siglo XVIII.

155 I JUAN SEBASTIÁN ELCANO CULMINA LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

Este marino, nacido en Guetaria, fue el primero en completar la vuelta al mundo. La expedición para tal hazaña partió en 1519 comandada por Fernando de Magallanes y, tras la muerte de este en las islas Filipinas, Elcano tomó el mando hasta culminar el retorno a España, tras tres años de aventura en 1522.

1772 I DERECHO INTERNACIONAL MODERNO.

En 1550 tuvo lugar la Junta de Valladolid donde se debatió la «Polémica de los naturales» en la que se enfrentaban protectores y enemigos de los indios de América. A resultas, Fray Bartolomé de las Casas fue nombrado procurador o protector universal de todos los indios de las Indias por Carlos I. Está considerado como uno de los fundadores del derecho internacional moderno junto con Francisco de Vitoria.

1773 I PRECURSORES DE LA ECONOMÍA MODERNA.

En Salamanca, un grupo de teólogos y juristas, conocidos como la Escuela de Salamanca, abordaron en el XVI los problemas económicos generados en España tras el descubrimiento de América y sentaron las bases de la moderna economía.

1774 I CORTES DE LEÓN. Organizadas por Alfonso IX de León, en 1188, son las primeras en celebrarse en toda Europa, ya que reunieron a nobleza, clero y representantes de las ciudades. Han sido reconocidas por la UNESCOcomo «el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo», y registradas por el organismo internacional como Memoria del Mundo. En ellas se dictaron leyes para proteger a los ciudadanos de la arbitrariedad de los nobles o del mismo rey. Es considerado el primer ejemplo de parlamentarismo moderno en la Europa Occidental.

1775 I FUERO DE LEÓN. Es un cuerpo legislativo revolucionario para su época (siglo XI), y se adelanta varios siglos a la realidad en otros países. Regula temas como la relación entre el rey y el pueblo, establece la protección de personas y bienes, y reconoce el derecho de la mujer a heredar, así como la propiedad privada y la inviolabilidad del hogar. También

1776 I LA EDAD MODERNA

El descubrimiento de América es uno de los momentos cumbres y más fascinantes de la historia de humanidad. Pocos hechos han cambiado tanto la historia del mundo como la llegada de los españoles al nuevo continente. Un hito fundamental que contribuyó decisivamente a la llegada de la Edad Moderna, el periodo en que triunfaron los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) frente al periodo anterior, la Edad Media, que se identifica con un paréntesis de atraso, aislamiento y oscurantismo.

1777 I ANTECEDENTES DEL DERECHO. Felipe II (15271598) tomaba sus decisiones por escrito para garantizar la legalidad de sus determinaciones, todo un antecedente del Estado de derecho contemporáneo.

1781 I DERECHOS HUMANOS

Hoy aceptamos como algo inalienable nuestros derechos como seres humanos, pero no siempre fue así. Fue a comienzos del siglo XVI, en España, donde nacieron como algo consustancial al hombre y, por tanto, previos a cualquier ley positiva gracias al sometimiento del poder político a la filosofía moral.