Productividad e incentivos

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2.2. Sistemas de medición de tiempos

Ya en varias ocasiones se ha mencionado el concepto tiempo total de ejecución, que es el tiempo que una empresa emplea para obtener una determinada cantidad de producto.


Figura 2.3

El verdadero problema existente en estos casos es que no todo ese tiempo es realmente productivo. El tiempo total de ejecución de una tarea está compuesto por el tiempo estándar de la tarea más la suma del tiempo por bajo desempeño y el tiempo ocasionado por lo fallos de gestión.

¿Cómo se mide la mano de obra? ¿Cómo se puede llegar a calcular el tiempo estándar? La OIT responde a estas preguntas de la siguiente forma:

Mediante la aplicación de técnicas para determinar el tiempo que invierte un trabajador cualificado en llevar a cabo una tarea definida, efectuándola según una norma de ejecución preestablecida.

Aunque se hará más hincapié en el sistema Bedaux, a continuación se enunciarán las distintas técnicas existentes para la medición del trabajo:

 Estimación: se efectúa mediante la observación directa de la tarea que va a ser objeto de estudio. Debe ser realizada por un técnico con experiencia. Es utilizada en mediciones poco repetitivas y en procesos de trabajo en los que no resulte rentable un procedimiento más exhaustivo y costoso.

 Datos históricos: se fundamenta en la determinación de los tiempos a partir de los datos obtenidos en trabajos similares, o como consecuencia de la comparación con otros tiempos ya conocidos, siendo posible su deducción a partir de ellos. Se usa cuando los métodos están claros, el producto que se fabrica no varía, no se han producido cambios tecnológicos y se tiene una gran cantidad de datos sobre los procesos.

 Tablas de datos normalizados: esta técnica se emplea para medir tiempos de trabajo en la empresa, utilizando para ello tablas de datos creadas en la propia compañía, a partir de situaciones típicas que se han ido recopilando a lo largo de la historia de la empresa.

 Sistemas de tiempos predeterminados (MTM): la utilización de sistemas de tiempos predeterminados para la obtención de los tiempos de ejecución de las operaciones se limita a la observación de las mismas, al registro de los gestos necesarios para realizarlos sin el uso de ninguna toma de tiempos. A partir de tablas en las que se cuantifican el tiempo de ejecución de cada gesto, según el tipo del mismo y ciertas características, se obtienen los tiempos totales para cada operación compleja.

 Medida de los tiempos por muestreo: consiste en efectuar durante un cierto periodo de tiempo un gran número de observaciones instantáneas de determinados elementos de trabajo, ya sea en grupo o individualmente, para determinar si cumplen o no cierta condición.

 Sistema Bedaux: consiste en la división de todas las tareas que se ejecutan en una sección o puesto de trabajo en operaciones. Se trata de la toma de tiempos con cronómetro de cada operación, corrigiendo el tiempo obtenido mediante la apreciación de actividad.

Antes de seguir profundizando en los sistemas de medición de tiempos, es necesario determinar de forma clara la postura a tomar con los descansos de la jornada. A lo largo de este documento se hace referencia al concepto de tiempo estándar o tiempo concedido, pues conviene aclarar que ese tiempo debe ser calculado de tal forma que ya incluya todos los descansos legales aplicables a la jornada.

El tiempo estándar de una tarea debe incluir todos los suplementos de descanso legales aplicables (en el Anexo II se muestra un ejemplo de tabla de suplementos a aplicar), de tal forma que independientemente de que se pacten descansos a cierta hora, se mantenga que la duración de la jornada efectivamente trabajada sea el tiempo de permanencia de la misma, es decir, que no se reste el tiempo de descanso de la duración de la jornada.

En resumen, los tiempos estándar deben contener los suplementos de descanso legalmente aplicables a dicha tarea, de tal forma que no sea necesario descontar las paradas pactadas de la duración de la jornada.

2.3. Sistemas Bedaux

Este sistema de medición es habitualmente conocido como cronometraje, aunque este sistema va mucho más allá de realizar unas mediciones con un cronómetro. Se compone de todo un sistema de técnicas y reglas para obtener un resultado fiable.

A pesar de que este curso se ceñirá únicamente a la parte de control de la productividad y sistemas de incentivos del sistema Bedaux, a continuación se muestra un gráfico en el que se resumen brevemente los pasos básicos a la hora de realizar un estudio de métodos y tiempos utilizando dicho sistema:


Figura 2.4

El sistema Bedaux mide la mano de obra en minutos o puntos de trabajo. El resultado final del estudio del trabajo, una vez realizadas todas las etapas de las que consta, es la obtención del valor punto de una tarea, es decir, el tiempo estándar.

El valor punto es el tiempo necesario para realizar una determinada tarea a una actividad normal, incluyendo el tiempo de descanso. Se expresa en minutos-hombre. Cada tarea tendrá un determinado valor punto (cantidad de minutos o puntos), que multiplicado por el número de unidades producidas, dará como resultado su valor en puntos de trabajo. La suma de todos los puntos de trabajo de una jornada indicará la cantidad de trabajo llevada a cabo.

La principal ventaja de este sistema es lo visual que resulta el cuantificar el trabajo en puntos, es decir minutos-hombre, y así compararlo con el tiempo invertido para comprobar el grado de aprovechamiento de mismo. En el siguiente ejemplo se realiza un cálculo de los puntos conseguidos en una jornada:



Un operario emplea una jornada completa de 8 horas para fabricar el siguiente número de piezas:


Referencia Unidades fabricadas
A 12
B 5
C 10
D 3
E 7

Del estudio de tiempos se obtienen la siguiente tabla de valores para cada una de las referencias:


Referencia VP
A 15,6
B 14,32
C 15,6
D 3,34
E 9,66

Cruzando ambas tablas de valores obtenemos el siguiente resultado para dicha jornada:


PUNTOS TOTALES CONSEGUIDOS: 492.44 PUNTOS

Estos puntos conseguidos se comparan con el tiempo que el operario ha invertido realmente en realizar todas esas tareas. Este tiempo se denomina tiempo dedicado. Los resultados posibles de dicha comparación se muestran en el siguiente diagrama:


Figura 2.5

Si el resultado de la comparación es un exceso de tiempo dedicado, se interpretará como una baja actividad desempeñada, la empresa no estará ajustándose a los costes, perderá en productividad y por consiguiente será menos competitiva; si por el contrario se produce un exceso de tiempo producido, será sinónimo de alto desempeño, la empresa se ajustará a los costes y será mucho más competitiva y productiva.

 

A lo largo del curso se describirá el camino a seguir dependiendo del resultado de la comparación entre tiempo estándar y tiempo dedicado. Como se citaba anteriormente, tiempo estándar es sinónimo de tiempo exigible, y por lo tanto este deberá ser siempre cumplido por el operario o grupo de operarios a cambio de un salario fijo. Del mismo modo, cuando el tiempo dedicado es menor que el tiempo producido, el operario o grupo de operarios habrá conseguido un rendimiento por encima del nivel exigible (puntos prima) y este podrá ser remunerado por parte de la empresa.

2.4. Concepto de actividad

Todos los sistemas de medición descritos determinan, mediante distintos sistemas o técnicas, el tiempo de ejecución de un trabajo concreto, es decir el tiempo estándar.

El principal objetivo de este manual será controlar y gestionar la variación existente entre el tiempo estándar y el tiempo real de ejecución. Dicha variación es debida principalmente a dos causas: al desempeño con el que se lleve a cabo el trabajo y a la forma de gestionar los recursos que intervienen en el sistema. A lo largo de este manual, se tratará muy en profundidad la forma de medir y clasificar todos estos problemas, pero en este punto se tratará el concepto de desempeño o actividad.

Por actividad debe entenderse ritmo de trabajo. Para una misma operación, incluso si es realizada por un mismo operario, puede existir variación en los tiempos reales de ejecución. De ahí surge la necesidad de cuantificación y clasificación de distintos ritmos de trabajo para poder determinar el tiempo estándar.

En cualquier técnica de medida del trabajo se entiende que estas diferencias se deben principalmente a la variación de la actividad, desempeño o ritmo de trabajo. Según lo expuesto, el tiempo de ejecución estará condicionado por dicho concepto: a mejor actividad corresponde un menor tiempo de ejecución y, contrariamente, a peor actividad corresponde un mayor tiempo de ejecución.

Se entiende por actividad, ritmo o desempeño el grado de cumplimiento de tres elementos:

1. Fidelidad al método de operación.

2. Precisión de los movimientos.

3. Velocidad de los mismos.

Existe un cuarto factor, la constancia, que debe ser considerado a la hora de realizar mediciones de larga duración.

Cuando estos cuatro elementos se dan en un grado determinado, se obtendrá una actividad determinada; a mayor cumplimiento de ellos, se calificará con una mayor actividad, y si baja este nivel, bajará la actividad. Si los movimientos son rápidos y precisos, pero no son fieles a los métodos de trabajo, el resultado puede ser una actividad baja.

Para medir la actividad es necesario disponer de una escala donde se definen varios puntos básicos. A continuación se muestran algunos ejemplos de escalas de actividad:



A pesar de que la determinación de la actividad o juicio de actividad está ubicada dentro del alcance de un estudio de métodos y tiempos, se hace muy necesario aclarar algunos términos referentes a la actividad, para poder comprender algunas partes del control de la productividad y de los sistemas de incentivos:

 Actividad Normal: Independientemente del sistema de medición utilizado y del valor numérico que ese sistema asigne a la actividad normal, se trata del ritmo de trabajo que el operario debe seguir de media, como mínimo, en cada jornada, según lo que marca el estatuto de los trabajadores. Ningún operario está obligado a trabajar por encima de este ritmo.

 Actividad Óptima: Se trata de un ritmo de trabajo más exigente que el anterior, que en algunos sectores puede cambiar, pero normalmente se trata de un rendimiento un 33 % por encima del normal, es decir, reducir un 33 % los tiempos estándar de trabajo. No se trata de un límite o barrera imposible de superar, pero sí que es recomendable no incentivar actividades superiores a la óptima debido al riesgo real de lesiones físicas.

 Rendimiento normal: Es la cantidad de trabajo que un operario efectúa en una hora de actividad normal.

 Rendimiento óptimo: Es la cantidad de trabajo que un operario efectúa en una hora de actividad óptima.

 Tiempo estándar o valor punto: Es el tiempo invertido por un trabajador en una determinada tarea, incluyendo los tiempos de descanso o recuperación, trabajando a actividad normal.

Como es de imaginar, la actividad seguida por un operario formado y adaptado al puesto de trabajo es muy variable a lo largo de una jornada y atiende a condiciones físicas (temperatura, fatiga, nivel de humedad, etc.) y psicológicas (motivación, relaciones personales con las personas con las que interactúa), pero es muy habitual que los operarios mantengan cierta constancia en su ritmo de trabajo.

A continuación se muestran algunos ejemplos de cómo puede variar el tiempo de ejecución de una tarea a partir de la actividad con la que se desempeñe el trabajo:



Este es unos de los patrones de actividad propuesto por la OIT, en la que se determina el tiempo estándar de ejecución, a distintas actividades Bedaux y centesimal, para repartir 40 cartas.

A continuación se muestra otra tabla similar de la evolución del tiempo empleado en desplazarse 10 metros a distintas actividades:



La dirección de una empresa, mediante el control de la productividad y un buen sistema de incentivos, debe intentar que el nivel de actividad seguido por toda su plantilla sea el más alto posible, ya que gran parte de la productividad conseguida depende directamente de este parámetro. Debido a esto, a continuación, se explicará cómo se calcula la actividad conseguida por un operario a partir del tiempo de ejecución y a partir de la producción conseguida.

Con lo expuesto con anterioridad, debe extraerse que el tiempo de ejecución y la actividad son inversamente proporcionales (a más actividad, menos tiempo de ejecución), pero la producción conseguida y la actividad son directamente proporcionales (a mayor actividad, mayor producción). A partir de estas dependencias, a continuación se expondrán algunas ecuaciones que relacionan la actividad conseguida, el tiempo de ejecución y la producción realizada.

Para el cálculo de la actividad conseguida a partir de un tiempo de ejecución se debe aplicar la siguiente fórmula:


Donde:

 Ac: Actividad conseguida.

 TE: Tiempo estándar, que es el tiempo de ejecución que se corresponde con una actividad normal.

 An: Actividad normal. Se debe colocar el valor numérico que corresponda con la escala utilizada.

 Tr: Tiempo real de ejecución.

Para estudiar la relación existente entre producción y actividad conseguida, se debe introducir un nuevo concepto que es el tiempo producido, Tp. Por tiempo producido debe entenderse la cantidad de tiempo necesaria para realizar un número concreto de piezas en su tiempo estándar, es decir:


Y cuando se realizan piezas distintas, lo que significaría distintos tiempos estándar, la fórmula sería:


Es decir que el tiempo que se concede para realizar una producción es el tiempo a actividad normal de una unidad multiplicado por el número de piezas que se van a realizar. Una vez conocido esto, para calcular la actividad conseguida a partir de una producción, se debe comparar este tiempo producido con el tiempo real de ejecución:



Ejemplos de cálculo de actividad media mantenida en el desarrollo de un trabajo a partir del tiempo de ejecución.


Dos operarios han realizado trabajo conjunto, fabricando 14 piezas, cuyo tiempo estándar es de 19 minutos-hombre / pieza, para lo cual han utilizado 2 horas. Se procede a calcular paso a paso todos los datos necesarios para obtener la actividad seguida, utilizando la escala Bedaux. El único detalle destacable es la necesidad de trabajar siempre en las mismas unidades.

Tiempo producido = Piezas fabricadas x tiempo estándar por pieza

Tp = 14 × 19 = 266 minutos.

Tiempo real de ejecución (en minutos) = tiempo dedicado × número de operarios

Tr = 120 minutos × 2 operarios = 240 minutos-hombre.


Queda claro que la actividad conseguida por el operario es de 66,5 en la escala Bedaux, algo más de 6 puntos por encima de la exigible, lo que significa que ha realizado el trabajo con un desempeño superior al exigible.

Capítulo 3
Conveniencia del control de la productividad

El control de la productividad es imprescindible para poner en marcha el estudio de tiempos, que previamente se debe haber realizado en nuestra planta.

El control de la productividad consiste en la comparación entre el tiempo estándar de la operación (trabajo producido) y el tiempo real de ejecución (tiempo empleado), obteniendo de esta comparación información real acerca de las desviaciones que existen en nuestra fábrica. Sin control de la productividad la implementación de los tiempos es, sencillamente, imposible.


En la mayoría de los casos esta igualdad no se cumple, ya que:


El tiempo real de ejecución de una tarea está compuesto por el tiempo estándar o valor punto de dicha tarea más perdidas de tiempos, es decir, derroches de mano de obra, paradas o tiempos de espera por parte del operario, desequilibrios en líneas de producción y faltas de material para procesar, etc.

Como consecuencia del control de la productividad, saldrán a la luz todas estas ineficiencias que deberán ser mejoradas y, por tanto, conoceremos qué porcentaje de mano de obra se despilfarra.


A continuación se muestra lo que el propio estatuto de los trabajadores dice respecto al control de la productividad:

 

Estatuto de los trabajadores. RD Legislativo 1/1995, de 24 de marzo Articulo 20 - Dirección y control de la actividad laboral


1. El trabajador estará obligado a realizar el trabajo convenido bajo la dirección del empresario o persona en quien este delegue.

2. En el cumplimiento de la obligación de trabajar asumida en el contrato, el trabajador debe al empresario la diligencia y la colaboración en el trabajo que marquen las disposiciones legales, los convenios colectivos y las órdenes o instrucciones adoptadas por aquel en el ejercicio regular de sus facultades de dirección y, en su defecto, por los usos y costumbres. En cualquier caso, el trabajador y el empresario se someterán en sus prestaciones recíprocas a las exigencia de la buena fe.

3. El empresario podrá adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad humana y teniendo en cuenta la capacidad real de los trabajadores disminuidos, en su caso.

En el estatuto de los trabajadores, se indica que el empresario podrá adoptar medidas para controlar el cumplimiento, por parte de sus empleados, de sus deberes. Este control, sin duda alguna, es uno de los deberes más importantes a cumplir por parte del empresario. El tiempo estándar debe pasar a ser de obligado cumplimiento por parte de los trabajadores y esto es posible con el correcto control de la productividad.