Guardianes de Titán. Éride

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Elia se quedó dormida. Hier le procuró una manta, para que estuviera más cómoda. No había nada mejor que soñar en tiempos mejores. Él sabía de primera mano que sería difícil, algo se avecinaba y no era precisamente bueno.

“Carguero Andrómeda aproximándose al planeta Ladakh”. Elia se despertó de improviso. Una voz anunciaba a la tripulación su inminente llegada a tan deseado destino.

Buscó con a Erik Hier, pero no estaba allí. Todo parecía indicar que llevaba un rato desaparecido. Elia se levantó, desperezándose lentamente, y aprovechó la ausencia de Hier para distraerse y acceder a una info-esfera para documentarse sobre Ladakh y la situación de los refugiados que allí llegaban.

Las info-esferas holográficas están ubicadas en servidores, que contienen información disponible de manera virtual 4D. Se clasifican por colores según la temática: el color azul es para información y medios actuales; verde para enciclopedia e historia; naranja para datos científicos; amarillo es para información personal, redes sociales y de trabajo. Las esferas con contenido confidencial, rojas, no son de uso público. Solo gobiernos y altas instancias de la Unión tienen acceso a ellas, dependiendo del nivel de usuario.

Navegando por la información, encontró que el gobierno de Ladakh había erigido un campo justo al lado del principal puerto espacial, el Virgin One. Allí ubicaban a los refugiados durante un tiempo. Diversas ONG y otras entidades oficiales trabajaban para dar acomodo y avituallamiento a las personas allí instaladas. A Elia, de entrada, no le parecía el lugar más acogedor del mundo.

Hier volvió a escena un largo rato después. Se acercó a la chica con la intención de hacerle alguna confidencia.

—He logrado comunicarme con una amiga que tiene contactos en el gobierno de Ladakh. Y creo que nos puede ayudar a salir del campo de refugiados.

—¿Qué clase de ayuda?

—Hay una familia que posee una granja de cultivo a las afueras de Havenlock City [8] . Podríamos trabajar para ellos a cambio de salario, alojamiento y comida. Y así empezaríamos de nuevo, justo como querías.

—Puede que sí —dijo Elia con inseguridad.

—Son básicamente granjeros y comerciantes. Tienen buenas referencias.

—¿Es de confianza tu amiga?

Hier sonrió ante aquella pregunta.

—Bueno, nos conocemos bien desde hace muchos años...

La chica confiaba en Erik Hier. Se le veía buena persona, y había estado cuidando de ella casi desde que salieron de Vanuat, sin percibir ninguna intención oculta. A pesar de su juventud y falta de experiencia, Elia se enorgullecía de tener muy buen ojo para las personas.

—¿Cómo es la vida en una granja? —preguntó.

—Oh, es muy sacrificada. Hay que trabajar duro para conseguir ganancias. Las cosechas no siempre son productivas. Dependes del tiempo, maquinaria, personal… En los terrenos periféricos y adyacentes a Havenlock City se encuentran las granjas más importantes del planeta, y por extensión, de todo el sector Astra.

Quizá Elia era demasiado joven para conocer la historia del sector planetario, pero Hier no perdía oportunidad alguna para hacer algo de pedagogía. Ladakh es el planeta del sector Astra más rico en recursos situándose entre los principales importadores de materias primas. El sector Astra fue descubierto y colonizado entre los años 2490 y 2520 ET y fue la expedición Deus la primera en adentrarse, y llegar hasta el planeta Duukan [9] . Pero fue Hyderbad quien prosperó más que el resto y acabó convirtiéndose en el más importante e influyente de todos, incluso sería elegido como feudo para el rey. El planeta Ladakh no se quedó atrás. El duque de Hengist resultó una figura clave para el crecimiento de Ladakh, y en especial, de la ciudad de Havenlock City. En los años de más esplendor para el sector, fechados entre 2600 y 2705 ET, Ladakh llegó a tener 5 millones de habitantes, concentrándose en Havenlock un millón y medio de ellos. Aunque en la actualidad el crecimiento se ha estancado, y el número de habitantes ha decrecido un poco, el ducado de Ladakh sigue teniendo mucho peso dentro de la corte real en Hyderbard.

LOBOS Y OVEJAS [10]

La sesión del Consejo Federal había empezado muy movida. Había llegado una propuesta de ley desde magistratura para el envío de tropas a Vanuat, planeta situado en el sector Zoé y epicentro del último atentado atribuido a Los Hijos de RaShal. El consejero de Dalian, había empezado su turno de réplica oponiéndose a la medida y reiterando la insensatez de implicar a la Unión en una disputa territorial por un hecho aislado.

—A los que dicen que hay un enfrentamiento armado dentro del sector Zoé solo les puedo tildar de difamadores. Aquí se falta a la verdad constantemente. El incidente de Cairn ha sido grave y lamentable, pero es el primero donde ha habido víctimas humanas. Dalian y su gobierno, junto con los restantes planetas que formamos el sector colonial Zoé, tenemos la suficiente capacidad para solventar este problema —argumentó el consejero.

—Consejero Rhys… está tratando todo esto como si fuera una nimiedad y algo anecdótico… —replicó Johr desde su atril.

—¿Y acaso no lo es, consejero Johr? Ha sido un lamentable acto vil del que responderemos con la contundencia necesaria. Pero no pasa de simple incidente solitario que podemos manejar. No sé por qué ve la necesidad de implicar a la Unión aquí.

-Hipócrita… —refunfuño en voz baja. Solo Dan Bilson, que se encontraba justo al lado, pudo oír su comentario. Alzó el tono para dirigirse al resto de la cámara—. Usted viene aquí y nos habla de incidente aislado. Pero todos sabemos que no es así. Hace largos meses que el sector Zoé vive una situación de emergencia. No es solo Vanuat. La violencia está presente en casi todos los otros planetas. Un caos de atentados y terror, provocado sin duda por Los Hijos de RaShal.

—¡Protesto! ¡Los Hijos de RaShal solo es una congregación religiosa sin otro particular interés, una prelatura reconocida de manera oficial por el gobierno sectorial! —intervino con indisimulado enfado el consejero Rhys.

—Estimado consejero Johr, lo que dices solo es una suposición, pero no hay una base sólida para implicar a Los Hijos de RaShal en todo lo ocurrido. Te conmino a no hacer acusaciones sin fundamentos sólidos —intervino el Primer Cónsul en la discusión. Hasta entonces había permanecido en silencio, pero se le veía dispuesto a acabar con la discusión.

—Está muy clara su posición —Dan Bilson trasladó en voz baja sus sensaciones a Dyron Johr, mientras el Primer Cónsul hablaba.

—… Así pues, ¿es necesaria la intervención de la Unión en este asunto? Creo que sí. Pero, ¿es necesaria la intervención armada? ¿Envío de fuerzas? Yo digo que NO —el Primer Cónsul hizo énfasis en ese no—. Os aseguro que tomaremos, si es que no lo hemos hecho ya, medidas para asegurar la paz en el sector. Pero lo que no haremos es convertir actos terroristas en un conflicto armado entre la Unión y un grupo religioso del que se supone detrás de todo. Desde el Consejo Federal tiene que salir un mensaje de apoyo y confianza hacia el gobierno del sector Zoé.

—Votemos la resolución, entonces —dictó el administrador de la cámara—. Nombraré a cada comisionado y este dará su voto en voz alta. ¿De acuerdo? —Hizo una pausa de cinco segundos, para seguidamente dar las últimas instrucciones y empezar con las votaciones—. Será por orden de sectores planetarios.

—Representante de Darras en el planeta Tellus, para el sector Gaya.

—¡NO!

—Representante de Eterna en el planeta Tellus, para el sector Gaya.

—¡NO!

—Representante de Qibel en el planeta Tellus, para el sector Gaya.

—¡NO!

—Sus palabras me han desconcertado. ¿Qué medidas habrá tomado? —Bilson seguía la conversación con el consejero Johr mientras iban votando los diferentes representantes de la tierra.

—Se ha filtrado off de record que ha enviado a los augur a Ladakh para asegurar que no hay problemas con los refugiados —aeveró el consejero—. Limpiará su conciencia supervisando que esa pobre gente tenga condiciones dignas y medios para proseguir con sus vidas, y que el éxodo de personas no suponga al final un inconveniente para su gestión.

—¿Solo eso?

—Déby no hará nada más. Lo justo y necesario para no implicarse. Los Hijos de RaShal controlan el sector y se están expandiendo por toda la galaxia. Esto es mayor de lo que pensamos. Hay demasiados intereses en juego. La corrupción es un mal endémico en cualquier sistema de gobierno. La Unión Colonial no se escapa de ello, chico. Aquí está implicado hasta el mismo Primer Cónsul —replicó el consejero Johr.

—Representante de Avalon en el planeta Tellus, para el sector Gaya.

—¡SÍ! —exclamó con la altivez y relevancia de un auténtico portavoz del linaje de Johr.

—Representante de Pellinore en el planeta Tellus, para el sector Gaya.

—NO.

—Representante del generalato de Arcadia, para el sector Kairós.

—NO.

—Representante del gobierno democrático de Tanneris, para el sector Ananké.

—SÍ.

—Representante del reino de Hyderbad, para el sector Astra.

—SÍ.

—Representante del gobierno de Dalian, para el sector Zoé.

—¡NO!

—Representante de la asociación libre de Génesis, para el sector Keres.

—NO.

—Representante de la oligarquía en Olimpia, para el sector Anástasis.

—NO.

—Representante de la república de Beled, para el sector Pax.

 

—SÍ.

—Representante del estado eclesiástico de Dundalk, para el sector Deywós.

—NO.

—Representante del gobierno de Vryhed, para el sector Horos.

—SÍ.

—Representante del gobierno federado de Trondheim, para el sector Forctis.

—SÍ.

—Representante del gobierno social de Cival, para el sector Vires.

—Sí.

El administrador del consejo bebió un poco de agua, una vez finalizado el último voto de los representantes de los sectores coloniales. En la sala había un intenso murmullo.

—Bien, una vez finalizada la votación y por mayoría simple he de decir que…

—¡Un momento, señor administrador! —interrumpió de improvisto el Primer Cónsul—. Con su venia señoría, quisiera emitir mi voto también.

El murmullo aumentó de decibelios dentro de la cámara.

—¿Qué hace? —preguntó Dan Bilson, buscando una respuesta lógica a las palabras del Primer Cónsul. Pero el consejero Dyron pasó del enojo inicial, a una tranquilidad inusual.

—Va a mostrar sus cartas. Inesperado pero interesante a la vez.

El administrador le miró durante unos segundos, hasta que el Primer Cónsul le reafirmó su intención de omitir su voto con la cabeza.

—Kiir Déby, Primer Cónsul de la Unión Colonial —tras la presentación, dio paso a su turno de votación.

—¡NO!

Tras confirmar la negativa con su voto, sonoros aplausos se escucharon en la cámara provenientes de los representantes partidarios de la no intervención militar de la Unión en la zona del sector Zoé. También se escuchó algún leve pitido o signo de desaprobación, pero todo fue callado rápidamente por el estruendo que proferían los victoriosos delegados.

—¡Silencio! ¡Silencio! —exclamaba el administrador mientras intentaba acallar el alboroto reinante en la cámara. Una vez calmados los ánimos, prosiguió con su parlamento—. Tras la votación del Primer Cónsul, y con un resultado de diez a siete, queda denegada la ley 7/500 de intervención en el sector Zoé. Esta cámara trasladará la decisión al Magisterio hoy mismo.

El Primer Cónsul tomó nuevamente su asiento. Dyron Johr le observaba atentamente. Recibió algunas palmaditas en los hombros y muestras de aprobación por parte de algunos de sus delegados y asesores del gabinete. El consejero Johr no podía dejar de sonreír ante la cantidad de palmeros allí presentes. Los verdaderos dirigentes de la galaxia, pero, no se encontraban en la cámara. Dyron Johr estaba totalmente seguro de que Los Hijos de RaShal, por mucho que los demás consejeros lo negaran, se ofenderían e incluso lo increparían abiertamente, habían logrado manejar los hilos dentro del Consejo Federal. El representante de Dalian lo miraba desafiante, con la superioridad de aquel que había resultado vencedor en la disputa. Pero como se solía decir, ganar una batalla no significaba ganar la guerra.

El consejero sacó un impreso de su bolsillo. Se trataba de propaganda que se daba a todos aquellos que asistían a las congregaciones y reuniones organizadas por Los Hijos de RaShal. En el escrito se podían leer los tres puntos básicos del que llamaban “programa humanista”:

1 La vida es la creadora de todo, poderosa y majestuosa, impulsora de todo defecto, deseo o pasión. En cambio, la máquina es artificial e imperfecta, ignorante acerca de amor, vacía de luz; es sabido que una vida artificial está dominada por el frío impulso de la razón científica por delante del corazón humano.

2 Los propósitos de la vida humana nos hacen buscar la purificación del corazón, la tranquilidad del alma, el sentimiento por actuar por el bien familiar, a usar el intelecto, guiarse por el honor y establecer una buena relación entre él y su hermano, entre él y la vida misma. En cambio, la máquina no tiene aspectos morales y éticos, no tiene la capacidad de juzgar lo que está bien y lo que está mal; No puede equivocarse, ni perdonar.

3 Preservar la vida frente a la máquina. El trabajo del hombre, ganado con sudor, frente al frío robot. La pureza del cuerpo humano, contra la aberración ciborg. La inteligencia humana contra los sistemas artificiales. La evolución de las especies, contra los últimos avances de la tecnología. Realizar y acometer todo lo que sea necesario, para que la recompensa de RaShal llegue a todo aquel que viva según sus enseñanzas.

Dyron Johr arrugó el papel. Sonrió y lo lanzó hacía donde estaba situado el delegado de Dalian. Algunos pocos pudieron presenciar la acción, pero nadie dijo nada. El consejero Rhys trató de protestar, pero inmediatamente optó también por callar.

El administrador tomó nuevamente la palabra.

—La cámara pasará a debatir la partida económica que ha solicitado el sector Vires para ayudas mercantes.

[3] El Dios Inuéh posee el don de la inmortalidad, la sabiduría y el poder de la creación.

[4] Expedición liderada por Sir Walden Raleigh, y que colonizó Vires, el último sector planetario conocido.

[5] Práctica que conseguía asemejar al hombre con la máquina, muy aplicada para suplir extremidades amputadas traumáticamente; en la actualidad también existe la voluntariedad en sustituir partes biológicas por otras robóticas, sobre todo en el sector militar (en especial mercenarios y caza recompensas) con el fin de mejorar prestaciones.

[6] Delito que consiste en la destrucción o aniquilación de robots.

[7] Capital del planeta Beled y fundada en 2632 ET.

[8] Capital del planeta Ladakh, y punto de destino del carguero Andrómeda.

[9] Planeta nombrado así en honor al capitán de la astronave Deus, John Duukan.

[10] “Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Mateo 7:15

CAPÍTULO 2
Magisterio

Dan Bilson se reunió con el consejero Johr fuera del hemiciclo. Había sido una votación tensa, y al final habían ganado los opositores a una intervención militar de la Unión en el conflicto dentro de Zoé. De hecho, fue una decisión tan ajustada que el propio Primer Cónsul tomó partido mostrándose contrario a la actuación directa del máximo organismo de la galaxia. Nueve votos más el del propio Primer Cónsul en contra, y siete a favor. No era nada habitual que un Primer Cónsul emitiera su voto si no se requería para desempatar una proposición de ley, pero esta vez pensó que la ocasión así lo requería. La sesión había acabado con la promesa de Kiir Déby de seguir atentos a los acontecimientos y enviar a más observadores de la orden Augur a la zona. Actuaciones que a Dyron Johr le parecían insuficientes, o simplemente meros formalismos de cara a la galería.

—Lo que ha sucedido hoy es otra muestra más de que este consejo está en manos de corruptos…—se quejó amargamente.

—¿Qué quiere decir, señor?

—¿No te has dado cuenta? Analiza quiénes han dado apoyo a Dalian vetando una actuación militar de la Unión dentro del sector Zoé.

Echando la vista a lo ocurrió en el consejo horas antes, Dan recordaba cómo los otros estados de Tellus habían votado en contra de la ley de intervención. Lo mismo hicieron los representantes de Arcadia, Génesis, Olimpia, Dundalk y el propio Dalian. Nueve votos contra siete, sobre los dieciséis posibles otorgaban la mayoría simple a la opción del “no”. El Primer Cónsul también se pronunció negativamente a la medida, por lo que la diferencia final fue de tres votos. La alianza entre los estados de Darras y Pellinore con el sector Kairós era algo habitual. Los linajes de Bari y Corvo tenían muchos intereses compartidos dentro de ese sector colonial. Tampoco había que pasar por alto los fuertes vínculos entre Dalian y Arcadia, que les hacían coincidir frecuentemente en una misma estrategia. Sin embargo, sí era altamente llamativo que el sector Keres, con Génesis a su cabeza, se hubiera posicionado con los partidarios del inmovilismo, teniendo en cuenta solo razones puramente comerciales, ya que el gigante multiestelar Génesis A.X. tiene muchos tratos con el sector planetario Zoé, y una zona en permanente conflicto no es el mejor escenario para hacer negocios. Dan desconocía el punto de vista real del sector Anástasis, ya que el representante de Olimpia había divagado mucho durante su intervención y el “sí” que iba a otorgar acabó siendo un “no” final que sorprendió a propios y extraños. La posición de Dundalk también era extraña, parecía ilógico que un sector dirigido por una religión como la cristiana, no tratara de aprovechar la situación para acabar con el movimiento humanista de RaShal, un competidor directo en la captación de fieles. Pero sin duda lo más curioso de todo, se encontraba en la decisión del Primer Cónsul en hacer constar su voto a pesar de que por mayoría simple ya habían ganado los opositores a la nueva ley. De todas formas, que Kiir Déby se hubiera involucrado personalmente no parecía disgustar demasiado al propio consejero Johr. Que el Primer Cónsul se hubiera pronunciado abiertamente parecía venirle bien para sus intereses.

—El Consejo Federal está muy dividido. Rechazar la ley de intervención es una medida impopular que puede acarrear consecuencias.

—Así es, querido señor Bilson —exclamó con cierto jolgorio el consejero Johr. —Y vamos a aprovechar eso.

—¿Cómo?

—Esta noticia no sentará nada bien en el Magisterio. Allí el voto es individual, uno por cada planeta, donde los intereses de los sectores quedan más difuminados. Por eso aprobaron la ley con gran mayoría. Esperaban que el Consejo Federal la ratificara, pero debido a los movimientos realizados por el Primer Cónsul no ha sido así. Se ha llevado a su terreno a los sectores coloniales suficientes para asegurarse una mayoría que respalde su opinión dentro del Consejo Federal. Por eso ahora tenemos que ser listos y hábiles. Y es ahí donde vas a entrar tú.

—¿Yo? —esa última afirmación le había cogido por sorpresa.

—Sí, por supuesto. Estás aquí precisamente para este tipo de situaciones —le respondió con cierta ironía el consejero Johr—. Quiero que vayas al Magisterio y te reúnas con los representantes más influyentes. Quiero conocer qué opinan. Eres un chico inteligente y estratega. Sabrás cómo sonsacarles, y cómo ganártelos. Sobre todo, eso último. Tienes facilidad de palabra. Sabes escuchar. Tienes don de gentes. Y aunque quieras aparentar lo contrario, no eres nada inocente.

Las palabras del consejero le ruborizaron un poco. Se sentía halagado, y también algo desconcertado. ¿Realmente pensaba todo eso sobre él? O, ¿le estaba regalando los oídos para reforzarle la confianza? Los dotes de Dyron Johr eran verdaderamente asombrosos, poco a poco se estaba revelando como un gran manipulador, y lo hacía de una forma sutil y elegante. No era algo que le disgustara, al contrario. Por algo le consideraba el mejor político de la galaxia.

—¿Con qué intención realizamos el sondeo?

—Sé que tú, y el resto de tu equipo, habéis especulado mucho sobre qué pasaría si presentáramos candidatura a Primer Cónsul. He estado reflexionando mucho, y, ¿por qué no dar un paso adelante? Quizá tengáis razón y es hora de hacer saber que estamos preparados. Quiero saber qué apoyos tendríamos en el Magisterio que pudiera posibilitar un cambio de escenario.

Dan se alegró de oír aquello. Dyron Johr, el menos político de los políticos, estaba valorando seriamente optar a convertirse en Primer Cónsul de la galaxia. No era el perfil que se solía proponer para el cargo, pero aunando los suficientes apoyos su nombre podría salir a la palestra, y por qué no, en un futuro convertirse en el líder de la Unión Colonial.

 

El Magisterio es un edificio majestuoso situado en el corazón de la galaxia, en el planeta Akron. Aunque se encuentra dentro del sector Keres, este planeta no se rige por sus leyes, sino que actúa de forma independiente y soberana, precisamente para salvaguardar su carácter simbólico y representativo del poder legislativo en la galaxia. La Ciudad Centinela es la base del Magisterio. De hecho, es la más grande en Akron, y de las más pobladas en la galaxia, llegando a los veinte millones de habitantes. Gran parte del crecimiento de la ciudad fue debido a la actividad política que se desarrolla en magistratura.

Una vez acabada la gran expansión y con la unión de todos los sectores coloniales en una sola federación, se decidió seguir un modelo de separación de poderes. El legislativo, recaía de forma bicameral en el Consejo Federal y el Magisterio. Mientras que en el consejo están representados solo los planetas capitales de cada sector, el Magisterio cumple una función de mayor deliberación al contar con más representantes. Las competencias del Consejo Federal incluyen la autoridad de regular el comercio espacial, aprobar leyes, establecer tratados, mantener las fuerzas armadas, dirigir a los augur y declarar la guerra. El consejo también ostenta la potestad de realizar todas las leyes necesarias y propias para ejecutar poderes futuros. El Magisterio es casi totalmente igual al consejo en poder. Sin embargo, como en el caso de la Cámara Alta, también tiene competencias exclusivas. El Magisterio puede aprobar o rechazar a las personas designadas para puestos en el Consejo Federal. También puede ratificar tratados de distinta índole y las leyes únicamente se deben elaborar en esta cámara al ser más representativa que el Consejo.

Dan Bilson se había ganado un viaje en primera clase hacia Akron, destino a Ciudad Centinela. Allí ya había pasado tres años bien buenos de su vida, mientras trabajaba para los representantes de Valkuum. Sabía cómo moverse bien. Su primera actuación sería precisamente hablar con ellos. Encuadrado dentro del sector Ananké y siendo un exponente más de la política democrática y abierta que encabezaba Tanneris, Dan auguraba que Valkuum habría sido uno de los promulgadores de la ley para la intervención de la Unión ante los ataques terroristas perpetrados por una

organización radical con tintes religiosos. En su agenda tenía previsto verse con diversos comisionados, entre ellos los de Tanneris, Vanuat como principal afectado, Cival, y otros tradicionales aliados del linaje de Johr.

Llegó a primera hora, y se dirigió al Akron Palace, uno de los mejores hoteles de toda la ciudad. Trabajar para alguien tan importante como el consejero Johr tenía estas cosas. Ya se acabó eso de hospedarse en hoteles de dos estrellas o moteles de mala muerte. Ahora estaba “jugando en primera división”. Aun así, no tenía tiempo de relajarse ni de disfrutar de las vistas que le proporcionaba el tener una habitación con el balcón encarado a la metrópolis. Le esperaba un día muy movido en el Magisterio. Había muchas cosas que hacer y muchas personas a las que ver.

Lo primero que se encontraba anotado en su agenda era encontrarse con los dos representantes de Vanuat, los comisionados Jonas Weidmann y Arly Jones. Había quedado con ellos a las nueve y media de la mañana en uno de los centenares de despachos del Magisterio. Para los primerizos, aquello era como un laberinto. Él mismo más de una vez había pagado la novatada, y llegado tarde a una sesión de trabajo, hecho que le había costado serías reprimendas por parte de sus jefes. Al menos ahora su situación había mejorado y era el asesor principal, y no rendía cuentas más que ante el propio consejero Johr.

Cogió un deslizador espacial [11] para dirigirse al Magisterio. El fastuoso edificio estaba situado en la parte noble de la ciudad. Solo verlo era todo un placer para los ojos. La fachada ovalada y recubierta de oro brillante, reflejo de la opulencia que imperaba durante la época que fue construida, y de un talante muy modernista para el año de su creación, 2877 ET. Tanto es así, que hoy en día cuesta encontrar edificios con esa construcción y acabado. Custodiando la entrada, dos gigantescas estatuas conmemorativas del poder ejecutivo y legislativo. La primera de ellas es la representación de la Justicia, heredera de la diosa griega Diece, de la mitología terrestre contada y transmitida de generación en generación durante el éxodo y exportada por toda la galaxia en la era de la expansión. Sostiene en una de sus manos una balanza y en la otra la espada. La otra estatua corresponde a la libertad, en representación del dios Eleuterio (también asociado a Zeus), por su condición de libertador o portador de la libertad. Eleuterio era otro de los mitos importados de la tierra durante el éxodo y difundido por los exploradores [12] por toda la galaxia adoptando a veces varios nombres y modificando en cierta medida la historia o leyenda asociada a él. A la estatua se la conoce como Eleuterio Colosal.

Tras las puertas, se econtraba el salón principal Freud, nombrado así en honor del primer líder de la Unión Colonial. Dotado de la más alta tecnología, funcionarios y soldados controlan el acceso al edificio. Para acceder a las demás plantas, es necesario entrar en los tubulares [13] . A Dan Bilson se le hacía eterno el trámite de entrada al recinto. Primero debía mostrar la acreditación. Luego le esperaba un escáner de identidad, y finalmente otro ocular. Todo aquello se alargaba por más de media hora. Pero con mucha paciencia y parsimonia, acabó completando todos los requerimientos oficiales y al final subió hacía la sala Océano a la hora convenida. Allí tenía la reunión con los representantes de Vanuat.

Le esperaban dentro los dos comisionados. Jonas Weidmann, un hombre ya entrado en los sesenta, reputado y respetado parlamentario de Vanuat. Se diplomó en ingeniería, y se sacó el doctorado en robótica, pero pronto empezó a interesarse por la política. Formó parte del gobierno ciudadano de Cairn, para posteriormente pasar al parlamento del planeta. De carácter tranquilo y sosegado, sus dotes de conciliador y su habilidad en conflictos le llevaron a ser nombrado representante en el Magisterio para Vanuat. Había sido reelegido por tercera vez y era uno de los más veteranos en la cámara. Por el contrario, su compañera, Arly Jones, era la primera vez que actuaba de representante. Tenía escasamente los cuarenta años, había sido una activista política casi toda la vida. Rubia de ojos azules y curvas sinuosas, se empleaba con gran convicción en la defensa de los ideales. Por ello se había granjeado mucha simpatía en los círculos políticos donde se movía. Así, Dan se encontraba frente a dos firmes políticos, uno veterano y dialogante; y la otra idealista y decidida. Creía poder llevarlos a su terreno.

La conversación empezó fluida, tocando superficialmente temas personales, para más tarde empezar a entrar en la raíz del conflicto.

—Ha sido una sorpresa ingrata que el Consejo Federal desestimara al final una ley por la que con tanto ahínco peleamos por conseguir. Que se rechace la intervención de la Unión en el sector Zoé, es un fiel reflejo de cómo se manejan los asuntos en la galaxia—reflexionó Jonas.

—El Consejo Federal decidió que el sector Zoé estaba capacitado para resolver el conflicto sin la necesidad de enviar un contingente armado a la zona—contestó Dan.

—No puede ser más desacertado. Señor Bilson, usted sabrá que desde hace años Los Hijos de RaShal está creciendo imparablemente por todo nuestro sector colonial. Sus seguidores están presentes en la mayoría de planetas. Empezaron en las comunas, pero su influencia ya llega hasta la burguesía más acomodada. Dalian, la capital, está dominada por ellos. Pero es que su credo está muy extendido, ya no solo en el sector Zoé. Tiene presencia hasta en Tellus. Muchos intereses por la galaxia. Más que un movimiento religioso, ya se les podría considerar como una mega empresa espacial—replicó Arly con un fervor inusual, pero propio de una activista política reconocida como era ella.

—Oh, esto es una reunión informal señorita Jones. No hace falta que me dispense un tratamiento de usted—Dan esbozó una sonrisa. Arly se sonrojó un poco.

—Lo que quiero decir —prosiguió ella— es que la facción más radical de Los Hijos de RaShal campa a sus anchas por el sector Zoé, atentando y destruyendo instalaciones científicas, saboteando avances tecnológicos, con la salvaguardia de saberse protegidos por sus mil tentáculos que tienen distribuidos por la galaxia, con una impunidad realmente execrable. Nuestra fuerza como planeta que ejercemos con pasión aquí, se ve diluida al ser Dalian el representante máximo ante el Consejo Federal. Nos sentimos atados de pies y manos.