Za darmo

Desafíos para la seguridad y la defensa en el continente americano 2020-2030

Tekst
0
Recenzje
Oznacz jako przeczytane
Czcionka:Mniejsze АаWiększe Aa

Desastres naturales

Las Fuerzas Armadas Canadienses han aumentado dramáticamente su participación en casos de desastres naturales. En los últimos dos años, por ejemplo, las Fuerzas Armadas han enviado personal a 10 despliegues nacionales de socorro en casos de desastre, los que van desde operaciones que involucran inundaciones o incendios forestales hasta ventiscas de invierno. En su operación más reciente, el personal médico de las fuerzas canadienses se desplegó en la provincia de Quebec para ayudar en el manejo de un brote masivo de covid-19 en casas de retiro. Se enviaron a cientos de militares para reemplazar a los empleados civiles de estas instituciones debido a su incapacidad para controlar la propagación del virus. Este último despliegue en caso de “desastre humanitario” duró más de dos meses y finalizó en julio de 2020, cuando las autoridades provinciales pudieron capacitar adecuadamente a sus propios trabajadores civiles en el uso de la gestión y atención correcta de los residentes y pacientes contagiosos de estas instituciones.

Por esto, no es de extrañar que cuando los canadienses piensan hoy en su Ejército lo vinculan a la ayuda que brinda en casos de desastres naturales. En una encuesta de opinión pública realizada en julio de 2018, la mayoría de los canadienses parecían vagamente conscientes de que tienen un Ejército y están confundidos o inseguros sobre lo que hace. Solo el 26% dice que tenía conocimiento de lo que habían estado haciendo los militares en el último año y menos de la mitad, el 42%, se describió a sí mismo como “algo familiarizado” con las Fuerzas Armadas. La encuesta encontró que el 90% de los encuestados cree que las tropas canadienses deberían estar prestando asistencia en casos de desastre, seguidos de cerca por el 85% que cree en la realización de misiones de paz43.

Rob Huebert, profesor de ciencia política en la Universidad de Calgary e investigador principal del Centro de Estudios Militares y Estratégicos, afirmó que es preocupante Canadá ya no pueda depender más de Estados Unidos para defender un mundo que se ha vuelto más inestable —algo que admitió el propio gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau—. Huebert explicó que los resultados de la encuesta muestran una falta fundamental de comprensión sobre el papel de los militares en el mundo, “y eso no es un buen augurio para el reclutamiento y para la sociedad en general”44.

Huebert continuó argumentando que el gobierno de Trudeau ha “desmilitarizado exitosamente a los militares”45, enfocándose en aspectos más “ligeros”, como el alivio de desastres y el mantenimiento de la paz, a pesar del hecho de que Canadá prácticamente no tiene fuerzas de paz desplegadas en ningún lugar del mundo en este momento. De hecho, “tenemos hombres y mujeres en peligro en Ucrania y Letonia, y si la situación explota, creo que habrá una gran cantidad de canadienses conmocionados, porque dirían: ‘pensé que nuestro Ejército estaba concentrado en el medio ambiente y el mantenimiento de la paz’”.

Stéphane Roussel, un especialista en defensa canadiense de la École Nationale d’Administration Publique (ENAP), predice que las Fuerzas Armadas Canadienses seguirán dos caminos distintos mirando hacia el futuro. El primero se centrará en su capacidad de combate en guerra, que será significativamente más pequeña en tamaño y se utilizará en el extranjero para apoyar las operaciones aliadas. Mientras que el segundo, más grande y público, se centrará en el desarrollo de capacidades de asistencia en casos de desastre y mantenimiento de la paz. El principal culpable de este cambio son las necesidades internas (como en el caso de la crisis de covid-19 en las residencias de ancianos de Quebec), así como las limitaciones presupuestarias. La forma en que esto afectará la capacidad de despliegue y combate de Canadá a largo plazo no está clara, pero lo que se argumenta con certeza es que esto tendrá un impacto en las relaciones de defensa del país con sus aliados.

América Latina

Los intereses político-económicos de Canadá en América Latina son escasos. Con excepción de algunas partes del Caribe, donde empresas canadienses tienen intereses mineros, y México, que forma parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos (T-MEC), Canadá ha tenido como política no involucrarse en asuntos de América Latina. Incluso en el caso de México, la voluntad canadiense de trabajar con el país ha sido casi inexistente en materia de defensa. En resumen, América Latina no es estratégicamente importante para los tomadores de decisiones canadienses.

Históricamente, Canadá ha seguido un enfoque de no involucrarse con América Latina en temas de seguridad, prefiriendo en cambio ver a la región como el “patio trasero” de Estados Unidos. Incluso durante la Guerra Fría, cuando los Estados Unidos se encontraba apoyando en repetidas ocasiones a regímenes dictatoriales brutales, Canadá evitó involucrarse. Desde una perspectiva canadiense, enfrentarse con los Estados Unidos sobre estos asuntos no merecía el riesgo de dañar la relación. Para Canadá, nada estaba en juego: no había nada que ganar y nada que perder. Por lo tanto, América Latina permaneció como una de las regiones del mundo donde los intereses canadienses eran extremadamente limitados. La postura de defensa de Canadá vis-à-vis con América Latina continuará siguiendo el modelo actual, en donde existe esporádica y mínima participación en ejercicios navales conjuntos.

Comentarios finales

La política de seguridad y defensa canadiense se encuentra ante una encrucijada. Las amenazas a la seguridad nacional de Canadá están en constante crecimiento, como se ha demostrado con el resurgimiento de Rusia. Sin embargo, desde una perspectiva financiera, los retos probablemente seguirán aumentando en un futuro. La solución, por ahora, es concentrarse en la modernización y en las capacidades de combate de un número limitado de unidades. El resto de las Fuerzas Armadas Canadienses sufrirá una falta de equipamiento, así como de entrenamiento. Parece que las FAC han elegido una misión de tipo “gendarmería”, con un pequeño contingente de personal altamente entrenado y capaz para cualquier tipo de misión de combate en el mundo.

La manera en que los aliados de Canadá vean este cambio en su política de defensa es poco claro, aunque lo más probable es que sea negativa. Desde principios de la Guerra Fría, los tomadores de decisiones canadienses han estado orgullosos al referirse a Canadá como una potencia media con una política exterior activa y constructiva combinada con una capacidad militar mucho mayor de lo que uno esperaría de un país de su tamaño. Después de todo, durante el Día D, Canadá fue el único país no considerado como gran potencia al cual le fue asignada una de las playas para la invasión con una división entera apoyada por elementos navales canadienses (Juno Beach, 3.a División).

La capacidad militar siempre se ha relacionado con el poder de un país. La falta de compromiso con las Fuerzas Armadas del gobierno de Trudeau tiene consecuencias no deseadas y trascendentales. Es probable que Canadá descienda de su estatus hacia una potencia menor, similar a pequeños países europeos. Con fuerzas militares muy parecidas a una “gendarmería” relativamente bien equipada.

1 Patmore, Greg (2016). Worker Voice: Employee Representation in the Workplace in Australia, Canada, Germany, the UK and the US 1914-1939. Liverpool: Liverpool University Press. Recuperado el 19 de agosto de 2020, desde www.jstor.org/stable/j.ctt1gn6brb.13

2 Fue una serie de ofensivas masivas aliadas que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial.

3 Chartrand, René (2000). Canadian Military Heritage. Montreal: Art Global.

4 Ibidem.

5 Bercuson, David J. y Granatstein, Jack L. (1992). Dictionary of Canadian Military History. Don Mills: Oxford University Press Canada.

6 Granatstein, Jask (2002). Canada’s Army: Waging War and Keeping the Peace. Toronto: University of Toronto Press.

7 Bercuson, David J. (1995). Maple Leaf Against the Axis: Canada’s Second World War. Stoddart.

8 Stacey, Charles P. (1948). The Canadian Army 1939–1945: An Official Historical Summary. Ottawa: King’s Printer.

9 Ibidem.

10 Milberry, Larry (1984). Sixty Years - The RCAF and CF Air Command 1924 - 1984. Toronto: Canav Books.

11 Ibidem.

12 Morton, Desmond (1999). A Military History of Canada. Toronto: M&S.

13 Ibidem.

14 Granatstein, Jack (2002). Canada’s Army: Waging War and Keeping the Peace. Toronto: University of Toronto Press.

15 Granatstein, Jack (2004). Battle lines: Eyewitness Accounts from Canada’s Military History.

16 Ibidem.

17 CNN. “Obama Afghanistan strategy: More troops in quickly”. Recuperado el 17 de noviembre de 2020 desde: https://edition.cnn.com/2009/POLITICS/12/01/obama.afghanistan/index.html

 

18 Granatstein, Jack (2004). Battle lines: Eyewitness Accounts from Canada’s Military History.

19 Ibidem.

20 Millberry, Larry (1984). Sixty Years - The RCAF and CF Air Command 1924 - 1984. Toronto: Canav Books.

21 (2020). Canadian Security Department. 25 de 06. https://www.canada.ca/en/services/defence/caf.html.

22 Ibidem.

23 (2020). Canada Security Department. 06 de 07. https://www.canada.ca/en/services/defence/caf/equipment.html.

24 Ibidem.

25 (2020). Canada Security Department. 06 de 07. https://www.canada.ca/en/services/defence/caf/equipment.html.

26 Ibidem.

27 Kafanov, Lucy (2017). NBC News. 2017 de 04. https://www.nbcnews.com/news/world/russia-s-military-buildup-arctic-has-u-s-watching-closely-n753041.

28 (2018). El Radar. 27 de 03. https://www.elradar.es/canada-volara-los-aviones-hornet-f-18-50-anos/.

29 Ibidem.

30 (2019). Galaxia Militar Información de Defensa y Actualidad Militar. 9 de 01. http://galaxiamilitar.es/canada-podria-volar-este-verano-los-cazas-hornet-f-18-usados-de-australia/.

31 (2007). BBC Mundo. 10 de 08. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6938000/6938951.stm.

32 Roach, John. (2013). Contributing Writer, NBC News. 04 de 03. https://www.nbcnews.com/news/all/global-warming-open-crazy-shipping-routes-across-arctic-flna1C8678881.

33 Ibidem.

34 Kafanov, Lucy. (2017). NBC News. 2017 de 04. https://www.nbcnews.com/news/world/russia-s-military-buildup-arctic-has-u-s-watching-closely-n753041.

35 Ames, Paul. (2015). GlobalPost. 18 de 10. https://www.pri.org/stories/2015-10-18/russias-military-muscling-arctic-where-melting-ice-freeing-resources.

36 (2010). NBC News. 18 de 10. http://www.nbcnews.com/id/39721725/ns/us_news-environment/t/us-russia-cold-war-over-warming-arctic/.

37 (2011). NBC News. 13 de 02. http://www.nbcnews.com/id/41560860/ns/world_news-south_and_central_asia/t/nato-trainers-still-needed-afghanistan/#.XzR-Ki3mFlA.

38 (2014). NBC News. 06 de 08. https://www.nbcnews.com/storyline/ukraine-crisis/nato-says-russia-has-20-000-troops-ukraines-border-n173781.

39 Ibidem.

40 (2015). NBC News. 04 de 03. https://www.nbcnews.com/news/world/could-joint-european-army-protect-nato-russia-isis-n322841.

41 Ibidem.

42 Murphy, Jessica. (2018). BBC News. 21 de 12. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46640012.

43 Brewster, Murray. (2018). CBC News. 20 de 07. Último acceso: 2020. https://www.cbc.ca/news/politics/dnd-canadians-military-poll-1.4754083.

44 Ibidem.

45 Ibidem.

La agenda de defensa de Estados Unidos para la próxima década: El papel de la fuerza militar

Craig A. Deare


Introducción

El papel de la fuerza militar es un tema relevante dadas las realidades que vivimos en el hemisferio occidental. Si bien es cierto que en cada década se hacen estudios sobre los riesgos existentes en la región, la diferencia ahora es que el hemisferio no ha experimentado el impacto de una transición al nivel sistémico semejante desde los años 40 del siglo pasado.

Durante la década de 1940, el mundo sufrió el peor conflicto militar a nivel global de la historia, con más de 75 millones de muertos entre militares y civiles, la mayoría en la Unión Soviética y China. En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional generó un balance bipolar entre Occidente (liderado por los Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la URSS junto a sus aliados del Pacto de Varsovia. A lo largo de 45 años, el mundo vivió la Guerra Fría entre estos actores, y los demás países del hemisferio occidental se adaptaron a esta situación. Cuando cae el Muro de Berlín, en noviembre de 1989, el sistema internacional comienza una transición de ese mundo bipolar hacia un nuevo equilibrio. Con la desintegración de la URSS y antes de la regeneración1 de China, se experimentaron años en los que los Estados Unidos no tuvo un rival a su nivel, lo que Charles Krauthammer llamó el “momento unipolar”. Krauthammer reconoció que la multipolaridad llegaría, eventualmente, más rápido de lo que él mismo imaginó. Pero en 1990 afirmaba que “todavía no estamos allí (...), este es el momento unipolar”2. Política, ideológica y económicamente, Estados Unidos no tenía igual, y la derrota relativamente rápida de las fuerzas de Saddam Hussein en Irak, en 1991, demostró la capacidad convencional estadounidense de desplegarse a distancia y abrumar al cuarto Ejército más grande del mundo en poco tiempo. Pero ese momento ya pasó.

A principios de la década de 2020, el sistema internacional parece estar entrando en otro equilibrio bipolar, ahora entre Estados Unidos y China, aunque algunos expertos argumentan que la presencia de Rusia puede constituir un tercer polo, y de esa manera, el sistema tendría carácter multipolar. Los próximos años aclararán esta realidad, pero para la discusión que nos interesa en este momento, es una distinción sin importancia, dadas las semejanzas entre los sistemas autoritarios de China y Rusia. Lo que sí importa es la competencia económica y geopolítica, no ideológica, entre estos actores, y los efectos que tendrá en el hemisferio occidental.

Hay que reconocer que pretender pronosticar el papel de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la próxima década es una tarea bastante arriesgada. Como observó el exsecretario de Defensa Robert Gates en 2011 durante un discurso a los cadetes en West Point:

Al tratar de predecir la naturaleza y ubicación de nuestros enfrentamientos militares por venir, desde Vietnam, nuestro promedio ha sido perfecto. No le hemos acertado ni una vez, desde Mayagüez a Grenada, Panamá, Somalia, los Balcanes, Haití, Kuwait, Irak, y más —no teníamos la más mínima idea, un año previo, de que estaríamos involucrados así3.

Esta precisa observación explica de manera correcta por qué las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen que contar con capacidades militares para realizar una gran variedad de misiones asignadas por los tomadores de decisiones políticos del país.

La competencia entre Estados Unidos y sus rivales siempre domina la manera en la cual los tomadores de decisiones responsables de la seguridad nacional del país planifican sus políticas y estrategias para el futuro inmediato. Las versiones más actualizadas de la Estrategia de Seguridad Nacional (2017) y la Estrategia de Defensa (2018) declaran claramente la visión de la administración en funciones:

China y Rusia quieren dar forma a un mundo antiético frente a los valores e intereses de Estados Unidos. China busca desplazar a los Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico, expandir los alcances de su modelo económico impulsado por el Estado, y reordenar la región a su favor. Rusia busca restaurar su estatus de gran potencia y establecer esferas de influencia cerca de sus fronteras4.

El desafío central para la prosperidad y seguridad de Estados Unidos es el resurgimiento de la competencia estratégica a largo plazo, lo que la Estrategia de Seguridad Nacional clasifica como potencias revisionistas. Cada vez está más claro que China y Rusia quieren dar forma a un mundo consistente con su modelo autoritario, obteniendo autoridad de veto sobre las decisiones económicas, diplomáticas y de seguridad de otras naciones5.

Esta visión dominará la manera en la cual el Pentágono conceptualiza las amenazas en el mundo por el período de la administración en funciones, y va a distraer su atención respecto de las otras amenazas y desafíos que Estados Unidos tiene en el resto del mundo. En el hemisferio occidental, la gran mayoría de las amenazas y desafíos a los intereses de Estados Unidos no son de carácter militar y, por ende, no requieren de una solución que utilice a las Fuerzas Armadas. Eso no quiere decir que las Fuerzas Armadas estadounidenses no tienen misiones importantes que realizar en la región, porque sí las hay. Por ejemplo, el caso más llamativo para la aplicación militar bélica potencial es, obviamente, Venezuela, en el que las Fuerzas Armadas estadounidenses carecen de la doctrina y el adiestramiento adecuado para, eventualmente, intervenir de manera exitosa.

Me explico. No hay duda de que las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen los medios para intervenir. Sin embargo, como se observó en Irak en 2003, después del período de combate convencional, las unidades estadounidenses se encontraron con la necesidad de confrontar un ambiente de guerra irregular. El gobierno de Venezuela lleva años desarrollando sus capacidades para conducir la guerra asimétrica en contra de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Hugo Chávez y su mentor Fidel Castro empezaron a planificar esta realidad a principios de los años 2000, y ahora existe tanto doctrina como unidades adiestradas para conducir una guerra prolongada en contra de fuerzas intervencionistas6. El gobierno de Nicolás Maduro no es capaz de hacer muchas cosas, pero ha generado —con doctrina cubana y material tanto chino como ruso— una capacidad irregular bastante considerable7.

 

Las técnicas de guerra del siglo XXI

Sin extendernos demasiado, hay que empezar reconociendo que el conflicto y la guerra siempre han sido parte de la condición humana; es una visión realista del mundo, no idealista. Se reconoce que la “guerra es de importancia vital al Estado”; “la continuación de la política por otros medios”, y la “guerra política es el empleo de todos los recursos disponibles de la nación”8. La historia del mundo está repleta de evidencia de guerras a través de los siglos. Como observó el sociólogo Charles Tilley, “la guerra hizo al Estado, y el Estado hizo la guerra”9.

1 Empleo el término “regeneración” para enfatizar la manera en que el Partido Comunista de China descubrió la manera de ir más allá de simplemente restablecer la posición de China como poder regional; logró combinar el poder político autoritario con el poder del mercado comercial global para generar un modelo nuevo.

2 Krauthammer, Charles. “The Unipolar Moment,” in Foreign Affairs: America and the World (1990/91), 23.

3 Gates, Robert. Discurso a la Academia Militar de los Estados Unidos, West Point, N.Y., 25 de febrero de 2011.

4 National Security Strategy of the United States of America, December 2017, 25. Disponible en: https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905-2.pdf

5 Summary of the 2018 National Defense Strategy of the United States of America: Sharpening the American Military’s Competitive Edge, Washington, D.C., enero de 2018, 2. Disponible en: https://dod.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf

6 De las mejores contribuciones que describen esta realidad, véase el libro de Maria C. Werlau (2019). Cuba’s Intervention in Venezuela: A Strategic Occupation with Global Implications, Washington DC: Free Society Project.

7 El análisis del Dr. Max Manwarring sobre el desarrollo de estas capacidades es contundente: Venezuela’s Bolivarian Socialism, and Asymmetric Warfare (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, U.S. Army War College, 2005; Latin America’s New Security Reality: Irregular Asymmetric Conflict and Hugo Chavez, Security Issues in the Western Hemisphere, Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, U.S. Army War College, 2007; Venezuela As Exporter Of 4th Generation Warfare, Carlisle, PA: Strategic Studies Institute, U.S. Army War College, 2012.

8 Estas definiciones se les atribuye a Sun Tzu, Carl von Clausewitz y George F. Kennan, respectivamente.

9 Entre otras publicaciones que se refieren a esta observación, véase “War Making and State Making as Organized Crime”, in Bringing the State Back In, edited by Peter Evans, Dietrich Rueschemeyer, and Theda Skocpol (Cambridge: Cambridge University Press, 1985).