María, la Innovadora. La innovación aplicada a la empresa

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3. Un ministerio para la empresa

Después de cerrar la puerta, tras la última reunión, María se levanta y apoya la frente en el gran ventanal de su despacho desde el que se divisa el clásico paisaje urbano de rascacielos, pequeñas zonas ajardinadas, varios viales llenos de automóviles, mirándolos sin prestar ninguna atención. Siente cierta frustración sobre el trabajo que desempeña en el Ministerio de la Empresa, al que accedió tras una dura oposición.

Empezó a trabajar en la Dirección General de I+D+I, y tras unos años de trabajo con buenos resultados, fue ascendida a la jefatura de la División de Innovación, cargo al que dedicó muchas horas y mucha ilusión, con el objetivo de transformar el sistema productivo del país, conseguir del tejido empresarial una mejor actitud hacia la innovación y prepararles ante el reto, cada día más importante, que supone competir en un mercado globalizado.

Organizó una serie de documentación divulgativa y técnica sobre la materia, mantuvo cientos de reuniones con asociaciones empresariales, grandes y medianos empresarios y, sobre todo, con pequeños empresarios y autónomos que, a la postre, son los que conforman una gran masa de trabajadores con la ventaja de la flexibilidad que pueden imprimir a su trabajo, si se les convence de que con las mejoras en innovación harán crecer su volumen de negocio.

Pero tras mucho esfuerzo, no había conseguido que cuantitativamente se apreciara mejora alguna, al .menos aparente, que supusiera aliciente suficiente para seguir con su ingente tarea.

Ni siquiera en las empresas proveedoras del propio Ministerio se apreciaba interés alguno por la innovación, y eso se podía apreciar incluso en los catálogos y ofertas que hacían, que en casi nada se diferenciaban de los que enviaban hace años.

Convencida de la necesidad de la innovación para hacer competitivas las empresas del país, decidió hacer un nuevo intento para cumplir ese objetivo, por lo que decidió enviar al secretario de Estado un informe conteniendo la propuesta de modificación de la estructura de personal del Ministerio para involucrarles más en el asesoramiento a las empresas directamente en sus centros de trabajo.

Transcurrieron muchos días de monótono trabajo hasta que sonó el teléfono de su despacho con la soñada llamada del secretario de Estado:

—María, he estado analizando tu informe y creo que, aunque es algo heterodoxo lo que planteas, tal vez sería interesante hacer una prueba.Ven, por favor, a mi despacho.

No podía disimular su nerviosismo, por lo que intentó tranquilizarse, respirando profundamente. Fue al servicio a retocarse un poco el aspecto y se dirigió a la última planta del edificio, donde tenía el despacho el secretario de Estado.

Le anunció la secretaria, y, poco después, se levantó y le abrió la puerta del despacho.

—Pasa, María, y siéntate.

Estaba sentado en el sofá del despacho, y en la mesa de centro había una copia de su informe y varias revistas. En la mesa del despacho se apreciaban pilas de papeles y carpetas (María pensó en la campaña que habían iniciado, ya hace años, de la oficina sin papeles y el gasto importante en la digitalización de la documentación de todos los departamentos, pero no era el momento de decir nada al respecto).

—He leído varias veces tu informe y, como supondrás, no puedo cambiar la estructura de tu división ni modificar mucho los recursos de personal que tienes asignado y, aunque posiblemente algunos estarían dispuestos a modificar su sistema de trabajo, la mayoría de los funcionarios no aceptarán de buen grado el cambio.

—Tiene razón, pero si conseguimos ir avanzando en nuestra aproximación real a los empresarios viviendo conjuntamente con ellos sus problemas, podremos ajustar mucho más las subvenciones que se otorgan, rentabilizaríamos más las inversiones en este capítulo y constataríamos la realidad de las empresas en su día a día, y, con ello, conseguiríamos que mi división consiguiera los objetivos que se propusieron en su creación.

—Sí, seguramente, pero es un cambio radical, por lo que he pensado que podríamos hacer un primer intento que nos sirva de test para, a la vista de los resultados, solicitar, bien crear una división diferenciada, o modificar la estructura actual.

—Me parece bien. Entonces, ¿ha pensado Ud. en una forma de resolverlo?

—Sí. Como tu entusiasmo con la idea se percibe claramente en el informe que me has pasado, te propongo que seas, precisamente tú, la persona que, como consultora, haga esa función de manera inicial.

—Me parece muy bien y estoy totalmente dispuesta a ello.

—Agradezco tu disposición, si bien te quiero pedir que sea un trabajo suplementario al que tienes, ya que de forma virtual tendrás que seguir dirigiendo tu división.

—No me importa, estoy dispuesta a compaginar los dos cargos, con la seguridad de que no se perjudicará el sistema de trabajo actual y conseguiremos una experiencia que estoy segura será de mucho interés para el Ministerio y para las empresas.

—Estaba seguro de que aceptarías, por lo que he pensado que podrías empezar con las pequeñas empresas del polígono El Recreo, donde precisamente hay varias de las empresas que suministran sus productos al Ministerio.

—¿Cuándo empiezo?

—Tómate el tiempo que precises para organizar el funcionamiento de tu división y hacer los cambios que estimes necesarios, y en cuanto puedas empiezas.

—En quince días hago la organización y modifico los procedimientos en cuanto sea necesario, y me podría incorporar a las empresas del polígono el día primero del próximo mes.

—Perfecto, pues hablaré con el alcalde de la localidad para que te facilite cuanto precises y dispongas de todo lo necesario para tu trabajo.

—Muchas gracias.

—Espero que me puedas enviar, semanal y directamente a mí, los avances que vayas obteniendo, y confío en que haya sido una buena decisión y obtengamos resultados importantes para ir cambiando la percepción de los empresarios hacia la innovación.

—Por supuesto.

Salió del despacho verdaderamente eufórica, pensando que era la oportunidad de demostrar que, efectivamente, se puede conseguir concienciar y apoyar la modernización de las empresas con el apoyo técnico del Ministerio y, conociendo mejor sus necesidades, optimizar la rentabilidad de las subvenciones que muchas veces se otorgan sin un conocimiento específico de la realidad.

Le surgían miles de ideas de cómo organizar la división y preparar adecuadamente su trabajo como «súper consultora» de unas pequeñas empresas de un polígono industrial de un pueblo.

No le resultaba muy difícil ni desconocido el tema, ya que su padre fue precisamente un emprendedor que todavía dirigía la empresa que había creado, lo que le permitió a María conocer muy de cerca la problemática personal y profesional de este tipo de empresas, donde los problemas, sufrimientos y alegrías se comparten por todos los miembros.

En ese estado de ánimo no podía volver a su oficina, por lo que decidió salir a la calle a que le diera un poco el aire para tranquilizar su ánimo y digerir la nueva e ilusionante situación.

Paseó tranquilamente por las calles siempre llenas de gente, cada una con sus problemas a resolver para solucionar sus vidas, o dejándose llevar, unas con mucha prisa y otros de manera más calmada.

Vio una terraza con una sombra muy agradable para la primavera que había empezado hace poco, tal vez un poco más calurosa que de costumbre.

Se tomó tranquilamente un vermut con una tapa de aceitunas mirando el paso incesante de personas de todo tipo, pero no como otras veces en que al ver cada persona se imaginaba una película sobre su vida, su trabajo, si sería feliz o no…

En esta ocasión, pasó mucho tiempo sin que pensara prácticamente en nada. De repente, sintió un apetito feroz y que, al mirar el reloj, entendió perfectamente, ya que eran las cuatro de la tarde.

Entró en un pequeño restaurante que estaba viendo desde la terraza, comió un plato que vio en la carta y que nunca solía comer, aunque le encantaba, porque tenía demasiadas calorías, pero «un día es un día», y pidió una mano de cerdo rellena de foie. ¡Deliciosa!

Ya más tranquila, deshizo el camino que había andado y regresó a su oficina, llamó al subdirector de su división para informarle de los cambios que se iban a producir y la importancia de unas buenas comunicaciones online, que serían a partir de unos días la clave de la organización.

En la carpeta sobre la mesa tenía señalado como tarea escribir un breve texto sobre innovación para un número especial de una revista que le habían solicitado precisamente por su cargo.

Se quedó sola en el despacho a escribir el artículo antes de regresar a su casa.

«Por supuesto que la innovación y las nuevas tecnologías están alterando la sociedad de diversas maneras, desde la incorporación de personas con nuevas formaciones —desgraciadamente dejando fuera del mercado laboral a numerosas personas—, ya que la robotización y automatización, en general, requieren perfiles diferentes, hasta el posible dominio por entidades o personas que detenten el poder de los datos y los sistemas digitales, lo que alterará sustancialmente tanto los sistemas económicos como políticos y sociales.

Enfocarse en la innovación supone una nueva revolución que, aunque no tiene mucho que ver con la que se produjo en el siglo XV impulsada por los Médici (combinación de las ciencias), sí está produciendo importantes alteraciones en la economía global.

En esta ocasión, el enfoque es multidisciplinar y a diario estamos viendo sus efectos en aspectos de la inteligencia artificial, impresoras 3D, nuevas aplicaciones con drones, computación cuántica, etc.

 

Muchas empresas se están quedando atrás y son escasas las que tienen establecida como actividad estructural la innovación, que permita combinar la multifuncionalidad, el diseño creativo, la estructura de los procesos y las experiencias de cliente.

Se trata de crear una inteligencia colectiva en una simbiosis entre el design thinking y la inteligencia artificial para potenciar un permanente y vertiginoso cambio basado en la tecnología, que el empresariado debe compaginar con las habilidades directivas para hacer frente a los cada vez más importantes y globales desafíos.

Así mismo, tenemos que recoger las necesidades de los clientes para ofrecerles unas soluciones cada día más disruptivas que deben concretarse en productos que hagan la vida más fácil a la sociedad.

De hecho, la mayoría de las empresas —grandes incluso— no tienen un departamento específico y liderado por un experto en la materia, que suelen denominar en los países anglosajones como CDO (Chef Digital Officer), lo que dificulta conseguir procesos de desarrollo que aporten soluciones para cubrir esas necesidades que se perciben en el mercado».

Y ella se convertiría a partir del mes siguiente en la CDO que precisaban las empresas del polígono industrial.

Tras diez días de trabajo duro de organización de su división y la documentación que estimó necesaria para su nueva función como consultora, María se despidió de sus empleados en una reunión breve e informal, comunicó al secretario de Estado su viaje al polígono industrial El Recreo, ordenó su apartamento y fue bajando al coche cajas de documentos, ordenadores, impresora, consola, etc.; parecía que se marchaba a un safari.

Al día siguiente por la mañana, salió pronto a fin de llegar en torno al mediodía. Los rayos de luz de un luminoso día de primavera se filtraban a través del parabrisas, obligándole a bajar el parasol de su lado, por lo que le resultaba algo más incómoda la conducción.

Tras una parada para repostar y tomar algo en un área de servicio, continuó durante otras dos horas y media hasta llegar al pueblo; se dirigió directamente al ayuntamiento.

Le dijo al policía urbano que estaba en la puerta si podía decirle al alcalde que había llegado y si podía dejar aparcado el coche durante la reunión que iba a tener con él.

El policía le confirmó que tenía instrucciones de acompañarla al despacho y que, por supuesto, dejara el coche con seguridad en el aparcamiento reservado para autoridades hasta que acabara la reunión.

El edificio era de estilo colonial, muy limpio y bien decorado, con una escalera central que conducía a la primera planta, donde se encontraban los despachos de las autoridades.

Estaban terminando de subir las escaleras María y el policía cuando ya el alcalde abría su puerta y salía a saludarla:

—Buenos días, Sra. Paterson. Me alegro de que haya podido venir tan pronto. ¿Qué tal ha tenido el viaje?

—Muy bien, gracias. Ha sido un viaje cómodo y casi sin tráfico.

—Pase a mi despacho, por favor.

Entró el alcalde tras María, y el policía se retiró.

El alcalde le señaló un sofá y él se sentó en el de al lado.

—Ya me ha informado el secretario de Estado de sus actividades durante el tiempo que considere necesario con el fin de motivar a nuestros pequeños empresarios en lo que a innovación empresarial se refiere. Creo que es una labor importante para nuestras empresas y para el municipio.

—Sí, eso pretendo. De hecho, he venido con el compromiso de luchar conjuntamente con los empresarios y autónomos del pueblo para la modernización del polígono industrial El Recreo.

—Estoy seguro de que hará una magnífica labor. Por cierto, me han solicitado algunos empresarios del pueblo que no están en el polígono si podrían participar ellos también.

—Por supuesto, trabajaremos con cuantos estén dispuestos a modernizar sus empresas y, es más, creo que sería bueno que todas la empresas participaran, así no tendría por qué quedarse ninguna atrás o, al menos, podrían tener la oportunidad de que les apoyáramos.

—Estupendo, se lo comunicaré a todos. Supongo que estará cansada del viaje, así que, si le parece, el mismo policía que le ha atendido a la entrada le acompañará a la casa que hemos preparado para Ud. Se trata de un chalet con un pequeño jardín, varias habitaciones, un despacho, wifi, parabólica,TV y amueblado de una forma estándar pero con mobiliario nuevo; esperemos que se sienta lo más cómoda posible.

—Se lo agradezco mucho.

—Cualquier cosa que necesite, no dude en llamarme. Si le parece bien, podría Ud. deshacer su maleta y descansar tranquilamente, y mañana comenzamos a trabajar.

—Perfecto.

—¿Le parece bien mañana a las 10:00 h de la mañana aquí mismo?

—Me parece muy bien. Muchas gracias por todo y mañana a esa hora estaré aquí.

Como le había indicado el alcalde, el policía le abrió la puerta del coche, fue por delante con una moto hasta una urbanización a las afueras del pueblo y se detuvo ante uno de los chalets. Se trataba de una casa de estilo mediterráneo, rodeada de un jardín que si bien no era grande, tenía unos pocos árboles

—algunos frutales—, césped, rosales, setos además de un olivo y un magnolio ya bastante crecidos, por lo que debían haber estado allí antes de la construcción del chalet.

Le ayudó a bajar todas las cosas del coche y las fue dejando donde María le iba indicando, y cuando terminó se fue, no sin antes insistir que le llamara para cualquier cosa que precisara.

Fue al supermercado que vio al pasar que estaba cerca de la urbanización e hizo una compra importante, ya que pensaba estar durante bastante tiempo allí, y tras hacerse una ensalada mixta y descansar un rato, dedicó el resto de la tarde a ordenar la casa para dejarla todo lo confortable posible.

La mañana siguiente salió un poco nublada pero la temperatura era buena, así que salió un rato a correr por los alrededores y desayunó después de forma abundante para tomar fuerza para el día, que ignoraba cómo se iba a desarrollar.

Se arregló y, con mucho tiempo por delante, se encaminó hacia el ayuntamiento, cargada con una gran cartera y el bolso, pero lentamente para ir conociendo las características del pueblo: calles, tiendas, bares, un hotel, varios restaurantes, tiendas de moda —algunas de ellas de franquicias conocidas—, panadería, mercado, etc.

Faltaban unos minutos para las 10:00 cuando María subía las escaleras del ayuntamiento hacia el despacho del alcalde; llamó a la puerta y, al oír «pase», abrió cuando ya el alcalde se dirigía a la puerta.

—Buenos días. ¿Qué tal le ha parecido la casa que le hemos preparado?

—Muy bien, es cómoda y muy bien adaptada para mis necesidades y un poco grande en comparación con el apartamento que tengo en la ciudad, lo que me da más sensación de amplitud y comodidad.

—Me alegro mucho. Entonces, si le parece, me acompaña a la sala de plenos donde ya está reunida parte de la Corporación Municipal y una representación de los empresarios.

—Pues allá vamos.

El salón de plenos no era muy grande, pero su mobiliario recordaba —en pequeño, claro— a uno de los edificios de congresos de países relativamente modernos con muebles de estilo pero con amplios ventanales y colgando de sus paredes lienzos llenos de luz y color.

—Quiero presentarles a María Paterson, directora de la División de Innovación del Ministerio de la Empresa, que nos va a ayudar en la modernización de nuestras empresas a lo largo de unos meses. Queremos darle nuestra más sincera bienvenida y rogarle que nos explique brevemente su programa de acción para nuestro municipio.

—Buenos días a todos y gracias por su participación en este programa que vamos a iniciar con mucho interés por parte del Ministerio y, especialmente, de su secretario de Estado, y que,

contando con la más amplia colaboración de todos ustedes, estoy segura tendrá el éxito asegurado.

—Estamos seguros de que conseguiremos actualizar el sistema productivo del municipio y así garantizar la viabilidad de las empresas, mantenimiento e, incluso, incremento del empleo.

—Voy a mencionarles algunos aspectos que vamos a tratar a lo largo de este tiempo y el cronograma previsto inicialmente.

»Realizaremos el programa en doce semanas, abordando cada una de ellas un aspecto a tener en cuenta en el desarrollo de la innovación en nuestra empresa con carácter general, y a continuación de cada uno de los temas, realizaremos un trabajo conjunto sobre esos aspectos en vuestras empresas.Y así sucesivamente hasta el final del programa, en el que, con seguridad, vamos a conseguir conjuntamente la modernización de todas las empresas participantes del polígono industrial El Recreo.

»A grandes rasgos, los temas que vamos a tratar son:

El proceso de desarrollo de nuevos productos, es decir, cuál es la estrategia más adecuada para sacar un nuevo producto al mercado; cómo conseguir muchas y buenas ideas sobre nuevos productos y cómo filtrarlas; cómo desarrollar los procesos de creación de esos nuevos productos o servicios y el proceso más conveniente de su desarrollo por las etapas más frecuentes.

La investigación del mercado para estos nuevos productos: segmentos objetivos, técnicas de investigación, test de mercado, etapas de comercialización y el lanzamiento al mercado de nuestro nuevo producto.

Modelos de desarrollo de nuevos productos: qué vamos a utilizar, fases, priorización de proyectos, sistemas de control, aceleración de procesos…

Design thinking: cómo son sus características y cómo funciona, qué herramientas utiliza, concreción de los resultados.

Herramientas de percepción de los productos por el cliente: sus fuentes, análisis, medición, estudios comparativos con la competencia y estrategias a implementar.

»Como resumen, esta es la configuración inicial del programa que, por supuesto, aplicaremos con amplia flexibilidad para adaptarlo a las cuestiones que nos vayan surgiendo.

María, de manera deliberada, hizo una pausa un poco más larga, mientras observaba atentamente los gestos de los que asistían a fin de posibilitar alguna pregunta de los asistentes, como así fue.

Un señor sentado en la primera fila se levantó y dijo dirigiéndose no solo a María, sino más bien a todos los asistentes:

—Ya hemos oído desde hace tiempo muchas cosas sobre la innovación, pero eso es para las grandes empresas con muchos recursos; todos nosotros somos pequeños empresarios, no llegamos ni siquiera a medianos y, por eso, creo que no nos va a ser de gran ayuda este programa.

—Ya verá Ud., como el resto de los pequeños empresarios, que el aspecto de innovación no solo es para las grandes empresas.Tal vez piensen que innovación es encerrar a un equipo de investigadores en unas grandes instalaciones, como vemos en las películas americanas, hasta que encuentran un maravilloso y espectacular nuevo producto que el mundo vea con expectativa admiración.

»No nos vamos a referir a ese tipo de innovación, nuestras empresas son modestas en recursos y, por ello, las herramientas en las que más vamos a invertir son la imaginación, la curiosidad y la flexibilidad; el resto es trabajo, como siempre.

»Piensen que innovación es modificar el envase, embalaje, canal de venta o distribución, otros usos del producto… Y,

¿cómo se consigue dar con esa «innovación»? Veremos muchas formas, pero con un ejemplo tal vez constate las posibilidades de mejora de nuestros productos: con independencia del producto que fabrique, pruebe a dar un paseo por una ciudad, si es posible incluso de otro continente, observe los escaparates de las tiendas donde venden productos como el suyo o productos sustitutivos, observe cómo están en los lineales, cómo se presentan, sus catálogos, la manera en que se publicitan, etc. ¿Cree de verdad que no le surgirán ideas de fácil aplicación a su empresa? Yo creo que sí.

»Igual que el simple ejemplo que he puesto, hay muchas maneras de actualizar y modernizar nuestros productos y empresas, siendo en ocasiones mucho menos onerosas en su desarrollo de lo que pensamos y en esa línea de austeridad presupuestaria. Pero con amplitud de miras y esfuerzo es como vamos a afrontar este programa, y tengo total seguridad de que vamos a avanzar en nuestro objetivo de modernizar nuestras empresas.

 

Volvió a mirar atentamente a los asistentes y les notaba más relajados y con interés, de forma que, para no cansarles y mantenerles con la expectativa de una mejora de productividad, pensó que era el momento de cerrar la presentación.

—No me voy a extender más y creo que lo mejor es que, ya desde esta misma tarde, empecemos a trabajar en estos temas que he planteado con los empresarios que lo deseen, ya que pueden asistir los que estén interesados en el tema que vayamos a tratar en cada una de las sesiones o, si lo prefieren, asistir a todas. Eso lo dejamos a criterio de cada uno de ustedes en función de su interés y disponibilidad de tiempo.

»Concretamente, esta tarde vamos a tratar la innovación de productos desde una perspectiva general para, posteriormente, ir centrándonos en aspectos más concretos; es decir, pensaremos juntos cómo conseguir las mejores ideas, su selección, la técnica del design thinking, etc.

»Me gustaría que lo hiciéramos en un lugar en el mismo polígono y he pensado que podría ser en el salón que tiene el bar; ya he hablado con Manolo, su dueño, y está de acuerdo, de manera que, si a ustedes les parece bien, podemos empezar allí esta tarde a las 18:00 h. Creo que no nos llevará más de dos horas.

»Solo me resta agradecer al Ayuntamiento y a ustedes todas las atenciones que han prestado tanto en esta presentación como al nuevo plan del Ministerio de la Empresa.

Sonaron unos aplausos y la gente se fue levantando. Fueron muchos los que se acercaron a saludarla y agradecerle la presentación; también el alcalde le expresó su satisfacción por el acto y su perspectiva de que iba a resultar muy bien.

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