Psicología del lenguaje

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La consideración de cuestiones de naturaleza teórica en un manual con un sesgo marcadamente psicopedagógico, muestra lo asombrosa que es la competencia lingüística de los seres humanos, haciendo ver la importancia de abordar la enseñanza, estimulación y tratamiento en el área con base en un conocimiento riguroso de esas cuestiones, habilitando así al educador, psicopedagogo, etc., a crear sus propias herramientas de trabajo.

2. Lenguaje como código

Este es el enfoque característico de la teoría de la información, ciencia que se ocupa del flujo de la información, centrándose en los procesos de emisión, transformación y recepción de mensajes. Se vale de procedimientos matemáticos, en especial el cálculo de probabilidades, para estudiar los problemas relativos a la comunicación de mensajes. En esta perspectiva se ve el lenguaje como conjunto de señales que permiten transmitir información desde un emisor a un receptor.

Las ciencias de la información7 se desarrollaron inicialmente para manejar cuantitativamente la transmisión de mensajes por canales, fundamentalmente en ingeniería de las telecomunicaciones. Lingüistas y psicólogos del lenguaje vieron en ellas un modelo interesante para caracterizar aspectos relevantes de la comunicación y de la mente humana. Aplicadas al comportamiento verbal, estudian las formas de concatenación y las secuencias de los fenómenos lingüísticos, el grado de probabilidad o de incertidumbre ("entropía") que caracteriza el sucederse de los mismos.

La "información" es vista esencialmente como elección, reducción de alternativas. Su unidad mínima de medición es el "bit", equivalente a la elección entre dos alternativas igualmente probables. El concepto de información tiene por objeto el de hacer exactamente identificable lo que hay que comunicar, a fin de reducir la incertidumbre.

Cuando en esta teoría se dice que un mensaje lleva información, no se alude, estrictamente hablando, a una propiedad intrínseca de él ni a que sea portador de un significado coherente semántica y lógicamente: se quiere dar a entender que tal mensaje ha sido seleccionado de un conjunto más o menos amplio de mensajes posibles, con una estimación matemática de su probabilidad de ocurrencia. Un mensaje será más informativo, en tanto mayor sea el número de mensajes posibles. Una elección entre dos alternativas es diferente a una elección entre muchas alternativas posibles.

En psicología, las primeras aplicaciones de esta teoría estuvieron muy relacionadas con la medición. Sin embargo, como apuntaba Neisser (1976),

Los intentos por cuantificar los procesos psicológicos en términos informativos han llevado generalmente a la conclusión, después de gran esfuerzo, de que la "proporción de bits" no es una variable relevante en absoluto... El "bit" fue diseñado para describir la ejecución de sistemas poco selectivos: un teléfono no puede decidir qué porciones de un mensaje que ingresa son importantes... Los seres humanos se conducen de manera muy diferente y no son, de modo alguno, neutrales o pasivos hacia la información ingresante: por el contrario, seleccionan algunas partes de ella para prestarles atención a expensas de otras, recodificándolas y reformulándolas de manera muy compleja.

La programación de computadoras y las analogías mente-computador, en cambio, ocupan un lugar relevante en la psicología cognitiva actual. El ser humano es visto como un "procesador de información". Su pensamiento y procesos de toma de decisiones son simulados en programas computacionales, y los componentes y funciones del ordenador han llegado a constituir una metáfora corriente de la mente humana. Se ha configurado plenamente, además, la informática, ciencia del tratamiento racional y automático de la información -que comprende varias ramas- y de grandes repercusiones tanto en psicología como en educación.

En el tema relativo a las "funciones del lenguaje", más adelante, se revisará el modelo de comunicación lingüística de Roman Jakobson -vastamente conocido-, basado en la teoría de la información.

3. Lenguaje como conducta personal

Los psicólogos, a diferencia de los lingüistas, suelen estudiar el lenguaje como conducta, comportamiento o actividad humana; como habla más que como sistema o lengua.

En este enfoque, que ha caracterizado tradicionalmente la psicología del lenguaje y también las etapas iniciales de la psicolingüística, se tiende a realizar inferencias que parten de la conducta observable para llegar a la función psicológica. La descripción científica que se pretende llevar a cabo no lo es tanto de la lengua en sí, cuanto del proceso de su utilización, ya sea en la perspectiva del hablante como del oyente. Esta aproximación sigue vigente actualmente entre los propulsores de la lingüística cognitiva, que declaran entre sus postulados básicos: "El estudio del lenguaje no puede separarse de su función cognitiva y comunicativa, lo cual impone un enfoque basado en el uso" (Cuenca y Hilferty, 1999).

Las inferencias de muchos lingüistas, como ya se explicó, también parten de la conducta o datos aportados por los hablantes, pero su objetivo es llegar al sistema o lengua, no a la función y estructura psicológica. No les interesa caracterizar fenómenos psicológicos o eventos cognitivos y de otro tipo relacionados con la comprensión o producción de enunciados. Además, el lingüista por lo general concibe la lengua como sistema maduro y acabado (aunque pueda adoptar una perspectiva diacrónica, ya que la lengua "es algo vivo" y tiene variaciones a lo largo de la historia), pero no se interesa en el desarrollo del lenguaje en los niños, con la sucesión de etapas que definen considerables diferencias evolutivas en un sistema en transición y que se va configurando paulatinamente.

Una postura diferente fue la asumida por Chomsky, como ya se hizo notar, ya que su noción de "competencia" -que plantea una visión diferente del concepto de lengua- lo ha llevado a ocuparse de cuestiones de naturaleza psicológica, desatendidas por muchos lingüistas.


Figura 2.5

Un modelo de organización psicolingüística

Algo tan peculiar del hombre, como es su facultad o capacidad de lenguaje, que lo distingue en su forma de modelizar la realidad y de comunicarse, gracias a complejos sistemas de signos y reglas, ha atraído justificadamente el interés de los psicólogos, quienes tienen claro que no es posible el acceso directo a la capacidad como tal. Sin embargo, a partir de manifestaciones conductuales o datos aportados por los hablantes-oyentes, están en condiciones de concebir modelos de organización interna. La figura 2.5 esquematiza de manera sencilla algunos elementos básicos del modelo psicolingüístico de Osgood (que se analizará con algún detalle más adelante), uno de los más conocidos. Puede apreciarse, por ejemplo, que admite diferentes niveles de codificación y decodificación.

Es importante señalar que parte significativa de las investigaciones realizadas en psicología del lenguaje se plantean en una rigurosa perspectiva científica, empleando "técnicas experimentales", a fin de evitar inferencias basadas en la pura introspección. Ejemplos de investigaciones acerca del lenguaje como comportamiento o conducta personal (en estudios individuales o grupales, con muestras de diferentes características y en variados contextos) son las que consisten en:

• Considerar el habla como dato y realizar inferencias acerca de su producción.

• Comparar percepción y producción, tanto en lengua oral, como lengua escrita.

• Descubrir variables independientes que afectan los datos o respuestas (sexo, edad... ) y hacer inferencias acerca de la percepción, el recuerdo, tipo de procesamiento, la producción, etc.

• Estudiar factores paralingüísticos y no verbales concomitantes.

• Estimar efectos del lenguaje (como variable independiente) en otros tipos de conducta, como, por ejemplo, resolución de problemas, rendimiento escolar, etc.

Todos los estudios anteriores, que también se llevan a cabo a través de tesis de grado (ejemplo: comprensión lectora, comparando el rendimiento de los alumnos según diferentes variables), investigan la conducta verbal o no verbal -y variables relacionadas-, ya sea desde la perspectiva del hablante o de la del oyente (producción o comprensión de enunciados, por ejemplo). No se plantean en la interacción misma, como ocurre con el enfoque que sigue.

4. Lenguaje como conducta interpersonal

En este enfoque se considera el lenguaje como instrumento de comunicación en una interacción social. A diferencia del anterior, aquí se consideran simultáneamente hablante [H] y oyente [O), haciéndose necesaria la inclusión del contexto, que da pleno sentido a la relación. Para que se dé comunicación, O tiene que percibir8 y comprender el mensaje emitido por H, reaccionando de alguna manera a su intención comunicativa.

Herriot hace notar que en este caso hay muchas más variables que afectan la actuación que en aquellos en que se estudia a H o a O por separado. El efecto de retroalimentación, por ejemplo, hace que H modifique o regule su ejecución de acuerdo a las reacciones que observa en O. Las características individuales de los interlocutores, rasgos de personalidad, sutiles o significativas diferencias de código, el efecto recíproco de las intervenciones, etc., producen resultados a ser tenidos en cuenta si se desea una visión más o menos completa de la interacción.

 

Este enfoque, como se verá a lo largo del presente manual, es el que mejor caracteriza las orientaciones actuales, tanto en psicolingüística como en lingüística (pragmalingüística, análisis del texto-discurso y de la conversación, análisis crítico del discurso), así como en la didáctica de las lenguas, valorándose el lenguaje como instrumento de comunicación (o también... de manipulación) en un contexto social determinado -y no solo como lengua, código o conducta personal- en una perspectiva más funcional y pragmática, que puramente estructural y taxonómica.

Las influencias han venido de varias fuentes. Entre otras, de la filosofía de los actos de habla, de la evolución misma de la lingüística postchomskiana (cobrando mayor relevancia la semántica y la pragmática) y de la sociolingüística. En el apartado que dedicaremos a la psicolingüística en una visión diacrónica, más adelante, profundizaremos en esta evolución.

Las preocupaciones de la sociolingüística pueden resultar muy ilustrativas en relación a lo que se está afirmando. Se trata de una disciplina que se caracteriza por una aproximación netamente contextualizada al estudio del leguaje. Ha sido definida como "el estudio del uso de la lengua en contexto por los grupos sociales y de las diferencias entre grupos en el uso de la lengua".9 Constituye, por lo tanto, una interdisciplina que se ocupa de un terreno compartido por estudiosos de la lengua y de la realidad social. Fisham, autoridad en el campo de la "sociología del lenguaje", afirmaba que esta examina la interacción entre dos aspectos del comportamiento humano: el uso del lenguaje y la organización social de la conducta.10

Algunas de las trabas que surgen en torno al lenguaje en las relaciones humanas (entre grupos e individuos), los resumió Von Moltke en un notable trabajo -pionero en el país- destinado a revisar los aportes de numerosos expertos en la materia a la fecha de su revisión: El lenguaje desde una perspectiva sociolingüística.11 Entre los problemas más significativos enumeraba:

• El lenguaje en las relaciones entre diferentes grupos étnicos y minorías lingüísticas.

• El multilingüismo como problema social.

• El lenguaje de los guetos en las grandes urbes.

• La comunicación entre diferentes estratos sociales.

• Una variedad lingüística sub-estándar, como escollo en el progreso económico, cultural y social del individuo y de grupos humanos.

• La lengua estándar como clave de la promoción y del éxito personal y social.

• El rendimiento escolar obstaculizado por una variedad de lengua específica de un cierto estrato social menos privilegiado.

• El lenguaje en la formación de la opinión pública, concientización ideológica, en la manipulación humana a través de la publicidad, prensa, TV, etc.

Algunos de los puntos señalados por Von Moltke han cobrado relevancia en el contexto educativo al momento de analizar ciertas variables que inciden en el fracaso escolar y en las dificultades en el aprendizaje. Es conocida la interpretación que hizo Bernstein del código de los estratos menos privilegiados, definido como "restringido" y de carácter deficitario desde el punto de vista funcional-cognitivo (hipótesis del déficit o de la deficiencia), comparado con el código de la clase media, de tipo "elaborado".

Esta postura ha tenido decididos e influyentes seguidores en el país, generando en los docentes de aula de sectores deprivados la convicción de que poco o nada pueden hacer para lograr el progreso de sus alumnos... (efecto de profecía autocumplida).

Labov, en cambio, ha demostrado que los dos códigos son de idéntico valor funcional y lógico -lo que avaló con contundentes estudios acerca de la "lógica del inglés no estándar"-, aunque corresponden a normas diferentes (hipótesis de la diferencia). Para un análisis, ver Rondal (1980) y Lewandowski (1995), Bermeosolo (2010).

Bates dice que tanto la pragmática como la sociolingüística suponen un acercamiento de tipo contextual al lenguaje, pero mientras la primera se define como el estudio del "uso individual del lenguaje en el contexto social", la sociolingüística es el estudio del "uso de la lengua en contexto por los grupos sociales". En el apartado dedicado a la semiótica nos referiremos al concepto de pragmática, y a la concepción de esta como rama de la semiótica.

1 El estructuralismo puede considerarse como toda una corriente cultural que se caracteriza por concebir cualquier objeto de estudio como un todo, cuyos miembros se interrelacionan entre sí y con el todo, de tal manera que la modificación de uno de ellos modifica los restantes.

2 El término de gramática "generativa" significa -siguiendo a Hadlich- que su función básica consiste en asignar a cualquier oración de la lengua la descripción estructural correcta, la que muestra el tipo de información que el hablante nativo utiliza al interpretar o producir esa oración. En otras palabras, qué reglas pone en juego.

3 Sintagma es la combinación de dos o más elementos lingüísticos sucesivos, en la que cada uno adquiere su valor por su relación con el precedente o el siguiente, o con ambos. Las frases y oraciones son sintagmas. El sujeto de las oraciones es típicamente un sintagma nominal; el predicado, un sintagma verbal.

4 Ver nota anterior.

5 La fonología o fonémica que (a diferencia de la fonética) se ocupa directamente de los fonemas, cuando trata de los principios que determinan la formación de morfemas y palabras a partir de los fonemas, da lugar a la morfofonología o morfofonémica.

6 Para la RAE, el componente semántico y pragmático quedan fuera de la gramática propiamente tal, aunque son necesarios en la descripción de numerosos aspectos de la gramática.

7 Las "ciencias de la información" incluyen la teoría matemática de la comunicación (extensión de la teoría matemática de la probabilidad), la programación de computadoras, análisis de sistemas, decisión estadística y campos relacionados, lo que se engloba, a veces, con el concepto de "cibernética" (etimológicamente, del griego arte del timonel o piloto), aludiéndose así al control de sistemas y comunicación en máquinas y seres vivos.

8 Herriot define provisionalmente percepción como recepción del habla y comprensión, como relación del habla con la situación.

9 Bates, E. "Pragmatics and sociolinguistics in child language". En D.M. Morehead (ed.): Normal and deficient child language. University Park Press, Baltimore, 1978.

10 Fisham, J. "La sociología del lenguaje". En G.A. Miller (ed.): Nuevas dimensiones en la psicología y la educación. Edisar, Buenos Aires, 1978.

11 Este trabajo fue publicado en Presencia social del lenguaje. Dpto. de Lingüística y Filología Clásica. Instituto de Letras PUC. Ediciones Nueva Universidad, 1978. El profesor R. Von Moltke, distinguido lingüista, fallecido hace algunos años, fue director del Departamento de Pedagogía en Alemán y profesor del Instituto de Letras de la P. Universidad Católica de Chile.

Capítulo 3

FUNCIONES DEL LENGUAJE

Temas del capítulo

La perspectiva funcional en el estudio del lenguaje • Los tres modos de ser del signo • El modelo de la teoría de la comunicación • Un modelo evolutivo • Competencia comunicativa

LA PERSPECTIVA FUNCIONAL EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE

El propósito de este capítulo es revisar algunas de las variadas funciones que cumple el lenguaje, a la luz de la visión autorizada de eruditos que se han ocupado explícitamente del tema. Desde el punto de vista psicopedagógico, un conocimiento más acabado de estas materias entrega al educador herramientas fundamentales para su labor. Cumpliendo el lenguaje funciones que van más allá de la mera entrega de información, el maestro de aula, el psicopedagogo y otros especialistas pueden evaluar importantes aspectos del desarrollo de los niños constatando si las funciones que se examinan en este capítulo se observan en ellos y cómo se dan. Más útil que simplemente aplicar tests de lenguaje, es conocer la base conceptual en que se apoyan, por ejemplo en esta temática, verificando su solidez y si los ítemes cubren un espectro amplio y representativo de lo que están destinados a medir.

Según el lingüista Roman Jakobson,1 el lenguaje cumple dos grandes funciones comunicativas:

1. la función INTERPERSONAL, que, según afirma, "salva el espacio", y

2. la función INTRAPERSONAL, que "salva el tiempo".

"Salvar", como sinónimo de "franquear", "superar" o "rebasar", significa vencer o sobrepasar un obstáculo, recorrer o acortar una distancia. De este modo, la comunicación con los demás (directa o indirecta) permite "salvar el espacio" entre ellos y nosotros, mientras que la comunicación con uno mismo le permite a cada cual retroceder o proyectarse en el tiempo (remontarse a la niñez o hacer planes a futuro), con conciencia de la propia identidad y con alguna suerte de conversación, negociación o discusión consigo mismo, en un plano -muchas veces- de metacognición, autoconciencia, autoevaluación, etc., todo lo que justifica hablar de "comunicación intrapersonal".

Desde que Saussure echó las bases de la lingüística moderna, como ya se indicó, proponiendo el estudio y la descripción de la lengua como objeto de la lingüística, el foco de los lingüistas estuvo centrado en la descripción del sistema (la estructura) y no en el uso individual, heterogéneo y contextualizado, por parte de los hablantes. De alguna manera, por muchos años se privilegió por sobre lo funcional y el sentido práctico del lenguaje como instrumento de comunicación, el estudio de la "gramática" con sus numerosas reglas y excepciones. Esto se hizo evidente tanto en las clases de lengua materna como en el aprendizaje de idiomas extranjeros.

Es cierto que siempre ha habido preocupación especial de algunos lingüistas y gramáticos en destacar el papel funcional del lenguaje, no limitándose solo a la descripción y análisis de la estructura. El Círculo Lingüístico de Praga, integrado en las tempranas décadas del siglo XX por Jakobson y destacados lingüistas rusos y checos -grupo conocido como "funcionalista", aunque preocupado también de cuestiones estructurales-, proponía en sus tesis iniciales que cuando se analiza el lenguaje como expresión o como comunicación, la intención del sujeto hablante es la explicación que se presenta con mayor facilidad y naturalidad. Por esto mismo, en el análisis lingüístico, debe uno situarse en el punto de vista de la función.2

La perspectiva funcionalista ha caracterizado también la labor de varios otros lingüistas y -por la naturaleza de su quehacer- en psicología del lenguaje y en psi-colingüística, los investigadores han privilegiado el análisis funcional por sobre el estructural. Skinner, influyente figura conductista, dentro de su enfoque ofrece un análisis funcional del comportamiento verbal, identificando, en un lenguaje "objetivo", las variables determinantes de dicho comportamiento y las formas de su interacción.3 Más adelante nos detendremos en el punto.

En las orientaciones cognitivistas, como es de esperar, se asigna un papel decisivo al lenguaje verbal en el desarrollo de las funciones psicológicas superiores, aunque con posiciones encontradas entre algunos de sus exponentes (como Piaget y Vigotsky) en puntos cruciales relativos a las relaciones lenguaje-cognición. Gran parte de la psicología cognitiva cobra sentido a la luz de la acción del lenguaje al servicio de la categorización de la realidad y estructuración del conocimiento, pero también al servicio de la regulación de la acción y comunicación.

Se presentan a continuación las funciones del lenguaje propuestas por tres estudiosos vastamente conocidos, tanto en lingüística como en psicología del lenguaje: Bühler, Jakobson y Halliday. Estos autores se refieren básicamente al lenguaje verbal, a la palabra, si bien hay varias funciones de las que mencionan que pueden hacerse extensivas asimismo a otras formas de lenguaje.

 

LOS TRES MODOS DE SER DEL SIGNO

Karl Ludwig Bühler4 pensaba que el lenguaje era una "disposición semántica" que estaba al servicio de la vida comunitaria, afirma Bonin (1991), con lo cual "logró una fundamentación semasiológica de la psicología" (la semasiología es la investigación filosófica y psicológica de los significados). Analizó el concepto de signo -análisis aplicable a todo lenguaje-, definiéndolo como "algo que está por otra cosa", de acuerdo a la tradición filosófica escolástica.

El "estar por otra cosa" puede darse, sin embargo, de diferentes maneras. Es decir, hay diferentes modos de ser del signo (o... diferentes funciones que puede cumplir el lenguaje). Siguiendo a Platón, según el cual el lenguaje es un instrumento u órganon con el que uno comunica a otro algo-acerca-de-las-cosas, como se grafica en las figuras 3.1 y 3.2, adaptadas de Hörmann, quedan de manifiesto los tres modos de ser del signo:

Símbolo de las cosas y estados de cosas, es decir, de aquello de que se habla o asunto.

Síntoma del hablante o emisor, cuyo estado interior expresa.

Señal para el oyente o receptor, cuya conducta dirige.


Figura 3.1

Relaciones que establece el signo

Bühler representa con un triángulo las tres caras del signo, figura muy conocida, ya que aparece en muchos tratados sobre el tema.5 De los tres modos de ser del signo: símbolo, síntoma y señal, se derivan las tres funciones del lenguaje (o funciones del signo): respectivamente, representación, expresión y apelación (o llamada).

La fig. 3.3 presenta las 3 funciones, ubicadas en las posiciones que les corresponden, de acuerdo a las dos figuras anteriores. Un signo determinado, una expresión lingüística, es símbolo de las cosas que representa (ejemplo: zapato; esta mesa tiene tres patas, etc.); es síntoma, si expresa el estado interior del hablante (¡socorro!; ¡no puedo más!...); es señal, si apela o llama al receptor, regulando su comportamiento ( -entrégamelo; -¿podrías abrir la ventana?).

Muchas veces, en las expresiones se hace presente más de una función, aunque primando una de ellas, según el contexto, o de acuerdo a lo que privilegia el oyente:


Figura 3.2

Las tres "caras" del signo


Figura 3.3

Las funciones del signo (y del lenguaje)

-¡qué manera de llover! (representativa y expresiva); -¡Te pasaste! (ídem); -¡No te vayas, te lo suplico! (expresiva y apelativa); ¿Por qué no te callas! (ídem). En esencia, cada signo, cada mensaje lingüístico implica una triple relación, de acuerdo a los tres "modos de ser del signo", aunque no suelen darse simultáneamente las tres funciones con igual relevancia o fuerza.

En la tríada anterior, ve Bühler aquella que, a su juicio, constituye la esencia de la psicología: la "expresión" se refiere a la experiencia; la "apelación", al comportamiento; y la "representación", al objeto, el producto mental y el cultural.

El análisis de Bühler es más profundo y complejo de lo que se pudiera pensar a partir de lo expuesto, con agudas observaciones de naturaleza filosófica y semiológica. En pedagogía fue muy influyente su obra El desarrollo espiritual del niño (traducida al español), donde establece, entre otras cosas, que el juego es un elemento fundamental para el desarrollo intelectual y cognoscitivo del hombre. Entiende el juego como "placer funcional", independiente de la actividad llevada a cabo y de la finalidad que persiga. Diferentes autores, entre ellos Heinz Reimplein (1974) desarrollaron posteriormente esta noción. Remitimos al lector a la abundante bibliografía existente sobre estas materias.

EL MODELO DE LA TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN

Roman Jakobson6 utiliza los elementos básicos del modelo de comunicación aportados por la teoría de la información, que llegó a ser muy influyente -en parte por mérito suyo- tanto en psicología como en lingüística. La teoría de la información, como ya se adelantó en el capítulo sobre los "enfoques en el estudio del lenguaje", es una extensión de la teoría matemática general de la probabilidad, y fue elaborada por Shannon y Weaver7 hacia fines de la década de 1940, a fin de manejar cuantitativamente la trasmisión de mensajes por "canales". Explica Neisser (1976):

Un canal, como una línea telefónica, transmite información en la medida en que las elecciones hechas en uno de sus extremos, determinen aquellas realizadas en el otro. Las palabras del interlocutor se consideran como elecciones sucesivas entre todas las posibles palabras del español. Idealmente, el mensaje transmitido capacitará al escucha para que elija las mismas, esto es, para identificarlas una a una correctamente.

Términos tales como emisor, receptor, canal, ruido, mensaje, etc., corresponden a los elementos del sistema, identificados por los ingenieros para describir y cuantificar la comunicación por aparatos, pasando posteriormente a formar parte del repertorio lingüístico que describe la comunicación humana. Nociones lingüísticas -como ocurre con el concepto de redundancia perteneciente a la retórica- han sido tomadas prestadas por la teoría de la comunicación (o de la información). El mismo Jakobson (1981) afirmaba:

Realmente se producen unas coincidencias y unas convergencias sorprendentes entre las más recientes etapas de la metodología del análisis lingüístico y la forma en que se considera el lenguaje en la teoría matemática de la comunicación. Como ambas disciplinas se ocupan de una misma zona en el terreno de la comunicación verbal (aunque con métodos diferentes y totalmente autónomos), han podido experimentar los beneficios de su colaboración mutua, beneficios que sin duda se verán aumentados en el futuro.


Figura 3.4

Las funciones del lenguaje, según Jakobson.

La flecha circular invertida alude al efecto de los procesos de retroalimentación.

El esquema que muestra la fig. 3.4, basado en Jakobson, es de sobra conocido, ya que suele aparecer en textos escolares que tratan los temas de lenguaje y comunicación. En mayúsculas, destacadas sobre cada uno de los elementos del sistema, aparecen las funciones del lenguaje.

Puede apreciarse que el modelo incluye las tres funciones básicas de Bühler descritas anteriormente, las que, como lo hace notar Jakobson, corresponden a la primera persona, el emisor o hablante; la segunda persona, el destinatario u oyente; y la tercera persona, de quien o de que se habla.

Como ya se hizo ver, en cada enunciado producido por un hablante y que debe ser interpretado por un oyente, pueden estar presente dos o más funciones. Sin embargo, es posible identificar una de ellas como la predominante. No se olvide, además, que los roles de hablante y oyente se van intercambiando constantemente en la dinámica de la interacción.

Cada función aparece centrada en algún elemento del sistema o está directamente relacionada con él. Ellas son:

• La referencial (o cognoscitiva, denotativa, representativa, simbólica) se centra en el contenido o "contexto" (en sentido de referente o como sinónimo de contenido). Se pone de manifiesto en los textos informativos, en la narrativa, en la poesía épica, en las oraciones declarativas o enunciativas (afirmativas o negativas), etc., predominando el uso de la 3ª persona.

• La emotiva (o expresiva), centrada en el emisor. Caracteriza a la poesía lírica, con predominio de la 1ª persona. Se evidencia en las interjecciones, exclamaciones y enunciados en que, con efectos paralingüísticos y concomitantes no verbales (gestos, expresiones faciales, etc.), se ponen de manifiesto emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc.

• La conativa (o apelativa), centrada en el receptor o destinatario. (Nótese que el receptor no necesariamente es el destinatario). Se expresa en el uso de vocativos, imperativos, la oratoria, la poesía suplicatoria o exhortativa. El hablante pretende, a través de órdenes, ruegos, preguntas, etc., que el oyente actúe en conformidad con lo solicitado.

• La fática (o de contacto) se centra en el canal o contacto: se pone de manifiesto en todos aquellos recursos (expresiones, palabras, muletillas, gestos) que pretenden mantener la interacción: aló, vale, te escucho, claro, por supuesto, ya, correcto, ahá, mmm, etc. El canal es el medio utilizado para el contacto: voz, gestos, carta, teléfono, correo electrónico, medios de comunicación masiva...