Looderish hsiredool: Interdimensional

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Las palabras de Mary resonaban en mis oídos y me desgarraban el alma.

Mi tío Bendy ya lo sabía, y no me lo había dicho. ¿Por qué me había ocultado tantas cosas? ¿¡Por qué?!

En ese momento me di cuenta de que Bendy también debía de ser un clon, lo cual lo convertía en la copia del tío de mi versión original, lo cual no era lo que yo consideraría una familia, aunque sí lo más cercano. Comprendí la razón de por qué me había ocultado todo: era el dolor y confusión que, al igual que yo ahora, él sentía desde hace tanto tiempo.

El Omhusk Flair también me había ocultado todo, aunque era mejor creer que tus padres habían muerto en un accidente de tren a que tus padres nunca existieron…

Me sentía terrible y decidí hacer algo. Tenía que destruir esa máquina, tenía que destruir a Jenny, costara lo que costara. Cuando me dispuse a salir de la habitación, recordé que nada de esto era culpa de esas personas y, si destruía a Jenny, ellos lo pagarían muy caro.

Estuve en un dudoso dilema en los siguientes quince segundos, pero me resigné y decidí no hacerlo. «Ni siquiera pude ahogar a un lagarto», pensé. «No podría de ninguna manera destruir una máquina interdimensional». Entonces miré a varias personas, caminando a través del pasillo, riendo. Y tras varios minutos reflexionando, logré yo sacar también una sonrisa. Después de todo, no lograría nada llorando, aunque fuera una copia, seguiría siempre siendo humano y, como todo ser humano, necesitaba volver a casa. Necesitaba volver a mi dimensión, con mi gente, y vivir mi vida, ese sería, de ahora en adelante, mi más profundo deseo y mi misión esencial.

Salí de la habitación y busqué a Mary, pero no la encontré, así que fui a preguntarle a alguien dónde podía conseguir un poco de leche.

Había bastante gente adulta, la gran mayoría lo eran; sin embargo, parecía que en esa dimensión y en ese año los niños y jóvenes habían alcanzado un poder y una autonomía mucho mayor que en la mía, y varios recorrían los pasillos, confiados, realizando sus trabajos. No había mucha diferenciación de edades. Eso me parecía bastante extraño pero muy interesante, y un asombroso dato de la cultura humana en otra realidad. Podía haber un niño de ocho años trabajando en un grupo con personas de 18, 30 y 50 años, todos haciendo la misma labor.

Estaba bastante nervioso por conocer a personas nuevas, por el trato que pudieran darme. Andaba con la cabeza gacha, evitando las multitudes y pegado a las paredes.

El idioma entre humanos, por lo que vi, no había cambiado, pero usaban una ropa bastante extraña y gestos con las manos y la cara muchísimo más elaborados que en el mundo normal para mí.

Traté de hablar con varias personas, pero me ignoraron. La forma de comunicación allí era mucho más ruda y había que hacer un gran esfuerzo para que te pusieran atención. No sabía qué hacer y estaba perdido entre la gente.

Vi a Ghust comiéndose un burrito, pero no me le acerqué. De pronto, alguien se tropezó conmigo y, después de dedicarme una mirada comprensiva, me dijo:

—Hola, qué lindo conocerte, me llamo Luci y tengo veinte años, ¿necesitas algo?

—¿Dónde puedo conseguir algo de tomar? Estoy sediento —respondí, sorprendido por su forma de presentarse.

—Claro, ven conmigo.

Nos acercamos a un local bastante grande donde Luci me compró una leche y un paquete de bocadillos. Me sentí muy satisfecho. Era la única persona que me había ayudado. Le agradecí enormemente y nos volvimos amigos. Procedió a mostrarme todo aquel lugar. Supongo que era visible que era nuevo allí, o tal vez alguien ya le había contado quién era yo.

Luego me explicó qué era WDM:

—Sus siglas traducen, en inglés, The great Walter Delegation against the Monsters, (La gran delegación de Walter contra los monstruos). En la Antigüedad, era una organización dispuesta a combatir monstruos de todo tipo (mutados, alienígenas, etc.,), pero nunca tuvo mucha suerte, además perdió su credibilidad a finales del siglo xx por un caso falso de un dinosaurio vivo. Pero, después de todo lo de las dimensiones, el fin del mundo, etc., tomamos ese nombre otra vez para nuestra propia organización, que trata de garantizar la comida y así la supervivencia a los humanos de la Dimensión A luchando contra los Goorgops.

»Prácticamente todos los de la DIA hacemos parte de WDM, pero solo simbólicamente, porque muchos solo aportan información y apoyo moral. No tienen nada más que puedan ofrecer, y muchos viven en otros lugares en la superficie, pero todos son atendidos y representados por esta organización.

Tenemos tres propósitos esenciales, todos enfocados a la protección de la vida y el desarrollo evolutivo de los humanos de la DIA, quienes hemos sido olvidados por las otras dimensiones: el primero, garantizar el abastecimiento de recursos primarios de supervivencia, como agua, comida y medicinas; el segundo, desarrollar e implementar mecanismos de desarrollo tecnológico, para en un futuro comunicarnos e incluso viajar a otras dimensiones y así restablecer el balance científico, político y social en nuestra sociedad; y el tercero, defender nuestra especie del creciente peligro de los Goorgops y apropiarnos del territorio que fue y debe ser nuestro, para así poder vivir en paz.

—¿Y los Goorgops no pudieron ser la causa del fin del mundo? —pregunté yo, sin prestarle demasiada atención a los objetivos de WDM.

—No, ellos llegaron después, Son una raza alienígena mutada por la radioactividad producida por la raza humana antes de la creación de las tres dimensiones, en un asteroide que pasaba cerca de Saturno. Eso quiere decir que gracias a nosotros modificaron su estructura genética y evolucionaron tanto física como psicológicamente. Son producto de nuestras irresponsables acciones antes de Jenny. Así lograron invadir la Tierra y son los mayores causantes de muertes de seres humanos, además de la principal razón por la cual pasamos a vivir debajo de la Tierra. —Debo admitir que me deprimí un poco por no haber descubierto la causa del fin del mundo, pero se me subieron los ánimos de nuevo cuando descubrí un paisaje inigualable.

Miles y miles de oficinas se extendían a lo largo de un salón enorme rodeando todas a un gran árbol con muchos frutos. En su copa, se alzaba una pequeña oficina de observación hecha toda de cristal, que la hacía invisible si no le ponías mucha atención. De las enormes paredes y techos del salón colgaban carteles y más carteles de fondo rojo con blanco con las letras WDM y su eslogan: «¡POR UNA VIDA MEJOR!».

—¡WOW!, ¿qué es eso? —exclamé.

—Son las oficinas de archivo de misiones, WDM está bajo tierra, dentro de antiguo volcán inactivo. La luz, el agua y la electricidad nos la provee el QMR, pero es secundario, ya que se dice que antes de la construcción de la organización las personas lograron sobrevivir en cavernas sin estos mecanismos. El verdadero propósito del QMR es la producción de oxígeno.

—¿Qué? —Exclamé sorprendido —¿Acaso el planeta no es respirable? ¿Entonces como pude yo…?

—Si lo es —Respondió de inmediato ella —El fin del mundo pasó ya hace mucho. No es debido a sus repercusiones en la naturaleza del planeta la razón por la que no salimos. Es debido a los Goorgops. Para aislarnos de ellos ni una barrera de metal ni de ningún otro material sería suficiente. Por eso construimos una barrera de oxígeno, le hicimos un agujero a la atmósfera. Una pequeña área circular de la tierra no tiene la partícula básica de la vida. La fabricamos a partir de un sistema subterráneo que en la antigüedad servía para evitar que una partícula de oxígeno se entrometiera en algún experimento científico cerca del centro de la tierra, solo que amplificado con tecnología Goorgop. En esa zona muerta del planeta es donde se encuentra WDM. Tiene un radio de 15 kilómetros, y nos mantiene a salvo de los Goorgops, pero necesitamos al QMR para que podamos respirar. El problema es que hubo una avería en el sistema, sin certeza de qué pudo ser, y necesitamos reiniciarlo para que siga funcionando. Infortunadamente, el microchip que contiene toda la información para operarlo nos lo fue robado por los Goorgops. Por eso enviamos a Mary a buscarlo y, aunque afortunadamente te salvó, no alcanzó a recuperar el microchip. Por eso la mayoría de las misiones están destinadas a encontrarlo y devolverlo, aunque otras muchas tratan de buscar comida, emboscar a un grupo de Goorgops, etc. Si no lo encontramos a tiempo nuestro aislamiento del resto del mundo podría estar costándonos la vida. Afortunadamente es fácil saber dónde está el microchip, excepto si llegara a salir de la zona de rastreo, porque tiene un localizador implantado en la parte de atrás, lo difícil es recuperarlo y salir con vida.

—Wow, parece un sistema bastante bien organizado.

—Sí, efectivamente lo es. Hemos trabajado mucho para lograrlo. Además de las oficinas, WDM está constituido por una serie de salones de trabajo, oficinas, laboratorios científicos y salas de operaciones, por un lado, y por el otro, habitaciones, pequeños hospitales y el comedor principal, que, a pesar del gran número de personas, no es tan grande. Esta última sección está enfocada en las necesidades básicas como el sueño y la comida de los trabajadores de WDM, pero no ocupa más de un quinto de toda la instalación de la organización.

Lucy fue bastante amable conmigo y me mostró y explicó la función de cada una de las partes de aquel lugar tan nuevo y extraordinario para mí.

Uno de los cuartos que más me sorprendió era el de evaluación posterior. Un cuarto con forma de hexágono donde cinco o seis personas, recostadas en sillas también de forma hexagonal, desplegaban numerosos y sofisticados hologramas de distintos colores en el aire.

 

Según me explicó Luci, la función de aquellas personas era recibir los datos que llegaban de las oficinas de archivo sobre las misiones, objetivos y logros de WDM y priorizar para el futuro cuáles eran los factores más urgentes y temas de conversación concretos que deberían ser tratados para impedir catástrofes en años posteriores.

Hacían evaluaciones matemáticas de múltiples índices de necesidades de la organización e iban clasificando las diferentes posibilidades del futuro de WDM, como un tipo de predicción del futuro.

Cada color de los hologramas significaba un nivel de urgencia diferente. Azul era el mínimo, pequeños problemas que podían ser incluso interpersonales y que no afectaban para nada a las bases de la organización. Las predicciones azules también podían ser logros difíciles de mantener, pero que al fin y al cabo eran logros y ya no eran un mayor problema.

Luego seguían los hologramas amarillos, que eran de una urgencia media y que trataban de inconvenientes de salud pequeños o fallos alimenticios, como que la comida era cada vez menos o que tenía un sabor diferente y extraño, por lo que puede ser que la Tierra empezara a dejar de ser fértil. Estos hologramas eran revisados por autoridades superiores, pero la mayoría no quedaban como una urgencia.

Los hologramas naranjas, por otro lado, eran de mayor urgencia y podían mostrar inconvenientes más grandes que en un futuro desestabilizaran la estructura básica de WDM, como desastres naturales, escasez inusual de comida, o predicciones de bajas tecnológicas casi insuperables.

Los rojos eran de un nivel de urgencia superior. Se trataba, por ejemplo, de revoluciones internas en WDM, nuevas enfermedades mortíferas que amenazaban con la vida de los seres humanos, predicciones de insuficiencia total de agua, comida y medicinas, y de avances tecnológicos gigantes de los Goorgops, que se debían atender con urgencia porque amenazaban al completo sistema de WDM y la vida de sus integrantes.

Y finalmente los negros. Amenazas mortales para toda la población de la DIA, problemas que se debían atender de inmediato para evitar la destrucción total de WDM y el fallo de todas sus misiones y propósitos. Un ejemplo de estos, el fallo del QMR, el motor principal de la civilización humana. Y aunque no acechaban las mayores posibilidades, nuevas especies extraterrestres, agujeros negros y meteoritos también se podían contemplar allí.

Este cuarto me pareció fascinante y reunía varios de mis temas de interés, como las matemáticas y los peligros sobrenaturales, además de ser una evolución de los sistemas de valoración de riesgos primitivos de mi dimensión. Cuánto habría dado por entrar allí… Lamentablemente, nunca lo hice.

Después de terminado el recorrido, Luci me dio la oficial bienvenida a WDM y me entregó un pequeño carnet con mi foto y mi nombre, al igual que el eslogan debajo: «¡POR UNA VIDA MEJOR!», y luego me asignó mi habitación que, aunque iba a ser compartida con otras tres personas, en ese momento estaba vacía.

—Pensé que me quedaría en donde estuve la última vez —le dije a Luci.

—¿Qué? ¿En el salón de observación? ¡Jamás! Allí revisan por primera vez a las personas que llegan heridas o de otros lugares del mundo y que quieren entrar a WDM, aunque en tu caso venías de aún más lejos… —me respondió. Entonces, decidí preguntar algo. No sé por qué pensé que ella lo sabría, pero igualmente lo hice y, tras tanto tiempo teniendo aquella gran duda, valió la pena:

—Luci…, una pregunta, ¿Alguna vez has oído hablar de la Brigada de las tinieblas? —exclamé. Ella se estremeció al instante. Duró unos momentos con la mirada perdida en alguna parte de la habitación, hasta que recordó que estaba allí y dijo, pasándose una mano por la cara:

—Es… es mejor no hablar de eso.

—¿Por qué no? —pregunté yo.

—No es adecuado —me respondió. Yo, al ver que sabía algo, dije con frustración:

—De donde yo vengo, la Brigada de las tinieblas ha hecho sufrir a mucha gente, incluyéndome. Sus crímenes acabaron con la vida de muchas personas y sembraron el terror en todas partes. Ellos… mataron al único amigo que tenía y, tal vez, también a mi tío. —Se me aguaron los ojos, pero resistí—. Necesito saber quiénes son, no puedo quedarme más con esta duda, me han hecho ya demasiado daño, Luci, por favor —concluí, y ella, mirándome con compasión, me respondió:

—Bien, te contaré lo que sé, pero ten mucho cuidado a quién se lo dices. —Y luego, cambiando a un tono más serio—. Omhusk Flair no siempre fue un buen hombre. De hecho, muchas veces abusaba de su poder y sus inventos. Un día, años antes de que se le dejara de ver en la sociedad, programó a un Vhold para que, ante las huellas digitales de unas determinadas personas, solo funcionara como un viaje a la DIA, y luego se autodestruyera. Después de programarlo de esta manera, les tendió la trampa a cinco pequeños niños que habían crecido en su orfanato y, por lo tanto, eran clones también.

»Nadie entiende bien por qué lo hizo, no tenía ningún sentido, pero aun así la gente lo defendió y el caso quedó enterrado. Tal vez, obedeció a algún estímulo salvaje inexplicable, pero después de grabar sus huellas digitales en el aparato hizo que aquellos niños de entre siete y diez años se teletransportaran a esta dimensión horrorosa y no pudieran volver a casa.

»Los niños crecieron y, aunque siempre tuvieron el apoyo de WDM, su vida cambió para siempre, y para mal.

»Años después, ya siendo adultos, se revelaron en nuestra contra y asesinaron con brutalidad a más de treinta personas con tan solo cuchillos, para así robarse el proyecto en el que habíamos trabajado tantos meses: habíamos encontrado un Vhold, tenía un estuche con su nombre en él, por lo que podíamos verlo, pero estaba un poco averiado, así que nos tomó tiempo repararlo con una fuente de energía similar. Estaba ya listo, cuando la gran tragedia sucedió.

»Tras robarnos el logro más grande que habíamos conseguido jamás y dejar las paredes de WDM manchadas de sangre…, se teletransportaron a la DIA y formaron una banda criminal sin escrúpulos, gracias al Vhold conseguido, con el que podía desaparecer de esa dimensión y aparecer de nuevo en esa, como esfumándose en el aire en un instante. La policía nunca los atraparía.

»Sin embargo, el propósito principal de la Brigada de las tinieblas era vengarse del hombre que arruinó su vida y asesinarlo…, Omhusk Flair.

—¿Qué? —exclamé yo, confundido—. ¿Omhusk Flair? Pero murió hace muchísimos años. ¿Cómo es posible que fueran a asesinarlo?

—Ese fue su gran error —comenzó a explicar ella—. No sabían que el tiempo era relativo en las diferentes dimensiones y que pasaba mucho más rápido en la B que en la A, por lo tanto, pensaban que Omhusk Flair seguía vivo y como director del orfanato. Por eso dejaron el Vhold en alguna parte del orfanato y lo programaron, tal y como lo había hecho años atrás el mismo Omhusk, para que al contacto con sus huellas digitales lo teletransportara a la DIA y se autodestruyera. Caería en un lugar frecuentado por Goorgops, que lo devorarían al instante.

Cuando terminó aquella frase, mi emoción había llegado al máximo. Todas las teorías conspirativas que había tenido alguna vez en mi cabeza sobre este asunto se quedaban cortas ante aquella majestuosa explicación, que aún no había terminado.

―Al darse cuenta de que Omhusk ya había muerto hace años y que ahora el director del orfanato era Ghust, se enfurecieron por haber desperdiciado tan preciado objeto dejándolo tirado en el Omhusk Flair. Pero, aunque iban a volver con el teletransportador a recuperarlo, no lo hicieron, porque ahora tenían un nuevo objetivo: vengarse del orfanato que les había ocultado su verdadero origen y el secreto de las tres dimensiones y destruir las fábricas de clones. El primer paso para su plan era chantajear a Mr. Ghust a través de los asesinatos y secuestros, diciéndole que, si no les contaba la verdad a todos los niños de Omhusk Flair sobre Jenny y las tres dimensiones, seguirían cometiéndolos hasta matarlo a él también.

»A pesar del chantaje, anteponiendo su orgullo, el director del orfanato no cedió y dejó que siguieran cometiendo crímenes.

»Los miembros de la Brigada de las tinieblas, al ver que no lograrían ese objetivo y que Ghust no soltaría ni una palabra de la verdad, se teletransportaron adentro del Omhusk Flair y le dispararon numerosas veces por detrás, para luego desaparecer en el aire.

»Luego, pusieron la bomba en el orfanato y así, después de hacer volar en mil pedazos aquel lugar, cumplieron con su segundo objetivo, destruyeron la fábrica de clones de la DIB: su única y secreta conexión con Jenny, y así las otras dos dimensiones.

—¡Wow! ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Es increíble! —exclamé yo. No lo podía creer. Ahora todo estaba cobrando sentido. Los susurros en la noche…, la Brigada de las tinieblas…, el asesinato de Mr. Ghust…, el Vhold… ¡Todo estaba conectado!—. Pero espera, ¿y tú cómo sabes todo eso?

—Los de la DIA tenemos una fuerte relación mental con nuestros clones, y a veces entablamos visiones que ellos ni siquiera notan, o tendrían que hacer muchísimo esfuerzo. De vez en cuando, nuestras mentes se conectan con la de nuestros clones y vemos lo que ellos ven, escuchamos lo que escuchan y sentimos lo que sienten. Hubo un periodo de tiempo en el que tuve una insistente conexión con mi clon de la DIB, y descubrí muchas cosas de lo que estaba pasando allá. Ella fue una de las víctimas de la Brigada de las tinieblas. La mantuvieron secuestrada por más de tres meses en una finca alejada de todo, y al descubrirla una noche obteniendo información sobre ellos para chantajearlos y escapar la mataron. —Todo lo relató con lástima, como si recordándolo le doliera más que viviéndolo. Me sorprendió lo que dijo, pero en ese momento no sentí ni lástima ni dolor ni tristeza, sino una tremenda alegría y emoción por haber descubierto todo lo que me venía angustiando.

Mis sospechas se habían acercado a la verdad, pero les faltaba un elemento clave, la fuente de todo aquel asunto: las tres dimensiones. Su descubrimiento significaba la apertura a un nuevo mundo de posibilidades y la llave de la puerta a todas las respuestas de las preguntas que tenía.

En ese momento, la tristeza y el vacío que había sentido desde hace poco se convirtió en una ovación legendaria, un respeto inquebrantable y una admiración absoluta y casi religiosa a Jenny.

Me sentí feliz, ¡lo había logrado! ¡Lo había logrado! Después de tantos esfuerzos había logrado desentrañar el secreto que me había atormentado de la Brigada de las tinieblas, su origen y sus propósitos.

Comencé a reír mientras Luci me observaba, extrañada. Debía estar pensando cosas terribles de mí. ¿Reírme después de haber escuchado semejante relato de su clon? Ella no sabía lo que en realidad me alegraba. Me sostuve de la pared y levanté hacia arriba, victorioso, mi mano derecha. Lo había logrado.

Pero este momento de felicidad y emoción duró poco, porque de repente me sentí ofuscado, como cuando había metido mi cabeza en el líquido negro.

Traté de respirar, pero no pude. Miré a Luci, pero ella ya no me estaba prestando atención, y se la veía sosteniendo la respiración, corriendo hacia algún otro lugar. ¿Qué estaba pasando?

Fueron cuatro escasos segundos, pero a mí me pareció una eternidad y, cuando el oxígeno volvió a recorrer mi cuerpo, estaba aterrado.

Fui a preguntar qué había sucedido. Busqué a Luci, pero no la encontré. Avancé un poco más a través de los pasillos, repletos de personas con caras horrorizadas. Había más de cien acumuladas en un tipo de plaza de reuniones. No había sillas donde sentarse. Se oían murmullos por doquier y parecía que todos hablaban de lo mismo, aunque no pude entender de qué.

Hombres vestidos de rojo y con grandes placas en el centro del uniforme intentaron calmar a la gente, pero fue en vano. Los parloteos no cesaron hasta que Mary, quien parecía preocupada, y otras dos personas subieron a la tarima del centro del salón…

—Señores, por favor, mantengan la calma —dijo una de las personas de la tarima—. Hubo otra falla en el sistema, nos quedamos sin oxígeno durante 4,6 segundos. —Una ola de voces espantadas sonó por todo el lugar. Yo todavía no lograba entender lo que estaba sucediendo—. Repetimos, por favor, mantengan la calma. Ya ha habido antecedentes más graves y largos a esta situación, el mayor corto de oxígeno fue de 7,7 segundos, como podrán recordar, y las predicciones calculan que dentro del próximo mes no se superará este máximo. Sabemos, sin embargo, el terror de la gente de WDM a que estas predicciones fallen, por lo que estamos preparando el proyecto de construcción de máscaras de oxígeno para que todos las usen en caso de que otra de estas emergencias ocurra. También están habilitadas las cápsulas de protección humana si el corte llegara a durar más de un minuto, lo cual resultaría nocivo para la vida de todos los presentes y podría llegar a superar el tiempo que te permite respirar la máscara de oxígeno. Calculamos que dentro de un mes estarán todas las máscaras listas y les entregaremos a cada uno una, así que la situación está toda bajo control y no hay nada que temer.

 

Mientras hablaba, pude notar que Mary solo estaba allí para sostener una pequeña vitrina de vidrio, donde se mostraba un ejemplar de las máscaras de oxígeno. El hombre a su lado era quien hablaba.

—Ahora, si necesitan ayuda psicológica o prefieren retirarse a la superficie con el peligro de los Goorgops, pueden contactarme o a los directivos de mayor nivel. Por ahora, no hay nada de qué preocuparse y les aseguro que ya existe un protocolo adecuado para tratar estas situaciones. Sin embargo, la obtención del microchip es de un nivel de urgencia negra, por lo que les pido a todos que vuelvan a sus puestos de trabajo y se tranquilicen para poder conseguirlo. Muchas gracias.

Toda la multitud permaneció susurrando en aquella sala durante unos minutos más y luego, poco a poco, se dispersaron.

No fue sino hasta el final de la charla que lo entendí: el QMR, además de gas y electricidad, era el que generaba oxígeno dentro de WDM, y sin el microchip y sin poder reiniciarlo y reparar el fallo… nos quedaríamos sin él pronto.

Quedé aterrorizado, si no conseguíamos ese microchip rápido, ¿quién sabe qué más podría pasar?

Esa noche soñé con Julius, pero fue diferente, me decía que lo buscara, que lo buscara. Yo le reiteré que estaba muerto, que no podía buscarlo porque daría igual. Pero entonces comprendí lo que me quería decir. Las tres dimensiones existían… El Omhusk Flair era una fábrica de clones… Julius y yo crecimos en el Omhusk Flair… Julius y yo éramos clones… ¡Julius seguía con vida! ¡El Julius de la Dimensión A seguía vivo!

CAPÍTULO 7:

JENNY

Me desperté toscamente y por la oscuridad en la que seguía sumido comprendí que seguía de noche. Me senté y me quité el sudor de la frente con la manga de la suave camisa que me habían dado el día anterior para dormir. No era literalmente un pijama, pero algo es algo. Me quedé sentado por algunos minutos, mientras abrazaba a mi morral, reflexionando cómo había llegado hasta ahí.

Primero, era un simple huérfano que vivía una dura y aburrida vida en un duro y aburrido orfanato, pero luego pasó lo de la cocina, y luego… ese objeto, nunca lo debí haber cogido, aunque no era culpa mía, fue culpa de Bendy, si me hubiera dicho qué era un Vhold desde el principio, qué eran las dimensiones A, B y C, quién era realmente el señor Ghust, que quería la Brigada de las tinieblas, y… si yo era … real…

Pero entonces una pregunta me llegó de repente a la mente: si yo era descendiente de Omhusk Flair, y era un clon, eso querría decir que… ¿Omhusk abandonó a su familia?

Lo reflexioné bastante y esa fue la única respuesta que encontré.

«Entonces sí», pensé, «Abandonó a su familia en la DIA. Los condenó a una vida miserable, los clonó en las otras dimensiones y les entregó a sus clones los Vhold para que se los transmitieran a sus descendientes que en realidad no serían del todo Flair, porque ya no tendrían nada que ver con las personas de la DIA. ¿Cómo pudo haber hecho eso? ¿Cómo pudo ser tan cruel?».

«¿Y si todo fue una mentira? ¿Y si simplemente me teletransporté a otro planeta y todas estas personas montaron un espectáculo para que les ayudara a encontrar ese microchip? ¿Y si todo era tan solo un… sueño?».

Empecé a dudar sobre qué hacer, si irme e investigar, si buscar a Julius, si simplemente dormir y esperar a despertar en mi habitación en el Omhusk Flair…

Por un momento, me imaginé como si todo hubiera sido un sueño, me imaginé despertándome con Julius en el camarote de al lado, con Miss Pancraise gritándome en la cara, con el señor Ghust diciendo otro de sus aburridos discursos ceremoniales. Sin monstruos ni organizaciones para que la raza humana sobreviva, ni máquinas interdimensionales. Me sentí bastante aliviado, porque no habría nada de peligro ni confusión, aunque también un poco adolorido, sintiendo el duro trastorno de la realidad.

Pero, cuando sentí un retorcijón en el estómago y tuve que ir al baño a vomitar, supe que nada de esto era un sueño y que tenía que hacer algo para no volverme loco.

La noche fue extremadamente larga y lenta. No pude volver a dormir, vomité unas dos o tres veces más, pero al final pasó y se hizo de día.

De pronto, la puerta se abrió y Luci apareció, saludándome.

—Hola, Lood —dijo ella—. ¿Cómo dormiste en tu primera noche en WDM?

—Bastante mal —respondí yo, sin poder ocultarlo—. ¿Puedo dormir más?

—Lo siento, pero eso no es posible.

—Ya me lo imaginaba.

—No es que WDM no sea compasivo con sus personas, pero si no te levantas ya perderás lo que queda del desayuno. El resto de las personas se despertaron hace más de media hora, pero tranquilo, sé que las primeras noches después de un viaje interdimensional deben ser muy duras, además el desfase horario también aplica en estas situaciones, pero pronto te acomodarás y dormirás como un lirón. Ahora ven a desayunar —me dijo Luci al ver mis amplias ojeras.

Me levanté lentamente y salí de la habitación.

WDM tenía algunas pocas ventanas por las que se podía ver tan solo la oscuridad. Las ponían allí por mera decoración.

El desayuno se reclamaba con tu carnet de participante de WDM y un pequeño cupón que decía: «¡Libre entrada a desayunar!», el cual te lo entregaban justo después de registrarte. Todos los días debías hacerlo, o sea, poner tu carnet enfrente de una máquina lectora y luego firmar en un pequeño papel que se mandaba a través de la máquina hasta los directivos de mayor rango, los cuales se encargaban de verificar, junto a sus asistentes, que todos estuvieran presentes y haciendo sus trabajos.

Tenías hasta las ocho de la mañana para registrarte o, si no, anularían tu carnet del sistema y quedarías automáticamente afuera de WDM, excepto si tenías algún permiso especial.

A pesar de las estrictas reglas de WDM, su comida superaba con creces cualquier cosa que hubiera probado en el Omhusk Flair.

Sin embargo, cuando llegué a reclamar mi desayuno por primera vez al comedor y vi a todos los demás comiendo huevos con pedazos de salchicha y jamón, jugo de naranja y arepas rellenas de queso y recubiertas de una mantequilla suave y aguosa, no tuve más remedio que volver al baño y vomitar.

—Looderish, no comas demasiado —me dijo un grandulón que pronto descubriría que se llamaba Gilbert. Gilbert, al igual que la gran mayoría de personas allí, había nacido en WDM y era un veterano luchando contra Goorgops. Sus numerosas cicatrices lo demostraban.

—Sí, ¡que se nos acaba la comida! —exclamó una arpía llamada Grace—. ¡Personas dieron su vida por ella, no la desperdicies! —Grace no se llevaba bien con casi nadie, y cada vez que veía la oportunidad no dudaba en insultar o gritar a las otras personas.

—Ok, tranquilos, amigos, apenas se está adaptando y debe estar hambriento —me defendió Luci.

—¡Tú no digas nada que ya todos sabemos que no perteneces aquí! —vociferó Grace mostrándole un cuchillo. Ese comentario me impresionó mucho. Luci enrojeció.