Gestión del producto editorial. ARGN0210

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8.1.Prensa

Planificar y gestionar un proyecto editorial que tendrá como resultado un producto de prensa, por ejemplo un periódico, requiere tener en cuenta una serie de premisas en el desarrollo mismo del proyecto.

La prensa es un producto que tiene una mayor tirada acumulada a lo largo del tiempo, frente a las ediciones de un libro. La periodicidad de este soporte obliga al director a tener un mayor control sobre los tiempos de edición e impresión.

En este caso, no hay margen de maniobra entre un equipo de trabajo y otro, un retraso puede suponer que el producto no llegue a su hora a disposición del lector, un error fatal en las ventas de ese día y la pérdida de lectores en los siguientes.

Normalmente, en la ejecución diaria de las tareas suelen coincidir equipos de trabajo desarrollando el próximo número con otros que ya están elaborando los originales y diseños del siguiente.

Otra de las características principales es el escaso ciclo de vida de la prensa, es por eso que el tipo de material empleado para la edición impresa en un tipo de papel hecho fundamentalmente a base de pasta de madera triturada, muy sensible al paso del tiempo y a la exposición a variables ambientales, pero de bajo coste de adquisición.

La estimación económica en este caso debe realizar un doble cálculo de la viabilidad, con ingresos a corto plazo en cada una de las ediciones y a largo en el ciclo de vida del proyecto.


Actividades

12.Desde su punto de vista, ¿qué tipo de profesionales abundan en un proyecto editorial de tipo prensa, frente a una editorial de libros de narrativa?

8.2.Otros soportes

En la actualidad, la labor editorial requiere de un director 2.0, un profesional que vea más allá de las páginas de un producto y proyecte un contenido adaptable a multitud de soportes y medios.

Concebir en la edición solo la maquetación en papel supone perder competitividad. Sin embargo, definir la adaptación a soportes digitales y multimedia puede hacer multiplicar las posibilidades de un solo contenido.

Cada vez es más frecuente encontrarse con proyectos que trabajan en diferentes campos, que traspasan las fronteras de la relación tradicional entre autor y lector, ofreciendo una experiencia interactiva y, lo más importante, duradera en el tiempo. Establecer una relación más longeva significa fidelizar a un consumidor que puede repetir compra y lectura en los siguientes proyectos.

La aplicación a distintos soportes implica añadir nuevas responsabilidades y tareas en los procesos de planificación, elaboración y comercialización, un nuevo escenario que no tiene por qué dilatar el calendario de edición, ya que el tiempo que un equipo de maquetación en papel tarde en su elaboración puede ser sustituido o complementado por una maquetación en formato epub.


Actividades

13.Busque información acerca de qué es un e-book y cuáles son los principales formatos que se comercializan en el mercado.

9.Establecimiento de la fecha objetivo de finalización del proyecto

Como se verá también a continuación, plantear una hora de ruta en un calendario de actuación permitirá establecer un control más exhaustivo sobre las tareas y responsabilidades.

Esta estimación del tiempo no resulta complicada si se toma como base una descripción parcial de cada una de las tareas y procesos de forma independiente, pero sí que alcanza un alto grado de complejidad cuando toca trasladarlo a un mismo cronograma y calcular una fecha de finalización del proyecto.

El fin del mismo quedará marcado por los propios objetivos predefinidos en la conceptualización (generalmente tocará a su fin con la impresión del primer original). Para establecer esta fecha final, es recomendable hacer una planificación a la inversa, es decir, de atrás hacia delante, tanto si se sabe cuál es la fecha en la que debería estar acabado como si no, e ir dando pasos hacia atrás en el calendario, hasta llegar a la fecha de inicio, que será más fácil de establecer.

Esta inversión no implica una relajación de los tiempos de ejecución, simplemente es una técnica para el cálculo de la fecha objetivo. Si el inicio no cuadrase con la fecha que se ha estimado para que comience el proyecto, habrá que mover hacia delante la fecha de finalización y todas las estimaciones de las distintas fases.

10.Calendario. Seguimiento y control

En páginas anteriores, se presentó una plantilla de trabajo que permitía afrontar la planificación de la edición del proyecto haciendo una estimación del tiempo. Ahora bien, esa plantilla de trabajo debe ir encuadrada en un contexto mayor, dentro de un calendario global del proyecto editorial que englobe todas las fases, desde la recepción de los originales hasta la concepción del primer ejemplar.

Este cronograma debe contener como mínimo el número de acción, la fase, el número de personas que intervendrán, el responsable directo de la tarea y la temporalización. Un timing que podría quedar de la siguiente manera:


En el calendario, es muy importante dejar constancia del establecimiento de puntos de control, que el director del proyecto utilizará para realizar un análisis exhaustivo del estado en el que se encuentran los procesos. Un seguimiento indispensable que deberá tener muy cerca la relación de colaboradores y planes de trabajo, para poder sobre todo atajar las desviaciones a tiempo e intervenir en el proceso productivo, incorporando y moviendo a cada profesional.

11.Elementos de una línea editorial. Criterios para su definición y análisis

La línea editorial constituye una pieza clave en la estrategia de una empresa perteneciente al sector de la edición, porque marcará las características y atributos que deben regir todas las publicaciones. Una suma de pequeños proyectos que, unidos, mostrarán la personalidad de la editorial.

La línea es, por tanto, el camino o trayectoria que debe seguir el editor en los proyectos en los que se vea inmerso, una posición estrechamente vinculada al área de marketing, cuyo objetivo es construir un producto editorial con las características que solicita el consumidor al que se va a dirigir.

Estas características definirán estratégicamente el carácter, la personalidad, el ángulo, el punto de vista, el tono y el posicionamiento de los contenidos que se creen.

11.1.Conjunto de valores y criterios: formas de jerarquizar, ángulo, punto de vista y tono

En general, se entiende por línea editorial el conjunto de valores y criterios que guían al editor a la hora de arbitrar los diferentes proyectos desarrollados bajo una misma marca editorial y, con ellos, las diferentes tareas que toman parte en el proceso de edición: la manera de jerarquizar la información, el ángulo, el punto de vista, el tono, etc.

La línea editorial hace que la redacción y edición de un contenido sea algo más que la suma de las cualidades personales de los autores o profesionales que la componen, aportando cierta unidad a los distintos productos formativos.

Tradicionalmente, la línea editorial siempre ha estado muy presente en el medio periodístico, siendo la encargada de evidenciar la posición adoptada por la empresa con respecto a las noticias que publica, una acepción similar pero en un contexto algo diferente.

Igual que ocurre en prensa, tanto ensayos como novelas, enciclopedias, revistas, etc., contemplan una estrategia de actuación desde el momento en el que el autor presenta su obra ante la editorial hasta que finalmente llega al mercado y es comprada por cualquier lector.

Estas cualidades impregnan por lo tanto desde la entrega del original, pasando por la corrección de estilo, la maquetación, el diseño gráfico, los acabados, la encuadernación, etc., hasta llegar finalmente a la puesta a la venta.

La línea editorial debe quedar totalmente identificada y ser fácilmente reconocible, tanto por los proyectos que se editen como por todas las formas de comunicación y comercialización que contemple, por lo que encuadrar el proyecto dentro de la línea editorial de la empresa será de especial importancia en el desarrollo de la misma.

En muchas ocasiones, la coherencia con la línea editorial llevará a una contradicción empresarial, y es que, aunque existan evidencias de que un proyecto no tendrá repercusión en las ventas, deberá ser editado simplemente porque forma parte de la estrategia editorial.

Es preciso estar muy embotado por la cantidad y el corto plazo para no advertir que, aunque no son negocio para nadie, hay libros necesarios de los que sin embargo solo se venden 700 u 800 ejemplares. El mundo sería peor sin ellos. Hay editores raros que, sabedores del daño que la desaparición de estos libros produciría en el pensamiento universal, corren el riesgo y el placer de publicarlos.

“Libros”, Juan José Millás. El País, 6 de junio de 2000.

Jerarquizar las líneas editoriales no es una tarea sencilla, puesto que dependerán del medio y sector editorial al que pertenezca el proyecto, pero, de forma genérica, es posible clasificar las líneas editoriales atendiendo a un criterio que represente los objetivos de la misma:

 

Línea editorial de tesis: identifica aquella línea estratégica que intenta mostrar de manera clara y palpable la opinión a favor o en contra de cierta temática.

Línea editorial interpretativa: en este caso, se caracteriza porque incluye desde causas o efectos hasta conjeturas y percepciones.

Línea editorial de acción: esta estrategia trata de conseguir que el lector actúe y adquiera una conciencia muy clara acerca de lo que está leyendo.

Línea editorial explicativa: se dedica simplemente a dar una explicación, sin que en ningún momento se puedan deducir opiniones concretas.

La jerarquización no viene dada por clasificaciones al azar. Para poder ubicar una línea editorial en una posición concreta en el mapa, es posible utilizar tres criterios o valores principales:

Ángulo: enfoque que van a recibir los proyectos, una particular visión que influirá sobre aspectos tangibles y visibles, como el formato, la tipografía, los recursos gráficos y el tipo de papel.

Punto de vista: cuando un lector accede a un producto de una línea editorial, espera encontrar un contenido de una temática concreta con un tratamiento específico, un grado de especialización, un lenguaje característico, etc.; estos y otros conceptos conforman el ángulo de la línea editorial, cualidades que buscará el lector en cada una de las publicaciones.

Tono: elemento que queda reflejado por la relación que establece la línea editorial con la audiencia, sobre todo en cuanto al carácter o modo particular de la expresión y del estilo de un texto, según el asunto que trata o la sensación que pretende transmitir. De esta forma, el tono de una línea editorial podrá ser formal, informal, íntimo, solemne, sombrío, activo, serio, irónico, condescendiente, popular, amoroso, sombrío, etc. Es quizás el elemento que impregna más al lector, ya que se suele integrar dentro de la propia composición lingüística.

Una línea editorial debe estar reflejada en un documento que recoja todas las líneas y normas a tener en cuenta en el desarrollo de cualquier proyecto, una herramienta de consulta que permitirá ubicar y delimitar el camino y no tener que plantear el mismo tipo de interrogantes con el inicio de cada tarea.

Pero, ojo, este documento debe seguir el modelo conocido como work in progress, que consiste en la actualización continua para la adaptación a los diferentes cambios que se pueden presentar en el mercado. Llevar a rajatabla un documento que siga una línea editorial muy cerrada y estática puede conducir al fin no solo del proyecto, sino de toda la editorial.

El documento, junto con la línea editorial, forma parte de un concepto que abarca estos y otros anexos, denominado plan editorial, que no es otro que la descripción de los distintos proyectos y colecciones que se editarán en un período de tiempo normalmente de un año.

12.Profesionalidad, rigor y honestidad intelectual

La profesionalidad se define como la adecuada ejecución de las responsabilidades, funciones y tareas que forman parte de un puesto de trabajo. Desarrollar una labor profesional con satisfacción implica tener formación y experiencia en las competencias que hacen falta para su desempeño.

En el sector editorial, la profesionalidad viene marcada por la responsabilidad. Participar en un proyecto engendrado única y exclusivamente por un autor compromete a todos los profesionales a utilizar todos los conocimientos y herramientas necesarias para favorecer que alcance el público al que se dirige.

Un proyecto editorial, aunque utilice las más avanzadas herramientas tecnológicas, no deja de ser un bien manufacturado, casi artesanal. Son muchos los profesionales implicados que invierten tiempo y esfuerzo en alcanzar el mejor resultado posible.

La profesionalidad a su vez viene marcada por el rigor, un conjunto de normas y directrices que todo profesional debe desarrollar de forma individual, para conseguir aplicar la máxima excelencia y calidad en su trabajo.

Este rigor no suele estar representado por ninguna doctrina genérica o reglamento corporativo, sino que se presenta en la experiencia y ética de cada profesional, valores que tratan de crear una conciencia asentada sobre la responsabilidad en el propio ejercicio de la profesión.

Dentro de esta ética, entra la honestidad intelectual. Cada vez es más frecuente utilizar los medios on-line como fuentes de consulta o de referencia, pero también hay casos en los que son usurpados por la copia total o parcial.

Cuando un profesional publica sus conocimientos, opiniones, experiencias, etc., lo hace para compartir e intercambiar con el resto de la comunidad de usuarios. Su objetivo no es comercial, sino participativo o colaborativo.

Entender y respetar este principio básico supone desarrollar una labor ética y honesta con los profesionales que trabajan en el mismo proyecto y, por supuesto, también con los creadores originales de un texto, una imagen, etc.

El entorno editorial está rodeado por un sinfín de contratos de derechos de autor y explotación, así que pasar por alto cualquier tipo de copyright o reproducir un contenido sin contar con la autorización previa puede tener no solo consecuencias éticas, sino también legales.

Este tipo de directrices suelen ser incluidas en los créditos de ciertos proyectos editoriales en soporte papel o en el footer en el caso de los on-line.


Actividades

14.Realice una reflexión acerca de cuáles son los principios básicos que debería contemplar un profesional que trabaje en el sector de la edición.


Ejemplo

Fragmento de los créditos de un libro:

Según el Código Penal vigente, ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de XXX; su contenido está protegido por la Ley vigente, que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica.


Ejemplo

El footer de una página web debe llevar información referente al copyright del contenido e incluir partes destinadas a la protección de la propiedad intelectual, como el párrafo de ejemplo que aparece a continuación:

XXXXX, como autor de obra colectiva, o cualquiera obra o prestaciones de cualquier naturaleza, es titular de los derechos de propiedad intelectual e industrial del Sitio Web, y es también titular o tiene la correspondiente licencia, autorización o cesión sobre los derechos de propiedad intelectual, industrial y de margen sobre los contenidos y servicios disponibles a través del mismo.

13.Herramientas de gestión de proyectos

Para llevar a cabo la gestión de los proyectos, existe una serie de herramientas estandarizadas que proporcionarán datos precisos del seguimiento de los avances del proyecto. A continuación, se verán algunos de los más utilizados.

13.1.Secuencia crítica. Características técnicas

El método de la secuencia crítica o ruta crítica es una herramienta para la planificación de proyectos utilizada en el cálculo de los tiempos de ejecución y los plazos de entrega. Este sistema también es conocido por sus siglas en inglés (Critical Path Method).


Sabía que...

El sistema Critical Path Method (CMD) tiene sus inicios en 1957 en EE. UU. Fue desarrollado por un centro de investigación de operaciones para Dupont y Remington Rand, para controlar y optimizar los costes de los proyectos en los que estaban inmersos.

Este método de la ruta o secuencia crítica es un proceso administrativo que contempla la planificación, organización, dirección y control de todas las tareas que forman parte de un proyecto y que se rigen por una duración de tiempo y por una serie de costes.

La duración del mismo comienza incluso antes del proceso de edición, en la fase de análisis de la situación (consumidores, competencia, etc.) y finaliza cuando también lo hace el proyecto. En medio, podrá tener aplicaciones específicas para determinar tiempos y costes concretos.

13.2.Características técnicas

La secuencia crítica consta principalmente de dos ciclos:

Planificación y programación.

Ejecución y control.

La planificación y programación, a su vez, se compone de las siguientes etapas:

Definición del proyecto.

Definición de las actividades.

Conexión entre las actividades.

Dibujo de un diagrama que conecte las actividades.

Definición de costes y tiempos estimados.

Identificación de la trayectoria más larga del proyecto.

La primera etapa finalizará cuando todas las personas responsables de los diferentes procesos que intervienen estén plenamente de acuerdo en todas las variables que se han presentado, como tiempo, costes, actividades, etc. Su aceptación permitirá construir una red de camino crítico, basada en nodos y actividades que implica el proyecto.

Es posible que se puedan producir pequeños cambios en algunos de los valores definidos, por lo que hay que volver a diseñar nuevas redes que reciban el visto bueno de los distintos responsables.

La segunda fase, de ejecución y control, finalizará cuando se ejecute la última actividad del proyecto y se hayan realizado todos los ajustes necesarios. Todas estas desviaciones y las decisiones tomadas deben aparecer en forma de gráfico, para ajustarlas a la realidad del plan.

Para representar gráficamente esta secuencia crítica, se suele utilizar el siguiente esquema:


En la definición de la ruta, se suele introducir un nuevo concepto, la holgura, que es el tiempo máximo que puede ser retrasado el comienzo de una actividad sin que se vea afectada la finalización del proyecto:

Holgura: IL – IC = TL – TC

Beneficios de la secuencia crítica

Los beneficios de la secuencia crítica son directamente proporcionales a la habilidad con la que el método se ha aplicado a la gestión del proyecto, y es que un mal uso de este sistema puede provocar resultados adversos.

 

Un error muy común, no solo en la secuencia crítica, sino en el resto de herramientas para la gestión, es que se suele utilizar al comienzo del proyecto y, una vez que parece que todo estará controlado, se aparta a un lado, solo se recurre en el caso de problemas en la temporalización.

El principal beneficio que aporta es que ofrece al editor la posibilidad de condensar en un solo documento un resumen general de todo el proyecto, lo que le permitirá identificar contradicciones, descubrir omisiones, comprobar el proceso de edición en todas sus fases, el uso de recursos, etc., y todo en un espacio de tiempo más corto.

Teniendo siempre presente este documento y aplicándolo de forma dinámica, el método permitirá identificar y analizar la necesidad de replantear o reprogramar el proyecto, reduciendo así el peligro o los efectos negativos de las situaciones que se puedan presentar.

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