Experto en gestión medioambiental

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7. La participación pública en la política ambiental

La participación ambiental puede definirse de la siguiente manera:

Una serie de acciones que se rigen por determinadas pautas de actuación grupal, cuyo contenido es la búsqueda de soluciones y de algún tipo de cambio que afecte a la problemática ambiental, y así contribuya al beneficio colectivo. De hecho, vendría a ser algo así como una especie de responsabilidad moral y social hacia la naturaleza y el ambiente.

C. Cadrecha, Psicología de la participación.

En la mayoría de los casos, la participación pública se lleva a cabo desde una conducta reactiva ante las condiciones ambientales, generadas del estrés resultante de su percepción del riesgo y control personal que existe sobre la situación ambiental. Se habla, entonces, de una participación que es ejercida por medio de organizaciones.

Otras veces, sin embargo, para la participación pública se utilizan otros recursos que motiven dicha participación en aquellas personas que no sientan esa “llamada interior” que les impulse a ello. Estos recursos suelen ser la información y la educación ambiental.

La educación ambiental es un medio para conseguir la mayor implicación del ciudadano en la participación para la resolución de los conflictos ambientales, como las estrategias de participación son también un instrumento y un medio para lograr la educación ambiental.

En el fenómeno de la participación, entran en juego tres elementos fundamentales:

1 Las personas, con sus motivaciones personales.

2 Los escenarios, los contextos o situaciones en los que se desarrolla el proceso.

3 Los medios, que son recursos, herramientas, puentes, que facilitan la participación.

7.1. Niveles de participación pública en la política ambiental

En la participación pública de la política ambiental, se distinguen tres niveles, en función de que se traten de:

1 Decisiones ambientales sobre actividades específicas.

2 Decisiones ambientales sobre planes, programas y políticas.

3 Decisiones ambientales sobre la elaboración de normativa.

En cada uno de estos niveles existen un pautas generales, tales como que las ONGs ambientales siempre podrán participar (teniendo en consideración al público interesado), se deberá poder acceder a todas las informaciones pertinentes, se producirá siempre desde el inicio del procedimiento de decisión, los plazos de participación deberán ser siempre suficientes y la decisión final debe tomar en cuenta los resultados de la participación del público.

Participación pública en las decisiones ambientales sobre actividades específicas

Este es el nivel de mayor participación pública. Se refiere a la participación del público en las decisiones ambientales de actividades específicas.

Estas actividades son: industrias del sector energético, industrias minerales y químicas, instalaciones de gestión de residuos, construcción de infraestructuras de transporte, obras hidráulicas, instalaciones ganaderas, entre otras.

Además, establece que toda actividad incluida en el marco de la normativa sobre evaluación de impacto ambiental nacional también queda automáticamente incluida.

Cuando se inicie un proceso de toma de decisiones sobre una de las actividades anteriormente comentadas, se informará al público interesado, a través de comunicación pública o individualmente, al comienzo del proceso y se realizarán procedimientos de participación con tiempo suficiente.

El público interesado tendrá derecho a poner de manifiesto observaciones y opiniones a la autoridad o autoridades competentes antes de que se adopte una decisión. Los resultados de las consultas que se lleven a cabo deberán ser tenidos en cuenta debidamente.

Participación pública en la elaboración de planes, programas y políticas

En este nivel, la participación no es tan intensa. Su objetivo es garantizar que el público tenga posibilidades reales de participar desde el principio en la preparación y en la modificación o revisión de los planes o programas que sea necesario elaborar.

El público con derecho a participar será determinado por los Estados miembros, pero, en cualquier caso, están incluidas las ONGs de defensa ambiental. Cada Estado miembro debe determinar las modalidades de participación del público y garantizar que se le permita prepararse y participar eficazmente.

Para ello, debe informarse al público, mediante avisos públicos u otros medios apropiados, como los electrónicos, ante cualquier propuesta de plan o programa y su modificación o revisión, sobre su contenido y sobre los mecanismos mediante los cuales puede participar, incluida la autoridad competente a la que se podrán presentar los comentarios o formular preguntas.

Participación pública en la elaboración de normativa

Durante la fase de elaboración por autoridades públicas de disposiciones legales o instrumentos normativos con repercusión para el medio ambiente, se promoverá una participación efectiva del público en una fase apropiada, y cuando las opciones estén aún abiertas.


Ejercicios de repaso y autoevaluación

1. ¿Qué principio es el que inspira el Derecho Internacional del Medio Ambiente?

1 a. Principio de “quien contamina paga”.

2 b. Principio de cooperación internacional.

3 c. Principio de responsabilidad ambiental.

4 d. Principio de prevención del daño ambiental.

2. ¿Cuál es la responsabilidad que se deriva del incumplimiento de lo regulado en las leyes o reglamentos sectoriales ambientales?

1 a. Responsabilidad corporativa.

2 b. Responsabilidad civil.

3 c. Responsabilidad administrativa.

4 d. Responsabilidad penal.

3. Señale la opción incorrecta:

1 a. El Derecho Ambiental no necesita de la vinculación de otras ciencias.

2 b. El Derecho Ambiental está constituido principalmente por leyes e instrumentos internacionales, conocidos como “leyes blandas”.

3 c. El Derecho Ambiental no se origina de políticas estatales ni de costumbres populares, aunque en momentos dados se beneficia de ellas.

4 d. El Derecho Ambiental tiene la responsabilidad de regular una variada gama de actos y acciones humanas atentatorias y nocivas al ambiente.

4. ¿Cuál de las siguientes características NO es específica del Derecho Internacional del Medio Ambiente?

1 a. Normas con una contextura flexible.

2 b. Responde a exigencias empresariales.

3 c. Normas con una naturaleza marcadamente funcional.

4 d. Responde a exigencias de varios sectores.

5. El órgano que se encarga de programar y tomar las medidas ambientales oportunas, es:

1 a. El Parlamento.

2 b. El Consejo.

3 c. La Comisión.

4 d. La Agencia Europea del medio ambiente.

6. El tráfico ilegal de especies...

1 a. ... no está recogido en el Código penal.

2 b. ... está considerado como delito ecológico.

3 c. ... es responsabilidad de los ayuntamientos.

4 d. Las opciones a. y b. son correctas.

Unidad Didáctica 3
Contaminación del medio acuático
1. Características generales del agua

EL agua es un recurso natural indispensable para el desarrollo de la vida. La vida en la Tierra ha dependido siempre del agua. Las investigaciones han revelado que la vida se originó en el agua, y que los grupos zoológicos que evolucionaron hacia una existencia terrestre, siguen manteniendo dentro de ellos su propio medio acuático, encerrado y protegido contra la evaporación excesiva.

El agua constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que estos realizan. El agua desempeña de forma especial un importante papel en la fotosíntesis de las plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte de los organismos.

La derogada Ley de Aguas, Ley 29/1985, definía este recurso como:

Recurso natural escaso, indispensable para la vida y para el ejercicio de toda actividad económica; irremplazable, no ampliable por la mera voluntad del hombre, irregular en su forma de presentarse en el tiempo y espacio, fácilmente vulnerable y susceptible de usos sucesivos.

Aunque el agua sigue siendo un recurso escaso, existe una tendencia generalizada a considerarla como un recurso que se puede emplear sin medida, sin reflexionar acerca de las pautas sostenibles que deberían guiar su utilización.

Hay lugares en el mundo que tienen suficiente agua, mientras que otros presentan graves problemas de escasez, incluso para cubrir sus necesidades básicas. Hay zonas que reciben grandes cantidades de agua, pero no repartidas en el tiempo, sino en un corto periodo del mismo, y lejos de producir beneficios, generan graves daños humanos y materiales al provocar inundaciones.

Si se divide la superficie de nuestro planeta en diez partes iguales, siete de ellas estarían compuestas por agua, por lo que tranquilamente nuestro planeta se podría llamar “Agua”, en lugar de Tierra.

 

El origen del agua está íntimamente ligado al de la corteza terrestre, debido a que los océanos se crearon a partir de “exudaciones” de la roca.

El agua se recicla constantemente. Se limpia y renueva gracias al Sol, la tierra y el aire. Dicho en otras palabras, el agua que tomamos ahora es la misma que tomaban nuestros antepasados, pero reciclada.

La cantidad de agua de la que disponemos es prácticamente fija: unos 1.400 millones de km3, que se distribuyen de la siguiente forma:




El agua de la Tierra se encuentra naturalmente en varias formas y lugares: en la atmósfera, en la superficie, bajo tierra y en los océanos. El agua dulce representa solo el 3% del agua de la Tierra, y se encuentra en su mayoría congelada en glaciares y casquetes glaciares. El resto, se presenta principalmente en forma de agua subterránea, y solo una pequeña fracción se encuentra en la superficie o en la atmósfera.

1.1. Distribución del agua en la Tierra

Las precipitaciones (lluvia, nieve, rocío, etc.) son imprescindibles para renovar los recursos hídricos, así como determinantes para las condiciones climáticas y la biodiversidad locales. En función de las condiciones locales, las precipitaciones pueden alimentar ríos o lagos, recargar los suministros de aguas subterráneas o volver a la atmósfera por evaporación.

Los glaciares almacenan agua en forma de nieve y hielo, alimentando los arroyos locales con el agua que liberan, en mayor o menor cantidad dependiendo de la estación. Sin embargo, debido al cambio climático, muchos de ellos están retrocediendo.

Las cuencas fluviales son útiles como «unidad natural» de gestión de los recursos hídricos, y muchas de ellas se extienden sobre más de un país. Entre las cuencas fluviales más grandes, están la del Amazonas y la del Congo-Zaire.

El caudal de los ríos puede variar considerablemente de una estación o de una región climática a otra. Como los lagos almacenan grandes cantidades de agua, pueden mitigar las variaciones estacionales en el caudal de los ríos y los arroyos.

Los humedales (como pantanos, turberas, ciénagas y lagunas) cubren el 6% de la superficie terrestre emergida y desempeñan un papel fundamental para los ecosistemas locales y los recursos hídricos. Muchos de ellos han sido destruidos, pero el resto todavía puede ser de mucha ayuda para prevenir inundaciones y mantener el caudal de los ríos.

Casi toda el agua dulce que no está congelada se encuentra bajo la superficie en forma de agua subterránea. Las aguas subterráneas, que en general son de muy buena calidad, se están extrayendo principalmente para obtener agua potable y ayudar a la agricultura en los climas áridos.

Este recurso se considera renovable siempre que las aguas subterráneas no se extraigan a una velocidad que no dé tiempo a que la naturaleza las renueve, pero en muchas regiones secas el agua subterránea no se renueva o lo hace muy lentamente. Son pocos los países que miden la calidad de sus aguas subterráneas o la velocidad a la que se explotan las reservas, lo que dificulta su gestión.


Recuerde

El agua es un recurso natural escaso, indispensable para la vida.

1.2. Dinámica del agua

Toda el agua presente en nuestro planeta está sometida a un proceso de constante reciclado, cuyo motor principal es la energía solar. Concretamente, este proceso se desarrolla de la siguiente manera: de los mares, ríos, lagos, e incluso desde los seres vivos, se evapora agua constantemente hacia la atmósfera, hasta que llega un momento en que esa agua, a partir de unos fenómenos fisicoquímicos, se condesa y precipita en forma de lluvia de nuevo hacia el suelo. Del agua que cae, una parte se evapora, otra se escurre por la superficie del terreno hasta los ríos, lagos, lagunas y océanos, y el resto se infiltra hacia las capas de la tierra, fluyendo también subterráneamente hacia ríos, lagos y océanos. Esta agua subterránea es la que utilizan los vegetales, los cuales la devuelven después de nuevo a la atmósfera a través de la evapotranspiración.

Al volver el agua a la atmósfera se completa un ciclo, que se denomina ciclo hidrológico o ciclo del agua.

El ciclo hidrológico controla, renueva y conserva el agua como un recurso unitario. Así, todas las fases de estado del agua están íntimamente relacionadas, siendo fundamental atender a la protección de todas ellas.


1.3. Tipos de agua

Según el origen natural del agua, se pueden diferenciar las que aparecen a continuación.

Aguas continentales

Las aguas continentales son aquellas que discurren tanto por la superficie terrestre (ríos, lagos, etc.) como bajo tierra o subterráneas.

Las aguas continentales se clasifican en diferentes tipos, que aparecen seguidamente.

Agua atmosférica

Corresponde al agua presente en la atmósfera y que, fundamentalmente, se concentra en las nubes en forma de vapor de agua. La lluvia, la nieve, el granizo, etc., son también formas de agua atmosférica.

Agua superficial

El agua superficial corresponde al agua que se encuentra en la superficie terrestre y se puede clasificar principalmente en agua de escorrentía (ríos y torrentes) y agua retenida en reservorios (lagos, pantanos, humedales, embalses).

Agua de subsuelo

El agua del subsuelo es aquella que se encuentra debajo de la superficie terrestre, entre los poros y grietas de las rocas.

El área donde se acumula el agua en las grietas se llama zona saturada. La parte de arriba de esta área se le conoce como el nivel freático. El nivel freático puede encontrarse tanto a poca profundidad del suelo como a mucha distancia de la superficie.

Se pueden distinguir dos tipos de agua de subsuelo: edáfica, aquella que se encuentra en la zona no saturada del suelo, en la cual los poros del suelo no están totalmente llenos de agua; y subterránea, aquella que se encuentra en la zona saturada del subsuelo.

Aguas marinas

Las aguas marinas comprenden la zona litoral, además de los océanos, mares y todas aquellas zonas que se inundan como consecuencia del flujo y reflujo de los mares de las olas, o de la infiltración del agua del mar, como las marismas, las albuferas, etc.

Una de sus funciones principales es la de regulador climático, por la capacidad que poseen para almacenar la energía solar y el permanente intercambio de humedad y energía con la atmósfera, definiendo también los distintos climas.

Los océanos y mares son un recurso muy valioso utilizado por el hombre para su alimentación, transporte y explotación de recursos minerales y energéticos, así, en muchos países se han instalado plataformas petrolíferas para perforar y explotar los yacimientos de petróleo y de gas, mientras que en otras zonas de la Tierra se aprovecha la energía de las mares y de las olas para producir electricidad.

1.4. Usos del agua

Al hablar de usos del agua, se hace referencia al volumen de agua utilizado por un sector determinado (hogar, agricultura, industria), para atender a sus necesidades vitales o económicas. Los usos se pueden clasificar atendiendo a diferentes variantes.

Su poder de reutilización

Uso consuntivo y uso no consuntivo

El uso consuntivo se da cuando el agua empleada para realizar una actividad ya no puede ser utilizada de nuevo, por ejemplo, el agua destinada a las actividades agrícolas, urbanas o industriales; mientras que el uso no consuntivo se da cuando el agua empleada en una determinada actividad puede ser utilizada de nuevo siempre y cuando presente niveles mínimos de calidad, por ejemplo, los usos energéticos, recreativos o ecológicos.

Las actividades a las que se destine

Uso primario y secundario

Es el carácter prescindible o imprescindible del agua dulce para la realización de actividades, en cuyo caso se habla de uso primarios (agrícolas, domésticos, industriales, etc.) y secundarios (energéticos, navegación, recreativos), respectivamente.

No obstante, de forma genérica, como usos del agua se diferencian los que se presentan a continuación.

Usos urbanos del agua

Los usos urbanos o domésticos son aquellos que surgen para cubrir las necesidades de agua en el hogar, comercio o servicio público. Esta agua procede principalmente de embalses (previamente tratada) y aguas subterráneas, que tienen menos posibilidades de estar contaminadas.

La cantidad demandada está en relación directa con el nivel de vida, el desarrollo económico y la población (un incremento en estos usos del agua es un indicador de un aumento o mejora en la calidad de vida). La cantidad de agua utilizada con fines urbanos supone menos de una décima parte del consumo mundial.

Usos industriales

En esta caso, se trata de demandas de agua provocadas por los diferentes procesos industriales, en los que el elemento puede tener diversos usos: como materia prima (en las industrias químicas), como agente refrigerante (en las industrias energéticas), como depósito de vertidos, transporte de materiales y como medio de limpieza. Las cantidades empleadas guardan una relación directa con el mayor o menor desarrollo industrial.


Sabía que...

La utilización del agua con fines industriales constituye la segunda gran demanda de este elemento a nivel mundial (aproximadamente, una cuarta parte del consumo total).

Usos agrícolas

Las mayores demandas de aguas subterráneas, de ríos y lagos son requeridas para el riego, aunque también debe incluirse dentro de estos usos la empelada en otras prácticas agrícolas. La utilización del agua como recurso agrícola representa una media del 65% del consumo total a nivel mundial.

Estos usos vienen condicionados por las características climáticas de la zona, los tipos de suelo y cultivos, la mecanización agrícola y los sistemas de riego. En relación a este último, es necesario resaltar que la eficiencia del mismo en todo el mundo es inferior al 40%, dado que en determinadas prácticas agrícolas la mayoría del agua se pierde por evaporación o por canalizaciones en mal estado.

Usos energéticos

El agua es fundamental para la producción de energía eléctrica, y como fuente de energía es básica en países con escasos recursos petrolíferos.

También, se puede incluir en este apartado el agua empleada en los procesos de refrigeración de centrales nucleares.

Este tipo de usos del agua no supone un consumo de la misma, ya que una vez empelada, y siempre que se presente unos índices de calidad adecuados, puede volver a ser utilizada.

Usos recreativos y de ocio

Los usos recreativos del agua comprenden la utilización de embalses, ríos, lagos y el mar para ocio o deporte, así como la construcción de piscinas, etc.

Esta utilización del agua está relacionada con el nivel y calidad de vida, y aunque no implica consumo, puede generar conflictos relacionados con vertidos y pérdida de la calidad del agua, que condicione otras aplicaciones. De ahí que se establezcan medidas para una ordenación de este tipo de usos.

Usos ecológicos o ambientales

Antes de plantear los usos de los recursos hídricos, es necesario establecer unos caudales mínimos de los mismos, de forma que se mantenga el equilibrio en el ecosistema acuático y en su dinámica. Esta utilización tiene como objetivo el mantenimiento del paisaje y la recarga de acuíferos, así como evitar el estancamiento del agua.

 

Los diferentes usos del agua dan como resultado la generación de las denominadas aguas residuales, las cuales deben ser tratadas adecuadamente para su posterior utilización.

1.5. Distribución de los consumos de agua en España

Consumo de Agua: volumen de agua que después de su uso no retorna al medio ambiente.


Podría parecer que el consumo doméstico, al suponer un gasto menor, no tiene tanta importancia a la hora de la gestión del agua, y que los esfuerzos deberían centrase más en la agricultura o la industria.

Es cierto que el sector primario ha de recibir importantes acciones para la gestión eficiente del agua, pero se ha de tener muy presente que, en el periodo 1997-2003, el uso del agua experimentó un crecimiento de un 8,1%, en el que se reflejaba un incremento de los usos domésticos de un 23%, mientras que los industriales y energéticos lo hicieron en un 10,8%, y los agrícolas en un 4,5%.