Profecías dramáticas de Elena de White

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Esa visión de Parkville

Puede ser que te preguntes por esa predicción que presentó Elena de White en la iglesia de Parkville, Michigan, antes que comenzaran las hostilidades, acerca de los hijos que morirían. Alrededor de un año después, el pastor Loughborough regresó para disertar en Parkville. El juez Osborne y el Sr. Shelhouse nuevamente se sentaron juntos en los mismos asientos que la vez anterior. El pastor Loughborough habló acerca de los dones espirituales, y usó como ilustración el don de Elena de White. Hizo referencia a la visión del 12 de enero de 1861. Pero esta vez, ninguno de los dos hombres sacudió su cabeza; en cambio, tenían sus rostros cubiertos por sus pañuelos, y lloraban amargamente. Uno de ellos había perdido a su hijo en la guerra; el otro había perdido un hijo en otro campo de batalla, y tenía un hijo hecho prisionero de guerra en el sur.

El pastor local pudo recordar inmediatamente los nombres de cinco familias de la iglesia de Parkville que habían perdido hijos en la lucha, y dijo que si le daban un poco más de tiempo probablemente podría enumerar a otras cinco familias más cuyos hijos habían muerto. Hoy, contamos esta historia en la iglesia restaurada de Parkville que se mudó a la Villa Histórica Adventista en Battle Creek. Sentarse hoy en esa iglesia y reflexionar sobre cómo obró Dios a través de su mensajera es una experiencia sobria y fortalecedora de la fe. ¿Puede haber alguna duda de que tenemos una palabra de profecía segura en el ministerio de Elena de White?

1 J. N. Loughborogh, The Rise and Progress of Seventh-day Adventists (Battle Creek, Mich: General Conference Association of the Seventh-day Adventists, 1892), p. 236.

2 Estoy en deuda con Lee Ellsworth Eusey y su tesis para el grado de Maestría en Artes, “The American Civil War: An Interpretation”, Andrews University, Abril de 1965, por las citas concernientes a las actitudes hacia el choque inminente entre el norte y el sur. En el Apéndice 0 de mi libro Mensajera del Señor pueden encontrar un listado más completo.

3 Loughborough, Rise and Progress, pp. 236, 237.

4 Arthur L. White, Ellen G. White: The Early Years (Washington D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1985), p. 464.

5 Elena G. de White, Testimonies for the Church [Testimonios para la iglesia] (Mountain View, Calif.: Pacific Press Publishing Association, 1948), t. 1, pp. 246-268.

6 Personal Memoirs of U.S. Grant (New York: Charles L. Webster Co., 1885-1886), t. 1, pp. 349, 356.

7 New York Times editorial, alrededor de 1º mayo, 1861, citado en Robert L. Dabney, Life and Campaigns of Thomas J. Jackson (New York: Blelock and Co., 1866), p. 210 n.

8 Harper’s Weekly (4 de mayo de 1861).

9 Abraham Lincoln, en una carta al Congreso el 4 de julio de 1861, citado en Carl Sandberg, Abraham Lincoln, The War Years (New York: Charles Scribner’s Sons, 1939), t. 3, p. 290.

10 Editorial, New York Times, 10 de enero de 1861.

11 Allan Nevins, War for the Union (New York: Charles Scribner’s Sons, 1959), pp. 2-5.

12 “Civil War” Encyclopaedia Britannica, 11a ed.

13 Véase William T. Sherman, Memoirs of General William T. Sherman (New York: Appleton and Co., 1876) t. 1, pp. 203-205, 217.

Capítulo 2
EL SURGIMIENTO DEL ESPIRITISMO: POR QUÉ NO SIEMPRE PODEMOS CONFIAR EN NUESTROS OJOS U OÍDOS

En 1848 Elena de White tenía 20 años de edad. Durante los últimos tres años había entrado en contacto con personas que habían experimentado y estaban promocionando variadas formas de espiritismo, abarcando desde el mesmerismo, los trances, hasta los aparentes “milagros”. De hecho, el desenfrenado crecimiento de grupos espiritistas, incluyendo a los Shakers, instó a los dirigentes milleritas, reunidos en asamblea en la Conferencia de Albany en 1845, a votar el siguiente acuerdo: “Resuelto, Que no tenemos confianza de ningún mensaje nuevo, visiones, sueños, lenguas, milagros, dones extraordinarios, revelaciones, impresiones, discernimiento de espíritus, o enseñanzas, etc., etc., que no esté de acuerdo con la Palabra de Dios no adulterada”.14

Parte de este acuerdo apuntaba a los “espiritualistas”,15que seguían creyendo que la fecha de 1844 era válida y que Jesús había venido individualmente a los fieles, no física sino espiritualmente. Algunos, creyendo que ahora vivían en el milenio, decían estar sin pecado, y se rehusaban a trabajar porque, al hacerlo, negarían su convicción de que Jesús había venido. Algunos afirmaban tener “esposas espirituales”, mientras que otros abrazaban el celibato.

La joven Elena tuvo que andar en medio de toda esta confusión, y a menudo fue ella misma el blanco, como una más de esas autodesignadas profetas “espiritualistas”. Ella escribió:

“En el período del Chasco, después del cumplimiento del tiempo en 1844, surgieron diversas formas de fanatismo. Algunos sostenían que ya había ocurrido la resurrección de los muertos. Se me envió a dar un mensaje a aquellos que creían en esto, tal como ahora estoy dando un mensaje a vosotros. Declaraban que habían sido perfeccionados, y que su cuerpo, alma y espíritu eran santos. Realizaban demostraciones similares a las que hacéis vosotros, y confundían sus propias mentes y las mentes de otros con sus suposiciones maravillosas. Sin embargo, esas personas eran nuestros hermanos amados, y anhelábamos ayudarlos. Fui a sus reuniones. Había mucha excitación, con ruidos y confusión. No era posible captar claramente lo que estaba ocurriendo. Algunos parecían estar en visión y caían al suelo. Otros saltaban, danzaban y gritaban. Declaraban que como tenían la carne purificada, estaban listos para la traslación. Repetían esto una vez tras otra. Di mi testimonio en el nombre del Señor, y presenté su reproche contra estas manifestaciones”.16

A pesar de sus protestas en contra de estos espiritualistas, la Sra. de White a menudo fue malinterpretada, hasta que otros adventistas sabatistas pudieron establecer la distinción claramente. Ella notó: “Se me ha acusado con frecuencia y falsamente de enseñar opiniones peculiares propias del espiritismo. Pero, antes de que el redactor del Day-Star diera con ese engaño, el Señor me dio una visión de los efectos tristes y desoladores que producirían en la grey ese redactor y otros al enseñar tales opiniones espiritistas”.17

Algo sucedió, en 1848, que cambió todo

Aunque estas manifestaciones aisladas y localistas distraían la atención en la década de 1840, algo sucedió en 1848 que cambiaría dramáticamente la atracción futura del espiritismo; un empujón que para mediados del siglo XIX se desplegaría más allá de la imaginación. Despliegue que tendría profundas consecuencias en el tiempo del fin.

“Los historiadores por lo general concuerdan en que el movimiento espiritista moderno se inició con los ‘golpes’ o ‘toques’ en las paredes de un hogar en Hydesville, Nueva York, a unos 55 kilómetros al este de Rochester, la casa de la familia Fox. Dos hermanas, Kate y Margaret Fox, relataron que se asustaron por unos extraños golpeteos en la pared, por la ropa de cama que era retirada de la cama y por los muebles que se movían por el cuarto. Luego de controlar su miedo, diseñaron un código por medio del cual podían comunicarse con el ‘golpeador’. Investigaciones más profundas indicaron que las hermanas se estaban comunicando con el “espíritu” del asesinado Charles B. Rosna, que había muerto en esa casa. Lo que era extraordinario acerca de este informe fue que el “espíritu” se comunicaba por medio de ‘golpes’, y no sencillamente a través de una persona en trance. De este modo, nació el espiritismo moderno, que afirmaba ‘hablar’ con los espíritus de quienes habían muerto”.18

Este desarrollo inesperado era muy distinto de la extraña conducta de los espiritistas anteriores, que tenían su propio estilo. Siendo que ya no se centraba solamente en cuartos oscuros bañados con la luz de las velas, el espiritismo atrajo a hombres y mujeres destacados, que se convirtieron en sus defensores por la pluma y la práctica.

Detrás de todo fenómeno espiritista: la idea de un alma inmortal

¿Qué hay detrás de todo esto? Una de las razones centrales para este creciente interés en el espiritismo en los tiempos modernos es la noción del alma inmortal, defendida tanto por católicos como por la mayoría de los protestantes. Sin esa falsa creencia, el espiritismo no existiría hoy en día. Probablemente, ni uno en un millón notaría hoy que esta idea entró en la iglesia cristiana no por las enseñanzas bíblicas, sino directamente desde la filosofía griega. ¡Pero ese es tema para otro libro!

Durante sesenta años los escritos de Emmanuel Swedenborg y las enseñanzas de Franz Mesmer proveyeron sustento a quienes buscaban un conocimiento personal de la vida después de la muerte. Swedenborg creía que podía, en un estado de trance, “conversar íntimamente” con los espíritus, y sus escritos describían el mundo de los espíritus. Afirmando que no había cielo ni infierno, sino más bien una serie de esferas por medio de las cuales el “espíritu del difunto” ascendía a niveles más elevados de sabiduría, Swedenborg enseñó que estos “espíritus” podían mediar entre Dios y los seres humanos.19

 

Mesmer no se ocupó de las creencias religiosas. En cambio, introdujo una técnica, que luego se llamó mesmerismo (a menudo también hipnotismo), que inducía trances, en el que los vivos podían comunicarse con difuntos amados o seres espirituales en general.

Estas dos corrientes de pensamiento (Swedenborgianismo y Mesmerismo) se combinaron en una extraña síntesis americana: el espiritismo moderno. Llamativamente, este nuevo movimiento proporcionó uno de los primeros foros para que la mujer estadounidense hablara con una audiencia mixta. Al mismo tiempo, cuáqueros radicales, en campaña para promover la abolición de la esclavitud y los derechos de la mujer, crearon una impresión en las mentes que colaboró para colocar un sello “reformista” en el joven movimiento espiritista.

Como es de suponer, toda esta notoriedad condujo al fraude extendido, conduciendo a comisiones de investigación independientes, que repetidamente desenmascaraban el engaño que yacía detrás de muchas de estas actividades espiritistas. Sin embargo, había algo de atractivo en el espiritismo no solo para el público en general, sino también para una creciente nómina de científicos y autores en América y en otros lugares, incluyendo al autor británico Arthur Connan Doyle, creador de “Sherlock Holmes”. Doyle sostenía que el énfasis constante en la observación misma del fenómeno sostenía a los ingleses y a los estadounidenses para que abrazaran el énfasis oriental de la reencarnación. Doyle es a menudo considerado como el “San Pablo” del espiritismo moderno.

Aunque desorganizado, el movimiento se esparció por el mundo, pero solo en el Reino Unido llegó a ser tan popular como en los Estados Unidos. Los espiritistas estadounidenses se reunían en casas privadas para sesiones espiritistas, en salas de conferencias para conferencias de trances, en campamentos de verano de a miles; pero el espiritismo permaneció individualista. De hecho, durante muchos años los médiums y conferenciantes de trances se resistieron a cualquier intento de organización.

Dos formas

El movimiento tomó dos formas: 1) El fenómeno físico, generalmente en sesiones espiritistas privadas, por medio de golpes, voces audibles, o más a menudo por medio de apariciones materializadas de amados difuntos; y 2) Fenómenos mentales, transmitidos por medio de la mente de un médium por clarividencia, en la que un médium “ve” y “oye” al espíritu o por clairsentience, en la que el médium “siente” la presencia y el pensamiento de alguien en el cuarto.

La mayoría de los espiritistas asisten a iglesias cristianas. Dentro del ambiente cristiano, los espiritistas aceptan el mismo sistema moral, la creencia de un Dios judeocristiano, el panteísmo místico, los cultos dominicales y el canto de himnos. Junto con estas similitudes, los espiritistas creen que las acciones en la vida no conducen al “espíritu” del difunto a una eternidad en el cielo o en el infierno, sino hacia esferas constantemente en ascenso. Aunque aceptan la mayoría de los principios bíblicos, no creen que la Biblia sea la fuente primaria de conocimiento, tanto de Dios como de la vida después de la muerte.20 Es más, creen que la muerte no es el resultado del pecado, sino parte de un propósito divino.

En la última parte del siglo XX, el espiritismo se tornó cada vez más sincrético, al abrazar variadas formas del movimiento de la Nueva Era. De hecho, hoy hay mucho menos interés en el tipo de médium de “materialización” milagrosa que cautivó a Arthur Connan Doyle. Los espiritistas modernos prefieren el término “supervivencialismo” (personas obsesionadas con la supervivencia ante una catástrofe). Una gran audiencia mira su canal de televisión llamado Psychic Friends Network [Red de amigos psíquicos].21

La primera visión de Elena de White con respecto al espiritismo

Pocos meses después de que el fenómeno de los golpes en la casa de los Fox, en Hydeville, Nueva York, llegara a la prensa, Elena de White recibió una visión en Topsham, Maine, el 24 de marzo de 1849. Ella escribió lo siguiente, al describir la visión: “Vi que los misteriosos golpes en Nueva York y otros lugares, eran el poder de Satanás; y que cosas como esas serían cada vez más comunes, envueltas en un atuendo de religiosidad, para adormecer a los engañados con más seguridad; y para atraer las mentes del pueblo de Dios, de ser posible, a aquellas cosas y provocar dudas sobre las enseñanzas y el poder del Espíritu Santo”.22 Y luego explicó aún más: “Los llamamientos misteriosos con que empezó el espiritismo moderno no fueron el resultado de la superchería o de la astucia humana, sino obra directa de ángeles malos, que introdujeron así uno de los engaños más eficaces para la destrucción de las almas. Muchos hombres serán entrampados por la creencia de que el espiritismo es solamente una impostura humana; pero cuando sean puestos en presencia de manifestaciones cuyo carácter sobrenatural no pueda negarse, serán seducidos y obligados a aceptarlas como revelación del poder divino”.23

De esta manera se le mostró tempranamente que los misteriosos golpes eran en realidad la obra de ángeles malignos, aunque muchos lo percibieron como el poder de Dios, y que el fenómeno se esparciría rápidamente más allá de las hermanas Fox, quienes ahora trabajaban en espectáculos y circos itinerantes.

Y en verdad se esparció. Rápidamente el espiritismo fue aceptado en el mundo protestante y católico porque no había un freno doctrinal, en esas religiones, que protegiera a quienes fueran seducidos por las innegables manifestaciones de poderes “misteriosos”. Hoy en día, existen tres iglesias espiritistas principales: la Asamblea General Internacional de Espiritistas, la Alianza Nacional Espiritual de EE.UU. y la Asociación Nacional Espiritualista de Iglesias. Las enciclopedias consideran al espiritismo como una religión, tal como lo predijo Elena de White, aunque en sus días no había demasiadas evidencias para este notorio crecimiento.

Parte del pensamiento de la Nueva Era

Parte del asombroso avance del pensamiento y la práctica de la Nueva Era se debe a su afirmación de comunicarse con los muertos. La canalización es una de las características más conocidas de las creencias de la Nueva Era. El Mesmerismo, más conocido hoy como ciertas formas de hipnotismo, también es un elemento muy conocido de la filosofía espiritualista. Junto con Mesmer y Stefan Sweig, Swedenborg practicaba el traer mensajes de otros espíritus. Estos hombres creían que esos poderes eran adicionales al arte de curar, llamándolo “curación del espíritu por medio del médium en trance”.

En años recientes, el espiritualismo ha contribuido abundantemente al fenómeno de la Nueva Era. El movimiento de la Nueva Era es un término vago para designar un conjunto de ideas derivadas del paganismo, combinado con elementos de las tradiciones religiosas tanto orientales como occidentales. Un hilo en común que une todas estas ideas es la creencia de que la espiritualidad es un asunto muy personal y que todas las personas son, de algún modo, divinas. Muchos adeptos a la Nueva Era creen en la sanidad espiritual, la canalización, ESP [Percepción extra sensorial], interpretación de sueños y otros fenómenos psíquicos como vías para el desarrollo de la espiritualidad, al contactar espíritus o al ponerse en contacto con sus vidas anteriores.

La segunda visión de Elena de White sobre el espiritismo moderno

Elena de White recibió su segunda visión sobre el espiritismo moderno el 24 de marzo de 1849. El 24 de agosto de 1850 ella escribió: “Vi que los ‘golpes misteriosos’ eran efecto del poder de Satanás. Algunos procedían directamente de él, y otros indirectamente, por medio de sus agentes; pero todos dimanaban de Satanás. Eran su obra, y la realizaba de distintos modos. Sin embargo, en las iglesias y en el mundo había muchos tan sumidos en densas tinieblas, que se imaginaban y sostenían que esos golpes misteriosos eran obra del poder de Dios. Dijo el ángel: ‘¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?’. ¿Han de ir los vivos a aprender de los muertos? Los muertos nada saben. En vez de acudir al Dios vivo ¿recurriréis a los muertos? Se han apartado del Dios vivo para conversar con los muertos, que nada saben. (Ver Isa. 8:19, 20.)

“Vi que no tardaría en calificarse de blasfemia todo cuanto se dijera en contra de los golpes misteriosos, los cuales se irían extendiendo más y más, con incremento del poder de Satanás, y que algunos de sus adeptos tendrían poder para realizar milagros, hasta para hacer bajar fuego del cielo a la vista de los hombres. Se me mostró que, por los golpes y el mesmerismo, estos magos modernos explicarían aun todos los milagros hechos por nuestro Señor Jesucristo, y que muchos creerían que todas las obras poderosas que hizo el Hijo de Dios cuando estuvo en la tierra fueron hechas por este mismo poder.

“Se me recordó el tiempo de Moisés, y vi las señales y prodigios que Dios obró por su medio delante de Faraón, la mayoría de los cuales fueron imitados por los magos de Egipto; y se me mostró que, precisamente antes de la liberación final de los santos, Dios obraría poderosamente para su pueblo, y que a estos magos modernos se les permitiría que imitasen la obra de Dios”.24

Encuentro que estas pocas y para nada ambiguas palabras son asombrosas, si recordamos que fueron escritas cuando los adeptos al espiritismo eran muy pocos. Es más, Elena de White predijo aquí que llegaría el tiempo en que cualquier crítica hacia el espiritismo sería considerada una “blasfemia”.

¿Es un hecho criminal hablar en contra de los espiritistas?

Basándonos en la predicción de Elena de White, no me sorprendería que los gobiernos, comenzando por los de los países occidentales, consideraran un acto criminal el hablar en contra de los espiritistas. Después de todo, ya hay leyes, en los libros, que consideran ilegal que alguien menosprecie la raza, la orientación sexual o las creencias religiosas. Mientras escribo, los jueces canadienses ya están implementando leyes semejantes contrarias a quienes solamente están haciendo oír su derecho a la libre expresión de sus creencias religiosas. En nuestra sociedad “políticamente correcta”, tal vez nos encontramos a solo medio paso de ser encarcelados por hablar en contra del espiritismo.

Note la siguiente declaración, extraída del Centennial Book of Modern Spiritualism [Libro del centenario del espiritualismo moderno]: “Ni los sacerdotes ni la prensa deberían hablar o tocar esta santa palabra ‘Espiritismo’, solo con manos limpias y corazones puros, y los mismos espiritistas deberían honrar su bendito evangelio de inmortalidad”.

La Sra. de White predijo que los especialistas en percepción extrasensorial reconocerían que estos “poderes misteriosos” estaban muy lejos de asemejarse a los trucos humanos del mago más habilidoso. “El poder satánico se incrementará”, escribió esta autora, y algunos “de sus seguidores tendrán poder para obrar milagros”. Los experimentos de la actualidad, en numerosos incidentes de percepción extrasensorial, validan que algo está sucediendo, cuya explicación va más allá de lo humano.

En la Enciclopedia Americana, el fundador del Instituto de Paraspicología de la Universidad de Duke escribió: “La pregunta planteada por el Espiritismo debe ser confrontada como uno de los mayores problemas científicos”.

La visión que recibió Elena de White en 1850 sobre este asunto dirigió la atención sobre dos aspectos que en ese entonces parecían increíbles. Llegaría el tiempo, anunció ella, en que los teólogos y otras personas darían el crédito por los milagros de Cristo a los poderes espiritistas. ¡Cuán acertada estaba!

El segundo aspecto era que, al término del tiempo del fin, “Dios obraría poderosamente para su pueblo, y que a estos magos modernos se les permitiría que imitasen la obra de Dios”.25 (Compare con Apoc. 13:13, 14).