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Diario de la expedicion reduccional del ano 1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires

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SEGUNDA PARTE

SETIEMBRE

Queda visto como el primero de Setiembre caminò para Corrientes el Mayor General de Ordenes, quedando nuestro General en cama aunque ya mejorado de sus males: pero al cerrar la noche del dia primero casi fué el postrero de sus dias porque asaltándole con total violencia le puso en tal estremo, que á las nueve de la noche se confesó con gran priesa; y temiendo no alcanzar á formar su testamento, otorgó solo poder, é hizo formal nombramiento de sucesor para el caso de su fallecimiento en mí, el referido Dr. Arias, que hacia de Auditor de Guerra, dejando á mi cuidado el desempeño de su comision en todo lo temporal, y que en los asuntos de reducciones espirituales, procediese asociado con el Sr. Arcediano, como superior eclesiástico, visitador general que es de todas las reducciones, y eclesiástico interventor en esta reduccional expedicion.



Encargónos á ambos, en su fatiga mayor, el desempeño de las confianzas superiores, el servicio del Rey Nuestro Sr., el celo y eficacia en llevar adelante hasta su conclusion la labor de las capillas y pueblos, haciéndonos presentes cuanto se interesaba en todo el aumento y la gloria de ambas magestades.



Dispuestas sus cosas de esta suerte, como amaneciese con vida el dia 2, pidió se le administrase el viático, y continuó con su fatiga hasta el dia 3, en el que el médico de la expedicion le desaució de todo punto, con gran conflicto nuestro y valerosa resolucion del paciente, que oyó tan dura sentencia con mucha entereza.



Continuó la renitencia del accidente hasta el dia 6, hasta que el dia 7 amaneció mejorado, y segun se vé promete la mejoria venturosos progresos.



Apenas conoció su mejoria, cuando ya comenzó á operar su aplicacion, noticioso que los indios del pueblo de Macapillo se hallaban con ánimo de desamparar su reduccion, y venirse á estas de nuestro cargo; así por estar aquí su cura doctrinero, Fr. Antonio Lapa, y presumirse lo hayamos de dejar en alguna de estas reducciones, como por el parentesco y liga que tienen aquellos con estos indios de nuestro cargo. Deseando remediar este desgreño, dirijió S. S. letras al

Curaca

 Colompotóp, cuya substancia contenia mas artificios que renglones: porque le conjura por todos los respetos y leyes de la amistad, suplicando no desampare su pueblo, porque quedaría S. S. muy displicente con ella, sin poderle admitir en estas nuevas reducciones, donde solo tenia órden de colocar los Tobas y Mocobíes recien conversos, y no otras naciones, maxime extraviadas de sus respectivos pueblos.



Considerando al mismo tiempo no ser menos poderoso estímulo el interés en estos bárbaros, le incluyó libranza de 50 cabezas de ganado vacuno contra su mayordomo de la hacienda del Rosario, para que entretenidos el Curaca y los suyos en recibir aquel socorro gracioso y aprovecharle, se entretuviesen contentos en su pueblo, y se mantuviesen hasta que regresase su pastor, al que les prometió restituir S. S., concluida su comision; con lo que esperamos se hayan aquietado.



Desde el 8 hasta el 13 se empleó la gente partidaria en seguir la faena de adobes, cortar maderas, arar, sembrar y cercar los rastrojos que se han puesto, de maiz, trigo, sandías y calabazos: y habiéndose abierto los cimientos del templo el dia 12, en que ya nuestro General se hallaba en pié, colocóse por la tarde la Santa Cruz en el lugar acostumbrado; y al siguiente dia, en que los vecinos de Salta celebran con grandeza el triunfo de N. Sra. del Milagro, se bendijo la piedra angular, segun las ceremonias del ritual romano, y se colocó en el lugar respectivo, siendo los padrinos nuestro General y el Sr. Arcediano.



Desde el 14 hasta el 30 se ha ocupado la gente toda con los indios en trabajar la iglesia, y parte de la gente partidaria en acarrear las maderas. Este dia compareciendo en este real como 50 indios de la nacion Chunupí, que ya quedaron amigos como se indicó en la primera parte del diario, dijeron, que deseando continuar la amistad pactada, habian venido á visitarnos desde su lejana habitacion.



OCTUBRE

El 1.º de Octubre, dia de Ntra. Sra. del Rosario, se enarboló el real estandarte.



El 5 llegó un cacique llamado

Anequelcody

, con 18 grandules, 10 párvulos, 15 mugeres adultas y 7 mozas, todos cristianos de la reduccion de San Pedro: hízoles presente S. S. lo mal que hacian en desamparar su pueblo; á que satisfacieron con decir venian de paseo á visitar á los Mocobíes de nuestro cargo, deudos suyos.



El 7 llegó el caporal Coytogoquí, Mocobí de nacion, con 9 indios grandules, 59 mugeres grandes, 7 mozas y 11 párvulas, y mandó S. S. que distinguiendo al caporal, se vistieran todos, dándoles á la mugeres á mas del vestuario, rosarios, gualcas, sortijas y agujas. Y tras estos llegaron los caciques Contoquí y Yatagayquí, Mocobíes, con 4 indios grandules, 15 mugeres entre grandes y chicas y 6 párvulos, y á todos mandó vestir S. S. con la debida proporcion.



El 8, como á las 3 de la tarde, caminó S. S. con el P. Capellan, el Capitan de migueletes, y el médico para el Tren de Conchas, á elegir sitios para el pueblo, y dar disposiciones para las faenas.



El 9 llegó el cacique Goytamatí con un hijo suyo, y 10 indios grandules, 25 mugeres adultas, 7 mozas, chicas 10 con 13 muchachos, todos mocobíes que se han vestido, distinguiendo siempre al principal.



El 13 llegó el cacique Alaiquí con su familia, que se componia de 8 mugeres adultas, 2 mozas y 6 párvulos.



El 17 dió la vuelta nuestro General, trayendo la noticia de haber elegido un famoso sitio para la reduccion de Tobas, enfrente de la Laguna de las Perlas, donde ha puesto el real acampamento, y deja fabricado un ramadon de 30 varas, desmontando un bosque, por donde conducir el agua para la faena de adobes.



Ha admirado S. S. la copia de indios que han salido allí á poblacion, que dice excederán en número á los de este pueblo en duplicada cantidad, y que le informan los mismos, que desde muy lejos están viniendo y vendrán, pues allí no están todavia ni la tercia parte de los de su nacion.



Chinchin ha venido con la noticia que su General Atecampibáp, de quien hablamos en la primera parte del diario, queda desauciado, y que ya le contempla difunto en el dia: que estando en esta situacion, juntó á los suyos, y les hizo en sustancia el siguiente parlamento. "Conociendo estoy, carísimos y leales vasallos, que mi vida se acaba, y que mis dias se han cumplido sin apelacion. Y porque vosotros sois testigos de las paces estipuladas con el español nuestro amigo, os suplico cumplais sin defecto: lo que yo á nombre de vosotros prometí, porque conosco que el cristiano nos quiere bien, y su amistad nos es muy útil. Por esto pues os encargo, os suplico y os ruego, que sin perder tiempo, alguno de vosotros con la competente escolta pase á Lacangayé, donde se halla el General Arias, y le haga presente mi infausta situacion, para que no extrañe mi defecto en el caso de su regreso; y que aunque yo fallezca, dejo á vosotros los capitanes y principales mandones para que cumplan lo mismo que yo prometí en cuanto á reduccion: y que en cuanto al sitio de ella, acordé despues con vosotros que el elegido era perjudicial á nuestros ganados y haciendas, porque aquerenciadas en esta costa del rio, removerlas á distinto pais era perderlas.



"Y que supuesto que á los Tobas y Mocobíes se les ha dado en la costa del rio, desde luego suplico á nombre de todos, que á continuacion de la reduccion de Tobas se nos dé á nosotros, y que allí se congregarán las tres naciones unidas de Malbaláes, Chunupíes y Signipés, lo mismo que os encargo á vosotros cumplais y guardeis: pues ya será esta la postrera vez que os mande; y porque deseo vuestro alivio, y lo he deseado siempre, quiero que hasta la muerte conoscais la gratitud de vuestro moribundo General."



En esta virtud Chinchin y los suyos me hicieron presente todo lo acaecido, y enterado, suplíqueles esperasen el regreso de nuestro General, que ya por dos horas lo esperaba, para que con S. S. se acordase lo conveniente.



El 19, reconociendo S. S. en los Mocobíes muchísimo desaliento para el trabajo, juntó á los principales de ellos, y les hizo en substancia el parlamento siguiente.



"El Rey, mi Señor natural y superior, y su Virey de Buenos Aires, me han mandado á poneros reduccion: á este fin, como ya varias veces os he dicho, han librado á vuestro favor cuantiosas cantidades de dinero: y esto para què? – no con otro fin que civilizaros, cristianaros y reduciros á vida racional. Y sino dejais vuestros antiguos desórdenes, ¿con qué conciencia podré sufragaros graciosos donativos, cuando estos son condicionales, y vosotros no poneis la condicion? ¿Con qué verdad informaré á los Tribunales á vuestro favor, cuando vosotros no dais mérito para ello?"....



El 23, como al mediodia, llegó el indio Quedegody, que fué acompañando al chasque que se retiró á Corrientes, quien trajo razon de haberle acompañado hasta las orillas del Rio Paraguay, y que de allí, dando aviso á la gente que estaba á la otra banda, vinieron a pasarle en una canoa. Que Portal y el indio Juan Pablo pasaron á la otra banda, y le dijeron á este los esperára dos dias: que temeroso de los Abipones y de los españoles de Corrientes, se habia venido luego; pero que Portal no podia ya tardar en su regreso.



No solo no se diò asenso á esta noticia, sino que imaginamos haber habido en esto alguna traicion; porque casi lo propio dió por razon el mismo indio que fué acompañando al Mayor General de Ordenes, D. Jayme Nadal y sus consocios, sin que hasta hoy se sepa cosa alguna de su éxito á la de Corrientes: sin embargo de que confiesan los indios no haber mas que 60 leguas de distancia, y todo camino llano. Por lo que mandó S. S. se le entretuviera algunos dias con arte, hasta saber la realidad por algun camino.



Y con efecto, el 25 llegó Portal, y con su dicho confirmó la realidad de cuanto el indio expuso: por lo que S. S. le dió las gracias de la fidelidad con que le habia guiado y acompañado. Y con lo que responde el Mayor de Ordenes en la suya quedamos satisfechos.

 



"Que ya tiene el ganado á las orillas del Paraná, y que en término de 16 dias estaria con nosotros, siendo la fecha de sus cartas el 19 de Octubre. Asimismo ha remitido el diario que formó á la ida; del que se colije distar Corrientes de nuestro real campamento de Lacangayé 76 leguas: que lo mas del camino es campo abierto, con palmares y algunos de datiles: que no tiene mas tropiezo que algunos madrejones con agua: que ha sido generalmente recibido de los indios Mocobìes de su tránsito con mucha humanidad y cariño, y en especial del cacique Amelcoy, quien le ha franqueado los auxilios convenientes, y escolta de indios para su guia, resguardo y seguridad, acompañándole tambien personalmente: y añade, que es un indio en quien concurren las mas bellas prendas que puede tener el mas noble y racional: que habiendo llegado á una laguna de alguna magnitud, pasó en una pelota de cuero hasta la otra banda.



"Y reconociendo que en la banda del rio que se objetaba, habia una poblacion de españoles, hizo señas dando voces: que los habitadores quedaron sorprendidos, imaginando serian indios enemigos que venian á asaltarles; hasta que, reconociendo ser gente española, pasó uno de ellos en una canoa: que avistado con él le preguntó: ¿Qué rio era aquel? ¿què poblacion aquella? ¿y qué lugar era donde se hallaban? Satisfizo, diciendo – Que el era teniente de aquel presidio que habian puesto poco hace los Correntinos para resguardo de los insultos de los Guaycurús: que aquella fortaleza se llamaba

Curupaytí

, que aquel rio era el del Paraguay: que aquel lugar era el Paso de los Guaycurús: que de allí, rio abajo, distaba Corrientes 10 leguas, y que por allí podia pasar todo su tráfago: – como lo hizo, y llegó á la de Corrientes el dia 13 de Octubre, habiendo tardado en camino once dias, á causa de esperar los indios que le habian de conducir, para lo que se detuvo cinco dias en las rancherias de Amelcoy y Curupayetí."



Bien se vé cuanto seria nuestro consuelo al saber el feliz suceso de los nuestros, que ya contabamos difuntos, resultando de esta nueva expedicion tantas utilidades como se irán anotando. – La primera, verse descubierto este camino, que hasta hoy por cómputos matemáticos solo se conceptuaba traficable; estando tan recomendada su apertura por repetidas órdenes reales: cuya felicidad ha logrado en sus dias nuestro Comandante General, mediante su desvelo y aplicacion, hasta haber dado tan acertada disposicion, y haber encomendado su egecucion al referido Mayor de Ordenes, que con su celo, actividad y talento ha desempeñado esta confianza con la pureza que se deja ver. La segunda, queda este continente todo descubierto, habitable y andable; mayormente si á continuacion de esta apertura y descubrimiento se acalora su tráfico continuo con el yuvamen de un presidio de la parte de Corrientes, como lo acordó la Junta Reducional de Propaganda, el año de 1779, y como ya lo expuse en otro lugar. La tercera, se ha descubierto que los planes y mapas antiguos erraron el concepto en cuanto al desemboque del Rio Bermejo, que le figuran incorporado con el Paraná, casi en las dereceras de Corrientes, sin incorporarse con el Paraguay. Véase el que trae por cabeza la Historia Corográfica del R. P. Lozano, que creo fué sacado por otros iguales ejemplares, en los que se notan en este punto dos yerros notables; porque avisan los nuestros, que para llegar á Corrientes han pasado el rio Paraguay 10 leguas mas arriba del Paraná, sin pasar el Bermejo, que han llevado desde aquí á mano izquierda en todo el viage: de que se infiere, que mas arriba se incorpora con el Paraguay, talvez en distancia de 20 leguas de Corrientes á la parte del poniente, cuyo yerro geográfico, con otros que se notan en dicho mapa y su descripcion, esperamos enmendar con la exactitud debida en la Descripcion Geográfica que se dará por conclusion de este diario.



NOVIEMBRE

El 6 llegó el Capitan de migueletes, D. Juan José de Acevedo, de la parte del naciente, donde se le mandó con el encargo de descubrir el sitio fijo de la antigua Concepcion destruida, para colocarlo con certeza en el mapa que se ha de formar en la Descripcion Geográfica. Dá este por razon que la ciudad está situada á la parte del sud en un espesísimo bosque y chaguaral impenetrable: que de una laguna salen algunas acequias para el lugar de dicho pueblo, que distará de este real de Lacangayé como 30 leguas, y que todo es camino llano y andable.



Que hay muchísimos palmares y maderas útiles: que el campo es abierto hasta allí y fertilísimo: que hay infinidad de monos de diversas layas, y entre otros una especie de micos rubios, y con tanta barba, machos y hembras, como un cabron; y que los machos son por demas, que son negros y muy feos. De esta especie trajo una hembra con su cachorro, que llegó muerto á este real; sucediendo con la madre lo propio apenas llegó: lo que creemos proviniese del balazo que les diò al tomarlos, y de la ninguna comodidad con que los trajo.



El 12 llegó el Mayor de Ordenes de la de Corrientes, con solo un indio y un peon, trayendo pliegos de S. E., y conduciendo una corta puntilla de reses para nuestro socorro: bien se vé cuanto sería nuestro consuelo al verle, y mayormente cuando, tan celoso de nuestro alivio, se habia avanzado á venir por caminos peligrosos y no trillad