Europa a tu aire. 80 rutas sobre ruedas

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La costa occidental

Conocer el occidente asturiano supone recorrer el litoral para luego desviarse hacia el interior desde Vegadeo hasta Taramundi, Los Oscos y Grandas de Salime. La ruta de la costa es sencilla pues tanto la A-8 como la N-634 nos llevan lindando este borde de mar que golpea verticales acantilados y se amansa en pequeñas calas, en playas que se suceden en este abrupto perfil costero y en los puertos de Cudillero, Luarca y Puerto Vega.

Siguiendo nuestro camino por la costa nos esperan el concejo de Carreño y su capital, Candás, donde se mezcla lo campesino con lo marinero y donde podremos observar palacios, casonas de hidalgos, casas campesinas y pueblos y villas que miran al mar. Y playas. Y más playas. Luanco es la capital del concejo de Gozón, al que pertenece el cabo de Peñas, el saliente más acusado del litoral asturiano. Avilés es la cabeza de la comarca que lleva su nombre, a la que pertenecen los concejos de Castrillón, Corvera e Illas. La comarca es una combinación de costa y monte, playas y bosques, ciudad moderna y aldeas rurales con sus tradicionales muestras de arquitectura popular asturiana. El rico patrimonio urbano queda patente en Avilés, cuyo casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico, en el que se mezclan diferentes estilos arquitectónicos que facilitan un paseo por la historia desde el siglo XII. El último gran edificio es el Centro Niemeyer, un activo centro cultural. Y más playas, como la de Salinas, Santa María del Mar o Arnao, que invitan a la práctica de deportes náuticos.

Desde Avilés, nuestro próximo hito en el camino es Cudillero, un pintoresco pueblo de pescadores enclavado en la ladera de tres montes con fantásticas casas colgantes frente a los acantilados del puerto. Puedes acabar la tarde en cualquier sidrería de la plaza u observando la puesta del sol en el cabo Vidio, en Oviñana.

Al llegar a Luarca comenzaremos a ver mutar el paisaje hacia blancas caserías con tejado de pizarra y hórreos que van abandonando el modelo del centro y el oriente.

Más adelante, Navia, Tapia de Casariego y Castropol son un grupo de preciosas villas marineras que conservan ecos de épocas pasadas en las que el tiempo transcurría de un modo más pausado.

Oviedo

Enclavada en el centro geográfico de Asturias, bajo la atenta mirada del monte Naranco, se encuentra Oviedo, capital del Principado. La ciudad, que nace como consecuencia de los avatares de la Reconquista y de la influencia creciente de los reyes asturianos, legó una de las mayores riquezas artísticas, hoy catalogadas como Patrimonio de la Humanidad. Son las iglesias prerrománicas de Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y San Julián de los Prados, situadas en el entorno de la ciudad.

La Cámara Santa, germen de la catedral gótica, fue construida por Alfonso II el Casto a principios del siglo IX y acoge un conjunto de reliquias traídas desde Tierra Santa a lo largo de toda la Edad Media; entre las que se encuentra el Santo Sudario de Oviedo.

En torno a la catedral se extiende el casco antiguo, lleno de iglesias y conventos como los de San Isidoro, San Tirso, Santa María la Real de la Corte…; casas palaciegas (conde de Toreno, Valdecarzana, Camposagrado, Santa Cruz…), y estrechas callejuelas llenas de tiendas, chigres y ambiente universitario.

Oviedo es una ciudad de celebraciones, como el premio Princesa de Asturias, que se entrega en el teatro Campoamor, o las fiestas de San Mateo, de la Balesquida, Martes de Campo…

Bosque de Muniellos y fuentes de Narcea

Unos 90 kilómetros separan Oviedo de Cangas de Narcea, punto de partida hacia la Reserva Natural Integral de Muniellos, una joya de la naturaleza y uno de los bosques caducifolios más importantes de Europa.

Entre los seiscientos y los mil quinientos metros de altura y con una extensión de 5541 hectáreas, el bosque de Muniellos es un precioso robledal en el que también se pueden ver tejos, acebos, hayas y abedules. En las cotas bajas, ya a orillas del río, la vegetación predominante son los fresnos, pláganos, sauces, avellanos, los musgos y los líquenes. Con estas maderas se hicieron los barcos de la mítica Armada Invencible y hasta 1973, el bosque fue explotado para la construcción de navíos. En 1982 fue declarado Reserva Biológica Nacional y en 2000 Reserva de la Biosfera por la Unesco.

Para poder adentrarse en este incomparable bosque es imprescindible informarse previamente para solicitar autorización, que se puede cursar a través de la página www.turismoasturias.es.

Para redondear el día, vale la pena acercarse a otros puntos interesantes de la zona como el santuario del Acebo, el valle de Naviego, el hayedo del monasterio de Hermo, el concejo de San Antolín de Ibias y Ambasaguas y la capilla del Carmen, en Cangas de Narcea; además de visitar el monasterio de Corias, el mayor de todo el occidente asturiano y que hoy es Parador de Turismo.

Disfrutar de los vinos de los viñedos de montaña que se cultivan en el suroccidente asturiano es otra de las recomendaciones para terminar este recorrido con buen sabor de boca.

Info práctica

Camping Covadonga

Soto de Cangas, s/n. 33589 Soto de Cangas

N 43° 20’ 51.2’’, W 5° 05’ 01.6’’

) +34 985 940 097

www.camping-covadonga.com

campingcovadonga@hotmail.es

De julio a septiembre y en Semana Santa.

A 6 minutos de Cangas de Onís, el recinto tiene una ubicación excelente. Los visitantes pueden practicar diferentes actividades como piragüismo o senderismo por las diferentes rutas de los Picos de Europa. El precio de las parcelas incluye 2 personas + coche + caravana. El camping tiene agua caliente, mesas para comer en el exterior, lavadora y secadora; además de wifi gratuito, guardaequipajes, un restaurante y un supermercado.

Camping Deva Gijón

Camín de la Pasadiella, 85. 33394 Gijón

N 43° 30’ 50.2’’, W 5° 35’ 54.7’’

) +34 985 133 848

www.campingdeva-gijon.es

info@campingdeva-gijon.es

En este camping de primera categoría disponen de parcelas de 70 m² con tomas de agua, desagües y agua caliente las 24 horas del día. Además, entre sus instalaciones encontramos una ludoteca, un parque infantil, pistas de deporte y piscinas, entre otras opciones.

Camping El Carbayín

La Panela. 33749 Serantes

N 43° 32’ 56’’, W 6° 58’ 29.1’’

) +34 985 623 709 y 985 711 720 753

www.campingelcarbayin.com

campingelcarbayin@gmail.com

A 8 minutos de Castropol y a 1 km de la playa, está situado en un entorno rural muy tranquilo. El recinto dispone de una zona camping al aire libre adaptada para caravanas y autocaravanas. Las parcelas son de 60 a 70 m², con una toma de agua y eléctrica. Acceso a los baños y al agua caliente las 24 h del día. Se permiten animales, pero deben de estar atados y acompañados de su dueño.

Península Ibérica

Arte rupestre cornisa cantábrica

En Europa, entre los años 39000 y 11000 a. C., nuestros ancestros descubrieron que mediante grabados y colores extraídos de plantas y minerales podían ilustrar los techos y paredes de las cuevas con dibujos de animales y símbolos de su mundo. Así nació un arte parietal paleolítico que tuvo en el norte de España uno de sus máximos exponentes en el continente.

Esta ruta por el norte de España nos llevará a conocer las 18 cuevas de la cornisa cantábrica reconocidas como Patrimonio de la Humanidad desde 2008, un legado prehistórico invaluable. Empezaremos en Asturias y terminaremos en el País Vasco. Durante el recorrido visitaremos algunas de las pinturas rupestres más famosas, antiguas y curiosas de Europa.


• Distancia: 632 kilómetros de ruta

• Puntos de la ruta: Cueva de la Peña de Candamo - Cueva de Tito Bustillo - Cueva de La Covaciella - Cueva de Llonín - Cueva de El Pindal - Cueva de Chufín - Cueva de Altamira - Cueva de Hornos de la Peña - Cueva de El Pendo - Cueva de La Garma - Cueva de Covalanas - Cueva de Ekain - Cueva de Altxerri

Cueva de la Peña de Candamo

32 kilómetros al oeste de Oviedo, en un saliente rocoso y medio cubierto de bosque que se eleva sobre el pueblo de San Román, en el valle del Nalón, entraremos en contacto por primera vez con el arte rupestre de la cornisa cantábrica. Aquí se encuentra la cueva de la Peña de Candamo, una cavidad pequeña (solo tiene sesenta metros de profundidad), pero que nos permitirá descubrir que, además de las formaciones propias de las cuevas tradicionales (como estalactitas y estalagmitas), todas las cuevas del recorrido cuentan con excelentes ejemplos de arte prehistórico. En los de Candamo apreciaremos exclusivamente animales: caballos, un toro, un ciervo con el cuello girado mirando hacia arriba y el cuerpo atravesado por lanzas.

Esta cueva es significativa porque ejemplifica los excesos (y las soluciones) del turismo rupestre. Fue descubierta en 1914 y casi desde su inicio se acondicionó para ser abierta al público. En 1980, sin embargo, la gran cantidad de visitas, la humedad y el dióxido de carbono en el ambiente, e incluso el vandalismo, desgastaron tanto las pinturas que, después de 18000 años sin ser molestadas, se tuvo que cerrar la cueva. Tras un largo y tedioso proceso de restauración, se abrió de nuevo al público en 1990, pero con el acceso restringido. Si no tenemos la posibilidad de adquirir una de las 45 entradas diarias, siempre podremos admirar las reproducciones fidedignas que se muestran en el Centro de Interpretación del Arte Rupestre, que ocupa el recién restaurado palacio de Valdés-Bazán en San Román. Aquí, varios plafones explicativos nos informan sobre las técnicas usadas por los hombres prehistóricos, el significado de sus obras y las características de algunas de ellas.

 

Cueva de Tito Bustillo

Desde las montañas de Candamo, la carretera AS-16 nos conducirá hacia la costa, pasando junto a Avilés y Gijón, hasta llegar a la cueva de Tito Bustillo tras 114 kilómetros de ruta. Apenas descubierta en 1968 por un grupo de espeleólogos, esta cueva se encuentra junto a la desembocadura del río Sella, frente al pueblo de Ribadesella. Siguiendo una larga galería, tendremos acceso a varias salas con pinturas de todo tipo. En una de las primeras observaremos una representación de vulvas de mujer, una clara invocación a la fertilidad femenina. En otros rincones de la cueva veremos caballos, ciervos, manchas de color rojo y renos de gran tamaño. También se ha descubierto una imagen antropomorfa que data de hace 33000 años, aunque no la podremos ver porque se encuentra en una parte inaccesible de la cueva. Podemos informamos sobre ella en el Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo, un pequeño museo de tres plantas a 250 metros de la entrada de la cueva.

Cuevas de la Covaciella y de Llonín

Unos cuarenta kilómetros al sudeste de Ribadesella, a los pies del Parque Nacional de los Picos de Europa, se halla la cueva de La Covaciella, en la margen del barranco sobre el río Casaño. Es una de las últimas cuevas encontradas y un ejemplo de que, probablemente, quedan aún varias otras por descubrir. Su hallazgo fue accidental, cuando una voladura para la construcción de una carretera abrió una entrada en 1994.

Los bisontes pintados en uno de sus paneles son los mejor conservados de toda la cornisa cantábrica. Desafortunadamente, la cueva está cerrada al público, pero podremos ver una reproducción de las pinturas en el Parque de la Prehistoria de Teverga.


Bisontes de La Covaciella.© La Covaciella - José Manuel Benito

La cueva de Llonín, que encontraremos 23 kilómetros hacia el este, en el valle de Cabrales, fue descubierta gracias al queso. En 1957, unos productores de queso del valle entraron en busca de un lugar fresco y húmedo para ayudar a la fermentación de sus lácticos y dieron con las pinturas. También está cerrada al público, pero es para proteger el centenar de figuras que decoran todo su interior, desde animales (como bisontes, renos o cabras) hasta símbolos abstractos que la convierten en la cueva de Asturias con más pinturas.

Cuevas de El Pindal y Chufín

La siguiente cueva, la de El Pindal, se conoce desde 1908. Se localiza 27 kilómetros al norte, tocando casi el mar Cantábrico, cerca de la punta de San Emeterio. En la base de un acantilado, junto al mar, los hombres prehistóricos encontraron un largo túnel que se adentraba bajo tierra y cuya pared derecha ilustraron con una variada colección de animales. Se han contado trece bisontes, ocho caballos, un par de ciervos, un mamut y una gran cantidad de formas, puntos y rayas de color rojo.

Regresando hacia el interior del país, ya en plena comunidad de Cantabria, la carretera CA-181 nos dejará frente a la cueva de Chufín, en el precioso pueblo de Riclones, con vistas al embalse de Palombrera. Descubierta por el fotógrafo Manuel de Cos, esta pequeña cueva presenta, además de sutiles grabados, pinturas de hace 20000 años

de ciervos, cabras, caballos y bisontes, además de varios símbolos geométricos semejantes a los de El Pindal, como puntos, rayas y los llamados bastones.

Altamira

Regresamos a la carretera para atravesar la cordillera Cantábrica, por Labarces, a lo largo de la CA-850. Luego, enlazamos con la autopista A-8 hasta llegar, después de 52 kilómetros, a la famosa cueva de Altamira, cerca de Santillana del Mar. Esta fue la primera cueva de la cornisa cantábrica que fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en 1985. Las otras diecisiete se añadieron en 2008 como complemento.


Bisontes de la cueva de Altamira. © Eqroy - Shutterstock.com

Esta cueva, la más impresionante, fue descubierta por accidente en 1868 por Modesto Cubillas y posteriormente examinada, en 1879, por Marcelino Sanz de Sautuola, acompañado de su hija María. La niña levantó la cabeza en la cueva y dijo: «¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados!». Acababan de descubrir los famosos bueyes de la cueva de Altamira, considerada la capilla Sixtina del arte rupestre.

La delicadeza de los trazos, los colores aún vivos y el detalle fino de las pinturas hicieron pensar que eran falsas a muchos de los arqueólogos que inspeccionaron la cueva. Entonces se razonó que, si el arte es fruto de la civilización, ¿cómo podían los hombres primitivos haber realizado obras de tal magnificencia? No fue hasta 1895, con el descubrimiento de otras cuevas similares en Francia, cuando se empezó a aceptar su antigüedad. Estudios posteriores dataron sus pinturas en unos 14000 años. Sin embargo, informaciones recientes apuntan hacia los 35 000 años para unos puntos rojos entre las imágenes. En realidad, en Altamira encontraremos una mezcla imposible de separar: pinturas, grabados y pinturas con grabados que indican el uso de diferentes técnicas, por distintos pintores, a lo largo de un tiempo indefinido.

Desde su apertura en 1917, la gran cantidad de público que visitaba la cueva varió tanto el microclima de su interior que hizo peligrar la conservación de las pinturas. La cueva se cerró al público en 1977 y se reabrió en 1982 con un acceso limitado. En el año 2002 se cerró definitivamente. Sin embargo, se construyó una réplica exacta que podremos ver en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

Aquí conoceremos la técnica empleada por los hombres prehistóricos que habitaron esta cueva: primero grababan la silueta del animal; después aplicaban negro en los bordes, y pintaban el interior con los colores que obtenían de pigmentos minerales y carbón vegetal. Podemos imaginar a los pintores en el fondo de la cueva, iluminándose con antorchas de tuétano de hueso y aplicando con esmero las pinturas para representar a los animales que veían fuera de la cueva. ¿Con qué objetivo? No lo sabremos nunca del todo, pero aparentemente podría tener una función religiosa o ritual, relacionada con la caza o la fertilidad.

Gracias a la reproducción de la cueva, disfrutaremos de la posibilidad de contemplar algunas de las pinturas icónicas de Altamira, como la Gran cierva (la más grande de todas, que mide 2,25 metros de largo), el Caballo ocre, posiblemente una de las más antiguas y, en especial, el Bisonte encogido, una de las representaciones más bonitas, expresivas y sugerentes de toda la cornisa cantábrica. Tuvo que ser fruto de la mano de un verdadero artista que, incluso, inspiró a otros pintores más recientes, como Pablo Picasso, que poco después de una visita a la cueva dijo: «Después de Altamira, todo parece decadente».

Cuevas de Hornos de la Peña y el Pendo

A solo 28 kilómetros de Altamira veremos otra cueva peculiar. En medio de la cordillera Cantábrica, rodeada de campos y bosques, la cueva de Hornos de la Peña se abre inicialmente con un abrigo rocoso, en cuya pared destaca ya la forma de un caballo. Se trata de una de las representaciones rupestres más antiguas de la cornisa cantábrica, que data de entre 35000 y 28000 años. Lo curioso de ella es que está desprovista de pintura. Cuando entremos en la cueva, nos daremos cuenta de que la entrada marca la tendencia del interior: en sus paredes y techo observaremos dibujos de bueyes, ciervos, cabras, renos y hombres en varias salas, pero ninguno de ellos está coloreado, sino que sus habitantes solo delinearon sus contornos con grabados en la roca.

Muy cerca podremos acercarnos a la singular cueva de El Pendo, cuyos primeros grabados fueron descubiertos en 1907. Durante varias campañas arqueológicas, se han extraído muchos restos de herramientas, e incluso arte móvil, como la famosa Venus del Pendo, un colgante con forma de mujer que podremos ver en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, en Santander. En su colección se encuentra el mayor número de piezas del Paleolítico Superior, muchas de ellas provenientes de la cueva de El Castillo..

Cerca de Puente Viesgo, en Cantabria, el monte Castillo se alza hasta los 355 metros de altura sobre un ancho valle. Tiene forma cónica y en su base la piedra caliza de su interior se resquebrajó hasta formar cuatro grandes cuevas que fueron decoradas por los hombres prehistóricos. La más grande, llamada El Castillo, estuvo habitada hace unos 30000 años y conserva muestras de material mueble y de pinturas de animales, así como cincuenta impresiones de manos.

La cueva de Las Monedas se llama así porque, cuando fue descubierta en 1952, se hallaron algunas monedas escondidas de la época de los Reyes Católicos, además de elementos líticos del Paleolítico. En la cueva de La Pasiega encontraremos algunas de las pinturas más numerosas de la montaña, con varias galerías y salas llenas de arte parietal que representa animales, como caballos, bisontes, ciervos e íbices, pintados en negro o rojo, o como grabados. Por último, la cueva de Las Chimeneas debe su nombre a unas conducciones cársticas naturales. En ella se hallaron grabados de ciervos y tallas líticas.

Cuevas de La Garma y Covalanas

Algo distinto encontraremos en la cueva de La Garma, 28 kilómetros al este de El Pendo por la carretera CA-146. Aquí hallaremos un sistema de cuevas cársticas que contiene uno de los yacimientos paleolíticos más importantes del mundo, con restos de huesos de elefantes, tigres, leones, pinturas de caballos, ciervas y bisontes y, sorprendentemente, negativos de manos humanas realizadas escupiendo pintura y con la palma encima de la roca, que es lo más parecido a lo que podríamos llamar una firma del pintor.

Si seguimos conduciendo 42 kilómetros hacia el sur, llegaremos a la cueva de Covalanas. Como alguna de las otras cavidades visitadas, fue descubierta por Hermilio Alcalde del Río en 1903, y su entrada en forma de abrigo da paso a un par de ramales. El de la derecha guarda las pinturas que han hecho famosa a la cueva, con una veintena de ciervas de tinte rojo. Podremos verlas aquí (aunque con guía y en grupos reducidos) o en la réplica del Parque de la Prehistoria de Teverga.

Cuevas de Ekain y Altxerri

Atravesando la frontera con el País Vasco y más allá de Bilbao, después de 151 kilómetros por las montañas de la cornisa, llegaremos a la pequeña cueva de Ekain, en el tranquilo valle de Sastarrain, Gipuzkoa. Fue descubierta en 1969 y es famosa por sus pinturas de caballos (más de la mitad de las setenta figuras de la cueva). Algunos de ellos están agrupados, lo que da la sensación de movimiento. La cueva no se abrió al público, sino que se construyó una réplica exacta a la entrada del valle. Además de admirar cómo eran las pinturas, podremos participar en talleres de caza, pintura y obtención de fuego.

Terminaremos nuestra ruta cerca del mar, frente a Orio, en la cueva de Altxerri, a 20 kilómetros de Ekain. En el interior de la gruta se hallaron cerca de 120 grabados. La mayoría son animales, como bisontes, ciervos, cabras y caballos, pero también hay otros no tan comunes, como saigas, glotones, zorros, liebres y un ave. Además, aquí se hallan las pinturas rupestres más antiguas de Europa, con cerca de 39 000 años.

Seguro que nuestro concepto del hombre prehistórico cambiará después de haber visto estas joyas de la cornisa cantábrica. Quizá no tuvieron escritura para transmitirnos sus pensamientos, pero esos artistas primitivos nos dejaron sus pinturas, lo que nos demuestra que ellos, al igual que nosotros, eran sensibles a las bellezas de la vida.

La cueva de Santimamiñe, en la localidad vizcaína de Kortezubi (Cortézubi), cerca de Gernika, fue descubierta en 1916 por unos niños con sed de aventuras, quienes se adentraron en la cueva enfilándose por un risco. Encontraron las pinturas y, gracias al compositor Jesús Guridi, que estaba de paso, fueron estudiadas en profundidad.

 

Se abrió al público, pero tuvo que limitarse el aforo en 1997, cuando se comprobó que las pinturas estaban sufriendo por el cambio de microclima. Desde entonces, solo pueden acceder al interior de la cueva 75 visitantes al día y, aun así, solo hasta el vestíbulo porque desde 2004 se realizan excavaciones. Las pinturas, por lo tanto, no se pueden ver. Pero podremos emprender una visita virtual en la cercana ermita de San Mamés.

Info práctica

Área de Kobetamendi

Monte Kobeta, 31. 48002 Bilbao

N 43° 15' 32.05'', W 02° 57' 45.66''

) +34 944 655 789 y 688 809 399

www.bilbaoturismo.net

kobetamendi@suspertu.net

Abierta todo el año. 15 euros al día.

Se trata de un espacio con unas vistas inmejorables de Bilbao. El área se encuentra en el barrio de Altamira, comunicado con el centro con la línea 58 de bus. El área cuenta con agua potable y descarga de aguas negras y grises, zona wifi y vigilancia las 24 h.

Camping El Arbolado

El Espadañal, 26. 39160 Loredo

N 43° 27' 21.8", W 3° 43' 06.9"

) +34 942 504 414 y 616 571 816

www.campingelarbolado.com

hola@campingelarbolado.com

Abierto todo el año. Electricidad 5 euros al día.

A 12 minutos de la cueva de La Garma, cuenta con una zona de parcelas donde dejar la caravana. Dispone de baños y duchas y aceptan animales.

Camping Las Gaviotas

Paseo Marítimo

33457 Santa María del Mar Castrillón

N 43° 34’ 20.8’’, W 6° 00’ 1.8’’

) +34 985 519 070

www.campinglasgaviotas.net

info@campinglasgaviotas.es

A una media hora de la cueva de La Peña de Candamo, este camping cuenta con espacio para caravanas. Las parcelas miden 70 m² y disponen de desagüe y tomas de electricidad y agua. En el recinto, la sidrería Las Gaviotas ofrecen comida típica asturiana. Admiten mascotas.

Camping Talaimendi

N-634, km 19. 20800 Zarautz

N 43° 17' 09.7", W 2° 09' 18.1"

) +34 943 830 042

www.campingseuskadi.com

talaimendi@campingseuskadi.com

Abierto del 25 de junio al 5 de septiembre.

Camping con parcelas adaptadas para caravanas. Dispone de servicio de descarga de agua residuales, agua caliente, zona wifi y bañera para bebés. En el recinto encontrará un restaurante y un supermercado. Adaptado para discapacitados. Admite animales.

Península Ibérica

Euskadi con niños

Entre las tres modernas capitales de Euskadi, se despliega un sinfín de pintorescos pueblos y bellos paisajes con una enorme oferta de ocio para todas las edades, tanto cultural como de actividades al aire libre. Podréis bañaros en el Cantábrico, entrar en museos alucinantes, disfrutar de una espléndida gastronomía y recorrer senderos con mucha historia que contar.

Os proponemos un recorrido por el litoral que parte de Bilbao (Bilbo) y llega hasta Irún pasando por Donostia-San Sebastián. A continuación, la ruta desciende hasta Vitoria-Gasteiz y transcurre por montes y pueblos del interior para conocer de cerca las tradiciones de la vida rural vasca.

Las visitas están escogidas por su especial relación con la naturaleza y las formas en las que el hombre se relaciona con ella. Sería buena idea que dierais un cuaderno a los niños para que fueran apuntando todos los oficios con los que se vayan encontrando a lo largo del viaje y los lugares relacionados con ellos. Serán muchos y variados y ¿quién sabe si al final igual se les despierta alguna insospechada vocación y acaban siendo marineros, arquitectos, espeleólogos o cocineros?


• Distancia: 715 kilómetros de ruta

• Puntos de la ruta: Bilbao - Getxo - Bermeo - Mundaka - Gernika - Kortezubi - Basondo - Gautegiz Arteaga - Lekeito - Mutriku - Zestoa - Zumaia - Getaria - Donostia - Pasaia - Hondarribia - Irún - Oiartzun - Tolosa - Ordizia - Idiazabal - Zerain - Oñati - Vitoria-Gasteiz - Laguardia - Labastida - Orduña - Santurtzi

Aprendiendo el oficio de marinero en la costa cantábrica

La ruta arranca en Bilbao, ciudad de marcado pasado industrial que ha sabido dar un giro a sus políticas de urbanismo para transformarse en una urbe muy atractiva para el viajero.

Una buena forma de conocerla, que entusiasmará a los niños, es subir a bordo de uno de los barcos que navegan por la ría del Nervión. Hacen un recorrido de una hora y salen del embarcadero de la plaza de Pío Baroja, frente al Casco Viejo. Durante el paseo podréis contemplar, entre otros y desde otra perspectiva, monumentos reseñables como el puente Zubizuri, las torres Isozaki, la pasarela Arrupe, el puente de Deusto, el museo Guggenheim y el museo Marítimo.

Tras el paseo, cruzad la ría y callejead por el Casco Viejo hasta el mercado de la Ribera, un edificio con elementos art decó que es el mayor mercado de abastos cubierto de Europa. Aprovechad el paseo para tomaros unos pintxos y que los niños vean de cuántas maneras diferentes se pueden combinar los alimentos jugando con sus texturas y sabores. ¡Quién sabe si serán los primeros pasos de futuros cocineros!

Con el estómago lleno volvemos a cruzar de nuevo la ría para visitar Azkuna Zentroa, un espacio cultural con restaurantes, ludoteca y piscina cubierta ubicado en un antiguo almacén de vinos que fue rehabilitado por el diseñador Philippe Starck. Os encantarán las 43 columnas que lo sostienen; obra del artista Lorenzo Baraldi, que representan la infinidad de culturas de la historia de la Humanidad. ¡A ver si los niños encuentran una garra de águila!

Pero si queréis modernidad a lo grande, encaminad vuestros pasos hacia el museo Guggenheim, que os impresionará por fuera y por dentro. Frank Gehry concibió un sofisticado edificio de aspecto futurista en el que predominan las curvas y el titanio. No dejéis de daros una vuelta por la exposición permanente La materia del tiempo, de Richard Serra, en la que podréis pasear por el interior de una extraordinaria obra escultórica; algo que seguramente llamará la atención de los niños, como lo habrá hecho la escultura de Puppy que los recibe en la puerta. Si les gusta el arte y la arquitectura, el museo desarrolla diferentes talleres para niños.

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Bilbao. Parque de doña Casilda. © Basquetour, Agencia Vasca de Turismo

Antes de llegar al Museo Marítimo Ría de Bilbao, podemos detenernos a descansar en el parque de Doña Casilda, auténtico pulmón urbano. El Museo Marítimo está situado en unos antiguos astilleros junto al puente Euskalduna y está dedicado a la historia de los habitantes de la ría con un enfoque muy familiar. Permite entender el origen portuario, industrial y marítimo de la ciudad y su transformación en el tiempo. Hay un juego de pistas por el interior del museo ambientado en los piratas para los pequeños, a los que también les gustarán los expositores en los que unos muñecos de Playmobil recrean el trabajo portuario.

Y si, como tantos niños, los vuestros sueñan con ser grandes futbolistas, a la salida del museo podéis ir al flamante estadio de San Mamés, obra del arquitecto César Azcárate. Para completar la visita a Bilbao subid en funicular al mirador de Artxanda. Desde esta colina podréis ver toda la ciudad e, incluso, en días claros divisar el mar. Además hay área de juegos para niños, pistas de patinaje, zona de pícnic, bares y restaurantes.

De Getxo a Donostia

Siguiendo la ría por la orilla derecha en dirección al mar se encuentra Getxo. Por el camino fijaos en el Puente Bizkaia, que une esta localidad con Portugalete; una magnífica obra de ingeniería de finales del siglo XIX que está declarada Patrimonio de la Humanidad. Se trata del puente transbordador más antiguo del mundo, donde los pasajeros y los vehículos van en una barquilla que cuelga de la gran estructura horizontal y en la que os propondremos embarcar justo al final de la ruta.

Ya en Getxo, podéis alquilar una barca y lanzaros a hacer de remeros, una de las tradiciones más arraigadas en Euskadi. Si buscáis algo más tranquilo, podéis recorrer el puerto viejo de Algorta, dar un paseo por la playa hasta el puerto deportivo y visitar el Aquarium. Si preferís pasar la tarde en la playa, os sugerimos la de Gorliz, un gran arenal de ambiente familiar con todo tipo de servicios.

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