Europa a tu aire. 80 rutas sobre ruedas

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• Puntos de la ruta: Santiago de Compostela - Vedra - Vilagarcía de Arousa - Cambados - Sanxenxo - Pontevedra - Tui - Tomiño - O Rosal - A Guardia

Santiago de Compostela

La ruta comienza precisamente en una ciudad acostumbrada a ser punto final. Y es que Santiago de Compostela es mundialmente conocida por ser el destino de peregrinación del milenario Camino de Santiago. Por supuesto, la catedral es uno de sus hitos más llamativos, aunque ni por asomo el único de la capital de Galicia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su belleza monumental, extraordinariamente conservada.


Santiago de Compostela. Plaza del Obradoiro. © Isa Fernández Fernández - Shutterstock.com

La citada catedral es una de las obras principales del románico español y donde terminan sus pasos los peregrinos del Camino de Santiago (véase ruta del Camino). Fue construida en el siglo XI sobre el mismo emplazamiento en el que, según se cuenta, se encontraron las reliquias del apóstol dos siglos y medio antes. Obradoiro, Quintana, Inmaculada y Praterías son los nombres de las cuatro plazas que rodean el edificio y que encabezan la lista de lo que se debe ver después de la catedral.

En la Praza das Praterías nace la Rúa da Raíña, el auténtico centro neurálgico del vino en Santiago de Compostela. Buena parte de sus locales están ocupados por bares, tascas y restaurantes donde saborear la cocina gallega y a la vez disfrutar los vinos de las cinco Denominaciones de Origen de la Comunidad, entre los que destacan los albariños de la D. O. Rías Baixas. Los blancos de godello de la D. O. Valdeorras, los tintos de mencía de la D. O. Ribeira Sacra, los blancos y tintos de las D. O. Ribeiro y D. O. Monterrei completan la oferta local. Para acompañarlos, muchos de estos establecimientos están especializados en tapas, que generalmente aúnan cantidad y calidad. La calle termina en la plaza Franco, donde enlaza con la rúa del mismo nombre, que mantiene el ritmo de tabernas, vinos y tapas.

Las rúas de Santiago son un museo al aire libre, con el mercado de Abastos (construido en 1941 y donde comprar alimentos frescos), el Hostal dos Reis Católicos (siglo XVI) o el monasterio e iglesia de San Martiño Pinario (siglo XVI), por mencionar tres de los más recomendables. Pero esta ciudad no mira solo al pasado, sino que el presente y el futuro también se manifiestan en su arquitectura, con numerosos ejemplos de edificios de diseño proyectados por grandes arquitectos actuales, como Peter Eisenman (Cidade da Cultura de Galicia), John Hejduk (Centro Sociocultural de A Trisca) o Álvaro Siza (Centro Galego de Arte Contemporánea), entre otros.

Antes de abandonar Santiago de Compostela, no deje de pasear por alguno de sus numerosos parques y jardines. De hecho, la ciudad está como abrazada por espacios verdes con el poder de relajar al visitante y de brindarle panorámicas únicas. Una de las mejores es la del mirador del parque de la Alameda, al sureste del casco antiguo.

Las particulares características climáticas de la D. O. Rías Baixas ha obligado a sus viticultores a un esfuerzo de adaptación que conlleva algunas prácticas únicas en el vino español. La más evidente es el emparrado de las vides, a una altura superior a la del hombre para tratar de conseguir la máxima insolación de los racimos y evitar el exceso de humedad de la superficie. Estos viñedos, conducidos de esta manera, confieren una estética especial a los paisajes del vino gallego.

Ribeira do Ulla

Ya a las puertas de Santiago, en dirección sur por la N-525, nos encontraremos con la primera de las subzonas de la D. O. Rías Baixas. Se trata de la conocida como Ribeira do Ulla que, como su propio nombre indica, se encuentra situada en la orilla del río Ulla, en su curso medio, coincidiendo principalmente con el término municipal de Vedra. Es un territorio dominado por el pico Sacro, a caballo entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, y lleno de pazos y casas grandes, tradicional lugar de retiro para la nobleza compostelana. El paisaje está compuesto por praderas, campos de cultivo y viñedos, así como por hermosos jardines que le valieron el apodo de Huerto y jardín de Compostela.

Tras pasar Sobredo, un desvío a mano izquierda nos conduce hasta el Pazo de Galegos (www.pazodegalegos.com), la bodega pionera de la Ribeira do Ulla, situada en la antigua residencia de don Antonio López Ferreiro, descubridor de la tumba de Santiago (que había sido escondida en 1589 ante la invasión de la escuadra de Drake) y uno de los grandes de la literatura gallega. Actualmente, además de la elaboración de vinos y licores, la casa cuenta con un hotel y un restaurante con un encanto rústico de gran autenticidad.

Regresamos a la N-525 para continuar en dirección sur y, a la altura de las vías del ferrocarril, nos desviamos a la derecha por la CP-8902, que nos conducirá, tras pasar por encima de la autopista, hasta las instalaciones de Adega Valdés (www.adegavaldes.com). Sus veinte hectáreas de viñedos se encuentran a los pies de los impresionantes puentes de Gundián —tanto el del viejo ferrocarril como el del moderno AVE—, que salvan un estrechamiento del río Ulla de cuatro metros de ancho entre dos paredes de cincuenta metros verticales. Los más atrevidos podrán incluso llevar a cabo un vertiginoso salto de puenting desde 85 metros de altura.

Antes de abandonar el pequeño territorio de esta subzona, no deje de acercarse a las instalaciones de Aguardientes de Galicia (www.aguardientesdegalicia.com), una moderna destilería que aúna la tradición con la tecnología más actual para elaborar una amplia gama de aguardientes y licores de calidad, como el afamado aguardiente del Ulla.

Salnés: la cuna del albariño

La Ribeira do Ulla puede servir de aperitivo a la D. O. Rías Baixas, un mínimo anticipo de lo que el enoturista encontrará en la zona del Salnés, donde se acumula la mayor concentración de superficie de viñedos y de bodegas de la denominación. Este es el país del albariño por antonomasia, con una larga y consolidada tradición vitivinícola. Pero no se quedan ahí los argumentos para la visita del que es uno de los principales destinos turísticos de Galicia, que ofrece también playas de calidad, localidades de veraneo como Sanxenxo y O Grove, conjuntos monumentales como la villa señorial de Cambados o el monasterio de Armenteira, así como un sinfín de propuestas de ocio y turismo activo.


Pazo de Baión. © Tioperchas - Fotolia

Desde el municipio de Vedra puedes optar por la PO-213 o por la PO-841 para llegar hasta A Estrada, donde tomaremos la N-640 hasta Caldas de Reis y Vilagarcía de Arousa, que se abre a la ría homónima. Antes de llegar a la población, sin embargo, conviene detenerse a visitar la cercana bodega Pazo Baión (www.pazobaion.com), que ofrece interesantes experiencias vínicas a quienes les visitan, ya sea en un recorrido por la finca y la bodega, un relajante paseo por sus viñedos o degustando su albariño en su moderno wine bar.

Cerca de allí, pero al otro lado de la carretera N-640, ya encaminada hacia Vilagarcía de Arousa, se encuentra otro punto de interés más que recomendable, el Pazo de Rubianes (www.pazoderubianes.com), un histórico palacio del siglo XV reconstruido 300 años más tarde con unos bellísimos jardines de época en los que destacan más de 4000 ejemplares de camelias y otras numerosas especies botánicas. El recorrido guiado a través de sus viñedos, sus históricas instalaciones y su capilla del siglo XVI termina con la degustación de su albariño. Además, Pazo de Rubianes organiza experiencias personalizadas para grupos, con música, almuerzos, talleres o rutas de senderismo.

Al llegar a Vilagarcía de Arousa hemos de prepararnos para caminar y descubrir sus monumentos —especialmente por la ruta de los pazos, antiguas casas señoriales—, sus numerosos y relajantes parques y el paseo marítimo. Si le gustan las vistas, no dude en subir a alguno de sus miradores, desde los que podrá disfrutar de maravillosas puestas de sol, como la del monte Meda.

Continuaremos nuestro itinerario por la carretera VG-4.3 hacia el sur, para girar a la izquierda en Tremoedo y llegar así a las bodegas Granbazán (www.agrodebazan.com), que destacan por el histórico edificio pintado de azul cielo que alberga sus instalaciones, con un interior clásico y distinguido. Allí podrá conocer el proceso de elaboración y catar sus vinos, incluso acompañándolos in situ de un aperitivo. Ya que estamos en el municipio de Vilanova de Arousa, podemos subir al mirador del monte Lobeira y disfrutar de unas panorámicas maravillosas, que incluyen la vecina isla de Arousa, unida a tierra firme por un puente.

Cambados, la siguiente parada de la ruta, se define como la capital do albariño. En esta villa señorial y monumental se respira la tradición de los vinos de la D. O. Rías Baixas. Se puede comprobar en el Museo do Viño, situado en uno de los puntos más emblemáticos de la población, junto a las ruinas de la iglesia de Santa Mariña Dozo (siglo XV) y ocupando una antigua casa rectoral. Muestra la historia vitivinícola de las Rías Baixas a través de su arte, geografía y cultura popular, y exhibe objetos antiguos y modernos paneles informativos y audiovisuales. Pero en realidad, todo Cambados es un museo al aire libre. La villa se constituyó a partir de la fusión de tres pueblos: el propio Cambados, donde se encuentra el edificio del Consistorio, además del citado museo e iglesia; el de Fefiñáns, con la plaza de Fefiñáns como centro neurálgico en la que se reúnen el pazo homónimo (siglo XVI), la iglesia de San Bieito (Benito) (siglo XVII), el peculiar arco-puente y la torre del Homenaje (siglo XVI); y el marinero de Santo Tomé, que reserva espacios mágicos como la solemne torre de San Sadurniño, único vestigio de la fortaleza que antiguamente advertía de posibles ataques por mar.

 

Paisaje de la ría de Arousa. © Avarand

Dos de las bodegas más reconocidas de la D. O. Rías Baixas tienen su sede en Cambados. Martín Códax (www.martincodax.com) es uno de los embajadores mundiales de la Denominación y del albariño. En sus modernas instalaciones podrá conocer el proceso de elaboración de los vinos de albariño y profundizar en ellos sometiéndose a una experiencia sensorial olfativa seguida de una degustación comentada de uno o varios de sus vinos. Opcionalmente, se puede visitar un viñedo tradicional. Por otro lado, Bodegas del Palacio de Fefiñanes (www.fefinanes.com) encarna a la perfección lo más clásico del albariño, con una marca registrada desde 1928, elaborada por una bodega que data de 1904. Actualmente dispone de unas modernas instalaciones en el marco de su histórico edificio.

Y si el palacio de Fefiñanes representa lo más clásico del albariño, la siguiente bodega probablemente se halla en el extremo opuesto, abanderando algunas de las propuestas más novedosas. Para llegar a ella seguimos hacia el sur, por la AG-41, y salimos a la altura de Meaño. Muy cerca se encuentran las instalaciones de Paco & Lola (www.pacolola.com), donde el diseño vanguardista lo domina todo, desde la botella hasta los edificios, pasando por la decoración de los interiores. Ese espíritu innovador se revela también en su oferta enoturística, compuesta por una gran variedad de experiencias para conocer o profundizar en los vinos de la D. O. Rías Baixas.

La última población de la subzona Salnés que visitaremos será Sanxenxo, aunque si dispone de tiempo, vale la pena desviarse hasta O Grove y la Isla da Toxa. Sanxenxo es una de las capitales turísticas de las Rías Baixas, situada sobre la salida de la ría de Pontevedra. Aquí se pueden contratar salidas en barco a la cercana isla de Ons, que forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, o bien descubrir los extraordinarios fondos submarinos en una jornada de buceo. Aunque son las playas como la de Areas, Canelas o Foxos las que más atraen a los visitantes.

En el nombre del albariño

Es tanta la importancia de la variedad albariño en la D. O. Rías Baixas que hay quien confunde el nombre de la uva y del vino con la zona y viceversa. Y no le faltan razones para ello. Y es que los vinos blancos de la D. O. Rías Baixas basan su esqueleto y su identidad en el albariño, aunque no es la única variedad que los componen.

O Rosal

Desde Sanxenxo reseguiremos la costa norte de la ría de Pontevedra por la PO-308 hasta la ciudad que le da nombre. Puede tomarse un respiro relajante en la capital de la provincia, una ciudad apodada la Boa Vila, que presenta un conjunto histórico hermoso y bien conservado, especialmente adecuado para recorrerlo al ritmo de nuestros pasos, pues buena parte del casco antiguo es peatonal. Disfrute de sus parques y terrazas o tomando una tapa o una copa de vino antes de seguir con la ruta, que continúa al sur por la N-550 hacia la siguiente ría, la de Vigo. Pasaremos de forma fugaz por la pequeña subzona de Soutomaior, situada en la desembocadura del río Verdugo en la ría de Vigo y que apenas cuenta con una única bodega, sin interés turístico. Eso sí, vale la pena contemplar el castillo, del siglo XII.

Continuaremos camino al sur por la misma vía, que después de O Porriño enlaza con la A-55. Nos aproximamos a la frontera portuguesa, trazada aquí por los caprichos del río Miño. Cuando ya tenemos su curso casi a la vista, nos encontramos en la subzona de O Rosal, la última que visitaremos en esta ruta. Si hubiéramos seguido aguas arriba del Miño, nos hubiéramos adentrado en la subzona del Condado do Tea, que se extiende por Salvaterra de Miño, As Neves y Arbo y que cuenta también con interesantes bodegas. Sin embargo, nosotros tomamos la dirección contraria, aguas abajo del Miño.

O Rosal ocupa la parte más meridional de Galicia, con unos paisajes marcados por la desembocadura del Miño y una profunda influencia atlántica. Registra suaves temperaturas, lo que favorece un escenario de regusto tropical, en el que los viñedos comparten tierras con cultivos como los kiwis o los mirabeles (una apreciada variedad de ciruela). Llegamos a esta subzona pasando por Tui, sede del obispado, donde destaca su catedral románica, construida en el siglo XII.

En Tui obviaremos el puente que cruza el Miño y se adentra en Portugal para continuar aguas abajo por la orilla norte (carretera PO-552). Llegamos al municipio de Tomiño, dominado por la sierra del Argallo, que ofrece unas vistas panorámicas fabulosas del Baixo Miño, con la desembocadura del río de fondo y las extensiones de viñedos perfectamente identificables. Quizás no destaca por contar con bodegas interesantes, que se concentran principalmente en O Rosal, pero Tomiño tiene otro punto de interés enoturístico en la importante destilería Pazo de Valdomiño (www.pazovaldomino.es), donde se puede aprender acerca del proceso de elaboración de aguardientes y licores tradicionales de Galicia.

A continuación, por la misma PO-552, llegamos al municipio de O Rosal y nos encontramos con Bodegas Terras Gauda (www.terrasgauda.com), una de los principales elaboradores de la D. O Rías Baixas y, sin duda, la más importante de la subzona de O Rosal. Sus modernas instalaciones rodeadas de viñedos permiten realizar una visita de lo más completa, que empieza precisamente con un recorrido a pie entre hileras de cepas, antes de entrar propiamente en la bodega y terminar degustando algunos vinos de la casa en su enotienda. Es posible contratar una visita personalizada que incluya también la destilería. No deje de pisar el centro urbano de O Rosal, sobre todo si viaja a la región en el mes de julio, cuando se celebra la Feria del Vino, con casetas de los diversos productores de la subzona.

Un punto emblemático donde terminar la ruta es A Guarda, donde el Miño desemboca en el Atlántico. Su puerto pesquero ofrece los mariscos más frescos que se pueden encontrar, excelente maridaje para los vinos de la D. O. Rías Baixas. La población está dominada por el monte de Santa Tecla, que ofrece excelentes vistas y acoge los importantes restos arqueológicos de un castro galaico.

Info práctica

Camping Cachaledos

Carretera de Sanxenxo a O Grove, 110

36960 Sanxenxo

N 42° 25’ 02.2’’, W 8° 52’ 12.9’’

) +34 986 745 592

www.campingcachadelos.com

Abre de junio a septiembre.

A 22 minutos de Cambados, este recinto cuenta con 248 parcelas rodeadas de naturaleza y con todo tipo de recursos que facilitan el descanso del cliente, incluidos suministros de agua y luz. El precio también incluye el acceso a la piscina, al parque infantil y la zona de barbacoa. Cerca del camping hay playas para perros.

Camping As Cancelas

Rúa Vintecinco de Xullo, 35

15704 Santiago de Compostela

N 42° 53’ 22.9’’, W 8° 31’ 29.0’’

) +34 981 580 266

www.campingascancelas.com

info@campingascancelas.com

Las parcelas de este recinto, que reciben la sombra de distintos tipos de árboles y están adaptadas tanto como para caravanas y autocaravanas como para tiendas, tienen una superficie de 80 a 120 metros cuadrados. Cada parcela dispone de una toma eléctrica. El camping ofrece a los clientes un espacio donde separar sus residuos y ubicarlos en los contenedores adecuados. El recinto está adaptado para las personas con movilidad reducida. Se admiten animales.

Camping Santa Tecla

Rúa Desembocadura do Miño, 90

36789 A Guarda

N 41° 53’ 55.3’’, W 8° 50’ 49.6’’

) +34 986 613 011

www.campingsantatecla.es

recepcion@campingsantatecla.es

Las parcelas de este recinto son llanas y de césped natural. Cuenta con muchas zonas de sombra, proporcionada por distintas especies de árboles. Además, todas las parcelas cuentan con electricidad y con agua cerca de ellas. También hay zona wifi. Entre las instalaciones, podremos encontrar: piscina, zona de deporte, parque infantil, supermercado y un restaurante.

Península Ibérica

Asturias

Con una privilegiada ubicación, encajada entre las aguas bravas del mar Cantábrico y los Picos de Europa, Asturias ofrece una gran variedad de escenarios naturales.

La escasa distancia entre las cumbres y la costa han forjado un paraíso de profundos contrastes entre los valles y pueblos de montaña y las villas marineras y sus idílicas playas, a los que hay que sumar el valor arquitectónico de las iglesias prerrománicas y los yacimientos prehistóricos del Principado.

Con un tercio de su territorio declarado Espacio Natural Protegido y seis Reservas de la Biosfera de la Unesco, los amantes del senderismo y los deportes de montaña tienen en Asturias un pequeño gran paraíso. Tanto si se recorre en coche como si se aparca de vez en cuando para caminar o pedalear, son muchas las excursiones que se pueden realizar por sus bien señalizadas carreteras y caminos.

Naturaleza, arte y gastronomía son inseparables en la ruta por tierras astures, pues su impresionante patrimonio arquitectónico suele estar en parajes de portentosa naturaleza y rodeado de pueblos y villas con excelentes fogones.

Es inexcusable no probar una sidra bien escanciada, las fabes, el pote asturiano, el pitu de caleya, los pescados y mariscos del Cantábrico, los quesos de Cabrales, de Los Beyos, de Oscos, de Gamoneo o el Afuega’l pitu. Y de postre un buen arroz con leche, casadielles, marañuelas o carbayones.


• Distancia: 480 kilómetros de ruta

• Puntos de la ruta: Cangas de Onís - Cardes - Poncebos - Bulnes - Llanes - Ribadesella - Colunga - Lastres - Tazones - Villaviciosa - Gijón - Candás - Luanco - Avilés - Cudillero - Luarca - Oviedo -Cangas de Narcea

Cangas de Onís

Entrada privilegiada al Parque Nacional de los Picos de Europa y símbolo de la Reconquista, Cangas de Onís está estratégicamente situada entre el mar y la montaña. La leyenda de la cruz de don Pelayo y la importante muestra de arte paleolítico de la cueva del Buxu son solo algunos de los reclamos de esta localidad que fue primera capital del Reino de Asturias.

La iglesia de la Santa Cruz fue fundada en el año 437 sobre un dolmen con más de cinco mil años de antigüedad. En el 737 sería reconstruida por el rey Favila para custodiar la Cruz de la Victoria, nombre con el que se conoce al mítico emblema que don Pelayo portaba en la batalla de Covadonga y que puede contemplarse en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo. Una réplica de esta cruz, símbolo de Asturias, puede verse colgada en el puente Romano, un bello puente sobre el río Sella que, de hecho, no es del periodo romano sino del gótico, pues data del año 1300.

En Cardes, localidad situada entre Cangas de Onís y Covadonga, se encuentra el importante yacimiento de la cueva del Buxu, en la que se pueden ver pinturas y grabados de caballos, cabras, ciervos y bisontes. En ella también se han encontrado figuras talladas en huesos y dientes, entre las que destaca una ave esculpida sobre el colmillo de un oso. Si quieres visitarla, debes tener en cuenta que hay que reservar con antelación, pues solo admiten veinticinco personas por día.

 

Cangas de Onís es un lugar excelente para el turismo de ocio y aventura: senderismo, descenso del Sella, barranquismo, espeleología, quads… adrenalina para todos los gustos.

Lagos y santuario de Covadonga

Desde Cangas de Onís nos dirigimos en nuestro coche hasta el Parque Nacional de los Picos de Europa, teniendo en cuenta que en fechas de máxima afluencia existe un sistema de regulación de acceso en vehículos particulares.

El escritor Juan Cueto decía que los Picos de Europa «no se titulan así por casualidad y mucho menos por chauvinismo autonómico. Son exactamente eso, las cumbres más altas y bellas de la Europa Atlántica». Dentro del Parque Nacional, en el macizo de Cornión, se encuentran los lagos Enol y La Ercina que, situados a más de mil metros de altitud, son un excelente lugar en el que sentarse a hacer un pícnic, contemplar el paisaje, observar las aves o lanzarse a recorrer una de las numerosas rutas por sus alrededores. En algunos días del otoño, la niebla que oculta parte de la montaña hace de estos lagos un lugar aún más especial.

Uno de los motivos principales que nos atraen a los lagos es la visita al santuario de Covadonga, uno de los rincones más queridos por los propios asturianos y lugar de peregrinación donde se unen naturaleza, religión, leyenda e historia. El complejo consta de la basílica de Covadonga, la cueva con una pequeña capilla en su interior, algunos edificios eclesiásticos, la Campanona y diversos establecimientos hosteleros. En la Santa Cueva se puede ver la imagen de la Virgen de Covadonga (llamada cariñosamente por los asturianos la Santina) y la que la tradición marca como la tumba de Pelayo. A los pies de la cueva encontramos el Pozón, alimentado por una cascada que surge de la propia Santa Cueva, y la fuente de los Siete Caños, donde «la niña que de ella bebe, dentro del año se casa».


Cangas de Onís. Panorámica del santuario de Covadonga. © Turismo de Asturias Camilo Alonso

Picos de Europa y la ruta del Cares

Con una superficie de 64660 hectáreas, este el segundo Parque Nacional más grande de España y está repartido entre las Comunidades Autónomas de Cantabria, Castilla y León y el Principado de Asturias. Una de las mejores opciones para adentrarse en este increíble paraje es desde Poncebos, donde descubriremos el desfiladero del Cares, una espectacular ruta de senderismo. La facilidad del recorrido y su belleza ha convertido esta ruta en una de las más populares del Parque Nacional. Discurre a lo largo de doce kilómetros entre las poblaciones de Caín, en León, y Poncebos y se la conoce como la Garganta Divina por la espectacularidad de las vertiginosas paredes de roca sobre el río.

Pero para llegar al corazón de los Picos de Europa hay que acudir a Bulnes, bien a pie por el camino del canal del Tejo, bien tomando un funicular subterráneo que parte de Poncebos cada media hora y tarda siete minutos en recorrer 2,2 kilómetros y salvar un desnivel de cuatrocientos metros. En la aldea se respira una atmósfera rústica en la que apenas se dejan ver una decena de vecinos y un buen número de casas asturianas. El Picu Urriellu, también conocido como Naranjo de Bulnes, tiene una altitud de 2519 metros y, a pesar de no ser la cima más alta del Macizo Central de los Picos de Europa, es su verdadero símbolo y la cumbre más fotografiada.


Cabrales. Ruta del Cares. © Turismo de Asturias- Eduardo Velasco

No podemos abandonar los Picos sin probar uno de sus quesos más afamados: el Cabrales, que se cura en las cuevas que rodean este concejo asturiano en el que se practica el pastoreo de montaña y donde aún pervive la arquitectura más tradicional de Asturias.

En la Cueva Exposición del Queso de Cabrales, en Arenas de Cabrales, se muestra la historia del popular queso a través de reproducciones de una cabaña típica, una quesería y una cueva de curación.

La costa oriental

La costa cantábrica de Asturias está salpicada con numerosas villas y pueblos de tradición marinera. Mar y montaña, playas y acantilados, villas, aldeas, caserías, campos, huertas… dibujan un paisaje único lleno de vida. La Asturias costera tiene su puerta de entrada en la ría de Tina Mayor y continúa por Ribadedeva, Llanes, Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, etc. hasta concluir en Gijón, en la costa central.

Un litoral tranquilo y hermoso flanquea la villa de Llanes, que destaca por su hermoso casco antiguo y por tener el segundo tramo de muralla medieval más largo del norte de España. El paseo de San Pedro, el de San Antón, el río Carrocedo y el puerto son los ejes sobre los que se articula la villa, en otro tiempo importante puerto pesquero y ballenero. Además de la mencionada muralla románica del siglo XIII, cuenta con la torre del castillo, hoy sede de la Oficina de Turismo; la basílica de Santa María del Conceyu, comenzada a construir a mediados del siglo XII; los palacios de Gaztañaga y de los duques de Estrada, y la antigua casa de Posada Herrera, hoy convertida en Casa Municipal de Cultura. Pero para reconocer mejor su pasado medieval hemos de pasar por la plaza de Santa Ana, en la que se mantiene la casa de la Ballena, donde se despiezaban y subastaban los cetáceos pescados por su flota.

Llanes también dispone de magníficas playas, como las de San Antolín, Torimbia, Barro, Celorio, Poo, Sablón y Toró; y alberga en su puerto pesquero Los Cubos de la Memoria, de Ibarrola.

Siguiendo por la costa llegaremos a Ribadesella, uno de los principales destinos turísticos del norte de España y famosa por situarse aquí la meta de una de las fiestas más representativas de Asturias: el Descenso Internacional del Sella, que se celebra el primer sábado de agosto.

Ribadesella está dividida por el río en dos: el lado este, en el que se encuentra la zona antigua de la villa, y el lado oeste, donde se ubican una excelente playa y la cueva de Tito Bustillo, una joya del arte rupestre declarada por la Unesco Patrimonio Mundial.

En el núcleo histórico destacan el palacio renacentista de Pietro Cutre, del siglo XVI y hoy sede del Ayuntamiento, la casa de los Ardines y la casona del Escudo. Alrededor de la plaza Nueva y la plaza de la Iglesia se concentra un buen número de sidrerías, cafeterías y tiendas.

Desde la orilla oeste de Ribadesella se accede a la cueva de Tito Bustillo, uno de los grandes santuarios del arte paleolítico de Europa. Parecida a la de Altamira, la cueva impresiona casi tanto por sus estalactitas como por sus pinturas. El acceso a la cueva está restringido a un número concreto de visitas por día, por lo que es aconsejable reservar y en todo caso no perderse el Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo que da paso a la cueva.

Una de las vistas panorámicas más bellas de la costa asturiana y de los Picos de Europa es la que se obtiene desde el mirador del Fito, en Colunga, un enclave privilegiado situado a 631 metros de altitud. También desde la rasa de San Telmo, donde se encuentra el Museo del Jurásico de Asturias, se tienen unas vistas excelentes sobre Lastres, uno de los pueblos más bellos del Principado, con sus casas precipitándose en cascada sobre el mar y sobre su puerto pesquero; la playa de la Griega, la sierra del Sueve y, si el tiempo lo permite, hasta los Picos de Europa.

Muy cerca está Tazones, un antiguo puerto ballenero de callejuelas empedradas repleto de chigres —una variedad local de bares en los que reina la sidra— y de restaurantes en los que regalarse el paladar con un buen pescado del norte recién pescado.

Y, al fin, Villaviciosa, que atesora joyas prerrománicas y románicas como San Salva­dor de Valdediós, Santa María de la Oliva, San Juan de Amandi o Santa Eulalia de Selorio… Aunque quizá sea tan conocida por su sidra y su Festival de la Manzana, o por celebrar una de las Semanas Santas más importantes del Principado.

Gijón

A menos de 30 kilómetros de Tazones se vislumbra el perfil de Gijón. Ciudad fuertemente ligada al mar como lo atestiguan su puerto y la enorme playa de San Lorenzo, es imposible entenderla sin la combinación inseparable de mar, naturaleza y ciudad.

La ciudad de Gaspar Melchor de Jovellanos, el ilustrado que dio luz a las oscuridades del siglo XVIII, es hoy un espacio abierto al mar de más de 250000 habitantes que ofrece playas, cultura, excelente gastronomía y un fresco entorno verde. Se dice que Gijón le debe el mar a Dios y el resto a Jovellanos. Y es que el segundo fue una figura decisiva en su desarrollo económico, cultural y urbanístico.

Visitar Gijón es perderse por las calles marineras de Cimavilla, el antiguo barrio de pescadores, que custodia preciadas huellas de la rica historia de la ciudad: la fundación romana, los conflictos medievales, la creación del puerto, la vida y obra de Jovellanos o los inicios de la industrialización. Gijón también es subir al cerro de Santa Catalina para apreciar la obra de Chillida Elogio del Horizonte, o acercarse a Cabueñes para visitar Laboral-Ciudad de la Cultura o el Jardín Botánico Atlántico. Pero sobre todo, Gijón es para disfrutarla durante la Semana Negra o en las fiestas de Begoña, cuando se convierte en una de las capitales festivas del verano del norte.

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