Europa a tu aire. 80 rutas sobre ruedas

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Campo de Criptana: molinos, gigantes y actrices

Unos 50 km al este aparece Campo de Criptana, una pequeña población donde una decena de molinos recibe el viento de la meseta en lo alto de un redondeado monte, por encima de la población. Tres de los molinos conservan la maquinaria original del siglo XVI (Burleta, Infanto y Sardinero). En este último disfrutaremos, además, de una colección de objetos relacionados con la famosa actriz Sara Montiel, que nació en este pueblo en 1928. La mejor hora para acercarse a los molinos es al atardecer, cuando la puesta de sol convierte el paisaje en una postal mágica y los molinos parecen tomar vida.


Consuegra. Molinos de viento. © FOTOGRAVIDAS-SHUTTERSTOCK.COM

Alcázar de San Juan: ciudad de hidalgos

Otros cuarenta kilómetros nos acercarán hasta Alcázar de San Juan, que alcanzó su época de esplendor en el siglo XVI gracias a la universidad fundada por los franciscanos. Además de varios palacios e iglesias, entre sus viejas calles encontraremos unas cuantas casas solariegas importantes, como la de don Miguel Enríquez de Luna o la del conde de las Cabezuelas. Su museo más interesante es la Casa del Hidalgo, ubicado en una antigua casa solariega del siglo XVI. Allí descubriremos cómo vivían estos nobles y cómo eran sus residencias, con acceso a la bodega, la cocina, las salas y las alcobas. De esto modo, podremos entender como habría sido la vida del hidalgo Alonso Quijano antes de convertirse en don Quijote.

El Toboso: el hogar de Dulcinea

A solo treinta kilómetros de Alcázar de San Juan aparece El Toboso. Aquí vivía Dulcinea, la enamorada de don Quijote. En realidad, el hidalgo transforma a la poco agraciada labradora Aldonza Lorenzo en una dama de bello porte y serena estampa a la cual servir. Parece que Cervantes se inspiró en el personaje real de Ana Martínez Zarco de Morales, que habitaba en la Casa de la Torrecilla. En la actualidad, este caserón de labranza del siglo XVI alberga un interesante museo que recrea la decoración de una casa de campo de la época, el Museo Casa Dulcinea del Toboso. En su interior podremos ver una cocina con todos sus aperos, una despensa, un pequeño molino de tracción animal, los corrales y las habitaciones en la planta superior, con los muebles castellanos originales que hubieran podido pertenecer a un hidalgo como don Quijote. Los tapices cuelgan de las paredes, algunos cuadros religiosos ornamentan la habitación y un par de camas con baldaquino parecen haber cumplido el papel de proteger a los propietarios de las noches frías de La Mancha.

En la plaza principal del pueblo se ubica otro singular museo que remite a la genial obra de Cervantes. El Centro Cervantino recoge doscientas copias de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que provienen de todo el mundo, con varios ejemplares firmados por gobernantes y escritores de todo el orbe. Hay ediciones con las firmas de Benito Mussolini, Nelson Mandela, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes; en sesenta lenguas y todas las medidas, incluso una edición gigante de más de dos metros de alto y 260 kilos de peso.

Daimiel: lagunas de ensueño

La pequeña población de Daimiel, 94 kilómetros al suroeste de El Toboso, cuenta con un interesante casco histórico, pero sus dos puntos más importantes se encuentran en sus afueras. De un lado está la Venta de Borondo, una casa de campo típica de la zona, del siglo XVI, construida al borde del camino de Córdoba a Toledo. Sus altos muros encalados y su torreón esquinero hicieron pensar a don Quijote que era un «castillo, con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadizo y honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes castillos se pintan». La noche que pasó en él fue armado caballero y al alba salió don Quijote «tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo».

El segundo lugar de interés es el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, donde podremos caminar por encima de varias pasarelas de madera sobre lagunas, riachuelos y zonas acuáticas formadas por las aguas estancadas de los ríos Cigüela y Guadiana. Aquí, en una extensión de 3030 hectáreas, se encuentra el masegar más grande de Europa Occidental, un ecosistema formado, principalmente, por cañas de masiega (Cladium mariscus) y otras trescientas especies. Apreciaremos que, a pesar de parecer una tierra yerma, La Mancha posee una gran diversidad biológica, rica en plantas y aves.

Almagro: una ciudad del Siglo de Oro

Desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII, Almagro —31 kilómetros al sur de Daimiel—, rivalizó con Ciudad Real por importancia en la zona y, además de la Orden de Calatrava, aquí se asentaron los banqueros de Carlos I. El legado que dejó toda esa riqueza es visible aún en el patrimonio arquitectónico de la ciudad, en especial en su plaza Mayor, una de las más bonitas de España, de forma alargada y con dos flancos de soportales de columnas que aguantan dos galerías con grandes ventanales. En una de ellas encontraremos el Corral de Comedias, un teatro popular del siglo XVII que nos mostrará como eran las salas en las que se exhibían las obras del Siglo de Oro. Cada año, en julio, se celebra aquí el Festival Internacional de Teatro Clásico, una buena oportunidad para disfrutar de las representaciones de dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina o Pedro Calderón de la Barca, coetáneos de Miguel de Cervantes.

Cueva de Montesinos y Ruidera

A cinco kilómetros de Ossa de Montiel encontraremos la formación cársticade Montesinos, una cueva poco profunda y accesible a pie. Cervantes menciona que don Quijote entró en ella sujeto por una soga. Durante el descenso, el hidalgo se quedó dormido y soñó que el mago Merlín había encantado a más de quinientas personas, desde el noble Montesinos hasta el caballero Durandarte o doña Ruidera. Incluso, le pareció ver a Dulcinea saltando entre cabras. En el fondo de la cueva veremos una poza con agua que comunica con las cercanas lagunas de Ruidera, un parque natural que ocupa 3772 hectáreas y que conforma uno de los conjuntos de lagos más importantes de la Península.


Lagunas de Ruidera. © JUANJE PEREZ PHOTOGRAPHY - SHUTTERSTOCK.COM

Argamasilla de Alba: el origen del Quijote

Terminaremos nuestra ruta en el pequeño pueblo de Argamasilla de Alba, a 73 kilómetros de Almagro por la autovía A43. Aquí se encuentra la llamada Casa del Bachiller Sansón Carrasco, que se cree fue la residencia de don Alonso López, en quien Cervantes se inspiró para crear el personaje del Caballero de los Espejos. Pero en la población también se halla otro lugar vinculado con el escritor. Se sabe que, a lo largo de su vida, Cervantes estuvo preso dos veces, en Sevilla y en Castro del Río, pero la sabiduría popular también le asigna haber estado encarcelado en la Cueva de Medrano, una celda excavada en la roca en el patio de la Casa del Medrano, un caserío en el centro del pueblo. Dicen que aquí, mientras estaba preso, Cervantes gestó el Quijote en su imaginación. Quizá fuera este el verdadero lugar del que, quizá «no quisiera acordarse», pero lo cierto es que, sea cual sea el «lugar de La Mancha», después de visitarlo, no lo olvidaremos fácilmente.

Villanueva de los Infantes: el Lugar de La Mancha

Varias de las poblaciones de la de don Quijote pertenecen a la lista de pueblos más bonitos de España y cuentan, además, con estatuas dedicadas al hidalgo y a su escudero. Villanueva de los Infantes no es la excepción, pero en su plaza mayor, entre la iglesia de San Andrés y los portales del Ayuntamiento, encontraremos una de las estatuas más simpáticas del dúo. Aquí, según expertos de la Complutense, se encuentra el famoso «lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme».


Molinos de viento. © CANADASTOCK - SHUTTERSTOCK.COM

Info práctica

Aparcamiento en las Tablas de Daimiel

Carretera las Tablas de Daimiel, s/n

13250 Daimiel

N 39° 8’ 16’’ W 3° 41’ 49’’

) +34 926 693 118

Gratuito.

Este aparcamiento se halla próximo al Centro de Visitantes del Parque Nacional, donde hay que registrarse. Solo hay espacio para seis caravanas y carece de servicios, aunque el lugar merece la pena. Hay otro aparcamiento gratuito y con servicios en la calle Pontevedra (N 39° 3’ 39’’ W 3° 37’ 2’’), con todos los servicios. Hay un supermercado y una estación de servicio al lado.

Aparcamiento embalse de Peñarroya

CM-3115

13710 Argamasilla de Alba

N 39° 3’ 46’’ W 3° 0’ 28’’

schmidt@glas-flix.de.

Un aparcamiento tranquilo, cerca del embalse y del castillo, con agua y contenedores de basura. En el lugar se puede pescar y bañarse en las aguas del embalse. También se puede practicar senderismo en la zona. Hay otro aparcamiento para un máximo de seis caravanas en la carretera de la Solana - Tomelloso (N 39° 7’ 53’’ W 3° 4’ 53’’), iluminado, con agua y descargas de agua residuales e inodoros.

Camping El Greco

Carretera CM-4000, km 0,7

45004 Toledo

N 39° 51’ 53.5’’ W 4° 02’ 47.9’’

) +34 925 220 090

www.campingelgreco.es

 

info@campingelgreco.es

Abierto todo el año.

La zona de acampada, donde se encuentran las parcelas, está perfectamente acondicionada con setos verdes y frondosos árboles para proporcionar una agradable sombra. El camping está adaptado a las personas con movilidad reducida. Entre los servicios de los que dispone, encontramos wifi gratuito en las zonas comunes, agua corriente, duchas calientes, piscina, zonas infantiles y restaurante. Las mascotas están permitidas. En el precio de la parcela se incluye el coche o la autocaravana.

Camping Los Arenales

Carril de Atilano

13270 Almagro

N 38° 52’ 47.2’’, W 3° 41’ 45.6’’

) 606 995 432 y 660 306 175

www.campinglosarenales.com

info@campinglosarenales.com

Zona de acampada totalmente llana y arbolada, con parcelas de unos 75 m² donde se puede dejar la caravana. Además, dispone de agua y toma de luz. Entre las instalaciones destacan las piscinas para adultos y niños, las zonas verdes del recinto, desde las que se puede disfrutar de unas vistas maravillosas de los campos manchegos, las pistas deportivas para aquellos más activos, y los tres módulos de aseos para mujeres, hombres y discapacitados.

Península Ibérica

Ribera del Duero

La ribera del Duero es una comarca natural de relieves alomados y vegas fértiles que enmarcan el curso de un río sosegado y sereno, el Duero. Un paisaje de tonos cambiantes que tapiza un manto discontinuo de viñas y montes. Aquí se combinan milagrosamente los componentes medioambientales perfectos para la elaboración de un vino pleno en aromas y matices.

La ribera del Duero ofrece actualmente algunos de los vinos tintos más apreciados de España. El territorio que los crea es un país duro, de horizontes anchos y cargado de una larga historia que sabe gozar sin complejos del vino y los placeres gastronómicos.

Esta ruta recorre todo el territorio de la Denominación de Origen Ribera del Duero de oeste a este. Su punto de partida es la ciudad de Valladolid, un buen campamento base para lanzarse al descubrimiento del valle del río Duero. El curso fluvial es el hilo conductor del itinerario, que penetra en la D. O. en Quintanilla de Onésimo. Siempre en dirección este, río arriba, va cruzando poblaciones de fuerte tradición medieval de las provincias de Valladolid, Burgos y Soria. Peñafiel, Roa, Gumiel de Izán, Aranda de Duero y San Esteban de Gormaz son los hitos principales de este viaje, que se podría enlazar, en sentido contrario, con el Douro portugués.


• Distancia: 200 kilómetros de ruta

• Puntos de la ruta: Valladolid - Quintanilla de Onésimo - Pesquera de Duero - Peñafiel - Roa - Gumiel de Mercado - Gumiel de Izán - Aranda de Duero - San Esteban de Gormaz

Valladolid

No es para nada exagerado calificar la ciudad de Valladolid como capital de vinos. De hecho, se encuentra en una posición central y aproximadamente equidistante de cuatro importantes Denominaciones de Origen: D. O. Rueda, al sur, D. O. Toro, al oeste, D. O. Cigales, al norte y D. O. Ribera del Duero, al este. Y es un buen punto de partida para visitar cualquiera de ellas. Por si eso no fuera poco, el espacio de los alrededores de la plaza Mayor es conocido popularmente como la zona de vinos, por la gran cantidad de establecimientos donde tomar una copa acompañada de una tapa. Cada año, durante una semana del mes de junio, se celebra el interesante Concurso Provincial de Pinchos de Valladolid, en el que bares y restaurantes de toda la provincia se disputan el Pincho de Oro a la mejor tapa del año.


Valladolid. Iglesia de San Pablo. © Sergey Dzyuba

Más allá de pinchos y vinos, Valladolid esconde una gran riqueza monumental, como corresponde a la que fue capital de las cortes de Castilla y del Imperio español antes de su traslado a Madrid. Su centro permite darse un paseo por la historia a través de sus edificios de estilo románico, gótico, renacentista o burgués del siglo XIX.

La citada plaza Mayor, con sus pórticos y la estatua central del conde Ansúrez, puede ser un buen punto de partida para un recorrido monumental. En ella se encuentra el Ayuntamiento, con una bonita torre del reloj. Merece la pena adentrarse en algunos de los edificios religiosos más destacados, como la catedral de Nuestra Asunción (siglo XVI); la espectacular iglesia de San Pablo (siglo XV), de estilo gótico isabelino; o la iglesia de Santa María la Antigua (siglo XI), cuya torre es otro de los símbolos de Valladolid.

Desde el punto de vista cultural, las celebraciones de Semana Santa son impresionantes, y también sobresale la Seminci, la anual Semana Internacional de Cine que se celebra en el teatro Calderón desde hace más de cincuenta años. Pero si quiere descubrir una joya, vaya al Museo Nacional de Escultura, que exhibe en diversas sedes una colección que va desde la Edad Media hasta el siglo XX.

Finalmente, Valladolid también destaca por sus parques, jardines y zonas verdes. Déjese llevar por el romanticismo del parque Campo Grande, de más de 115000 metros cuadrados, y recargue las pilas ante sus fuentes antes de lanzarse al descubrimiento de la Ribera del Duero.

Peñafiel y la ribera vallisoletana

La carretera N-122 es el eje básico por el que discurre nuestra ruta por la Ribera del Duero. Esta vía (convertida en A-11 en su acceso a Valladolid) recorre el valle del río Duero siguiendo el curso fluvial por su lado sur a partir de Tudela de Duero. Nuestro camino toma esta arteria en dirección este, hacia Quintanilla de Onésimo. Antes de llegar aparece la espectacular estampa de Abadía Retuerta (www.abadia-retuerta.com), una de las más exclusivas bodegas de Ribera del Duero y que ofrece experiencias únicas, como una visita a los viñedos a caballo o una panorámica de la finca desde el aire en helicóptero.

En Quintanilla de Onésimo, nuestra ruta sugiere cruzar el puente de siete arcos de 1583 sobre el Duero para seguir por la otra margen del río en dirección a Pesquera de Duero, por la VP-3001. Sin embargo, antes es recomendable recorrer unos cinco kilómetros más por la N-122 para ver de cerca —aunque no es generalmente visitable— la finca de Vega Sicilia (www.vega-sicilia.com), sin duda, el mayor estandarte internacional del vino de la D. O. y considerada por algunos críticos la mejor bodega de España. Entre Quintanilla de Onésimo y Vega Sicilia, el viajero puede darse un homenaje en las Bodegas Arzuaga Navarro (www.arzuaganavarro.com), donde además de conocer el proceso del vino, es posible comer en su restaurante y alojarse en su hotel de cinco estrellas con spa.

Pingus y Vega Sicilia Único son las dos marcas más laureadas de la D. O. Ribera del Duero y las que mejores puntuaciones han recibido por parte de los críticos internacionales más reconocidos. Eso sí, no espere poder adquirir una botella de las mejores añadas de estos dos vinos a precios asequibles. Al menos 500 euros por Pingus y unos 200 por Vega Sicilia Único.

Por la margen norte del Duero, el itinerario recorre viñedo tras viñedo en un continuo típicamente castellano. Todo pueblo en esta zona, por pequeño que sea, dispone de monumentos históricos y bodegas de renombre. Pasamos Valbuena de Duero y seguimos hacia Peñafiel, aunque por el camino podemos detenernos en la Bodega Emina (www.emina.es) y visitar su Museo del Vino, que ofrece una visión histórica, artística y cultural de la vinicultura, con una especial relación con el vecino yacimiento arqueológico de Pintia. Pesquera de Duero y sus múltiples bodegas es el último pueblo antes de Peñafiel, una población imprescindible en la Ribera del Duero. Su majestuoso castillo del siglo X (aunque su imagen actual data del siglo XV) domina el entorno con gallardía y es visible desde muchos kilómetros a la redonda. Peñafiel es la población más grande de la Ribera del Duero vallisoletana y sus atractivos se multiplican. El castillo merece una atenta visita, no solo desde el punto de vista arquitectónico e histórico, sino también enoturístico, puesto que alberga el Museo Provincial del Vino, el más importante de la Ribera del Duero, que propone un recorrido por la historia y la cultura del vino a través de las técnicas de producción y elaboración. Además, se puede llevar a cabo una cata guiada de varios vinos de la D. O.

Un paseo por Peñafiel da mucho más de sí que la visita al castillo. El casco histórico mantiene intacto su encanto medieval, con el tradicional barrio judío y, muy especialmente, la singular plaza del Coso, cuadrada y con balcones de madera. Por supuesto, no faltan edificios religiosos como los monumentales conventos de San Pablo, Santa María o Santa Clara. También se encuentra aquí la Casa Museo de la Ribera, donde adentrarse en la vida de principios del siglo XX con los personajes de Mariano y Tomasa, actores caracterizados de la época, que muestran a los visitantes las diversas dependencias de la casa, incluido el histórico lagar y las dos bodegas.

Antes de abandonar Peñafiel, déjese deslumbrar por las elegantes líneas ondulantes del edificio de Protos (www.bodegasprotos.com), bodega centenaria cuyo actual sede fue diseñada por el prestigioso arquitecto Sir Richard Rogers. La imagen de la bodega con el castillo de Peñafiel detrás es una de las fotografías más representativas de la Ribera del Duero.

Roa: el corazón de la ribera del Duero

Desde Peñafiel, recuperamos la N-122 hacia el este durante unos kilómetros, hasta encontrar el desvío hacia Roa, casi en el mismo límite entre las provincias de Valladolid y Burgos. Esta localidad burgalesa de 5000 habitantes se ha erigido como el corazón de la Ribera del Duero. En los últimos tiempos, se ha vinculado casi en exclusiva al vino y a la Denominación, e incluso el Consejo Regulador de la D. O. Ribera del Duero se ha instalado aquí, en el edificio del antiguo hospital de San Juan Bautista, del siglo XVI. Otro detalle que demuestra esa relación entre Roa y el vino es el monumento a la vendimiadora de la plaza de España, que representa a una muchacha con el cesto típico de vendimia.


Paisaje de viñas en la Ribera del Duero. © Imagen MAS. Graham Warrellow

Por supuesto, un paseo por la localidad permite contemplar también interesantes monumentos como la ex-colegiata de la Asunción de María (siglo XVI), de estilo gótico tardío, o los restos de la muralla medieval con la puerta de San Juan. Los amantes de la historia tienen una cita ineludible en el Parque Arqueológico, que recrea la vida en Roa desde la Prehistoria hasta la Edad Media, pasando por las épocas celtibérica (vacceos), romana y visigoda.

Pero cualquier estancia aquí tiene que pasar, sí o sí, por el mirador de El Espolón, que es la razón por la que la población es conocida como el Balcón del Duero. Este parque y su paseo ofrecen vistas panorámicas de los paisajes del valle del Duero, que domina desde la altura. Se ve la llegada de las aguas del Riaza al Duero, el puente Mayor, la ermita de San Roque o la de la Virgen de la Vega, y cuenta con elementos tan interesantes como una bombarda del siglo XIV y un monumento en bronce al cardenal Cisneros, fallecido en Roa.

Desde el punto de vista vínico, la mayor atracción se encuentra en los alrededores, de camino a Pedrosa de Duero. Se trata de la preciosa bodega de diseño de Pago de los Capellanes (www.pagodeloscapellanes.com), rodeada de cien hectáreas de viñedos. De hecho, además de la visita a las instalaciones y a los ocho nogales centenarios con que cuentan, resulta sumamente inspiradora la cata de algunos de los vinos más reconocidos de la Ribera del Duero con vistas al viñedo que los origina.

LOS VINOS RIBERA DEL DUERO

La uva tempranillo ocupa más del 90 % de los viñedos de la DO Ribera del Duero, y cualquier vino tinto elaborado debe contener al menos un 75 % de esta variedad en su composición, según el reglamento del Consejo Regulador. Además, el 95 % de la uva debe ser tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y malbec, mientras que las variedades garnacha tinta y albillo (blanca) están también permitidas, aunque en pequeñas cantidades (un 5 % como máximo). En cuanto a los vinos rosados, se elaboran con un mínimo del 50 % de las variedades tintas autorizadas.

 

Aranda de Duero

En lugar de ir por el camino más rápido de Roa a Aranda de Duero, que sería por la BU-120 siguiendo el curso del río, damos un rodeo por el norte, por la BU-130 pasando por La Horra y Sotillo de la Ribera, antes de desviarnos hacia Gumiel de Mercado y Gumiel de Izán. Además del extra de paisajes castellanos de los que podremos disfrutar y del conjunto cultural e histórico de esta última población, con un importante pasado romano y medieval, también nos permitirá descubrir otras dos bodegas que merecen mucho la pena y que encarnan, con un contraste sorprendente, dos estilos diferentes de entender la Ribera del Duero.

En el mismo casco histórico del pueblo se halla la bodega Renalterra (www.vinosrenalte.com), o mejor dicho, bajo el mismo casco histórico. Efectivamente, se trata de una bodega subterránea del siglo XIV, deliciosamente restaurada respetando el estilo tradicional y la factura artesanal de los vinos. En las afueras, en un extremo del núcleo urbano, se encuentran las fastuosas instalaciones de Bodegas Portia (www.bodegasportia.com), con una construcción futurista diseñada por el arquitecto británico galardonado con el Príncipe de Asturias, Norman Foster. Esta compañía del grupo Faustino dispone de restaurante y wine bar, que complementa su propuesta gastronómica con las visitas a un edificio premiado por el Royal Institute of British Architects como el mejor diseño de Europa en 2011.

Hay que remontarse 2000 años atrás para encontrar la primera referencia vinícola de la zona: un mosaico romano de 66 metros cuadrados dedicado al dios Baco que se descubrió en el municipio de Baños de Valdearados (a 17 km de Aranda de Duero) durante la vendimia de 1972. Se considera el mosaico con alegorías báquicas más grande de la Península.

La mayor población burgalesa de la Ribera del Duero es Aranda de Duero, con más de 30000 habitantes y cruzada por el río. Su casco antiguo mantiene intacto el encanto de otras épocas, en cuyas piedras ha legado un testimonio histórico notable. Quizás una de las más bellas panorámicas se obtiene desde el puente medieval de las Tenerías, con la que rivalizan las fachadas de las iglesias de Santa María —con su pórtico de estilo gótico isabelino— y de San Juan —que alberga el Museo de Arte Sacro de la Ribera—, así como el palacio renacentista de los Berdugo.

Pero lo que realmente convierte a Aranda de Duero en única es la auténtica ciudad subterránea que sus habitantes excavaron bajo el casco histórico entre los siglos XII y XVIII para construir más de 300 bodegas. Hoy en día, todavía existen unas 120, que totalizan una extensión de más de siete kilómetros de galerías a más de nueve metros de profundidad bajo el subsuelo. Algunas de ellas pueden visitarse de la mano de Ribiértete (www.ribiertete.com), un proyecto turístico que permite conocer el sistema de elaboración tradicional, participar en talleres de catas de vinos y descubrir el Museo del Vino Ribera del Duero; y todo en el interior de bodegas subterráneas del siglo XIII. Otra opción es acudir a la Bodega Histórica Don Carlos (www.bodegasdearanda.com), construida en el siglo XV a trece metros de profundidad, donde se organizan visitas teatralizadas todos los sábados, además de degustaciones y cursos de cata.

La ribera soriana

Soria es la tercera provincia por la que se extiende el territorio de la Ribera del Duero. La N-122 conduce desde Aranda hasta San Esteban de Gormaz, resiguiendo siempre el curso del río y cruzándolo en una ocasión, a la altura de La Vid. A diferencia de la mayor parte de los edificios históricos de la ruta, aquí predomina el estilo románico, con algunas muestras significativas. La iglesia de San Miguel (siglo XI) es el primer ejemplo de románico porticado de España, mientras que la de Nuestra Señora del Rivero (siglo XII) domina la villa desde una zona elevada. Además, San Esteban de Gormaz cuenta con un Parque Temático del Románico de Castilla y León, que exhibe detalladas maquetas de los principales monumentos castellano leoneses. San Esteban se enorgullece de ser el punto inicial de la Ribera del Duero. Por supuesto, eso es cuestión de perspectivas, aunque sí está claro que se trata de su extremo más oriental y que la tradición vinícola es profunda en estas duras tierras. De un modo similar a Aranda de Duero, los habitantes de San Esteban de Gormaz también excavaron durante la Edad Media más de 300 bodegas en la roca de la ladera del castillo. El antiguo lagar municipal de San Miguel fue restaurado y permite hacerse una idea de cómo era la elaboración de vino en su época.

GASTRONOMÍA

La cocina típica de la Ribera del Duero de cara al visitante está prácticamente monopolizada por el lechazo asado. Se trata de una receta que ha pasado de generación en generación en toda la extensión del territorio de la Denominación de Origen y que basa su éxito en la sencillez de su elaboración combinada con la calidad de la materia prima. El lechazo asado se elabora tradicionalmente en horno de leña, en cazuelas de barro, durante dos horas y media.

Se puede degustar en un buen número de restaurantes tradicionales de la región. Muchos de ellos denominados asadores. Además, varias poblaciones organizan jornadas gastronómicas en las que se sirve un menú con el lechazo asado como elemento principal. Las más celebradas son las de Aranda (en junio) y Peñafiel (enero y febrero).

Info práctica

Área de autocaravanas de Valladolid

Avenida Ramón Pradera, 4. 47009 Valladolid

N 41° 39’ 21’’, W 04° 44’ 14’’

www.info.valladolid.es

Abierta todo el año.

En la misma ciudad de Valladolid, este aparcamiento cuenta con un total de 35 plazas para caravanas y autocaravanas. La estancia máxima es de 48 h y cada día cuesta 5 euros, que incluyen estacionamiento y pernocta. El cambio de aguas grises y negras es gratuito. El área dispone de agua potable y seguridad.

Camping Costajan

Carretera N-I, km 162. 09400 Aranda de Duero

N 41° 42’ 07.0’’, W 3° 41’ 11.0’’

) +34 947 502 070

campingcostajan@camping-costajan.com

Abre del 12 de junio al 12 de septiembre.

Camping tranquilo que dispone de una zona para autocaravanas y caravanas con conexión eléctrica y todos los servicios imprescindibles. El recinto dispone de wifi, agua caliente y aseos para personas con movilidad reducida; además de piscinas, campos de deportes y bar y restaurante.

Camping Riberduero

Avenida Polideportivo, 51 . 47300 Peñafiel

N 41° 35’ 21.6’’, W 4° 08’ 04.7’’

) +34 983 881 637

www.campingriberduero.com

info@campingriberduero.com

Este camping tiene tres tipos de parcelas, entre 65 y 195 m², y el precio de todas ellas incluye: autocaravana, caravana o camper + coche + electricidad + dos adultos. Además el recinto, cuenta con dos piscinas, una para adultos y la otra para niños, zonas verdes, zona de barbacoa, pista de pádel, restaurante o vaciado de aguas grises, entre otros servicios.

Península Ibérica

Rías Baixas

Un paisaje marcado por las redondeadas costas de las rías, caudalosos ríos y protegidos valles es el escenario de verdor en el que los viñedos y las aldeas y poblados se erigen en protagonistas. Un lugar hecho a medida del viajero ávido de descubrimientos, que desea detenerse sin prisa y disfrutar de una gente, una cultura y una gastronomía sin igual.

El territorio de la Denominación de Origen Rías Baixas está repartido en cinco subzonas no contiguas de las provincias de Pontevedra y A Coruña. La ruta comienza en Santiago de Compostela y se desarrolla en dirección sur hasta la orilla del río Miño y la frontera portuguesa en O Rosal. Pasaremos primero por la subzona de la Ribeira do Ulla, a las puertas de Santiago, para continuar en O Salnés, entre las rías de Arousa y Pontevedra. De camino al sur cruzaremos rápidamente la pequeña subzona de Soutomaior hasta llegar a la del Condado de Tea y O Rosal, que se extienden en la orilla del Miño.

Mencionar las Rías Baixas es hablar de marisco de la mejor calidad, que los encontrará por doquier cocinados según la especialidad de cada pueblo. Además, los vinos blancos con D. O. Rías Baixas parecen hechos expresamente para maridar con pescados y mariscos debido a sus características organolépticas de sequedad, intensidad aromática, acidez equilibrada y persistencia.


• Distancia: 200 kilómetros de ruta

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