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Música y Músicos Portorriqueños

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Luís R. Miranda es el director de la orquesta de conciertos del "Club Armónico" y es indudable que a su pericia se debe el gran éxito alcanzado por tan artística sociedad.

Hasta hoy no puede decirse que Miranda tenga un estilo propio, original, como compositor. Los pensamientos melódicos no sobrepasan la belleza ordinaria, si se nos permite esta expresión, la factura armónica a veces tiene atrevimientos de carácter innovador. En la estructura general hay arte en el cual, los peritos, pueden ver la influencia del preceptor Núñez, es decir, que Miranda se ha asimilado la forma de construir de Gonzalo, pero sin acudir, naturalmente al plagio.

Es un magnífico director, de mucha conciencia para la interpretación, y severo en la ejecución, consiguiendo siempre una bella igualdad en el conjunto.

Sus composiciones principales, que están por editar son: Zelmira, sinfonía en Do mayor; Diadema, obertura; Recuerdo del Pasado, Novelette; Minuetto, en Sol mayor; Miosotis, Vals-Intermezzo; La Flor de Amor, canción; Souvenir, mazurca; A Tí, elegía; Recuerdos, gavota; e infinidad de danzas, marchas fúnebres y paso-dobles, para banda militar.

MORELL CAMPOS, Juan

Véase la sección Biografías, Capítulo XI, página 130.

PASARELL, Arturo

El encontrarse sus padres, Don Oriol y doña Teresa Pasarell de temporada en Barcelona, España, hizo que nuestro biografiado naciera el año 1866 en la Ciudad Condal; pero siendo aquellos portorriqueños, la herencia étnica, así cómo el haber venido al país cuando solamente contaba un año, recibiendo aquí todas las modalidades que constituyen su personalidad le hacen acreedor al título de nativo.

Su padre, profesor de piano que ejerció largos años en Ponce, fué su primer preceptor, terminando después los conocimientos, solo, por su inteligencia y constancia en el estudio.

Tocó el violoncello con bastante habilidad, formando parte de la orquesta del teatro La Perla.

Pianista de bastante ejecución y buena lectura, se dedicó a la enseñanza del instrumento. Es desde hace tiempo el organista de la Iglesia parroquial de Ponce, lo que le permitió ampliar sus conocimientos del género y hacerse un buen director de orquesta y compositor sacro.

Ha sido también un abundante productor de música regional, imprimiendo a sus danzas estilo propio, sobre todo en los ritmos, vivaces y placenteros.

Sumamente modesto, labora en silencio, aunque sus danzas Yambú, Pistolos, Anhelos del Alma y Sicilia, han hecho que su nombre sea conocido en la isla.

PERICÁS DÍAZ, Jaime

Nació en Aguadilla el 13 de mayo de 1870, residiendo en Ponce desde la edad de un año.

Con el afamado profesor Antonio Egipciaco empezó los estudios del solfeo y del violín, continuándolos después con Morell Campos y Gabriel Carreras.

Su vocación musical le hizo perseverar en el estudio hasta llegar a penetrar en los campos de la composición.

Sus principales obras son: Lirios y Rosas, vals para orquesta; El día de Farfantón, opereta, letra de el reputado literato Félix Matos Bernier; Así Canto Mis Amores, romanza para canto y piano, laureada con medalla de oro en el Certámen de Escritores y Artistas de Ponce.

Fué organizador de la Banda escolar de Ponce, justamente aplaudida y Director-fundador del Club de Mandolinas, academia en la que han estudiado muchas señoritas de la buena sociedad ponceña.

Su constancia en el estudio, modestia, y el hecho de encontrarse en plena edad viril, hace esperar que continuará en crescendo la producción musical.

QUINTÓN, José

Nació en Caguas el 1º de febrero de 1881. Hijo del maestro de música, Don Juan Quintón, recientemente fallecido y que por largos años ejerciera la enseñanza musical en Coamo a cuya Villa se trasladara siendo su hijo muy niño, con él aprendió nuestro biografiado cuanto aquel podía enseñarle. El pianista Catalán Ernesto del Castillo, le hizo progresar bastante en su instrumento favorito y después, como la mayor parte de nuestros artistas, el estudio solitario y reflexivo completó su educación.

Pepito Quintón, como le nombran en el pueblo de su residencia, nació con un gran temperamento artístico. Si prosigue estudiando como hasta aquí, será el primer maestro compositor de la época actual, pero su modestia excesiva y la pobreza del medio ambiente en que gira no le permitirán remontarse a las altas regiones del ideal, para lo que le sobran facultades.

Como pianista, posee asombrosa, limpia y ágil ejecución; como profesor, tiene facilidad para trasmitir; como director su batuta es enérgica, detallista y circunspecta.

Pero en donde su genio se manifiesta radiante es en la composición.

Impulsado por sus amigos, concurrió por primera vez al certámen de Manatí, obteniendo el primer premio, consistente en Lira de Oro, $25, diploma de honor y título de socio de mérito del Casino Portorriqueño, por una Marcha Triunfal para orquesta. Después de ese hermoso triunfo se encerró nuevamente en su querido Coamo, hasta que en 1913, como los cometas errantes, reapareció en el cielo del arte, concurriendo al certámen de la Liga Progresista de Ponce, agregando a su gloriosa corona de laureles, dos brillantísimas hojas.

En dicho certámen obtuvo las distinciones más altas, $100, insignia de oro y mención honorífica de primera clase por un Cuarteto en Re mayor para cuerda y $75, insignia de oro y diploma de honor por Un' Set de 12 variaciones sobre un tema de Hummel, para piano.

Sobre dichas producciones decía el laudo del jurado: "Por el análisis minucioso que se ha hecho del presente Cuarteto en Re mayor, se deduce que su autor tiene verdaderos conocimientos de armonía, contrapunto y composición musical, habiendo así mismo seguido un plan que revela sus aptitudes en el manejo de la forma prescrita para el género Sonata, que es el que fundamenta esta clase de composiciones. Las frases dialogadas, las imitaciones fragmentarias de los temas en el discurso de toda la obra, el desenvolvimiento de las modulaciones, atestiguan elocuentemente que se está en presencia de un compositor de dotes excepcionales y que sabe conciliar su libre fantasía, su delicada inspiración con las exigencias inherentes a la música di camera."

Y al laudar Las Variaciones, dice el jurado: "El autor es indiscutiblemente un compositor de grandes dotes. En las Doce Variaciones, escritas con suma facilidad y elegancia, se desataca siempre el Tema dado, presentando bajo distintos aspectos, luciendo cada vez, por decirlo así, una vestidura distinta y más atrayente pero que no le hace perder de vista, ni por un instante su individualidad, a pesar de la complejidad en que se desenvuelve, en ciertas ocasiones. La 12ª variación, en ritmo de polonesa, es realmente ingeniosa y brillante. Ella por sí sola revela las aptitudes envidiables, del autor, digno de ocupar uno de los más elevados puestos entre los compositores de Puerto Rico."

El Municipio de Coamo a raíz de estos triunfos le declaró Hijo adoptivo de dicha población, acuerdo que honra por igual a otorgantes y adoptado, siendo Quintón el único artista que en Puerto Rico lo ha obtenido.

Además de las laureadas ha compuesto: Overtura, estilo clásico, Misa de Requiem, Scherzo, para piano, Danzas de concierto, para piano (difíciles), Valses de salón y una gran variedad de música religiosa y bailable.

RAMOS, Heraclio A

Véase la sección Biografías, Capítulo XV, página 158.

RAMOS, Federico

Si fuéramos a juzgarle por el número de sus obras, parecería, como artista, muy superior a su hermano Heraclio, pero ni como compositor, ni como pianista le ha superado.

Federico Ramos nació en Arecibo el 14 de abril de 1857, cuando ya Heraclio era un compositor laureado. Éste fué su preceptor.

Es innegable que posee temperamento musical y conocimientos bastantes, que le permiten cultivar con fortuna los distintos géneros de la composición.

Pero como su producción es vertiginosa, en las obras de empeño nótase, a veces, un desequilibrio en la estructura general; sobre todo, no siempre se destaca con claridad el pensamiento temático o inicial de la composición. Tiene ideas bellísimas junto a otras pobremente expuestas. Pudiera, en general, compararse su labor de compositor, como un jardín en el que han florecido variedad de plantas y que por la falta de jardinero se encuentran todas entremezcladas, siendo muy difícil encontrar los tallos o troncos pertenecientes a cada flor o planta.

La misma impetuosidad de su carácter le perjudica. Como pianista, tiene pasmosa ejecución, digitación bastante correcta, repentiza con facilidad, pero el conjunto semeja el torbellino de una catarata.

Estas deficiencias que expresamente señalamos, pues por lo mismo que vale mucho desearíamos verle producir con más reposo, no quieren indicar que no tenga especiales composiciones. No; en los últimos años ha publicado y compuesto algunas que han sido elogiadas en el extranjero, como la Marcha Triunfal dedicada al Presidente Roosevelt de la cual decía Le Journal Musical de París, en su edición de julio 16 de 1907, "Esta marcha brillante ha penetrado en Francia y será pronto ejecutada en todas partes. Está en efecto bien rimada y de un desarrollo melódico bien señalado, con armonías del mejor efecto."

Recientemente nos dejó oir su última obra Nocturno y un Intermezzo sinfónico, de exquisita factura.

Para que se tenga una idea de su enorme producción, diremos que tiene hechas (en gran número publicadas) 23 obras de baile, 27 de salón, 23 de concierto, 29 para canto y piano, 2 que el titula recitaciones, 4 zarzuelas en 1 acto, 1 drama lírico en 3 actos y 3 didácticas.

 

Su melodía El Encanto del Hogar es un verdadero idilio de expresión, clara, espontánea y hondamente sentida. Se destaca del resto de las composiciones y sin embargo ¡está expuesta con tanta sencillez y maestría!

RÍOS OVALLE, Juan

Laborioso como la hormiga, modesto cual la violeta, de inteligencia natural, gran intuición artística y con acopio de conocimientos adquiridos asíduamente, es uno de los compositores ponceños, que dedicados más principalmente a la producción del género bailable, tiene facultades para subir hacía la cima de los llamados severos, atestiguándolo la forma de construcción de los bailables y el hecho de haber sido uno de los jurados del certámen de la Liga Progresista, en donde para poder juzgar obras clásicas tenía que estar en posesión de los conocimientos a ellas inherentes.

Buen clarinete y correcto preceptor de música, fué laureado en el certámen de Bayamón con el primer premio, por un Two-Step, para orquesta, titulado Bayamón, lema: Cruz Roja.

Como compositor de danzas ha sido fecundo. Su estilo fué, primeramente, casi una continuación del de Morell Campos, pero después ha tomado carácter propio, algo discutido, por las novedades rítmicas y formas de expresión introducidas, que han desvirtuado, a pesar de las bellezas melódico-armónicas de que están saturadas, la candorosa idealidad de nuestra danza.

RODRÍGUEZ ARRESON, Manuel

Si no estamos mal informados, es natural de Añasco, aunque educado en Mayagüez, en donde se dió a conocer como hábil violinista y correctísimo educador, con aficiones literarias que después ha consolidado prácticamente.

Hace muchos años reside en Puerto Plata, República Dominicana, a donde fuera por primera vez, como Director de la Banda Municipal.

Su intensa labor artística la ha realizado fuera de su país, en el que se dió a conocer como exquisito compositor, cuando fué laureada su romanza para canto y piano titulada Patria en el certámen del Ateneo de 1904.

De sólida cultura lírico-literaria, constantemente labora en pro de sus aficiones.

Uno de los actos de mayor renombre que conocemos de él, fué el Reglamento aprobado por el Ayuntamiento de Puerto Plata, R. D. para la Academia de Música Municipal, que fué puesta bajo su competentísima dirección y en la que ha permanecido hasta hace poco tiempo dando sorprendentes resultados. Para apreciar la capacidad musical de Rodríguez Arreson, transcribimos el programa de estudios de dicha academia, que puede decirse ha desarrollado él sólo.

"PROGRAMA. —Primer Curso.– Nociones sobre el sonido; teoría y práctica del Solfeo; desarrollo de tonalidad; técnica instrumental; ejercicios. —Segundo Curso.– Teoría y práctica de claves; transporte; ejercicios de solfeo en conjunto; afinación y desafinación; armónicas de los sonidos; técnica instrumental; ejercicios. —Tercer Curso.– Armonía hasta las modulaciones por transformación; elementos; ejercicios y dictados; tono o altura; intensidad; cuerdas y tubos sonoros; aplicación de sus leyes en los instrumentos musicales; técnica instrumental; ejercicios en conjunto. —Cuarto Curso.– Armonía (continuación); timbre; aplicación de sus leyes en los instrumentos musicales; técnica instrumental; ejercicios de conjunto. —Quinto Curso.– El arte de instrumentar; breve estudio de los géneros musicales; historia de la música; técnica instrumental; ejercicios en conjunto. —Curso Completo.– El arte de dirigir; bibliografía musical; grandes organizaciones orquestales; orfeones; su influencia socio-moral; experiencias; el drama lírico; su forma presente; la concepción Wagneriana de la ópera; su influencia y su evolución."

Nos consta que produce mucho y bueno. Conocemos de él una Elegía fúnebre y un Nocturno para piano de mucha delicadeza en la expresión y factura. Recientemente le escribimos y al contestarnos, hizo omisión absoluta a uno de los particulares de nuestra carta en que le pedíamos el catálogo de sus obras, traduciendo nosotros, el silencio, como un acto de modestia.

Es un portorriqueño que honra a su país en el extranjero, siendo apenas conocida su intensa labor en la tierruca nativa.

TAVÁREZ, Manuel G

Véase la sección Biografías, Capítulo XVI. página 162.

TIZOL MÁRQUEZ, Manuel

Aunque las producciones que de él conocemos, pertenecen al género bailable, no dudamos que por sus conocimientos y cuadratura musical completa, haya producido o pueda producir obras de mayor empeño. Su fuerte labor profesional desde el cambio de soberanía, en que su personalidad artística se destacó vigorosa, le ha hecho aparecer en primera línea como organizador de núcleos instrumentales, para los que ha tenido que estar constantemente instrumentando, lo que hace magistralmente, siendo ésta, tal vez, la causa de que su inspiración permanezca algo inactiva.

Es un contrabajista de talla mundial (herencia paterna) y aunque conoce y ha practicado varios instrumentos, su profesión principal es la dirección de orquestas y bandas.

Actualmente es el Director de la Banda de Bomberos Municipal de San Juan, por él organizada y que está reputada como una de las mejores de las Antillas.

En los últimos meses la ha hecho progresar mucho, y en los conciertos públicos que bisemanalmente celebra es muy aplaudida haciéndosele bisar casi todos los números del programa, en el que combina música de los grandes maestros con otras afines al gusto imperante en el público.

Como es joven, tiene amplio porvenir y estamos seguros que, remontando vuelos, honrará dignamente su apellido, de gran abolengo artístico.

Al cerrar esta sección, consideramos justo citar los nombres de algunos dilettantes que con frecuencia han dado y dan a la publicidad las inspiraciones de su fantasía, en las que se encuentran ideas melódicas bien definidas, efluvios estéticos de sus temperamentos artísticos.

Son éstos, los señores Antonio Otero, de Ponce; Federico Porrata Doria, de Naguabo; Juan Garriga, de Utuado; y Emilio R. Dávila, de Ciales.

Este último no conoce siquiera los signos musicales y sin embargo toca, de oído, bastante piano sin alterar, en lo más mínimo, las partituras; y compone diversidad de piezas – algunas están publicadas – que han ido adquiriendo poco a poco sello de originalidad, las cuales son anotadas en los pentágramas por músicos inteligentes a quienes el autor hace oir repetidas veces las frases de la obra.

Puesta de Sol, su último vals, llamará la atención por la expresión intensa del pensamiento musical, en concordancia con el título y la armonía del conjunto.

Emilio R. Dávila es un caso psicológico especialísimo digno verdaderamente de estudio.

SECCIÓN SEXTA.
Instrumentistas Notables

CAPÍTULO XX

De acuerdo con el orden seguido en secciones anteriores, en esta nominaremos, alfabéticamente, a los instrumentistas cuyos méritos hayan sido refrendados por juicios públicos y competentes, eliminando, para no ser difusos, a los que bajo otros aspectos hayan sido citados.

Los relatos tendrán la amplitud de las referencias adquiridas, circunscribiendo la mención de los dilettantes a sus nombres, instrumento en que han sobresalido, y, a ser posible, el nombre del preceptor o escuela de donde proceden.

Puede que incurramos en omisiones, que podemos afirmar serán involuntarias, pues en esta clase de trabajos, por mucho cuidado que se tenga y mejores deseos en la solicitud de informes, siempre hay escapes lamentables.

Las dificultades con que hemos tropezado para formalizar el libro, bien sabrán apreciarlas los que con mayor pericia, han practicado tan delicada y peligrosa tarea.

Tal vez, para muchos de los que nos lean, profanos y hasta algunos artistas, resultará anómalo el que incluyamos a los guitarristas, en nuestro relato, y no por lo que a las personalidades atañe sino por la guitarra en sí, por ser ésta considerada, generalmente, como un simple instrumento acompañador de canciones y bailes populares, de la cual decía Covarrubias en 1675, "Que era un cencerro de fácil tañer, especialmente en los rasgados, y que no había mozo de caballos que no la tocase." Pero el P. Basilio, gran contrapuntista y organista en el convento de la orden del Cister en Madrid, desmintió completamente tal opinión, sobre dicho instrumento, siendo el primero que estableció el método de tocar punteado, sacándola del uso exclusivo, que hasta entonces tuvo, para acompañar seguidillas, canciones y tiranas.

Desde el siglo XVIII data verdaderamente la importancia de la guitarra, dedicándose a ella artistas que, por su buena ejecución, llegaron a conquistar un nombre distinguido, entre los que sobresalieron, Don Dionisio Aguado, Don José Huertas, D. Fernando Sons, el catalán Ferrer y Esteva, Picornell y otros más, que venciendo dificultades inmensas consiguieron presentar de una manera prodigiosa y admirable todas las buenas cualidades y grandes bellezas de este instrumento de punteo, de invención árabe-española.

Si este instrumento no ha podido formar parte de la orquesta, acaso porque sus sonidos dulces y apagados no pueden producir sensaciones vivas e impresiones fuertes, es en cambio tan agradable, se presta tanto a la expresión y tiene tan dulce melancolía, que es irresistible en ocasiones dadas. Para la inspiración de un buen artista, posee la guitarra condiciones muy apreciables, y bajo la presión de una mano maestra, sabe responder a los afectos del alma como si fuera la verdadera manifestación del sentimiento que hace herir sus cuerdas. Ella, puede decirse, forma una pequeña orquesta que el pueblo ha adoptado como muy suficiente para satisfacer sus necesidades musicales.

El hecho de haber podido apreciar el arte exquisito de dos portorriqueños guitarristas a los que hemos de referirnos en esta sección, nos ha movido a exponer los antecedentes históricos musicales sobre tal instrumento.

ÁLVAREZ, Hermógenes.– Semi-profesional

Hace pocos meses que ha fallecido en Caguas en donde residiera por largos años, cultivando por igual el arte y la literatura. Nació en San Juan y con su hermano Don Mauricio aprendió varios instrumentos y composición. Sobresalió como contrabajista y cellista, también, según las necrologías que publicara la prensa de toda la isla, fué un compositor de exquisita factura y delicada inspiración.

Nosotros no tuvimos el honor de conocerle y no hemos visto ni oído sus composiciones por lo que nos vemos privados de emitir opinión alguna, propia. Pero no dudamos un solo instante de su valer, pues habiendo sido su señor padre y su hermano dos de los mejores músicos del país, la herencia le abona.

ÁLVAREZ, Mauricio.– Violinista profesional

Nació en San Juan el año 1842.

Con su padre Don José, músico distinguidísimo que dirigió las bandas militares de "Granada" y "Cataluña", trasladándose en 1851 a Caguas en donde puede decirse que fué el primer maestro que difundió la buena enseñanza general del arte, aprendió nuestro biografiado, teoría musical, solfeo, armonía y composición.

Su primer maestro de violín fué Mateo Tizol, y después en Mayagüez tomó lecciones superiores con Don Rufino Ramírez, quien le educara de acuerdo con la escuela del maestro francés Mr. Beriot, su preceptor en París.

Una inadvertencia, que no hemos podido subsanar por estar ya compaginada la sección Compositores cuando notamos la omisión, hace que no aparezca en ella, Mauricio Álvarez, cuando ha sido uno de los que más ha sobresalido, ya por la exuberancia de la inspiración ya por la corrección de la forma, pues en sus obras patentizó la solidez de los conocimientos armónicos, estructura de los géneros, resortes de la instrumentación y expresión temática. Produjo, dentro del medio ambiente de la época, música religiosa, bailables, algunas overturas y piezas de concierto para violín y piano.

Cuando los funerales del pianista Tavárez, el oficio de difuntos y misa de requiem que ejecutó la orquesta, fuéron compuestos por Mauricio, amigo íntimo del pianista.

De un carácter apacible y bondadoso, no cesa de laborar, pues, como también posee el título de farmacéutico, al retirarse de la profesión musical, tras de cuarenta años de ejercitarla, (hoy tiene 73) se le ve siempre al frente del despacho de la farmacia de su hijo Don José, residente en Caguas, pues le es imposible, según nos manifestara, estar inactivo una sola hora.

 

Sumamente modesto, cuando se le habla de música, y sobre todo, de la de su tiempo, evita tratar nada referente a sí mismo, pero en la conversación se advierte que tiene pericia artística.

Ha enseñado a dos generaciones haciendo músicos aprovechados, y si como violinista su nombre es poco conocido, débese a haberse encastillado en Caguas.

ALVARADO, Margarita

Pianista dilettante. Natural de Juana Díaz. Discípula de Manuel G. Tavárez, quien le dedicara su renombrada danza Margarita.

ARCE DE ASTOL, Sicila

Pianista dilettante. Nació en Ponce. Discípula del maestro Torns.

ARIAS, Mercedes.– Profesional

Ponceña y pianista de correctísima escuela.

Gran temperamento musical, vehemente, a la par que delicada expresión; devota de los clásicos cuyas obras interpretaba concienzudamente.

Modesta, ingénua, laboriosa, sumamente simpática y distinguida, fué la inspiradora de una gran pasión, sin que su alma recorriera otros campos que los del arte, síntesis de sus amores.

Compositora, si no de grandes obras, con inspiraciones saturadas de bellezas, que armonizaba con maestría.

Ejerció el profesorado hasta que, prematuramente, se elevara su alma al cielo de encantos con que tantas veces soñara en vida.

Flores y Perlas y Renacimiento, son dos preciosos valses, editados por la casa Otero y Co., que ponen de relieve su facilidad para componer.

BARBOSA SÁNCHEZ, Carmen Belén.– Profesional

En San Juan se meció su cuna, y en la Academia de piano de Anita Otero se desarrolló, vigoroso, su temperamento especial para el arte.

Después de la muerte de su preceptora, cuya memoria honra dignamente, pues es una de las cuatro gracias que ornaron el jardín artístico de aquella academia, se trasladó al Conservatorio de Boston, más que para perfeccionar los conocimientos adquiridos, para obtener el diploma de maestra graduada de música y piano.

El sentir de su alma lo reflejan sus ojos, grandes, negros, bellamente soñadores.

Su técnica es clara, precisa y robusta de detalles.

El estilo de interpretación, bastante parecido al de la Otero, aunque no con tanta maestría.

La modestia de su carácter le hace reservar las delicias de su ejecución para las intimidades del hogar. Es artista.

BOBADILLA, Asunción

Pianista dilettante. Discípula de Don Fermín Toledo. Si no estamos mal informados, nació en San Juan.

CAPARROS, Inocencia

Pianista dilettante, natural de San Juan, fué una de las mejores discípulas del señor Cabrizas.

CASANOVA, Carlos.– Profesional

Si como literato y periodista alcanzó merecido prestigio proporcionando honor a Mayagüez, su ciudad natal, como pianista y musicólogo no fué menor su reputación.

Carlos Casanova era un temperamento exquisito y absolutamente artístico. No se prodigaba en el piano, pues era algo indolente, pero cuando pulsaba el teclado, sobre todo en el gabinete reservado a la intimidad musical, las horas se deslizaban para los afortunados oyentes, cual para los astrónomos, cuando ante el ocular del telescopio contemplan las bellezas siderales. Su ejecución no era extraordinaria, pero sí la fuerza conmovedora de su expresión.

Su cultura musical hacía pendant a la literaria.

Su estilo periodístico era castizo, sobrio, de argumentación cerrada.

El literario era poético a la par que filosófico.

Su oratoria, más conceptuosa que florida, en donde brillaba radiante era en el anfiteatro de una academia; para el batallar político era mejor con la pluma.

Su conversación familiar era sumamente agradable por las oportunas agudezas y repertorio de cuentos con que las aderezaba.

Como literato fueron varias veces laureadas sus poesías y prosas.

Si se hubiera dedicado a la composición musical, en ella también hubiera alcanzado renombre; más, poseyendo la preceptiva, no tenemos noticias de que produjera.

Jamás le oímos hablar mal de ningún compañero, en cambio ¡Con cuanta nobleza y pericia ejerció la crítica! En Mayagüez se dedicó durante algún tiempo a dar clases de piano y en los centros sociales dirigía la parte lírica de las veladas.

Murió pobre y algo nostálgico, en Ponce, no hace muchos años.

CASTRO CASANOVA, Salvador.– Profesional

Violinista mayagüezano, discípulo del maestro catalán Don José Gotós.

Fuera de Mayagüez su nombre es casi desconocido y como artista muy pocas son las personas que, aun en su pueblo natal, tengan noticias del puesto distinguido que ocupa en las grandes orquestas de Londres.

Su padre, cubano inteligente, que constituyó su hogar en Puerto Rico, viajó mucho por Europa, y estaba bien relacionado en París y Londres.

A esta última ciudad envió a su hijo mayor, Felipe, quien adquirió puesto de confianza en una casa comercial.

Después que nuestro biografiado obtuvo con Gotós ejecución esmerada y sólida, se fué a Londres con su hermano para ampliar sus estudios.

Sus primeros pasos de artista los dió, de concertino en la orquesta del Yate de uno de los más opulentos Lores ingleses. Viajó mucho, por el Oriente, durante más de 4 años, hasta que sus justas ambiciones de glorias le hicieron fijar la residencia en Londres, no siéndole difícil obtener uno de los primeros puestos, como violín primero en la orquesta del Convent Garden.

Le conocimos íntimamente cuando estudiaba con Gotós y le predecíamos que, si persistía estudiando, podría satisfacer sus anhelos.

Por cartas y recortes de periódicos que hemos leído, nos hemos enterado, con verdadero júbilo, de que, hasta hace tres años (últimas noticias adquiridas) sus progresos eran reales.

¡Otro portorriqueño que en el extranjero enaltece el nombre patrio!

COLÓN, Aberano.– Profesional

Violinista ponceño.

No fué un virtuose, no por falta de condiciones, sino por tener que dedicar la mayor parte del tiempo a luchar por la existencia, en un ambiente algo enrarecido para dedicar al estudio las mejores horas sin menoscabo de los deberes familiares.

Pero fué un concertino de gran orquesta, con técnica correcta en pulsación y arco, repentizaba bien, gran fuerza de expresión, seguridad en las entradas, transportador y en ocasiones, director.

Parco de palabra, semblante poco risueño y algo retraído en el trato social, poseía no obstante bellezas psíquicas que le hacían apreciable.

Con algunos conocimientos del arte de componer, a veces producía bailables de buena factura.

Su polka El Orfeón Ponceño compuesto cuando la Feria de 1882, fué muy aplaudida y editada.

Fué siempre el violín concertino de la orquesta del teatro La Perla y el solista de la de Morell Campos. Murió, en Ponce, a principios de este siglo.

DÍAZ, Carmelo.– Profesional

Es el cornetín solista de la Banda Municipal de San Juan. Nació en Aguadilla. Con Lequerica aprendió los elementos de la música, completándolos en la Banda de la Policía Insular. No le conocemos personalmente, pero la dulzura con que emite los sonidos, corrección del fraseo, facilidad para el doble picado y hondo sentimiento de expresión, nos hace considerarle como uno de los buenos cornetines de la isla, llamado a alcanzar grandes triunfos en el instrumento que tanta fama diera en Madrid al señor Coronel.

DOMÍNGUEZ, Lcdo. Celestino

Pianista dilettante. Natural y residente de Guayama.

Sus estudios superiores los hizo fuera del país.

DUEÑO, Aurelio.– Profesional

Notable contrabajista, natural de San Juan en donde, además del arte, ejerció como Procurador de la Real Audiencia. Persona de cultura y distinguido trato social. Le recordamos perfectamente. De regular estatura, color blanco rojizo, pelo tirando a rubio en cuanto al tinte, andar reposado, mirada penetrante protegida por cristales, conversación amena, pasión desmedida por la música, conocimientos arraigados, cuyas demostraciones le dieron prez.

Su hogar fué uno en donde se hacía música di cámera.

Si por los retoños se puede apreciar el tronco bastará decir que fué el padre de Braulio, el laureado músico compositor y de Manuel, también músico y poeta de renombre.

Ejerció influencia en el movimiento musical de la isla.

DUEÑO Y DUEÑO, Dr. Manuel

Pianista dilettante. Natural de Bayamón. Con su padre Don Braulio estudió música.

Durante cursaba medicina amplió en los EE. UU. sus estudios del piano.

FRADERAS, Fidel

Natural de Maricao. Pianista dilettante. Hizo los estudios musicales en Barcelona, España.

FERNÁNDEZ, Andrés.– Profesional

Distinguido profesor de oboe, natural de San Juan en donde ha sido muy aplaudido, cuando desde su puesto en las orquestas de ópera, ha demostrado habilidad de ejecución y dulzura de tono en un instrumento difícil para la emisión de los sonidos por la especialidad de la boquilla.