Antología

Tekst
0
Recenzje
Przeczytaj fragment
Oznacz jako przeczytane
Czcionka:Mniejsze АаWiększe Aa

El viaje es la vida

El viaje es la vida

así no se salga del lugar natal

basta mirar el mapa intrincado

que fabrican los días

para darse cuenta

cuán nómadas hemos sido

cómo la aventura

que nos aleja de casa

por rutas que son también

una odisea

(pensamientos hechos e instantes

que son una posibilidad

entre otras muchas otras

de tejer un destino

y de darle al mundo una forma)

un día nos reclama volver

Sucesos en los que

atraídos por magas descomedidas

(la tentación es mucha)

es probable que se termine haciendo compañía

en algún momento

a los cerdos en el corral

O en que –a las puertas de la vejez

que es el peor de los exilios–

por gracia de un día pleno de divinidades

compasivas

un mar de náufragos te arroje a playas

donde núbiles muchachas

sueñan con varones llegados de lejos

adivinando entonces

en los ojos de esa joven

que no te pierde la mirada

en su belleza capaz de perturbar tus horas

de ahora y las que te quedan

una disposición una entrega

que no sin vanidad aceptas

al menos de momento

al menos mientras la sorpresa de avistar

de nuevo al amor entre tus asuntos

pasa

si esto es posible

que el amor pase que no pasa

un don un albur que de nuevo se te ofrece

por privilegio de la vida

y que te sume sin embargo

en el más oscuro doloroso frío desasosiego

pues no es de viejos ir correteando tras Afrodita

por predios que no sean los de la medida y el buen juicio

lo que añadirá a tus cobardías

el inexperto consuelo de otra cobardía más

que es como se sabe un mar

del cual

nadie se salva.

Ella fue amada

Ella fue amada

en lugares donde el amor

no prende fácil

como el borde de un risco

con el mar abajo

rabioso

trayendo ruina

Ella fue amada

en un baño público a la hora

en que la ciudad empalidece

y el vivir se cubre

de vampiros

Ella fue amada

en un jardín diezmado

por los deshechos de cientos de agujas hipodérmicas

por la mancha aceitosa de un buque tanque volcado

Ella fue amada

en un vagón desprendido de un tren carbonífero

que escapaba a la vengativa cercanía del cielo

ella fue amada

sobre las flores carcomidas por la lluvia

de una fosa común

ella fue amada

en suburbios de niebla enfermiza

donde sus pezones saltaron como botones de primavera

que la misma primavera no esperaba

ella fue amada

por un galán en llamas

(el último de los sobrevivientes)

bajo el más crudo temporal

en lugares donde el viento alcanzaba

los 140 km/hora

ELLA FUE SIEMPRE AMADA

Flama

Lo sientes

un calorcillo

como si de repente

se encendiera un papel en tus manos

y la llama te envolviera enseguida

atrapándote

Alguien a quien el amor iluminó

como las velas alumbran el pedestal de un santo

Es un decir

pero bastó que ELLA apareciera un día

para que los censores

convirtieran químicamente

la cercanía

en materia inflamable

en un papel que se levanta en el aire

al arder

No había manera de llamarla

una desconocida

como si ya estuviera previsto

en las oscuras inhumanas leyes

que mueven el oleaje del universo

todo en mí decía conocerla

¿Unos juguetes entonces de la naturaleza?

La mujer soñada y el príncipe azul

(verde o amarillo)

el elemento químico

la cadena biológica

funcionando para que las cosas sean

como son

Igual sucede con los caracoles y los pulpos

si a eso vamos

Aquel día ardí como una ciudad

al paso de un bombardero

(Ardía la verdad cada que mi olfato aguzado

descubría el cúmulo de opciones

con que la naturaleza se regala

y juega al amor –ese es su negocio–

así un día

las limitemos a una sola

¡La elegida!)

¡Ay! el olor que nos atrae

entre esa feroz jungla de olores

que es la existencia

¿cómo llamarlo una perdición?

Sucede igual con las arañas y las serpientes

sólo que ellas no se detienen en compromisos

ni ceremonias y olvidan pronto

Su herida de amor

la que queda si les queda alguna

no es la misma nuestra

A lo suyo que se sepa

nunca lo han llamado

ni lo llamarán

un asunto también divino

Autumm Rythm

aquel día pasó el final de la tarde

frente al Pollock

que exhibe el Museo Metropolitano

sin sentir necesidad de nada

salvo vivir la sensación

el asomo raro

que la compulsiva telaraña de líneas

ritmos

tonos y colores le producía

semejante se le ocurrió a un otoño

bañado por una búdica

intensa tibieza mental

anticipo

de algo no sabido

y al fin nuestro

tal como puede serlo

–con figuras y ornamentos tallados

por una mano no humana–

la estela hallada por una sonda

en algún confín galáctico

y ahora expuesta

en una sala de museo

para goce y perturbación de todos

2.

Regresaba en el metro

cuando advirtió en el asiento de enfrente

a la japonesa que encerrada en sus pensamientos

volvía también tarde a casa

Necesitó de una segunda vista

para darse cuenta

de que aquella no era una oriental común

y que si pasaba desapercibida

era porque su levedad y silencio su delicada entidad

casi la volvían intangible

aún a esa hora cuando los pasajeros

en el vagón eran escasos

cuarentona blancura de pétalo

puesta en riesgo por la otra luz del túnel

que entraba a ráfagas por las ventanillas

y un rostro que la mirada baja

la línea breve exquisita de la boca

el redondo y carnoso mentón

de ciruela

sumados a las finas maneras

trasmitidas generación tras generación

allá en su país

que enseñan por ejemplo cómo apartar con gracia

el mechoncito rebelde que insiste en caer sobre la cara

o mantener juntas las piernas y recogidos los pies

en sitios públicos

o sonreír –como sólo lo hace una divinidad

atraída por los episodios que componen el curso

de la cotidiana insensatez humana–

con burlona distante nebulosa indulgencia

cosas que a él lo dejaron sin un respiro

porque en su interior bruscamente

el corazón le dio un brinco de cervatillo atravesado

por la punta de mortales flechas

que fue la visión que de sí mismo tuvo

en aquel momento

al encontrarse de repente con quien como respuesta

a su insistente descarada manera de observarla

alzó la almendra de sus ojos

y sin inquietud alguna por lo demás

como si no la alarmara la idea de responder

a un desconocido

le sonrió también

y aún siguió haciéndolo a intervalos

mientras el tren llegaba a Marcy

y oh coincidencia meta de ambos

una señal más ¿cómo no pensarlo así?

para que este galán a un paso ya de la vejez

este Ulises sin mucha aventura

a punto sin embargo de concedérsele

por esas cosas de la vida

el don de una Ítaca

que es y será siempre el amor

y el regazo de una mujer

de exótica Penélope en este caso

se acercara a ella teniendo ya en mente las finas

voluptuosidades y ardores amorosos

exquisiteces de su raza

que esa noche lo esperaban

si lograba convencerla de que él

arrojado el disfraz

era aquél por quien tantos años

había aguardado

Vaso

No es como un vaso griego

para adornar la vida

y mostrar el valor

imperecedero de algo

que ya no puede ser

esa idea de la belleza

que en algún momento

nos llegó y luego se perdió

relegando al fragmento

la consideración de nosotros los modernos

No la cariátide el vaso

el templo

 

para atrapar en una forma

imperturbable

el sentido que huye

y así ofrecerle luz y lugar a lo humano

sino por el contrario

el tótem

el ojo vaciado

primitivo

de una deidad repulsiva

la lengua burda

e inhóspita

que remeda no calla

el furor bárbaro

oído entre sueños

al alba

menesterosa

de un sacramento incomprendido

To koniec darmowego fragmentu. Czy chcesz czytać dalej?