Lado a lado

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Lado a Lado

Andando con otros en sabiduría y amor

Edward T. Welch

Publicaciones Faro de Gracia

P.O. Box 1043

Graham, NC 27253

www.farodegracia.org

“La labor de la consejería es la labor de amar bien a otros. Este libro te ayudará a saber cómo luce el amor de Cristo, cómo extenderlo a otros y cómo aceptarlo de parte de otros al vivir juntos.”

Heath Lambert, director ejecutivo, Association of Certified Biblical Counselors; Profesor Asociado de Consejería Bíblica, The Southern Baptist Theological Seminary; autor, The Movement of Biblical Counseling After Adams

“Hay dos cosas que el libro de Welch hace muy bien: Demuestra que nadie otorga mejor la gracia que una persona convencida de que ella misma la necesita, y que Dios hace que Su gracia sea visible al enviar personas ordinarias para dar gracia extraordinaria a los que la necesitan. Welch no solo nos recuerda a todos nuestro llamado al ministerio de amistad, sino también explica cómo se ve en la vida diaria. ¡Todo creyente debe leer este libro!”

Paul David Tripp, presidente, Ministerios Paul Tripp; autor, ¿Qué estabas esperando?: Redimiendo las realidades del matrimonio

“Welch construye una visión de una comunidad cristiana que va mas allá de trivialidades y promesas huecas y llega a relaciones profundas, Cristo-céntricas y basadas en la Escritura. Encontrarás este libro como un manual muy útil para pedir y proveer ayuda en medio de una época de separación.”

Elyse M. Fitzpatrick, consejera; conferencista, autora, Found in Him.

“¡Finalmente! He estado deseando un libro que ayude a cristianos normales y cotidianos a conocer cómo ayudar a amigos que están en dificultades. Esto es lo que Ed Welch nos ha dado en su pequeño libro, de una forma bien escrita bíblicamente sólida y que exalta a Cristo. Planeo comprar un montón de copias y regalarlas a los miembros de nuestra iglesia”.

Deepak Reju, pastor de ministerio familiar y consejería bíblica, Iglesia Bautista Capitol Hill, Washington, DC; autor, El pastor y la consejería

“Ed Welch nos llama a regresar al modelo del cuidado mutuo con sabiduría sencilla que ni complica demasiado ni simplifica demasiado lo que significa ser un consejero bíblico. Recomiendo Lado a Lado para todo creyente, todo grupo pequeño de estudio y toda iglesia comprometida a ser equipada para animar a otros en Cristo”.

Robert W. Kellemen , vice presidente, Desarrollo Institucional, presidente, Departamento de consejería bíblica, Crossroads Bible College; autor, Consejería centrada en el evangelio

“Lado a lado es una guía práctica, simple y perspicaz para caminar con otros durante tiempos difíciles. Este libro ayudará a las iglesias a llegar a ser comunidades de honestidad y sanidad. Deberías leerlo—será de beneficio para ti y para otros”.

Ian Smith, director, Christ College, Sydney

“Lado a lado es una guía bíblica, práctica y exhaustiva, destinada tanto para el miembro promedio de la iglesia como para pastores y líderes. Ed derrumba el mito de que la consejería puede ser dada únicamente por personas profesionales. Desearía que este libro hubiera sido escrito hace mucho tiempo”.

John K. John, director ejecutivo, Biblical Counseling Trust of India

“Este libro de espiritualidad práctica producirá más cristianos necesitados, pero también más cristianos útiles. Me hizo sentir tanto más necesitado como más necesario. ¡Una rara bendición doble!”

David P. Murray, profesor de Antiguo Testamento y Teología Práctica, Puritan Reformed Theological Seminary

“Lado a lado es un tratamiento de terapia física ejecutado con destreza sobre el cuerpo discapacitado de Cristo. Con precisión bíblica y compasión práctica, Welch ayuda al atento y enseñable a trabajar los músculos espirituales que casi no se usan. Finalmente, alguien le ha ofrecido al pueblo de Dios una herramienta de ministerio para sobrellevar las cargas de otros y ejercitar el cuerpo espiritual.”

Joseph V. Novenson, pastor, Lookout Mountain Presbyterian Church, Lookout Mountain, Tennessee

“Ed Welch provoca y aconseja hábilmente a los cristianos sobre cómo relacionarse mejor con otros al reconocer que son necesitados y necesarios al mismo tiempo. Ed pone su brazo alrededor de los miembros de la iglesia que quieren ser más que solo espectadores, alrededor de amigos que quieren crecer en amor sabio y alrededor de padres que quieren ser más efectivos con sus hijos. Desearía haber leído este libro en mi juventud—la vida habría sido más provechosa para otros y para mí”.

Bruce K. Waltke, profesor emérito de estudios bíblicos, Regent College

“Lado a lado hizo que mi enfoque al ministerio y mi método de alcance fueran más pertinentes para el evangelismo y discipulado personal”.

Dallas H. Wilson Jr., vicario, Capilla St. John, Charleston, South Carolina

“Somos personas necesitadas que comparten la misma naturaleza con muchos otros necesitados. La gracia de Dios no nos hace autosuficientes sino que nos permite ayudar a otros. Welch desarrolla este principio bellamente en este libro. Lado a lado no es solo un libro de beneficio individual, sino uno para ser usado como instrumento de crecimiento de la iglesia y el equipamiento del pueblo de Dios”.

Valdeci Santos, vice presidente y profesor de consejería bíblica y misiones, Centro Andrew Jumper para Graduados, Brasil

“ Lado a lado es un libro práctico que trata sobre la necesidad que tenemos de otros y otros de nosotros. Nos empuja a ir más allá en nuestras relaciones y ofrece formas concretas para llevarlo a cabo. Es un libro que trata sobre el ser compañeros y aliados en la vida cristiana. En resumen, es un libro sobre cómo ser buenos amigos cristianos. Me encantaría que cada miembro de nuestra iglesia lo leyera—como resultado seriamos una comunidad más fuerte”.

Steve Midgley, director ejecutivo, Consejería Bíblica UK; ministro principal, Iglesia de Cristo, Cambridge

Lado a Lado

Andando con otros en sabiduría y amor

Edward T. Welch


Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043 Graham, NC 27253 www.farodegracia.org

ISBN 978-1-629461-74-8

Agradecemos el permiso y la ayuda brindada por Crossway para traducir e imprimir este libro, Side by Side, Walking with Others in Wisdom and Love, by Ed Welsh, al español.

Copyright© 2015 by Edward T. Welsh

Published by Crossway

a publishing ministry of Good News Publishers

Wheaton, Illinois 60187, U.S.A.

This edition published by arrangement with Crossway.

All rights reserved.

© 2018 Publicaciones Faro de Gracia. Traducción al español realizada por Giancarlo Montemayor; redacción y diseño de la portada y las páginas por Benjamín Hernandez, Enjoy Media. Todos los Derechos Reservados.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio – electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro – excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas, a menos que sea notado como otra versión. Utilizado con permiso.

Para

Sharon

Contenido

Introducción Lado a Lado: Necesitado y Necesario

Parte 1 Estamos Necesitados

1 La vida es difícil

2 Nuestros corazones están ocupados

3 El encuentro de circunstancias difíciles con corazones ocupados

4 El pecado pesa mucho

5 Pide ayuda al Señor

6 Pide ayuda a los demás

Parte 2 Somos Necesarios

7 Recuerda: Tenemos al Espíritu

8 Acérquense y salúdense unos a otros

9 Ten conversaciones profundas

10 Ve lo bueno, disfrútense unos a otros

11 Caminen juntos, Cuenten historias

12 Ten Compasión durante los problemas

13 Ora en medio de los problemas

14 Estén alertas ante las artimañas de Satanás

 

15 Prepárate para hablar sobre el pecado

16 Ayuda a los que comparten tu condición de pecador

17 No te olvides de la historia

Conclusión Una comunidad funciona mejor lado a lado

Otros Títulos de Publicaciones Faro de Gracia

Introducción
Lado a Lado: Necesitado y Necesario

Este libro identifica las habilidades que necesitamos para ayudarnos unos a otros.

Es para todos—amigos, padres, incluso vecinos.

En el camino encontraremos que a Dios le agrada usar personas ordinarias, conversaciones ordinarias y amor sabio y extraordinario para hacer el trabajo pesado en Su reino.

La idea básica es que aquellos quienes ayudan mejor son aquellos quienes necesitan ayuda y dan ayuda. Una comunidad saludable depende de que todos nosotros seamos esos dos tipos de persona. Así que el libro está dividido en dos partes. La primera parte te guía a compartir tus cargas; la segunda parte te guía a sobrellevar las cargas de otros.

Todos necesitamos ayuda—esto simplemente es parte de lo que significa ser humano.

La ayuda que necesitamos va más allá de cosas como pintar nuestra casa o encontrar un buen mecánico. Es mucho más profunda que eso. Necesitamos ayuda para nuestras almas, especialmente cuando estamos pasando por dificultades. La ayuda puede ser tan sencilla como conectarte con alguien que te comprenda o a alguien que sinceramente te diga, “Cuanto lo siento”. No fuimos diseñados para atravesar solos las situaciones difíciles.

Pero no es fácil pedir ayuda. Pasamos mucho tiempo escondiendo nuestra necesidad porque tenemos miedo de lo que las personas van a pensar. Hablando personalmente, la mayoría de los días estoy feliz de brindar ayuda y reacio a pedirla. Para mí, el estar necesitado es una señal de debilidad, y, si se me da la opción, prefiero parecer fuerte o al menos competente.

Aun así, la debilidad—o necesidad—es un recurso valioso en la comunidad de Dios. Jesús inauguró una nueva era en la que la debilidad es ahora la fuerza. Cualquier cosa que nos recuerde que somos dependientes de Dios y de otras personas es algo bueno. De otra manera, nos engañamos al pensar que somos autosuficientes, algo que seguramente viene seguido de la arrogancia. Necesitamos ayuda, y Dios nos ha dado Su Espíritu y nos ha dado los unos a los otros para proveerla.

Todos somos ayudantes—esto también es parte de ser humano. Un niño pequeño está más satisfecho cuando ayuda a sus padres a cocinar o limpiar. Ellos se deleitan en contribuir en el hogar. En esto, ellos ilustran cómo Dios ha dado dones a todas las personas “para provecho” (1 Corintios 12:7), y todos los dones son necesarios. No existe la persona innecesaria.

En realidad, ofrecemos ayuda tan frecuentemente que podría ser que ni siquiera estemos conscientes de ello. Escuchamos a un compañero de cuarto o un cónyuge sobre sus dificultades en el trabajo, compadecemos a un amigo quien está lleno de temores, damos consejo al miembro de nuestro pequeño grupo de estudio quien está pasando por una relación difícil, preguntamos cómo podemos orar.

Fuimos hechos para vivir de esa manera. Fuimos hechos para caminar lado a lado, un cuerpo interdependiente de personas débiles. Dios se complace en hacernos crecer y cambiarnos por medio de la ayuda de personas quienes han sido recreadas en Cristo y capacitadas por el Espíritu. Así es como funciona la vida en la iglesia.

Y aun así llega el miedo. Tenemos miedo a saltar hacia las complejidades de la vida de una persona. ¿Quiénes somos para ayudar a alguien más? Tenemos problemas al por mayor. Nuestro pasado hace del presente un desorden. El pecado siempre amenaza con alcanzarnos. ¿Y quién no tiene un desorden psicológico? Nos sentimos destrozados y tememos que solo vamos a hacer las cosas peor para los demás. Nos sentimos incompetentes.

En nuestra era consultamos expertos, profesionales y especialistas, pero cuando observas tu propia historia de cómo has sido ayudado, probablemente te darás cuenta que son muy pocos los expertos que te han ayudado. ¿Quiénes fueron tu ayuda? ¿Eran consejeros profesionales o especialistas? Probablemente no. Más frecuentemente, ellos eran amigos—las personas habituales cotidianas en tu vida. Los amigos son la mejor ayuda. Ellos vienen pre-empacados con compasión y amor. Todo lo que ellos necesitan es sabiduría, y está disponible para todos.

Es el sistema perfecto. Si Dios usara únicamente expertos y personas de renombre, algunos podrían jactarse de su propia sabiduría, pero la forma en que Dios hace las cosas no es igual a la nuestra. A nosotros, las personas ordinarias, se nos ha dado el poder y sabiduría a través del Espíritu Santo y somos llamados a amar a otros (Juan 13:34). Desde el principio, somos obligados a acercarnos a otros y no apartarnos.

Así que estoy escribiendo para personas como yo, quienes están dispuestas a acercarse a otras personas que están en dificultades pero no están seguros de poder decir o hacer algo muy útil. Si te sientes bastante débil y ordinario—si te sientes como un desastre pero tienes el Espíritu—tienes las credenciales correctas. Tú eres una de las personas ordinarias que Dios usa para ayudar a otros.

Durante el proceso de aprender esto—estar en necesidad y ser necesarios—Jesús estará presente. Él fue débil antes que nosotros lo fuéramos; Él fue dependiente de Su padre y dependiente incluso de simples seres humanos. Él también vino a servir en lugar de ser servido, y Él lo hizo lado a lado. En la medida que seamos capaces, hagamos esto unos con otros.

Parte 1
Estamos Necesitados

Tu necesidad te califica para ayudar a otros. Tu necesidad, ofrecida adecuadamente a alguien más, incluso puede ser uno de los grandes dones que des a tu iglesia. Inspirarás a otros a pedir ayuda.

Recuerda algún momento cuando estabas en un grupo y alguien habló abiertamente de una lucha en la vida diaria. ¿Qué sucedió? En la mayoría de los casos, el grupo de pronto llegó a ser mas como una familia. Otras personas abrieron sus vidas, y las oraciones del grupo se asemejaron mas a los Salmos. Cuando algo como esto sucede, queda descubierto ese mito de que todos tenemos resuelta nuestra vida, y comenzamos a compartir nuestras cargas unos con otros, justo de la manera en que Dios lo desea.

Pasamos demasiado tiempo ocultando nuestra necesidad. Necesitamos dejar de esconderla. El estar necesitados es nuestra condición básica. No hay vergüenza en ello—simplemente así es. Comprender esto, aceptarlo y practicarlo te hará un mejor ayudador.

Esta parte del libro comienza con un simple bosquejo de quienes somos. Desde allí, te ayudará a entender, admitir y practicar tu propia necesidad.

Estamos necesitados

La vida es difícil

Nuestros corazones están ocupados

El encuentro de circunstancias difíciles con corazones ocupados

El pecado pesa mucho

Pide ayuda al Señor

Pide ayuda a los demás

1
La vida es difícil

La vida es demasiado difícil como para manejarla sin ayuda. La vida también es buena, pero es difícil. No hay un solo día en que no nos enfrentemos a circunstancias difíciles.

El admitir eso no es quejarse. Simplemente es verdad. Jesús dijo, “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33) y, si nos detenemos a pensar en esas tribulaciones, nos damos cuenta que son interminables:

• Nuestra salud

• Incógnitas financieras y laborales

• Violencia local

• Promesas rotas

• Demasiadas cosas que hacer

• La salud de nuestra familia

• Discriminación e injusticia

• Terrorismo internacional

• Conflictos con amigos

• Fallas mecánicas

¿Por qué nos tomamos la molesta de identificar tales dificultades? Lo hacemos porque los seres humanos prosperan cuando llevan sus dificultades públicamente a Dios y al menos a una persona más. Cuando observamos los salmos, descubrimos que este es el deseo de Dios para nosotros.

A ti, oh Jehová, clamaré,

Y al Señor suplicaré. (Salmo 30:8)

A través de salmos como este, el Señor esencialmente nos dice, “Ven a mí con tus dificultades. Eso es lo que los hijos hacen con su Padre”. Las cosas difíciles de la vida son importantes para Dios, y si son importantes para Dios, son importantes para nosotros y vamos a trabajar en hacerlas audibles.

La vida organizada

¿Dónde comenzamos? Ya que hay tanto, pudiera ayudar el organizar las circunstancias de nuestras vidas. La Figura 1, mostrada abajo, es una manera de hacer esto. Organiza aquellas circunstancias, buenas y difíciles, en una serie de círculos concéntricos. Imagina una radiografía de nosotros y del mundo a nuestro alrededor. El corazón y el primer círculo (nuestro cuerpo) nos representa; los círculos concéntricos adicionales son las circunstancias que nos rodean. Son el mundo en el que vivimos.


Figura 1. Una radiografía bíblica de una persona y el mundo que la rodea

Considera primero algunas circunstancias que moldean nuestras vidas. (Trataremos con el corazón en el siguiente capítulo).

Nuestro cuerpo

Nuestro cuerpo es una parte integral de nosotros, pero también es un tipo de circunstancia que nos afecta. Nos bendice con salud, y nos trae dificultades tales como molestias y dolores diarios, falta de sueño, dolores de cabeza y un sinnúmero de diagnósticos médicos. El cuerpo, incluyendo el cerebro, contribuye a trastornos psiquiátricos. Si estas experimentando manía, ciertas características de depresión o déficit de atención—la lista puede ser larga—esto podría significar que te llegarán algunos problemas físicos.

Nuestras Relaciones

Las relaciones es en donde encontramos lo mejor y lo peor de la vida. En ellas está el placer de las relaciones crecientes y pacíficas, y aquí es donde se pierde la esperanza y se pierde el amor. Aquí es donde experimentamos soledad, victimización y rechazo. Sea que nos guste o no, necesitamos a las personas, pero ellas pueden hacer la vida difícil.

Nuestro Trabajo

El trabajo incluye el empleo que tenemos o nos gustaría tener, la futilidad de alguna tarea y el dinero que ganamos. El dinero, en particular, puede tener una influencia significativa en nuestras vidas. Tanto la pobreza como la riqueza nos dejan vulnerables. La pobreza sugiere que Dios no está con nosotros, así que confiamos en nosotros mismos, y las riquezas sugieren que tenemos lo que necesitamos, así que confiamos en nuestro dinero. El trabajo y el dinero moldean nuestras vidas más de lo que nos damos cuenta.

Seres Espirituales y el Mundo

Los seres espirituales están tras bambalinas, pero tienen gran efecto. Los ángeles nos protegen, mientras seres espirituales confabulados con Satanás se oponen a nosotros. Estos seres espirituales tienen el poder de afligirnos físicamente, como lo vemos con Job. Pero sus principales armas son mentiras, medias verdades y tentaciones, tácticas que son mucho más poderosas que cualquier aflicción física.

El mundo está incluido entre estas influencias. La Escritura utiliza la palabra mundo en dos formas diferentes. Algunas veces mundo quiere decir la creación habitada, en otras palabras, nuestra tierra. Otras veces, y la forma en la que la estoy utilizando aquí, se refiere a Satanás y aquellos quienes están a la par con él y en contra de las formas de Dios. Juntos crean un coro de voces que silenciosa pero poderosamente hablan en contra del carácter de Dios y anuncian que no hay nada malo en el pecado. Puedes escuchar al mundo especialmente en lo que nuestra cultura dice del libertinaje sexual. Esto quiere decir que nosotros somos, en efecto, personas vulnerables que necesitan el poder y protección de Dios (por ej., Efesios 6:10–12).

El Dios Trino y Su Reino

El círculo que envuelve todo es Dios mismo. Vivimos, en todas las maneras y en todo momento, delante de Dios—Padre, Hijo y Espíritu—y en Su mundo (Hechos 17:28). Dios está sobre todas las cosas y rodea todas nuestras circunstancias. Él es soberano y está activo, nunca duerme. Dios está en los detalles de la vida diaria; Él está en los amplios trazos de la historia, al ir moviendo todas las cosas hacia un clímax final, y lo necesitamos para poder tener “vida, y para… [tenerla] en abundancia” (Juan 10:10). En ninguna manera es Dios tan solo un observador distante, contemplando silenciosamente nuestros problemas—aun cuando fácilmente pudiéramos pensar tales cosas. En cambio, Él creo todas las cosas, por lo que le pertenecen.

 

Pudiéramos agregar más círculos. El trasfondo étnico y religioso es la circunstancia más importante de la vida para muchas personas. También pudiéramos agregar nuestro entorno geográfico y político, pero los ejemplos anteriores son una buena forma de comenzar. La vida incluye tantas influencias y dificultades, y Dios tiene planes para cada una de ellas.

Piensa en lo que escribirías en esos círculos. ¿Qué viene a tu mente? ¿Qué es bueno, y especialmente, qué es difícil?

Nuestra tarea por ahora es reconocer algunos datos específicos de la fragilidad e incertidumbre de nuestras vidas y las circunstancias difíciles que enfrentamos, para entonces hablar honestamente desde nuestro corazón. No tenemos que agregar peticiones. Solo hablar.

Discusión y Respuesta

1) Existen muchas cosas difíciles viniendo hacia ti. ¿Cuáles son las tres principales? También pudieras tomar una de cada una de las categorías que nos rodean a cada uno de nosotros.

2) Toma tiempo para hablar tus cosas difíciles con el Señor—Él escucha.