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CÓMO PRACTICAR LAS POSTURAS

Como mencioné antes, la práctica de asanas en la India data de dos mil años atrás, por lo menos. Como otras prácticas contemplativas, los detalles de las prácticas cambian con el paso del tiempo, pero los principios básicos permanecen intactos. Aunque las posturas nuevas se pusieron de moda en los últimos mil años, más o menos, la idea de que el yoga es primordialmente una práctica para el control de la mente permanece constante. A pesar de que los asanas pueden no siempre haber lucido igual a como lo hacen ahora, todavía podemos llamarlos posturas de yoga porque, en esencia, actúan como un contenedor para que la experiencia interna del ser acontezca. Muchas de las posturas que describen los textos antiguos se siguen practicando hoy, pero también hay nuevas posturas que se añadieron al corpus mediante la experimentación y adaptación de los profesores a lo largo de los años. El agua que corre en un río no es siempre la misma, pero todavía podemos llamarlo Ganges, Hudson o Nilo. Un río es un contenedor de una corriente particular de agua; el yoga es un contenedor para la corriente del autoconocimiento. Así que incluso si ciertas posturas de yoga se realizan de forma diferente hoy que hace mil años atrás, eso no significa que no sean auténticamente yóguicas, si en verdad permanecen como mecanismos de autorreflexión. Los sabios han dicho que la corriente del autoconocimiento fluye desde el ser y la consciencia absolutos y puros, que son infinitos; no están atados por el tiempo, el espacio, la ubicación, el nombre o la forma. Los asanas son portales hacia ese estado del ser.

LAS DOS PARTES DE LA POSTURA

A fines de la década de 1920, Pattabhi Jois aprendió de Krishnamacharya un método particular de práctica de asanas que utiliza dos principios complementarios: vinyasa y asana sthithi. Ambos principios tienen la misma relevancia. En los antiguos Vedas, la palabra yoga se utilizaba para describir a un buey unido a un carro; en la astrología, yoga se empleaba para describir la conjunción de planetas o estrellas; en los Upanishads, yoga se usaba para expresar el control de la respiración y los órganos sensoriales. En la visión de Patanjali sobre el yoga que vimos en el capítulo 1, se utiliza yoga para describir un estado especial de concentración. La palabra tiene diferentes aplicaciones: ha sido relacionada con el ritual en los Mimamsa Sutras, como una forma específica de sentarse que se describe en el Mahabharata, como un enfoque completo de práctica de yoga según Krishnamacharya y como un sistema de respiración y movimiento de acuerdo a Pattabhi Jois. En este capítulo hablaré sobre el vinyasa según la perspectiva de Pattabhi Jois. Gran parte del yoga que se practica actualmente en Occidente se basa o se nutre de las enseñanzas de Krishnamacharya y Pattabhi Jois acerca del vinyasa.

Uno de los versos sobre asanas y vinyasa que Pattabhi Jois citaba con frecuencia es de un texto atribuido a Vamana Rishi, el Yoga Korunta: “Vinā vinyāsa yogena āsana adi na kārayet”, que se traduce aproximadamente así: “Cuando practicas yoga, no realices muchos tipos de asana sin vinyasa”. Vamana dice claramente que si practicas yoga –el cual, recuerda, busca la concentración de la mente– realizarás asanas como una parte integral de la práctica, y no debes olvidarte de incorporar los vinyasas.

Korunta significa “grupo”, y Pattabhi Jois decía que el Yoga Korunta contenía diferentes grupos de asanas y pranayamas. De acuerdo a Pattabhi Jois, Krishnamacharya aprendió este texto de forma oral de Rama Mohan Brahmachari, quien más tarde le dijo que podría encontrar una copia del texto en la biblioteca de la Universidad de Calcuta. Aparentemente lo encontró, pero el libro estaba muy deteriorado –como muchos textos escritos sobre hojas de palma en la India–, destruido por el tiempo, los insectos y el abandono. Aunque Pattabhi Jois nunca vio este escrito, aprendió parte de los versos de Krishnamacharya, y los asanas y las técnicas de vinyasa que estudió provienen del Yoga Korunta. (29) Quizás algún día un yogui o un investigador intrépidos rastrearán una copia de este libro, pero mientras tanto, el Yoga Korunta es uno de los muchos textos perdidos de la India.

Una de las contribuciones de Pattabhi Jois a las enseñanzas de Krishnamacharya fue la de organizar la “montaña de asanas” que su maestro le enseñó en secuencias de posturas que él categorizó como Terapia del Yoga, la Purificación de los Nervios y la Sección de la Fuerza (Yoga Cikitsa, Nadi Shodana y Sthira Bhaga). En el primer libro de Krishnamacharya, el Yoga Makaranda, no todos los asanas se presentan de una manera organizada. Por ejemplo, el primer asana es una flexión hacia delante sosteniendo los dedos de los pies, y el segundo asana es una intensa extensión hacia atrás, en la que nos estiramos hasta alcanzar las pantorrillas. Esto puede atribuirse a la instrucción que brinda el libro, que el yoga debe ser aprendido de un maestro; por lo tanto, los asanas están presentados meramente con propósitos ilustrativos. (30)

VINYASA

En el verso de Vamana citado antes, encontramos la palabra adi. Adi significa “etcétera”, o “muchos tipos diferentes”, de manera que cuando Vamana escribió este texto, debió estar al tanto de que existían muchos tipos de asanas diferentes que una persona podría practicar, pero todos ellos debían ser practicados usando la misma técnica. Esta es nuestra primera clave para el significado de vinyasa: es una técnica. ¿Pero una técnica para qué? Como con la mayoría de las palabras sánscritas, nunca hay un solo significado. Vinyasa puede ser:

 El enlace entre respiración y movimiento (esto también describe la manera en la que entramos y salimos de una postura).

 Una metodología completa o un enfoque para practicar asanas.

 Un ritual, o una aproximación metodológica, a una práctica devocional.

En el Ashtanga Yoga, la primera descripción del enlace entre la respiración y el movimiento es la que Pattabhi Jois utilizó, pero las otras dos son igualmente verdaderas. Por ejemplo, el enfoque completo de la práctica de asanas en la forma en la que están enlazadas entre sí fue llamado vinyasa krama por Krishnamacharya (krama significa “secuencia” o “camino”). Según dónde mires, puedes encontrar distintos usos de la palabra vinyasa. En la práctica de Pattabhi Jois, tuvimos que adoptar el sentido que él utilizaba, el enlace entre la respiración y el movimiento que se utiliza para cada posición, y que nos permite ingresar y salir de cada asana. No es el pasaje de una postura a la otra, es el movimiento de la respiración que ocurre en cada asana especifico o posición de transición.

Digo esto porque la palabra vinyasa en estos tiempos se ha convertido en sinónimo de “fluir”, como sucede en “Vinyasa Flow Yoga”, y el fluir al que se refiere esta denominación es el fluir de una postura hacia la otra, no siempre de forma coordinada con la respiración. En el vinyasa de Pattabhi Jois, la respiración sucede mientras el cuerpo entra o sale de una postura individual, pero no se relaciona con el fluir hacia la postura siguiente. Este es un detalle sutil, pero muy importante, porque cuando estás concentrado en saltar hacia la siguiente postura, tu mente está posicionada hacia el futuro. Cuando estás concentrado en la respiración dentro de una postura, tu mente está en el momento presente, donde el yoga quiere que estemos. El vinyasa, como una práctica de respiración y movimiento, significa un movimiento y una respiración al mismo tiempo. Hacer una cosa a la vez es la cualidad distintiva de la atención.

Vinyasa es un sistema de respiración y movimiento que enmarca la totalidad de la práctica de asana, de principio a fin. Sin embargo, esto es solo una parte de la historia. Los asanas estáticos, asana sthithi, son otra parte igualmente importante. Dentro de un sistema de respiración y movimiento, existen una enorme cantidad de detalles, sutilezas y discernimientos que generan técnicas que se vuelven más acentuados con el paso de los años. Al principio, no tenemos que preocuparnos demasiado por aprender los detalles, porque se revelan mientras practicas y mientras tu percepción se va volviendo más sutil. Con el tiempo, aquello a lo que prestas atención te enseñará lo que necesitas saber, así que mucho de lo que aprendemos será personal y único según nuestras necesidades, aunque algunos de los descubrimientos se complementarán con las experiencias de los demás. Esta confluencia es la razón por la cual el yoga es una práctica universal: no importa quién practique, muchos de los efectos, beneficios y discernimientos son los mismos. Los fundamentos son lo que necesitas aprender de un profesor. La experiencia la adquieres mediante la práctica. Etimológicamente, vinyasa se compone de tres sílabas: vi, ni y as. Vi es por vishesha, que significa “especial”; ni es por niyama, que significa “reglas”; y as es la raíz verbal, que significa “sentar”. Vinyasa en su forma etimológica significa “las reglas para sentarse de manera especial”.

VINYASA COMO UN RITUAL

El ritual forma parte de nuestra vida, tanto de manera mundana como sagrada. Cómo nos cepillamos los dientes, cómo nos preparamos para el trabajo o para la escuela, cómo saludamos a los demás, cómo comenzamos o concluimos nuestro día: nuestras vidas se componen de pequeños rituales. Las religiones y las tradiciones espirituales realizan rituales diaria, mensual y anualmente. Nuestros rituales incluyen nuestra relación con nosotros mismos, con las personas que nos rodean, con nuestro planeta y también nuestra noción de lo que consideramos sagrado. (Aunque un hábito y un ritual están íntimamente relacionados, un ritual es algo que involucra la atención, o algo que ayuda a generar consciencia, mientras que un hábito puede ejecutarse de forma mecánica). El yoga, en su aspecto más básico, es un ritual que nos ayuda a mantenernos establecidos en la consciencia. Cuando hacemos yoga, la práctica diaria y el enfoque mental que implementamos son un tipo particular de ritual que, con el tiempo, se convierte en parte del ritmo de nuestra vida cotidiana.

 

Podemos contemplar el acto de pararnos sobre nuestra esterilla diariamente desde la perspectiva del ritual. Es un tiempo sagrado para nosotros, para unirnos con nuestro cuerpo, nuestra respiración y con todas las cosas que suceden en nuestra mente: memorias, emociones, pensamientos, sentimientos, objetivos y ambiciones. Es un momento para alcanzar nuestra autopercepción y para intentar aquietar nuestro mundo íntimo. El ritual establece la atmósfera y el escenario para la comunión interior; la práctica es una técnica que nos permite encauzar nuestra atención hacia dentro. Esto puede realizarse con la postura, la respiración, un mantra, un ritual religioso o simplemente con nuestro propio discernimiento. Existe un componente importante de la práctica espiritual llamado bhavana, que significa “un estado de ánimo o sentimiento que está asociado con una acción”. El sentimiento de claridad, regocijo o paz que emana de la práctica es algo que tú puedes reforzar conscientemente, de manera que cada vez que inhales y levantes tus brazos hacia arriba puedes asociar esta secuencia con un sentimiento de paz, foco interior, alegría o lo que sea que experimentes. Bhavana es el acto de ligar repetida y conscientemente una acción con un sentimiento, estado de ánimo o emoción. Lo mismo sucede con la repetición de mantras o cualquier otro ritual. El bhavana asociado con la práctica es el jugo o néctar que lo alimenta, que te inunda con una presencia de consciencia dentro de tu mente y de tu corazón. Si no existe un bhavana, entonces la práctica puede convertirse en algo mecánico, y puede convertirse en una tarea que llevar a cabo, o podemos perder el interés en practicarla. Lo que convierte al yoga en una práctica espiritual es el estado de ánimo o la emoción que traemos conscientemente a nuestra mente y nuestro corazón y que enlazamos con una acción física. Esto es mucho más importante que la habilidad de hacer posturas difíciles o saber numerosos detalles anatómicos acerca de cómo realizar una postura.

Cuando planificamos el ritual de nuestro día y de nuestras vidas –la secuencia de eventos que, deseamos, nos llevará de un punto A hasta un punto B– podemos reflexionar sobre el concepto de secuencia que Krishnamacharya mencionó en el último período de su vida. Él ordenó las posturas en secuencias para crear un efecto particular, pero también para asegurar que sean variadas, que se complementen entre sí y que no progresen todas hacia una sola dirección. Cada día debemos movernos tanto hacia delante como hacia atrás, girar, pararnos de cabeza y crear resistencia. La variación en la vida es algo positivo, y un poco de caos es saludable. Así como queremos variaciones en nuestra frecuencia cardíaca, y diferenciación en nuestras células, queremos que la vida se mueva un poco para acá y un poco para allá.

LOS BENEFICIOS DEL VINYASA PARA LA SALUD

Aquí tenemos una teoría sobre el vinyasa como un modo de sanación. Pattabhi Jois solía decir que el yoga es una “limpieza interna” del cuerpo y de la mente, porque ambos son como esponjas: absorbemos la comida, la bebida y el pensamiento del entorno en el que vivimos, al igual que una esponja absorbe el líquido o la suciedad de una mesa o del suelo. A veces comparo el proceso purificador del yoga con la forma en la que estrujamos una esponja sucia. Para poder limpiarla, la sostenemos debajo del agua de la canilla, y la torcemos primero para un lado y después para el otro, para eliminar toda la suciedad. Por último, cuando el agua atraviesa la esponja escurrida, todo lo que pasa es agua limpia y nada de suciedad. En la práctica de asana, hacemos algo similar. Primero nos doblamos en una dirección, luego en la dirección opuesta: postura y contrapostura. Primero nos torcemos hacia la derecha, luego hacia la izquierda. De una manera metódica, escurrimos el estrés y la rigidez de nuestros cuerpos, y limpiamos nuestra mente en ese proceso.

Cada vez que flexionamos una de nuestras articulaciones en una postura, como en la postura del árbol, o en una flexión hacia delante con una pierna doblada, la circulación sanguínea de la articulación se detiene temporalmente. Luego, al salir de esa postura, la circulación vuelve a fluir plenamente, de forma similar (pero no idéntica) al agua limpia que corre a través de la esponja. De esta manera, a través de la secuencia entera de los asanas, cada una de las articulaciones se flexiona y se estabiliza, deteniendo y luego soltando el torrente sanguíneo. La coordinación del movimiento y de la respiración genera calor en el cuerpo, abriendo las arterias y los capilares, permitiendo que la sangre fluya más libremente, que los capilares se expandan, permitiendo que se genere una superficie mayor para el intercambio de gases. (31) Esta sensación es estimulante, y también es beneficiosa para nuestra salud. Este aumento del torrente sanguíneo también es provechoso para una gran variedad de dolores o lesiones que pueden ocurrir en el cuerpo.

UN POCO MÁS ACERCA DE LA TÉCNICA DEL VINYASA

Los vinyasas tienen tres beneficios primarios:

1. Crean calor en el cuerpo, y este calor es desintoxicante.

2. Fortalecen la respiración, lo cual nos ayuda a concentrarnos.

3. Generan la apariencia de fluidez, y esta cualidad permite que la mente se focalice.

El vinyasa describe la acción de sincronizar la respiración y el movimiento. La respiración y el movimiento son el patrón natural del cuerpo, el sistema nervioso y el sistema respiratorio; y el vinyasa amplía los efectos de este patrón. Nuestros cuerpos son una colección de procesos fisiológicos que siguen patrones; de la misma manera, nuestros cuerpos y la respiración entretejen un patrón constante entre sí.

Por ejemplo, cuando inhalamos, nuestros torsos se expanden y la barriga sobresale un poco. Cuando exhalamos, nuestros torsos se relajan y la barriga vuelve a meterse hacia dentro. Esto se ve claramente en un bebé mientras duerme. En el vinyasa, tomamos este patrón natural de movimiento de la respiración y el cuerpo, este patrón fluctuante, y le agregamos discernimiento consciente, mediante el cual habrá un movimiento intencional hacia arriba con cada inhalación, y con cada exhalación habrá un movimiento consciente hacia abajo. Las respiraciones que realizamos, hacia adentro o hacia fuera, se hacen en conjunto con el movimiento de los asanas específicos como chaturanga dandasana (flexión de brazos) o urdhva mukha svanasana (el perro que mira hacia arriba) o en las transiciones, como sucede cuando levantamos nuestra cabeza y nuestros torsos antes y después de una flexión hacia delante.

A veces me gusta pensar los vinyasas, o el enlace entre movimientos, como las tomas individuales de una película. Cada vinyasa es una toma. Cuando vemos una película, cobra la apariencia de una secuencia fluida de eventos, de forma similar a la vida real, pero cuando examinamos la cinta, vemos cada imagen por separado. Durante el tiempo en que practicamos, si aplicamos consciencia a cada vinyasa, podemos vivir en una existencia “imagen a imagen” o “momento a momento”. En este espacio mental se vuelve más fácil examinar nuestras vidas, objetivos, ambiciones, fallas y tendencias. De esta manera, los vinyasas pueden enseñarnos a vivir en el presente, en cada momento y en cada respiración.

Sin embargo, existe otro nivel del vinyasa, y esto ocurre cuando los detalles prácticos se vuelven parte de nuestra naturaleza, y las imágenes se interiorizan y se tornan naturales. Nuestra consciencia entonces puede expandirse más allá de una sola imagen y desplegarse hacia el proceso completo; entramos en un estado que nos hace sentir parte de un fluir, tanto de la mente como del cuerpo, mientras que anteriormente la mente solo podía focalizar en una imagen a la vez. Ambos son importantes, y habrá un ida y vuelta en la forma de movernos hacia y desde cada estado. Tienes que practicar las escalas para poder tocar una sonata, y tienes que repetir numerosos mantras antes de ser absorbido por el sonido puro. De igual manera, tenemos que practicar muchos asanas y muchos vinyasas para poder acceder al fluir de la consciencia.

En el capítulo 3 de los Yoga Sutras, Patanjali describe la concentración (dharana) como la habilidad de la mente de mantenerse complemente fija en un lugar; sin embargo, el proceso de pensamiento de dharana no es un fluir constante de la atención, sino que es intermitente. La analogía que se utiliza es la de las gotas de agua sucesivas (quizás de una canilla que gotea) que caen una detrás de la otra. La concentración se convierte en meditación (dhyana) cuando el fluir se vuelve continuo e ininterrumpido, como la miel que se vierte desde un frasco. Vinyasa es el entrenamiento inicial de la mente para regresar una y otra vez al punto de atención. Podemos diferenciar los vinyasas de la concentración meditativa de dharana porque en la concentración elegimos un objeto al cual volver y volver, mientras que en el vinyasa pasamos de un punto hacia el otro, como de un asana al siguiente, de un movimiento ascendente hacia uno descendente, etc.; aun así, ambas son formas de entrenar la mente. En su comentario de los Yoga Sutras, Hariharananda dice que bhavana nos lleva hacia dharana.

Cuando observamos a alguien practicar cualquier actividad física con maestría, desde afuera podemos observar que se encuentran en un estado de fluir. El Ashtanga Yoga, en efecto, luce como un fluir. Pero ese fluir proviene de la maestría de cada paso, y en el Ashtanga Yoga, de cada vinyasa. De lejos, parece un fluir. De cerca, se ven asanas diferentes enhebrados por la respiración, un movimiento y una respiración a la vez. Cuando un atleta entra en ese estado de fluir, él o ella de verdad experimentan algo que se siente como un fluir. ¿Pero cómo llegó el atleta hasta aquí? Al aprender a estar presente en cada paso, en cada nota, en cada oscilación, en cada vinyasa. Accedemos a un estado de fluir luego de miles y miles de simples momentos repetidos.

Los principios básicos que debemos tener en mente acerca de la terminología son estos:

 Todos los vinyasas nos llevan a entrar y salir de las posturas.

 Cuando nos movemos y respiramos, esto se llama vinyasa.

 Cuando nos mantenemos en una postura durante varias respiraciones, esto se llama sthithi, que significa “plantarse, situarse o permanecer”.

En este capítulo, hemos revisado el propósito de los asanas, y el significado de vinyasa como la técnica activa de transiciones que nos llevan hacia y fuera de las posturas fijas, el asana sthithi. Vinyasa no significa fluir, es una actividad de la respiración en movimiento. Esto es muy importante, es clave para la comprensión. El vinyasa nos lleva desde un punto A hasta un punto B, y luego de regreso. Es un circuito de feedback. Un río que fluye nos lleva hacia una sola dirección.

18. Billye Anne Cheatum y Allison A. Hammond, Physical Activities for Improving Children’s Learning and Behavior: A Guide to Sensory Motor Development. Champaign, Ill.: Human Kinetics, 2000, 34-35.

19. Dennis S. Charney y Steven M. Southwick, Resilience: The Science of Mastering Life’s Greatest Challenges. New York: Cambridge University Press, 2012, 35-36.

20. Rami Sivan, Theory and Practice of Hindu Ritual, vol. 1 (Sri Matham), http://www.srimatham.com/uploads/5/5/4/9/5549439/hindu_ritual_vol_1.pdf, 12-13, [6/11/2019].

21. Con el comentario de Jyotsnā de Brahmānanda y traducción al inglés, The Hathayogapradīpikā of Svātmārāma. Chennai, India: The Adyar Library and Research Centre, 1972, 11.

22. Lothar Schäfer, Infinite Potential: What Quantum Physics Reveals About How We Should Live. New York: Deepak Chopra Books, 2013, 8.

23. Sivan, Theory and Practice of Hindu Ritual, 13.

24. P. T. Katzmarzyk, Timothy S. Church, Cora Lynn Craig y Claire Bouchard, “Sitting Time and Mortality from All Causes, Cardiovascular, Disease, and Cancer”, Medicine and Science in Sports and Exercise 41, Nº 5 (mayo, 2009), 998-1005.

 

25. J. S. Jaiswal y L. L. Williams, “A Glimpse of Ayurveda: The Forgotten History and Principles of Indian Traditional Medicine”, Journal of Traditional and Complementary Medicine 7, Nº 1 (2015): “El fuego digestivo es importante para el control de la microflora normal, las funciones digestivas adecuadas y la provisión de energía a todo el cuerpo. Cualquier perturbación en su equilibrio crea malestar en el tracto gastrointestinal y trae como consecuencia patologías como úlceras, diarrea y constipación”. https://www.researchgate.net/publication/305448610_A_glimpse_of_Ayurveda_-_The_forgotten_history_and_principles_of_Indian_traditiona_medicine [6/11/2019].

26. The Hathayogapradīpikā of Svātmārāma, 11.

27. Patañjali, Yoga Philosophy of Patañjali, 19.

28. Rick Hanson, Hardwiring Happiness: The New Brain Science of Contentment, Calm, and Confidence. New York: Harmony Books, 2013, 20.

29. Quizás algún día un yogui o un investigador intrépidos rastrearán una copia de este libro. Si lo deseas, yo empezaría por Calcuta. Por supuesto, es cierto que Krishnamacharya tenía otras influencias yóguicas también, como podemos ver en las bibliografías de sus libros, Yoga Makaranda y el Yogasanagalu. En la bibliografía del Yoga Makaranda no se menciona el Yoga Korunta, pero en el Yogasanagalu sí.

30. Esto está alineado con lo que nos dijo Pattabhi Jois a su nieto Sharath y a mí, durante una conversación en 2006: que Krishnamacharya enseñaba asanas, sin seguir una separación particular en categorías, a sus alumnos del Yoga Shala del palacio en Mysore en la década 30. Cuando Pattabhi Jois fue seleccionado para crear un departamento de Yoga en el Colegio de Sánscrito de Mysore, creó un programa de cuatro años de asanas, pranayama, filosofía y gramática del sánscrito, que formaban las bases del sistema de yoga que enseñó por el resto de su vida. Nos dijo a Sharath y a mí que le había presentado estos grupos de asanas a Krishnamacharya y que él los aprobó. Esto fue en 1937. Fue recién cuatro años después, en 1941, que Krishnamacharya publicó su segundo libro, Yogasanagalu, en el cual incluyó grupos de asanas de forma similar al programa de Pattabhi Jois. Estas agrupaciones –llamadas Primera, Intermedia y Experta o Avanzada– son más o menos equivalentes a las secuencias de Pattabhi Jois. La lista de asanas en el Yogasanagalu pueden ser encontradas en Anthony Grim Hall, “Krishnamacharya’s Yogasanagalu (1941) (translation project)”, Krishnamacharya’s Mysore Yoga… at Home, n.d. (blog post), http://grimmly2007.blogspot.com/p/yogasanagalu-translation-project.html [6/11/2019].

31. Michael Joyner y Darren P. Casey, “Regulation of Increased Blood Flow (Hyperemia) to Muscles During Exercise: A Hierarchy of Competing Physiological Needs”, Physiological Reviews 95, Nº 2 (abril 2015), 549-601; y Walter F. Boron y Emile L. Boulpaep, Medical Physiology: A Cellular and Molecular Approach, 2ª ed. Philadelphia: Saunders Elsevier, 2012, 467.

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