Desafíos en la crianza

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Lic. Brude: Pueden sentirse sobrecargadas, por las tareas que requiere la organización de la casa; por tener que responder al trabajo virtual si lo tuvieran, y además responder a las demandas de los hijos/as ya que tienen que orientarlos y estar presentes para que los/as niños/as/ adolescentes hagan las tareas escolares.

Pregunta: que pasa con las mascotas, en la cuarentena?

Lic.Brude: las mascotas, también demandan más trabajo, ya sea por las condiciones de mayor higiene que se requiere al sacarlas, como por la atención en el hogar. Pero al mismo tiempo, son un importante factor para canalizar afectos y juegos con los niños/as/adolescentes y también con los adultos.

Pregunta: ¿Cómo manejar la irritabilidad que puede producir estar todos juntos o amontonados?

Lic. Brude: es importante, frente a la irritabilidad de algún integrante del grupo familiar, que otro este más tranquilo, para facilitar la descarga emocional: así, uno por vez, se puede contener y facilitar dicha descarga de quien lo necesite, ya que la situación de encierro y limitación de ciertas libertades, produce diversas alteraciones emocionales. Pueden aparecer conductas atípicas.

Pregunta: Que pasa, con la intimidad de cada uno/a cuando están todos/as juntos en la casa (en la cuarentena), es posible mantenerla?

Lic. Brude: es una situación difícil de mantener, sobre todo si no se cuenta con diversidad de ambientes en la vivienda. Pero es saludable tratar de generarla de algún modo, por ejemplo: alternando los espacios. Es importante que el espacio más privado que se disponga en la casa, pueda ser utilizado por cada integrante del grupo familiar para que, por momentos, se logre estar en privacidad, haciendo lo que necesite o desee: será trabajar a través de la tecnología, estudiar o conectarse con clases on line, recrearse en forma virtual, o con los recursos que se disponga, conectarse con el mundo exterior o con amigos y/o familiares etc.

Así como es importante, el espacio y tiempo privado para c/integrante de la familia, lo es también, para la pareja y los hermanos/as si los hubiera.

Pregunta: ¿Qué pasa con la sexualidad en la cuarentena?

Lic. Brude: Si se trata de la sexualidad del padre/madre, se deberán generar las condiciones para lograr privacidad. Las características de la casa, su tamaño y distribución de los ambientes, pueden facilitar o no dicha privacidad. Otro factor que incide para lograr cierta intimidad son los horarios de sueño, de cada integrante del grupo. También, en el caso de hijos/as adolescentes o jóvenes adultos, es importante la generación y el respeto por los momentos de intimidad que requieran, frente a la imposibilidad de salir. El recurso virtual y las prácticas auto eróticas facilitan la descarga libidinal.

Pregunta: ¿Existe la depresión en los/as niños/as?¿ Cómo se manifiesta?

Lic. Brude: si existe. Puede surgir con diversas modalidades: presentar síntomas claros de apatía, desgano, tristeza, angustia. O manifestarse con síntomas encubiertos: trastorno del sueño, ansiedad por la comida, irritabilidad del carácter, intolerancia, etc. Habrá que tener en cuenta la personalidad previa de cada niño/a, para considerar la transitoriedad de los síntomas y su evolución producto del aislamiento, o la gravedad de los mismos.

Dr. Rempel: he observado en las consultas telefónicas o virtuales, que los/as padres/madres refieren que sus hijos/as de edades que oscilan entre tres y doce años, presentan cuadros de irritabilidad, trastornos para conciliar el sueño, incremento de miedos, trastornos en la alimentación. Frente a estas situaciones, sugiero aumentar el diálogo en la familia, para que se sientan más comprendidos, contenidos y puedan expresar lo que les pasa. Si la situación planteada no se resuelve, sugiero consulta psicológica.

Pregunta: ¿Quiénes sufren más la cuarentena, los/as niños/as, los/as adolescentes o los adultos?

Lic. Brude: considero, que cada uno la sufre de distinta manera y que a su vez, trae también ciertos beneficios psicológicos secundarios, en la medida que el factor económico de la familia no afecte en forma primordial al grupo.

He observado, como beneficio secundario, que al principio de la cuarentena, cuando las empresas o el estado continuaba pagando los sueldos, los/as adultos podían vivirla como unas vacaciones extendidas o la posibilidad de permanecer más en la casa o compartiendo la vida familiar. Para los/as niños como ya señalé, dependerá de la edad que tengan, pero en parte recuperan más tiempo con el papá y la mamá, que en circunstancias habituales, en el día, cada uno estaba en su actividad. Para los/as adolescentes, el aspecto más beneficioso, que pueden sentir, es no tener horarios estrictos (ej,: ir a la escuela) lo que les permite acostarse más tarde, dormir más o levantarse a cualquier hora. También pueden permanecer por horas, en su cuarto (si es que lo tienen) aislados, con todo tipo de pantallas, viendo series, películas, jugando con sus amigos.

Pregunta: La cuarentena puede tener efectos nocivos?

Dr. Rempel: si, la cuarentena puede tener efectos nocivos directos agravando síntomas y/o enfermedades previas o generando nuevos cuadros clínicos. La falta de ejercicio, por ejemplo, incrementa el sedentarismo, que puede llevar a la adopción de hábitos poco saludables, de mayores ingestas o mala alimentación que dispare problemáticas relacionadas con sobrepeso, obesidad. El encierro y la falta de actividades al aire libre puede generar, también, carencia de vitamina D (vinculada a falta de luz solar). Los trastornos en la alimentación pueden, así mismo, generar déficit en los niveles adecuados de vitaminas y minerales imprescindibles para el crecimiento y desarrollo.

El exceso en el consumo de grasas y frituras no es recomendable, además, si se le suma un sedentarismo extremo se podrían producir altos niveles de triglicéridos y colesterol. La consulta pediátrica, deberá evaluar y sugerir nuevos planes de alimentación y tratamientos que compensen este déficit.

También el exceso de uso de “pantallas” puede producir tanto desórdenes alimenticios, como trastornos del sueño, problemas oftalmológicos y neurológicos.

Lic. Brude: coincido con el Dr., en que la cuarentena puede tener efectos nocivos, en este caso psicológicos. Puede producir un incremento de anteriores conflictos o generar nuevos:

Los/as niños/as y los/as adolescentes, pueden presentar problemáticas psicológicas que oscilen entre cuadros leves a severos. Hay una serie de factores que inciden: falta de interacción con sus pares; convivencia con padres ocupados en sus trabajos y también desbordados por la situación; pérdida de contactos con abuelos/as y familiares; falta de actividades deportivas y/o recreativas. La falta o dificultad de acceso a servicios de salud mental y/o consultorios psicológicos puede agravar los cuadros, como también la resistencia a incorporar la modalidad virtual de consulta. El panorama de los/as niños/as y jóvenes es aún más complejo si viven en hogares disfuncionales y sufren de maltratos y abusos.

Hay que considerar que se puede producir un incremento de la violencia hacia mujeres y niños/as y/o violencia intrafamiliar, situación que estaá facilitada por los contextos de aislamiento, por las tensiones que genera la pandemia y la cuarentena, además de las patologías previas.

Dr. Rempel: es importante poner de manifiesto que la salud física y la salud mental no pueden ser consideradas como aspectos independientes, ya que las patologías emocionales inciden también en el sistema inmunológico. La soledad y el aislamiento también ha sido asociada con mayores riesgos de enfermedad y mortalidad. La cita latina: “Mens sana in corpore sano”, sintetiza el concepto de integración.

Pregunta: Algunas de las medidas implementadas como el lavado de manos constante, tapaboca, aislamiento pueden afectan el comportamiento de los/as niños/as?

Lic. Brude: si, se pueden generar síntomas transitorios, o agudizar otros pre- existentes. El distanciamiento social, la suspensión de actividades, las recomendaciones de higiene, el uso de mascarilla, son recursos que pueden incrementar el temor a la enfermedad propia y de las personas del mundo afectivo de cada uno/a. También, se pueden intensificar miedos, comportamientos compulsivos, rituales obsesivos etc.

En la práctica clínica/virtual, he observado que las medidas de aislamiento generan alteraciones de la salud y el equilibrio emocional de considerable extensión y severidad, tanto en personas adultas como en niños/as y adolescentes, ya sea con o sin antecedentes previos,

Pregunta: Frente a las alteraciones que produce la cuarentena, como puede ayudar la psicología?

Lic. Brude: la psicología puede ayudar y mucho. La psicoterapia, cuenta con recursos terapéuticos adecuados. Las terapias focales, permiten trabajar en la emergencia. Facilitan, a través del diagnóstico situacional, resolver los desordenes que puedan presentarse, tanto en adultos como en niños/as y/o adolescentes. Hay que considerar que muchas personas no buscan tratamiento psicoterapéutico aún padeciendo trastornos. Además quienes lo desearían no siempre tienen acceso a ellos, por falta de disponibilidad de los mismos, de recursos económicos o de cobertura médica, dificultades que se agravan en un contexto de crisis económica. También se puede señalar que aún, para quien busca y accede a un tratamiento, no está garantizado el éxito del mismo ya que hay múltiples factores en juego en cada conflicto. Pero sí, seguramente, se podrá contener y aliviar cierto sufrimiento.

 

NUEVAS CONFIGURACIONES FAMILIARES

Licenciada Mónica Brude

Para comprender las nuevas configuraciones familiares, es preciso delimitar ciertas cuestiones privativas del contexto socio-histórico en el cual surgen.

Atravesamos, una edad de la cultura que se llama Pos-modernidad cuya principal característica es la diversificación creciente de conocimientos, técnicas y modalidades de pensamiento.

La Pos-modernidad está ligada al advenimiento de la Sociedad de Comunicación. Las comunicaciones se han vuelto instantáneas y planetarizadas. Este fenómeno implica una concentración simultánea de hechos y tiempos.

Es la época del desencanto, del fin de las utopías, de la ausencia de los grandes proyectos que se sustentaban en la idea de progreso. Desencanto que se produce porque se considera que los ideales de la modernidad no se cumplieron.

Esther Díaz afirma:

“El proyecto de la modernidad apostaba al progreso, se creía que la ciencia avanzaba hacia la verdad, el arte se expandiría como forma de vida y la ética encontraría la universalidad de normas fundamentadas racionalmente. No obstante las conmociones sociales y culturales de los últimos decenios parecen contradecir los ideales modernos. La modernidad, preñada de utopías, se dirigía hacia un mañana mejor. Nuestra época desencantada se desembaraza de las utopías”.

Vivimos la era del post-deber, como señala Lipovetsky, que se asienta en una conjunción de hedonismo, consumismo, e invidualismo. Las sociedades actuales se describen como las sociedades de los servicios a la carta donde sucede como en los restaurantes: cada cual elige y combina sus gustos como quiere.

A partir de la segunda mitad de siglo XX ha perdido cierta vigencia el deber. La obligación ya no es movilizadora de conductas, sino al contrario, ese rol lo desempeña la necesidad de satisfacción del deseo. La abnegación y el sacrificio ya no pesan como ideales de vida. Hoy se estimulan los deseos inmediatos. El discurrir del siglo XX ha puesto cada vez más en primer plano la fragmentación de la vida humana. Se crea así, en el ser humano, la condición de posibilidad de una conciencia fragmentaria y dispersa, ya que vive el vértigo de la instantaneidad. El sujeto es muchas cosas a la vez, no siempre en continuidad una cosa con otra. Ya no es posible ninguna definición del hombre y la mujer en términos homogéneos dado que son ante todo transformación y cambio.

En este contexto socio-cultural pueden observarse diversos factores que repercuten en la organización de los nuevos modelos y configuraciones familiares:

1. Nuevos contratos conyugales diferentes a los que antes se juramentaban “para toda la vida” y que conforman, hoy, acuerdos rescindibles en las parejas.

2. Inserción de la mujer en la vida pública, lo que redefine la distribución del trabajo intrafamiliar.

3. Cambios de roles del hombre y la mujer en el ámbito público y privado, que replantean las categorías de lo masculino y lo femenino.

4. Liberación de los tabúes sexuales, lo cual acrecienta la posibilidad de embarazos.

5. Aumento de madres solteras, y madres adolescentes ya sea por la falta de planificación de la maternidad o por la consecuencia de esta situación, generada por el propio deseo.

6. Nuevas técnicas de control de la reproducción, que llevan a la procreación médicamente asistida; con sus distintos métodos pueden introducir madres sustitutas, (alquiler de úteros) y hasta se puede prescindir del hombre (bancos de esperma)

7. Nuevas leyes en el mundo que aceptan los casamientos homosexuales conjuntamente con la adopción y crianza de hijos/as (Holanda tiene legislación sobre casamientos gay y adopción, Bélgica acepta sólo casamientos y ahora España, legisló al respecto, también Argentina).

Se puede afirmar que vivimos en un mundo en el que las tres dimensiones que conformaban la definición clásica de familia: sexualidad, procreación y convivencia; han sufrido enormes transformaciones y han evolucionado en direcciones divergentes con lo cual comenzamos a dudar acerca de que estamos hablando cuando hablamos de Familia.

Los paradigmas, que se sostuvieron durante siglos, derivados de los cánones reglamentados por el patriarcado, han sido cuestionados por las nuevas prácticas sociales, que muestran por ejemplo: hijos/as adoptados por parejas homosexuales lo cual crea condiciones psicológicas específicas y situaciones institucionales novedosas. Otro ejemplo serían las nuevas técnicas de reproducción asistida, que produce en ciertas ocasiones, multiplicidad simultanea de hijos/as, lo cual lleva a replantear los roles de cuidados parentales.

La familia de la pos-modernidad, muestra diversas organizaciones familiares que rompen con el modelo tradicional de familia nuclear (madre, padre, hijos/as bajo el mismo techo). Se pueden señalar, algunos de estos modelos de familias: familias uniparentales, re-matrimoniaciones, familias ensambladas, familias en proceso de divorcio etc.,

Este panorama que se presenta en la conformación actual de la familia, lleva a re-definir que se entiende por familia

Surge, entonces, la imagen convertida ya en un lugar común acerca de que la familia está en crisis; pero es necesario revisar que se entiende por crisis y ¿cómo se considera a la familia? ¿ de qué familia hablamos cuándo hablamos de “familia”?, ¿la familia desaparece?, se transforma?, ¿cuál es el futuro de la familia? O cuál es la familia venidera? Preguntas que requieren, de los profesionales y especialistas que trabajamos todos los días con familias, reflexión conceptual y estudio para no caer en concepciones prejuiciosas o fuera del tiempo en el que nos toca vivir. Reflexiones que nos permitan al mismo tiempo intercambiar criterios con otros científicos sociales del mundo.

La familia Argentina, está transitando a pasos acelerados el camino que ya han recorrido otras sociedades de mayor desarrollo económico como EE.UU. y Europa y que expresan distintos modos de vivir en familia. Se observa una disminución del número de sus miembros en algunos grupos; postergación de la edad para casarse; aumento de uniones consensuadas; bodas de novias embarazadas; madres solteras y/o adolescentes; hijos/as extramatrimoniales; hogares ensamblados o reconstituidos en los que viven los/las hijos/as de unos/as y otros/as, parejas que eligen no tener hijos/as; hogares formados por parejas homosexuales o heterosexuales que adoptan hijos/as.

Las nuevas alternativas de convivencia familiar, muestra que más que encontrarnos ante la extinción de la familia como institución nos encontramos frente a un proceso de transformación.

En el nuevo milenio, se necesita una mirada desprejuiciada, no alimentada por mitos y temores, que, teniendo en cuenta la historia de las transformaciones pasadas, mire el proceso en que está embarcada la institución familiar, como una transformación más.

También se puede afirmar, que nos encontramos ante un cambio de paradigmas en relación a las ciencias, las teorías y las técnicas con que se opera para comprender la realidad de las familias que consultan y poder ayudarlas desde cada disciplina. Pasamos de la simplificación, de criterios universales, leyes generales o esencialistas, propios de la modernidad a la complejidad de los fenómenos actuales que desde cada disciplina se observan. En tal sentido el nuevo orden que generan las actuales organizaciones familiares lleva a tener que replantear los criterios con los que se trabaja.

Es así, que la familia se presenta como un objeto de estudio y de abordaje que requiere de diversas disciplinas para su comprensión, ya que es una estructura relacional compleja, multideterminada, multifacética y que está en continua transformación y cambio.

Visualizar a la familia en su diversidad y complejidad, y en su proceso de transformación actual, requiere en psicología de los aportes de diversas teorías que permitan la comprensión de algunos de sus aspectos para poder abordarla con mayor eficacia, cuando así lo requiera la práctica profesional. Aportes del psicoanálisis, la psicología evolutiva, la psicología social, las teorías de la comunicación y las teorías sistémicas entre otras.

La familia, como dice el psicoanalista argentino, radicado en Francia, Alberto Eiguer, es como una obra de teatro: el libreto lo aporta el psicoanálisis relacional al permitir comprender la construcción de la sexualidad humana y la producción de la subjetividad. Mientras que las teorías sistémicas y las teorías de la comunicación aportan acerca de cómo es la puesta en escena de dicha obra de teatro a través de la comprensión de las vicisitudes que se plantean en la interacción que vive la familia. Así mismo la psicología evolutiva contribuye mostrando las distintas etapas por las que pasa la familia en su evolución.

Es imposible mantener la idea de familia como una unidad o totalidad inamovible, ya que un concepto estático intercepta las alternativas que podrían elegir quienes la constituyen, limitándolos en sus posibilidades como sujetos capaces de transformaciones personales y sociales.

Es necesario reconocer el carácter de fenómeno universal de la familia; es una producción cultural que supone por un lado vínculos de alianza (matrimonio, o parejas de hecho) y por otro, de filiación (hijos/as).

Se puede decir, también, que es una entidad “paradójica”, cuando se la nombra y se dice “mi familia”, “la familia” se alude al no cambio, y al mismo tiempo nunca es la misma ya que se da una constante transformación a través de su proceso de evolución no sólo en su ciclo vital sino en los distintos momentos históricos.

Se deben advertir dos enfoques del fenómeno familiar: uno histórico, en relación a lo que se trasmiten unas familias a otras (saberes, actitudes, comportamientos, y costumbres) y otro que se ocupa de la descripción horizontal, estructural o comparativa de las uniones. A su vez en el enfoque histórico de la familia se deben ubicar, tanto el contexto social en el que se desarrolla como el momento del ciclo vital que transita.

Cuando hablamos de diferentes momentos de transformación y cambio nos estamos refiriendo tanto al macro contexto social como también al micro clima de la vida y evolución de la familia.

En el macro contexto social

Voy a referirme a los momentos históricos, que permitan comprender algunos aspectos psicológicos y psicoanalíticos de la familia actual:

Se pueden distinguir tres grandes períodos en la evolución de la familia desde los contextos socio-históricos:

En un primer momento, la llamada “familia tradicional” sirve ante todo para asegurar la transmisión de un patrimonio. Los casamientos se arreglaban, entonces, entre los padres sin tomar en cuenta la vida sexual y afectiva de los futuros esposos, unidos en general a una edad precoz. Según esta perspectiva, la célula familiar se apoya en un orden del mundo inmutable y sometido en su totalidad a una autoridad patriarcal, verdadera transposición de la monarquía de derecho divino.

En un segundo momento la llamada “familia moderna” se convierte en el receptáculo de una lógica afectiva, cuyo modelo se impone entre fines del siglo XVIII y mediados del siglo XX. Fundada en el amor romántico, sanciona a través del matrimonio, la reciprocidad de sentimientos y deseos carnales. Pero también valoriza la división del trabajo entre los cónyuges, mundo público y privado. A su vez hace del hijo/a un sujeto cuya educación está a cargo de la nación. La atribución de la autoridad es entonces objeto de una división incesante entre el estado y los progenitores por un lado y entre los padres y las madres por otro.

Por último a partir de la década de 1960 se impone la llamada “familia contemporánea o posmoderna” que une por un período de extensión relativa a dos individuos en busca de relaciones íntimas. La atribución de la autoridad comienza entonces a ser cada vez más problemática, en correspondencia con los divorcios, las separaciones y las recomposiciones conyugales.

Este proceso socio-histórico, sitúa a la familia en diferentes estadios o diferentes momentos de transformación y cambio y nos enfrenta a una diversidad de modelos, u organizaciones familiares.

Básicamente en función de esta historia se podrían definir tres estilos de familias que coexisten en los momentos actuales:

 

- Familia “estilo autoritario”: con roles rígidos de los padres/madres; el criterio es obedecer la autoridad suprema.

- Familia “estilo democrático”: gobierna la autoridad de los padres/madres sobre la base del respeto, los deseos y los acuerdos.

- Familia “estilo permisivo”: hay aparente libertad; cada uno se desinteresa del otro; presentan dificultad con el compromiso y se basan en la indulgencia o el dejar hacer.

Los estudios de género de los últimos tiempos muestran, que las mujeres y los hombres se encuentran en diferentes estadíos de cambio y transformación teniendo en cuenta tres parámetros que se detallan a continuación:

A- Pasaje de la dependencia a la autonomía económica

Implica la re-definición de la distribución de tareas domésticas, revisión de los modelos de éxito para hombres y mujeres; revisión de la circulación del dinero y las relaciones de poder dentro de la pareja y la familia. En este tránsito, se observa un incremento de divorcios, dado que muchas veces surgen contratos conyugales diferentes al que se juramentaba para toda la vida. También se observan mujeres que ganan más dinero que los hombres, lo cual genera conflictos y replanteos de roles.

B- Pasaje de la dependencia a la autonomía erótica

Lleva a la re-definición de los lugares de pasividad- actividad sexual y a la bidireccionalidad del sujeto-objeto de deseo. La autonomía erótica, que se despliega en forma creciente, lleva a búsquedas de placer en múltiples formas, cada vez más diversas (ej: tríos, encuentros de intercambio de parejas, relaciones bisexuales etc.) Esta situación implica una revisión de los contratos conyugales y de los regímenes de fidelidad, etc. lo que genera, también, intensificación de conflictos e incremento de divorcios.

C- Tránsito de la maternidad como eje central del proyecto de vida femenino, a una maternidad acotada con la consiguiente re-definición de la paternidad y su incidencia doméstica

Hoy las mujeres de nuevas generaciones, demoran la búsqueda del/la hijo/a en algunos sectores sociales, y no quieren renunciar a su desarrollo personal por la maternidad.

Este momento socio-histórico está en diferentes estadios de modificación según se observe en diferentes culturas: occidental-oriental; en diferentes países; diferentes clases sociales, y en distintas generaciones: madre-hija-abuela.

En el micro clima de la vida familiar

La familia se puede describir como un organismo viviente que nace crece se desarrolla y muere. Tiene una prehistoria, que va a estar dada por las experiencias y costumbres que nos trasmitieron nuestros antepasados; una historia ligada a las experiencias por las que pasa una pareja hasta que se constituye en familia; un presente que es el aquí y ahora que le toca vivir y un futuro que va a estar dado por los proyectos que se proponga alcanzar. La familia evoluciona a través de etapas: que van desde la constitución de la pareja; nacimiento, crianza, y educación de los hijos; hasta la independencia de los mismos y el envejecimiento de la pareja con su consiguiente enfermedad y muerte. Es lo que configura el ciclo vital de la vida familiar. El pasaje de una etapa a otra en esta evolución se da a través de crisis.

La noción de crisis es un concepto que tomaré para comprender la temática de la familia en su tránsito por los momentos socio-históricos hasta llegar a la posmodernidad, como así también para comprender el pasaje por las distintas etapas del ciclo familiar.

Puede entenderse la crisis como:

1) Ruptura del equilibrio alcanzado en una etapa anterior, con la consiguiente sensación subjetiva de padecimiento, y la búsqueda de un nuevo equilibrio.

2) Interrupción brusca, en el desarrollo de un proceso.

3) Aparición de un sujeto activo criticante del equilibrio logrado, que a partir del ejercicio del juicio crítico replantea lo logrado y realiza una reflexión valorativa de otras posibilidades.

Se puede visualizar este concepto como un articulador, para reflexionar sobre el momento socio-histórico, las transformaciones que este genera, y para de-construir y re-construir las teorías con que puede pensarse la realidad de las familias. Al mismo tiempo, es un (un eje) recurso generador de cambios ante las crisis vitales por las que pasa una familia en su evolución singular.

Diversos autores tales como: Mabel Burin, Rosalía Bikel, René Kaes, y G. Kaplan entre otros, desarrollan algunos aspectos del concepto: “crisis”.

La etimología china de la palabra Crisis, se compone de dos caracteres que significan peligro y oportunidad, que acontecen simultáneamente. (Wilhelm 1967)

En el uso corriente: la crisis es una reacción repentina, no pautada, comúnmente se dice: “tal persona tuvo una crisis”; alude a la irrupción de un descontrol en un fluir tranquilo.

Desde el punto de vista fenoménico es el agolpamiento de conductas observables en una unidad de tiempo.

Desde el punto de vista clínico: trasciende lo fenoménico y es una conceptualización ligada a la urgencia, o a la necesidad de paliar una situación de desborde psíquico.

Algunos autores definen la crisis como: “estado temporal de trastorno y desorganización”, “estado de paralización en la resolución de un problema”, el eje de estas definiciones, es visualizarlas como un momento estático.

Otros autores, como Kaes, la toman, en un sentido más dinámico y la definen como:

“Cambio brusco y decisivo en el curso de un proceso, que implica ruptura.... Amenaza de perdida o muerte que moviliza medios de acción para superarla”

En el sentido de las teorías sistémicas se puede definir: “Crisis como ruptura del equilibrio anterior”. Se detecta en el nivel de un sistema: intrapsiquico, interpersonal o transpersonal; trae la consiguiente sensación subjetiva de padecimiento y la búsqueda de un nuevo equilibrio.

Para Kaplan la crisis es un período de desequilibrio entre:

a) la situación problemática y b) los recursos con que se cuenta para enfrentarla.

Habla de que para no sufrir un trastorno mental en diversas etapas del crecimiento y el desarrollo; el individuo necesita aportes físicos, (referidos a cuidados del cuerpo y salud en general, alimentación, abrigo etc.) aportes psico-sociales (referidos al amor y afecto en las relaciones interpersonales, el mantenimiento de la autoridad, y en relación a la puesta de límites y frustraciones adecuadas al crecimiento) y aportes socio-culturales (costumbres, valores de la cultura).

La resistencia al trastorno mental, va a depender de la continuidad y salud de las relaciones interpersonales, conjuntamente con los aportes recibidos.

A mayor herencia cultural mayor capacidad adquiere el individuo y la familia para manejar los problemas y a mayor estabilidad social mayor probabilidad de proveer instrumentos para encarar dificultades de la vida.

Lo socio-cultural incide sobre lo psico-social y esto sobre lo físico, y el individuo no sufre pasivamente estos aportes sino que actúa activamente para modificarlos. Los/as niños/as están más afectados por los aportes físicos y psico-afectivos de la familia y en los/as adolescentes inciden más los socioculturales.

Las causas de las crisis pueden ser:

- Externas: presencia de situaciones conflictivas en el medio, o sea el contexto.

- Internas: (Erikson) se las conoce como vitales (de rol o biológicas) se dan en el transcurso del crecimiento.

A su vez se las puede clasificar en:

- Funcionales: pasa un tiempo y el psiquismo busca alguna respuesta al cambio de su vida: con acciones concretas; cambios internos o elaboración o cambios simbólicos.

- Evolutivas: son esperables, universales y previsibles con patrones esperables de comportamiento.

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