La música que agrada a Dios

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Los instrumentos del Nuevo Testamento

Hustad dice que hay silencio en el Nuevo Testamento respecto de la música instrumental de adoración.88 “La probabilidad de que las congregaciones novotestamentarias usaran solo música vocal parece recibir confirmación de los padres de la iglesia primitiva, todos los cuales rechazaban instrumentos; hasta el día de hoy, no se usan en las tradiciones ortodoxas orientales”.89 Como el culto cristiano primitivo carecía de instrumentos musicales, la mención que de ellos hace el Nuevo Testamento suele ser simbólica, con excepción de algunas alusiones del Apocalipsis.

Se mencionan las trompetas en textos como Mat. 6:2; 24:31; 1 Tes. 4:16; 1 Cor. 14:7, 8; 15:52; Apoc. 1:10; 4:1; 8:2, 5-8, 10, 12, 13; 9:1, 13, 14; 10:7; 11:15; 18:22. La flauta (griego aulós, equivale al hebreo jalil) se cita en Mat. 9:23; 11:17; Luc. 7:32; 1 Cor. 14:7, 8; Apoc. 18:22. El címbalo aparece únicamente en 1 Cor. 13:1. La llamada cítara (griego kithára) podía ser una lira (Mat. 9:23; 11:17; Luc. 7:32; 1 Cor. 14:7, 8). El Apocalipsis alude reiteradamente al arpa (5:8, 9; 14: 2, 3; 15:2, 3; 18:22).

La música del Templo, la sinagoga y la iglesia

El modelo de David

El tópico de los instrumentos del Templo hebreo ha sido tratado oportunamente en algunos trabajos.90 Como ya se dijo, el Pentateuco no contiene pautas respecto de la música en el Santuario. Se mencionan trompetas de plata, construidas “para convocar la congregación para hacer mover los campamentos” (Núm. 10:1). También, se usaban trompetas para dar la voz de alarma; es decir, que era un instrumento muy limitado, incapaz de producir una melodía.91

Fue David quien estableció los instrumentos y organizó el ministerio musical de los levitas.92 Esa música, destinada al Santuario y al Templo, fue cuidadosamente instituida y desarrollada. Los músicos pertenecían al ministerio levítico, y tocaban en momentos específicos y con instrumentos determinados.93

La tesis de John Kleinig reconoce tres fases de la música en tiempos de David: (a) La formación de una orquesta y un coro, para acompañar el traslado del arca a Jerusalén (1 Crón. 15:16-24). (b) La etapa del arca en una tienda (2 Crón. 8:11), en la cual había música coral durante las ofrendas diarias en dos lugares (1 Crón. 16:4-6, 37-42): un coro dirigido por Asaf, frente al arca, en Jerusalén (16:37), y otro coro dirigido por Hemán y Jedutún frente al altar en Gabaón (16:39-42). (c) La fase de planificación de David para la música del futuro Templo (23:2-26:32).

Siguiendo pautas reveladas por los profetas, David había organizado la música destinada a la adoración, cuando el tabernáculo con el altar de los holocaustos estaba en Gabaón y el arca en una tienda en Jerusalén (1 Crón. 16:39; 21:29; 1 Rey. 3:4; 2 Crón. 1:3-6). Se designaron encargados del servicio de canto. “Estos son los que David puso sobre el servicio de canto en la casa de Jeho­vá, después que el arca tuvo reposo, los cuales servían delante de la tienda del tabernáculo de reunión en el canto [...]” (1 Crón. 6:31, 32). “Los vers. 31 y 32 son un preludio de la prosapia de Hemán, Asaf y Etán, directores de coro de David”.94 Estos eran nombres destacados: “de los hijos de Coat, el cantor Hemán [...]” (1 Crón. 6:33); “y su hermano Asaf, el cual estaba a su mano derecha [...]” (6:39). “Pero a su mano izquierda estaban sus hermanos los hijos de Merari, esto es, Etán [...]” (6:44). En 1 Crónicas 6:33 al 38 se presenta el linaje de Hemán, coatita, uno de los cantores del ta­ber­nácu­lo; en 6:39 al 43, se presenta el linaje de Asaf; y en 6:44 al 47 se registra la ascendencia de Etán, hijo de Merari.95 Los cantores ejercían un ministerio exclusivo. “También había cantores, jefes de familias de los levitas, los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban en aquella obra” (9:33).

El episodio del traslado del arca a Jerusalén estuvo enmarcado en cuidadosas y organizadas manifestaciones musicales. A partir de entonces, la música quedó finalmente establecida. Vale la pena mencionar algunas de sus características:

(1) Los cantores y los músicos eran designados de entre los levitas. Se utilizaban salterios, arpas y címbalos, y los sacerdotes tocaban trompetas. “Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría. Y los levitas designaron a Hemán hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf hijo de Berequías; y de los hijos de Merari y de sus hermanos, a Etán hijo de Cusías” (1 Crón. 15:16, 17).

(2) Los encargados de la música eran capacitados para ese servicio. “Los músicos esta vez fueron cuidadosamente preparados y consagrados para la parte que debían realizar en los servicios religiosos (ver 1 Crón. 6:31; 23:5; 25:1-31; 2 Crón. 29:25-30; 35:15)”.96 “Así Hemán, Asaf y Etán, que eran cantores, sonaban címbalos de bronce. Y Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maasías y Benaía, con salterios sobre Alamot. Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, Jeiel y Azazías tenían arpas [o cítaras, según BJ] afinadas en la octava para dirigir. Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello” (1 Crón. 15:19-22). “Recibían una formación de diez años para poder ejercer este servicio, y solo podían comenzar su ministerio a la edad de treinta años (23:3)”.97 No se sabe qué eran las “arpas afinadas en la octava” (Sal. 6 y 12).98 “Y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaía y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios [...]” (1 Crón. 15:24). Es bueno notar que el director de canto “eran entendido en ello”.

(3) Se utilizaron vestimentas especiales. “Y David iba vestido de lino fino, y también todos los levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías era maestro de canto entre los cantores [...]. De esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jeho­vá, con júbilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas” (15:27, 28).

(4) En esa ocasión David recurrió a la danza. “[...] vio al rey David que saltaba y danzaba [...]” (15:29). “La danza de David fue un acto de santo gozo (ver com. 2 Sam. 6:14), que entonces se consideraba como una forma apropiada de culto”. 99

(5) Los músicos eran ministros de adoración. Eran ordenados para su ministerio como los demás sacerdotes. “Y puso delante del arca de Jeho­vá ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jeho­vá Dios de Israel. Asaf el primero; el segundo después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benanía, Obed-edom y Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; pero Asaf sonaba los címbalos. También los sacerdotes Benaía y Jahaziel sonaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios” (1 Crón. 16:4-6). Asaf y sus hermanos debían ministrar delante del arca (16:7, 37). También Hemán, Jedutún y otros (16:41). Estos músicos eran apartados para ese ministerio; y con determinados instrumentos musicales debían “profetizar”. “Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio [...]” (25:1); “Bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jeho­vá” (25:3); “Y todos estos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jeho­vá, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios” (25:6). “Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jeho­vá, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho” (25:7). El cronista hace una lista de 24 clases de cantores.100 “[...] apartaron para el servicio del templo a algunos de los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún: tres clases de músicos”.101

(6) Se habla de instrumentos de música de Dios. Resulta interesante que en ese tiempo se hablara de “instrumentos de música de Dios”, o de “instrumentos de música de Jeho­vá”. Se lee: “Con ellos a Hemán y a Jedutún con trompetas y címbalos para los que tocaban, y con otros instrumentos de música de Dios [...]” (1 Crón. 16:42). “Y los sacerdotes desempeñaban su ministerio; también los levitas, con los instrumentos de música de Jeho­vá, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jeho­vá [...]” (2 Crón. 7:6). Un texto clave dice que David fue guiado por Dios a través de sus profetas, al establecer la música. “Puso también levitas en la casa de Jeho­vá con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jeho­vá por medio de sus profetas” (29:25). Algo similar se dice de la música empleada por Josías. “Asimismo los cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David, de Asaf y de Hemán, y de Jedutún vidente del rey” (35:15). Es claro que David contó con la orientación de videntes y profetas al organizar las celebraciones religiosas de Israel.

(7) Los ministros de la música eran sostenidos financieramente. Eran personas que realizaban un ministerio sagrado e integral (1 Crón. 6:31, 32; 16:4, 37; 2 Crón. 8:14; 23:6; 31:2); y a los que se sostenía financieramente (1 Crón. 9:33; Núm. 18:24-26; Neh. 12:44-47; 13:5, 10-12).

El modelo de organización musical de David parece no haber tenido antecedentes y, ciertamente, fue seguido en el futuro Templo. “Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jeho­vá, bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en la casa de Jeho­vá, para ofrecer a Jeho­vá los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David” (2 Crón. 23:18).

 

Ezequías restableció los servicios del Templo y siguió el modelo davídico. “Puso también levitas en la casa de Jeho­vá con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jeho­vá por medio de sus profetas. Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas. Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y cuando comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jeho­vá, con trompetas y los instrumentos de David rey de Israel. Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban y los trompeteros sonaban las trompetas; todo esto duró hasta consumirse el holocausto. Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y adoraron. Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jeho­vá con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría, y se inclinaron y adoraron” (2 Crón. 29:25-30). “Así restauró el antiguo culto coral establecido por David” (1 Crón. 25:1)”. 102

El los días de Josías, se siguió la organización de David. “Asimismo los cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David, de Asaf y de Hemán, y de Jedutún vidente del rey; también los porteros estaban a cada puerta; y no era necesario que se apartasen de su ministerio, porque sus hermanos los levitas preparaban para ellos” (2 Crón. 35:15).

¿Cuáles eran los instrumentos del Santuario/Templo?

Las trompetas habían sido ordenadas por Dios a Moisés, y David agregó címbalos, salterios y arpas (1 Cr 15:16; 16:5, 6, 42; 2 Cr 29:25). Las trompetas eran tocadas por los sacerdotes (1 Cr 15:24; 16:6; Nm 10:2; Neh 12:33-35; 2 Cr 5:12). Esta selección de instrumentos, orientada por revelación, siguió respetándose hasta que el Templo fue destruido. Dice John W. Kleining: “Al adorar en el Templo las trompetas daban la señal para que la congregación se postrara durante la presentación de la ofrenda quemada y la actuación del servicio coral (2 Crón 29:27, 28)”.103

Los címbalos consistían en dos platos metálicos que se ejecutaban haciéndolos chocar.104 Kleining explica que “[...] los címbalos no se usaron por el director de cantos para dirigir el canto marcando el ritmo de la canción, sino para anunciar el principio de la canción o una estrofa de la canción”.105 A. Z. Idelsohn expresa, en forma similar, que los instrumentos de percusión se reducían a un címbalo, que no era empleado en la música propiamente tal, sino meramente para marcar pausas e intervalos”.106 Curt Sachs asegura, del mismo modo, que los címbalos marcaban el fin de una línea, y no los ritmos dentro de un verso.107 Algunos piensan que la palabra Selah, presente en ciertos salmos, señalaba el momento de ejecución de los címbalos. “Es particularmente instructivo que en el Templo se utilizaran los címbalos, instrumentos de percusión no rítmica, mientras que nunca se utilizaron los panderos o tamboriles (pequeños tambores de mano), instrumentos de percusión rítmica”.108

Luego, estaban los instrumentos de cuerdas, o “instrumentos de música de Dios” (1 Crón. 16:42), que acompañaban los cantos (23:5; 2 Crón. 5:13). “Las arpas y los salterios (o liras) podían tener hasta doce cuerdas. Con ellos, se podía ejecutar muy bien una melodía, con su correspondiente armonía. Eran, por lo tanto, apropiados para acompañar el canto [...]”.109 Garen L. Wolf afirma que “los instrumentos de cuerdas se usaron extensamente para acompañar el canto, ya que no cubrían la voz o ‘La Palabra de Jeho­vá’ que se estaba cantando”.110

Esta elección de instrumentos de cuerdas es significativa. “No eran instrumentos estridentes ni sonaban con tanto volumen que ahogaran el canto”.111 A. Aragón Glez dice que ni en el Templo de Jerusalén ni en las descripciones del Santuario celestial existían instrumentos de percusión. Los coros celestiales usan un conjunto de arpas (Apoc. 5:8; 14:2).112 La razón, según Thomas Seel, es que el timbre distintivo del arpa en la adoración se mezcla armoniosamente con las voces colectivas de los adoradores. El apoyo instrumental no suplanta la importancia de las palabras del texto, ni contiene una mezcla de diferentes instrumentos.113 Recuerda Glez que solamente un grupo selecto de levitas conformaba el coro del Templo, y que ellos tocaban solo cuatro instrumentos, en momentos específicos durante el servicio: trompetas, címbalos, liras y arpas (1 Crón. 15:16; 16:5, 6). De los cuatro, solo los últimos dos, la lira y las arpas, eran usados para acompañar los cantos. Las trompetas eran utilizadas únicamente para dar algunas señales, como cuando la congregación se postraba o el coro cantaba durante la presentación de las ofrendas encendidas (2 Crón. 29:27-29). Se sabe que los cantos no tenían ritmo marcado con instrumentos de percusión, porque la música en el antiguo Israel, como ha mostrado Anthony Sendrey, carecía de compás regular y estructura métrica.114

Tal parece que se podría trazar una diferencia entre la música del Templo y aquella que se hacía fuera de él; lo mismo que había una distinción entre los instrumentos que se usaban o no en relación con el Templo. Panderos y danza, por ejemplo, no tenían conexión con la adoración regular en el Templo.115 “No obstante, debemos recordar que, de los ocho grupos de instrumentos mencionados en el Antiguo Testamento, solamente la mitad tenía acceso al Templo. Solo los descendientes de Leví tenían el derecho de tocar en el Santuario, y debían hacerlo de una determinada manera, apropiada para el culto. Esto nos enseña que había ciertos criterios establecidos por Dios en lo referente a la utilización de instrumentos musicales; y que no estaba permitido que cada uno hiciera lo que mejor le pareciera para honrar a Dios.

La orquesta del Templo estaba compuesta, mayormente, por instrumentos de cuerda con sonidos suaves y relativamente tenues (arpas y salterios); podemos deducir que, incluso habiendo muchos instrumentos, las voces no tenían ninguna dificultad en sobresalir, y así podían ser escuchadas”.116

Aunque la aplicación de este modelo a la iglesia contemporánea no puede ser directa, son muchas las lecciones que pueden aprenderse del modelo de David y de la música del Templo.117 Lilianne Doukhan expresa varias inquietudes en este sentido. Dice que las artes florecieron en Israel en tiempos de paz y estabilidad política, lo que permitió una organización profesional de la música del Templo, de excelente calidad. Rescata, para la actualidad, el valor de la calidad y la excelencia, aunque no haya recursos para sostener a músicos profesionales. Por otra parte, extrae los principios de la funcionalidad y la participación; es decir, que la música no era arte por el arte mismo, ni una mera experiencia estética. La música del Templo era funcional y litúrgica, relacionada con los sacrificios y como una forma de hacer más bella la adoración.118

Los instrumentos de los Salmos, el “canto nuevo” y la danza

Se citan con frecuencia los Salmos para justificar la presencia de instrumentos rítmicos de percusión en el culto. “Los panderos se mencionan en Salmo 68:25 y 81:2. Estos dos salmos se refieren retrospectivamente a la liberación de Egipto en tiempos del Éxodo, y destacan la victoria de Dios sobre los enemigos. Los panderos también se mencionan en Salmo 149:3 y 150:4. Estos salmos, originalmente, constituían uno solo, dedicado a celebrar la victoria militar sobre los enemigos de Israel (Sal. 149:6-9)”.119 Es útil, además, recordar el uso abundante de lenguaje figurativo en la poesía hebrea de los Salmos. El Salmo 149:5 habla de alabar a Dios en la cama, con espadas en la mano, y el Salmo 150 invita a una alabanza “en su santuario” y en “su firmamento”, con una variedad de ocho instrumentos musicales.

En la Biblia, se habla de “canto nuevo” nueve veces (Sal. 33:3; 40:3; 96:1; 98:1; 144:9; 149:1; Isa. 42:10; Apoc. 5:9; 14:2). Es bueno saber que esta expresión no se refiere, necesariamente, a una nueva composición, sino a una nueva experiencia que brinda a la alabanza un nuevo significado (Ver Sal. 40:2, 3). A menudo, alude a una experiencia de liberación y de victoria divina (144:9, 10). Cantar un cántico nuevo equivale a cantar con un nuevo sentido, razón por la cual nadie puede aprenderlo (Apoc. 14:3), sino que será la experiencia única de los redimidos de la tribulación. El Nuevo Testamento usa la palabra “nuevo” (griego kainos) en calidad, no nuevo en el tiempo (griego neos).

Quienes creen que el baile (danza) en la Biblia formaba parte del culto, se apoyan mayormente en el Salmo 149:3 y 150:4, donde se invita a alabar al Señor “con danza”.120 Sin embargo, no debe pasarse por alto que el baile no formaba parte de los servicios regulares del Templo, y que los Salmos 149 y 150 utilizan un lenguaje figurado (149:6-8).

Al revisar las 28 alusiones al baile en la Biblia, se comprende que: (a) Se usaba en celebraciones sociales y eventos especiales, tales como victorias militares, festivales religiosos y reuniones familiares (1 Sam. 18:6; 21:11; 29:5; Juec. 11:34; Éxo. 15:20). (b) Estaba principalmente a cargo de mujeres y niños (Éxo. 32:19; Juec. 21:21). (c) No había bailes en parejas, ni bailaban juntos hombres y mujeres. (d) No formaba parte del culto en el Templo, la sinagoga o la iglesia primitiva. (e) Consistía en procesiones o danzas circulares.121 Solo cuatro veces se refiere la Biblia a la danza religiosa, la que siempre ocurría fuera del Templo.122 Es verdad que existió algún tipo de danza hebrea en la fiesta de los tabernáculos; sin embargo, el Nuevo Testamento no habla de danza religiosa; solo del baile de la hija de Herodías, de los niños (Mat. 11:17; Luc. 7:32) y de la familia del hijo pródigo en la parábola de Jesús (Luc. 15:26). Es decir, el baile no era parte de la liturgia regular del Templo hebreo, ni de la sinagoga ni de la iglesia cristiana primitiva. Cabe, sin embargo, una reflexión sobre el lugar que ocupaban las celebraciones, las manifestaciones de alegría y las expresiones corporales en la religión general de los hebreos.

Aplicaciones preliminares para la música de la iglesia

La música del Templo encierra algunas lecciones que no debieran desestimarse: lecciones relacionadas con el respeto y la reverencia por los ámbitos sagrados de culto, la valoración de la música instrumental y, sobre todo, del canto, y el valor de la alegría ante la presencia divina. Tal vez, la lección más significativa sea entender la actividad musical destinada al culto como un verdadero ministerio, al cual deben destinarse tiempo y recursos suficientes para su desempeño adecuado. Tiempo destinado a la propia educación musical, así como teológica y espiritual, y recursos para los instrumentos, su mantenimiento y, en algunos casos, para la remuneración de los propios ministros de la música.123

La sinagoga

La sinagoga surgió, probablemente, durante el exilio babilónico, luego de la destrucción del Templo de Jerusalén. Su función, su ministerio y su música diferían esencialmente de aquel. La liturgia del Templo estaba centrada en los sacrificios; en cambio, en la sinagoga estaba centrada en las oraciones y la Escritura (Curt Sachs la llama “logénica”, centrada en la Palabra). El Templo era único, mientras que las sinagogas eran muchas. La música del Templo era vocal e instrumental, dirigida por profesionales; pero, en la sinagoga, era únicamente vocal y estaba diriga por laicos.124

Eric Werner cree que esta ausencia de instrumentos se debía a la hostilidad de los fariseos hacia la música instrumental, al hecho de que los judíos estaban de luto por la destrucción del Templo y a la disposición de las funciones levíticas. Lo cierto es que la música instrumental fue excluida del culto judío (con excepción del shofar), hasta que reapareció en el siglo XIX en la sinagoga liberal, y todavía se evita entre los ortodoxos.125 Otra tradición judía explica la ausencia de instrumentos por razones de una observancia rigurosa del shabath.

La iglesia primitiva

El culto de la iglesia primitiva fue, en gran medida, una continuidad del estilo de la sinagoga; de modo que tampoco hubo música instrumental para acompañar los cantos en la iglesia primitiva.126 “Los Padres Apostólicos prohibieron severamente los instrumentos de música en las reuniones cristianas, porque recordaban a los jóvenes convertidos las infamias del mundo, al que habían renunciado”.127 Estos escritores cristianos condenaron dichos instrumentos, aparentemente por su asociación con los cultos paganos u otros ámbitos seculares como el teatro o el circo. Los relacionaban con la sensualidad. Esto se extendió hasta el tercer siglo.128

 
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