Traducción, humanismo y propaganda monárquica

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Z serii: Parnaseo #36
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57. Gabrielle Spiegel, «History, Historicism, and the Social Logic of the Text in the Middle Ages», Speculum, Ixv (1990), pp. 59-86, citas en p. 77.

58. Además del trabajo ya citado de Copeland (Rhetoric, Hermeneutics and Translation...) que aplica este enfoque específicamente al ámbito medieval, remito a los estudios más generales de George Steiner, Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción, México, Fondo de Cultura Económica, 2001 [1980]; Hans-Georg Gadamer, «Leer es traducir (1989)» en Arte y verdad de la palabra, Barcelona, Paidós, 1998; Wolfgang Iser, «La interpretación como traducibilidad» en Rutas de la Interpretación, México, Fondo de la Cultura Económica, 2000, pp. 29-41 y Paul Ricoeur, Sobre la traducción, Buenos Aires, Paidós, 2005.

59. Holmes, James, The Name and Nature of Translation Studies, Unpublished manuscript, Amsterdam, Translation Studies Section, Department of General Studies, 1972 y Translated! Papers on Literary Translation and Translation Studies, Amsterdam, Rodopi, 1988.

60. Utilizaré en especial los aportes de Gerardo Vázquez-Ayora, Introducción a la traductología, Washington, Georgetown University Press, 1977 y de Gerd Wotjak, «Técnicas de translación», en Medina, M., Caballero, L. y Martínez, F., eds., Aspectos fundamentales de la teoría de la traducción, La Habana, Ediciones Pueblo y Educación, 1981, pp. 197-229.

61. Pueden consultarse, además de los citados Tovar y Copeland, los ya canónicos Russel, Wittlin y Buridant.

62. Stephen Greenblatt, Shakespearean Negotiations: The Circulation of Social Energy in Renaissance England, Oxford, Clarendon Press, 1988 y Roger Chartier, El mundo como representación. Historia cultural: entre práctica y representación, Barcelona, Editorial Gedisa, 1992.

63. Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures, Nueva York, Basic Books, 1997. Nuestra cita es de la traducción al castellano: La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 1987 (4º reimpr. 1990), p. 192.

64. «Primera traducción impresa de la Divina Comedia en los albores del humanismo español: estudio del texto y de sus resonancias políticas y culturales», Universidad de Buenos Aires, 28 de noviembre de 2012.

65. Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, 90 (2014), pp. 151-172.

66. En el análisis de la incorporación de etimologías latinas yo decía «Las etimologías funcionan también, por tanto, como prueba fehaciente e irrefutable de este origen latino del castellano, permitiendo sustentar el «razonamiento etimológico» que está en la base de la reivindicación del castellano con ejemplos concretos que atestiguan su evolución histórica. (Hamlin 2011, p 81)». En 2014 (p. 167) Mondola dice «los latinismos léxicos empleados en los versos dan pie a la reflexión etimológica en la glosa: está claro que el intento de esta operación de Villegas es reivindicar el origen latino del romance castellano, pues la etimología es el argumento más incontrovertible para demostrar el nacimiento y la evolución de la lengua vernácula en la historia». En su libro de 2011 (p. 194) él refería a la cuestión del uso de la etimología y la justificaba según la intención de transmitir una enseñanza: «dall’analisi di questi brevi passi, si può vedere come per Villegas la ricerca constante dell’etimologia di vocaboli degni di interesse travalichi la primaria funzione linguistica per diventare un’indagine più ampia volta a scoprire il più autentico e profondo significato delle parole [...] si spiega, da parte di Villegas, la necessità [...] di illustrare l’etimologia di molti vocaboli indicanti un peccato: l’analisi linguistica diviene così neccesario veicolo per trasmettere un insegnamento morale».

67. En cuanto a la morfosintáxis, en Incipit, 2011 (p. 92) digo: «[L]a actitud reflexiva y comparativa respecto de los usos castellanos, latinos e italianos [...] aborda también cuestiones morfo-sintácticas. En el comentario a la primera copla del canto X, explica respecto de su traslado [...] ‘calle secreto, nuestra lengua castellana faze fenbra a la calle y pónela en género femenino, mas en la verdad segund el latín masculino es, por eso dize calle secreto, conformándonos con el texto del toscano’. [E]n la copla 3 del XXIV, refiriéndose a [...] ‘un roto puente’ agrega: ‘ya diximos como valle y calle y puente [...] fazemos los del género femenino [...] en latín y en el toscano nómbrase en masculino, diciendo aquel puente o vn puente roto como aquí dize’. Estas reflexiones, propias de la metodología de la gramática o lingüística comparada, le permiten al arcediano justificar por su mayor cercanía al latín la incorporación de calcos léxicos o morfosintácticos del italiano [...].» Mondola dirá (2014, p. 168): «En el plano morfo-sintáctico [...] [l]a reflexión puede aclarar también las diferencias entre castellano e italiano por lo que se refiere a la clasificación genérica de algunas palabras, como cuando Villegas explica que el uso de algunos sustantivos masculinos, aunque en castellano son femeninos, se debe a la voluntad de conformarse con el italiano, más cercano al latín: por ejemplo, el arcediano traduce ‘secreto calle’ (Inf X,1) con ‘calle secreto’ porque [ sigue con misma cita de glosa]. La misma dinámica se repite en el canto XXIV, cuando Villegas comentando el verso ‘mas cómo llegamos a un roto puente’ señala que [sigue el otro exacto mismo ejemplo de la glosa]». Antes afirmaba también (p. 166): «la reflexión puede tocar el tema de la relación entre distintas lenguas romances, según una metodología característica de la lingüística comparada».

68. El pasaje que parafrasea es aquel en el que comparo las razones de la justificación de Villegas con las de Hernán Núñez («una de las características principales del humanismo peninsular: la presencia de [...] este grupo de «amateurs cultos y liberales» [Lawrance] que lee y escribe en lengua vulgar pero sin la preparación escolar que posee la elite de literatos profesionales», p. 77) y culmina con el análisis de la intención de Villegas de ampliar su público —incluyendo a la elite y al nuevo público secular— (p. 78).

69. Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, 33 (2015), pp. 227-252.

70. Algunos pasajes míos: «hemos adelantado la centralidad que tiene el comentario que acompaña la traducción en la configuración de un texto con características apologéticas. En efecto, la importancia que reviste la glosa a la hora de comprender de modo global la función ideológica y apologética que desempeñó este «textus cum commento» en el contexto castellano de los Reyes Católicos es tal [...]» (Hamlin 2012a, p. 164); «Todas estas tradiciones proféticas confluyen y alcanzan su momento de auge en el reinado de los Reyes Católicos, cuando la expulsión de los judíos, las esperanzas de Reconquista y la conquista de Jerusalén se convierten en los ejes de la política monárquica y la propaganda concomitante». (2012b, pp. 84-5); «La propaganda fue empleada por los reyes para legitimar su acceso al poder y [...], les permitió obtener apoyo y justificar sus proyectos de expansión territorial y de conquista» (2012a, p. 114; 2016, p. 271); «Queda aclarado el panorama cultural y político en el que emerge la traducción de Villegas [...]. Se entiende que [...] sea de interés para la propaganda fernandina pues encaja perfectamente con el ‘mesianismo’ del que se tiñen todos los textos del período» (2012b, p. 87); «[...] el que logra apaciguar todos los conflictos nobiliarios [...] es justamente Fernando en 1480» (2012a: 135); «Mencionar esta ‘figura histórica’ a pocos años de la Reconquista de Granada y de la unificación total del reino, no hace sino rememorar y reivindicar esta empresa tan añorada y «profetizada», llevada a cabo en tiempos de (y gracias a) los Reyes Católicos. Sirva este caso como un ejemplo más acerca de cómo el comentario [...] sirve a los propósitos de la propaganda regia» (2012d, p. 458); «su traducción se puede incluir dentro de todo un conjunto de textos proféticos que circulaban en la corte de Fernando y lo señalaban como el «emperador» tan esperado. Es justamente esta tendencia apologética fernandina la que determinará en parte su reescritura de la obra de Landino» (2012c, p. 432); [acerca de un pasaje de la glosa] «La conquista de este territorio [...] es un resultado estricto de los planes de expansión política y territorial de Fernando» (2013c, p. 132).

71. Mondola, «Entre adivinación y brujería...», art. cit., p. 386. Nótese que cita en nota al pie el mismo archivo (Archivo de Frías) en el que me baso en mi trabajo para fechar el casamiento. El dato se ofrece, además, en los trabajos que él cita en su primera nota al pie.

72. «Villegas se reapropia del texto dantesco y del Comento de Landino de acuerdo a sus parámetros ideológicos y culturales (2013c, pp. 114-5)»; «La traducción castellana, en principio, parece atenerse bastante al texto de Landino, excepto algunas amplificaciones y reestructuraciones, omisión de auctoritates clásicas y reemplazo por cristianas, todos mecanismos que se explican muy bien por la intención didáctico-moralizante más marcada del arcediano y su apego a una tradición todavía algo medieval. Un estudio más detallado de los procedimientos de traducción ha revelado que el texto de Villegas se presenta como un caso de reapropiación del texto fuente movida por una tradición cultural y literaria diferente, que interpreta motivos e ideas esenciales del original desde su propio paradigma y con otra intención ideológica, modificándolo así sustancialmente» (2012d, p. 447).

 

73. Marta Marfany, «La traducción del Inferno de Pedro Fernández de Villegas: la huella de la tradición poética castellana y de los comentarios a la Commedia de Dante», Anuario de Estudios Medievales, 45, 1 (2015), pp. 449-471 y «Poetic Tradition and the Voice of the Translator: The First Verse Translations of Dante’s Commedia», Enthymema, 19 (2017), pp. 5-16.

74. De la decena de artículos que he publicado sólo cita «Los testimonios de la traducción...», art. cit. En su libro se pueden observar, sin embargo, numerosas similitudes con mi investigación: desde cuadros de variantes y descubrimientos filológicos que se presentaron por primera vez en mis artículos —fechas de producción y filiación de testimonios, precisión de datos del contexto histórico del autor y la mecenas—, hasta análisis específicos de pasajes —en relación a las reflexiones lingüísticas que incorpora en su glosa, así como las reflexiones en torno a la funcionalidad de la poesía y la ficción— e incluso se observa una similar perspectiva político-cultural y similares metodologías y perspectivas teóricas en el análisis de la traducción.

75. Para más datos ver Lucía Megías, «Sobre textos, traducciones y otros demonios (reseña crítica...», art. cit.

76. Dice Marfany (2015, p. 451): «[...] la traducción y el comentario de Villegas no habían recibido suficiente atención por parte de la crítica. No obstante [...] el panorama ha cambiado y hoy ya contamos con varios estudios. Cabe destacar los trabajos de Cinthia María Hamlin, que han permitido esclarecer, entre otros muchos aspectos, algunas de las cuestiones cruciales sobre la fecha de la traducción y del comentario, por un lado, y sobre la relación entre el manuscrito y la edición de Burgos, por el otro [...]. En 1494 [...] Juana de Aragón aún debía de residir en Barcelona, pues su enlace con Bernardino Fernández de Velasco [...] condestable de Castilla —cuya primera esposa murió en 1499—, que la llevará a vivir en Burgos, no se produjo hasta 1502.13 Sea como fuera la relación de F. de Villegas con Juana de Aragón se inició en Burgos a raíz de su matrimonio con Bernardino Fernández de Velasco [...]». En la nota 13 Marfany señala: «Una vez más, debemos la fijación de la fecha de la boda, entre otras cuestiones de datación, a las investigaciones de C. M. Hamlin [...] Véase Hamlin 2013a, p. 110.»

77. Véase Mondola, Dante vestido..., op. cit., pp. 15-8 y 24-7. Asimismo, vid. infra capítulo 1, nota 48.

78. Quizás sea relevante ejemplificar también con el pasaje de Hernando Díaz al que refería Marfany en su p. 451, gracias al cual prueba que Villegas dudaba sobre publicar su traducción: «Cabe destacar que, según parece, Villegas estuvo a punto de no publicar la obra, tal como explica Hernando Díaz en el prólogo a su traducción: hacia 1512 Hernando Díaz y Fernández de Villegas coincidieron en Burgos y, al saber Villegas que Díaz también estaba trabajando en una traducción de la Commedia, decidió no publicar la suya; no obstante —siempre según Hernando Díaz—, Villegas cambió de opinión [...]. [Y en nota:] Hernando Díaz lo explica en el prólogo a su traducción: ‘una vez nos comunicamos estando la corte en Burgos lo qual avra quasi quatro años: tuuo intencion [Villegas] de no publicarla [su traducción]: mi luenga dilacion mudo su proposito’ (apud Proyecto Boscán, registro 2259)». En su p. 26 Mondola dice: «Contamos con un testimonio valioso revelador de los titubeos de Villegas tres años antes de que su Infierno saliera a luz: en el prólogo de su La vida y excelentes dichos de los más sabios filósofos que hubo en este mundo, obra cuya editio princeps aparece en marzo de 1516, Hernando Díaz [...] alude a su encuentro con don Pedro en Burgos en 1512, en un momento en que el arcediano estaba a punto de renunciar a publicar su traducción de la primera cántica: ‘una vez nos comunicamos, estando la corte en Burgos, lo cual habrá cuasi cuatro años, tuvo intención [Villegas] de no publicarla [su traducción], mi luenga dilación mudó su propósito’»18 [nota 18: La cita proviene de la edición de la obra impresa en Sevilla en 1541 y conservada en la BNE, con signatura R/3223]». Mondola presenta el dato, lo califica de relevante y cita el mismo pasaje, aunque completando la referencia bibliográfica con información que extrae de la fuente de Marfany (Proyecto Boscán): título de la obra, año y otros datos que la crítica catalana no incluyó pues reenviaba al Proyecto. Puede verificarse que en su cita (exacto mismo extracto) no introduce folio ni página y que, además, su transcripción repone entre corchetes los mismos referentes que reponía Marfany.

79. El lector interesado en corroborar que la mayor parte del contenido de este libro fue escrito entre 2010 y 2012 —más allá de la actualización bibliográfica, del estado de la cuestión y algunos apartados con nuevas investigaciones— puede remitirse al ejemplar escaneado de mi tesis (noviembre 2012) que se encuentra en el repositorio de la UBA: <http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/1494>.

1. La tradición textual de la traducción del Infierno: problemas de datación y filiación1

Como ya se ha señalado en la Introducción, la versión del Infierno de Pedro Fernández de Villegas en coplas de arte mayor, que salió de las prensas de Burgos en 1515 acompañada de un exhaustivo comentario alrededor de cada copla,2 era hasta hace poco una traducción bastante olvidada y poco estudiada por la crítica, no sólo desde el punto de vista literario o traductológico, sino también desde el punto de vista de su soporte material. De hecho, lo poco que se ha dicho sobre las problemáticas concernientes a su transmisión textual y datación se encuentra en trabajos de carácter general, es decir, en catálogos o estudios generales sobre la traducción en la Edad Media. Al respecto señalo, a modo de breve resumen, que según el inventario que ofrecen tanto Fernández de Valladares como Alvar y Lucía Megías, se tienen noticias de 45 ejemplares de este impreso de 1515, esparcidos en diferentes bibliotecas europeas y norteamericanas.3 El único testimonio manuscrito que se conserva de esta misma traducción (ms. B2183 de la Hispanic Society of America) es, según la descripción de Dutton, autógrafo, conclusión a la que llega basándose en la retiración de tapa, según asume Faulhaber.4 Morreale, siguiendo la datación de la letra que Rodríguez-Moñino presenta en el Catálogo de Manuscritos poéticos castellanos, data al manuscrito a fines del XV y Viña Liste, por su parte, presenta como terminus a quo de la traducción 1490.5 Faulhaber, en lo que parece ser la descripción más exhaustiva y atinada del manuscrito, señala como terminus a quo 1501.6 Alvar, además, en sus últimos trabajos señala que «es casi seguro que se trata del mismo texto que publicó Fadrique», como indicaba también Morreale.7 Los datos otorgados por todos estos críticos han sido poco discutidos, seguramente por la falta de un estudio minucioso que aborde el manuscrito y los problemas de su transmisión textual. Por un lado, en el que hasta hace poco era el único trabajo específico sobre esta traducción, la tesis inédita de Andreu Lucas, se señala simplemente que el texto del manuscrito «al parecer no presenta variante alguna con respecto al texto de la edición burgalesa», aseveración desacertada.8 Por el otro, en el libro de Mondola de 2011 se repiten y resumen las antiguas fechas y datos ofrecidos por Morreale en 1967, incluso se identifica al manuscrito con la vieja nomenclatura, sin someterlos nunca a una nueva evaluación ni rastrear nuevas catalogaciones. Es posible advertir, incluso, incongruencias en el abordaje filológico cuando, por ejemplo, deduce que la composición de la glosa debe fecharse también en el s. XV y más adelante en su libro se cita un pasaje de la misma donde Villegas alude a la batalla de Ravenna, ocurrida en 1512.9

En este capítulo, luego de ofrecer una descripción detallada de los testimonios, intentaré redefinir el terminus a quo de la traducción y de la glosa basándome en algunas referencias del contexto histórico de producción y en alusiones del mismo prólogo y de ciertos pasajes del comentario que se encuentra envolviendo cada copla. Asimismo, problematizaré la relación de filiación que se ha dado por sentada entre el texto que nos transmite el manuscrito y el que nos transmiten los impresos, que presentan entre sí numerosas variantes. Con este fin, cotejaré los dos textos que estos testimonios nos ofrecen, enfocándome especialmente en los versos que aparecen enmendados en la versión manuscrita y en las variantes tanto léxicas como sintagmáticas. Será de utilidad también, por un lado, cotejar estas variantes con el texto dantesco y, por el otro, con el comentario, pues algunas veces allí el traductor-comentador, mientras parafrasea el verso, ofrece nuevas variantes. Resulta pertinente aclarar que en su libro de 2017 Mondola también le dedica un apartado al problema de la filiación, en el que retoma la mayoría de las hipótesis y postulados presentes en mi artículo de RFE de 2013, así como la metodología y cuadros de cotejo de variantes y enmiendas. Sin embargo, en su introducción presenta los planteos de los críticos anteriores, los suyos propios de 2011 y los míos de 2013 con paráfrasis no del todo precisas.10 Me atengo aquí a presentar mi trabajo, ampliando algunos apartados con nuevos datos que surgieron en mis últimas investigaciones, las cuales se enmarcan en el proceso de preparación de una edición crítica del texto.

1.1. Descripción de los testimonios

1.1.1. El impreso de Burgos (Fadrique alemán de Basilea, 1515)

Como ya señalé, los ejemplares de los cuales se tienen noticia se hallan diseminados en diversas bibliotecas, las cuales detallo a continuación. A los 45 ejemplares inventariados por Fernández de Valladares y, más recientemente, Alvar y Megías, añado otros tres: un ejemplar en Ravenna, otro en Cornell University y uno más en Harvard. Por tanto, el total conocido hasta ahora sería de 48. Añado también las signaturas que no se hallaban registradas en el trabajo de Fernández de Valladares y señalo con asterisco los 37 ejemplares que he inspeccionado:

BARCELONA, Biblioteca de Catalunya (Bon. 7-VI-20)*; Biblioteca Universitaria (CM-621); BERKELEY, Brancorft Library, University of California (f PQ4318.2 .V54 1515); BOSTON, Massachusetts, Public Library (D.240b.46)*; BURGOS, Biblioteca Pública del Estado (I-128)*; CAMBRIDGE, University Library (F151.b.8.3)*; CAMBRIDGE (MASSACHUSSETS), Harvard, Houghton Library, 2 ejemplares* (IC D2358 Ek515v y 560.15.316); ITHACA, Cornell University, Kroch Library Rare & Manuscripts (Dante PQ4318.2.V7); LEÓN, Biblioteca Pública, (F.A. 6952), LISBOA, Biblioteca Nacional (3 ejemplares*: RES. 261 A; RES. 821 B; RES. 822 A); Biblioteca de Ajuda (53-VIII-2)*; LONDON, Biritish Library (2 ejemplares*: C.56.f.8 y C.56.f.9); MADRID, Biblioteca Nacional de España (8 ejemplares*: R-2474; R-2510; R-2519; R-2529; R-2531; R-12455; R-30742; R-30767); UCM, Biblioteca Histórica «Marqués de Valdecilla» (BH DER 45)*; Real Academia de Historia (1/1091)*; Real Biblioteca (I/B/21)*11; Biblioteca del Senado (148057)*; Fundación Lázaro Galdiano (Inv. 1107)*; MILANO, Biblioteca Trivulziana (TRIV. C. 440); MÜNCHEN, Bayerische Staatsbibliothek (2. P.o.it.24)*; NEW HAVEN, Yale, University Library (Hc7 05)*, NEW JERSEY, Princeton University Library (Oversize 3127.331.6)*; NEW YORK, Hispanic Society of America, 2 ejemplares* (PQ 4318 .V5 1515 c. 1 y PQ 4318 .V5 1515 c. 2); Pierpont Morgan Library (E1 12 C018612)*; OPORTO, Biblioteca Pública Municipal, (Y-5-4); OXFORD, Bodleian Library (Arch. B.c.22)*; PARÍS, Bibliothèque Nationale de France. (Rés. Yd. 20); RAVENNA, Istituzione Biblioteca Classence (RAVE056140); ROMA, Fondazione Marco Besso (4.D.10); SANTIAGO DE COMPOSTELA, Biblioteca Universitaria (12652); TOLEDO, Biblioteca de Castilla-La Mancha (2 ejemplares*: 1-468; 1-591); VALENCIA, Biblioteca Universitaria (2 ejemplares: R-1/158* y R-1/294); VALLADOLID, Biblioteca Universitaria (Incunables y raros, 299)*; VIENA, Österreischische Nationalbibliothe (80.Bb.1)*.

Los ejemplares más extensos constan de 332 folios con cuadernillos en octavo, excepto los últimos dos, en seis. La fórmula de foliación es la siguiente: Fol., (8, a-z8, τ [et]8, ɔ [cum]8, A-O8, P-Q6. La tipografía utilizada es gótica, con tipos de 4 fundiciones: M1 262G (título en la portada) M3 c160G (títulos y encabezados internos), M5 137 G (texto en verso y encabezamiento de la «Suma de lo contenido en los xxxiiii capítulos») y M7 97G texto del comentario, de la «Suma» y de la «Fe de erratas»).12 Las letras que inauguran los apartados preliminares se hallan historiadas. La mayoría de los ejemplares cuenta con un gran número de apostillas marginales, manecillas y otras huellas que demuestran su uso.13 La gran cantidad de testimonios conservados, además, es una prueba fehaciente de la amplia difusión que tuvo este texto y de la necesidad de revalorizarlo. Presento a continuación la relación de contenido, es decir, una breve descripción del texto con todos sus elementos paratextuales y la correspondiente paginación.14

 

Fol. [ ( ]1r: Portada [a dos tintas: el privilegio en negro y el título, que comienza con una capitular xilográfica con motivos vegetales (una «L»), en rojo.]

Con preuilegio real: | q[ue] no se imprima por| ocho años, y esta tas|sado en ocho reales.|

La traducio[n] del dante| de lengua toscana en verso caste|llano: por el Reuere[n]do don p[edr]o| ferna[n]dez de villegas arcediano| de burgos: y por el comentado| allende d[e]los otros glosadores| por ma[n] dado d[e]la muy excelente| señora doña Juana de aragon| duquesa de frias y Condessa de| haro fija d[e]l muy poderoso Rey| don ferna[n]do de castilla y de ara|gon. llamado el catholico Con| otros dos tratados. vno q[ue] se di|ze querella de la fe. y otro aversi|on del mu[n]do y co[n]uersio[n] a Dios.

Fol. (2r-7r: Resumen de los contenidos del libro y de cada canto. El título de este preliminar es el siguiente:

Suma delo contenido en los .xxxiv. capitulos desta cantica y| obra asy en el testo del dante como enla glosa y materias enello| tratadas. fecha por do[n] p[er]o ferna[n]dez de villegas arçediano de bur|gos: traduzidor y glosador della q[ue] mucho a clara todo el libro.

Fol. (7v y 8r: en blanco.

Fol. (8v: Escudo xilográfico de Doña Juana de Aragón, que consta de dos partes: en la mitad derecha, las armas de Fernando el Católico, su padre; en la mitad izquierda, las armas de Bernaldino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, su esposo. Debajo, en letra roja: «Traducio[n] del dante por don pero fern[a]ndez de vi|llegas dirigido ala señora doña Juana de aragon».

Fol. a1r: «Prohemio dirigido a dicha señora doña juana». Inaugura el texto una capitular xilográfica ornamentada con motivos vegetales («H»: «He pensado...»).

Fol. a1v: «De la vida y costumbres del poeta». Capitular xilográfica, esta vez historiada o antropomorfa. («L»).

Fol. a3r: «Introducion», Capitular xilográfica, también historiada o antropomorfa («D»).

Fol. a4v-O7r: Traducción y glosa, a dos columnas en forma acorchetada (véase infra 2.2.2). El fol. a4v comienza con el siguiente título: «Canto primero de la prima cántica y comedia del| diuino poeta florentino dante aligero: o capitulo| primero que todo es vno». En el fol. O7r se encuentra la última copla con su glosa, cuyas últimas frases dan pie para cerrar la obra de la siguiente manera: «son las estrellas que el poeta dize que pintan el cielo y le fazen jocu[n]do: con la ale-|gria de la eterna solemnidad. ala qual nos lleue el redemtor nuestro iesu xr[ist]o nuestro| señor, que viue y reyna in secula seculoru[m]. amen.» Fol. O7v y O8r: Ultílogo en el cual Villegas da cuenta de la muerte de su mecenas y le redirige la obra a su hija, con un planto donde se detallan las bondades que trae la muerte, que ocupa dos folios. Comienza así:

Antes q[ue] la glosa desta traducio[n] se acabas: lleuo dios ala señora doña juana de| Arago[n] (a quien se dirigía) desta miserable vida ala gloria d[e]l paraíso: como se d[e]ue| creer segund sus excele[n]tes virtudes. por lo q[ue]l [sic] el traduzidor y glosador della: do[n] pero| ferna[n]dez de villegas arçediano de Burgos: lo torna a dirigir y enbiar a los illustres se|ñores don pedro d[e] velasco co[n]de d[e] Haro: y doña juliana de arago[n] su esposa fija vnica de| la dicha señora doña juana conel vltiloquio o postrero razonamie[n]to q[ue] se sigue.

Fol. O8v: «Fe de erratas»15, que comienza de la siguiente manera:

En la impresion desta obra se ha mirado con mucha dsligencia [sic] que fuese muy corre-|ta. y ansy va. mas forçado es que siempre aya algund defeto que no se puede todo mi|rar. y los defectos que ay enla glosa no son de sustancia y qualquiera discreto lector| selos podra conocer y enmendar. mas por que los del testo son mas dañosos q[ue] qual-|quiera letra de mas o de menos le estraga. y no solamente el verso mas alas vezes tan|bien la sentencia: ponense aqui los que se pudieron ver para que se sepa[n] y los enmie[n] |de el que quisiere.

Fol. P1r-P3r: Tratado en coplas atribuido a Villegas, con portada propia (P1r) donde se lee: «Breue tratado fecho por el| dicho pero ferna[n]dez| de villegas arçediano| de Burgos intitula|do. Auersión del| mu[n]do y co[n]uer|sion a dios».

Fol. P3v-Q2v: «Querella de la fe come[n]çada por| diego de burgos y acabada añedie[n]do entre sus ver|sos lo que conuenia y prosiguie[n]do la adelante por| don pero ferna[n]dez de villegas arçediano de Burgos». En la última copla, en Q2v, aparece un tal Antonio de Soria, el cual se atribuye el mérito de la publicación de las coplas.

Fol. Q2-Q5v: «Satira dezena del juuenal en q[ue] reprehe[n]de los vanos deseos y pe|ticiones delos hombres que hazen a dios. no mirando que lo q[ue] | piden y desean las mas vezes les es dañoso. Traduzida por do[n] ge|ronimo de villegas prior de cuebas ruuias, hermano del dicho do[n] | pero Fernandes [sic] de Villegas arçediano de burgos.»

Fol. Q6r: Dísticos latinos firmados por Lara, que elogian la figura de Fernández de Villegas y su obra. Comienzan «Tu quicunq[ue] cupis sophiae documenta tenere [...]». Se sigue el colofón: «Imprimiose esta muy prouechosa y notable obra| enla muy noble y más leal cibdad de Burgos| por Fadrique aleman de Basilea acabose Lunes| a dos días de Abril del año de nuestra redempcio[n] | de mill y quinientos y quinze años.» Debajo de todo, la viñeta del impresor, con el lema: «Sine cavsa nihil».

Fol. Q6v: Escudo xilográfico de Pedro Fernández de Villegas. En el centro, una cruz grande flordelisada, con cuatro castillos ubicados donde culmina cada una de las aristas de la cruz y, en las esquinas, cuatro vasijas con serpientes enrolladas en el borde. En el rótulo superior se lee: «Cantabo domini in vita mea psallam deo meo qvandi vero». [sic]

Según señala Morreale algunos de los ejemplares —no especifica cuáles— carecen del ultílogo y terminan en la «fe de erratas».16 En efecto, el 299 (Valladolid), el R-1/158 (Valencia), R/2510 (BNE) y el de Princeton terminan en la fe de erratas, es decir, carecen de los tratados poéticos que se transmiten en los ff. P-Q6. Tanto estos, como los otros 33 consultados, presentan sin embargo el ultílogo. Algunos ejemplares carecen de la portada —Yale, Toledo 1-5191 y BNE, R-2510, R-247, R-30767, este último carece de todo el cuadernillo (8—, otros del escudo del folio (8v —Complutense y Valencia— y en un caso, de ambos —Senado—. En algunos ejemplares mútilos de portada el folio del escudo se usa en su reemplazo (BNE R-2531 y R-2474, Lázaro Galdiano); en otros, el escudo se dispone antes de la portada (R-12455, Lisboa, 261-A, Oxford, Viena, HS 1515a) o se adelanta luego de la misma (R-2519, Ajuda). Excepto los primeros cuatro casos, todos poseen el sistema postliminar total.17 Señalé que dos ejemplares (Santander y Palacio Real II-2544) transmiten solo los tratados de P y Q: acaso hayan sido parte original de alguno de los cuatro ejemplares mútilos de estos cuadernillos.

Las variaciones en los preliminares y postliminares tal vez darían cuenta de diferentes estados textuales de estos testimonios —derivados de diferentes emisiones de una misma edición— aunque también podrían deberse a pérdida textual.18 Sin embargo, es preciso notar que las coplas de arte mayor que transmiten no presentan numerosas variantes. Andreu Lucas ya señalaba esto mismo, aunque sin dar mayores explicaciones y dando a entender que había consultado sólo pocos ejemplares.19 Las pocas variantes que observé en mi cotejo se deben a errores que se cometieron en el proceso de impresión –un tipo móvil en lugar de otro o un error que el componedor hace en la lectura de un término —erratas que en algunos ejemplares aparecen corregidas—.20 Como nos señala Rico, las variantes significativas más comunes que se suelen introducir en la imprenta son aquellas derivadas de problemas de conteo para cuadrar la composición de la página, es decir, para completar la caja.21 En el caso de un texto con comentario como el de Villegas, en el cual la copla se encuentra insertada en él a modo de enclave a través de un cuadrado lo suficientemente ancho como para acoger los versos más largos (véanse las láminas del Apéndice), esta problemática queda absorbida por el comentario, único espacio textual que limita con los márgenes de la caja y que puede tener diversa cantidad de líneas, que dependen a su vez de la presencia o no de una o más coplas. Es en este espacio textual, por tanto, donde surge el problema y el que el cajista podría manipular de acuerdo con sus necesidades de completar o de acortar la línea. Por el otro, en la «fe de erratas» Villegas daba cuenta de una especial preocupación por la corrección de los versos: «En la impresión desta obra se ha mirado con mucha diligencia que fuese muy correta, y ansý va, mas forçado es que siempre aya algund defeto [...]. Mas por que los del testo son más dañosos, que qualquiera letra de más o de menos le estraga. [...]». El arcediano es consciente, por tanto, de la problemática inherente al tipo estrófico elegido, que Lázaro Carreter ha denominado «coacción de los ictus», el cual impone a los versos de arte mayor una estructura rítmica muy rígida.22 La variante más insignificante puede atentar contra el metro y su ritmo y, por tanto, Fernández de Villegas miró «con mucha diligencia que fuese muy correta» (O8v), es decir, vigiló de cerca, seguramente a modo de corrector, la impresión.23