Magallanes territorio sin fronteras. Patrimonio, identidades, desarrollo sostenible

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En este sentido, el enfoque “place-based”, que se basa en el informe de Fabrizio Barca (2009), afirma el imperativo de la relación directa entre el espacio de los lugares y el espacio de las políticas, y la adopción de la planificación a nivel local que se convirtió en parte de la agenda de políticas públicas para el desarrollo de territorios. La articulación entre lugares y políticas en el marco de un enfoque territorial se ajusta así a los dos componentes críticos para la eficiencia de la política de cohesión: la promoción de la inclusión social y la integración de los recursos financieros e institucionales en sus diferentes escalas.

El sistema de planeamiento en Portugal y el caso de la región vinícola del Alto Duero

El sistema de planificación territorial portugués se basa en una constitución escrita y un código civil en la tradición de las familias de planificación napoleónicas. La mayor parte de la legislación de planificación está integrada en un solo documento, la Ley N° 31/2014 (una actualización de la Ley N ° 48/98 de 1998). Esta ley establece los principios generales para la estructura de la legislación de planificación territorial y define los objetivos, el contenido y el proceso de formulación y aprobación de cada plan. El sistema define una jerarquía de instrumentos de planificación, dando al nivel municipal, que es la escala local, la tarea de promover e implementar la mayoría de los planes de zonificación y las reglamentaciones legales, vinculando a los individuos y la administración pública, mientras que a escala nacional y regional se producen otros tipos de planes, con carácter indicativo, con el nombre de los programas (Tabla 1).

Tabla 1: Sistema de planificación territorial portugués (Lei 31/2014)


Escala / Nivel Gobierno Central Regional (1)Municipal
NacionalPNPOT
RegionalPSOTPEOTPROTPIOT
LocalPMOT

(1) La administración regional es una función desconcentrada del gobierno central porque en el Portugal continental no hay regiones administrativas.

PNPOT – Programa Nacional da Política de Ordenamento do Território

PSOT – Programa Sectorial de Ordenamento do Território

PEOT – Programa Especial de Ordenamento do Território

PROT – Programa Regional de Ordenamento do Território

PIOT – Programa Intermunicipal de Ordenamento do Território

PMOT – Planos Municipais de Ordenamento do Território (PDM Plano Diretor Municipal; PU Plano Urbanização; PP Plano Pormenor)

Estos programas se desarrollan a diferentes escalas, generalmente regionales o supramunicipales, estableciendo reglas de ocupación y transformación del uso del suelo, no siempre consensuadas con los intereses de los municipios, y proponiendo medidas de política y programas de financiamiento para espacios y áreas de interés nacional o intermunicipal. Estos espacios y áreas se refieren en particular a la planificación espacial a escala regional, a reservas naturales y parques, protección de áreas costeras y ordenamiento de cuencas hidrográficas. Es dentro de este marco que se hacen planes y programas para la protección y valorización de los espacios naturales que representan los territorios y valores sin fronteras, que incluyen la región vinícola del Alto Duero.

La región vinícola del Alto Duero (ADV), registrada en la Lista del Patrimonio Mundial desde diciembre de 2001, abarca 24.600 hectáreas y representa una décima parte del total de la región demarcada del Duero. La ADV (la región vitivinícola y regulada más antigua del mundo con las primeras demarcaciones realizadas en 1757 y 1761) se clasifica como “Paisaje cultural evolutivo y vivo”, uno de los tres tipos de paisajes culturales, una categoría creada por la UNESCO en 1992 para distinguir el patrimonio que resulta del “trabajo combinado entre el hombre y la naturaleza” (Ramos y Fonseca, 2014). Su “Valor Universal Excepcional” (VUE) se justifica por sus atributos naturales y culturales y su “autenticidad” e “integridad”, que son la antigüedad de la región, los componentes de su paisaje en terrazas y en una arquitectura compleja y diversa, y en cruce de culturas que se han consolidado desde tiempos prehistóricos (ibid)7 (figuras 1, 2 y 3).

La clasificación de VUE implicó la creación de condiciones para garantizar la preservación de sus valores formalizados a través de un Plan Intermunicipal de Planificación Territorial (PIOT)8, una oficina técnica y una plataforma que representa la asociación de intereses y entidades en la región. PIOTADV es, según lo define la ley, un instrumento para gestionar el paisaje cultural en evolución y vivo de la región, para articular estrategias y coordinar iniciativas intermunicipales en términos de mejora del patrimonio natural y cultural. Dentro de este marco, el plan proporciona orientación sobre el modelo de organización territorial (incluida la clasificación de uso del suelo), sobre las autorizaciones para la concesión de licencias y la revisión de los planes de planificación municipal y elabora un programa de acción y programación financiera para la conservación y valorización patrimonial.


Figura 1. Límite de municipios y área de PIOT-ADV.


Figura 2. Región demarcada del Duero - Alto Douro Vinhateiro (ADV).


Figura 3. Región vinícola del Alto Duero (ADV).

A pesar de ser un plan intermunicipal, la interferencia en la autonomía de los municipios en cuestiones de uso del suelo no es pacífica. En el espacio de este artículo no es posible enumerar y caracterizar conflictos. Sin embargo, los informes de evaluación sobre la implementación de PIOTAVD identifican algunas tensiones que deben ser mencionadas (Andresen y Rebelo, 2013). En particular, indican, (1) que la mayor debilidad está en el nivel de la estructura de gestión que tiene que responder a tres niveles: internacional, nacional / regional y local; (2) que se mantuvo la participación de instituciones nacionales, regionales o locales, pero se dispersó la responsabilidad, lo que no es compatible con el alcance del ADV y la complejidad de ejercer los poderes de los órganos de supervisión; (3) que se reconoce la oportunidad de revisar PIOTADV y aclarar el estatuto nacional de ADV para una estructura de gestión centrada en salvaguardar y promover la autonomía del diálogo a varios niveles y entre las diversas instituciones y partes interesadas (ibid: xvi)

Desafíos para planear y mejorar los paisajes culturales, que corresponden a nuevos imperativos y condiciones para una planificación más activista y local

En un mundo cada vez más globalizado en términos de la lógica y las reglas que han producido la urbanización creciente y extensa de sus territorios, en vista de la capacidad local para garantizar los principios de identidad y autonomía para el desarrollo sostenible, planificar y regular la conservación, la valorización y la autenticidad de los espacios patrimoniales, los “territorios sin fronteras”, son un desafío formidable. En este artículo, intentamos, primero, identificar algunas de las características de la llamada “urbanización planetaria”, la lectura de los procesos asociados de desregulación y desterritorialización a diferentes escalas y la importancia de su comprensión para la necesaria movilización política con vistas a la acción para el desarrollo de base local. En segundo lugar, identificamos algunos de los movimientos y políticas acordados internacionalmente para el desarrollo y la mejora territorial, en particular los definidos en el marco de la Unión Europea, que se refieren explícitamente a la importancia de promover las condiciones para la planificación del desarrollo local (place-based). Las condiciones y oportunidades para crear estas condiciones se ilustraron, en tercer lugar, en el contexto del sistema de planificación territorial en Portugal y la protección y valorización de la región vinícola del Alto Duero.

Estas limitaciones y oportunidades están asociadas con cuestiones de compatibilidad de escalas regulatorias y jurisdicciones nacionales, regionales y municipales, y la viabilidad de los programas y políticas diseñados en el marco del Plan Intermunicipal de Planificación Territorial de la región vinícola del Alto Duero (PIOTADV), desde su articulación, como modelo de planificación, en los instrumentos de gestión territorial de los municipios y la contribución e integración en el proceso de desarrollo y participación de la comunidad local.

La tabla 2 resume los tres niveles de debate, sus características y las áreas críticas para integrar el alcance y los recursos locales en el proceso de planificación.

Tabla 2: El papel de las políticas públicas: tres niveles de debate, sus características y áreas críticas


El debate sobre el papel de las políticas públicas y la planificación territorial Áreas críticas
Debate político – la cuestión ideológica de la indispensabilidad del planeamiento y de la formulación de objetivos de política en su articulación con los diferentes tipos de agentes e intereses a favorecer, definiendo los términos de las mediaciones institucionales. Escala de intervención, jurisdicción y representación democrática
Debate sobre la forma – el papel de la planificación a través de sus instrumentos, como la composición urbana y los planes de planificación espacial, o en el marco del urbanismo estratégico y participativo, en los contratos entre actores públicos y privados. Modelo de planificación
Debate sobre el proceso – cuál es la organización, las fases y la metodología apropiada, qué información se necesita; a qué agentes contratar o responder; qué recursos, su procedencia y prioridad. Proceso de planificacióny de gobernanza

Estos tres debates apuntan a tres áreas críticas que son decisivas para futuros desarrollos para la acción en la planificación y que se refieren a la escala de intervención, el modelo de planificación y el proceso de gobernanza que se adoptará. Estas áreas también son el ámbito y la responsabilidad de los profesionales de planificación al reunir la evidencia apropiada y producir narrativas de racionalidades y relaciones para apoyar las decisiones.

 

Primero, en términos de las escalas de intervención para la cohesión territorial, la tarea emergente es identificar las diversas jurisdicciones con prioridades políticas y financieras diferentes y a menudo en conflicto, así como sus agendas, para una separación de las diferentes funciones de planificación y la implementación de un sistema de planificación local. En segundo lugar, en términos de modelos de planificación, el objetivo es demostrar, a diferentes escalas, las posibilidades de garantizar que la expresión espacial y la representación de estos modelos integren componentes de flexibilidad y programación, para una toma de decisiones y gobernanza democráticas y responsables. Finalmente, en términos del proceso de planificación y gobernanza, el objetivo principal es garantizar condiciones de cooperación y participación para que la planificación local sea un proceso creíble, transparente e informado.

NOTAS

1 http://whc.unesco.org/en/culturallandscape/

2 https://ec.europa.eu/info/eu-regional-and-urban-development/topics/cities-and-urban-development/urban-agenda-eu_es

3 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=LEGISSUM:g24401&from=PT

4 https://ec.europa.eu/futurium/en/urban-agenda

5 https://ec.europa.eu/regional_policy/sources/policy/themes/urban-development/agenda/pact-of-amsterdam.pdf

6 https://gerenciaurbanismo.cuenca.es/portals/gerenciaurbanismo/documents/Agenda_Territorial_Europea%202020.pdf

7 Para más información sobre el ADV, ver: https://www.ccdr-n.pt/servicos/missao-douro/documentacao

8 Plano Intermunicipal de Ordenamento do Território do Alto Douro Vinhateiro - Resolução do Conselho de Ministros n.º 150/2003, de 22 de setembro (https://dre.pt/application/dir/pdfgratis/2003/09/219B00.pdf)

BIBLIOGRAFÍA

Andresen, Teresa y Rebelo, João. Avaliação do Estado de Conservação do Bem Alto Douro Vinhateiro - Paisagem Cultural Evolutiva Viva, Volume 1 - Relatório de Avaliação. Porto: CCDRN/EMD, CIBIO UP/UTAD, 2013.

Barca, Fabrizio. “An agenda for a reformed cohesion policy”, independent report prepared at the request of Danuta Hübner, Commissioner for Regional Policy, European Commission, 2009.

Bianchi de Aguiar, Fernando y Dias, Jorge (Coord.) Candidatura do Alto Douro Vinhateiro a Património Mundial. Porto: Fundação Rei Afonso Henrique, 2000.

Bianchi de Aguiar, Fernando. “O Alto Douro Vinhateiro, uma paisagem cultural, evolutiva e viva”, Douro – Estudos & Documentos, 2002, Vol. VII (13), pp. 143-152.

Brenner, Neil & Schmid, Christian. “Towards a new epistemology of the urban?”, City: analysis of urban trends, culture, theory, policy, action, 2015, 19:2-3, 151-182, DOI: 10.1080/13604813.2015.1014712

Brenner, Neil. “A globalização como reterritorialização: o reescalonamento da governança urbana na União Europeia” Cad. Metrop., São Paulo, v. 12, N° 24, pp. 535-564, jul/dez 2010

Brenner, Neil. “Debating planetary urbanization: For an engaged pluralism” Environment and Planning D: Society and Space, 2018, Vol. 36(3), pp. 570–590.

Cabral, João. “The Inclusive City as the New Urban Question and the Challenges for Urban Policies and Planning” em Marina, O. & Armando, A. (ed.) Inclusive / exclusive city, Skopje: City of Skopje, 2016.

Ramos, Célia y Fonseca, Graça. “Interpretação do Significado de Paisagem Cultural: O valor da chancela UNESCO no caso do ALTO DOURO VINHATEIRO” Seminário Alto Douro Vinhateiro: Território de Ciência e Cultura - UTAD, 25-26 junho 2014 (https://www.ccdr-n.pt/sites/default/files/ficheiros_ccdrn/missaodouro/significado_paisagemcultural_valor_da_chancela_unesco.pdf)

Swyngedouw, Eric. “Globalisation or ‘glocalisation’? Networks, territories and rescaling”, Cambridge Review of International Affairs, 2004, 17:1, 25-48, DOI: 10.1080/0955757042000203632

CRÉDITOS DE IMÁGENES

Figura 1. Límite de municipios y área de PIOT-ADV

Figura 2. Región demarcada del Duero - Alto Douro Vinhateiro (ADV)

Figura 3. Región vinícola del Alto Duero (ADV). Fuente: Candidatura do Alto Douro Vinhateiro a Património Mundial (2000) https://www.ccdr-n.pt/sites/default/files/ficheiros_ccdrn/missaodouro/candidatura_adv_patrimonio_mundial.pdf


LAS ARQUITECTURAS DE LOS PIONEROS Y LAS NUEVAS FRONTERAS DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL

Andrea Gritti

Profesor asociado de Composición Arquitectónica y Urbana, Departamento de Arquitectura y Estudios Urbanos del Politécnico de Milán.

“Pionero” es un término que en la historia de la arquitectura moderna ha adquirido un significado preciso desde que apareció en el título de un libro publicado varias veces, entre 1936 y 1975, por Nikolaus Pevsner. Las diferentes ediciones del original Pioneers of Modern Movement, dedicadas a los diseñadores que habían entrado en territorios inexplorados de la teoría y la práctica arquitectónica, desde William Morris hasta Walter Gropius, desde Arts and Crafts hasta Wekbund, ayudaron a aclarar los vínculos entre la arquitectura moderna y la civilización industrial1.

Los “pioneros” de Pevsner, sin embargo, solo pueden ser considerados exploradores en clave metafórica, a diferencia de aquellos que diseñaron o habitaron casas, ciudades y paisajes creados en lugares fronterizos por iniciativa de clientes industriales. A partir de la segunda mitad del siglo XIX y durante más de un siglo, muchos arquitectos e ingenieros han contribuido, de hecho, con sus obras a iniciar la “subyugación tecnológica” de zonas inhóspitas del planeta, a pesar de haberse inspirado, al menos en los mejores casos, de la embrionaria “conciencia ecológica” madurada en el seno del Movimiento Moderno2 Para analizar esta contradicción subterránea, que Karin Wilhelm considera inherente a toda la parábola de la cultura arquitectónica moderna, es necesario observar desde nuevas perspectivas los espacios concebidos para los “pioneros” reclutados como vanguardia de los procesos de industrialización.

Solo inscribiendo la historia de estas comunidades de trabajadores y sus asentamientos en un marco más amplio y documentado, será posible comprender el papel que juegan la arquitectura moderna y el urbanismo en la constitución de un patrimonio industrial, el que, intrínseca y paradójicamente frágil, merece ser preservado y estudiado cuidadosamente para comprender los errores que se han cometido en el pasado y las decisiones que deben tomarse conscientemente para el futuro3.

Las arquitecturas de los pioneros

La construcción de asentamientos para mineros, colonos, trabajadores industriales y empresas comerciales comenzó mucho antes del surgimiento de la industrialización. Los paisajes industriales modernos son, de hecho, el resultado de la mejora de los modelos de urbanismo concebidos en Europa y América del Norte y, luego, exportados a otros continentes4.

Una observación retrospectiva de estas experiencias destaca el retraso con el que, en Sudamérica, el cliente ha replicado las soluciones de bienestar corporativo que diseñadores educados y actualizados habían propuesto, a partir de fines del siglo XIX, para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y elevar la calidad ambiental de los asentamientos industriales. La acumulación de estos retrasos es atribuible a la difícil emancipación del legado colonial, que durante mucho tiempo inhibió la formulación de alternativas a la explotación intensiva de los recursos naturales con fines productivos.

Si bien se ha intentado la adaptación a las condiciones locales, como lo demuestran los esfuerzos realizados para construir los paisajes funcionales a la industria del café o de la caña de azúcar desde el siglo XIX, la “subyugación tecnológica” del territorio ha condicionado el nacimiento, la expansión y el declive de los pueblos mineros en Chile, las fábricas textiles en Brasil, los centros de procesamiento de carne en Argentina y Uruguay, solo por nombrar los casos más conocidos que han caracterizado los últimos 150 años de la historia industrial del continente latinoamericano5.

En este contexto, la adopción de los principios fordistas, en clave antiurbana, resultó crucial para extender el control sistemático de los recursos energéticos y la fuerza laboral a cualquier contexto territorial. A fines de la década de 1920, la propia Ford Motor Company había fundado una planta de caucho en la selva amazónica brasileña, la que durante algunas décadas había proporcionado la materia prima necesaria para el intento, prontamente frustrado, de emancipar la empresa del monopolio anglosajón de neumáticos6.

Desde la perspectiva de la historia industrial latinoamericana, Fordlandia no es un ejemplo aislado: se impulsaron muchas otras inversiones para consolidar la dependencia de las filiales locales de las sedes europeas y norteamericanas, como la azucarera cubana de Hershey (que reproducía la experiencia de la casa matriz en Estados Unidos) o la fábrica algodonera argentina de Villa Flandria (que se inspiró en el modelo comunitario promovido en la sede en Bélgica)7. En conjunto, muchas de estas intervenciones han constituido la base para la construcción de importantes obras de suministro de energía, como la central hidroeléctrica Necaxa en México8.

Los últimos actos de la Segunda Guerra Mundial deben considerarse emblemáticos en este sentido. La explosión de bombas de enorme potencia, realizada gracias a una iniciativa industrial sin precedentes, dejó en claro la importancia del control tecnológico de las fuentes de energía9. Así, después de la Segunda Guerra Mundial, todo ambicioso programa de desarrollo industrial tuvo que competir con los estándares impuestos por el “Proyecto Manhattan”, lo que obligó a los promotores públicos y privados a intensificar la explotación de los recursos naturales con fines productivos.

 

En este marco también se inscribe el plan impulsado por la Empresa Nacional del Petróleo (ENaP) para crear, a partir de 1948, las infraestructuras necesarias para la extracción de los hidrocarburos descubiertos en los campos chilenos de Tierra del Fuego10. Un poblado residencial, como Cerro Sombrero, es el principal centro habitado que atiende las plantas de extracción, depósitos de almacenamiento y redes trazadas para el transporte de combustibles fósiles hacia el norte del país. En este pequeño asentamiento, un grupo de talentosos diseñadores estuvo en condiciones de elaborar el plan urbanístico y los proyectos arquitectónicos gracias a los cuales, entre 1958 y 1961, se levantaron los barrios destinados a los trabajadores y empleados, con nuevo equipamiento comunitario11. Aún hoy, estos edificios y estos espacios abiertos representan elocuentemente un claro ejemplo del servicio que la arquitectura moderna ofrecía a las comunidades de «pioneros» comprometidos en territorios fronterizos durante las etapas más avanzadas de industrialización12.


Figura 1. Plaza Cerro Sombrero.


Figura 2. Cine Cerro Sombrero.


Figura 3. Escultura en plaza Cerro Sombrero.


Figura 4. Iglesia católica en Cerro Sombrero.


Figura 5. Estación de bencina en Cerro Sombrero.

Lo “sublime tecnológico” entre el poder y la belleza

Netas de importantes diferencias históricas, económicas y sociales, las estructuras e infraestructuras construidas por la ENaP en Tierra del Fuego evocan la configurada para las “ciudades del salitre”: los asentamientos mineros fundados en las zonas desérticas del norte de Chile a partir de la segunda mitad del siglo XIX13. Tanto en las costas del estrecho de Magallanes como en el desierto de Atacama, la elección de crear el hábitat adecuado para albergar a las respectivas comunidades de trabajadores tuvo que enfrentarse a una combinación típica de la experiencia espacial “pionera”: aislamiento y falta de hospitalidad.

La elección de diseñar en lugares aislados y hostiles presupone tanto un acto de sumisión como de rebelión: ambos son dependientes de la compleja relación que une la arquitectura con las manifestaciones del poder.

Al abordar este tema sin rodeos, Deyan Sudjic estigmatizó la dependencia de los diseñadores de la ocupación principal de los poderosos14. Quienes ejercen la profesión de arquitecto no pueden, de hecho, eximirse de transformar las cuotas de poder económico, político y social de sus clientes en objetos construidos. Así, los arquitectos e ingenieros aceptan diseñar la parte del mundo en la que están llamados a lidiar desde una posición subordinada, lo que limita su libertad y autonomía. Aunque ciertamente no es nueva, esta condición se pone de manifiesto dramáticamente en la situación actual, que registra la afirmación cada vez más rápida de las reglas impuestas por la versión financiera del capitalismo, más cínicas y vinculantes que aquellas sobre las que anteriormente se establecían las relaciones entre clientes y profesionales del proyecto15.

Unas décadas antes de que Sudjic expresara su tesis, dos alumnos de Ernesto Nathan Rogers, Ezio Bonfanti y Giancarlo De Carlo, habían señalado el principal riesgo de “condenación” de la arquitectura en la subordinación al “principio hegemónico” del capitalismo industrial16.

Para escapar de este destino, muchos autores modernos y contemporáneos han intentado hipotecar, mediante teorías y proyectos experimentales, el futuro del hábitat humano, con el objetivo de evitar las manifestaciones desoladoras y distópicas de los resultados del capitalismo industrial, primero, y del financiero, a continuación17.

La rebelión de la cultura arquitectónica contra las formas de poder a menudo se ha agotado en acciones retóricas, encaminadas a promover los principios formales y lingüísticos de la modernidad entre el público en general y los clientes potenciales en particular. Frente a las contradicciones implícitas en los procesos de asentamiento, la “bella” escritura de las nuevas obras arquitectónicas se ha convertido así en la principal aspiración de la cultura arquitectónica, casi siempre dispuesta a transigir con el poder. Como en el pasado reciente, en el presente son demasiados los diseñadores que continúan considerando la búsqueda de la “belleza” como un mero sustituto de la vocación política, cada vez más efímera de la arquitectura. Lamentablemente, este retroceso estético casi nunca se expresa con la fuerza adoptada en otros campos de la cultura y el arte. En los mismos años en los que no pocos “pioneros de la arquitectura moderna” se postraban ante los clientes industriales, Virginia Woolf esperaba un “regreso al griego” como antídoto al malestar causado por sentirse “cansada de la vaguedad, la confusión” y “de nuestra época”18. Permaneciendo en el campo de la literatura, Tzvetan Todorov ha mostrado cómo el intento de “salvar el mundo” a través de la “belleza”, que une a Oscar Wilde, Rainer Maria Rilke y Marina Tsvetaeva, ha distorsionado, de manera trágica y emocionante, sus biografías19.

Para representar el éxtasis y el abismo, subyacentes a las manifestaciones absolutas de la “belleza”, la estética ha formalizado la categoría de lo “sublime”, que en latín indica literalmente lo que “yace debajo” (“sub”) del “límite” (“limen”). El enfoque progresivo de la infracción de una frontera es probablemente la imagen que inspiró a David E. Nye cuando acuñó la fórmula “sublime tecnológico” para connotar aquellas obras de la sociedad industrial cuyos efectos emocionales son comparables al resplandor de una erupción volcánica o al rugido de una inmensa cascada20.

El trabajo como obra de arte

Desde un mirador privilegiado, como es Tierra del Fuego, la lista elaborada por Nye, que ya cuenta con presas, puentes, ferrocarriles, rascacielos, plantas para la construcción de bombas nucleares y vehículos espaciales, podría ampliarse para incluir también las grandes plantas para la extracción de energía y la compleja red que permite su transformación.

Enigmática e inquietante, este tipo de arquitectura del trabajo debe ser objeto de una atención específica por parte de quienes estudian el patrimonio industrial, especialmente en una época en la que parece urgente contribuir a la adquisición de una “conciencia ecológica” más madura a esa exhibida por los pioneros del Movimiento Moderno. En esta dirección, se podría dar un paso significativo al reflexionar sobre la amplitud semántica de la palabra “trabajo”.

La carta constitucional italiana puede ayudar en este sentido. El primer artículo dice que la República “se funda en el trabajo”; el tercero, que la “tarea de la República” consiste en “eliminar los obstáculos” a la “participación efectiva de todos los trabajadores en la organización política, económica y social del país”; el cuarto, que la “República reconoce el derecho al trabajo de todos los ciudadanos y promueve las condiciones que hacen efectivo este derecho”.

Tullio De Mauro explicó que el alto valor lingüístico de este documento se deriva de la capacidad de sus autores para hacer “concreto, perceptible, activo, el espíritu democrático que inspira y sostiene las reglas”, mediante el uso de términos de uso común y dentro del ámbito de todos.21

Los constituyentes eran conscientes de que, en la etimología de muchas lenguas, el término “trabajo” está ligado a la idea de sufrimiento: en latín, “labor” significa fatiga, como el alemán “arbeit”, con el que comparte una raíz común, mientras que en francés, español y portugués las palabras “travail”, “trabajo” y “trabalho” están asociadas al concepto de sufrimiento físico.

En la Constitución italiana, los sufrimientos y sacrificios que subyacen al significado de la palabra “trabajo” no se eliminan, sino que se reinterpretan: muchos de los autores de la carta constitucional, de hecho, habían sufrido prisión, tortura, exilio y habían vivido penurias, resistiendo. A sus ojos, el término “trabajo” solo podía indicar fatiga individual y empresa común, esfuerzo incansable y su resultado. Este significado específico de la palabra “trabajo” tiene sus raíces en el Risorgimento, las décadas del siglo XIX en las que nació la nación italiana. El “trabajo” mencionado en la Constitución es, por tanto, acorde con el “inmenso depósito de labores” con que el “pueblo poseedor” inscribe “obras de utilidad universal” en el territorio22.

En 1845 estas palabras habían sido utilizadas por el filósofo Carlo Cattaneo para describir su región, la Lombardía23. Promotor de la cultura politécnica, Cattaneo pretendía asociar las herramientas esenciales del “trabajo” (“labores”) con su fin último (“utilidad”), identificando la “segunda naturaleza” goetheana que trabaja con fines civiles24 con un objeto concreto, constituido por relaciones íntimas entre territorio y sociedad.

Las nuevas fronteras del patrimonio industrial

En los idiomas anglosajones, los términos que traducen la palabra “trabajo” (“ work / werk”) se utilizan para identificar tanto al “trabajador” (“man at work”) como a la “obra maestra” (“masterwork / meisterwerk”), o el trabajo producido por el excelente trabajador (“master / meister”).

El significado literal de este término se encuentra probablemente entre las razones del creciente éxito que tienen las arquitecturas del trabajo con el público interesado en la historia social del arte. Desde hace algún tiempo, de hecho, un número selecto de “obras maestras” de la civilización industrial han sido inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco: para Chile, las ciudades mineras de Sewell, Humberstone y Santa Laura; para Italia, el pueblo de San Leucio, cerca del Palacio Real de Caserta, el pueblo obrero de Crespi d’Adda y la ciudad de Ivrea.

A pesar de adquisiciones recientes, el perímetro trazado por el organismo de las Naciones Unidas es todavía demasiado estrecho para representar de manera significativa la contribución que ofrece la arquitectura moderna a la consolidación de la civilización industrial.25