Muy personal con... Bibiana Belsasso

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Óscar Arias
Premio Nobel de la Paz y ex Presidente de Costa Rica
El estratega de la paz

¿Cuánto tiempo se tardaron en salir?

Fueron horas de mucha discusión. Estábamos los cinco presidentes solos, no había cancilleres, teníamos que ceder, nosotros; teníamos que ser flexibles, saber transigir; porque teníamos el destino de 40 millones de centroamericanos en nuestras manos. Yo apelé a esa responsabilidad y les dije: “Si fracasamos, si no llegamos a un acuerdo, la guerra continúa, y ya han muerto suficientes hermanos centroamericanos, es hora de que firmemos un plan de paz para comenzar a negociar ceses de fuego”. Creo que toqué la conciencia, la responsabilidad, el corazón de cada uno de ellos como para no salir de ese cuarto sin haber llegado a ese acuerdo.


Guillermo Arriaga
Escritor y guionista
Letras de un espíritu cazador

Escritor, guionista, periodista, has trabajado en México, en Estados Unidos, con los artistas más importantes. ¿Dónde nació Guillermo Arriaga y cómo fue su infancia?

Crecí en una familia en la que mis padres tenían dos obsesiones: la cultura y la naturaleza. De chicos, para nosotros los sábados eran eventos culturales, y los domingos eventos de naturaleza, de montañismo o de pesca, siempre había un equilibrio entre las dos cosas y eso me marcó. Mis padres, que aún viven, son gente muy culta, que ha viajado mucho, que está al tanto de lo que sucede en el mundo. Te pueden hablar del concepto de Roger Waters o de Katy Perry, luego te hablan de personajes como Kant, o de Le Hussard o de un restaurante en Nueva Zelanda. Son personas que tienen un gusto natural por la cultura, y parte de mi amor por la naturaleza viene de ellos. Mis padres siempre nos empujaron a leer, a ir a museos, galerías, conciertos. Y la naturaleza es fundamental en mi vida, yo sin salir a la naturaleza realmente me siento muerto.

¿A qué se dedicaba tu padre?

Mi papá trabajaba como comerciante, y mi mamá tenía una empresa que importaba máquinas de tejer. Cuando mi papá se retiró se dedicó a ser director de un centro de cultura en un pueblito en el Estado de México, el Centro Cultural Sor Juana Inés de la Cruz, donde nació Sor Juana.

La primaria, ¿dónde la hiciste?

En la Escuela Moderna Americana.

¿Cómo un niño con déficit de atención entra a la Moderna Americana?

Por eso me reprobaban en todas las materias. La Moderna Americana para mí fue una muy mala experiencia, realmente no es una escuela que a me haya gustado. Me expulsaron y de ahí me pasé a la Mexicana Americana y esa sí fue una gran escuela para mí.

Tú que eres maestro sabes que hay escuelas para todo tipo de niños. Me decías que en tu casa había muchísima cultura, a tus papás les encantaba leer, pero tu amor a la lectura empieza en la universidad.

Mira, a mí de chico, como tenía déficit de atención, me costaba muchísimo trabajo leer libros completos, pensaban que necesitaba una escuela de educación especial, porque no entendía nada, nada, nada; reprobaba todas las materias. Lo que sí me fascinaba desde chiquitito era leer como loco enciclopedias y compendios.

Porque eran fragmentos cortos y muy concisos.

Yo aprendí a jugar ajedrez a los ocho años, nada más viendo cómo se movían las piezas en la enciclopedia, a mí no me enseñaron. Entonces la enciclopedia se convirtió en una fuente importante para mi conocimiento, pero no fui de esos niños que dicen que leían muchos libros y que eran muy nerds, yo realmente era bastante desmadroso.

Te puedo decir que de las mejores clases que tuve en la Ibero fue tu clase, que era una clase de literatura, donde aprendías a leer, aprendías a devorarte los libros, y nunca voy a olvidar que nos decías: “lean ahora, si dicen ahora que no tienen tiempo, después menos tiempo van a tener, porque van a iniciar una vida laboral, una vida personal, mucho más complicada”. ¡Qué gran consejo!

La carrera es un momento para absorber, para absorber puntos de vista de tus compañeros; la universidad, más que lo que ofrecen los profesores, es un espacio de reflexión con los libros que te dan a leer o que te recomiendan los mismos compañeros y los diálogos que tengas. Un momento importante para leer, es cuando estás en la preparatoria y en la universidad. Luego viene esta vorágine de cosas y ya no tienes el tiempo para sentarte a leer con calma. Yo sí lo busco, por lo menos busco media hora al día para leer.

Y ahí leíamos una de tus primeras novelas: Un dulce olor a muerte.Nos las dabas de tarea y luego ya uno estaba feliz leyendo la novela de su maestro.

No, no la dejaba de tarea, nunca les iba a dejar de tarea un libro mío, se la daba a gente de la que yo quería saber su opinión, como tú. Estaba todavía en manuscrito, ¿no?

Pero era espectacular. Y aparte de todo nos llevabas escritores, ese fue mi primer acercamiento con la literatura y los escritores, porque llegaban grandes escritores a dar la clase contigo.

Sí, me gustaba invitar escritores, porque creo que era muy importante para los alumnos vincularse con un escritor, y para un escritor vincularse con los lectores. Ellos también ganaban, no solamente los alumnos.

Es precisamente lo que escuchas de niño lo que te acaba formando. Pero también platicas que vivías en un barrio rudo, donde incluso tuviste peleas callejeras que te dejaron sin olfato. Platícame esa historia.

Crecí en un barrio que se llama la Unidad Modelo, que quiero muchísimo, me la pasé muy divertido en esa colonia, yo no sé si el barrio era complicado o el complicado era yo, porque tenía déficit de atención y me gustaba meterme a las partes más oscuras, todo barrio tiene partes oscuras. Pero también tenía sus partes luminosas, no puedo decir que todo era malo, porque la verdad me peleaba mucho, sí, había que pelearse, no me quedaba de otra, y bueno, perdí el olfato después de muchas peleas.

¿Cómo pierdes el olfato?, ¿cómo percibes que ya no hueles?

Pues, tuve muchas, muchas, muchas broncas. Me pegaban mucho en la nariz y me la rompieron. A los 13 años me operaron para arreglármela y ahí ya el olfato desapareció por completo. Lo poco que me quedaba ahí desapareció. Puedo oler un poco con la lengua. Puedo oler un perfume con la lengua. Puedo oler comida con la lengua.

Has declarado que todas las vivencias que has tenido, incluso un problema cardiaco que te hizo aferrarte a la vida y a vivir el aquí y el ahora, te han formado y te han hecho ser el escritor que eres.

Yo siempre he creído que hay dos tipos de influencias en un escritor, una puede ser la vida misma o pueden ser otras obras. Por ejemplo, Borges es alguien que está inspirado en los libros, yo estoy más vinculado a lo que me ha pasado en la vida, he tratado de narrar experiencias que, si bien no son exactas, sí recogen pedazos de una cosa u otra. Escribí una novela que se llama El salvaje. Está basada en el barrio en que crecí, en la colonia en que crecí, en la calle donde crecí, en Retorno 201. Y digo que está basada en hechos reales que nunca sucedieron. El salvaje es quizá mi obra más personal. Estoy muy satisfecho, la verdad, son 700 páginas.

Y tardaste cinco años en hacerla.

Cinco años y medio. Tiene que ver con muchas vivencias que acontecieron cuando yo era adolescente en la colonia Unidad Modelo. Cuenta la historia de un muchacho que se queda huérfano, asesinan a su hermano cuando tiene 14, y a partir de ahí la depresión de su abuela y demás. Toda su familia muere, él se queda solo a los 17 y entra en el proceso de poder sobrevivir, tras perder todo lo que tiene, ¡hasta el perro se muere! Y también hay una historia de un cazador inuit, mestizo, en el Yukón en Canadá, que se obsesiona con perseguir un lobo determinado. Su abuelo, cuando él era joven, le dice: “de todos los lobos que vas a cazar uno va a ser tu dios, y si no lo cazas vas a estar todas tus vidas sucesivas tratando de cazarlo”. Entonces, tiene que ir a cazarlo, y se obsesiona.

¿Tú tienes un lobo? Tú eres cazador.

Soy cazador, y eso es quizá lo que define quién soy. Veo el mundo a través de la cacería, desde niño, y si me preguntas por qué soy cazador, la verdad no sé. La palabra pasión viene de padecimiento, entonces, pues, es una pasión y algo que me rebasa y algo que necesito fisiológicamente.

¿No te duele matar a un animal?

Me da una tristeza y una pena enorme matar a un animal, pero todos matamos animales, hasta los veganos, lo que pasa es que ellos no ven cómo los matan. Para poder sembrar hay que quemar o destruir bosques, las aves no se dan entre los bosques, hay que destruir para crear campos de cultivo.

A ti te gusta llegar siempre al límite de las cosas.

Creo que es importante llegar al límite, que tenemos un espacio muy corto de vida como para no llevar las cosas a los extremos.

Tienes un matrimonio muy bonito con Maru.

Llevo 30 años casado. Tengo dos hijos maravillosos.

Que han seguido tus pasos, los dos son cineastas.

 

Mariana ya dirigió un cortometraje. Fue seleccionado en Venecia. Me dio mucho orgullo, porque no me utilizó para meterla al festival, ella sola hizo su inscripción y en algún momento me preguntó Alberto Barbera, el director al que asistía mi hijo: “¿Mariana Arriaga es tu hija o es algo tuyo?” Me dio mucho orgullo que llegara sin que yo le ayudara, entre mil 400 cortometrajes, seleccionaron 14 y ella fue un milagro y, pues, llegó a Venecia con su primer trabajo.

¿Y Santiago?

Santiago está por filmar su primer cortometraje. En ambos casos yo escribí. El primero está basado en un cuento mío que escribí a los 26 años y el de Santiago es una historia suya que yo le ayudé a desarrollar.

¿Sabías que iba a ser un gran éxito Amores perros?

Yo jugaba basquetbol y tú sabes desde que tiras la pelota desde media cancha que va a entrar, ya desde que la sueltas, y eso sentí yo con Amores perros. Trabajé con un gran escritor español, Rafael Azcona, quien es así como el “papá de los pollitos”. Le di Amores perros, él era un tipo con mucha trayectoria y había ganado Cannes, había ganado Berlín, Venecia, el Óscar. Cuando lo fui a ver, Azcona debe de haber tenido 78 años, yo tendría unos 39, y trabajamos, y un día le di el manuscrito de Amores perros y se molestó muchísimo: “por qué me haces perder mi tiempo, me obligas a darte un comentario, no me gusta esto, esto es abusar de la amistad”. Entonces se lo dejé en su casa y como a las cuatro horas nada más me dijo: “¿puedes venir?”. Voy. Me dice: “siéntate, ¿tú escribiste eso?” Le dije: “sí”. “¿Sabes lo que va a pasar con tu vida?, prepárate porque esto va a cambiar tu vida”; “¿De verdad?”; “De verdad. Nunca he leído nada como esto”. Eso me animó mucho.

¿Cómo cambió tu vida?

Cambió. Yo habá sido siempre un papá muy presente. A la fecha sigo jugando, desayunando, comiendo y cenando con ellos, pero de repente empecé a viajar cantidades, mi vida se convirtió en estar arriba de un avión. No me puedo quejar de llevar mi obra por todo el mundo, he podido trabajar en muchos países, he filmado y dirigido en Brasil, en Estados Unidos, en México. He dado charlas en universidades de todo el mundo.

Has dirigido a grandes artistas como Charlize Theron, Kim Basinger, ¿quién te ha impactado más?

Jennifer Lawrence. Tenía 17 años cuando trabajó conmigo y yo le escribí una carta y le dije: “prepárate porque vas a ser la actriz más importante de tu generación, vas a ganar muchos Óscares, tantos como Meryl Streep”. Me llamó un día y me preguntó que cómo sabía. Era obvio.

Igual que te dijeron a ti.

Igual. Pero Jennifer es muy impactante, es el talento natural más impresionante que he visto en mi vida. Sean Penn también, es muy impresionante trabajar con él.

¿Hablaste con Sean Penn después de su visita a El Chapo Guzmán aquí en México?

No, no he visto a Sean desde hace muchos años, de vez en cuando me ha echado una llamada, pero realmente no lo veo. Charlize es muy impresionante también, es una mujer muy inteligente. Y de los que no son actores, hay gente muy importante, como Robert Elswit, John Toll, Janusz Kaminski, que ha ganado tres Óscares, fotógrafos con los que he trabajado.

Eres piscis. Dicen que los de ese signo soñamos mucho y concretamos poco, pero has concretado muchas cosas, me imagino que te ha costado trabajo tener tantas ideas, llevarlas al papel y de ahí al cine y más.

Este es un trabajo de concreción, un trabajo donde tienes que poner toda tu disciplina y todo tu rigor, porque si no, no se acaba. Y tienes que tener la certeza de que vas en esa dirección.

¿Trabajas aquí en tu casa? Me imagino que tienes que haber encontrado una estructura para tener horarios.

No tengo horarios. Ahora que estuve escribiendo El salvaje, podrían ser hasta 21 horas seguidas de escribir. Cuando sientes que tienes la energía no puedes parar, y yo no me levanto de mi mesa de trabajo si no tengo determinado número de líneas. Luego se empieza a hacer adictivo.

Pero con déficit de atención debe ser complicadísimo.

Por eso me tardo cinco años en escribir una novela, si no me tardaría un año, me distraigo muy fácilmente. Voy mucho a la cocina, como el cerebro gasta mucha energía, me la paso comiendo. A veces me salgo a pasear con el perro a las dos de la mañana.

¿Cuál es el día más triste de tu vida?

El día que murió mi abuela paterna.

¿El más feliz?

La verdad es que casi todos mis días son felices, pero tengo que reconocer que los días que nacieron Mariana y Santiago fueron extremadamente felices.

Completa esta frase, Guillermo Arriaga es…

Cazador.


Mónica Arriola
Senadora e hija de Elba Esther Gordillo
Abrazó la vida, hasta el último aliento

Tengo una mamá muy fuerte con convicciones sociales y profesionales. A veces crees que puedes ser juzgada por cualquier cosa que acontezca, precisamente por eso, y la verdad es que te das cuenta de que la vida es mucho más simple de lo que crees, puedes tener un hijo, puedes hacer una carrera, puedes hacer lo que quieras si realmente te esmeras en hacerlo.


Alejandra Barrales
Dirigente y candidata del prd
La sobrecargo que rompió estereotipos

¿Cómo fue tu infancia en Michoacán? ¿Cómo era tu relación con tus papás?

Bueno, yo nací en la Ciudad de México, en una colonia del Centro.

¿Quiénes son de Michoacán, tus papás?

Mi mamá. De pequeña viví en Michoacán, nací aquí pero prácticamente a las dos o tres semanas de nacida nos fuimos a Michoacán por una cuestión de trabajo de mi papá. Entonces yo digo que tengo doble nacionalidad, porque he pasado largas temporadas en Michoacán y en la Ciudad de México.

¿En qué trabajaba tu papá?

Mi papá era conductor de un autobús y se esforzaba por sacarnos adelante, la verdad es que siempre fue muy trabajador. Logró hacerse dueño de un autobús, después se hizo dueño de dos, se asoció con el que era en ese entonces su jefe y esa fue la forma en que nos sacó adelante.

Tu madre tuvo que trabajar siempre…

Sí, siempre, desde muy chica yo me hacía cargo de mis dos hermanos, yo soy la mayor. Trabajaban mi papá y mi mamá.

Empezaste a trabajar muy joven…

A los 15 años empecé a trabajar, siempre pensé en ser sobrecargo, en aquel entonces se decía aeromoza, quería ser diputada y quería dar noticias en la tele. Busqué alternativas y a esa edad inicié mi trabajo como asistente de la secretaria particular del director de Recursos Humanos de Aeroméxico, con la idea de luego ingresar como sobrecargo.

¿Y cómo contratan a una menor de edad?

Pues no supe cómo, pero sé que fui a buscar la oportunidad, a tocar la puerta. Recuerdo que primero la secretaria, una señora llamada Coco Prado, me dijo que no, y la convencí. Tenía una personalidad fuerte pero insistí y de repente me decía: “bueno, ahorita platicamos, ayúdame, haz esto y ahorita platicamos”. Ya no dejé que me dijera que no.

¿Y cómo empiezas ya de aeromoza?

A partir de tener ese contacto estuve poco más de dos años y apenas cumplí los 18 años ya tenía la preparatoria, que era lo que se requería para poder ingresar como sobrecargo. El inglés lo hice mientras trabajaba y una vez que concluí, prácticamente al día siguiente, ya estaba volando con Aeroméxico.

Es un trabajo pesado. Tantos vuelos, la presión…

Muy, muy pesado. Es un trabajo que tiene mucho desgaste físico y lejos de lo que se piensa, que únicamente es glamur, hay detrás un esfuerzo importante. El estrés es fuerte cuando haces un viaje: llegar a tiempo, la maleta, todo lo que implica, ahora imagínate cuando lo haces todos los días por muchos años, pero también es una experiencia maravillosa.

¿Cuántos años estuviste de aeromoza antes de entrar al sindicato y a toda tu otra labor?

Estuve como tres años y vino la quiebra de lo que era entonces Aeronaves de México; cuando eso pasó, no recuerdo cuál fue el momento exacto, empezamos a ayudar a compañeros a defenderse del propio sindicato que no nos ayudaba, nos dejó sin apoyo y así empezó mi interés por las leyes y por conocer mis derechos. Varios compañeros me impulsaron y de repente ya encabezaba un grupo de oposición al interior del sindicato.

Hace unos 20 años, cuando comencé mi labor periodística, hablé contigo varias veces, eras rudísima.

Sí, hace varios ayeres. En parte era por lo que la gente estaba exigiendo, nuestras demandas no eran necesariamente económicas, lo que pedíamos era, sobre todo, respeto a las mujeres. Es un gremio mayoritariamente de mujeres y no teníamos derecho a embarazarnos, no teníamos derecho a usar pantalones cuando íbamos a lugares bajo cero o con nieve. Dimos una buena batalla en favor de los trabajadores y logramos buenas prestaciones.

Y te acabas casando con un piloto…

Primero era sobrecargo, después se hizo piloto, duré 17 años casada.

¿Entre viaje y viaje, cómo le hacían para verse?

Ayuda que sea alguien del mismo medio laboral, porque debe entender un poco esas dinámicas: casi nunca estás en el mismo lugar o casi nunca en casa. Cuando ya estás en ese ambiente lo más sencillo es tomar un avión y alcanzar a tu esposo en Guadalajara, en Nueva York, o donde esté.

¿Y simultáneamente te dio tiempo de hacer otra carrera?

Sí, abrí un espacio para continuar con mis estudios, entré a Aeroméxico y los dejé temporalmente, luego me interesó convertirme en abogada por temas como mi contrato colectivo, la Ley Federal del Trabajo, el sindicato, y finalmente concluí mi carrera como abogada y posteriormente una maestría en Administración Pública.

¿Cuándo te afilias al prd?

Cuando estaba en el sindicato tuve la oportunidad de convivir con muchos líderes a partir de defender a los trabajadores, porque tuve contacto con prácticamente todos los partidos. Yo recibí la invitación del pri, del pan, del prd para ingresar en una elección a la Legislatura 58 y hacerme diputada federal. No me veía con ningún partido pero fue en el prd donde encontré más coincidencias. Me convencieron al darme la alternativa de ser externa, es una figura que tiene nuestro estatuto y permite que puedas participar sin ser militante. Entonces entré al partido y era secretaria general, volaba como sobrecargo, como dirigente sindical y como diputada.

Y te encantó la carrera legislativa, ¿no?

Pues es otra faceta. Te encuentras herramientas importantes en el ámbito legislativo. A mí me ayudó mucho para apoyar al sindicato. Cuando estaba como diputada varias veces intentaron dividirnos, y estando en la Cámara de Diputados logramos posponer la quiebra de Mexicana de Aviación, que se venía anunciando desde muchos años atrás. Por lo menos cuando yo estuve como diputada ayudamos a nuestras aerolíneas.

Has legislado sobre asuntos que se podrían llamar muy liberales, de avanzada; por ejemplo, el tema de la maternidad subrogada, que puedas tener un bebé en el vientre de otra mujer.

Son temas en los que creo de origen, los que tienen que ver con los derechos de las mujeres, con la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos, con las pensiones de los hijos; aún cuando no era mamá me interesaban mucho.

Lo de las pensiones es un tema importantísimo, porque un juez puede estipular una pensión, pero si el ex marido no la quiere pagar, ni modo que lo demandes todos los meses.

Precisamente, conociendo esas complicaciones, y que por desgracia es un tema recurrente en nuestro país, ideamos un listado de morosos que obliga al Registro Civil, en este caso en la Ciudad de México, a que si tú tienes una pensión como papá o como mamá y no la estás pagando apareces con una deuda. Cuando te vas a casar forma parte de los requisitos, es decir, tu pareja tendría que demostrar que no está en dicha lista y así te enteras si tiene otros hijos, y si paga o no la pensión; por lo menos ya no hay ese desconocimiento.

 

¿En el tema de maternidad subrogada no pensaron mantenerla así para parejas monoparentales?

En principio. Mucho de lo que he trabajado tiene que ver con entender la realidad que vive la gente y en ese entonces a mí me llamaron muchas mujeres que buscaban la posibilidad de ser mamás, algunas mujeres mayores o mujeres que físicamente no tenían la posibilidad de embarazarse, pero que tenían todo el interés, tenían pareja, y contaban con casi todas las condiciones para poder formar una familia. Buscamos información, platicamos con muchos médicos e instituciones, y nos dieron la certeza de que podíamos seguir con este plan para las mujeres y las familias. Logramos hacer esas reformas pero no estábamos pensando, al menos en ese momento, en el otro tema.

Alejandra, desde muy joven eres madre adoptiva para tu sobrina.

Era un tema que yo creía tener resuelto, yo ya había tomado la decisión, estuve 17 años casada y decidí no embarazarme, seguramente en principio por consecuencia de ser mamá obligada desde muy pequeña; me hacía cargo de mis hermanos a los diez u once años, tenía que hacer de comer, llevarlos a la escuela y una serie de cosas que no me dejaban con muchos deseos de ser mamá. Era un tema resuelto hasta que mi hermano se convirtió en papá soltero y una de sus hijas me adoptó como su mamá, ya no quiso separarse de mí. Desde que tenía 10 años llegó con nosotros, se quedó conmigo.

¿Con quién vives ahora?

Ahora con mi hija, y con mi sobrina semivivo porque regresó con su papá, ya va a la universidad, la casa de mi hermano le queda más cerca de la escuela.

¿Y cómo le hacías con la sobrina, trabajando, siempre movidísima?

Era como mi hija. Veía cómo ingeniármelas para que estuviera conmigo, para no faltar a la casa, para que hubiera alguien cuidándola, y bueno, ahí entiendes el esfuerzo de muchas madres, de muchas mujeres que tienen que hacerla de papá, mamá, vigilante, chofer, de todo para tratar de acompañar a los hijos.

Después de tantos años de haber dicho “yo creo que no quiero tener hijos, ¿cómo llegas a decir sí quieroa los 40?

Creo que parte de lo que sucede en la vida te lleva a ciertos escenarios que no tienes contemplados. Una vez que llegué al Senado, una etapa donde la vida me obligó a caminar con más lentitud, con una dinámica más tranquila, de repente se presentó una relación que me dio esa posibilidad. No fue una relación larga, duró un par de años. De repente un día desperté con el deseo de ser mamá y fue muy importante averiguar si físicamente tenía esa posibilidad, lo mejor es que sí se pudo.

¿El tema fue que nació el deseo de ser mamá o de pensar o tengo un bebé ahora o ya no lo voy a tener?

En realidad fue un deseo, ahí aprendí lo que era un deseo. Yo pensé que siempre había tenido muchos deseos: deseaba ser sobrecargo, ser diputada, tener un coche, deseaba muchas cosas, pero hasta que quise ser madre entendí que ese deseo estaba en el corazón y siempre buscaba cosas con la cabeza. Ahí lo sentí de manera inexplicable, exploré la posibilidad de hacerlo realidad, vi que sí se podía y me convertí en mamá.

Siempre has terminado bien con tus parejas, ¿cómo lo haces?

Yo creo que tiene que ver con tu convicción, con tu forma de ser, la vida es una oportunidad para disfrutarla y relacionarte. Cuando algo no va bien o que no me hace sentir bien, no le veo mucho sentido continuar. Creo que lo más importante es que difícilmente me tomo algo personal, pienso la vida no es una consigna, es una oportunidad, y creo que eso ayuda.

¿Te sientes más segura en este momento para buscar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México?, ya tienes una hija, tienes tu vida personal completamente resuelta. ¿Te sientes diferente, en algún sentido, a como te sentías hace seis años?

Sin duda muchas cosas te cambian la vida, no solamente la maternidad, ése es un cambio. Las mujeres renacemos cuando nos convertimos en mamás, pero también lo que has vivido, las experiencias que te ha dado la vida, te colocan en una condición donde no tienes duda que lo más importante es ser parte de los cambios, ser parte de lo que pueda mejorar a este país, más allá de pensar en los encargos, más allá de pensar en los espacios.

Además de tu hija, además del tema político, ¿qué te gusta hacer para divertirte? Mucho ejercicio.

Sí, me gusta mucho correr, esa es otra de mis pasiones que trato de no descuidar.

¿Corres diario?

Procuro hacerlo, en ocasiones depende más de la agenda, a veces empiezas muy temprano y no te da tiempo, aunque últimamente prefiero estar un ratito más con mi pequeña. Si tengo que decidir entre salir a correr o quedarme con ella, sin duda me quedo con ella.

Alejandra, ¿cuál es el día más feliz de tu vida?

Sin duda alguna, el día en que nació mi hija. Recibirla en mis brazos me dio el día más feliz de mi vida.

¿El más triste?

El día que murió mi papá.

Completa esta frase, Alejandra Barrales es…

Parte del cambio en este país.