Soltería. Noviazgo. Compromiso. Matrimonio

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El amor permanece

La forma final que podemos saber que somos amados: El amor de Dios permanece con nosotros porque su Espíritu mora en nosotros. 1 Juan 4:13 dice: “¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu.” ¿Cómo sabemos que somos amados? Porque cuando Dios nos invita a ser parte de su familia, él nunca nos deja. Él nos da su mismo Espíritu. Su amor permanece.

Durante mi último año en la secundaria conocí a la pareja más atractiva que había visto en mi vida. Él era un deportista profesional. Ella era una modelo. Y juntos eran tan impresionantes que cuando entraban en una habitación, al instante cesaban las conversaciones y las cabezas se volteaban. Ellos también eran personas extraordinariamente amables y generosas, a quienes era fácil de vitorear. Eran la pareja americana ideal. Entonces, al acercarse el tiempo de su matrimonio, ella fue diagnosticada con esclerosis múltiple. Ella comenzó a tener problemas para utilizar sus manos. Dentro de unos meses, ella ya no podía levantar los brazos lo suficientemente altos como para cepillar su cabello. Su condición fue empeorando sin señales de mejora. Al darse cuenta de una perspectiva sombría para sí misma, ella llevó a su novio a un lado y le dijo que estaba bien si quería cancelar el compromiso. Ella no quería que él se sienta obligado a quien se enfrentaría a tal dificultad y lucha. Él no consideró su oferta ni un segundo. Recuerdo estar entre la multitud mientras que recitaban sus votos el uno al otro. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz se quebró mientras ella trataba de repetir las palabras “en la enfermedad y en salud”. Ella sabía lo que esas palabras costarían a él. Él simplemente la sonrió y apretó la mano de ella firmemente. Recitó sus votos con entereza y claridad: “Prometo amarte para bien o para mal, en la enfermedad y en salud hasta que la muerte nos separe”. Él voluntariamente asumió cualquier inconveniente que pueda venir, porque quería estar con su amada.

Dios quiere lo mismo con nosotros. La palabra permanecer en 1 Juan 4 simplemente significa “quedarse aquí”. Él sabe que lucharemos en esta vida. Vamos a fallar y fracasar. Seremos débiles. Pero no importa lo que venga, su amor declara, “no me iré. Me quedo contigo”. Porque eso es lo que hace el amor. El amor permanece.

Si usted está en Cristo, el ser más hermoso y poderoso en existencia te aprecia. Él conoce tu nombre. Él te ve. Él dio todo para hacerte suyo. Nunca te dejará. Usted no necesita gastar un solo momento de su vida tratando de ganarse el amor o estima de los demás. Usted tiene su amor. No necesita buscar que alguien llene su tanque de amor. Puede encontrar una abundancia en él.

Cuando entendemos esto, cuando descansamos en su cuidado amoroso, tenemos los recursos en nosotros para entrar en el mundo como dadores en lugar de recibidores. Podemos ser fuentes en lugar de desagües. Podemos usar nuestros dones y recursos para bendecir a otros en lugar de utilizar a otros para intentar hacernos sentir bendecidos. El amor aceptado se convierte en amor extendido. ¡Este es el tipo de vida que usted desea vivir en el mundo!

Por amor de NASCAR

Hace varios años un amigo mío me invitó a ir con él y su novia a una carrera de NASCAR. De camino a la pista, la novia de mi amigo, Rebeca, explicó que teníamos unos boletos extras. Unos cien extra para ser exactos. Instantáneamente al enterarse de la noticia los muchachos en el vehículo saltaron de emoción: “¡Podemos venderlos! ¡Esto va a ser genial! ¡Seremos ricos!” Pero Rebecca interrumpió rápidamente, “muchachos, estos boletos fueron dados gratuitamente a nosotros. Creo que deberíamos darlos gratis”. Ah, hombre. Tan pronto como ella lo dijo nos dimos cuenta de que probablemente teníamos que hacer lo que ella dijo. Sonaba un poco como la Biblia. Pero no estábamos súper entusiasmados. Hasta que llegamos allí. Cuando llegamos encontramos una línea larga de personas que se extendía desde la puerta de entrada a la pista hasta el parque de casas rodantes. La gente en la fila se veía ansiosa. Estaban con la esperanza de comprar entradas para la carrera, pero ninguna garantía había de que iban a conseguirlas. Rebecca se acercó a una familia joven en medio de la fila y dio a cada uno un boleto. Por unos momentos ellos solo la miraron fijamente con evidente escepticismo. Finalmente uno de sus hijos corrió hasta la puerta de entrada. El oficial de la pista escaneó el boleto, y el niño pudo entrar. Cuando sus padres vieron que los boletos eran reales, miraron a Rebecca con incredulidad. ¿Cómo podría usted hacer esto? ¿Por qué hace esto? ¡Esto es tan bueno para ser cierto! Tan pronto como vimos la mirada en sus caras, todos los pensamientos de sacar un beneficio financiero huyeron de nuestra mente. Durante los próximos minutos, los cuatro de nosotros caminamos arriba y abajo de la fila, discretamente repartiendo boletos. Las personas se echaban a reír. Algunas se echaron a llorar. Se sentía absolutamente increíble alegrarles su día. Luego, cuando se entregaron todas los boletos de entrada, usamos nuestros boletos y entramos. Cuando entramos en la sección de nuestros asientos nos dimos cuenta de lo que nos debería haber sido obvio: las entradas que habíamos entregado eran todas en un bloque de asientos. A todas las personas que habíamos dado entradas estaban sentadas a nuestro alrededor. Las horas siguientes fueron de gran emoción cuando nos sentamos entre todos aquellos que habíamos introducido en NASCAR. ¿Por qué experimentamos este momento alegre? ¿Qué nos permitió ser tan generosos con estos boletos? Cuando sabíamos que teníamos una abundancia, fuimos liberados para ser generosos.

Mi amigo, es lo misma con el amor. Cuando sabemos que estamos conectados a la inagotable aceptación, perdón, gracia y el cuidado del Dios del universo, entonces somos libres para extender ese mismo amor a todos los que están en necesidad. Este es el tipo de persona que usted quiere ser. Este es el tipo de esposo o esposa que desea ser. Recibiendo libremente amor divino. Libremente dando amor divino. La primera carta de Juan 4:19 declara: “Nosotros amamos porque él nos amó primero”. ¿Quiere usted ser un gran amigo? ¿Un gran compañero de trabajo? ¿Un gran esposo o esposa? Entonces reciba el amor de Dios y tendrá una abundancia para dar.

soltería: devoción

Dios ha ordenado una temporada de soltería para cada ser humano en el planeta. La soltería no existe simplemente como una adolescencia extendida, una búsqueda de la ambición de una carrera o una fase preparatoria para el matrimonio. Más bien, Dios ha ordenado la libertad única de la vida soltera no para las distracciones o las ambiciones, sino para devoción a él.

2
el propósito de la soltería

En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro.

—1 Corintios 7:7

Cuando era joven, la Navidad siempre implicó viajes extensos para mi familia. Despertábamos la mañana de Navidad en casa de mamá y luego, más tarde, conducíamos a Beeville, Texas, para visitar la “casa campestre de la abuela”. Pronto después de eso nos dirigíamos el sur a una hora y media a San Antonio y visitábamos la “casa de la ciudad de la abuela”. Lo llamamos el triángulo amoroso, conduciendo por todo Texas cada Navidad.

Los mejores regalos estaban siempre en casa de mi mamá. Allí es donde Santa llegaba. Los regalos de la abuela del campo eran generalmente un poco extraños. Sudaderas blancas con un gran ciervo impreso en ellas eran comunes. Los regalos de la abuela de la ciudad siempre eran mucho mejor. Juguetes, electrónica, y cosas así. A excepción de un año cuando todo cambió.

La abuela del campo me regaló una honda. Cuando digo honda no significa un pequeño trozo de madera con una banda de goma en él. Esta cosa fue hecha de titanio. Tenía un asidero para máximo soporte y tubería quirúrgica de la honda. También venía con un paquete de bolitas de acero con figuras en él de las pequeñas criaturas del bosque que ellos esperaban matar con esta arma. Quedé anonadado. Mi hermano y yo arrojamos nuestras sudaderas con figuras de ciervos y corrimos a la puerta de atrás para probar a esta novedad. La honda podría romper tablas del cerco. Era increíble. Un milagro de Navidad.

A medida que nos alejábamos, recuerdo pensar, si la abuela del campo está dando regalos tan buenos, ¡no puedo esperar a ver lo que la abuela de la ciudad tiene reservado! Así que usted puede imaginar mi sorpresa cuando la abuela de la ciudad me entregó una sola hoja de papel que decía: “Eres el receptor de cien acciones en tal o cual empresa”. Espere.… ¿qué?

Mientras miraba fijamente con incredulidad a esta frase, creo que los adultos sintieron que yo estaba un poco abrumado por la elección del regalo de la abuela. Así que intentaron explicar: “Bueno, Ben, mira, una acción o valor es como el dinero, pero no lo puedes gastar. Pero tal vez, muchos años después a partir de ahora, valdrá más dinero”. Murmuré algo como, “bueno, eso es lo que todos esperamos, ¿no es cierto?” Pero por dentro me sorprendió de que la abuela de la ciudad podría ser tan despistada. ¿Por qué ella perdería el tiempo con algo tan sin sentido como esto?

Adelantando a un par de años más tarde. Estoy jugando en el patio con mis amigos. Mi hermano, que estaba castigado en ese momento, de alguna manera tenía posesión de mi honda. De repente, viniendo desde la dirección de su habitación, monedas comenzaron a dispararse y uno de ellas acertó mi brazo y comencé a sangrar. El dinero cortó mi piel. Este ataque no provocado lo metió aún más en problemas, y la honda me fue devuelta. La tomé y fui a tratar de calmarme rompiendo algunas tablas de la cerca. De repente la tubería quirúrgica de la honda se quebró en dos, golpeándome de vuelta y cortando mi otro brazo. Recuerdo estar mirando a mis brazos ensangrentados con incredulidad. ¿Cómo podría esto suceder? Este regalo, que se suponía que me traiga tanta alegría, nada me había traído, sino tristeza y dolor.

 

Avanzando rápido otra vez otros veinte años más tarde, hasta el día que llegué para mi primer día del seminario. Recuerdo entrar en el centro de estudiantes y ver una mesa enorme con montones de panes. Comenté a un compañero estudiante, “guau, no me había dado cuenta de que la escuela distribuye pan a los necesitados en la ciudad. Eso es realmente genial”. Él me dio una mirada confusa. “¿Necesitados? Este pan es para nosotros. ¡El seminario es tan caro, muchos estudiantes ni siquiera pueden pagar por el pan!” Mientras decía esto una oleada loca de seminaristas se abalanzó sobre la mesa y comenzó a meter pan en sus bocas y en sus mochilas. Recuerdo más tarde revisar a mi propio estado financiero. Después de veinte años, mi bolsa de acción había experimentado un importante crecimiento. Suficiente crecimiento que pude pagar para esta temporada de proseguir mi sueño de estudiar la palabra de Dios. Entonces algo llamó mi atención, en este momento, veinte años después, el que una vez se había sentido menos que bendecido, ahora estaba apreciando a la abuela de la ciudad.

¿Por qué le estoy diciendo acerca de esta serie de eventos? Para ilustrar cuán a menudo lo que queremos en el momento no es siempre lo que a la larga es mejor para nosotros. Y lo que es mejor para nosotros, no siempre lo valoramos y apreciamos. Algunos regalos son más bienvenidos que otros. ¿Por qué no estaba encantado un niño de siete años de edad con la bolsa de acciones? Ignorancia. Requirió amor y sabiduría de la abuela de la ciudad para darme un regalo que no pude valorar en el momento. Lo cual nos lleva de vuelta al tema de la soltería y las citas. A veces el don más amoroso que Dios nos puede dar es la soltería.

El don de la soltería

¿Por qué yo llamaría a la soltería un don? Porque eso es exactamente lo que lo llama el apóstol Pablo en 1 Corintios 7:7-8: “En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro. A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo.” No se pierda esto. Pablo acaba de llamar a la soltería un don1.

Sin embargo, muchos solteros que conozco anhelan conectarse con alguien. Las encuestas actuales acerca de la generación de los milenios indican que casi el 96 por ciento desean casarse en algún momento. Así que la soltería es un don que la gran mayoría de nosotros no quiere. Tal vez algunos de ustedes puede que les parezca bien por ahora, pero con el paso de los años, puede llegar a ser un don que podría resentir. “¡Oh!, ¿me diste un don, Dios? ¡Qué lindo! Espera, ¿soltería? ¿Qué tipo de don es esto? ¿Por qué harías esto?”

La razón por la que usted está soltero

¿Por qué un Dios amoroso nos daría el don de la soltería cuando anhelamos estar casados? Primera de Corintios 7:35 nos da la respuesta. Pablo declaró: “Les digo esto por su propio bien”. Pablo sólo había dicho que deseaba que sus oyentes sean solteros. Ahora él explica que este deseo no era cruel, sino para el bien de ellos. Es una condición que puede proporcionar beneficio a ellos. Él continuó, “no para ponerles restricciones”. Esto literalmente significa “no atar una cuerda alrededor de su cuello”2. La decisión de Dios para que usted sea un soltero solamente es por una temporada y no para ahogarle. No es para demorarlo o hacerle daño. Ciertamente, no surge de un sentido de humor negro en Dios. Él no se ríe maniáticamente, diciendo a los ángeles, “miren ahora como junto a los dos en la misma estación de tren a Londres, y después deja que uno vaya por un lado y el otro por otro camino y se cruzan sin haberse encontrado. ¡Jajá!” Así no es como obra Dios.

Entonces ¿para qué es la soltería? Pablo declaró que existe “para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor” (LBLA). No te pierdas esto. El versículo 35 dice las dos razones porqué Dios ha ordenado una temporada de soltería en su vida. Vamos a verlo uno a uno.

A veces el don más amoroso que Dios nos puede dar es la soltería.

Promover lo que es apropiado u honesto

Primero, usted es soltero para promover un buen orden o para promover lo que es apropiado. ¿Qué significa eso? Apropiado significa “especialmente adecuado o compatible”3. Una acción se considera apropiada si ella concuerda en un ambiente dado. Es una respuesta bien informada, bien dada para cierto contexto. Por el contrario, juzgamos que una acción es inapropiada cuando no se ajusta a un contexto determinado, como usar un traje de baño para una boda. No hay nada malo con un traje de baño, pero es vestuario inadecuado para una boda. ¿Por qué? Porque no concuerda con el contexto. El contexto determina la correlación de un comportamiento.

¿Cómo esto se relaciona con la soltería? La Biblia declara que Dios le hizo soltero por ahora porque quiere promover en usted una cosmovisión y un estilo de vida que se adapta a su entorno. Estás soltero porque Dios quiere desarrollar algo en usted. Él quiere fomentar una cosmovisión y un estilo de vida que se adapten a la ocasión en la que vivimos, que sean apropiados para nuestro contexto dado en este día. Esto lleva a la pregunta del millón, ¿cuál es nuestro contexto? ¿Cuál es nuestro ambiente?

El tiempo es lo principal

Pablo explicó en 1 Corintios 7:29-31: “Lo que quiero decir, hermanos, es que nos queda poco tiempo. De aquí en adelante los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo, como si no lo poseyeran; los que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer”. Sin embargo, para ser claros, Pablo no estaba argumentando que sus oyentes dejaran a sus cónyuges y suspendieran todas las compras. Más bien, él afirmaba que la soltería, el noviazgo y el matrimonio, aunque importantes, no es el enfoque principal de su vida.

Dios se preocupa profundamente por su vida amorosa y su matrimonio. Me se atrevería a decir que a él le importa mucho más que incluso a usted. ¡Después de todo, la institución del matrimonio es idea de Dios! Sin embargo, aunque importantes, estas cuestiones sólo son una pequeña fracción de la Biblia. Una historia mucho más grande ha estado y está hasta ahora llevándose a cabo en el mundo. ¿Cuál es esa historia? En 1 Corintios 6, Pablo declaró que en el mundo abundan los fornicarios, idólatras, ladrones, maldicientes, estafadores y similares, y ninguno de ellos heredará el reino de Dios. Luego confrontó a sus oyentes (y a usted y yo) diciendo: “Y eso eran algunos de ustedes” (v.11).

Ninguno de nosotros es lo que deberíamos ser. Si todos los que estamos leyendo este libro nos reuniéramos en una sala y contáramos nuestras historias, nuestras presentaciones incluirían cosas trágicas, horribles e imperdonables, que nos han pasado y cosas terribles, tristes que hemos cometido. Todos hemos fracasado en cumplir lo que Dios propone que seamos. El mundo es un desastre. Sin embargo, el tema de la historia de la Biblia es que Dios está obrando; y en medio de la oscuridad, Dios invadió con un nuevo reino. Pablo continuó: “Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”.

Dios ha establecido su reino a través de su Hijo, Jesucristo. Actualmente Él está poblando este reino con personas tontas, débiles, despreciadas, quebrantadas. Personas llenas de vergüenza. Personas sucias como tú y como yo. Él nos está llamando a salir de la oscuridad en la que hemos vivido. Él es quien nos limpia y nos aparta para sí mismo. Nos adopta en su familia y nos invita a participar en su misión. Esta es la gran historia de la Biblia. ¡Es principalmente una historia no de relación con un cónyuge, sino de relación con nuestro Rey!

Esto nos lleva de vuelta al capítulo 7:29 cuando Pablo dijo que el tiempo es corto. No queda mucho tiempo en el mundo. Él dijo que el día viene cuando Dios detendrá el reloj y la historia llegará a su fin. A todos los que son suyos, los apartará a un lado. Los que no son suyos, serán echados de su presencia para siempre. Estos son los tiempos que estamos viviendo, los últimos días donde el mundo está desapareciendo. Es imperativo que entendamos que la cantidad del tiempo restante conforme al reloj debería afectar cómo jugamos el juego.

Atienda el reloj

Recuerdo la primera vez que jugué el videojuego Madden (para los que no conocen, es un juego de fútbol americano). Competí contra mi amigo que era el dueño del juego. Digo “competí”, pero en realidad fue una masacre. Yo estaba siendo destruido. Sin embargo, hacia el final del juego, empecé a hacer algunos progresos. Me di cuenta de que si mantenía presionando órdenes a los juegos hacia el medio, poco a poco podría avanzar la pelota por el campo. Así que continúe haciendo el mismo juego una y otra vez, y estaba funcionando. ¡Yo iba a lograr un gol! Entonces de repente, mis controles dejaron de funcionar. El juego se detuvo. Miré a mi amigo para que me diera algún tipo de explicación.

“Eres un idiota”, dijo él.

“¿Qué? El juego dejó de funcionar. ¿Cómo eso me hace un idiota?”

“El juego se ha detenido porque el tiempo ha expirado. El juego ha terminado. Tuviste una oportunidad de hacer un gol justo al final, pero en vez de avanzar hacia la zona final, seguiste haciendo esos ridículos juegos de cinco metros”, dijo él.

“No sabía que era el cuarto final. No tenía idea de que el juego estaba a punto de terminar”. “Exactamente. Eso es lo que te hace un tonto”.

Ahora, dejando los insultos a un lado, él tenía un punto. La cantidad de tiempo conforme al reloj debió de afectar la manera en que jugué. Y este fue el punto de Pablo a nosotros en 1 Corintios. La vida es breve. No sólo para nosotros como individuos, sino en toda la historia. Por lo tanto, cuando miramos a los hombres y a las mujeres en el mundo, deberíamos estar mucho más preocupados por el estado de su alma que por su estado de relación. El tiempo que queda es corto, así que Dios ha ordenado un período de tiempo donde usted no se case o esté de novio/a para ayudarle a enfocarse en lo que importa más. Como Pablo nos dijo: “…para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor” (LBLA).