Financiamiento, distribución y marketing del cine peruano

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2. RANGOS Y DISTRIBUCIÓN DE COSTOS DE PELÍCULAS PERUANAS ESTRENADAS COMERCIALMENTE (1998-2017)

Los observatorios audiovisuales del mundo trabajan esta información solo con las películas formalmente registradas. Sin embargo, en este trabajo se han delimitado seis conjuntos según los rangos de costos estimados de los filmes, entre los cuales bien podrían incluirse aquellos estrenados en el Perú en alguna ventana de exhibición formalmente reconocida, aunque no hayan sido “contabilizados”. Se debe notar que es imposible hacer esta tarea con rigor, a causa de los cientos de películas que se producen y quedan fuera de un registro que provea una verificación de su existencia.

Hasta mediados de la década del 2000 era plausible obtener o calcular los costos de las cintas peruanas. Desde entonces, esa información es casi inaccesible debido a la dispersión de la producción y a que muchas de ellas son hechas sin que se registren los costos. Por tanto, proponemos estos rangos estimados para enmarcar las películas nacionales y tratar de describir las muy diversas condiciones en que estas se realizan:

Películas en un rango de costo de 5000 a 30 000 dólares. En muchos casos, son películas realizadas por individuos o grupos que se embarcan en su primer proyecto cinematográfico con el afán de hacer lo que su vocación les pide. No suelen estar pensadas para la exhibición comercial de lanzamiento ni suponen la posibilidad de un retorno económico. Sin embargo, algunas de ellas sí logran ser exhibidas en salas de cine, aunque en circuitos muy restringidos. Lamentablemente, no existe suficiente información sistematizada y verificable sobre la producción, el financiamiento y las formas de distribución y exhibición de muchas de estas películas como para extraer de ella algunas generalidades útiles para este estudio.

Películas en un rango de costo de 30 000 a 80 000 dólares. Estas películas tienen un claro objetivo de exhibición en theatrical. Intentan alcanzar un estándar profesional, aunque muchas veces el escaso presupuesto limita sus posibilidades de realización. Este grupo ha llegado a ser muy numeroso en los últimos años, y el presupuesto con el que cuentan es, tal vez, el promedio del que disponen los realizadores peruanos que no tienen el apoyo de la DAFO. Algunas de estas películas pueden haber recibido el subsidio de Ibermedia o un auspicio limitado, o haber contado con alguna forma de coproducción pequeña. Al no tener un respaldo (un premio o un auspicio grande, público o privado), suelen esperar recuperar su inversión en la taquilla; de allí que muchos de estos filmes correspondan a géneros que se consideran comerciales, como las comedias o las películas de terror.

Películas en un rango de costo de 80 000 a 140 000 dólares. Generalmente son aquellas que han dispuesto de premios, fondos internacionales o de auspicios de empresas públicas o privadas. Disponer de estos montos ya les permite cubrir, aunque de manera muy ajustada, los diversos rubros de un presupuesto semiprofesional. En su cota más alta, pueden pretender una calidad que compita, siempre en desventaja, con producciones de otros países de Iberoamérica.

Películas en un rango de costo de 140 000 a 250 000 dólares. Estas películas normalmente cuentan con el premio a la producción de la DAFO o con un auspicio o premio de similar envergadura (también pueden ser películas que cuentan con inversión internacional). Como su estreno está enfocado en la exhibición comercial, desarrollan una campaña de lanzamiento y marketing para tener un mejor resultado. La cantidad de copias que se hace varía dependiendo del tipo de película y de su género. Si son de autor, se estrenarán con entre ocho y diez copias de exhibición; si son películas de relativa difícil acogida entre el público masivo, lo harán con entre diez y veinte, y si son abiertas, podrán hacerlo con cincuenta o más copias.

Películas en un rango de costo de 250 000 a 450 000 dólares. Películas que normalmente cuentan con el fondo a la producción o posproducción de la DAFO, sumado al apoyo de Ibermedia y de otros fondos internacionales. Esta adición les permite contar con un presupuesto que cubre todos los rubros de una producción de calidad, considerando que en el Perú los presupuestos son más cómodos que en países como Colombia, Argentina o México.

Películas con un costo mayor a 450 000 dólares. Estas producciones son las que, en menor proporción, se realizan en el Perú, debido al alto riesgo de la inversión. Están diseñadas para lograr el éxito comercial dentro del país y después intentar entrar a los circuitos de estreno en theatrical de otros países de la región. Normalmente, las empresas que encaran este tipo de proyectos han logrado éxito antes, con sus primeras películas, razón por la que realizan secuelas o producciones que se apoyen en el éxito de las primeras (al respecto, cabe mencionar en el Perú las dos versiones de ¡Asu mare! y las dos de Cementerio General). Son, en muchos casos, películas de los géneros comedia y terror, que tienden a asegurar, en alguna medida, un buen resultado comercial1. Esto también motiva la participación de auspiciadores con una alta capacidad de inversión, a quienes se les asegura la presencia de sus marcas dentro de las películas (product placement).

Las películas anteriores al año 2000 fueron filmadas en celuloide, mientras que la mayoría de las producciones posteriores fue grabada en video digital. Hasta el 2014, todas las películas peruanas estrenadas comercialmente en el país estuvieron en circuitos formales de exhibición simultáneamente con copias en 35 mm y en DCP (digital cinema package). A partir del 2015, la exhibición solo se ha dado con copias digitales.

En el Perú predominan los filmes cuyo costo oscila entre 30 000 y 200 000 dólares. Este hecho muestra, por un lado, la notoria escasez de recursos para la realización de un largometraje de ficción y, por otro, el esfuerzo de los productores nacionales por hacer películas que puedan acercarse a los estándares y valores de producción de, por lo menos, el contexto iberoamericano.

Como hemos dicho anteriormente, los costos están determinados en gran medida por la tecnología utilizada y la naturaleza de la historia. Los proyectos que se enmarcan en el primer y segundo rango de costos son hechos posiblemente con tecnología digital menor al full HD y con mezcla de sonido digital 5.1. A partir del tercer grupo, los costos cubren una exhibición en copia digital de alta definición.

El costo de un proyecto también está determinado por el sistema de sonido utilizado. En el Perú se puede optar por el sistema de sonido estéreo frontal o por un sistema 5.1 digital. Hay que recordar también que, por cada copia DCP, se debe pagar, en la mayoría de los casos, el costo de exhibición del virtual print fee (VPF), que se estima entre 250 y 750 dólares, dependiendo de cada cadena de cines.

El costo promedio de una película peruana exhibida comercialmente entre los años 2000 y 2017 está en el rango de 60 000 a 300 000 dólares. Estos montos están entre los más bajos de los países latinoamericanos, en los que el costo promedio del cine exhibido comercialmente está por encima de los 500 000 dólares.

De acuerdo con la información recogida, y calculando una media genérica, hemos podido determinar que el gasto total de un largometraje en el Perú se distribuye de la siguiente forma:

— 16 % se destina a la compra y el alquiler de insumos y equipos.

— 25 % va para el pago de salarios artísticos y técnicos.

— 22 % se dirige a los gastos generales de producción.

— 20 % se emplea en el pago de procesos de posproducción.

— 17 % se invierte en los gastos de lanzamiento y mercadeo.

La proporción descrita en la figura 1 muestra que un costo importante en los proyectos peruanos es el de la posproducción. Si esto no se tiene en cuenta, puede haber consecuencias, como embarcarse en la realización de un filme sin tener el financiamiento completo, llegar a la etapa de posproducción sin los recursos necesarios y verla truncarse, en ocasiones para siempre (como le pasa a muchos productores). Por otro lado, también es común que la búsqueda de financiamiento se postergue para el lanzamiento de la película, es decir, para cuando ya está terminada.

Esta realidad, no solo peruana, sino en gran medida hispanoamericana, ha conducido a que se incluya un aporte específico para la posproducción en las ayudas de muchos de los fondos. Es solo con esta ayuda que muchas veces se completa un proyecto cinematográfico en Hispanoamérica. Igualmente, por razones similares, en estos fondos existen ayudas para el lanzamiento y la distribución de las películas.

Fuente:Argos Producciones Audiovisuales y Asociación de Productores Cinematográficos del Perú (comunicación personal electrónica)2

Elaboración propia

3. FORMAS DE FINANCIAMIENTO DE UNA PELÍCULA PERUANA

Las formas de financiar una película en el medio peruano son diversas, aunque no muy numerosas.

a) Autofinanciamiento. Ocurre cuando el productor dispone del dinero necesario para financiar el proyecto. Generalmente, se debe a la traslación de fondos —de otras actividades redituables— a la producción del proyecto cinematográfico; de hecho, hay ejemplos de esta forma de financiamiento en el caso peruano. En muy raros casos se recurre a préstamos bancarios. Sobre esto último, hay ejemplos de películas de entre 5000 y 30 000 dólares que han sido hechas con préstamos particulares, como Glorias del Pacífico y El limpiador.

 

b) Intervención directa de inversionistas. Aun cuando no abundan en el mercado peruano, existe la posibilidad de convocar a inversionistas interesados en participar en el negocio cinematográfico. Pueden ser pocos o muchos, pero su implicación siempre requerirá de un plan de negocios que les permita calcular la recuperación de lo que destinen a la película.

En el Perú, la mayoría de los inversionistas han sido empresarios vinculados a la exhibición o distribución de cine. Las películas Mañana te cuento (1 y 2) fueron coproducidas por una empresa peruana de exhibición. Del mismo modo ocurrió con La cara del diablo, que tuvo inversión de los exhibidores Cine Star, y La gran sangre, que se produjo con la participación de capitalistas privados.

c) Fondos de instituciones nacionales e internacionales de ayuda a la producción cinematográfica. Esta forma combina la obtención de fondos de ayuda a la producción cinematográfica de instituciones nacionales e internacionales con la coproducción del proyecto por parte de empresas peruanas o extranjeras. Los fondos otorgan premios sin obligación de devolución o préstamos con intereses promocionales.

De acuerdo con la ley vigente de cinematografía, el Estado peruano otorga ayudas a la producción a las que se puede postular armando, como requisito, un proyecto integral con los formularios oficiales y la documentación solicitada. Existen también ayudas a las etapas de desarrollo del proyecto, posproducción y distribución. Ejemplos de proyectos que han recibido el premio a la producción de la DAFO son los filmes Desaparecer, Rocanrol ‘68, Dos besos, NN. Sin identidad, La hora final y Rosa Chumbe.

Como indica su nombre, Ibermedia es un fondo de ayuda al cine de la región iberoamericana. Para postular y buscar ganarlo, es requisito indispensable tener coproductores iberoamericanos miembros de la organización. Las películas peruanas de ficción y documentales que recibieron este apoyo a la coproducción son las siguientes:

— 2001: Doble juego

— 2002: Polvo enamorado y La prueba

— 2003: Una sombra al frente

— 2004: Pasajeros (Perú-Chile), Mariposa negra

— 2006: El premio, Dioses, Cielo oscuro y El inca, la boba y el ladrón

— 2007: Coliseo. Los campeones, Paraíso y Ella

— 2008: Contracorriente, Las malas intenciones, Octubre, La vigilia y La cosa

— 2009: Bolero de noche y Desde el lado del corazón

— 2010: Cuchillos en el cielo, El vientre y Sigo siendo

— 2011: Climas, El mudo y Siguiendo a Kina

— 2012: El elefante desaparecido y NN. Sin identidad

— 2013: Magallanes, Dos besos y El abuelo

— 2014: Mochica y La última tarde

— 2015: Canción sin nombre, Rapto y Estación Desamparados

— 2016: La bronca, Todos somos marineros y Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo

— 2017: Nobleza obliga, Ronnie Monroy ama a todas y Teo

Existen otros fondos y ayudas importantes. Por ejemplo, el fondo francés Aide aux Cinémas du Monde (ex Fonds Sud Cinéma y AFLE), dirigido a países en desarrollo, para el cual se requiere tener un coproductor francés. La ayuda es en dinero, pero debe gastarse en Francia, fundamentalmente en la posproducción. Películas como El bien esquivo, Tarata, Contracorriente y Las malas intenciones recibieron este apoyo.

El fondo holandés Hubert Bals, también para países en desarrollo, da prioridad a óperas primas; los filmes Días de Santiago y NN. Sin identidad obtuvieron este subsidio.

También está el fondo suizo Visions Sud Est y el World Cinema Fund, creado dentro del festival de cine de Berlín, para dar financiamiento a filmes que cuenten con un productor alemán. La teta asustada y NN. Sin identidad han recibido este apoyo. Los montos pueden variar entre 10 000 y 100 000 dólares. En estos fondos la competencia es alta, porque participan proyectos cinematográficos de América Latina, Asia y África.

d) Auspicios y patrocinios. Aunque son de difícil acceso, se puede recurrir al auspicio o al patrocinio de empresas comerciales e instituciones afines a la producción o a las industrias del entretenimiento y la cultura. Películas como ¡Asu mare! (1 y 2), A los 40 y Locos de amor han contado con la presencia de marcas de bancos, compañías cerveceras y de gaseosas, entre otros. Enseguida, algunos ejemplos de otras películas que también optaron por esta modalidad:

El bien esquivo fue patrocinada por la Universidad de Lima.

Ojos que no ven fue patrocinada por la Universidad Católica.

El evangelio de la carne fue patrocinada por la Universidad de Trujillo.

Una sombra al frente recibió el auspicio económico de un banco privado.

Como en el cine fue patrocinada por la Universidad de Lima y tuvo auspicio del Banco de Crédito de Perú.

Rosa mística fue patrocinada por Telefónica.

Además, en el cine peruano de los últimos años la empresa privada ha invertido en publicidad para sus marcas dentro de la película (product placement) o en imagen institucional insertada en los diversos materiales promocionales del proyecto. Acá algunos ejemplos:

Rocanrol ‘68, dentro del diálogo en una de sus escenas, menciona la marca de un banco; de ese modo la inserta de forma natural en la historia de la película.

Viejos amigos utilizó el product placement de unos pañales.

A los 40 hizo lo propio con la presencia de varias marcas dentro de la película, como la de una cerveza y un banco privado.

e) Participación de coproductores. Los coproductores son empresas de producción —nacionales o internacionales— que participan en un proyecto y reciben un porcentaje de las utilidades que genere la película, en proporción a su aporte. Lusers es una coproducción entre empresas privadas de Perú, Argentina y Chile; una vez constituida la producción, postuló a los fondos de apoyo que existen en el mundo. Otra es Las malas intenciones, una coproducción de Perú y Alemania, que obtuvo el apoyo del World Cinema Fund del Festival de Cine de Berlín.

Existen foros y mercados en los que se presentan proyectos y se propicia el encuentro de interesados en coproducir. Generalmente, se realizan en el marco de los festivales de cine, como el CineMart en Holanda, el Talent Project Market en el Berlinale Co-Production Market, el Ventana Sur en Buenos Aires, y otros en festivales como los de Cannes, San Sebastián, Huelva y Guadalajara.

f) Premios de guion, de posproducción y proyectos en construcción. Estos premios consisten en dinero o en servicios, y suelen entregarse en festivales y otros eventos cinematográficos:

— Existen premios en efectivo para guiones, como el Sundance Institute/NHK International Filmmakers Award, que entrega 10 000 dólares, o el premio al guion del Festival de La Habana. La película Madeinusa obtuvo ambos premios, lo que le sirvió de base para la búsqueda de otros coproductores.

— Dentro del festival de cine de La Habana, el fondo Nuestra América Primera Copia premia con el financiamiento de la posproducción de un proyecto en construcción. El apoyo consiste en recursos financieros o en la prestación de servicios para que las películas premiadas puedan ser efectivamente terminadas y presentadas al público. Se otorgan tantas ayudas como determine el jurado, y son invertidas en procesos de posproducción y acciones de finalización, conjugando las necesidades de cada filme y la disponibilidad del fondo que nutre el premio.

— Otro fondo que entrega premios para la posproducción en el mercado del cine latinoamericano es Primer Corte, de Ventana Sur, organizado conjuntamente por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA) y el Marché du Film del Festival de Cannes. La convocatoria, que tiene como sede la ciudad de Buenos Aires, acepta proyectos en el primer corte, es decir, la primera versión de la edición de la película. La competencia de Ventana Sur está dirigida a apoyar la finalización de seis largometrajes de ficción latinoamericanos en etapa de posproducción. En el mismo evento se desarrolla el encuentro de coproducción Blood Window, que convoca a películas en proceso de desarrollo y posproducción de corte fantástico.

— Dentro de los festivales de cine de Toulouse y San Sebastián se otorgan premios para películas ya rodadas, pero que requieren de financiamiento para terminarlas. Magallanes ganó el premio de construcción de San Sebastián en el 2014.

— El Festival Internacional de Cine de Guadalajara ofrece un premio para la terminación de proyectos. El filme Cuchillos en el cielo recibió este premio para finalizar la posproducción de audio.

Dependiendo de la etapa en la que se encuentra el proyecto cinematográfico, el productor o el director puede postular a la selección correspondiente en las convocatorias. La aplicación se hace a través de plataformas online, lo que permite realizar el proceso de forma más ágil y dinámica. En algunos casos, se paga una cuota que depende de la etapa en la que se encuentra el proyecto (desarrollo, producción, en construcción o work in progress) y el festival al que se presente. Si el productor o director es elegido, deberá asumir, en la mayoría de casos, los gastos del viaje para asistir a los meetings.

En América Latina se desarrolla una serie de encuentros que permiten la interacción entre los profesionales del medio. En ellos se pueden presentar proyectos cinematográficos y obtener algún tipo de ayuda o acuerdo previo de coproducción. En este contexto, lo importante es generar una red de contactos; a esta forma de relación se le suele designar con el término networking. La siguiente es una lista de mercados, foros, encuentros y laboratorios:

— Ventana Sur (Argentina)

— Industria, del Festival de Cine de Guadalajara (México)

— Morelia Lab (México)

— Bogotá Audiovisual Market (Colombia)

— Rio de Janeiro Market (Brasil) - Rio Content Market

— SANFIC Industria (Chile)

— Bolivia Lab

— Meets Latin American Film Market, mercado de coproducción (Panamá)

— Natpe Market (Miami - Estados Unidos)

— Festival de Cannes (Francia) - Marché du Film

— LA Screenings (Estados Unidos)

— Festival Internacional de Cine de Toronto - TIFF (Canadá)

— Festival de San Sebastián (España)

— Mipcom (Cannes - Francia)

— American Film Market, AFM (Estados Unidos)

— MIPTV (Cannes - Francia)

— European Film Market (Berlín - Alemania)

Para postular a todos estos encuentros, foros y festivales es importante tomar en cuenta su programación durante el año, de modo que la inscripción se dé en el plazo correcto. La web Click for Festivals (https://www.clickforfestivals.com/) es buena para ubicar convocatorias de festivales de cine en todo el mundo —y para todo tipo de género—, en las cuales pueden participar proyectos, películas terminadas, documentales, animación, cortometrajes, videoclips, etcétera.






El préstamo bancario, práctica común en industrias consolidadas, no es una opción muy usada en el medio peruano: no se suele poner el propio filme como garantía debido al riesgo que implica una producción cinematográfica en un mercado como el nuestro. En cambio, los fondos o concursos de ayudas para la producción son medios sumamente importantes para el financiamiento de una película en el Perú. En los últimos quince años, un número considerable de producciones nacionales ha sido financiado principalmente por el concurso del ya fenecido Conacine3 (hoy reemplazado en la nueva legislación por el Ministerio de Cultura y la DAFO) y el fondo de ayudas Ibermedia.

 

En la mayoría de fondos o concursos de ayuda, se requiere la presentación de un proyecto completo que incluya, entre otros documentos que especificaremos más adelante, un plan de financiamiento detallado o las fuentes de las cuales se espera obtener los aportes necesarios para la realización del largometraje. La competencia para acceder a estas ayudas es sumamente ardua, pues los fondos europeos y americanos reciben propuestas de Latinoamérica, África y Asia. Por eso se genera un cuello de botella en el acceso al financiamiento, ya que las instituciones tienen una cantidad limitada de recursos para distribuir entre los países participantes, que, a su vez, cada año producen más proyectos competitivos.

Normalmente, los fondos o ayudas al desarrollo de proyectos tienen un tope económico de entre 7000 y 15 000 dólares; en el caso de la producción, la ayuda suele fluctuar entre 30 000 y 140 000 dólares; para la posproducción, entre 10 000 y 40 000 dólares, y para la distribución, entre 10 000 y 25 000 dólares. Estos fondos suelen tener formularios de solicitud en los que se detallan los requisitos que deben cumplir los participantes para poder acceder al premio, ayuda o préstamo respectivo. En muchos casos, también describen sus objetivos como ente promotor, sus formas de funcionamiento o especifican el tipo de película que les interesa promover y ayudar.

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