Cognición humana, razonamiento y racionalidad

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Z serii: filosófica #7
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La formulación de cómo tomamos decisiones satisfaciendo, en lugar de maximizando utilidades, pretende proveer una explicación del comportamiento en la toma de decisiones a partir de observaciones empíricas. Al mismo tiempo, el satisfaccionismo es un modelo formal de decisión racional que relaja los axiomas de la MUE con la pretensión de explicitar el proceso de toma de decisiones real de los agentes económicos. Por ejemplo, en lugar de suponer que existe un conjunto fijo de alternativas entre las cuales el sujeto tiene que elegir, se postula un proceso de generación de alternativas. Esto porque en situaciones cotidianas no sucede que tengamos un conjunto como el que requiere la MUE y porque, afirma Simon, observaciones empíricas muestran que usualmente gastamos más tiempo en buscar alternativas que propiamente en tomar la decisión. El satisfaccionismo modela un tipo de estrategia heurística que seguimos para encontrar alternativas y elegir entre ellas una aceptable. Que sea una estrategia heurística significa que es un proceso no demostrativo, pero confiable en ciertos casos, que nos permite tomar una decisión con un costo computacional eficiente para los humanos. Por tanto, la racionalidad acotada caracteriza una racionalidad procedimental y no una racionalidad sustantiva.

El modelo satisfaccionista de Simon es una alternativa no para la teoría clásica de la racionalidad en su conjunto, sino particularmente a la MUE que es el criterio clásico de evaluación del comportamiento de los agentes económicos. Sin embargo, sus críticas a la noción de hombre racional en economía son aplicables a la teoría clásica de la racionalidad en general y su noción de racionalidad acotada ha servido de guía para proyectos que van más allá de la teoría económica. Un ejemplo de ello es la teoría de la “racionalidad ecológica” postulada por Gerd Gigerenzer y su grupo de investigación ABC. De forma paralela, el grupo de investigación conocido como “la tradición de heurística y sesgo” liderado por Daniel Kahneman y Amos Tversky en su origen, ha estudiado desde la psicología cognitiva aquellos aspectos que influyen en la realización de juicios y toma de decisiones con implicaciones para la economía y fue crucial para el desarrollo de la economía conductual, en la que también –como vimos– se interesó Simon. Ambos proyectos de investigación son protagonistas en el llamado debate de las heurísticas que presento a continuación.

Las heurísticas y el debate de la racionalidad

A partir de mediados de los años sesenta se llevaron a cabo diversos experimentos para evaluar el desempeño en tareas de inferencias deductivas y otros tipos particulares de razonamiento. Esos experimentos suponían que los sujetos deberían responder de acuerdo con ciertas reglas de inferencia lógicas; sin embargo, los resultados mostraron divergencias sistemáticas del resultado esperado. Por ejemplo, se encontró que la gente suele evaluar probabilidades incorrectamente, probar hipótesis ineficientemente, violar los axiomas de la maximización de la utilidad esperada, etcétera. A partir de esos resultados surgió un debate acerca de cómo interpretar esas observaciones y en particular, acerca de qué concluir a partir de ellas respecto del comportamiento racional humano.

Una vertiente se inclinó por afirmar que los experimentos mostraban comportamiento sistemáticamente irracional, mientras que otra vertiente se inclinó por afirmar que existían otras razones por las cuales los sujetos respondían en desacuerdo con las respuestas normativas esperadas (Stanovich y West 2000). A partir de entonces se han seguido realizado más experimentos enfocados a encontrar evidencia a favor de diversas hipótesis acerca de cómo razonamos los humanos en diferentes circunstancias.

Hay dos puntos de ese debate que son relevantes para este trabajo, el primero es que, a pesar de las divergencias, hay cierto consenso en que los seres humanos empleamos heurísticas para resolver problemas. De manera que, su estudio ha formado parte importante, al menos de algunas posiciones dentro del debate. El segundo punto relevante es que en gran medida el material generado alrededor del debate tenía como propósito dar cuenta del hiato que se observaba entre la teoría normativa desde la cual se diseñaron los experimentos, que Stein llamó VER,18 y observaciones empíricas pretendidamente neutras. Una implicación general de la afirmación central que defiendo en este trabajo es que esa manera de ver el debate es inadecuada, porque ninguna de las observaciones empíricas es teóricamente neutra y porque las teorías normativas tampoco son completamente a priori. En el tercer capítulo expondré algunos supuestos que están detrás de las explicaciones estándares de la cognición y en el último capítulo haré ver que esos supuestos imponen restricciones en la forma en que se puede hablar de normas de razonamiento. El estudio del razonamiento heurístico permite ver cómo las afirmaciones descriptivas y normativas sobre el razonamiento están inevitablemente atadas.

Como he expuesto hasta ahora, el estudio de las formas en que resolvemos problemas a partir de Pólya se consideró debería entenderse como el estudio de operaciones mentales. Para este autor, el estudio del razonamiento heurístico era solo descriptivo, constituía una ayuda para llegar a soluciones normativas de problemas específicos y bien delimitados. Simon reafirmó y desarrolló la idea de que la solución de problemas se da en forma heurística y que éste es un fenómeno que requiere el estudio empírico del razonamiento humano. Formuló una manera en la cual juzgó posible encontrar las invariancias psicológicas que nos permitían resolver problemas. Esa propuesta fue la hipótesis del sistema físico de símbolos. Esta hipótesis teórica acerca de cómo funciona el razonamiento humano permitió formular modelos de decisión –como el satisfaccionismo– que pretendían ser descriptivamente adecuados y al mismo tiempo, constituían modelos normativos –desde una racionalidad procedimental– que se aproximaban a un ideal de racionalidad –la racionalidad sustantiva.

A pesar de que Simon se manifestó a favor del estudio empírico del razonamiento humano, por concebirlo como sistema físico de símbolos, sus investigaciones no implicaron el desarrollo sistemático de experimentos de psicología de razonamiento como los que realizarían Daniel Kahneman y Amos Tversky desde los años setenta. Estos autores partieron del estudio del pensamiento intuitivo, en particular, del cuestionamiento acerca de si los seres humanos somos naturalmente buenos estadísticos o no. De manera que centraron su estudio, no en simulaciones computacionales como Simon, sino en experimentos de laboratorio. Este proyecto de investigación constituye un intento de incorporar en mayor medida los estudios empíricos del razonamiento en la comprensión de cómo llevamos a cabo ciertos juicios. Kahneman y Tversky fundaron la vertiente de estudios sobre razonamiento heurístico que ahora se conoce como “tradición de heurística y sesgo” que presento brevemente a continuación.

La tradición de heurística y sesgo

El proyecto de investigación conocido como “tradición de heurística y sesgo” parte del estudio de los juicios intuitivos de los humanos y sostiene que su conocimiento puede ser un indicador de los mecanismos cognitivos empleados por los humanos en el razonamiento. Al mismo tiempo, tales estudios, resultan de utilidad práctica por permitir realizar predicciones de los juicios humanos. Como otros autores, Kahneman y Tversky notan la discrepancia persistente entre los juicios intuitivos de los humanos y lo que consideran un buen razonamiento en los resultados de los experimentos (Kahneman 2002: 450).

Esta tradición explica los errores sistemáticos en los juicios de la gente en la solución de los experimentos apelando a una analogía con la percepción visual. Al igual que al realizar nuestros juicios preceptivos confiamos, en general, en datos de validez limitada (como determinar la distancia de un objeto por la claridad con la que aparece ante nosotros), en nuestros juicios de razonamiento confiamos en ciertas heurísticas (juicios plausibles pero intuitivos, es decir, que vienen a nuestra mente de forma inmediata) que, si bien son útiles, nos pueden llevar a errores sistemáticos. Este planteamiento implica que, así como podemos evaluar un juicio perceptivo recurriendo a medidas físicas independientes de quien percibe, de igual manera, podemos evaluar un juicio de razonamiento recurriendo a las reglas de la lógica deductiva o del cálculo de probabilidades como criterios independientes de quien realiza el razonamiento. Así como existen estándares que permiten saber en qué medida nuestra percepción visual se aparta de una buena visión, existen también estándares que nos permiten saber qué tanto nuestros juicios intuitivos se apartan de un buen razonamiento.

Los estándares de buen razonamiento para esta tradición están constituidos por las reglas derivadas de los axiomas de la lógica, del cálculo de probabilidades y las teorías formales de la decisión racional (la visión estándar de la racionalidad). En este sentido, Kahneman afirma que “las heurísticas del juicio han de ser identificadas por los errores característicos que causan inevitablemente” (2002: 465).19 Las respuestas que se desvían del estándar normativo de forma sistemática nos muestran sesgos psicológicos a partir de los cuales se infieren las heurísticas o patrones de razonamiento mediante los cuales emitimos juicios. La presentación de la tarea en un contexto específico propicia el uso de una heurística y, por tanto, hace probable una desviación específica del estándar normativo. Al hacer este planteamiento, la tradición de heurística y sesgo supone que los estándares normativos del razonamiento son aplicables siempre que se presenta cierta estructura en algún problema, independientemente del contexto en el que éste se presente. La forma en la cual el contexto de un problema modifica la respuesta de los sujetos sirve para identificar aquello que afecta la identificación de la regla de inferencia que deberíamos aplicar de acuerdo a cierto estándar, la visión estándar de la racionalidad; pero ese contexto es irrelevante para determinar la norma con la que ha de ser resuelto el problema.

 

Aunque la tradición de heurística y sesgo acepte como estándares de buen razonamiento a las teorías formales de la decisión racional, reconoce que éstas no son buenas teorías descriptivas del razonamiento humano. Su investigación de los sesgos psicológicos tiene la pretensión de develar la forma en que realizamos ciertos juicios; es decir, debería mostrarnos algo acerca de cómo razonamos. Como resultado de sus investigaciones empíricas, Kahneman propone un modelo de los juicios mediante heurísticas llamado “sustitución de atributos”. Se trata de un modelo de cómo razonamos en circunstancias específicas. La idea central de este modelo es que cuando los seres humanos nos encontramos ante un problema complejo tendemos a responder en su lugar a un problema más sencillo y que, generalmente, somos inconscientes de esa substitución de problemas (Kahneman y Frederick 2005: 269). Las heurísticas son, para esta tradición, los procesos cognitivos mediante los cuales llevamos a cabo los juicios intuitivos que hacemos cuando substituimos un problema complejo por uno sencillo. La hipótesis es que generalmente los seres humanos llegamos a una respuesta que creemos que es adecuada para el problema complejo y obviamos que estamos respondiendo a un problema diferente; es decir, hacemos juicios que no son aquellos que intentamos hacer.

Mediante diferentes experimentos, Kahneman afirma, se han develado algunas de nuestras heurísticas como, por ejemplo, la heurística del afecto. La idea detrás de esta heurística es que cada estímulo evoca una evaluación afectiva; la cual, inconscientemente, tendemos a sustituir por un juicio que requeriría una evaluación más complicada. Por ejemplo, cuando cierta población de estudiantes universitarios responde sucesivamente a las preguntas: ¿qué tan feliz está con su vida en general?, y ¿cuántas citas románticas ha tenido durante el último mes?, la correlación de las respuestas no es significativa; sin embargo, si se invierte el orden de las preguntas, entonces sí lo es. De acuerdo con el modelo de sustitución de atributos, esto sugiere que la pregunta acerca de las citas evoca una evaluación cargada afectivamente, la cual se mantiene cuando se pregunta por qué tan feliz se es en general. El modelo de substitución de atributos pretende ser un modelo descriptivo del razonamiento humano que nos permite entender, en este caso, por qué respondemos como respondemos. De la misma forma, el modelo pretende dar cuenta de las condiciones bajo las cuales nuestro razonamiento tiende a desviarse de las respuestas normativas.

Teorías descriptivas y normativas del razonamiento heurístico

Los estudiosos del razonamiento heurístico contemporáneo desde Pólya han estado de acuerdo en que entender los procesos mentales humanos es crucial para la comprensión del razonamiento heurístico. Desde Simon se ha generado la idea de que una teoría de la racionalidad humana debe tomar en cuenta las limitaciones cognitivas e informacionales del sujeto. Sin embargo, cómo integrar la creciente información derivada de los experimentos de psicología del razonamiento, y de las ciencias cognitivas en general, en una teoría normativa del razonamiento heurístico ha sido una constante fuente de conflicto.

Una propuesta como la de la tradición de heurística y sesgo mantiene el criterio de la visión estándar de la racionalidad como el ideal a seguir y buscar encaminar esfuerzos a la educación del razonamiento humano para que se aprenda a identificar y aplicar las reglas de inferencia en ella consideradas como adecuadas. Dentro del debate, llamaré a esta postura ‘estándar’, por mantener la visión estándar de la racionalidad y, sobre todo, por sostener tácitamente que podemos distinguir con cierta claridad una teoría descriptiva de una normativa. Sin necesariamente estar en desacuerdo con el proyecto de educar para una mejor comprensión de las reglas de inferencia, otro grupo de investigadores consideran que los estudios empíricos deben jugar un papel más activo dentro de una teoría normativa del razonamiento heurístico. El grupo de investigación ABC con su propuesta de la racionalidad ecológica ha planteado la posibilidad de entender las normas de razonamiento en un sentido distinto al marcado por la visión estándar de la racionalidad. Desde esta perspectiva que llamo ‘no estándar’ no es posible hablar de una teoría normativa sin referirse a una teoría descriptiva del razonamiento. Y por ello, ha cargado con la tarea de explicar cómo puede entenderse la pretendida normatividad del razonamiento heurístico. De manera que se ha generado un debate, derivado del debate general de la racionalidad, acerca de si podemos hablar de razonamiento heurístico en sentido normativo. En el próximo capítulo expondré con detenimiento esta postura no estándar.

A partir de Pólya se reconoce la importancia del estudio de los mecanismos cognitivos involucrados en los patrones de razonamiento plausible empleados en la solución de problemas. A esto se le conoce en la literatura contemporánea como el estudio del razonamiento heurístico, a los patrones de razonamiento se les ha llamado procesos heurísticos o simplemente, heurísticas. Diferentes autores han caracterizado las heurísticas de diversas formas. Esas diferencias tienen que ver, por un lado, con la manera en que implícitamente se entiende el razonamiento humano, y por otro, con supuestos acerca de qué es una norma de razonamiento.

En este capítulo vimos cómo Pólya entiende la heurística genéricamente como el estudio de los patrones de razonamiento plausible. Simon propone modelos específicos para la solución heurística de problemas, como el satisfaccionismo. Kahneman y seguidores de la tradición de heurística y sesgo consideran que las heurísticas son patrones de inferencia llevados a cabo en juicios intuitivos que pueden ser estudiados gracias a los sesgos psicológicos mostrados por los agentes en experimentos. Aunque Pólya reconoce la utilidad de las inferencias de razonamiento plausible, no los considera normativos por no proveer una prueba demostrativa. En la literatura de la tradición de heurística y sesgo se considera importante el estudio de las heurísticas del razonamiento para entender las desviaciones de la visión estándar de la racionalidad observadas y, por tanto, las heurísticas no constituyen patrones de razonamiento normativos. Estas dos posturas se ubican en lo que denomino: “posición estándar” dentro del debate sobre las heurísticas, por sostener que no hay una dimensión normativa en los patrones de razonamiento heurístico.

Simon tiene una postura más compleja, su distinción entre racionalidad sustantiva y racionalidad procedimental le permite afirmar que la racionalidad sustantiva, en muchos aspectos similar a la visión estándar de la racionalidad, nos da criterios de buen razonamiento y al mismo tiempo, sostener que los procesos de solución heurística pueden ser aproximaciones a esos criterios; de esta manera, sus modelos de solución heurística de problemas son en algún sentido normativos. Por tanto, no tiene una postura ni claramente estándar, ni claramente no estándar. De aquí que a partir de su idea de Racionalidad Acotada se haya desarrollado la propuesta no estándar dentro del debate sobre las heurísticas: la racionalidad ecológica, de la cual trata el próximo capítulo. Gigerenzer y su grupo de investigación, como veremos, reconocen que las reglas de inferencia de los cálculos formales pueden resultar en algunas ocasiones estrategias adecuadas, pero afirman que eso sucede cuando éstas resultan estrategias exitosas siguiendo su criterio de racionalidad ecológica.

La discusión de fondo que podemos observar entre la tradición de heurística y sesgo y la racionalidad ecológica es cuáles deben ser los estándares de razonamiento que hemos de considerar como normativos. El pensamiento de Pólya nos ayuda a entender de dónde viene la distinción y oposición que se observa en la disputa entre Kahneman y Gigerenzer sobre los criterios de razonamiento demostrativo y los criterios de razonamiento heurístico. Los escritos de Pólya, pero más explícitamente los de Simon, también nos dan una pauta para entender la relevancia de contar con estándares normativos que sean adecuados a las capacidades cognitivas del agente. En el capítulo tercero veremos, sin embargo, que la caracterización de las capacidades cognitivas del agente también está envuelta en controversia.

Notas del capítulo 1

1] Parte de las ideas presentadas en este capítulo se encuentran en Fonseca Patrón 2016.

2] [“the mental operations typically useful in this process”].

3] Todas las traducciones son mías.

4] [“Heuristic reasoning is good in itself. What is bad is to mix up heuristic reasoning with rigorous proof. What is worse is to sell heuristic reasoning for rigorous proof”].

5] [“we need heuristic reasoning when we construct a strict proof as we need scaffolding when we erect a building”].

6] [“can be formulated explicitly and quantitatively, and that can then be solved by known and feasible computational techniques”].

7] [“there are many practical problems –it would be accurate to say ‘most practical problems’– for which computational algorithms simply are not available”].

8] [“if the game of chess, limited its 64 squares and six kinds of pieces, is beyond exact computation, then we may expect the same of almost any real-world problem, including almost any problem of everyday life”].

9] Este reconocimiento lo hace Simon antes del enfrentamiento entre Deep Blue y Kasparov. La predicción de Simon fue que en diez años una computadora ganaría un campeonato mundial. Sin embargo, incluso si se considera como cumplida, el juego se dio hasta casi 40 años después de la predicción. No es muy descabellado imaginar que las dificultades para la realización de una computadora como Deep Blue fueron mayores a las esperadas.

10] [“Psychology does not much resemble classical mechanics, nor should it aim to do so. Its laws are, and will be, limited in range and generality and will be mainly qualitative. Its invariants are and will be of the kinds that are appropriate to adaptive systems. Its success must be measure not by how closely it resembles physics but how well it describes and explains human behavior”].

11] [“we derive one of the most important laws of qualitative structure applying to physical symbol systems, computers and the human brain included: Because of the limits on their computing speeds and power, intelligent systems must use approximate methods to handle most tasks”].

12] [“‘weak methods’, which experience has shown to be useful in many domains, but which may still require us to search a great deal”].

13] Se considera que un proceso optimiza cuando busca como resultado la elección del mejor elemento disponible de entre un conjunto de alternativas disponibles de acuerdo con cierto criterio. Esta noción de optimización corresponde con la idea matemática de optimización que es utilizada en ciencias computacionales y en la investigación de operaciones que trabajó Simon.

14] [“A theory based only on task requirements could not tell us how behavior depends on knowledge of relevant cues or strategies”].

15] [“In economics, we are mainly interested in the behavior of the decision maker and not in the process leading to his decision. Even if the decision maker does not behave in the manner described by the rational man procedure, it still may be the case that his behavior can be described as if he follows such a procedure. This is sufficient for the purpose of economics”].

 

16] Esta idea fue formulada originalmente por Simon en su artículo de 1955.

17] [“Theories of bounded rationality are more ambitious [than the theory of subjective utility] in trying to capture the actual process of decision as well as the substance of the final decision itself. A veridical theory of this kind can only be erected on the basis of empirical knowledge of the capacities and limitations of the human mind; that is to say, on the basis of psychological research”].

18] Stein (1996) muestra que la idea detrás de lo que llama visión estándar de la racionalidad no es tan bien definida como muchas veces se supone en la literatura.

19] [“heuristic of judgment were to be identified by the characteristic errors that they inevitable cause”].

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