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PRESENTACIÓN
PRÓLOGO
EL UNIVERSO NOVELESCO EN EL SECUESTRO DEL GENERAL DE DEMETRIO AGUILERA MALTA
Introducción
Un breve marco teórico
CAPÍTULO I EL NIVEL DE LAS FUNCIONES DE EL SECUESTRO DEL GENERAL
Primera secuencia: el secuestro de Jonás Pitecantropo
Segunda secuencia: las singulares historias de Eneas Roturante y Fúlgido Estrella en Laberinto
Eneas Roturante y su tragedia amorosa
Fúlgido Estrella y su maravillosa historia de Amor
El lazo de unión de estas historias
Tercera secuencia: Holofernes Verbofilia, su gabinete y la reacción del pueblo ante el secuestro del general
Las funciones catalíticas de El secuestro del general
Los orígenes de Jonás Pitecantropo
María y su matrimonio con un carpintero viudo
El campanero Agapito y sus verdades
Simbad, el hijo de Harpagona y de Holofernes Verbofilia
Los informantes de El secuestro del general
Los indicios de El secuestro del general
Los indicios que interactúan en Laberinto: presencia de un grupo explotador
Obsesión por el sexo
El verdadero amor conduce a la solidaridad con el hombre
Una Iglesia al servicio de los más pobres
Los indicios que tejen la vida de Verbofilia: obsesión patológica por el poder y la oratoria
Obsesión patológica de Jonás Pitecantropo por el poder y el sexo
Fascinación por obtener dinero a cualquier precio
Ignorancia y sumisión del pueblo babelandés
Los Amautas fieles a su destino: luchar por mejorar la condición humana
Los medios de comunicación y su infamante silencio
La universidad: faro que orienta hacia la verdad y la libertad
CAPÍTULO II EL NIVEL DE LAS ACCIONES DE EL SECUESTRO DEL GENERAL
Los personajes que tejen sus historias en Laberinto
Eneas Roturante: un sujeto atrapado en la angustia vivencial
Fúlgido Estrella y María: actantes que obtuvieron el amor y la conciencia de clase
Los actantes de la segunda y tercera secuencias de El secuestro del general
CAPÍTULO III EL NIVEL DE LA NARRACIÓN EN EL SECUESTRO DEL GENERAL
El tiempo del relato
Del inicio “exabrupto” al orden cronológico, a la alternancia y a los flashback o raconto
La metáfora temporal presente en El secuestro del general
Aspectos y modos del relato
El punto de vista en El secuestro del general
Narrador omnisciente:
El modo dramático:
El monólogo interior indirecto:
El monólogo interior directo:
Función de estos “puntos de vista” en El secuestro del general
CAPÍTULO IV EL REALISMO MÁGICO DE EL SECUESTRO DEL GENERAL
Un pequeñísimo marco teórico
El realismo mágico de El secuestro del general
CAPÍTULO V EL ESPERPENTO EN EL SECUESTRO DEL GENERAL
Por el camino del esperpento
Verbofilia y Pitecantropo vistos a través de los espejos cóncavos del Callejón del Gato
CAPÍTULO VI LA CLARIVIDENTE COSMOVISIÓN PRESENTE EN EL SECUESTRO DEL GENERAL
EN SÍNTESIS…
FINALMENTE, UNA ÚLTIMA CODA
BIBLIOGRAFÍA
I Relatos de Demetrio Aguilera Malta
II Estudios sobre Demetrio Aguilera Malta
III Obras generales
IV Referencias teóricas
APÉNDICE
PRESENTACIÓN
Escribir sobre los grandes escritores es un desafío que obliga a enfrentarse a la crítica literaria y replantear horizontes interpretativos novedosos que enriquezcan el campo de los estudios literarios. Precisamente, Alberto Rengifo en este libro ahonda en el universo literario del insigne escritor ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, con un objetivo claro: encontrar el significado profundo de una obra que atañe a uno de los personajes más recurrentes de la literatura latinoamericana: el dictador. El secuestro del general, novela publicada en 1973, refleja de manera satírica el caos social y político que se produce en una sociedad dominada por el populismo y las ambiciones de mantener el poder.
Más que un estudio del contexto socio histórico y anecdótico en el que se enmarca la obra, este libro busca a través del análisis puramente literario, hallar las claves que permitan al lector entender una obra poco conocida, pero que forma parte importante y fundamental del vasto mundo de la narrativa de Aguilera Malta. Si bien, muchos estudios han sido realizados sobre la ingente literatura del escritor del Grupo de Guayaquil, esta novela no ha sido motivo de una apreciación objetiva que demuestre la verdadera dimensión estética y simbólica de la última etapa del escritor de la Generación del 30. De ahí, la importancia del presente libro porque examina la ficción novelesca en su manifestación enteramente discursiva, sin remitirse de forma inmediata a posiciones ideológicas ligadas tradicionalmente a la vida y obra de Aguilera Malta.
Este trabajo ofrece un análisis exhaustivo sobre el relato y su forma de manifestarse a través de los diferentes niveles y funciones presentes en la narración. El aparato teórico en el que se sustenta el análisis de El secuestro del general se basa en propuestas de pensadores como Roland Barthes, Tzvetan Todorov, Anderson Imbert, Tomashevski, entre otros especialistas en el campo literario que priorizan el estudio de la estructura del relato para lograr una interpretación integral de un texto literario. Las categorías estudiadas por el autor permiten una progresión en el análisis de los personajes, los ambientes, el tiempo y las figuras retóricas que estructuran esta obra literaria de especial complejidad técnica y temática.
En las páginas siguientes, el lector descubrirá las estrategias narrativas que Aguilera Malta utiliza para crear un escenario en el que se conjugan sutilmente recursos del realismo mágico, tendencia de la literatura que germina en Latinoamérica y que forma parte esencial del universo literario del escritor guayaquileño. Junto a la estética esperpéntica y de lo grotesco se plasma un panorama de adversidad donde reinan por partes iguales el mito y la tragedia.
Esta obra concluye con una profunda reflexión sobre el valor de la literatura en una época donde las humanidades luchan por no ceder su espacio a la tecnocracia. El sentido del universo novelesco de El Secuestro del general… enfatiza sobre el poder de la literatura, que sin alejarse de su valor artístico y estético, pone en evidencia las situaciones anómalas que afectan a la condición humana y la capacidad de este arte para cuestionarlas en pos de su transformación. De esta manera, Alberto Rengifo hace eco de la propuesta creativa de Aguilera Malta: escribir para denunciar la injusticia social, redimir a todo ser humano y dejar viva la esperanza.
Karina Ortiz Pacheco
Docente de la Facultad de Comunicación,
Lingüística y Literatura de la PUCE
PRÓLOGO
Desde que tuve la suerte de conocer personalmente a Demetrio Aguilera Malta, en mi mente y corazón se grabó el deseo de estudiar su obra; sin embargo, por diversas circunstancias, tan solo me quedé con su novela El secuestro del general, a la que he dedicado tiempo y espacio con el gran afán de explicar e iluminar su fascinante estructura basándome en principios y métodos estrictamente literarios.
Tanto en nuestra patria como allende los mares, la voz y la vigencia de Demetrio Aguilera Malta fue y seguirá siendo admirada, valorada y respetada; no obstante, un análisis exhaustivo de lo que se ha escrito sobre esta novela en particular en el Ecuador es poco gratificante; justamente, esta fue una de las razones que me impulsó a adentrarme en la búsqueda del significado profundo que encierra El secuestro del general.
Seguramente, muchos vacíos se encontrarán en este trabajo; en todo caso, confío que el mismo constituya no solo una valiosa ayuda para todo aquel que se aventure a incursionar por el abigarrado mundo novelesco de El secuestro del general; puesto que ahora que las aguas se han aquietado, se podrá ver, sin ataduras ni prejuicios, una realidad ecuatoriana que reclama simplemente justicia, aquella que es alimento para el alma y el cuerpo; pero aspiro también que el presente trabajo motive a emprender nuevos estudios sobre esta novela que todavía tiene mucho que decirnos y mostrarnos.
Mi agradecimiento sincero al Dr. César Eduardo Carrión por su constante estímulo para que este sueño se convierta en realidad, y la realidad en libro. A Karina Ortiz, apacible y delicada amiga, por darse el “trabajito” de leer el manuscrito a cambio de una amistad que perdurará en silencio para toda la vida.
Y por cierto, gracias a mi familia. Dicen, que lo más valioso de nuestra vida no es tanto lo que se tiene, sino a quién se tiene, y en esta etapa de mi vida, miro al cielo y con los brazos extendidos hacia el infinito doy gracias a Dios por permitirme gozar del respeto y amor que me brinda a raudales mi adorada familia.
EL UNIVERSO NOVELESCO EN EL SECUESTRO DEL GENERAL DE DEMETRIO AGUILERA MALTA
Introducción
Pretendemos con este trabajo rescatar del olvido y justipreciar la novela El secuestro del general escrita por Demetrio Aguilera Malta,1 publicada en México en agosto de 1973. Desgraciadamente, una revisión bibliográfica de la crítica literaria ecuatoriana acerca de esta novela arroja resultados poco satisfactorios, pues no existen estudios, propiamente dichos, que la iluminen y la valoren convenientemente. La gran mayoría de ellos no pasan de ser recensiones que a veces propician interpretaciones si no falsas, por lo menos un tanto ambiguas. Esto sucede, por ejemplo, con la anotación que hace Antonio Sacoto Zalamea en su libro La nueva novela ecuatoriana, Cuenca, Universidad de Cuenca, 1981, cuando resume en un párrafo toda esta obra magistral (p. 223):
En El Secuestro del general, Aguilera Malta incorpora los dibujos animados a la técnica novelesca para caricaturizar tiranuelos y embotados. Así en Babelandia se da comienzo al gran show contemplado por el capitán Fúlgido Estrella y en donde predominan las fuerzas del mal… dirigidas por Jonás Pitecantropo, Holofernes Verbofilia. No podía faltar el Pato Donald, la tortuga D’Artagnan, King-Kong, etc. Todo esto sin embargo, es la triste realidad americana y el caricaturesco Verbofilia, dictador, es tan cruel y calculador como cualquier otro tirano y sus métodos tan funestos como los de cualquier otra dictadura.
Este comentario, a nuestro parecer, no es sino una paráfrasis de la recensión de la novela que hiciera Alfonso Carrasco V., publicada en la revista “El guacamayo y la Serpiente”, n.° 9, el 9 de junio de 1974, quien, en uno de sus párrafos, se pregunta: ¿Es una “caricatura” de Disney, Barbera o Lantz? ¿El Pato Donald está otra vez metido en una aventura en un país perfectamente utópico? ¿La Tortuga D’Artagnan luchando contra un Anti-King-Kong en Babelandia? (El resaltado es nuestro).
Nuestra respuesta, después de leer, releer la novela y estudios que han penetrado en ella, es un NO rotundo. No hay tal Pato, ni tal Tortuga, ni tal King-Kong; lo que sí hay es la representación de una realidad mítica, fantástica, esperpéntica a través de diferentes recursos: el realismo mágico, la caricatura, el esperpento, la visión estereoscópica de la realidad, la integración de la ciencia y la tecnología como actividad en el producto literario; pues, de lo que se trata es de “extrañificar” ―como dirían los formalistas rusos― la realidad para que no olvidemos (lectores acuciosos, acelerados o despistados) que este relato es tal vez nuestra propia bufonada que constantemente la vivimos.
Otra apreciación que se ubica en el andarivel propuesto por Sacoto y Carrasco es la anotación que hace Jorge Dávila Vásquez, cuando en el prólogo a la novela Jaguar de Aguilera Malta, publicada en 2004, dentro de esa magnífica y fructífera Campaña Nacional Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura, en la página 12, escribe: “Luego vinieron las novelas El secuestro del general, obra de una experimentalidad que bordea el expresionismo y el cómic, pero que no cuaja en fruto redondo y maduro (1973), Jaguar, especie de amplificación de El tigre …”. Ante esta aseveración, nosotros oponemos otra que es resultado de un verdadero estudio de la novela en cuestión:
Esta obra se revela como una novela moderna tanto en la exposición de los recursos técnico-estilísticos como en la irrupción de la ciencia y la tecnología. …
El secuestro del general ofrece la visión de un novelista que quiere crear un mundo autónomo, distante, con funciones sociales, que invita al lector a participar y a descubrirlo, a través de sus cualidades emocionales y sus recursos intelectuales.2
O esta otra:
El secuestro del general es una de las novelas más interesantes del grupo [Bellini se refiere al grupo de novelas que hablan de la dictadura, refiriéndose a El recurso del método, Yo el supremo, El otoño del Patriarca] y de las más logradas de Demetrio Aguilera Malta,… En El secuestro del general el novelista asombra de repente al lector por la novedad de su estilo, el poder incansable de su fantasía, la novedad absoluta de su denuncia de la dictadura. Es un nuevo momento de su arte narrativo en el que la magia linda continuamente con el trastorno.3
Desafortunadamente o felizmente, son otros críticos, allende nuestras fronteras, los que se han preocupado por analizar esta novela. Tal es el caso, por ejemplo, de Guiseppe Bellini, Clementine Rabassa, Karl Heise, Michel Waag y, en especial, Mohammed Mikou, quien, en su Memoria para optar al grado de Doctor en la Universidad Complutense de Madrid, dedica todo el capítulo tercero de su tesis, La novela de la dictadura en el Ecuador de los años setenta, a estudiar muy detalladamente El secuestro del general. Como se ve, es hora de desempolvar esta novela que mucho tiene que decirnos y revelarnos hoy, en la actualidad. Pensamos que el análisis de las funciones, acciones y narración nos facilitará la tarea de acercarnos con mayor certeza al sentido del mundo novelesco de esta novela que, como bien lo señalara Eduardo Rodríguez Oramas, en el prólogo a la reedición publicada en la Habana, Cuba, en 1980, “es una novela que cumple perfectamente su doble función de entretener y hacer pensar”.
A propósito de esta afirmación de Rodríguez Oramas, viene a mi mente la enorme felicidad que sentí al conocer personalmente a Demetrio Aguilera Malta. Él, en junio de 1977 en México, había presentado su nueva novela: Jaguar. El 16 de julio del mismo año, vino a Quito a presentarla. Este acto se realizó en una pequeña librería que quedaba en la Diez de Agosto y Veintimilla a la altura del Parque Julio Andrade. Yo, a la sazón, estudiante de pregrado de letras en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, motivado por mi gran profesor Diego Araujo Sánchez, asistí a la presentación llevando entre mis manos sus dos últimas novelas: El secuestro del general y Jaguar. Ya las había leído y muchas preguntas e interrogantes bullían en mi cerebro.
Un señor, a quien no conocía, hizo una “pobre” presentación del autor. Luego, Demetrio Aguilera Malta se presentó y habló de su vida y de su pasión: escribir. Cuando llegó el momento de hacer preguntas, con la intrepidez que proporciona la primera juventud pregunté y pregunté, tanto que casi se produjo un diálogo entre él y yo. La última pregunta que le hice fue, más o menos, la siguiente: “Don Demetrio, ¿no tiene miedo que esta dictadura de tres milicos, de ‘tres gorilas’, que nos gobierna, le cojan preso y lo maten?”. Su respuesta fue contundente: “Pues, fíjese que no. Nunca he escrito con temor ni favor a nadie. Continuaré escribiendo, a medida que me permita mi enfermedad [diabetes], y denunciaré siempre los atropellos, la injusticia social y racial. Creo en el hombre capaz de crear un mundo para todos y no solo para unos cuantos”. Al finalizar la presentación, me acerqué a Aguilera y le pedí que firmara mi ejemplar del Jaguar. Él, con una amplia sonrisa y un efusivo estrechón de manos, no solo que firmó sino que escribió la siguiente dedicatoria: “Para Alberto Rengifo, cuyas preguntas se las tendrá muy en cuenta el Jaguar y el humilde presentador de él, en el mundo de las letras. Con la amistad de DAguileraMalta. Quito 16/julio/77”.4
Por todo lo afirmado, es justo y necesario emprender un estudio que, basado en principios y métodos estrictamente literarios, explique e ilumine el mundo novelesco de El secuestro del general; es decir, pretendemos captar la estructura significativa global de esta novela, y cuando hablamos de una estructura significativa global nos referimos al “Conjunto de relaciones entre los diferentes elementos que la constituyen, de manera que no es posible entender una de sus partes sin referirse al todo y a un eje central que determina la naturaleza, significación y necesidad de cada elemento”.5 Para esto, recurriremos a algunas herramientas de análisis que propone el “estructuralismo” porque este método como criterio analítico es muy útil y fecundo para descubrir las relaciones entre lo manifiesto y lo oculto.6
Un breve marco teórico
Por lo anteriormente expuesto, conviene hacer algunas anotaciones sobre tres obras clave que guardan entre sí mucha similitud y una misma línea de acción, y constituyen la base teórica principal de nuestro trabajo. Nos referimos a Introducción al análisis estructural de los relatos de Roland Barthes, Las categorías del relato literario de Tzvetan Todorov y La Temática de Tomashevski.
Estos tres trabajos participan de una interrogante común: “¿Cómo aislar el campo de lo que es propiamente literario dejando a la sicología y a la historia lo que le corresponde?”.7 En el esfuerzo por contestar esta pregunta es de capital importancia la anotación de Roland Barthes, cuando señala que “el discurso” debe ser objeto de una segunda lingüística y, por consiguiente, para el discurso:
… es necesario establecer la consiguiente hipótesis homológica: estructuralmente el relato participa de la frase sin poder nunca reducirse a una suma de frases: el relato es una gran frase, así como toda frase constatativa es, en cierto modo, el esbozo de un pequeño relato.8
Así pues, Barthes, cuando trata de satisfacer la necesidad de encontrar y definir “la lengua del relato”, no hace sino responder a lo que Todorov a su vez se preguntaba: “¿Cómo elegir entre las múltiples significaciones que surgen en el curso de la lectura, las que tienen que ver con la literariedad?”.9
De esta suerte, Barthes, Todorov y, en alguna medida, Tomashevski establecen una lengua del relato. Por ejemplo, Barthes,, para estudiar un relato, establece tres niveles: funciones, acciones y narración.
Cuando Barthes habla del nivel de las funciones y establece los cuatro tipos de funciones: núcleos, catálisis, indicios e informaciones, nos parece estar leyendo a Tomashevski, cuando manifiesta sus motivos dinámicos, estáticos, libres y asociados. Y así como Barthes clasifica las funciones en dos grupos: distribucionales e integradoras, Tomashevski divide sus motivos en los que pertenecen al argumento y motivos que pertenecen a la trama. Y por este lado se conecta con el trabajo de Todorov, que establece una diferenciación del relato como historia y del relato como discurso.
Otros puntos de coincidencia de estos trabajos son los relacionados con la situación narrativa, los modos del relato, el tiempo del relato.
Nos parece importante señalar también que sobre el aspecto de comunicación narrativa o perspectiva narrativa existen trabajos de gran valor; aunque, si bien es cierto, no existe todavía una teoría unificada y definitiva de la perspectiva narrativa;10 sin embargo, los trabajos de Tacca, Anderson lmbert, Friedman, etc., constituyen una fuente de buenos recursos para enfrentar asunto de radical importancia.
En cuanto a determinar la cosmovisión que Aguilera Malta presenta en esta novela, manejaremos el concepto que sobre cosmovisión sustenta Lucien Goldman; es decir, como ese “conjunto coherente de problemas y de respuestas que se expresa, en el plano literario, por la creación con la ayuda de palabras, de un universo concreto de seres y de cosas”.11 Dicho en otras palabras: el escritor mediante su relato expresa su particular manera de mirar las cosas y el mundo que le rodea. Y es esta particular manera de mirar el mundo la que denominamos “cosmovisión”.
Y aquí conviene hacer una aclaración fundamental: estamos conscientes de que la “cosmovisión” de Aguilera presente en esta novela no es, lógicamente, producto de su sola experiencia o de su sola forma de pensar, sino el producto de la influencia de muchas experiencias, de muchos pensares; es decir, es la cosmovisión de un grupo social al que Aguilera estuvo fuerte o débilmente ligado. Sin embargo, no vamos a entrar en la tarea explicativa que señala Goldmann, esto es: insertar la cosmovisión de Aguilera en una estructura más vasta, reconocida en la tendencia de un grupo social, porque nuestra intención no es hacer “una sociología de la novela”. Pretendemos, modestamente, comprender e interpretar el universo novelesco que plantea El secuestro del general.
1 Tanto en el Ecuador como en el mundo entero, mucho y muy bien se ha escrito acerca de la vida y obra de Demetrio Aguilera Malta. En todos los estudios se anotan rasgos biográficos de Aguilera y se analizan, por supuesto, sus cuentos que forman parte del volumen Los que se van, sus novelas que constituyen lo que se ha denominado saga mítica: Don Goyo, La isla Virgen, Siete lunas y siete serpientes, Jaguar. Sin embargo, creo que para tener una visión amplia y precisa acerca de la vida y arte de Aguilera es necesario leer tres obras clave: “Don Goyo, Figura grande de la epopeya costeña” que es un estudio preliminar de Hernán Rodríguez Castelo, publicada en la colección Clásicos Ariel, n.° 6; Del realismo al expresionismo de Gerardo Luzuriaga, editada en Madrid, en Plaza Mayor Ediciones (1971) y El estudio introductorio que hace Raúl Serrano a Don Goyo, publicado en la colección Antares, Libresa, n.° 155, (2013).
2 Mohamed Mikoud, La novela de la dictadura en el Ecuador de los años setenta: la imaginación al servicio de la realidad, Madrid: Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2007, p. 328.
3 Giuseppe Bellini, De héroes, tiranos y brujos: estudios sobre la obra de Miguel Ángel Asturias, Madrid: Editorial del Cardo, facilitado por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, p. 12.
4 Ver en el apéndice la copia de lo que escribió Aguilera Malta en mi ejemplar de su novela Jaguar.
5 Sara Sefchovich, “Lucien Goldmann y el estructuralismo genético” en Literatura, ideología y lenguaje, México, Grijalbo, 1976, p. 49.
6 Este método utilicé para realizar mi tesis doctoral sobre La narrativa de Alfredo Pareja Diezcanseco. Me facilitó la tarea de establecer los rasgos peculiares de sus once novelas (desde El Muelle hasta La Manticora), determinar su evolución y sacar a luz, con la mayor objetividad posible, su cosmovisión presente a lo largo de casi un medio siglo de novelar.
7 Tzvetan Todorov, “Las categorías del relato literario”, Comunicaciones, 5.ª ed., s.l., Ediciones niebla, 1976, p. 155.
8 Roland Barthes, “Introducción al análisis estructural de los relatos”, Comunicaciones, 5.ª ed., s. l., Ediciones Niebla, 1976, p. 13.
9 Todorov, ob. cit. p. 155.
10 En estos días, circulan los términos homodiegético, heterodiegético, extradiegético para hablar sobre el dador del relato; es decir, acerca del narrador ya sea testigo en primera persona, en tercera persona, omnisciente, etc.
11 Lucien Goldmann, Le Diu cache, París, Gallimard, 1975, p. 349.