Manual de psicología

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El inconsciente

A través de sus experiencias en el tratamiento de enfermos mentales, Freud descubre la gran importancia de una zona oscura, que no es accesible en forma normal a la persona y que es determinante en su vida. Se trata del inconsciente, que es dinámico. Freud lo compara a una caldera en ebullición; está permanentemente influyendo en la vida sin poder tener la persona un manejo de él debido a su desconocimiento. Constituye la mayor parte de la vida psíquica y en él se encuentra el origen de los trastornos psicológicos. La hipnosis, utilizada por Breuer, era un cierto camino para llegar al inconsciente.

Freud, en un comienzo, sigue con sus propios pacientes utilizando el método de la hipnosis para penetrar en las causas profundas de los trastornos psíquicos. Estas causas en la histeria producen trastornos físicos, los que Freud atribuye a un proceso de canalización de la energía que no encuentra su expresión adecuada.

Este método de la hipnosis no convence plenamente a Freud, porque muchos pacientes no pueden entrar en el sueño profundo de la hipnosis y por otra parte, cuando lo hacen, no pueden recordar lo que pasó durante el tiempo que estuvieron hipnotizados; sólo podían saberlo por el psicoanalista. Él busca otro modo de llegar a las causas inconscientes y producir la catarsis liberadora.

Libre asociación. Freud descubre que sus pacientes en un estado de relajación –para lo cual se recuestan en un diván– y dejándolos que hablen libremente, asocian diferentes elementos, con lo que van sacando a la luz experiencias, en general de su primera infancia, que están en su inconsciente y que van dando pistas al psicoanalista para ir uniéndolas y ayudándose con algunas intervenciones –las mínimas– a descubrir las causas de los trastornos psíquicos.

Estas experiencias infantiles, causantes de los problemas posteriores de neurosis e histeria, han sido traumáticas –es decir, han producido un shock imposible de asimilar normalmente por la persona–, por lo que ésta permanece con una fijación en los elementos del momento traumático, y es incapaz de salir de ella por sus propios medios.

La asociación libre es complementada por el psicoanalista con una asociación dirigida, pues al ir él uniendo elementos descubiertos en el tratamiento, quiere ahondar en lo que percibe como conflictivo y, para ello, le pide al paciente que vincule estos elementos con los que el psicoanalista ha registrado previamente.

Interpretación de los sueños. Otra manera de darse a conocer el inconsciente es a través de los sueños. La teoría de Freud es que en el estado de vigilia existe una censura que no deja pasar elementos inconscientes que no están conformes con las costumbres o reglas sociales o con el propio sentido de lo que es correcto o moral, elementos que han sido reprimidos.

Sin embargo, en el sueño se manifiestan sentimientos o deseos reprimidos, ya que la censura disminuye en ese estado. La manifestación de ellos no es clara, pues el inconsciente usa ciertos mecanismos para disfrazar los deseos y sentimientos y así engañar a la censura, la que está disminuida pero no suprimida.

Los mecanismos más utilizados son el de sustitución, por el cual se reemplaza una persona u objeto por otro con el que existe una relación, y el de simbolización, en el que se utilizan símbolos que representan determinadas realidades; por ejemplo, el nacimiento, a través del agua; la muerte, a través de un viaje o partida.

El psicoanalista interpreta estos sueños, que le ayudan, juntamente con el material que ha ido elaborando de la libre asociación, a penetrar en las causas inconscientes del trastorno psíquico.


Maurits Cornelis Escher, “Print Gallery”, grabado de 1956.

Actos fallidos. Son actos equivocados, pero que tienen la particularidad de estar señalando un material inconsciente, ya sea un sentimiento o un deseo.

Ejemplo: el papá de una novia, quien internamente no aceptaba al novio de su hija, después de la bendición de las argollas en que todos los abrazan felicitándolos, abraza al novio y le dice “Hasta lueguito”.

Hasta aquí hemos visto al psicoanálisis como un método terapéutico. Así nació con Freud y, con algunas modificaciones, aún se usa como terapia; pero Freud descubrió que la mente de las personas sanas no funciona en forma diametralmente distinta que la de las enfermas, y que los descubrimientos que él había hecho con personas histéricas o neuróticas servían para todos los seres humanos. De modo que la importancia del inconsciente en el actuar humano es común a todos los hombres, y los sueños y actos fallidos como revelación del inconsciente son también comunes.

TEORÍA DE LA PERSONALIDAD

Freud desarrolla una teoría de la personalidad que pretende explicar la dinámica y los conflictos, en general, de los seres humanos.

La personalidad está constituida por tres elementos:

1º. El Ello. Es la parte que tiene la energía, la fuerza del individuo: en ella se encuentran los instintos. Freud le da la mayor importancia al instinto sexual, que está en función de la conservación de la especie.

Este instinto es la principal energía de la persona, él lo llama libido y es reprimido en función de principios sociales, morales o religiosos. Al ser reprimido y no encontrar su natural cauce de expresión, produce los trastornos psicológicos.

El pensamiento de Freud respecto a la sexualidad es muy novedoso en su época, pero genera gran escándalo. Es la época de la moral victoriana en que todo lo sexual era especialmente escondido y reprimido. Freud afirma que la sexualidad y el placer erótico están presentes desde que el niño nace.

Él extiende esta identificación de sensaciones placenteras con lo erótico aun a sentimientos no corporales; por ejemplo, a la ternura, que la ve como una sublimación de lo sexual. Elabora, a su vez, una teoría sexual para explicar el apego del hijo a la madre en los primeros años de la niñez, teoría que se conoce como el complejo de Edipo, recordando la tragedia griega en que el hijo se casa con la madre y mata al padre. El niño, según Freud, en sus primeros años, siente atracción por la madre y celos de la relación de la madre con el padre, por lo cual rechaza al padre; pero al mismo tiempo se siente culpable de este rechazo, porque también él quiere al padre. Y aquí comienzan los conflictos que pueden llevar a una neurosis. Este complejo debiera irse solucionando normalmente, alrededor de los siete u ocho años, en que el padre empieza a ser modelo de masculinidad para el niño. A veces, el complejo de Edipo no se soluciona y el hijo queda pegado en la relación absorbente con la madre y en el rechazo al padre. En el caso de la niña, la atracción es hacia el padre y los celos con la madre; éste es llamado el complejo de Electra.


“Narciso”, Michelangelo Merisi da Caravaggio, 1545.

Cuando la energía sexual queda fijada en el propio yo, se produce el problema del narcisismo –término también tomado de la mitología griega en que Narciso se enamora de su propia imagen–. El narcisismo impide la posibilidad de amar a otro.

Esta importancia tan grande del instinto sexual como fuente primordial de energía y también como la causa de los conflictos psicológicos, ha sido de las partes más discutidas de la teoría freudiana y de ella se alejaron sus primeros y muy importantes discípulos: Adler y Jung.

Adler piensa que los problemas del hombre vienen de sus ansias de poder como una manera de superar su sentimiento de inferioridad y Jung reconoce también otras fuerzas en el hombre, además del instinto sexual, fuerzas espirituales.

Todo el material del ello pertenece al inconsciente y el principio por el cual se rige es el principio del placer.

2º. El Yo. Es la parte de la personalidad que se maneja con la realidad del mundo y de los otros que nos rodean. Se da cuenta de las necesidades, de los requerimientos que se nos presentan y responde a ellos.

A pesar de que parece ser la parte consciente y racional del hombre, no es completamente consciente; no maneja todo el material con que trabaja; dentro de la conciencia existen recuerdos, observaciones que están en el pre-consciente, los que, a voluntad, puede hacer volver a la conciencia.

El Yo es el que relaciona y concilia al Ello con el Superyó y el mundo exterior. Debe permitir al Ello que se manifieste lo bastante como para que deje de ser una amenaza peligrosa y, por otra parte, controlarlo para que no entre en conflicto con el mundo exterior. Es el coordinador de la avenencia. El Ello demanda satisfacer sus necesidades y el Yo decide si es posible, cómo y dónde satisfacerlas, lo que no siempre puede lograrse. Freud da el ejemplo de un jinete con su caballo, el caballo sería el Ello y el jinete, el Yo.

3º. El Superyó. Es la parte de nuestra personalidad formada mediante la educación y la socialización, la que nos señala lo que debemos y lo que no debemos hacer, la que moraliza y reprime, en especial, a la fuerza instintiva.

La represión que sufre el Ello por parte del Superyó puede también producir la sublimación de la libido, canalizándose ésta creativamente a través del arte, de la religión, de las ciencias o de labores sociales, actividades por medio de las cuales la fuerza del Ello encuentra la aprobación del Superyó.

Este mandato social o moral del Superyó no es siempre consciente, gran parte de él se ha interiorizado y actúa en forma inconsciente.

 

SANACIÓN DE CIERTAS ENFERMEDADES MENTALES A TRAVÉS DEL PSICOANÁLISIS

Objetivos del método psicoanalítico

1º. Traer al consciente la o las experiencias intolerables que estaban reprimidas en el inconsciente.

2º. Lograr separarlas de su carga emocional mediante la catarsis y asumirlas en forma consciente e integrarlas a la vida del Yo.

Durante todo el tratamiento está presente el fenómeno de la transferencia, por la cual el paciente pone en el psicoanalista la carga afectiva producida por las experiencias dolorosas o intolerables. Este mecanismo ayuda en la curación al producirse una cierta descarga emotiva.

Mecanismos de defensa

Anteriormente hemos hablado de algunos mecanismos de defensa utilizados tanto por el Yo como por el Superyó, pero ahora, para una mayor claridad, haremos una lista de ellos:


Represión: El Superyó empuja al inconsciente el material inadecuado e impide su paso a la conciencia. Esta inadecuación es consecuencia, por lo general, de estar en contra de las costumbres o mandatos sociales y morales o por perturbar la propia idea del Yo.

Este mecanismo es importantísimo en toda la explicación freudiana, en particular de los trastornos psíquicos.

Sublimación: Desplazamiento del objeto al que se dirige el instinto, reemplazándolo por otro socialmente aceptado.

Freud considera al arte y a la religión como objetos de sublimación de la libido.

Transferencia: Cambio del objeto al cual se dirigen los sentimientos.

Es un fenómeno muy frecuente en el tratamiento psicoanalítico, en el que los sentimientos tanto de amor como de odio que perturban al paciente se transfieren a la persona del terapeuta.

Regresión: Es la vuelta a etapas anteriores del desarrollo. Por ejemplo, un niño que vuelve a chuparse el dedo cuando nace un hermano; también puede volver atrás en el lenguaje.

Proyección: Poner en otros los sentimientos propios. Por ejemplo, tengo mucha agresividad con alguien y no la percibo en mí, sino que la interpreto como que el otro me está tratando en forma muy agresiva.

Negación: Actitud de no ver los problemas o dificultades que existen. Por ejemplo, una madre que tiene muchos problemas de relación con su hija adolescente, pero no los ve. Cree que todo funciona perfectamente.

Racionalización: Intelectualizar, buscar razones que justifiquen los sentimientos o conductas indebidas.

LEGADOS IMPORTANTES DE LA DOCTRINA FREUDIANA

1º. Importancia de la niñez en el desarrollo ulterior del ser humano.

Según Freud, las malas experiencias en la niñez hacen al adulto más vulnerable frente a las dificultades posteriores.

Hasta Freud no se le había dado mayor importancia a los primeros años de la vida del niño; aun sabemos que en épocas pasadas hubo la costumbre de mandar criar a los hijos hasta cierta edad.

2º. Existencia de una gran parte de la vida psíquica que no es consciente y que tiene una enorme influencia en el actuar de la persona.

3º. Fuerza del instinto sexual y su influencia en la vida psíquica.

4º. El psicoanálisis: método para conocer el inconsciente y para curar la neurosis.

5º. Descubrimiento de ciertos mecanismos de defensa utilizados como estrategias de sobrevivencia.

Resumen R

Freud crea el método psicoanalítico para tratar los trastornos psicológicos.

Según Freud, la causa de estos trastornos se encuentra en el inconsciente, debido a la represión efectuada sobre su contenido, especialmente en lo que se refiere al instinto sexual.

La manera de poder conocer este material inconsciente es a través de la libre asociación y de la interpretación de los sueños.

El conocimiento de las causas de los trastornos, acompañado de la emoción revivida, es el método utilizado para producir la sanación.

Estructura de la personalidad: Se compone de tres elementos: el ello, la fuerza instintiva, dominada por el instinto sexual; el yo, el que se relaciona con la realidad, y el superyó, que representa la moral y las costumbres sociales y culturales. La relación entre las diferentes partes es conflictiva y generalmente constituye la fuente de las neurosis. Una manera de rehuir estos conflictos es generar mecanismos de defensa.

Vocabulario V

Acto fallido: Acción equivocada que revela algún contenido inconsciente.

Catarsis: Descarga emotiva de aquellos contenidos del inconsciente que perturban o desequilibran.

Censura: Mecanismo utilizado por el superyó para impedir el paso hacia la conciencia de ciertos contenidos perturbadores que están en el inconsciente.

Hipnosis: Producción de un sueño artificial a través del influjo de una persona: el hipnotizador. En este sueño la persona puede actuar o hablar siguiendo las instrucciones del hipnotizador y tiene acceso a contenidos inconscientes a los cuales no accedería estando despierta.

Histeria: Enfermedad mental que manifiesta los problemas psicológicos a través de síntomas físicos, como parálisis, ceguera, etc.

Inconsciente: Parte de la personalidad que no es accesible a la conciencia de manera voluntaria. En la teoría psicoanalítica tiene mucha importancia, porque en él se encuentran las vivencias de la primera infancia y el material reprimido, causa de muchos de los problemas psicológicos.

Libido: Energía sexual.

Neurosis: Enfermedad mental caracterizada especialmente por la inestabilidad emocional y la angustia.

Preconsciente: Parte de la personalidad que no está actualmente presente en la conciencia, pero que es susceptible de ser traída a ella en cualquier momento, en forma voluntaria.

Represión: Acto de relegar al inconsciente los contenidos censurados, ya sean deseos, recuerdos o fuerzas instintivas.

Trauma: Herida; suceso psíquico de un fuerte carácter afectivo negativo.

Fijación: Permanencia psicológica persistente de un objeto de la libido, lo que lleva a la dependencia emocional. Es un fenómeno que se produce generalmente con connotaciones erótico-sexuales hacia un objeto de la infancia y que persiste en la vida posterior. La fijación hará que el sujeto tenga problemas para establecer nuevos vínculos emocionales.

Terapia: Método psicológico que busca la mejoría de algún problema de la psiquis. Puede haber también terapias fisiológicas.

Terapéutico: Elemento o factor que produce mejoría.

Actividad A

1. Analizar en grupo algún sueño de uno de los participantes, y descubrir si en él pudiera existir alguna sustitución o simbolización y si en él se revela algún deseo o sentimiento inconsciente.

2. Conversar libremente en un grupo y tratar, al final de la conversación, de seguir el hilo desde su comienzo y cómo fue cambiando el tema, con la finalidad de descubrir cómo se produjeron las asociaciones.

3. Jugar a dar una lista de palabras y escribir lo primero que viene a la mente. Analizar las asociaciones y el porqué a veces se asocia determinada palabra con algo que aparentemente no tiene relación.

6. CARL ROGERS (1902-1987)


Carl Rogers.

Este psicólogo norteamericano desarrolla su teoría psicológica a partir de su trato como psicoterapeuta con enfermos neuróticos, pero después la extiende a toda persona y especialmente al campo educativo.

Libros principales: El proceso de volverse Persona, Psicoterapia centrada en el cliente, Libertad y creatividad en la educación.

Caso:

Josefina, una joven de quince años, tiene muchas facilidades para la danza y le pide a su mamá que le tome clases, porque ella quiere ser bailarina de ballet.

La mamá le dice que no, porque la vida de las bailarinas es muy difícil; que ella sabe más, pues tiene experiencia de vida, así es que lo que ella decida para su hija es lo mejor; piensa que ésta no se halla capacitada para elegir.

Josefina insiste en que ella debe elegir, pues es su vida.

¿Qué piensas? ¿Cuál postura es más válida: la de Josefina o la de su mamá?

Después de que estudies el pensamiento de Rogers, revisa tu respuesta.

Carl Rogers nombra a su terapia “Psicoterapia de persona a persona”. Son tan personas el psicoterapeuta como quien lo consulta. Hay una igualdad básica de ser personas y no una superioridad del psicólogo. También la llama: “Terapia no directiva”. Sostiene que el terapeuta no debe dirigir, porque sería decidir por la persona en tratamiento y manejarla. Debe acompañarla en una búsqueda común, para que el que consulta llegue a ser quien es desde su interioridad, descubriendo por sí mismo sus potencialidades y valores.

Otra manera de llamar a su terapia es “Terapia centrada en el cliente”. Nos llama la atención el que él hable de cliente, porque esta palabra tiene para nosotros un tinte comercial, y estamos acostumbrados en medicina a hablar de paciente, pero Rogers insiste en que la palabra paciente indica un rol pasivo en el tratamiento, y en cambio quien consulta debe tener un rol activo: pensar y decidir por sí mismo.

Rogers tiene una gran fe en el ser humano y en sus posibilidades. La persona sólo necesita que se le dé una oportunidad para desarrollarlas: que se le proporcionen las condiciones favorables de una atmósfera de comprensión y confianza. Plantea que también están en ella sus capacidades de sanar. Él piensa que las personas son básicamente buenas y saludables.

Lo más importante en el terapeuta es su actitud de aceptación incondicional y de comprensión empática. Estas actitudes son absolutamente necesarias para que el cliente saque de sí mismo las energías y la fuerza para superar sus problemas. Respetando a la persona y empatizando con sus sentimientos, piensa con ella y no por ella y la acompaña en el camino de sus decisiones.

Rogers atribuye la causa de los problemas a una incongruencia entre el yo auténtico: self, y el ideal de sí mismo que se ha formado mediante los estándares sociales. Esta incongruencia produce la desvalorización de sí mismo, el sentir situaciones de la vida como amenazantes y crear mecanismos de defensa como la negación (negar los problemas, no querer verlos ni reconocerlos) y la distorsión perceptiva (arreglar inconscientemente el material percibido). Pero los mecanismos de defensa no logran suprimir la angustia, sino que la aumentan. Por eso es tan importante la actitud del terapeuta, quien con su aceptación y valoración lo acompaña a descubrir sus aspectos positivos y a recuperar una buena autoimagen.

Rogers también emplea las terapias de grupo, en que mediante la interacción con el grupo y de su aceptación por parte de quienes lo conforman, se va logrando perder el temor de mostrarse tal cual se es y de sacarse las caretas con que muchas veces se esconde el verdadero yo. El logro que se persigue a través de estos grupos es confiar en el juicio propio y que no dependa la valoración personal solamente de la valoración ajena.

Estas mismas teorías son aplicadas a la educación. El alumno debe sentir la aceptación de él como persona por parte del maestro y la empatía por lo que está viviendo y sintiendo. La labor del maestro es ayudar al descubrimiento y desarrollo de las posibilidades que el alumno tiene en sí.

Resumen R

Carl Rogers piensa que las personas tienen en sí la capacidad de salir de sus problemas y desarrollar sus potencialidades. Necesitan para ello de un ambiente de estímulo proporcionado por la comprensión empática del terapeuta en caso de neurosis o del educador cuando se trata de aprendizaje.

Vocabulario V

Autoimagen: Imagen o apreciación que se tiene de sí mismo. Esta puede ser positiva o negativa.

Distorsión perceptiva: Efecto que se produce al cambiar inconscientemente el material de la percepción.

Empatía: Sintonía con los sentimientos de otra persona.

Terapia de grupo: Método terapéutico a través de la interacción de un grupo de personas.

Actividad A

1. Revisar lo contestado en el caso de la niña que quería ser bailarina, según el pensamiento de Rogers.

2. Interpretar el siguiente caso, apoyándose en las ideas de Carl Rogers.

Pedro es un niño nacido en una familia de personas muy inteligentes y en la cual todos han tenido muy buenos resultados académicos.

 

A Pedro no le interesa mucho el estudio y sus calificaciones son mediocres. Él siente que su familia lo considera poca cosa y que todos ellos piensan que él permanecerá en la mediocridad.

Pedro se enamora y empieza a pololear con Sofía. Ella ve en Pedro lo que ninguno de sus familiares había visto: descubre en él una gran sensibilidad y lo apoya en sus experimentos artísticos. Pedro comienza a crecer como artista con mucho talento y, curiosamente, no sólo desarrolla su lado artístico, sino que también se empieza a interesar por otras materias y a rendir bien en ellas.

Explique qué pasa en las dos etapas de Pedro:

a) ¿Por qué al principio no se ve en él interés ni empuje por salir adelante airosamente?

b) ¿Por qué se produce el cambio en él?

3. Vicente es una persona que tiene una muy mala imagen de sí mismo. Siempre que él está en un grupo y da una opinión le parece que todo el mundo se ríe de él.

a) ¿Corresponderá a la realidad esta percepción de Vicente?

b) Si así no fuera, ¿cómo se podría explicar la percepción de Vicente?


“Friso de bailarinas”, Edgar Degas.

TEXTO COMPLEMENTARIO

Casos presentados por Sigmund Freud

Durante algún tiempo he tenido ocasión de estudiar, con todo detalle, a una niña que pasó por diversos estados psíquicos. En la demencia frenética con que comenzó su enfermedad, mostró una especial repulsión hacia su madre, insultándola y golpeándola en cuanto intentaba acercarse a su lecho. En cambio, se mostraba muy cariñosa y dócil para con su hermana, bastante mayor que ella. A este período de excitación siguió otro más despejado, aunque algo apático y con grandes perturbaciones del reposo, fase en la que comencé a someterla a tratamiento y a analizar sus sueños. Gran cantidad de los mismos trataba, más o menos encubiertamente, de la muerte de la madre. Así, asistía al entierro de una anciana o se reía sentada a la mesa con su hermana, ambas vestidas de luto. El sentido de estos sueños no ofrecía la menor duda. Conseguida luego una más firme mejoría, aparecieron diversas fobias, entre las cuales la que más le atormentaba era la de que a su madre le había sucedido algo, viéndose incoerciblemente impulsada a retornar a su casa, cualquiera que fuese el lugar en que estuviese, para convencerse de que aún se hallaba con vida. Este caso, confrontado con mi experiencia anterior en la materia, me fue altamente instructivo, mostrándome, como una traducción de un tema a varios idiomas, diversas reacciones del aparato psíquico a la misma representación estimuladora. En la demencia inicial, dependiente, a mi juicio, del vencimiento de la segunda instancia psíquica por la primera, hasta entonces reprimida, adquirió poder motor la hostilidad inconsciente contra la madre. Luego, al comienzo de la fase pacífica, reprimida la rebelión y restablecida la censura, no quedó accesible a dicha hostilidad para la realización del deseo de muerte en que se concretaba, dominio distinto del de los sueños, y, por último, robustecida la normalidad, creo, como reacción contraria histérica y fenómeno de defensa, la excesiva preocupación con respecto a la madre. Relacionándolo con este proceso, no nos resulta ya inexplicable el hecho de que las muchachas histéricas manifiesten con tanta frecuencia un tan exagerado cariño a sus madres.


“Edipo y Antígona”. Óleo de Antoni Brodowski, 1828.

En otra ocasión me fue dado penetrar profundamente en la vida anímica inconsciente de un joven al que la neurosis obsesiva hacía casi imposible la vida, pues la preocupación de que mataba a todos los que con él se cruzaban le impedía salir a la calle. Encerrado así en su casa, pasaba el día ordenando los medios con lo que le sería posible probar la coartada en caso de ser acusado de algún asesinato cometido en la ciudad. Excuso decir que se trataba de un hombre de elevado sentido moral y gran cultura. El psicoanálisis –mediante el cual conseguí una completa curación– reveló, como fundamento de esta penosa representación obsesiva, el impulso de matar a su padre –persona de extremada severidad– sentido conscientemente con horror por nuestro sujeto a la edad de siete años; pero que, naturalmente, procedía de épocas mucho más tempranas de su infancia. Después de la dolorosa enfermedad que llevó a su padre al sepulcro, teniendo ya el sujeto treinta y un años, surgió en él el reproche obsesivo que adoptó la forma de la fobia antes indicada. De una persona capaz de precipitar a su padre a un abismo, desde la cima de una montaña, ha de esperarse que no estimará en mucho la vida de aquellos a los que ningún lazo le une. Así, pues, lo mejor que puede hacer es permanecer encerrado en su cuarto.

Según mi experiencia, ya muy repetida sobre estas cuestiones, desempeñan los padres el papel principal en la vida anímica infantil de todos aquellos individuos que más tarde enferman de psiconeurosis y el enamoramiento del niño por su madre y el odio hacia el padre –o viceversa, en las niñas– forman la firme base del material de sentimientos psíquicos constituidos en dicha época y tan importante para los síntomas de la neurosis ulterior. Sin embargo, no creo que los psiconeuróticos se diferencien en esto grandemente de los demás humanos que han permanecido dentro de la normalidad, pues no presentan nada que les sea exclusivo y peculiar. Lo más probable es que sus sentimientos amorosos y hostiles con respecto a sus padres no hagan sino presentarnos amplificado aquello que con menor intensidad y evidencia sucede en el alma de la mayoría de los niños, hipótesis que hemos tenido ocasión de comprobar repetidas veces en la observación de niños normales. En apoyo de este descubrimiento nos proporciona la antigüedad una leyenda cuya general impresión sobre el ánimo de los hombres sólo por una análoga generalidad de la hipótesis aquí discutida nos parece comprensible.

Aludimos con esto a la leyenda del rey Edipo y al drama de Sófocles en ella basado. Edipo, hijo de Layo, rey de Tebas, y de Yocasta, fue abandonado al nacer sobre el monte Citerón, pues un oráculo había predicho a su padre que el hijo que Yocasta llevaba en su seno sería su asesino. Recogido por unos pastores, fue llevado Edipo al rey de Corinto, que lo educó como un príncipe. Deseoso de conocer su verdadero origen, consultó un oráculo, que le aconsejó no volviese nunca a su patria, porque estaba destinado a dar muerte a su padre y a casarse con su madre. No creyendo tener más patria que Corinto, se alejó de aquella ciudad, pero en su camino encontró al rey Layo y lo mató en una disputa. Llegado a las inmediaciones de Tebas, adivinó el enigma de la Esfinge que cerraba el camino hasta la ciudad, y los tebanos, en agradecimiento, le coronaron rey, concediéndole la mano de Yocasta. Durante largo tiempo reinó digna y pacíficamente, engendrando con su madre y esposa dos hijos y dos hijas, hasta que asolada Tebas por la peste, decidieron los tebanos consultar al oráculo en demanda del remedio. En este momento comienza la tragedia escrita por Sófocles. Los mensajeros traen la respuesta en que el oráculo declara que la peste cesará en el momento en que sea expulsado del territorio nacional el matador de Layo. Mas ¿dónde hallarlo?

¿Dónde hallar

La oscura huella de la antigua culpa?

La acción de la tragedia se halla constituida exclusivamente por el descubrimiento paulatino y retardado con supremo arte –proceso comparable al de un psicoanálisis– de que Edipo es el asesino de Layo y al mismo tiempo su hijo y el de Yocasta. Horrorizado ante los crímenes que sin saberlo ha cometido, Edipo se arranca los ojos y huye de su patria. La predicción del oráculo se ha cumplido.

Sigmund Freud, Interpretación de los Sueños II

Vocabulario V

Apático: Que no tiene interés por nada.

Fobia: Temor irracional, compulsivo.

Incoercible: Que no puede ser reprimido o impedido.

Coartada: Argumento para demostrar la no culpabilidad.

Análoga: Que tiene cierta semejanza.

Oráculo: Respuesta que dan los dioses a través de sacerdotes o pitonisas.

Esfinge: Ser enigmático y poderoso, representado con cuerpo mezcla de animal y ser humano.

Cuestionario C

1. Analice el conflicto de la niña tratada por Freud:

a) ¿Cuál sería el conflicto que se le presenta en su primera infancia?