Czytaj książkę: «Correspondencia 1928-1940», strona 4

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17. WIESENGRUND-ADORNO A BENJAMIN
BERLÍN, 5/4/1934

Berlín, 5 de abril de 1934

Querido Sr. Benjamin:

Una vez más mi estadía en Berlín se prolongó en demasía; pero antes de viajar por ocho días a casa e inmediatamente después a Londres, quisiera escribirle algunas líneas.

En casa espero encontrarme con la señora que es la que se encarga realmente de la gestión financiera y es obvio que de mi parte pondré todo a disposición con el fin de lograr que la gestión adquiera cierta regularidad. Así podré comprobar enseguida cuál era su idea; sin embargo, no puedo imaginarme que después de la insistencia de mi primer pedido ella haya organizado la cuestión de otro modo que no sea con regularidad. Si estuviese errado, seguro tendré la oportunidad de volver a insistir y obviamente haré todo lo posible. Por lo tanto, espero que logremos ayudarlo a superar estos meses críticos.

Mientras tanto estuve ocupado aquí gracias a la Infancia en Berlín. Tau116 le mostró interés a mi garante en nombre de la editorial Cassirer, sin embargo, por varias razones no quisiera sobrevalorarlo, más que nada por Tau, quien, según mi impresión, es el menos indicado para defender como corresponde algo nuestro. Mucho más importante es el asunto de Erich Reiss. Este muestra verdadero interés y la persona que intercede ante él, el antiguo editor Hans Hennecke, es un gran conocedor y verdadero admirador de su obra, que le dedica y le ha dedicado el mayor esfuerzo que uno pueda imaginar. Parece favorecer a la cuestión que Reiss crea reconocer en la Infancia (de cuya idea Hennecke le habló e incluso le mostró recortes de diarios117) su propia infancia. El problema que se plantea aquí es muy peculiar. La editorial se convirtió, por así decirlo, en sionista ortodoxa; precisamente por eso Hennecke, como cristiano, ya no es más él mismo su director. Y hay dudas de que su trabajo se adecue a la editorial. Espero que esto se resuelva; de todos modos, sería del mayor valor imaginable si usted pudiera convocar a su amigo Gerhard para intervenir en este asunto y si él pudiese de algún modo testificar que toda su obra tiene una profunda vinculación con la tradición de la teología judía (aunque esto no se derive de la lectura de los tópicos). Cuanto antes suceda esto, mejor. Y luego, envíele a Gretel inmediatamente, por favor, un manuscrito de la Infancia en versión para la imprenta (hoy mandó un telegrama por este tema), así ella se lo puede entregar a Hennecke. Por último, es importante que usted ingrese a la Cámara de Escritores Profesionales,118 que no tiene ningún artículo referido a lo ario [en su reglamento]. Sea como fuese, tiene que estar inscripto oficialmente o tener la confirmación de la inscripción para no encontrarse con dificultades editoriales; la incorporación misma es un proceso algo más lento. Créame que no insistiría en este punto si no fuese de una decisiva importancia para hacer posible la publicación. Pienso que el libro del Trauerspiel y Las afinidades electivas119 (solo esos dos) serían la legitimación adecuada, una legitimación que no se podrá sortear. Si lo conociera a Benn,120 la cuestión se simplificaría mucho.

Felizitas se encuentra realmente mucho mejor. En los catorce días que estuvo afuera en un centro de salud y recuperación aumentó 4 kilos y está irreconocible. Recuperó el apetito y ya no tiene jaqueca. El médico nuevo es el primero que resulta razonable. Por lo menos en este aspecto estoy tranquilo y me voy de Berlín con una sensación más agradable que la que hubiese tenido si me hubiese marchado en estos siete flacos días.

En lo que a mí concierne estoy muy afectado por la muerte de la Vossische Zeitung.121 Once manuscritos míos que habían sido aceptados, todos ellos de gran peso y seriedad, quedaron sin publicar, y aún no puedo prever dónde podría ubicarlos, sobre todo porque como consecuencia de la quiebra de la revista de Haas,122 además me han devuelto otros cuatro ensayos más, entre ellos el de los extranjerismos.123 Lo último que escribí para la Voss fue un análisis de Beethoven124 y a continuación una nota sobre el “Spätstil”125 (mis primeros escritos sobre Beethoven) a la que le tengo bastante confianza. Esto, tanto como el George,126 una cosa sobre Brahms127 y un escrito nuevo sobre Ravel128 están en espera. De todos modos, en estos tres meses mantuve una rutina de escritura y ahora estoy decidido a dedicarme a mi libro nuevo tan pronto como sea posible y bajo cualquier circunstancia. La teoría de la reproducción musical129 en la que estoy trabajando hace ya casi diez años y de la que se publicaron muchos fragmentos (“Nocturno”, “Nuevos ritmos”130) será la que ahora alcanzará su pleno desarrollo. Quizás le parezca, por lo pronto, una cuestión algo inconexa. Sin embargo, creo compartir con usted esta vez la convicción de que las cuestiones inconexas no tienen que ser las secundarias y, además, esto se relaciona mucho más con los verdaderos intereses de lo que el título permite suponer (es un trabajo completamente filosófico, no práctico-artístico). Hoy quisiera mencionarle solo una cosa: la cuestión del enmudecimiento de las obras me ha llevado del modo más peculiar a nuestra pregunta central, la de la equiparación de lo moderno con lo arcaico. Y desde el otro extremo: desde el extremo arcaico. Por cierto, comprendí que así como la modernidad es lo más antiguo, lo arcaico mismo es una función de lo moderno: así, en tanto arcaico es producido primero históricamente y, por lo tanto, es dialéctico y no “prehistórico”, sino exactamente lo contrario. Es decir, no es otra cosa que el lugar de todo lo enmudecido a través de la historia: solo medible según el ritmo histórico, que por sí solo “produce” lo enmudecido como protohistoria.* Creo que basta con mencionarle esto para despertar su interés en mi empresa que se ha de centrar en una crítica de la “protoconfiguración”. Y quizás esto no sea un contrapunto tan distante a sus Pasajes como a usted le parece mientras trabaja en ellos: por lo menos un contrapunto, un contrapunto a la protohistoria del siglo XIX, un barrunto de la historicidad fundamental y categorial de lo arcaico, no de lo históricamente más antiguo, sino como lo resultante de la ley más interna del tiempo. En este punto estaría feliz de encontrarme otra vez en el ceterum censeo, en sus Pasajes, que por cierto tienen que ser escritos, completados y concluidos a cualquier costo, con toda consecuencia y articulación definitiva, con esas páginas descomunales, que yo conozco, sobre el jugador,131 sobre el anillo de Saturno,132 la dialéctica en reposo y “siempre lo mismo”. Permítame concluir con el mandato mitológico de ¡conjurar al conjurador!

Siempre suyo, Teddie

Por favor, envíe su respuesta a casa. ¿Sería posible que me haga llegar el manuscrito de la crítica a Kierkegaard?

18. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
PARÍS, 9/4/1934

Querido Sr. Wiesengrund:

Le agradezco mucho su carta tan sustanciosa.

La primera medida que debía tomar al respecto era escribirle a Scholem,133 algo que hice ayer. Ver cómo llevó adelante las cosas me resultaba de igual importancia que enterarme de que lo había hecho. Y aprovecho la oportunidad para decirle cuánto estoy de acuerdo con sus reservas frente a Tau. Si llegara a ser útil contra toda expectativa, tanto mejor. En cualquier caso, le hago llegar el manuscrito a Felizitas por el mismo envío.

Lo que me cuenta de la mejoría del estado en que ella se encuentra me alegra mucho. Era hora de que cayera en manos de un médico que sepa algo. Por lo demás, le sugerí consultar alguna vez al doctor Wissing,134 a quien tengo en alta estima por su visión profesional y que pronto irá a Berlín.

No quiero olvidar decirle que Hermann Hesse conoce la “Infancia en Berlín”, emitió una opinión muy positiva al respecto y quizás lo haría a pedido frente a Reiss. Más difícil encuentro el problema de la membresía en la Cámara, para la cual, según entiendo, ya pasó hace tiempo el plazo de inscripción. ¿Sabe algo más al respecto?

Paso ahora a las alusiones tan sustanciales que hace con relación a su estudio sobre la reproducción musical acerca del concepto de lo arcaico y la modernidad. No es que en este momento no pueda hacer más que confirmarle que así efectivamente da en una de las cuestiones centrales del trabajo de los Pasajes. ¿Pero su viaje de regreso desde Inglaterra no le dará la oportunidad de concretar al fin su encuentro con París? Lo que significaría para mí ponerlo en conocimiento aquí, in situ, con el estadio más reciente del trabajo, es algo que usted podrá imaginarse.

Para volver a dedicarme por completo a este trabajo dispondré de más tiempo, porque un objeto tangible que había antepuesto al trabajo de las últimas semanas acaba de disiparse dolorosamente. Tal vez haya escuchado por Felizitas que me habían ofrecido dar una disertación sobre literatura alemana135 de los últimos diez años en la casa de un conocido ginecólogo local. La relevancia de este asunto habría consistido en darme a conocer en círculos importantes. Una semana antes de la fecha fijada –ya se habían enviado las tarjetas de invitación– el médico contrajo una complicada pulmonía y aún hoy no es posible emitir un pronóstico certero sobre su situación. Se ha vuelto muy improbable que en esta temporada se realice la disertación, y se ha vuelto imposible que se le sumen disertaciones en el futuro.

La serie de conferencias tenía el objetivo de generarme una reserva para el verano. Ahora ya no es imaginable. Tanto más depende entonces de la gestión que usted emprendió. Me preocupa no haber escuchado nada más del señor Schwartz-Martin. Después del primer encuentro, que empezó bastante bien, le informé telefónicamente a fines de marzo de mi cambio de dirección. Me prometió dar noticias después de Pascua. Hasta el momento no ha llegado nada. Por ese motivo, todas mis esperanzas están puestas en la intervención de usted.

Parece que corregir pruebas se volverá para nosotros un acontecimiento poco frecuente, incluso festivo. Casi no me atrevo a preguntar por las condiciones laborales que permitirían su colaboración en la prensa especializada en el rubro musical. El hecho de que once de sus colaboraciones hayan ido a Berlín dice lo suficiente. Pero como en total usted menciona quince, me puedo hacer una idea de las dimensiones del trabajo que produjo en el último año. Me sería grato echar una mirada más profunda a este trabajo, y también por ese motivo deseo que su viaje se concrete.

Esto es todo por el momento. Espero escuchar pronto algo de usted.


9 de abril de 1934 Con todo el afecto
París XVI Suyo,
25bis Rue Jasmin Walter Benjamin

19. WIESENGRUND-ADORNO A BENJAMIN
FRANKFURT/M., 13/4/1934

Frankfurt, 13 de abril de 1934

Querido Sr. Benjamin: Permítame, en medio de la vorágine de mi partida, responderle rápidamente su carta, que encontré ayer aquí al regresar de Amorbach.136

Está bien que le haya mencionado la suma137 a Felizitas. Me parece tanto más modesta cuanto que dos tercios de la suma son aportes de mi tía y míos. Casualmente anoche cenó con nosotros la señora responsable de esto y apunté a lo máximo esperable; espero que con éxito. De todos modos, el importe en cuestión está asegurado como suma mínima.

Hoy hablé de este asunto con Benno138 y me dijo que sin duda se puede contar con encargos mensuales de ⅔ de la suma total.139 Agregando esto al otro importe, da por lo menos un mínimo y quisiera suponer que después de mi intervención –muy drástica– la suma se elevará. Por lo tanto, espero que ya no haya razones para temer riesgos extremos. De todos modos, comuníquele cuanto antes su nueva dirección a la empresa,140 y también a Benno, si es que aún no lo ha hecho.

Con respecto a la Cámara [de Escritores]: el plazo no es tan problemático. Escriba que por su estadía en las Baleares no se había enterado de esta (¡lo cual coincide con los hechos!). Será bueno transmitir que muchos años atrás usted vivió varios meses ahí, para evitar por completo que lo confundan con un emigrado. En efecto, puede demostrar esto como prefiera. De todos modos, yo activaría sin falta el asunto y de un modo enérgico, para la edición de libros es muy importante; créame que si no fuese así, no lo atormentaría con este tema. La cuestión de que usted ya hace años que vive de viaje es especialmente importante.

El domingo parto hacia Inglaterra y llego a Londres el lunes al atardecer. Mi dirección será141 T.W.-A, c/o Dr. Bernard Wingfield, Brooklyn-House, West-Drayton, Middlesex. Tengo la firme intención de dar una vuelta por París en mi viaje de regreso; ahora cuando comience el semestre142 tengo que estar en Londres. Todavía no están definidas ni la fecha ni la posibilidad de la escapada a París:143 pues es posible, de todos modos, que me tenga que quedar durante todo el semestre, y además es un problema la cuestión financiera por el otorgamiento de las divisas.144 Hubiese preferido encontrarme con Felizitas en París. Let us hope the best.

Ayer vi cómo una verdadera nutria salvaje145 saltó en el estanque del Parque del Lago de Amorbach y no quisiera omitir incluso en una carta tan pobre de contenido como esta saludarlo de parte de ese Animal Consentido. ¡Por favor, escríbame pronto!

Muy cordialmente, suyo

Teddie

¡Me inclinaría incondicionalmente a la recomendación por parte de Hesse!

20. WIESENGRUND-ADORNO A BENJAMIN
BROOKLYN (WEST DRAYTON), 21/4/1934

Telegramas: Wingfield

West Dayton

Teléfono: West Drayton 58

BROOKLYN.

WEST DRAYTON.

MDX

21 de abril de 1934

Querido Sr. Benjamin: Muchísimas gracias por su carta146 y por las Pequeñas Piezas147 que recibí esta mañana. Es realmente una lástima que no hayamos podido conversar antes sobre la cuestión de la Cámara de Escritores. Pues me temo que en lo que hace a eso –si me permite decirlo– usted ha pasado por alto varias cuestiones por estar ausente de Alemania. Ya su designación como bibliotecario respondiendo a que usted es el autor de una obra que pertenece al ámbito de los tópicos de la germanística me parece poco afortunada; pero, no menos afortunado fue el hecho de que usted no completara los formularios después de haber solicitado información. Me parece bastante improbable que estén al tanto del asunto de Suiza;148 como mucho podría tener lugar un pedido de informes y en tal caso usted podría argüir como explicación una afección pulmonar que hoy en día resulta tan difícil de corroborar como su enrolamiento. Pero incluso esto no sería decisivo. En general y para autores no arios (incluso en mi caso) lo que sucede primero es que uno recibe por lo pronto la confirmación de la inscripción oficial, lo cual no es difícil, mientras que la incorporación definitiva queda aplazada ad calendas graecas. Yo me inscribí en noviembre pasado y todavía no recibí la incorporación formal. Sin embargo, tampoco hace falta, debido a que según un comunicado oficial a las redacciones e incluso a los editores les basta la confirmación como acreditación hasta que se tome la decisión definitiva. A pesar de que el asunto se haya complicado por la demora de la solicitud, yo en su lugar, completaría ahora los formularios y buscaría cualquier explicación plausible de la demora. De los dos garantes que tiene que consignar, quizás sería muy bueno que uno fuese Rudolf Alexander Schröder, a quien sin duda podrá ubicar a través de la Bremer Presse; el otro podría buscarlo en la derecha política; además de Benn me viene a la mente el nombre de Fechter,149 no se asuste por eso. Pesa mucho más que usted abandonase Alemania en marzo de 1933 que el asunto de Suiza. En este punto no debe dejar de indicar y en lo posible documentar que por razones económicas usted ya antes había pasado largas estadías en el exterior, para lo cual le vendría bien su primer período en Ibiza.150 La cesión de los derechos de autor151 no me parece muy aconsejable: en primer lugar, porque a usted hoy ni siquiera le hace falta; luego, porque tales cosas siempre llevan a confusiones (à propos ¿ha intentado ubicar en Londres Un abrigo, un sombrero y un guante152? Basándome en las pocas impresiones que tengo aquí del teatro, creo que tendría buenas posibilidades; quizás Schoen podría hacer algo y traducirla, si es que usted sigue interesado en eso); finalmente, porque el procedimiento me parece bastante arriesgado después de haberse publicado tantos fragmentos. La declaración de lealtad es totalmente inocua; considerada desde nuestro punto de vista no implica más de lo que implican los compromisos de los funcionarios para con la República. No quiero ocultarle que, de todos modos, empiezo a dudar si el Estado nazi podrá por mucho tiempo más seguir sacando consecuencias de estas declaraciones. Pues, a pesar de no tener el más mínimo optimismo y de no guardar otra esperanza para el futuro que una especie de anarquía de derecha o la realización de las ilusiones de Bronnen,153 o bien simplemente una dictadura militar o una especie de régimen de Dollfuss, sin embargo, empiezan a acumularse los signos de decadencia, de modo tal que ya no hace falta pasarlos por alto por temor a que fueran hijos de la imaginación.

Con esta figura retórica yo habría llegado al horizonte de sus Pequeñas Piezas que me gustaron sobremanera. Por cierto, gran parte de ellas ya las conocía como anexo a Calle de mano única,154 también el sueño de tres capas y el hermoso texto sobre la fiesta y el pánico, que si recuerdo bien tuvo una leve modificación que lo benefició, y cuya versión anterior no estaba tan estrecha y precisamente concentrada en el día y la hora exactos del 14 de julio, cuyos fuegos artificiales Debussy enalteció con un fragmento de la Marsellesa en el medio. Por lejos lo que más me impresionó fue el texto sobre el periódico al que puedo suscribir como a un poder general. Esto coincide por completo con mis intenciones –entiéndalo solo como una aclaración de nuestra coincidencia, no como una expresión de vanidad–; hace años ya hice el intento155 de defender el caos lingüístico de la prensa contra Kraus. Espero poder enviarle muy pronto como pequeña retribución mi escrito un poco más extenso sobre los extranjerismos, en el cual presento una apología de estos de un modo análogo, es decir, allí donde son lo peor. Con la intención de hacer un golpe maestro se lo envié a Muttersprache,156 la revista de la Asociación General de la Lengua y, de hecho, hasta ahora no me lo devolvieron. Este sería un espacio de publicación en el cual yo mismo podría presentarme como un esnob ante usted. Es el órgano de un purismo obtuso.

Mis cosas están todavía en el aire; pero lo veo bastante negro. La tarea de vivir aquí y además trabajar en la universidad equivaldría al problema de Mann ist Mann de Brecht (¿no se presta el título a ser traducido como man is man?). Ni pensar en una reválida oficial de la habilitación para la docencia universitaria. Además todo se ha complicado mucho debido a las prescripciones que regulan las divisas, debido a que no resulta fácil sacar de Alemania ni siquiera las sumas más modestas. Espero tener un panorama más claro a mediados de la semana próxima. Creo que la destitución de Diels157 en Alemania es un golpe contra Göring de una importancia imprevisible. Es la primera vez que los conflictos internos se manifiestan hacia afuera y esto puede iniciar fácilmente la fase de las luchas entre los diádocos.

Horkheimer me había invitado a pasar unos días en París donde estará la próxima semana antes de hacer un viaje largo. Tuve que rechazar la invitación debido a que para mañana y el miércoles acordé reuniones muy importantes que como recién llegado no puedo reprogramar por un viaje a París: con Plant de la School of Economics y luego una entrevista conjunta con Adams, el General Secretary del Assistance Council158 y con Cassirer. Si lo viera a Horkheimer, le pido que le remarque la imposibilidad de postergar estos asuntos. No hace falta que agregue cuánto lo lamento.

En aras de la claridad solo quisiera decir que mi tía y yo seguimos participando en la transferencia de la señora Herzberger con aproximadamente dos tercios. Estamos en una especie de clearing: ponemos a disposición los aportes para que ella los utilice en Alemania, mientras que ella los transfiere desde la región del Saar. Arnold Levy tampoco está en París.

Ya le escribí que Reifenberg estaría interesado en un ensayo suyo sobre el libro que escribí sobre Kierkegaard, sin embargo, sans phrases, quisiera dejarlo librado a usted el hecho de escribirlo o no. La impresión que tuve de Reifenberg esta vez desde el punto de vista humano fue bastante positiva y se puede contar con cierta solidaridad de su parte.

¿Podría volver a pedirle la dirección de Schoen y de Kracauer?159 Mándeme pronto noticias sobre usted, se lo pido. De ningún modo me quedaré a vivir aquí afuera más allá de mediados de la semana próxima, sino que me iré a Oxford, o cerca de la biblioteca del Museo Británico. Además también quisiera pedirle que destruya mi carta. En cuanto a Gretel, se siente realmente mucho mejor. Esto es mi único rayo de luz en este momento.


Con la cordialidad de siempre, suyo, Teddie

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564 str. 7 ilustracje
ISBN:
9789877122251
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