Hacia la mágica presencia

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Hacia la mágica presencia
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Hacia la mágica presencia









Hacia la mágica presencia

 © Saint Germain



D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2021

Batalla de Casa Blanca, Manzana 147-A, Lote 1621

Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección

C. P. 09310, México D. F.

Tel. 5581 3202

www.lectorum.com.mx

ventas@lectorum.com.mx



Primera edición: julio 2021

ISBN: En trámite



D. R. © Portada: Angélica Carmona Bistráin

D. R. © Imagen de portada: Shutterstock®

D. R. © Traducción: Benito Romero



Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.

Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.




Índice




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Instrucciones fundamentales Parte I




Instrucciones fundamentales Parte II




Instrucciones fundamentales Parte III




Instrucciones fundamentales Parte IV







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Caminante, desvía la vista hacia tu interior para que puedas ver la grandeza de tu Gloria.







Ve la maravilla que está detrás de lo aparente; allí sabrás de esa “Fuerza”, de esa “Presencia”. Es la “Ciencia de nuestro Corazón”. Así aprendes a ver, conocer, actuar, sentir, amar, estudiar y ser con el corazón.







Es el camino increíblemente mágico el que realiza “tu mágica presencia”; al pasar dejaste una estela luminosa ¡De tanto Amor! que también otros caminan con el corazón.







¡Mira sus rostros!









Ellos también saben que:







 Amar es igual que Ser.









Instrucciones fundamentales Parte I









Ejercicios de meditación







(Misterios develados)







El primer paso hacia el control de uno mismo es la calma en toda actividad exterior, en la mente y en lo físico. Emplea los ejercicios de meditación siguientes de 15 a 30 minutos, por la noche antes de dormir, y por la mañana al despertar.



Asegúrate de que no vas a ser molestado y, después de quedar en calma completa, visualiza y siente tu cuerpo envuelto en una resplandeciente luz blanca. Durante los primeros 5 minutos, conservando esta imagen, reconoce y siente intensamente la conexión entre tu forma exterior y tu poderosa presencia “Yo Soy” y centra tu atención en tu corazón, visualizándolo como un sol de oro.



La fase siguiente es el reconocimiento de: “Yo acepto ahora gozosamente la plenitud de la presencia divina —el puro Cristo”.



Siente la gran claridad de la luz y su intensidad en cada electrón de tu cuerpo durante, al menos, 10 minutos. Termina la meditación diciendo: “Yo Soy” un hijo de la luz, yo amo a la luz, yo sirvo a la luz, yo vivo en la luz. Yo estoy protegido, iluminado, colmado, sostenido por la luz y yo bendigo a la luz”.



Recuerda siempre: ¡se llega a ser aquello en que se medita!












Técnicas de respiración





Haz todas las respiraciones en números pares, repitiendo mentalmente una afirmación y guardando la atención en la presencia “Yo Soy”.



Visualízate dentro de un sol de oro, no exageres la amplitud de los tiempos de inspiración, de inspiración o de expiración. Haz los ejercicios con regularidad, pero con ponderación.



Ejemplos de afirmaciones:

“Yo Soy” luz (4)

“Yo Soy” amor (4)

“Yo Soy”, “Yo Soy” el aliento equilibrante (10)



1) Respiración equilibrante:

Inspirar por el orificio izquierdo diciendo la afirmación, guardar la respiración repitiendo la afirmación, expirar por el orificio derecho diciendo la afirmación, permanecer vacío repitiendo la afirmación. Después invertir la operación.



2) Respiración energética:

Inspirar profundamente sin enunciar la afirmación, enunciar la afirmación guardando el aliento, expirar como si se quisiera silbar (pero sin hacerlo) sin dar la afirmación, enunciar la afirmación quedando vacío.



3) Respiración rítmica:

Inspirar dando la afirmación, guardar el aliento dando la afirmación, expirar dando la afirmación, permanecer vacío dando la afirmación.






Directivas prácticas para la armonía en el cuerpo físico Por Saint Germain





1) Beber un vaso de agua pura, cargada, cada mañana, empleando esta fórmula sagrada: “Yo Soy”, “Yo Soy” la presencia que carga esta agua con la esencia de vida que yo absorbo, que renueva mi cuerpo en una perfecta salud, una eterna juventud y belleza”.



2) De pie, con la mano izquierda en el aire, con la palma hacia arriba, pasar la mano derecha sobre el abdomen subiendo por la ingle izquierda hacia la cintura y descendiendo hacia la ingle derecha, visualizando la energía electrónica azul saliendo de los dedos y que normaliza el trabajo del tubo digestivo, por la radiación del amor divino.



3) Estupefacientes, narcóticos, alcohol, tabaco, carnes y pescados, ajo, cebollas. No hay que hacer uso ni de demasiada sal, ni demasiada azúcar, ni café, ni té fuertes. Todas las sustancias antes mencionadas deben eliminarse, por orden de importancia.



4) Bendición del alimento: “Oh, poderosa presencia, acepta este alimento, transmútalo por el poder de tu llama violeta y cárgalo con la esencia de la vida por tu llama oro. Haz que estos alimentos perfeccionen nuestros cuerpos en el instante mismo y danos la ascensión en esta vida misma sin pasar por el cambio llamado muerte. Bien amado Maha Chohán y grandes seres que dirigen los poderes de la naturaleza, todos los seres de los elementos, ustedes, nuestros hermanos y hermanas que han cooperado a la producción de estos alimentos, los amamos, los bendecimos y les damos las gracias. Bien amada presencia, da a nuestros hermanos unos alimentos tan buenos como los nuestros, o mejores si así lo desean, y haz que reconozcan que tú eres el donante y danos a todos la victoria de la ascensión en esta vida misma sin pasar por el cambio llamado muerte. Gracias, todo está cumplido.




Instrucción sobre el astral




En todo lo que está en relación con el mundo astral, hay un elemento de deseo humano. A menos que se rehuse todo contacto con el mundo astral (es decir, con los siete planos de manifestación formal sutil, situados entre la Tierra física y el plano electrónico o crístico) están expuestos al peligro de abandonar la ejecución de decisiones excelentes que hayan tomado, porque hay en estos planos astrales fuerzas infinitamente más sutiles que en el mundo exterior.



Algunos creen que hay fuerzas buenas en el astral, pero yo les afirmo que jamás fuerza buena alguna ha venido al mundo astral, toda buena fuerza que parece venir de allá debe pasar a través de estos planos, perforando su propio túnel de luz protectora y aislante.



¿De qué está constituido el mundo astral? Sólo hay un lugar en que la creación humana indeseable pueda alojarse: es decir, en los planos contiguos al plano físico, o sea, en las esferas astrales. Y, en efecto, ahí es donde se encuentra relegada toda la actividad indeseable, toda la acumulación de discordia generadas por la humanidad durante los siglos pasados. Por este hecho, es evidente que nada bueno viene jamás de un contacto cualquiera con las esferas astrales. Nada tienen de común absolutamente con el Cristo.



Hay una diferencia tan grande entre las esferas de manifestación astrales y lo que algunos han llamado la estrella astral, como la que hay entre la oscuridad y la luz. La así llamada “estrella astral” es un malentendido. El verdadero nombre es “estrella Astrea”. Esta no es un plano sino una actividad de la cuarta esfera. Astrea es un ser cósmico cuya actividad consiste en consumir las creaciones del astral y contactar con los individuos cuya atención es atraída por los mundos astrales, a fin de instruirlos y de purificarlos de todo deseo de contacto con los mundos infortunados del astral. Durante las horas de sueño la mayor parte de la gente va a la esfera en que se encuentran los desencarnados. Hasta los 2.300 Metros, los planos del pensamiento en la atmósfera se superponen como sigue:



1) El plano del crimen (capa muy espesa de sustancia descalificada).



2) El plano del odio (más áspero).



3) El plano de la cólera (más espeso).



4) El plano de la critica, juicio, condena y chismorreo que forman una capa de sustancia descalificada muy espesa, en la que se mueve el pensamiento de un muy gran número de seres humanos, consciente o inconscientemente.



5) El plano de la tolerancia o de la voluntad de dar a todos la libertad de pensamiento y de palabra. A partir del 5° plano entramos en la luz.



6) El plano de la alegría en que todos se regocijan de una manera indecible del reconocimiento del poder divino en todo. 7) El plano del amor puro donde sentimos sin desprecio la presencia divina en todos. De este plano pasamos a la octava crística.

 



8) Plano donde reina la perfección y la felicidad sin mezcla.






El poder de la atención





Queridos estudiantes que tan seriamente buscan la luz: sepan que sólo la única presencia “Yo Soy”, Dios en ustedes, es su invencible protección. No dispersen su atención sobre esas cosas externas tales como la astrología, la numerología, el espiritismo u otras que distraen su atención de su poderosa presencia “Yo Soy”, que es su ser real. Si confían siempre en su presencia “Yo Soy”, ella les conducirá por caminos floridos y quedarán envueltos en el bálsamo de su exquisito perfume. Estarán fortificados y bañados en esta paz que sobrepasa toda comprensión humana. La detención de la agitación mental les permitirá entrar en el gran silencio donde realizarán la unión con el yo, la presencia “Yo Soy”, la realidad de la actividad divina.



Mis queridos amigos: deben comprender que es imposible servir a dos maestros y, no obstante, ganar la victoria de la liberación. Su libre albedrío los obliga a escoger. Si escogen lo externo, olvidando a la invencible presencia “Yo Soy”, sólo me queda envolverlos con amor en mi manto de poderosa protección hasta el día en que se determinen a volver a Dios, el único.



Si optan por su poderosa presencia “Yo Soy” y se adhieren firmemente a ella, entonces sus luchas terminarán rápidamente y vivirán dentro de una esfera de armonía y de perfección que les permitirá mirar la vida exterior con comprensión, pero sin la menor simpatía que pueda trabar su propio crecimiento espiritual.



Me recuerda esto la afirmación “¡Busca primero el reino de Dios y todo lo demás se le dará para su uso, bajo su mandato!”



Este reino de Dios es su gran presencia “Yo Soy”, su única realidad, a quien pertenecen todas las cosas creadas y manifestadas y quien las da.



¿No es extraño queridos estudiantes, que un ser humano pueda estar tanto tiempo en el desierto de la discordia y de las limitaciones, cuando tiene contentamente cerca de sí a esta maestra presencia luminosa, esta presencia que espera que la atención se vuelva a ella, permitiéndole que les inunde toda perfección manifestada? Debe comprender el estudiante que no se puede dividir la atención entre las cosas externas y la presencia “Yo Soy”, porque una cosa divina contra sí misma se arruinará tarde o temprano. Toda grandeza pertenece a la presencia y ella gobierna la forma o, al menos, debería hacerlo.



En ella hay fuerza, valor y poder. Queridos hijos: si pudieran darse cuenta plenamente qué privilegios se les ofrece y cómo es posible, en un tiempo relativamente corto, ganar su liberación de toda limitación.



Nota:

La diferencia entre compasión divina y la simpatía humana es tan grande como la diferencia entre la luz y las tinieblas. La compasión divina tiene la atención del estudiante anclada en la poderosa presencia “Yo Soy”, llamándola en acción para producir la perfección.



En la simpatía humana la energía surge descalificada por el sentimiento de la imperfección y no hace sino intensificar la imperfección ya existente.



¿Qué es la simpatía? No es sino un acuerdo, una aceptación de la imperfección.



Hagan lo que hagan, estén en guardia ante la simpatía humana. No se dejen deslizar en las arenas movedizas, sino permanezcan conscientes de sus alas que pueden elevarlos por encima de toda destrucción. No juzguen a nadie, en absoluto. En cambio, penetren gozosamente en la radiación de su presencia “Yo Soy” y todas las cosas manifestaran la perfección.






Visualización de la armadura de luz





Queridos hijos de la luz: llamen a su poderosa presencia “Yo Soy” y a los maestros ascendidos a fin de que los revistan con su armadura de luz, que es tan real y tangible como sus vestidos. Es esta una condensación de sustancia electrónica pura, que viene del corazón de su presencia “Yo Soy” y está cargada del entendimiento divino de los maestros ascendidos para darles una protección invencible y eterna. Los maestros les piden que los visualicen en esta armadura de luz cristalina. Este vestido de las esferas superiores es similar a la armadura de los caballeros de las cruzadas. Comprenden igualmente el casco con visera. Los maestros se revisten con esta armadura cuando van a los mundos del astral para liberar a los que allí se encuentran aprisionados. Los seres siniestros sienten un invencible temor por la luz blanca resplandeciente irradiada por esta vestidura: saben que ha llegado su fin.



Con la visera baja y la flamígera espada azul en la mano, el maestro se hunde en las tinieblas del astral con la rapidez del rayo y secciona los tentáculos de los individuos viciosos que aprisionan a los desgraciados caídos en sus espejismos.



Hasta los 2.300 M., La atmósfera se encuentra oscurecida, no solamente por el número considerable de almas desencarnadas que no pueden salir de la Tierra a causa de sus deseos materiales no saciados, sino también por las formas-pensamientos creadas por el conjunto de la humanidad ignorante y rencorosa. La presión de esta energía descalificada es la causa de todas las desgracias de la humanidad, las condiciones atmosféricas extremas, las epidemias, el estancamiento de los negocios, los numerosos casos de enajenación mental y las enfermedades incurables.



Sólo los seres que conocen la técnica de la armadura de luz pueden aventurarse sin peligro para ellos mismos, en estos dominios del psiquismo para ayudar a las almas que allí vagan.



En nuestra vida cotidiana, pasamos constantemente junto a desencarnados y bajas formas-pensamientos. Para permitir que nos protejamos contra estas vibraciones indeseables, los maestros nos explican la visualización de la armadura de luz. Cada mañana, al vestirse, vean dentro de esta armadura de luz cristalina. Reanuden su visualización antes de meterse en la cama fin de que su entendimiento, al salir del cuerpo físico, en uno de sus cuerpos más sutiles, pueda alcanzar el círculo electrónico del sol o cualquier otra esfera de luz, sin quedar aferrado por los individuos o las formas viciosas del astral. Evitarás así la fatiga de sueños incoherentes o de pesadillas. Por nuestras llamadas al arcángel Miguel y, sobre todo, al maestro Astrea, podemos obtener la purificación de la Tierra y de su atmósfera —para el mayor bien de las almas a la deriva y de la misma humanidad. Esta visualización debe hacerse de pie.




Visualización de la presencia luminosa




La visualización de la presencia luminosa de Jesús o de otro maestro ascendido es el medio más poderoso que permite crear un foco por el que la consciencia del maestro ascendido puede obrar en la experiencia física de un individuo, de una nación, de la humanidad o de la Tierra misma.



El poder que el maestro puede concentrar en su presencia luminosa es irresistible porque es la operación de una ley inflexible que no ha sido explicada en el mundo exterior.



La imagen de Jesús o de otro maestro debe tenerse con claridad en la mente: el cuerpo de sustancia blanca centelleante, emitiendo largos rayos de luz chispeante continuamente y penetrando en la persona, el lugar o la condición que debe tratarse.



Esta imagen constituye “una copa en la que el maestro concentra sus rayos, que son una actividad todopoderosa porque están constituidos de la sustancia energizada y cargada por la consciencia divina del maestro que les da la cualidad requerida para producir una acción instantánea y sostenida. El color de los rayos puede variar según el resultado de lo que se desee obtener, pero quedando el cuerpo del maestro siempre blanco centelleante.



Para producir el sentimiento de amor divino, de paz; de quietud, de comodidad, es necesario ver los rayos como de oro líquido, chispeando si se necesita mucha energía, opacos si se necesita la cualidad calmante. Tal es el caso en la curación de los niños. Para difundir la compasión divina, vean los rayos de un rosa delicado irisado de oro como en el nácar o en los últimos resplandores de una hermosa puesta de sol.



Cuando se busca una actividad purificadora, tanto en el cuerpo físico como en los sentimientos o los pensamientos, se visualizan los rayos de un violeta luminoso intenso, tales como la luz reflejada por un diamante puro o el neón.



Los rayos azul eléctrico aumentan la energía: es necesario siempre calificarlos de amor divino. El rojo o el negro jamás se emplean por los maestros ascendidos. Es un signo infalible que permite reconocer el género de fuerza utilizada.



El empleo de la energía divina para curar cuerpos sin aportar la iluminación al espíritu, atrae siempre sanciones sobre el que lo hace.



El que emplea su don de curación con un fin lucrativo lo perderá, e incluso será forzado a salir de su propio cuerpo físico. Al ayudar a los que sufren a pensar correctamente, a purificar sus sentimientos y sus acciones, se elimina la causa del mal y se obtienen curaciones permanentes.



Al visualizar la imagen de un maestro ascendido, debe verse considerablemente más grande que el paciente o la condición a tratar. Debe mantenerse la imagen el tiempo suficiente para que el paciente o la condición sean como absorbidos por la imagen del maestro. Si se trata de una localidad, de un país o del planeta, vean la imagen del maestro en proporciones gigantescas, en un globo o sol de oro chispeante de donde parten rayos de un azul-violeta, como relámpagos, y formando una cúpula por encima de la condición a tratar.



Se puede igualmente ver la presencia luminosa de un maestro ascendido en miniatura, en un sol de oro en medio de la frente, entre los ojos.



El habito de esta visualización sobre nuestra propia frente o la de nuestros interlocutores, constituye para nuestra mente una protección todopoderosa contra las sugestiones o tentaciones hipnóticas del exterior. Es imposible sobreestimar el poder de la visualización de la presencia luminosa. Es una actividad trascendente que produce resultados milagrosos. El que toma el hábito constante de practicarla constata que, por esta práctica, puede controlar a las personas y las circunstancias, y que se convierte en un foco, un centro de radiación que difunde silenciosamente la armonía, el amor y la perfección a su alrededor.






Instrucción concerniente al servicio Por Nada, hija de Mars y por Saint Germain





El privilegio de servir a la humanidad es una gran bendición, pero el primero y más grande servicio divino es el de reconocer y aceptar plenamente a su poderosa presencia “Yo Soy”. Llamen en su corazón y su gloria por encima de ustedes.



Las ideas que del servicio se hace la gente son erróneas. Muchos actos considerados como servicio no son sino esclavitud impuesta por los sentidos de uno mismo o de los demás.



La realización de actos físicos para satisfacer o halagar los deseos o las necesidades del yo externo no es servicio, no lo ha sido y no lo será jamás .



Les ruego que abandonen esta falsa idea de servicio, porque les digo, francamente y en verdad, que esto no es exacto. El primer servicio para todo ser humano es la alabanza y la adoración del yo divino. La presencia de Dios en el corazón de cada individuo.



Guardando constantemente la atención de la mente inferior sobre la presencia “Yo Soy”, llegará a levantar el entendimiento humano a la plena aceptación del supremo poder conquistador, anclado en la forma humana que, después de todo, es divina.



Si en los servicios que queremos prestar a nuestro prójimo olvidamos guardar nuestra atención fija en nuestra presencia “Yo Soy”, fuente del amor divino, entonces hemos perdido en gran parte nuestra energía.



Si todo nuestro tiempo está embargado por el trabajo, para satisfacer las necesidades de los sentidos y no se presta atención alguna al manantial, a la presencia “Yo Soy” que produce todo lo que tenemos necesidad, entonces hemos fallado en la finalidad de la existencia.



El único servicio real es el de guardar la atención sobre la presencia “Yo Soy” y aceptarla con tal firmeza que la mente exterior vibre al unísono con ella. En este momento, los actos de la vida cotidiana devienen con toda naturalidad el servicio divino perfecto del momento presente.



De esta manera, el gurú interior —la presencia “Yo Soy”— dirige la actividad exterior y el plan divino se cumple. Antes de haber recibido la iluminación el yo externo desea mostrar sus capacidades. Pero todos estos afanes humanos están predestinados al fracaso y, bajo el choque producido por el hundimiento de sus vanas tentativas, el pobre yo humano se despierta y termina por mirar hacia lo alto, hacia el manantial del poder que había olvidado o voluntariamente rechazado.

 



Nuestro libre albedrío nos obliga a escoger entre los titubeos del intelecto o las directivas divinas de nuestra gran presencia “Yo Soy”. Jamás la presencia se impone. Espera ella que la invitemos a tomar posesión de su templo. Cuanta más alegría pongamos en la aceptación de nuestra presencia “Yo Soy”, más rápidas serán las manifestaciones de su poder. La aceptación de la presencia debe ser firme.



Debe fijarse la atención en la presencia todo el tiempo y con la intensidad suficiente para despojar al yo externo de todas sus pretensiones al poder. El yo externo no puede negar el hecho de que toda la energía que emplea, en general para crear sus propias desgracias, le es dada por la presencia “Yo Soy”.



Jamás permitan que sus ocupaciones profanas les priven del tiempo necesario para comunicarse con su divinidad, sin compartir y con la suficiente duración para darse cuenta de que su presencia los guiará hacia el verdadero servicio y los hará que hagan lo que debe hacerse. Ahí tienen la verdad en lo que concierne el verdadero servicio; “no tendrán otros Dioses que yo. Tu presencia “Yo Soy” es el primer mandamiento y el cumplimiento perfecto de le ley”.






 Extracto del discurso xx de Saint Germain:





Su propia divinidad debe tomarse en consideración ante todo. Conviene darle su constante adoración. Este acto elevará su consciencia al plano en que serán fortificados y capacitados para prestar ayuda a millares de seres.



Ninguna acumulación de servicio da un provecho permanente, en tanto que la individualidad no ha aceptado primero y dado adoración a su propia divinidad, la poderosa presencia “Yo Soy”. Los que desean servir a la luz y hacer realmente el bien deben comprender esto primero.



Los estudiantes dicen: “si yo tuviera dinero, cuánto bien podría hacer”. Es una ilusión.



Cuando la unión con la presencia “Yo Soy” se haya realizado, vendrá para el servicio todo el dinero necesario y nada en el mundo puede impedirlo.








Instrucción concerniente a la diferencia entre “Om” y “I Am”







Saint Germain







La expresión oriental para “Yo Soy” es “Om”. Más o menos es lo mismo que “I Am” como significación para el mundo occidental: I Am significa “Yo Soy” en inglés.



En lo que me concierne (Saint Germain), prefiero con mucho la expresión “Yo Soy” porque esta significa claramente: “Dios en acción en el individuo”. “Om”, siguiendo la comprensión oriental, significa una presencia universal y no da al discípulo una idea tan exacta de la presencia divina “Yo Soy” obrando a través de las individualidades.



Esta diferencia en la comprensión explica las condiciones sociales que existen en la India. Centenares de millares de seres, a causa de la confusión de las castas, han caído en el error consistente en creer que la entonación “Om” es lo único necesario en su vida. Cierto es que el empleo de “Om” produce una actividad en numerosos casos, pero “Om” tiene, por consiguiente, pocos efectos prácticos.



El método de los maestros ascendido a través de las edades, desde tiempo inmemorial, ha sido el empleo consciente de la presencia “Yo Soy”. Es preciso reconocer y aceptar plenamente a Dios en acción en el individuo, atrayendo así, siempre más la plena actividad inteligente de la presencia divina en el hombre.



La más simple y la más poderosa afirmación que puede hacerse es “Yo Soy”.



Al mismo tiempo es necesario recordarse que “Yo Soy” aporta consciente o inconscientemente la plenitud de la energía divina en acción a nuestra vida.



Emplea siempre “Yo Soy” y no “Om”.












Diferencia entre la oración y la llamada consciente o decreto Saint Germain





Atraigo de nuevo su atención sobre el hecho de que es absolutamente necesario llamar a la poderosa presencia “Yo Soy” conscientemente en acción, porque esta llamada da a los maestros, a la legiones de la luz y a los ángeles el derecho, la autoridad de prestar el servicio pedido: porque toda llamada hecha a la presencia “Yo Soy” deber ser ejecutada.



La antigua idea de plegaria u oración, que ciertamente es bella, está lejos de tener la eficacia de estas llamadas conscientes a la presencia “Yo Soy” que son millares de veces más poderosas, porque millares de discípulos las repiten cada día.



La oración dirigida a Dios como una presencia universal, contiene generalmente una forma de duda, una incertidumbre; se espera recibir una respuesta a la oración; mientras que en la llamada consciente o decreto vibra la certidumbre absoluta de que el resultado se manifestará puesto que es el Cristo, Dios en nosotros, quien expresa la voluntad divina por la boca de su vehículo físico.








Significación exacta de la palabra “alma”







Dada por el gran maestro de Venus: Victory







Todos han oído la oración de los tiempos pasados: “Dios, salva mi alma”.



Ahora bien, el alma es su cuerpo de deseos, sus sentimientos humanos, su pasado, que es como decir pasivo. Es, en suma, eso que ha creado toda la discordia que los perturba un tanto a los individuos. La palabra alma como se emplea corrientemente no es, por consiguiente, y en manera alguna, un sinónimo de la palabra Dios. La palabra alma debe reservarse para designar toda la energía descalificada, todo el psiquismo, toda la creación humana.



Dios en el hombre, el Cristo, es la presencia de vida. ¡La poderosa presencia “Yo Soy”!



No tenemos por qué ocuparnos en detalle y constantemente de nuestra alma, de nuestro pasado, pongamos todo esto en bloque en la llama violeta, que es la gracia, la misericordia divina. ¡Perdonémonos y perdonemos a toda la humanidad los errores del pasado acusados por nuestra ignorancia, de las leyes divinas de la creación, las leyes del empleo de la energía y seamos al fin libres!








El círculo y la cúpula de llama azul







Sanat Kumara







La discriminación es una de las más indispensables cualidades a un estudiante “Yo Soy”. Que su entusiasmo no los arrastre a contactar acumulaciones de fuerzas destructivas que se desencadenen contra ustedes mismos. No es esto indispensable. La verdad concerniente a esta presencia “Yo Soy” y a la actividad de Saint Germain puede y debe ser presentada por el poder del amor divino.



Hagan todo su trabajo, tanto individualmente como en grupo, siempre envueltos en su círculo de llama azul.



Están en este círculo de llama azul. ¡Si pudieran ver este círculo de fuego que es la llama azul, quedarían extasiados!



Sean siempre conscientes de que este círculo está ahí, invencible alrededor de su tubo de luz.



Es una actividad diferente y aunque las dos sean protectoras, el muro de llama azul es una actividad específica de esta protección. El gran Sanat Kumara recomienda especialmente la visualización de una cúpula de llama azul, por encima de todo lo que tiene conexión con nuestra actividad “Yo Soy”. Esta cúpula de llama azul que la presencia y los maestros ascendidos proyectan a nuestra llamada impide que nos toque la discordia, las limitaciones o imperfecciones. Vean, saliendo de esta cúpula, el dinero, los locales, todo lo que es deseable para el servicio de la luz. No solamente para nuestra actividad, sino para toda la humanidad.






Instrucción concerniente a los colores





El empleo de la acción vibratoria de los colores es extremadamente importante para su felicidad, su salud, su prosperidad y su protección.



La luz, la gloriosa luz blanca, es la pureza y el poder de la vida. Los colores claros y brillantes irradian más luz y, por consiguiente, más perfección. Ningún ser humano en la Tierra puede esperar el goce de la felicidad, de la salud, de la prosperidad o de la perfección en la mente, el cuerpo y las actividades, si se viste habitualmente de negro, de