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El sendero de la meditación


OSHO® es una marca registrada de Osho International Foundation. www.osho.com/trademark

D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2013

Batalla de Casa Blanca Manzana 147 A Lote 1621

Col. Leyes de Reforma, 3a. Sección

C. P. 09310, México, D. F.

Tel. 5581 3202

www.lectorum.com.mx

ventas@lectorum.com.mx

L. D. Books, Inc.

Miami, Florida

ldbooks@ldbooks.com

Primera edición: julio de 2013

ISBN: 978-607-457-311-4

D. R. © Portada: Lucero Elizabeth Vázquez Téllez

Los textos aquí incluidos son la transcripción de una serie de discursos originales titulados The Path of Meditation. A step by step guide to meditation, pronunciados por Osho ante diversos auditorios. Todos los discursos de Osho han sido publicados en versión original como libros y también están disponibles los archivos de audio. Éstos y los archivos completos de texto esta?n disponibles para consulta en Internet, en la Biblioteca Osho: www.osho.com

Traducción y características tipográficas aseguradas conforme a la ley. Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

El sendero de la meditación

1  Sobre El sendero de la meditación

2  Prefacio

3  Capítulo 1 · El fundamento de la meditación

4  Capítulo 2 · Comienza con el cuerpo

5  Capítulo 3 · Encontrando calidad de vida

6  Capítulo 4 · Entendiendo la mente

7  Capítulo 5 · Entendiendo las emociones

8  Capítulo 6 · Cuerpo y alma: ciencia y religión

9  Capítulo 7 · La luz de la conciencia

10  Capítulo 8 · La verdad: tu derecho natural

11  Capítulo 9 · Un paso a la vez

12  Sobre el autor · OSHO

13  OSHO International Meditation Resort

14  Para más información

Sobre El sendero de la meditación

Una guía para meditar paso a paso

Estas pláticas son transcripciones de un programa de meditación guiado por Osho en las bellas montañas de Mahabaleshwar, en la India. Ésta es una lectura obligada tanto para el nuevo como para el meditador experto. Aún más, es una invitación para experimentar con estas técnicas de transformación de vida.

Ésta es una explicación paso a paso sobre cómo preparar el cuerpo, la mente y las emociones para mejorar tu meditación. Osho guía a participantes y a lectores, por igual, en el uso del poder de las técnicas de la meditación y sugiere muchos usos útiles para apoyar tu meditación en la vida diaria.

También describe diferentes escenarios que pueden tener lugar en el sendero de la meditación.

* * *

La cultura que surgirá en el futuro, si verdaderamente es para la evolución de la humanidad, será un balance entre la ciencia y la religión. Esta cultura será una síntesis de religión y ciencia. No será sólo religiosa o sólo científica, será cualquiera de estas dos: científicamente religiosa o religiosamente científica.

OSHO

Prefacio

Cuando no haces nada —físicamente, mentalmente, en ningún nivel—, cuando toda actividad ha cesado y tú simplemente estás, sólo eres, entonces, estás meditando. No puedes hacerlo, no puedes practicarlo, sólo tienes que entenderlo.

Siempre que encuentres tiempo para simplemente ser, dejarás de hacer. Pensar es hacer; concentrarse es hacer; contemplar también es hacer. Hasta que no estés haciendo nada por un solo momento y te encuentres justo en tu centro, completamente relajado, entonces, estarás meditando. Y una vez que hayas enco trado la manera de hacerlo, puedes permanecer en este estado tanto tiempo como quieras; al final, puedes permanecer en este estado las veinticuatro horas del día.

Una vez que has tomado conciencia de cómo tu ser puede permanecer tranquilo, entonces, lentamente, puedes comenzar a hacer cosas, vigilando el que nada perturbe tu ser. Ésa es la segunda parte de la meditación. Primero hay que aprender a simplemente ser y, luego, aprenderás a hacer pequeñas cosas: limpiar el piso o bañarte, pero siempre centrado en ti mismo. Entonces, puedes hacer cosas más complicadas.

Por ejemplo, yo estoy hablando, pero mi meditación no se ha sido perturbada. Puedo continuar hablando, pero en mi centro no hay siquiera un murmullo; sólo existe el silencio, el completo silencio.

Por lo tanto, la meditación no es contraria a la acción. No es que se tenga que escapar de la vida. Simplemente nos enseña una nueva manera de vivir. Tú te conviertes en en el centro de un huracán.

Tu vida continúa; sólo que ahora lo hace de una manera más intensa: con mayor alegría, con mayor claridad, con mayor visión, con mayor creatividad; incluso, te mantienes distante. Ahora, sólo eres el observador de la colina, simplemente viendo todo lo que sucede a tu alrededor.

No eres quien actúa, eres el que observa.

Ése es todo el secreto de la meditación, el que tú te conviertas en el observador. El hacer continúa en su propio nivel, eso no representa un problema: cortar madera, traer agua del pozo. Puedes hacer todas las pequeñas y grandes cosas; sólo una no es permitida: no debes perder tu centro.

Esa conciencia, esa vigilancia, debe permanecer absolutamente clara y tranquila.

Meditar es un sencillo fenómeno.

OSHO

Tomado de Misery to Enlightment

Capítulo 1 · El fundamento de la meditación

Mis muy amados:

Primero, quiero darles la bienvenida, porque tienen el anhelo de lo divino, porque desean ir más allá de una vida ordinaria, hacia la vida del buscador, y porque, a pesar de sus deseos mundanos, tienen sed por la verdad.

Quienes han sentido sed por la verdad son afortunados; de los millones de personas que han nacido, sólo unos cuantos sienten el anhelo de la verdad. Conocerla es una gran bendición; pero, incluso, tener anhelo por ella es una gran bendición. Aun si no llegan a alcanzarla, está bien; pero nunca haber experimentado del todo esta sed sería una gran desdicha.

Quisiera decir que no es importante conocer la verdad. Lo que es importante es el anhelo que tengas por ella, que te hayas esforzado para experimentarla, que hayas trabajado duro por ella y la hayas añorado, y que hayas estado determinado y hayas hecho todo lo que podías hacer hasta el final. Si a pesar de ello no la alcanzas, eso no es lo importante. Pero nunca haber experimentado del todo esta sed, eso sería una gran tragedia.

También quisiera decir que conocer la verdad no es tan importante como tener una auténtica añoranza de ella. Esta añoranza es por sí misma regocijo. Si se siente deseo por algo insignificante, no habrá regocijo, aunque se obtenga; pero si anhelas lo que es importante, lo que es fundamental, y no lo obtienes, entonces estarás pleno de regocijo, aunque no lo hayas obtenido. Repito: si deseas pequeñas cosas y las obtienes, aun así no serás tan feliz como cuando anhelas lo fundamental y no lo obtienes... Incluso así, te sentirás lleno de regocijo y felicidad.

Lo divino nacerá en ti, de acuerdo con la intensidad con que lo busques. Eso no significa que algún alma suprema o alguna energía del exterior entrará en tu ser. La semilla ya está presente dentro de ti y empezará a crecer. Pero sólo crecerá si estás dispuesto a darle ardor a tu sed, calor y fuego a tu sed.

Mientras más añores la divinidad, mayor será la posibilidad de que la semilla que está escondida en tu corazón crezca; ésta brotará y llegará a ser lo divino; ésta abrirá y florecerá.

Si alguna vez has pensado en experimentar lo divino, si alguna vez has experimentado el deseo de silencio, de la verdad, entonces sabes que la semilla que mora dentro de ti está anhelando brotar. Esto significa que alguna sed escondida dentro de ti quiere ser satisfecha. Trata de entender que una importante lucha está tomando lugar dentro de ti; tendrás que ayudar y apoyar esta lucha. Tendrás que apoyarla, porque no es suficiente con que la semilla haya brotado: también se requiere mayor alimento del medio ambiente. Y aun si la semilla ha brotado, no significa que también florecerá. Para ello se necesita mucho más.

De muchas semillas dispersas en la tierra, sólo unas cuantas se convertirán en árbol. Existe esta posibilidad en todas ellas: todas ellas podrían brotar y crecer hasta convertirse en árboles, y cada una podría a su vez producir muchas semillas más. Una pequeña semilla tiene el poder, la posibilidad, de crear todo un bosque; ella encierra en sí misma la posibilidad de cubrir la Tierra entera con árboles. Pero también es posible que la semilla con este inmenso poder y potencial sea destruida y que nada salga de ella.

Y ésta es sólo la capacidad de una semilla; un hombre es capaz de mucho más que esto. Una semilla puede crear algo inmenso... Si una pequeña piedra puede ser usada para crear una explosión atómica... inmensa energía puede ser producida fuera de ella. Cuando alguien experimenta la fusión dentro de su ser, dentro de su conciencia, este florecimiento, esta explosión, la energía y la luz, son la experiencia de lo divino. Nosotros no experimentamos afuera la divinidad. La energía que nosotros producimos a través de esta explosión de la conciencia, este crecimiento, el florecimiento de nuestro ser, esta energía, por sí, misma es la divinidad. Y tú tienes sed de esta energía; es por eso que te doy la bienvenida.

Pero no necesariamente has venido hasta aquí porque tienes esta sed. Es posible que estés aquí como un mero espectador. Es posible que estés aquí por una vaga curiosidad. Pero las puertas no pueden ser abiertas por medio de una curiosidad vana, y ningún secreto será revelado a los meros espectadores. En la vida se tiene que pagar por cada cosa recibida, y mucho tiene que ser sacrificado.

La otra tarde le decía a alguien que si estás cerca de un oasis y te mueres de sed, si tu sed es intensa y sientes que podrías morir pronto si no encuentras agua, y si en ese momento alguien te la ofrece, pero con la advertencia de que después de haberla bebido, morirás, que el precio por el agua será tu vida, aun así, tendrás la buena voluntad de aceptar esta condición. Cuando la muerte es una certeza, entonces, ¿por qué no morir con tu sed apagada?

Si llevas este intenso anhelo y esperanza en tu interior, entonces, bajo esta tremenda presión, la semilla que hay en ti abrirá y comenzará a crecer. La semilla no brotará por sí sola; necesita ciertas condiciones. Necesita mucho empuje, mucho ardor, para romper su dura cubierta, y el delicado brote interior, para crecer. Cada uno de nosotros tiene esta dura cubierta, y si queremos salir de ella, no lo lograremos con la simple curiosidad. Así que recuerda esto: si estás aquí por simple curiosidad, te quedarás con tu curiosidad, y nada se podrá hacer para ayudarte. Y si estás aquí como mero espectador, te quedarás sólo como uno de ellos, y nada podrá hacerse por ti.

Así que es necesario que cada uno eche un vistazo en su interior y mire si tiene o no el auténtico anhelo de la divinidad. Cada uno de ustedes deberá hacerse esta pregunta: “¿Quiero conocer la verdad?”. Sean muy claros en si su sed por la divinidad es auténtica, si sienten añoranza por la verdad, por el silencio, por la felicidad. Si no, entonces comprendan que todo lo que hagan aquí no tendrá significado, será un sinsentido, no tendrá propósito. Si su exiguo esfuerzo no da ningún fruto, la meditación no será la responsable; ustedes serán los responsables.

Así que, para comenzar, es necesario que rastreen a un auténtico buscador en su interior. Y sean claros acerca de esto: ¿de veras buscan algo? Y si lo hacen, entonces, éste es el camino para encontrarlo.

* * *

Hace tiempo, Buda visitó una aldea. Un hombre le preguntó: —Todos los días dices que cada uno de nosotros puede convertirse en un iluminado. Entonces, ¿por qué no todos nos convertimos en iluminados?

—Mi amigo —respondió Buda—, haz esto: por la tarde crea una lista con toda la gente que vive en esta aldea y escribe sus deseos al lado de sus nombres.

El hombre fue a la aldea y le preguntó sus deseos a cada habitante. Era una aldea pequeña, con poca gente; así que ellos le dieron sus respuestas. El hombre volvió por la tarde y le entregó la lista a Buda, quien preguntó:

—¿Cuántas de estas personas buscan la iluminación?

El hombre se sorprendió, porque ni una sola persona había escrito que quería la iluminación. Y Buda dijo:

—Dije que todo hombre es capaz de alcanzar la iluminación, no dije que todo hombre quiere la iluminación.

*

Que cada hombre sea capaz de ser un iluminado es muy diferente a que cada hombre quiera ser un iluminado. Si lo quieres, entonces considera que es posible. Si tu búsqueda es por la verdad, no habrá poder sobre la tierra que pueda detenerte. Pero si no anhelas la verdad, entonces tampoco habrá poder que pueda dártela.

Así que primero necesitas preguntar si tu sed es real. Si es así, entonces, está seguro de que el sendero está disponible. Si no, entonces no hay sendero: tu sed será tu sendero a la verdad.

La segunda cosa que me gustaría decir, a propósito de una introducción, es que a menudo tienes sed de algo, pero no tienes fe en que obtendrás lo que deseas. Tienes un deseo, pero no eres optimista acerca de él. Hay un deseo, pero con un sentido de desesperanza.

Ahora, si el primer paso es dado con optimismo, entonces, el último paso será dado con optimismo. Esto también debe ser entendido: si el primer paso es dado sin optimismo, entonces, el último paso será dado con desesperación. Si quieres que el último paso sea satisfactorio y exitoso, el primer paso debe darse con optimismo.

Estoy diciendo que, durante estos tres días —y lo seguiré diciendo mientras viva—, debes tener una verdadera actitud optimista. ¿Te has dado cuenta de que la distancia en que se encuentra tu estado de conciencia depende de si tus actos están animados por una actitud positiva o por una negativa? Si eres pesimista al comenzar, es como si estuvieras sentado en la rama de un árbol y al mismo tiempo la estuvieras cortando.

Lo que estoy diciéndote es que ser abierto es muy importante en esta búsqueda. Ser optimista significa que sientes que si ha habido una sola persona en la tierra que haya entendido la verdad, si ha existido una sola persona en la historia de la humanidad que haya experimentado la felicidad divina y la paz, entonces no hay razón por la que tú no puedas experimentarlas también.

No mires a los millones de personas cuyas vidas están llenas de oscuridad, a aquellos cuyas esperanzas jamás han visto la luz del día; mira a la gente que a lo largo de la historia ha experimentado la verdad. No mires las semillas que nunca crecieron ni se convirtieron en árboles, que fueron malgastadas: mira a aquellas pocas que fueron exitosas y experimentaron la divinidad. Y recuerda: lo que fue posible para aquellas semillas es posible para todas las semillas. Lo que un hombre puede experimentar, todos los hombres pueden también experimentarlo.

Tu capacidad como semilla es la misma que la de Buda, o la de Mahavira, o la de Krishna o la de Cristo. La iluminación no tiene favoritos; todo hombre tiene la misma posibilidad. Pero no se ha mostrado así, porque muchos de nosotros no hemos intentado hacer de la iluminación una realidad.

Así que ser optimista es una necesidad básica. Ten la certeza de que si cualquiera ha experimentado la paz, de que si cualquiera ha experimentado la felicidad, esto es también posible para ti. No te humilles siendo pesimista. Sentirte pesimista es insultarte a ti mismo. Significa que no crees merecer la experiencia de la verdad. Eres merecedor y ciertamente lo lograrás.

¡Inténtalo y velo! Has vivido toda tu vida con un sentimiento de desesperanza; ahora, durante estos tres días del campamento de meditación, alimenta un sentimiento de optimismo. Ser tan optimista como sea posible de modo que lo fundamental suceda, que definitivamente suceda. ¿Por qué? En el mundo exterior es posible aproximarse a algo con optimismo y no tener éxito. Pero en el mundo interior, el optimismo un recurso muy útil. Cuando estás lleno de optimismo, cada célula de tu cuerpo se llena de optimismo, cada poro de tu piel está lleno de optimismo, cada respiro está lleno de optimismo, cada pensamiento está iluminado con optimismo, tu energía vital vibra con optimismo y el latido de tu corazón se esparce con optimismo. Cuando todo tu ser está lleno de optimismo, entonces creará un ambiente en el cual lo esencial puede pasar.

El pesimismo también crea una personalidad, un carácter en el que cada célula está llorando, está triste, está agotada, está desesperada, sin vida, como si sólo viviera tu cuerpo pero tu espíritu estuviera muerto. Si esta persona se aventura en un viaje para buscar algo... Y el viaje por el sendero espiritual es un gran viaje: ningún hombre ha escalado montaña más alta que ésta; ningún hombre ha buceado nunca en océano más profundo. La profundidad de uno mismo es la más profunda y la cumbre es la más alta. Quien quiera caminar por este sendero deberá ser muy optimista.

Así que estoy diciéndote que por estos tres días mantendrás un muy optimista estado mental. Esta noche, cuando vayas a tu cama, quédate dormido lleno de optimismo. Y duerme con la seguridad de que por la mañana, cuando te levantes, algo pasará, algo puede pasar, algo puede ser hecho.

Ten una actitud optimista, y junto con ella también me gustaría decir esto: después de muchos años de experiencia he llegado a la conclusión de que el pesimismo del hombre puede ser tan fuerte que, incluso, si comienza la búsqueda de algo, no será capaz de verlo precisamente por su pesimismo.

Hace algún tiempo, un hombre acostumbraba venir conmigo y traía a su esposa. La primera vez que nos encontramos me dijo que ella no podía dormir, y me describió su condición: “Ella no puede dormir sin medicinas, y aun con medicinas; ella sólo puede dormir por tres o cuatro horas. Y mi esposa tiene miedo; extraños temores la asedian. Teme salir de la casa, y si está en la casa, teme que la casa se caiga. Si no hay nadie alrededor, teme que si está sola, pudiera morir, así que constantemente necesita a alguien alrededor. Por las noches, guarda todas sus medicinas cerca de ella, por si se presentara alguna emergencia”.

Le sugerí que comenzara a practicar pequeñas meditaciones que pudieran ayudarla. Ella comenzó a experimentar. Después de siete días, nos volvimos a encontrar y le pregunté: “¿Qué ha pasado? ¿Cómo está tu esposa?”.

Él dijo: “No ha habido mucho progreso; ella sólo duerme mejor”.

Después de una semana, lo volví a encontrar, y le pregunté: “¿Algún cambio?”.

Y él dijo: “Su condición no ha cambiado mucho, pero está un poco menos temerosa”.

Lo volví a encontrar después de siete días y le pregunté: “¿Nada ha pasado?”.

“Nada significativo”, dijo. “Ella ya puede dormir algo, es menos temerosa y ya no mantiene las medicinas cerca de ella: no mucho”.

Yo llamo a esto una visión negativa. Aun si este hombre hubiera experimentado algo, no hubiera sido capaz de verlo, de reconocerlo. Y esta visión se construye en el interior. Lo que significa que una persona no experimentará nada e, incluso, si experimentara algo, no sería capaz de reconocerlo; y mucho de lo que pudiera ser posible de otra manera, será obstaculizado.

Además, tener un acercamiento positivo, también sugiere que durante estos tres días sólo pienses en lo que te está pasando, sin tratar de pensar en lo que no te está pasando. En estos tres días, pase lo que pase, observa. Y olvídate de lo que no está pasando, que podría no pasar. Sólo recuerda lo que experimentaste. Incluso si has tenido una pequeña probada de paz, de silencio, aliméntate de ello. Te dará esperanza y también te empujará hacia delante. Porque si te alimentas de algo que nunca pasó, perderás tu momento, y lo que sí pasó, se destruirá.

Así que en estos tres días, en tus experimentos con la meditación, pon atención a cada pequeña cosa que sientas y haz de ello la base de tu progreso. No le des nada de tu energía a lo que no pasó.

El hombre siempre ha sido infeliz porque olvida lo que tiene y trata de obtener lo que no puede tener. Basar tu vida en esto es absolutamente erróneo. Sé alguien que entiende lo que tiene y vive con base en ello.

* * *

En alguna parte leí que un hombre se quejaba con otro:

—Soy un hombre muy pobre. No tengo nada.

Así que el segundo hombre dijo:

—Si eres tan pobre, puedes hacer una cosa: quiero tu ojo derecho. Te daré cinco mil rupias por él. Ten estas cinco mil rupias y dame tu ojo derecho.

Y el primer hombre dijo:

—Eso es muy difícil, no puedo darte mi ojo derecho. Entonces, el otro hombre le ofreció:

—Te daré diez mil rupias por tus dos ojos.

De nuevo, el primer hombre contestó:

—¡Diez mil rupias! Pero aun así no puedo darte mis dos ojos.

En este punto, el otro hombre le propuso:

—Te daré cincuenta mil rupias si me das tu vida.

Ante esto, el primer hombre dijo:

—¡Pero eso es imposible! No puedo darte mi vida.

El segundo hombre dijo, entonces:

—Esto prueba que tienes muchas cosas valiosas. Tienes dos ojos, que no venderías por diez mil rupias, y tienes tu vida... ¡Y decías que no tenías nada!

*

Estoy hablando acerca de este tipo de persona y de este tipo de pensamiento. Valora lo que tienes, y también lo que experimentas a través de la meditación, aun si son pequeñas cosas. Piensa en ello, habla de ello, porque que experimentes más dependerá de esta forma de pensar, y tu optimismo creará más. Y lo que no entiendes...

Una mujer acostumbraba visitarme; ella era bien educada, era profesora en la universidad y una erudita en sánscrito. Estaba en un campamento de siete días de meditación, y en el primer día, después de la meditación, vino a mí y me dijo: “Perdóname, pero no experimenté ninguna comunión con la divinidad”.

¡Era el primer día del experimento y ella decía que no se había encontrado con la divinidad!

Así que le dije: “Si te hubieras encontrado con la divinidad, esto habría sido muy peligroso, porque si pudieras encontrarte con la divinidad tan fácilmente, no lo valorarías”. Y agregué: “Una persona sería realmente estúpida si pensara que sólo con sentarse en silencio, con los ojos cerrados, por diez minutos está preparada para conocer la divinidad”.

Así que si experimentas incluso el más pequeño rayo de silencio, considera que has visto todo el sol, porque aun la más pequeña experiencia de luz te ayudará a alcanzar el sol. Si estoy sentado en un cuarto oscuro y veo un delgado rayo de luz, hay dos formas en las que me puedo conectar con él. Una sería diciendo: “¿Qué es este pequeño rayo de luz comparado con la profunda oscuridad que me rodea? ¿Qué puede hacer un pequeño rayo de luz? Hay mucha oscuridad a mi alrededor”.

La otra forma podría ser pensar: “A pesar de toda esta oscuridad, hay, por lo menos, un rayo de luz disponible para mí, y si voy hacia él, podré encontrar la fuente de donde el sol procede”. Ésta es la razón por la que te digo que no observes la oscuridad; si hay por lo menos el más débil, el más fino, rayo de luz, concéntrate en él. Te elevará a una visión positiva.

Normalmente, tu vida es exactamente lo opuesto. Si te muestro un rosal, seguramente dirás: “¿Qué es lo que hay que ver ahí? La existencia es muy injusta, ahí hay sólo tres o cuatro rosas y millones de espinas”. Esto es sólo una forma de ver las cosas: ver el rosal y decir: “¡La existencia es muy injusta! ¡Hay millones de espinas y sólo unas cuantas rosas!”. Esto es sólo una manera de percibir las cosas, un enfoque. Otra forma sería decir: “La existencia es muy misteriosa: entre esas miles de espinas creó una rosa”. También podrías ver esto y decir: “Una rosa entre todas esas espinas... ¿No es un mundo misterioso? Realmente parece un milagro: la posibilidad de que brote una rosa entre todas esas espinas”.

Así que me gustaría pedirte que tomaras el segundo punto de vista. En estos tres días apóyate en el más delgado rayo de esperanza que veas en tu meditación, y deja que se vaya haciendo fuerte.

La tercera cosa es que, durante estos tres días de meditación, no sigas viviendo de la misma manera en que los has hecho hasta esta tarde. El hombres es un robot lleno de hábitos, y si uno se mantiene dentro de los límites de los hábitos, el nuevo sendero de la meditación será muy difícil. Por lo tanto, sugiero que hagas unos pequeños cambios.

Uno de esos cambios será que, durante estos tres días, hables lo menos posible. ¡Hablar es la gran aflicción de este siglo! Y tú todavía no eres consciente de lo mucho que hablas. De la mañana a la noche, hasta que te vas a dormir, continúas hablando. Sea como sea, hablas con alguien más o, si no hay con quién hablar, hablas contigo mismo.

Durante estos tres días, sé consciente de tu continuo hábito de hablar. Y es sólo un hábito. Para un meditador, esto es vital. Durante estos tres días me gustaría que hablaras lo menos posible, y cuando hables, que sea puro, no el ordinario parloteo de todos los días. De hecho, ¿de qué hablas todos los días? ¿Tiene algún valor? ¿Sería perjudicial si no hablaras? Simplemente estás parloteando, lo que no vale mucho la pena. Y si no hablaras, ¿sería perjudicial para los otros? ¿Sentirían que algo falta por no escuchar lo que tienes que decir?

Durante estos tres días recuerda que no hablarás mucho con nadie. Esto es extraordinariamente útil. Y si hablas, sería mejor que lo hicieras conectada con la meditación y nada más. Pero todavía sería mejor si no hablas: permanecer en silencio tanto como sea posible. Esto no significa que seas tan estricto que te fuerces a permanecer en silencio o que escribas lo que quieres decir. Eres libre de hablar, pero no de parlotear. Habla conscientemente y sólo cuando sea necesario.

Esto te ayudará de dos maneras. El primer beneficio será que guardarás la energía que gastas hablando. Entonces, esa energía podrás usarla para meditar. El segundo beneficio será que te desconectarás de los otros y estarás con tu soledad durante este tiempo. Hemos venido a esta montaña, y sería un desperdicio si las doscientas personas que nos hemos reunido aquí viniéramos sólo para hablar con los otros, para charlar con los otros. Entonces, deberías permanecer entre la multitud, donde estabas antes, porque no eres capaz de experimentar el silencio.

Para experimentar el silencio no basta con estar en las montañas. También es necesario separarte de los otros y permanecer solo. Y sólo contactar con los demás si es absolutamente necesario. Imagina que eres la única persona en esta montaña y no hay nadie alrededor. Tienes que vivir como si hubieras venido solo, permaneces solo y en los alrededores te mueves solo. Siéntate solo bajo un árbol. No lo hagas con un grupo de personas. Vive independiente y solo durante estos tres días. La verdad de la vida no ha sido conocida viviendo entre la multitud, y no podrá experimentarse así. Ninguna experiencia con algún significado ha tenido lugar entre una multitud. Quienquiera que haya probado el silencio lo ha probado en absoluta soledad.

Cuando dejas de hablar con los demás, y cuando tu parloteo interior y exterior para, la naturaleza comienza a comunicarse contigo de manera misteriosa. La naturaleza se comunica continuamente contigo, pero estás tan absorto con tu parloteo, que no escuchas su suave voz. Deberás aquietarte de tal forma que puedas oír la voz que habla en ti.

Así que en estos tres días hablar deberá ser conscientemente restringido. Si lo olvidas y comienzas a hablar como de costumbre, y luego te acuerdas que deberías estar en silencio, detente en ese momento y discúlpate. Permanece solo. Deberás experimentar con esto mientras estés aquí, pero también lo intentarás por tu cuenta.

Ve a cualquier lado que desees, siéntate bajo un árbol; has olvidado completamente que eres parte de la naturaleza. Tampoco sabes que permanecer cerca de la naturaleza hace más sencilla la experiencia de lo supremo; en ningún lado más es tan sencillo.

Así que aprovecha estos tres increíbles días. Permanece aislado, en soledad, y no hables más que lo necesario. Incluso, si todos permanecen en silencio, continúa solo. Un meditador tiene que estar solo. Hay mucha gente aquí, así que cuando nos sentamos a meditar, parece que hubiera una concurrencia de personas meditando. Siéntate aquí, estás en un gran grupo, pero cuando vayas a tu interior, te sentirás solo.

Cuando cierres tus ojos y te sientas solo, y cuando estés en silencio, no existirá más ningún grupo. Habrá doscientas personas aquí, pero cada una estará sólo consigo mismo y no con los otros ciento noventa y nueve meditadores. No se puede meditar colectivamente. Todas las oraciones, todas las meditaciones, son individuales, son privadas.

Permanece solo aquí, y también cuando te vayas. Y permanece el mayor tiempo posible en silencio. No hables. Pero no será tan fácil dejar de hablar, también necesitarás hacer un esfuerzo consciente para detener el constante parloteo que fluye dentro de ti. Te hablas a ti mismo, te contestas a ti mismo; aquiétate y suelta eso también. Si te es difícil detener este parloteo interior, entonces dite firmemente que se detenga este ruido, dite a ti mismo que no te gusta el ruido.

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