Cuentos cansados

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Cuentos cansados
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— UN DÍA —


NICOLÁS: Contame un cuento.

YO: No; estoy cansado.

NICOLÁS: No importa que estés cansado. Contame un cuento igual.

YO: Bueno, pero sería un cuento cansado.

NICOLÁS: Sí, sí. No importa que sea un cuento cansado.

YO: Bueno (bostezo). Había una vez… (bostezo)… había una vez un señor que estaba cansado. Muy cansado. Estaba tan cansado que no podía ir hasta su casa para acostarse a dormir. Entonces… (bostezo)… entonces abrió el paraguas que llevaba, lo puso al revés en el suelo, y se acostó a dormir adentro del paraguas. Y durmió y durmió, hasta que empezó a llover. Y llovió, y llovió, hasta que el paraguas se llenó de agua, y el señor empezó a ahogarse y se despertó gritando “me ahogo, me ahogo”. Entonces se levantó y vio que estaba lloviendo, y agarró el paraguas para protegerse de la lluvia, pero como el paraguas estaba lleno de agua se volcó toda el agua encima y se mojó todavía mucho más. Y aquí termina el cuento.

NICOLÁS: Otro.



YO : No, otro cuento no. Estoy muy cansado.

NICOLÁS: No importa; que sea un cuento muy cansado, entonces.

YO: Pero mirá que estoy muy, muy, muy cansado.

NICOLÁS: Pero yo quiero un cuento que sea muy, muy, muy cansado.

YO: Bueno (bostezo). Había… (bostezo)… una… (bostezo)… vez… (bostezo)… un señoooor… había una vez un señor que estaba muuuuy cansado, pero muuuuuuuuy cansado… (bostezo). Estaba tan cansado que no podía ni mover los pies, y como su casa estaba lejos, pero muuuy… (bostezo)… leeeeeejos, entonces empezó a estirar la nariz, y estiró y estiró la nariz, y después empezó a estirar el pescuezo, y después los braaaaazos… (bostezo)… y el trooooonco… (bostezo)… y se estiraaaaba, y se estiraaaaaba, y después las piernas, y entonces llegó primero a la casa la nariz del señor, y después llegó la cabeza, y el señor metió la nariz y la cabeza por la ventana y apoyó la nariz y la cabeza en la cama; después fue llegando el resto del cuerpo, que se había hecho muy largo y finito, porque los pies estaban muy lejos, y todo el cuerpo se fue metiendo en la cama; y al final de todo, cuando estaba todo el cuerpo acostado en la cama y solo faltaban los pies, los pies se separaron del suelo y las piernas se fueron acortando como elásticos y así los pies llegaron a toda velocidad y se acostaron también en la cama, y el señor se durmió, y aquí termina el cuento.

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