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4.3. Condiciones a conseguir

Veamos a continuación las condiciones que deseamos conseguir con respecto a los siguientes temas:

1 Prensado: sirve para eliminar el aire que quede entre el forraje y así reducir la respiración, para que se inicien las fermentaciones necesarias. Si el ensilado está excesivamente aireado perderá calidad (resultará poco digestivo), ya que se produce un aumento de temperatura debido a la rápida oxidación. Una vez prensado, y por tanto extraído el aire, deberá impedirse que este vuelva a entrar. Para ello, el silo se cerrará herméticamente y se le colocará un peso encima, ya que, si no se impide la entrada de aire, pueden producirse fermentaciones no deseadas.

2 Humedad: debe ser la adecuada para que no presente dificultades a la hora de comprimirlo, en el caso de forraje muy seco, o que haya pérdidas, en el caso de resultar muy húmedo.

3 Tipo de forraje: hay que tener en cuenta que no todos los cultivos presentan las mismas dificultades a la hora de ensilar, siendo, por ejemplo, mucho más fácil realizar esta operación con el maíz que con la alfalfa o la hierba.

4 Pérdidas: se ha de intentar reducirlas al mínimo. Los forrajes ricos en materia seca ayudan a disminuirlas.

5 Aditivos: existen algunos procedimientos que pueden ayudar a conservar y enriquecer el ensilado, como son:Acidulantes: sirven para rebajar el pH (grado de acidez de una sustancia) y, aunque ayudan a controlar las fermentaciones, tienen también desventajas, como son su peligrosidad al manipularlos o la descalcificación de los animales que los ingieren, teniendo que suplementarlos con minerales.Hidratos de carbono: con ellos, el forraje se enriquece y se conserva mejor, aunque resulta un procedimiento caro.Nutrientes correctores: sirven para corregir posibles deficiencias alimentarias, algunos ejemplos son el calcio, el fósforo o la urea. El ensilaje debe acidificar el vegetal a conservar llevándolo hasta un pH en torno a 4,3 - 4,5 manteniendo estas condiciones de forma estable.


Aplicación práctica

Suponiendo que la cantidad de inóculo a añadir a un pasto que vamos a ensilar es del 1 % y que vamos a ensilar 100 toneladas de pasto, ¿cuántos litros de mezcla iniciadora deberemos preparar?

SOLUCIÓN

El 1 % de 100 t es 1 t = 1 t = 1.000 kg.

Sabiendo que un litro de mezcla de agua con urea, melaza y suero pesa aproximadamente 1 kg:

1.000 kg de inóculo = 1.000 l de inóculo.

Se necesitarán 1.000 l de solución fermentada, que se agregarán de forma progresiva al pasto a ensilar a medida que este es acumulado y prensado.

4.4. Características generales de cada edificación

Como hemos visto anteriormente, para que el proceso de ensilaje sea adecuado debemos conseguir sobre todo que el ensilado se encuentre en ausencia de oxígeno, para que las fermentaciones necesarias se lleven a cabo. Este aislamiento del material vegetal, junto con el mantenimiento de una humedad adecuada, nos determinan que deberán ser construcciones con un buen nivel de aislamiento, como ocurre en el caso de los silos torre, o bien se optará por soluciones constructivas, como los silos de zanja o trinchera, donde el aislamiento del material vegetal se consigue recubriendo este con un material plástico impermeable sobre el que se colocan pesos (generalmente cubiertas de neumático) que lo inmovilizan, proporcionando además un peso extra que ayuda a la eliminación del aire por presión.


Silo trinchera cubierto con una lámina plástica

4.5. Tipos de construcciones más utilizadas

El silo torre es un depósito vertical de forma cilíndrica. Sus medidas variarán en función del material que se pretenda almacenar. Puede ser metálico o construido en hormigón, y aunque ambos resultan caros, tiende a utilizarse el metálico, ya que su ejecución requiere menos tiempo y resulta más práctico, al poder desmontarse y, por tanto, cambiar de ubicación en cualquier momento. Actualmente son poco utilizados debido a sus altos costes de construcción y mantenimiento.

El silo zanja es un tipo de construcción más económica, ya que solo hay que excavar una zanja y revestir por dentro el terreno en desnivel. Las medidas dependerán del volumen total del material a almacenar, variando a su vez en función del número de cabezas de ganado a alimentar o de las producciones de pasto a ensilar.


Consejo

Habrá que tener en cuenta que el terreno no podrá tener filtraciones y que se pueda evacuar de modo adecuado el agua que se pierda durante el prensado.

En el caso del silo trinchera, los muros se construyen sobre el terreno (pueden ser de bloques, hormigón y forjado metálico, etc.), aconsejándose prestar especial atención a la firmeza de los muros, pues deberán soportar el peso y la presión a la que se somete al ensilado. El suelo igualmente estará en ligera pendiente para favorecer la evacuación del agua sobrante.


Panorámica de silo trinchera prácticamente vacío

5. Silos para grano

Las necesidades de almacenamiento del grano vienen determinadas principalmente por el hecho de ser un cultivo estacional (se cosecha toda la producción anual en un espacio de tiempo relativamente corto), lo que genera la necesidad de su almacenamiento para su posterior distribución según la demanda del mercado.

Por otro lado, la salida del grano desde los almacenes se ve muy influenciada por el precio de mercado en cada momento, por lo que los periodos de almacenamiento son muy variables.

5.1. Tipo de material a almacenar

El tipo de material que se suele almacenar son granos de diferentes cereales (trigo, cebada, maíz, avena, etc.) y algunas leguminosas de grano (habas secas, judías secas, garbanzos, lentejas, etc.).

5.2. Objetivos a conseguir

El principal objetivo a conseguir es mantener el grano almacenado en perfectas condiciones, desde que es cosechado hasta su posterior salida del almacén, y todo ello intentando reducir los gastos al mínimo posible.


Silo de grano de paredes de ladrillo armado

5.3. Condiciones a conseguir

Para una conservación óptima del grano, y para prevenir la aparición de plagas, este deberá guardarse limpio (de tierra, paja y de otras semillas), sano (libre de hongos, mordeduras de roedores, etc.) y en las condiciones adecuadas de temperatura y humedad (el grano deberá estar completamente seco).


Importante

Debemos mantener un grado de humedad en el grano almacenado en torno al 5-12 %, dependiendo del producto en cuestión.

Si, al almacenarse, el grano no reúne estas características, es más propenso a la degradación y al ataque de insectos y hongos, con la consiguiente pérdida de calidad y valor.

Por esta causa, el grano cosechado que no esté completamente seco deberá guardarse en otra instalación, con un adecuado sistema de aireación que permita el mantenimiento del mismo sin producirse degradación hasta su posterior secado (en posteriores epígrafes se detallará el proceso de secado).

Es importante destacar la necesidad de mantener una adecuada temperatura en el almacén; resultaría óptimo poder conservar el grano en torno a 8 – 10 ºC.


Nota

Disminuyendo en 5 ºC la temperatura y en un 1 % la humedad, conseguimos duplicar la vida de las leguminosas de grano para semilla.

5.4. Características generales de cada edificación

Estos sistemas de almacenamiento deben distinguirse principalmente por su gran capacidad de almacenamiento y deben proporcionar unas condiciones estables de temperatura y humedad. Además, pese a ser estructuras de gran tamaño, deben ser instalaciones que faciliten al máximo el manejo del grano, tanto a su llegada, durante el proceso de selección de lotes, como en su posterior reexpedición.

Independientemente del tipo de silo, el factor determinante a tener en cuenta para su diseño será el peso y la presión que el grano almacenado ejercerá sobre las paredes de los contenedores, lo que determinará los materiales a utilizar en su construcción, así como las dimensiones de los diferentes muros, cimentaciones, sistemas de transporte o espesores del metal a utilizar (en el caso de los silos metálicos).

5.5. Tipos de construcciones más utilizadas

Principalmente son dos los tipos de soluciones adoptadas en la construcción de silos para grano, las construcciones de obra de fábrica y los silos metálicos.

Silos de obra

Según la clasificación adoptada en su día por el SENPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios), podemos distinguir 20 tipos de silos. Todas estas variaciones tienen que ver, sobre todo, con la disposición de la torre de elevación, el tipo y configuración de las celdas de almacenamiento y las soluciones constructivas adoptadas a la hora de realizar los muros de las zonas de almacenamiento.

Silos metálicos

Últimamente son los más utilizados debido principalmente a la facilidad de instalación de los mismos frente a las necesidades constructivas de los silos de obra.

Existen multitud de configuraciones dependiendo del fabricante de los mismos, determinadas a su vez por las necesidades de almacenamiento del cliente en cuestión.


Conjunto de silos metálicos

Ambos sistemas de almacenamiento se verán con mayor detalle más adelante, abordando sus elementos principales así como sus características básicas de diseño.

6. Secaderos de cereales

El factor más importante a la hora de almacenar los cereales en buenas condiciones es el grado de humedad presente en los mismos, debiendo estar esta en torno al 12 %, dependiendo del producto en concreto y de la climatología de la zona.

Aunque el proceso de secado puede realizarse de forma natural, en ocasiones se hace necesario el uso de las secadoras de grano, que se convierten en un elemento básico en cuanto a la buena conservación del cereal, por lo que esta maquinaria deberá mantenerse en buen estado, limpia y libre de oxidaciones.

Existen diferentes tipos de máquinas secadoras, de flujo continuo, mixto o cruzado, siendo los modelos más comercializados los de columna y los de caballete.

Hay que recordar que, aunque las condiciones de almacenamiento resultan fundamentales a la hora de obtener un buen producto final, también existen otros factores, como son la ausencia de hongos, la baja proporción de grano dañado, los altos niveles nutritivos, etc., que determinarán la calidad del producto.

6.1. Tipo de material a almacenar

En los secaderos de cereales se almacenarán distintos tipos de cereal, como el trigo, el arroz, el maíz, la avena, el centeno, la cebada, etc.

6.2. Objetivos a conseguir

El objetivo principal a conseguir es acondicionar los diferentes tipos de cereal, disminuyendo su grado de humedad y realizando esta tarea de forma adecuada para reducir las mermas y conseguir unas condiciones que lo hagan apto para su posterior almacenamiento.

Cada tipo de cereal requiere unas condiciones específicas de secado, ya que cada uno se comporta de forma diferente durante el proceso de deshidratación.

6.3. Condiciones a conseguir

Se intenta conseguir una disminución gradual de nivel de humedad del cereal con el menor coste posible y utilizando los medios más adecuados, que garanticen la mayor eficiencia y eficacia posible durante el proceso de secado.

No todo el grano cosechado tiene el mismo grado de humedad, sino que variará en función del producto, de la época en que se coseche, del propio aire ambiental, etc. Por tanto, los sistemas deben ser lo suficientemente adaptables como para acomodarse a las diferentes situaciones de partida a las que se deberán enfrentar.

Deberá cuidarse la temperatura de secado, que dependerá del producto en cuestión, ya que si esta resulta demasiado alta, puede dañar al grano, afectando a su calidad. Así mismo, el proceso se diseñará para ser efectuado de forma gradual, generalmente sometiendo al cereal a varias “etapas” en las que se procede a su secado.

6.4. Características generales de cada edificación

El proceso de secado del cereal puede ser realizado en instalaciones específicamente diseñadas a tal efecto, o con sistemas auxiliares anexos a las propias instalaciones de almacenamiento (ciclones, máquinas aireadoras de diferente tamaño y rendimiento de cereal secado por hora).

En el caso de que se trate de instalaciones específicamente dedicadas al secado de cereal, el sistema consta generalmente de tres partes:

1 Torre: en esta zona es donde se deposita el grano a secar y consta de una serie de canalizaciones por las que el grano desciende y entra en contacto con el flujo de aire de secado.

2 Ventiladores: es la parte de la instalación dedicada a la generación del flujo de aire utilizado para el secado del cereal. Estos sistemas son generalmente múltiplos de dos, pues uno de los grupos impulsará aire caliente para el secado del grano, mientras que el segundo se dedicará a la impulsión de “aire frio” (a temperatura ambiente) para la estabilización y enfriado del grano al final del proceso de secado.

3 Caldera: es el lugar donde se produce el calentamiento del aire a utilizar durante el secado. Para ello se utiliza el calor producido por un quemador normalmente de gas o gasoil.


6.5. Tipos de construcciones más utilizadas

Las principales diferencias de los sistemas de secado estribarán en si el flujo de grano a secar es o no continuo, es decir, si el sistema debe ser, primero el cargado de cereal húmedo, después realizar el proceso de secado y, por último, descargar el cereal seco (a estos sistemas se les conoce como discontinuos), o bien si, por el contrario, se produce una entrada de cereal húmedo a secar en un proceso ininterrumpido con la salida del cereal seco sin parada del sistema, conocido este como sistema de columna o flujo continuo.


Recuerde

El proceso de secado del cereal puede ser realizado en instalaciones específicamente diseñadas a tal efecto, o con sistemas auxiliares anexos a las propias instalaciones de almacenamiento.

7. Secaderos de tabaco

El tabaco es una planta perenne o anual que pertenece a la familia de las solanáceas (se incluyen también en esta familia las patatas, berenjenas, los pimientos, etc., pero estos últimos carecen de nicotina).

Una vez que el tabaco cultivado obtiene la madurez pretendida, se procede a su corte y traslado al secadero. La fase de secado resulta importantísima para determinar la posterior calidad del producto, ya que una magnífica cosecha puede estropearse si este proceso de secado no se realiza correctamente.

7.1. Tipo de material a almacenar

Existen dos tipos principales de tabaco, el amarillo y el oscuro, siendo este último el más cultivado por ser más resistente y curarse al aire. Las variedades Burley y Virginia suelen tomarse como base para realizar posteriores mezclas.

El material a secar es la parte aérea de la planta desprovista de las inflorescencias (tallo completo y hojas insertadas en él).

7.2. Objetivos a conseguir

El principal objetivo es, una vez cortada la planta de tabaco y trasladada al secadero, mantenerla en condiciones óptimas de temperatura, humedad y ventilación durante el proceso gradual de secado.

7.3. Condiciones a conseguir

Lo más importante en el proceso de secado del tabaco es mantener las ya nombradas características de ventilación, humedad y temperatura adecuadas que irán variando en función de la fase en la que se encuentre el mismo: al principio del secado se mantendrá elevada la humedad y habrá poca ventilación en el secadero y después, cuando comience a secarse la hoja, se aumentará la temperatura hasta 32-38 ºC y se reducirá la humedad.

Por tanto, el secadero reunirá las características constructivas adecuadas para permitir la regulación de estos parámetros de ventilación, humedad y temperatura, a ser posible de forma natural, y excepcionalmente, mediante medios mecánicos.

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