Czytaj książkę: «¿Campesinos, indígenas y migrantes?»

Czcionka:



Rector General

Eduardo Abel Peñalosa Castro

Secretario General

José Antonio De los Reyes Heredia

Coordinador General de Difusión

Francisco Mata Rosas

Director de Publicaciones y Promoción Editorial

Bernardo Javier Ruiz López

Subdirector de Distribución y Promoción Editorial

Marco Antonio Moctezuma Zamarrón

UNIDAD LERMA

Rector

José Mariano García Garibay

Secretario Académico de la Unidad

Darío Eduardo Guaycochea Guglielmi

Directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades

Mónica Francisca Benítez Dávila

Jefa del Departamento de Procesos Sociales

Alma Patricia de León Calderón

Coordinadora del Consejo Editorial de la División de Ciencias Sociales y Humanidades

Gladys Ortiz Henderson


Martínez Cuero, Julieta

¿Campesinos, indígenas y migrantes? : articulación de distintos modos de producción en Los Altos de Chiapas / Julieta Martínez Cuero, autora. - - México : Universidad Autónoma Metropolitana : Juan Pablos Editor, 2021

1a. edición

265 p. : ilustraciones ; 14 x 21 cm

ISBN: 978-607-28-2117-0 UAM Edición impresa

ISBN: 978-607-711-618-9 Juan Pablos Editor Edición impresa

ISBN: 978-607-28-2193-4 UAM e-book

ISBN: 978-607-711-630-1 Juan Pablos Editor e-book

T. 1. Migración rural - México T. 2. Desarrollo rural - México

HB1992 M37

Primera edición: 2021

¿CAMPESINOS, INDÍGENAS Y MIGRANTES? ARTICULACIÓN

DE DISTINTOS MODOS DE PRODUCCIÓN EN LOS ALTOS DE CHIAPAS

Julieta Martínez Cuero

Diseño de portada: Daniel Domínguez Michael

D.R. © 2021, Julieta Martínez Cuero

D.R. © 2021, Universidad Autónoma Metropolitana

Prolongación Canal de Miramontes 3855

Ex Hacienda San Juan de Dios, Alcaldía de Tlalpan

14387, Ciudad de México

Unidad Lerma/División de Ciencias Sociales y Humanidades

Avenida de las Garzas núm. 10

Col. El Panteón, 52005, Lerma Estado de México

Consejo Editorial de la División de Ciencias Sociales y Humanidades

<cedcsh@correo.ler.uam.mx>

D.R. © 2021, Juan Pablos Editor, S.A.

2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19, Col. del Carmen

Alcaldía de Coyoacán, 04100, Ciudad de México

<juanpabloseditor@gmail.com>

ISBN: 978-607-28-2117-0 UAM Edición impresa

ISBN: 978-607-711-618-9 Juan Pablos Editor Edición impresa

ISBN: 978-607-28-2193-4 UAM e-book

ISBN: 978-607-711-630-1 Juan Pablos Editor e-book

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada o transmitida, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo y por escrito de los editores.

La presente publicación pasó por un proceso de dos dictámenes (doble ciego) de pares académicos avalados por el Consejo Editorial de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-Lerma, que garantizan su calidad y pertinencia académica y científica

Impreso en México/Printed in Mexico

Juan Pablos Editor es miembro de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI). Distribución: TintaRoja <www.tintaroja.com.mx>

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

MÁS ALLÁ DE UNA CATEGORÍA TEÓRICA: EL CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN

La conceptualización del modo de producción en Marx

Un instrumento teórico-analítico

Importancia y operatividad del concepto modo de producción

BASES TEÓRICAS PARA EL ESTUDIO DEL CAMPESINADO

El problema de la articulación, discusión teórica de los años setenta

Teorías de la articulación

El concepto de campesino: debate científico

Estudios sobre el campesinado mexicano

Campesinos, capitalismo e indígenas

TRES CASOS DE ESTUDIO EN LOS ALTOS DE CHIAPAS

San Juan Chamula

San Pedro Polhó, una comunidad Zapatista

San Cristóbal de Las Casas

LOS NUEVOS ESCENARIOS DE UNA VIEJA DISCUSIÓN

La articulación de distintos modos de producción: una confrontación histórica

¿Campesinos, indígenas, proletarios y migrantes?

Desagrarización, nueva ruralidad, proletarización

Grupos de transformación: diferentes grados de articulación

El impacto de la migración internacional en la región de estudio

REFLEXIONES FINALES

ANEXOS. LOS ALTOS DE CHIAPAS: UN CRISOL PLURICULTURAL

MODELOS DE ENTREVISTAS

BIBLIOGRAFÍA

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES, CUADROS Y GRÁFICAS

INTRODUCCIÓN

Los Altos de Chiapas es una de las regiones de mayor riqueza cultural de todo México, se encuentra entre montañas y es descrita como mágica y enigmática, capaz de atraer la atención del mundo entero. La convivencia histórica entre indígenas, mestizos y extranjeros ha sido motivo de distintas investigaciones. En este libro se analiza, desde la economía y la antropología, la coexistencia y articulación de distintos modos de producción en los casos de San Juan Chamula, San Pedro Polhó y San Cristóbal de Las Casas. La región es un crisol pluricultural con desigualdades económicas entre los diferentes sectores de la población que se explican por un cúmulo de procesos históricos que han marcado distintas formas de inserción del capitalismo en la región. En Chiapas existen nueve regiones socioeconómicas y es en Los Altos en la que se concentra el mayor porcentaje de población indígena de la entidad. En los municipios en los que enfoca el estudio, la población indígena tzotzil es porcentualmente significativa con 98%, mientras que en San Cristóbal de Las Casas confluye población indígena de distintas etnias, población mestiza y un elevado contingente de población internacional. La actividad económica está orientada principalmente al sector agropecuario con 74% de la población económicamente activa (PEA). De toda la región, San Cristóbal de Las Casas es el único municipio que está orientado al sector servicios, con 68% de la PEA. La elección de la zona de estudio responde a estas características y a la inquietud por comprender las causas y los efectos de la reconfiguración de las relaciones sociales de producción considerando, además, los crecientes flujos migratorios de indígenas campesinos hacia Estados Unidos.

El objetivo general de este libro es recuperar una cuestión aparentemente culminada en la década de 1970; es decir, los procesos de confrontación, integración y absorción de las economías no capitalistas por el sistema dominante. El núcleo de la investigación, considerando la actual reconfiguración del espacio rural, está centrado en validar la pertinencia de regresar a los estudios del campesinado mediante la recuperación del concepto “modo de producción” como elemento analítico. Se trata de un análisis cuantitativo y cualitativo en el que se establece un constante diálogo entre la teoría y la evidencia empírica. Los objetivos particulares del trabajo son cuatro. El primero, tratar de paliar la ausencia de investigaciones dedicadas a problemas contemporáneos de las comunidades campesinas indígenas en la literatura económica, contemplando que los estudios enfocados a la población indígena han sido ignorados por los economistas y/o relegados a otras disciplinas, como la antropología o la sociología. El segundo, validar la vigencia y pertinencia del uso de la categoría teórica “modo de producción” en la explicación de las nuevas realidades del campo mexicano y de los escenarios de la confrontación actual, abordando temas como la crisis agrícola, el proceso de desagrarización, la nueva ruralidad y los flujos migratorios internacionales, entre otros. El tercer objetivo es dar cuenta de la coexistencia y confrontación de distintos modos de producción en Los Altos de Chiapas. Para alcanzar este objetivo se atienden tres aspectos: a) la especificación del modo de producción dominante en cada uno de los tres casos de estudio: San Juan Chamula, San Pedro Polhó y San Cristóbal de Las Casas; b) las contradicciones surgidas a partir de la articulación, en diferentes niveles, de distintos modos de producción, y c) la persistencia del rezago económico de las comunidades indígenas como efecto de dicha confrontación. El cuarto objetivo es de orden teórico y práctico; es decir, establecer un método de análisis interdisciplinar entre la economía y la antropología.

No obstante, vale la pena señalar que establecer la coexistencia de distintos modos de producción y el análisis de la cuestión agraria no es lo novedoso de este trabajo. La originalidad estriba en dar cuenta de los nuevos escenarios en los que dichos modos de producción coexisten y se transforman. De esa manera, se trae al presente la esencia de la discusión de la década de 1970, pero reconfigurándola mediante la construcción de argumentos actuales. Así, por ejemplo, se especifica al modo de producción dominante en los tres casos de estudio a partir del examen de las relaciones sociales de producción y de sus funciones de control, reparto y organización de las fuerzas productivas y de los frutos del trabajo. Al mismo tiempo, se analizan las relaciones con el sistema dominante en diversos niveles: local, regional, nacional e internacional. Se presentan aspectos relevantes en la articulación diacrónica y sincrónica entre San Juan Chamula, San Pedro Polhó y San Cristóbal de Las Casas, con especial atención en los efectos que supone la confrontación en cada uno de los modos de producción. De esta forma, se verifica la vigencia del concepto modo de producción, concebido por Marx e interpretado por Godelier, como instrumento analítico en la explicación de una problemática concreta.

El trabajo se divide en cinco capítulos. En el primero, se reflexiona sobre la validez de regresar a los estudios del campesinado mexicano a través de la óptica de la articulación-confrontación de distintos modos de producción, explicando la operatividad y especificidad que permite el concepto mismo de modo de producción. En el segundo, se exponen las bases teóricas para el estudio del campesinado, retomado la discusión surgida en la década de 1970, las teorías de la articulación, el debate científico sobre el concepto de campesino, estudios previos sobre la cuestión agraria en México y, finalmente, se presenta un marco teórico-analítico conformado por los conceptos de “campesinos”, “capitalismo” e “indígenas”. En el tercero, se exponen los hallazgos de la investigación bibliográfica y de campo especificando los modos de producción coexistentes en San Juan Chamula, San Pedro Polhó y San Cristóbal de Las Casas. En este apartado se sientan las bases para un posterior examen crítico acerca de la articulación y/o confrontación de distintos modos de producción en Los Altos de Chiapas. En el cuarto capítulo, se da cuenta de los nuevos escenarios de una vieja discusión, abordando la articulación de distintos modos de producción como una confrontación histórica pero con transformaciones constantes al interior y exterior de las comunidades indígenas. Además, se atienden los procesos de una nueva ruralidad y de los flujos migratorios que ilustran los diferentes grados de articulación entre la región y la economía global. En este punto se recurre a la antropología simbólica, presentando los resultados a través de grupos de transformación. En el quinto capítulo se exponen algunas ideas que, lejos de pensarse como conclusiones, buscan ser una invitación a continuar reflexionando sobre la confrontación de distintas formas de producir, organizar y consumir. Finalmente, es importante mencionar que este trabajo, de casi cinco años de investigación, se realizó a partir de una propuesta metodológica interdisciplinar estableciendo un diálogo constante entre la economía y la antropología con el fin de integrar tanto al hombre antropológico como al hombre económico.

MÁS ALLÁ DE UNA CATEGORÍA TEÓRICA:
EL CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN

Este capítulo se presenta en dos partes. En la primera, de carácter analítico y metodológico, se aborda la conceptualización de los modos de producción asiático y doméstico con el fin de evitar confusiones teóricas y metodológicas. En la parte analítica, ofrecemos una síntesis del concepto de modo de producción con el objetivo de clarificar cómo a partir de esta categoría teórica es posible tratar, entender y asimilar la coexistencia de distintos modos de producción. En la segunda parte se justifica la elección de la región de estudio.

LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL MODO DE PRODUCCIÓN EN MARX

Las categorías teóricas de modo de producción y de formación socioeconómica corresponden al sistema dialéctico de Marx, formulado principalmente en el prefacio de la Contribución a la crítica de la economía política (1859a). Esta categoría teórica es central en la elaboración de la teoría marxista sobre la evolución de las sociedades (Godelier, 1975). De acuerdo con Palerm (1976a), la noción de modo de producción fue concebida por Marx en un grado muy alto de abstracción debido a su nivel de análisis aplicado a estructuras y procesos sociales únicos; el propósito era poner al descubierto las relaciones esenciales entre cualquier sistema social de producción y las formaciones socioeconómicas que se originan al interior. Su validez como instrumento analítico no reside en su adecuación formal y estricta al estudio de una determinada sociedad, sino a su construcción mediante el estudio de las estructuras sociales específicas. Es decir, el concepto modo de producción no es una categoría teórica preestablecida y estática que sólo sirva para describir.

Palerm (1976a:70-72) define al modo de producción como una abstracción, tanto más valida cuanto más abstracta, a través de la forma en que los hombres se organizan y se relacionan con la naturaleza para satisfacer sus necesidades humanas en el que las relaciones sociales de producción son el eje de análisis. En su aplicación se estudia la estructura, el funcionamiento y el proceso histórico y se señala su utilidad analítica en el estudio de sociedades campesinas, al sistema colonial y a las civilizaciones antiguas.

El término de “modo de producción asiático” aparece en los textos de Marx, principalmente en los Grundrisse (1857). Su formulación no corresponde con el modo de producción feudal, esclavista y/o capitalista; más bien describe sistemas con una producción basada en la agricultura y en la propiedad colectiva. En este modo de producción existe un Estado autocrático y una casta social que dirige los trabajos públicos y se apropia del excedente a través de la imposición de tributos a otras comunidades que se sirven de los recursos hidráulicos. Según Marx (1859a, 1859b), dicho modo de producción es una forma social derivada directamente de las sociedades basadas en el parentesco, constituidas por las antiguas comunidades aldeanas regidas por una “unidad” superior. De tal suerte, en el modo de producción asiático la organización económica está fundada en lo establecido por la instancia política, debido a que las de las relaciones sociales de producción están determinadas por la estructura de poder, dada la propiedad de los medios de producción. Finalmente, cabe mencionar que en este modo de producción cada unidad productiva dispone de fuerzas productivas en virtud de su pertenencia a la comunidad, estructurada según sus relaciones de parentesco.

Otra categoría teórica que conviene señalar es el “modo de producción doméstico”, enunciada en la obra de Claude Meillassoux: Mujeres, graneros y capitales (1975). En este trabajo se define a las unidades domésticas agrícolas como un único sistema económico y social en el que se dirige la reproducción social de los individuos a partir del sistema de parentesco, mismo en el que también intervienen aspectos culturales, políticos y sociales. La relación que se establece entre el modo de producción doméstico y el sistema capitalista se realiza a través de la utilización de la fuerza de trabajo originada en las unidades domésticas por el sistema dominante. Meillassoux supone que el capitalismo utiliza mano de obra inmigrante que no considera en sus costos de producción y que la expulsa cuando no la necesita. El autor llega a considerar que esta relación no es transitoria o pasajera, sino que es un mecanismo inherente a la lógica de reproducción del capitalismo. Finalmente, la reproducción del modo de producción doméstico implica intercambios bilaterales o multilaterales entre diversas comunidades; además, no se trata de un proceso natural sino más bien de una empresa política (Meillassoux, 1975:73).

Otro término que aparece en la obra de Marx, de gran utilidad en el análisis diacrónico y sincrónico de las sociedades, es el de “formación socioeconómica”, escrito en el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política. Esta categoría teórica permite estudiar a la sociedad en su totalidad considerando la coexistencia de distintos modos de producción en un mismo lugar y tiempo. Mediante este concepto se establece la combinación de las relaciones sociales de producción y se identifica la dominación de uno de los modos de producción sobre el resto a través de la forma de propiedad predominante y no única en la sociedad. De esa manera, cada formación socioeconómica está condicionada por el desarrollo de las fuerzas productivas que, a su vez, están determinadas en una relación bidireccional con la superestructura.

UN INSTRUMENTO TEÓRICO-ANALÍTICO

El concepto de modo de producción es un instrumento analítico que permite analizar y comparar los elementos esenciales de diferentes lógicas económicas. Mediante esta categoría teórica se puede encontrar, comprender y asimilar la estructura base con la que funcionan las economías campesinas indígenas. Al mismo tiempo, permite evidenciar las diferentes relaciones sociales, económicas y culturales que tienen lugar en el marco de las contradicciones que resultan de la confrontación de distintos modos de producción. La comprensión del concepto exige una amplia profundización en la teoría marxista. Profundización que, desde luego, no resulta ser simple ni fácil de entender, entre otras cosas por el debate entre el concepto de “infraestructura” y su relación con la “superestructura”. Por ello, lo que se pretende en las siguientes líneas es apuntar hacia los elementos clave sobre el concepto, retomados de la revisión teórica de los trabajos de Maurice Godelier (1964), Juan Castaingts (1979), Chesneaux (1973), Pierre-Philippe Rey (1973) y Houtart F. (1989).

La noción de modo de producción, tal y como la presenta Karl Marx (1857, 1859a, 1859b), se fundamenta en el desarrollo de las fuerzas productivas y en las relaciones sociales presentes en la producción y reproducción de un determinado sistema económico. De acuerdo con Maurice Godelier (1964), desde la teoría marxista el concepto de modo de producción se considera central en el estudio de la evolución de las sociedades. A partir de este enfoque se interpreta la historia mediante las estructuras esenciales de las sociedades, explicando sus fundamentos y poniendo de manifiesto las leyes de su evolución. El intento de explicar las sociedades con base en sus transformaciones condujo a Marx y a Engels a la recopilación de un importante material empírico relativo a diferentes tipos de formaciones sociales; es decir, los modos de producción. En esa dirección, Marx resalta la estrecha relación existente entre estructura y superestructura.

De acuerdo con Castaingts (1979), Godelier señala que el concepto de infraestructura designa la combinación cada vez más específica de tres aspectos de la realidad: las condiciones ecológicas y geográficas, las fuerzas productivas y el conjunto de representaciones sociales del ecosistema y de las fuerzas productivas.

Las condiciones ecológicas y geográficas están dadas en una sociedad y es a partir de ellas que los hombres extraen los medios materiales de existencia. Las fuerzas productivas se refieren a los medios materiales e intelectuales que el hombre inventa y transforma constantemente para su aplicación en distintos procesos productivos. Mediante las relaciones sociales de producción se determinan los mecanismos que permiten asegurar el acceso y el control social de las fuerzas productivas, la distribución de la fuerza social del trabajo y el reparto de los frutos del trabajo. Finalmente, el tercer elemento de la infraestructura se refiere al conjunto de representaciones sociales del ecosistema y de las fuerzas productivas, así como la totalidad de los medios lingüísticos necesarios para expresarlos y comunicarlos. De acuerdo con Godelier, las representaciones sociales del ecosistema y de las fuerzas productivas son elementos infraestructurales, debido a que sin estos elementos ningún proceso de trabajo podría existir ya que no se podrían transmitir de generación en generación.

ILUSTRACIÓN 1

ESQUEMA CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN

(MARX, GODELIER Y CASTAINGTS)


FUENTE: elaboración propia.

La noción de modo de producción que empleamos en la investigación contiene las interpretaciones y aportes realizados por Godelier a la concepción original de Marx, así como los ajustes propuestos por Castaingts (2012). Las aportaciones teóricas y analíticas que Godelier hizo a la concepción original del modo de producción deben subrayarse por su importancia en ésta y en otras investigaciones. La plurifuncionalidad y jerarquización de las estructuras permite identificar y diferenciar el papel de la política, la religión y el parentesco en las relaciones sociales de producción. Los ajustes de Castaingts (2012) se refieren a los procesos administrativos y a las relaciones de poder que resultan ser esenciales en las relaciones sociales de producción.

Lo primero que salta a la vista del esquema de la ilustración 1 es la idea de que la infraestructura es determinante en la construcción del concepto de modo de producción; por lo tanto, su aplicación analítica exige partir de la realidad que se busca estudiar y no de una idea preconcebida. Es decir, la manera en que se presentan y desarrollan cada uno de los elementos de la infraestructura es única para cada sociedad, considerando las distintas jerarquías que existen entre las distintas estructuras. Consecuentemente, el concepto de modo de producción exige un contacto directo con la realidad y un acercamiento válido con los problemas que emergen de ésta. Por lo que la primera conclusión a la que llegamos es que el concepto de modo de producción tiene que construirse a partir de una realidad específica que debe comprenderse a profundidad. De lo contrario, se corre el riesgo de falsear la realidad pasando por alto las distintas relaciones de producción y las fuerzas productivas que dan origen a diferentes infraestructuras. En esta misma dirección, Castaingts (1979) señala que la determinación del concepto de modo de producción exige un conocimiento estricto de las distintas relaciones sociales de producción que tienen lugar en una determinada sociedad. De esa forma, el análisis debe de corresponder con la realidad estudiada y con las problemáticas que surgen de ésta, y no con ideas preconcebidas que hagan falsear el funcionamiento de una sociedad determinada.

En el esquema de la ilustración número 2 se muestra que entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción existe una importante interacción que sólo se comprende en la totalidad dada por la infraestructura que, al mismo tiempo, la incluye. De acuerdo con Godelier (1964) y Castaingts (1979), la relación entre las fuerzas productivas y las estructuras social, política y religiosa no es directamente observable ni tampoco simple debido a que las funciones de cada una de las estructuras tienen lugar en diversos niveles, tanto en la infraestructura como en el interior de la superestructura. En todo momento se considera la plurifuncionalidad y jerarquía de las estructuras. Por ejemplo, en muchas sociedades primitivas y campesinas el parentesco, la política o la religión se imponen al resto de las estructuras sociales por el hecho de funcionar como relaciones de producción, sin llegar a ser dominantes en el modo de producción. En otras palabras, su funcionamiento dentro de la infraestructura determina que ellas dominen la superestructura y no a la inversa.

ILUSTRACIÓN 2

UN CONCEPTO QUE SURGE DEL CONOCIMIENTO

DE UNA REALIDAD CONCRETA


FUENTE: elaboración propia.

La plurifuncionalidad de las estructuras, enunciada por Godelier (1964), coincide con la idea de los antropólogos sustantivistas. De acuerdo con éstos, la economía es indisociable a la cultura y a las instituciones sociales que la rigen. Según Polanyi (1989), la economía se encuentra incrustada en el conjunto de las instituciones sociales de determinada sociedad, de tal manera que no es posible un análisis que separe a los aspectos económicos de los culturales y sociales. Por su cuenta, Sahlins (1977) indica que el funcionamiento de la economía tribal se relaciona implícitamente con las combinaciones sociales y políticas.

Por otro lado, tanto para Godelier como para Castaingts, se debe refutar toda interpretación materialista mecanicista que pretenda establecer una relación directa entre la estructura y la superestructura o entre la estructura y las representaciones mentales. Esto es así porque en cada sociedad existe una serie de determinaciones que se efectúa de forma compleja y especifica. Así, las representaciones mentales no son un simple reflejo de la realidad, sino al contrario son parte constituyente de la misma, al tiempo que la interaccionan y transforman. En consecuencia, hay una unidad indisoluble entre su función como operadores lógicos, como elementos en el interior de la reproducción socioeconómica y como instrumentos de control y enajenación social.

En consecuencia, una segunda conclusión es que la jerarquía y la plurifuncionalidad de las estructuras determinan distintas infraestructuras y, por lo tanto, distintos modos de producción en una misma sociedad. Esto explica que existan sociedades donde el parentesco, la política o la religión tengan más peso sobre el resto de las estructuras. En el caso del parentesco, éste puede asumir una doble función, la suya específica y la de las relaciones sociales de producción. Como muestra Godelier (1976b), hay sociedades donde la estructura del parentesco determina a las funciones sociales de producción; por ejemplo, establecer el sistema social de intercambio, organizar el proceso productivo, determinar las jerarquías de las personas que forman el grupo social y con ello instaurar los mecanismos hereditarios de los medios de producción y realizar la repartición de los frutos del trabajo.

De esta manera llegamos a una tercera conclusión: las funciones de las estructuras se pueden desarrollar en distintos niveles, tanto en la infraestructura como en la superestructura. Lo que sucede en sociedades como la que describimos líneas arriba es que las relaciones de parentesco constituyen simultáneamente la superestructura y la infraestructura. La estructura de parentesco es plurifuncional por el hecho de funcionar como parte de las relaciones de producción e imponerse sobre el resto de las estructuras sociales. Lo mismo sucede con otras estructuras como la política o la religión. Distintas relaciones de producción implican la presencia de diferentes infraestructuras que conducen a diferentes modos de producción que interactúan y se articulan entre sí.

ILUSTRACIÓN 3

ESQUEMA PLURIFUNCIONALIDAD DE LAS ESTRUCTURAS


FUENTE: elaboración propia.

En la ilustración 3 hacemos notar que el concepto de modo de producción surge de una realidad compleja y heterogénea en la que existe un amplia plurifuncionalidad y jerarquía de distintas estructuras que determinan su funcionamiento. Al centro se encuentran los elementos contenidos en la infraestructura y al exterior la superestructura. Las flechas indican la relación no mecánica y no lineal entre la infraestructura y la superestructura. De acuerdo con Castaingts (2012), el estudio de diversas estructuras exige analizar no las diferencias sino las condiciones semejantes, considerando que el objetivo final debe ser la comprensión de lo general y lo esencial, más allá de lo aparente y de lo diverso. Esto conduce a que en el análisis se identifiquen plenamente las relaciones de producción en las que cada sociedad impone especificaciones muy importantes, debido a que entre la estructura y la superestructura existe una serie de determinaciones que se hallan de una forma compleja y única.

Finalmente, en el esquema de la ilustración número 4 apuntamos a la articulación y/o confrontación de los modos de producción, fundamentalmente entre modos de producción capitalista y no capitalista. En la confrontación de distintas lógicas económicas surgen repercusiones en el desarrollo de las fuerzas productivas y en las relaciones sociales de producción, tanto para el modo de producción capitalista como para el modo no capitalista. Asimismo, se fijan relaciones de intercambio y se crean mecanismos de subordinación. En relación con las contradicciones que resultan de la confrontación, se establece la hipótesis de que es justo en la confrontación donde surgen los mecanismos de explotación del modo de producción dominante capitalista sobre el resto.

399 ₽
34,27 zł