La lírica del sueño

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La lírica del sueño
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© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

info@Letrame.com

© Juan Heredia Rojas

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1386-857-8

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

.

Dedicado a mi madre,

ese hermoso sueño que todos los días se hace realidad.

A mi padre,

por todos esos debates, valentía y ejemplo vital.

A mi hermano,

por su ayuda y darme dos sobrinos maravillosos.

A toda mi familia y amigos,

y en especial al Círculo Hexagonal.

A Edgar Straehle,

quien me aconsejó leer el libro que daría título a esta obra.

A Daniel Rendón,

quien me dio las bases para convertirme en una persona.

A mis profesores del colegio, instituto y universidad.

Al pueblo de Alguaire, a Cataluña, España, a toda la Hispanidad y al mundo mundial.

A ti, soñador,

para que tus sueños vuelen tan alto que apaguen la luz artificial del mundo.

A Ella,

por existir.

Y sobre todo a Dios,

por haber hecho maravillas conmigo.

PRÓLOGO

A la manera freudiana, La lírica del sueño trata de traducir lo onírico. El momento más vulnerable del ser humano, su sueño, es visión para la voz poética, que íntimamente irá desvelando ese portal creativo. «Duermes profundamente, / pero en caso de despertar en este estado / no podrás recordar nada, / pensarás no haber dormido» dice la voz que vigila.

Así, Juan Heredia Rojas construye una macroestructura de ventanas abiertas, de planos simultáneos, de polifonías, que propone no solo como un observatorio para el lector, también para él mismo: su yo poético tiene que ser irremediablemente un desdoble del yo, y no el yo durmiente.

Los mundos fantásticos ocultos para el soñador, porque a la mañana bastan unos segundos para privarle del recuerdo, son una fuente valiosísima de información —de autoexploración también— para el subconsciente. Qué desvelo hay, qué misterio sueña, qué inventa, qué toma del mundo, qué es exclusivo del sueño, qué hay de ficción y qué de real, si hay alguna barrera, si se rompen…

Es la misma necesidad de investigar lo irracionable que, por ejemplo, motivó a Calderón de la Barca en el que es todavía el monólogo más famoso de la dramaturgia en español. «Que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son» dice Segismundo. La vida es la ilusión del sueño. La lírica del sueño enseña esta cotidianeidad de la ficción. Y su autor sueña con reyes y reinas de palacio, con la reina del ajedrez, con reyes austeros y de a pie, con infancias palatinas, como el Paraíso perdido de Aleixandre. Y así se va confundiendo la vigilia con el sueño, la vida con lo onírico, la ficción con la realidad; y no se sabe cuándo el autor sueña despierto y cuando lo hace de verdad.

INTRODUCCIÓN

Este libro, estimado lector, es una investigación poética exhaustiva, real, sobre un sueño. El estudio se ha realizado mediante los últimos avances técnicos y científicos, tales como el electroencefalograma, el electromiograma y el electrooculograma; también se han almacenado parámetros como frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio y conductancia de la piel.

Todos estos informes han sido reunidos, analizados, interpretados y comparados con nuestra base de datos del sujeto en cuestión, el señor Juan Heredia Rojas. Base de datos confeccionada a partir de la información recogida en sus redes sociales, correos, búsquedas de Google, estudios realizados, lugares visitados registrados por la señal del móvil, familia y amistades, partidas de ajedrez online, herencia cultural, etc.

Todo esto ha sido traducido en forma de poemas con nuestra inteligencia artificial, con el máximo rigor poético posible por amor a la verdad.

I. EL ADORMECIMIENTO

En una o en dos maneras habla Dios;

pero el hombre no entiende.

Por sueño, en visión nocturna,

cuando el sueño cae sobre los hombres,

cuando se adormecen sobre el lecho,

entonces revela al oído de los hombres,

y les señala su consejo.

Job 33:14-16

Somnolencia,

transición de la vigilia al sueño.

El electroencefalograma

muestra actividad de onda theta,

de tres y medio

a siete y medio hercios.

Observamos alucinaciones

al entrar o salir de la fase.

Un cosquilleo,

una vibración por el cuerpo,

sonidos extraños

de difícil caracterización

sobre la zona de la cabeza;

sensación de estar cayendo,

de no poder moverte,

desdoblarte, flotar

sobre tu propio cuerpo,

verte a ti mismo

en la cama durmiendo;

volar con tu mente,

solo pensar en un lugar…,

estar allí.

Puedes visitar lugares extraños

donde jamás estuviste,

conocer gentes desconocidas

en tiempo y visión real,

pero en forma astral,

sin cuerpo físico.

Una noche puedes ver

esbozada en tu mente

la estructura

del primer poema

de la lírica del sueño;

saltas de la cama,

coges papel y lápiz,

escribes.

ESCRITURA DEL SUEÑO VIVIDO

Escribo

aquello que siento

cuando vivo

convertido en sentido.

Escribo

a la vida con el aire

del sentido renovado

del paso de los días.

Escribo

pensares filosóficos

con tintes

místicos y religiosos.

Cuando ya no puedo

llegar más lejos

con las palabras…,

¡imagino!

Entonces…,

creo mundos y submundos,

realidades paralelas se entrecruzan y confunden.

Cuando ya ni siquiera a la imaginación…

le resulta posible alcanzar el beso perfecto.

Cortejar a la encarnación en mujer del encanto.

Recrear excepciones capaces de resquebrajar

la rutina de todo hombre preso de lo conocido.

Cuando la imaginación no da para más…,

todo el mundo puede llegar ahí soñando.

He sido un loco con un velo en los ojos esperando,

sabio y afortunado sería quien lograra convertirlos

integrándolos en un tranquilo caminar sobre ellos.

NUESTROS OJOS

Esos ojos son

castillos en el aire,

¿caerán tarde,

cuando ya no pueda

alzar amarras?

Esos ojos

son intensos fuegos,

¿me iré calentando

poco a poco hasta

empezar a evaporar?

¿Son esos ojos

aguas profundas

y viviremos

continuas inundaciones,

continuos naufragios?

Dime si esos ojos son

como largos caminos

por donde poder,

tranquilo, perder

el norte y la razón.

Dime si esos son

ojos terrestres

donde labrar campos,

plantar simientes,

cuidar de tu tierra.

LA MELODÍA DEL INSTANTE

Oye, no escuchas…

la sutil melodía del instante

acompañando el ritmo vital

¡de los corazones!

Aceleran progresivamente

los tambores dentro del pecho

cuando nuestros cuerpos,

poco a poco, empiezan a acercarse.

Aquí llegamos

de los brazos del compás,

presente tan solo posible

por sobredosis de olvido.

Cuando nos vemos reflejados

en el espejo de otras pupilas

y salimos juntos, con dos suspiros

hasta la próxima fracción de segundo.

FABRICANTE DE SUEÑOS

¡Pero a dónde te crees que vas sin tus sueños!

No estás loco ni eres un niño

capaz de creerse sus propias fantasías.

Desde la serenidad lograrás comprender

el momento en el que estás y lo que pasó anteayer,

el significado de cada experiencia creadora.

Respiras y creas; mueves un dedo y creas,

imaginas y creas mundos enteros,

pero, si te lo piensas, dejas de creer.

 

Abres la boca y ya estás creando;

Quieres, vas tras ello y creas otra vez,

pero, si te lo piensas demasiado, dejas de creer.

Creo, y creo que creo mis propias experiencias.

Creando el credo de mis propias creencias,

créeme, no creerás… hasta que crees.

EL LATIDO DEL SUEÑO

Tener un sueño.

Una escena mental

de algo deseado

profundamente.

Retenerlo, revivirlo

en lo más profundo

de uno mismo

como algo vital.

De propiedad exclusiva,

necesario, ineludible;

tenerlo cerca, verlo, olerlo,

cogerlo entre las manos,

abrazarlo, sentirse pero

tan cerca del cielo.

*

Ver escapar luego,

entre los dedos,

los granos de arena

de su naturaleza.

Uno a uno, a decenas,

centenares; verlos caer

por los suelos, desparramados,

desamparados, sin consuelo.

Llorar un aluvión de lágrimas

desesperadas al verse a uno mismo

descompuesto en un barro espeso;

mezcladas ilusiones con carne,

esperanzas con huesos,

sangre y arena, lágrimas y deseos.

*

Soportar estoicamente la desintegración,

la maldita aprensión a la duda,

la visión horrible de la caída continua,

la activa impotencia nocturna.

A la ausencia de valores acude el precio a pagar

por las deudas contraídas con la vida;

los platos que deberíamos haber comido,

los excesos despreocupadamente cometidos.

A la presencia continuada del hastío

se ausenta aburrida la compañía

pedida a gritos por la soledad.

Se acusan las palabras

unas a otras; los silencios,

al acecho, se interrogan.

*

Hay círculos que se abren para seguir creciendo.

Crecen y crecen, hasta que un día desaparecen;

hay círculos que se abren y se cierran,

se abren y se cierran, se abren y se cierran.

Algunos se hacen pequeños y empequeñecen;

van tragándose todo, a los demás, sus casas;

otros mundos paralelos en un tremendo agujero

todo en él se cuela y no puede escaparse, ¡ni la luz!

Otros, en cambio, radian, crecen e iluminan;

grupos de pequeños círculos como corazones

se agrupan y disgregan por la faz de la tierra.

Explotando, implosionando; uniéndose, separándose.

Nacen, crecen, maduran, envejecen y mueren,

en círculos en el gran «Círculo de los círculos».

*

Un círculo latiendo.

¡Eso soy, eso somos!

Ojalá pudiéramos

juntarlos todos

para que así fuera

más fuerte

el pu-pum, pu-pum,

pu-pum.

Cada pequeño círculo

iluminando como si fuera un sol,

todo un universo formado

por miles de galaxias,

con millones de estrellas;

pu-pum, pu-pum; pu-pum.

YO SOY DE ALGUAIRE

Niebla en invierno,

sofoco en verano,

primaveras catárticas,

otoños románticos;

cielos despejados

noches estrelladas,

pulpa del higo

con cuello de dama.

Caminos y tractores,

juncos y cañas,

regalices y moreras,

piscinas abarrotadas.

El Sagrado Corazón

amparando el pueblo

arriba en la sierra;

la escalera de piedra,

los tejados de las casas,

la iglesia medio quemada

frente al ayuntamiento

con sus banderas.

Agua saltando

sobre los cantos rodados

del Noguera Pallaresa,

campos y cultivos

a lo largo y a lo ancho;

canales, acequias, pantanos.

La Fábrica de la Colonia,

el Casal, el colegio, la biblioteca,

el campo de fútbol de hierba;

el polideportivo,

el campo de rally;

el Plus y la Cope.

Panaderías y bares,

peluquerías y quioscos;

farmacia, estanco, tiendas, talleres,

funeraria, Merli, gasolinera, lavacoches,

la móvila y la harinera.

La autovía y el aeropuerto,

la nacional y sus rotondas.

El Cruce, los clientes,

amigos, familiares…

Sí,

soy del pueblo de Makot,

de Lladonosa i Pujol

y de Sant Fausto.

He publicado poemas

en Cercavila

y he cantado habaneras

en la plaza del pueblo.

He disfrutado

de las fiestas mayores,

he enterrado amigos

y familiares.

He querido, he amado,

he perdido la cabeza

y la he recuperado.

He tenido pesadillas.

Pero, sobre todo,

aquí

he soñado.

AJEDREZ ANTROPOMÓRFICO

Peones son manos y pies,

con los que tanteamos el terreno

paso a paso, palmo a palmo

por los claroscuros del tablero.

Agresivos soldados dispuestos

para la batalla empuñan sus espadas,

embistiendo escorado de un solo verso

con la mirada fija en la gloria.

Alfiles son brazos en diagonales,

mazo en mano y credo en la otra;

piernas haciendo eles son los caballos

sorprendiendo al contrario con sus saltos.

Las torres avanzan rectas a la meta,

sus cuerpos marcan y amplían territorios

delimitando las estratégicas fronteras

con la excelentísima pareja real en medio.

La reina es el corazón,

se mueve con tanta gracia por el tablero.

El rey es el cerebro,

desde su puesto controla la partida.

Cuando uno de tus peones

consiga llegar a la última fila,

podrás elegir entre un cuerpo nuevo,

brazos y piernas, hasta corazones…

Lo que no puedes perder

jamás, bajo ningún concepto,

es la cabeza, si no, la vida te dice:

«¡Jaque… mate!»

LA SOMBRA

Cada uno tiene la suya

no nos damos cuenta,

es algo inconsciente,

es como un saco

donde vamos depositando

todas aquéllas cosas

que no nos gustan de nosotros,

en ella arrojamos aquello

no aceptamos de nuestra persona,

es como un pozo en cuya superficie

vemos proyectadas las miserias,

iniquidades y defectos, los monstruos

que solo somos capaces de ver en los otros,

aunque también podemos

hecharle cosas buenas

que si vemos en los demás,

pero no aceptamos en nosotros.

Con los años la sombra se alarga

y cada vez se hace más impenetrable,

los defectos en los demás

se vuelven insoportables,

la soledad se vuelve un refugio,

el infierno siempre son los otros

los otros,

y no te das cuenta

lo llevas dentro tuyo.

El secreto para iluminar la sombra

es ser conscientes

de como nos proyectamos en los demás

sobre todo

cuando nos enfadamos con alguien,

esos momentos en que nos alteramos

por que el otro hizo o dijo algo;

unas actitudes, un proceder,

cuya reacción desmesurada en nosotros

nos revela más de nosotros mismos

de lo que pudiera parecer a simple vista.

Todos tenemos múltiples personalidades.

Un día te das cuenta del abismo

que tu sombra había creado,

roto en mil pedazos

identificas la herida,

tu herida,

esa herida primigenia

el precipicio,

el agujero negro,

la corriente

en la que te encuentras atrapado,

de la que no logras salir,

con la pasmosa claridad

del vacío más acuciante.

CRÓNICAS ASTRALES

I

Trataba de dormir.

Mi hermano en el comedor

hablaba por teléfono;

no me dejaba conciliar el sueño,

intentaba gritarle,

pero no salían

palabras de mi garganta.

Una sensación extraña;

me levantaba de la cama,

pero mi cuerpo

no respondía a mis impulsos,

intentaba levantar el torso,

pero volvía atrás,

hacía lo propio con las piernas,

pero volvían a caer sobre la cama,

confundido me balanceaba

levantando ahora torso,

ahora extremidades inferiores

con el mismo resultado,

hasta que me di cuenta:

estaba en forma de V

flotando sobre el colchón.

Todo era extraño, vívido,

notaba una presencia

en la habitación,

me entró el miedo,

hice ademán de despertar

y desperté…

acurrucado entre las sábanas.

Estaba perplejo, aquello solo

había sido un sueño,

pero había sido más real

que la vida misma.

II

Triángulo, cuadrado, círculo;

do, re, mi;

jugaba mezclando mentalmente

figuras geométricas

y notas musicales;

tengo una visión:

una paloma

surca los tejados

elevándose a los cielos.

La visión se desvanece

y estoy en mi cuarto,

todo está tan lleno,

el ambiente

cargado de energía,

los sentidos agudizados;

noto un cosquilleo

esparciéndose por el cuerpo;

las puertas de la percepción

de par en par abiertas

en tiempo real.

No es un sueño,

conozco esas sensaciones,

no es normal.

Escucho a mis padres

hacer ruidos al dormir

en la habitación contigua,

noto una presencia

dentro de la habitación,

me entra el miedo.

Despierto.

III

Entro en estado astral,

el ambiente

cargado de energía.

Noto como si alguien

se hubiera sentado

sobre el colchón de la cama,

miro a mi izquierda,

procedencia del movimiento,

hay un hueco en el colchón,

como si hubiera alguien

sentado en él,

pero no veo a nadie…

Me entra el miedo,

recuerdo las palabras de mi prima:

debía tratar de moverme con la voluntad,

olvidarme del cuerpo físico,

volar mentalmente.

Me dijo

que, en caso de querer

cambiar de sitio

por cualquier motivo,

solo tenía que concentrarme

imaginándome

estar en ese otro lugar…

para estar allí.

Imaginé estar en la playa

a doscientos metros

de donde me encontraba.

Con solo imaginarlo,

allí me encuentro.

IV

Estoy en mitad de un sueño

con unos amigos

una noche de fiesta,

en una casa ocupada.

Vamos a dormir, hay dos literas;

Hugo duerme arriba con Marta,

Laura abajo conmigo.

La rodeo con mi brazo

mientras conciliamos el sueño;

mi compañera

se levanta de la cama,

salgo del adormecimiento,

me doy cuenta, estoy en viaje astral.

Empiezo a desplazarme

volando por la sala

con la intención de mi mente.

Salgo de la estancia

y estoy en un pueblo;

me desplazo por la calle,

entro al portal de una casa,

subo volando

por las escaleras en espiral.

Tras una ventana abierta

hay una pareja,

ella lleva un bebé en brazos;

el perro no para de ladrar,

 

como si captara mi presencia;

los padres no pueden verme,

pero él bebé sí…

Fija sus ojos

radiantes de luz en los míos

con una enorme sonrisa,

yo también sonrío

de forma automática

ante la gran sorpresa.

Cuando me alejo subiendo

escaleras arriba…,

de repente, un estruendo…

El despertador cae al suelo,

despierto.

V

Entro en viaje astral,

esta vez provocado

con ejercicios de respiración.

Cuando llegan los cosquilleos,

trato de esparcirlos

mentalmente por todo el cuerpo

hasta entrar en ese estado

de percepción aumentada.

Miro a un lado y a otro

de la habitación;

es pequeña, floto por ella.

Me imagino, voy a otro lugar;

de repente, estoy en un enorme edificio,

una especie de fábrica.

Voy por un pasillo interminable,

entonces veo un chico,

parecido a mí, pero pelirrojo,

no dice nada, pero me mira,

parece tan extrañado como yo

sigo avanzando por el pasillo;

conforme lo voy dejando atrás,

me entra el miedo.

Despierto.

II. EL SUEÑO LIGERO

El sueño posee una maravillosa poesía,

un humorismo incomparable

y una deliciosa ironía.

Sigmund Freud

Duermes profundamente,

pero, en caso de despertar en este estado,

no podrás recordar nada,

pensarás no haber estado dormido.

Disminuyen tanto el ritmo cardíaco

como el respiratorio.

El electroencefalograma

muestra ritmo sigma, complejos K

y períodos de actividad theta.

De este modo, se producen alteraciones

en el circuito cerebral,

ciclos de calma y actividad repentina,

lo cual dificulta despertar.

Cuando nuestras pulsaciones

son extremadamente bajas,

el sueño es tan profundo

que el cerebro presenta dificultades

para conectar con el cuerpo,

le manda un impulso para corroborar

que dicha conexión funciona

y el cuerpo produce una reacción,

la cual es recreada por la mente

con una sensación rápida y violenta:

soñar que caemos.

A. LA APERTURA

¿Será verdad que, cuando toca el sueño

con sus dedos de rosa nuestros ojos,

de la cárcel que habita huye el espíritu

en vuelo presuroso?

Gustavo Adolfo Bécquer

En ajedrez poético

empezamos de una posición inicial

y, a partir de aquí,

pensamos en las diferentes posibilidades

para conducir las piezas.

Estudiamos cada movimiento

lógico de las blancas

y cada posible respuesta

razonable de las negras,

y así sucesivamente.

En algunos principios

se estudian líneas que llegan

hasta la jugada treinta o más,

llegando a sobrepasar

los límites de la apertura

hasta llegar a un final de partida;

sin embargo,

en comienzos menos habituales,

los análisis son mucho más breves.

Los jugadores noveles

no suelen conocer la teoría,

pero los más experimentados

pueden saberse de memoria cientos

o incluso miles de líneas.

Esto indica que el inicio

es una de las partes

más técnicas del juego,

donde el conocimiento de partidas

o análisis previamente desarrollados

suele ser primordial.

La mayoría tiene un nombre típico

según su arquetipo: gambito de rey,

gambito de dama, apertura del alfil…

El nombre del jugador que la creó o popularizó:

defensa Alekhine, apertura Reti, defensa Pirc…

O el torneo, ciudad o país

en donde se dieron a conocer

o se jugaron por primera vez:

apertura española, defensa siciliana,

apertura escocesa, defensa francesa…

EL POBRE PEÓN

El peón negro,

pobre peón,

era aprendiz de todo

y maestro de nada,

un poco lento pero no tonto,

aún era joven

y le faltaba experiencia.

Sabía un poco de todo:

un poco de política,

un poco de historia,

otro de ciencia, artes, filosofía

y otro poco de religión.

Pero la verdad

es que no se enteraba de nada;

sin embargo, era curioso

cómo aprendía ipso facto,

asociaba conceptos en su mente

y, aunque avanzaba pausado,

no retrocedía;

tenía madera de alfil.

Con perseverancia

y sacrificio,

podría llegar lejos.

Trabajaba de mensajero,

como era pequeñito

pasaba de incógnito

entre las casillas enemigas,

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